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23 - Abril - 2020
>>>> Paisajismo > Sausalito

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Sausalito es una ciudad del Área de la Bahía de San Francisco en el condado de Marin, California. El nombre significa "sauzalito", pequeña arboleda de sauces. Situada junto al Golden Gate Bridge, alberga 7.000 habitantes y es posterior al desarrollo industrial que tuvo durante la Segunda Guerra Mundial. Adquirió reputación como colonia de artistas y bohemios que vivían en casas flotantes sobre la bahía. Pese a la cercania, goza de un clima mas benigno que su vecina.

Destino turístico muy importante y ciudad hermana de Viña del Mar, en Chile, lugar donde un vasto sector de áreas verdes de la ciudad tiene el nombre de Sausalito, así como una laguna y el estadio de la ciudad, el Estadio Sausalito, que albergó la Copa Mundial de Fútbol de 1962, la Copa América 1991 y la Copa América 2015.

Laguna Sausalito en Viña del Mar.

Una empinada ladera cubierta de chaparral y eucalipto cae desde la autopista 101 a una costa plana y soleada, dos millas de largo que da a la bahía. La mayoría de los residentes caminan o van en bicicleta por el puente o en ferry. Puedes sentarte y tomar un café en la encantadora calle principal Bridgeway, y mirar hacia atrás a través de la bahía. Tal vez te quedes a cenar en la Barrel House Tavern o te aventures en la zona de locales, también conocida como Caledonia Street. Mucho antes de la locura actual por todo lo artesanal, Sausalito era donde el arte se cruzaba con la industria, una ciudad donde las personas fabricaban cosas con sus manos, ya fueran las naves mercantes Liberty que ayudaron a ganar la Segunda Guerra Mundial o las cerámicas y azulejos que se convirtieron en un ícono moderno y que ahora se pueden encontrar en casi todas las mesas de la zona.

Primero colonizada por los pueblos de la tribu nativo-americana miwok, este extremo sur de la península fue difícil de alcanzar excepto en barco e ignorado por los invasores españoles (que lo llamaron Sauzelito, bosquecillo de sauces). Aunque se han encontrado en la zona restos arqueológicos muy antiguos, la Bahía de San Francisco fue descubierta por el español Gaspar de Portolá en 1769. La ciudad de San Francisco se fundó en 1776 por un grupo de colonos españoles que construyeron un fuerte en la zona del Golden Gate y una misión llamada San Francisco de Asís. Pero fue con la Fiebre del Oro de California en 1848 cuando, en un año la, ciudad pasó de 1.000 a 25.000 habitantes, convirtiéndose en la capital de la Costa Oeste. Tras sufrir el gran terremoto en 1906, se reconstruyó y fue consolidándose hasta la Segunda Guerra Mundial, tras la cual, en los años 60 se convirtió en un bastión liberal con el movimiento hippie y los movimientos pro homosexuales. Con el tiempo, los ferrocarriles, transbordadores y, finalmente, el puente vincularon a Sausalito firmemente con el "continente". La guerra trajo la industria en forma de astilleros de la Compañía Bechtel, y en la década de 1960, sus pantalanes abandonados fueron colonizados por hippies que vivían en casas flotantes. Otis Redding se quedaba en una cuando escribió (Sittin' On) The Dock of the Bay.

Hay cerca de 400 casas flotantes por la zona así que es algo que no te puedes perder. En general, son lugares muy tranquilos y los canales en los que se encuentran “amarradas” las viviendas están abiertos a los visitantes, aunque, como es lógico, hay restricciones a la hora de pasar a los muelles que dan acceso a las viviendas.

Las casas flotantes se encuentran a las afueras de Sausalito, a unos 3 kilómetros del centro, por lo que, si quieres acercarte a verlas hay que contar con un buen tiempo de paseo. Eso sí, si has elegido alquilar una bici allí, no tendrás ningún problema para llegar. Los pantalanes son un regalo para la vista.

"Sausalito estaba lleno de artistas y escritores en aquel entonces", dice el nativo de Sausalito, Michael Wiener, ex presidente de la famosa fábrica de botes de madera de Spaulding, "porque era hermoso y barato". Ahora, es simplemente hermoso. "Y los barcos se han convertido en una atracción turística; cada septiembre, la Asociación de Hogares Flotantes realiza una gira de casas flotantes.

Un buen consejo si vais a daros una vuelta por este barrio es llamar a las casas “floating homes” (hogares flotantes). A sus habitantes les encanta esta denominación.

Para poder ver la mayor variedad de construcciones, merece la pena dar un paseo por la Ruta de la Verja 5 (Gate 5 Road) en el área del Muelle Principal (Main Dock), y por la Ruta de la Verja 6 (Gate 6 Road) en el área del Puerto Waldo Point (Waldo Point Harbor).

Ha sido tradicionalmente escogida por gente famosa y de clase alta como lugar de residencia. En su zona residencial tienen una mansión, por ejemplo, Robin Williams e Isabel Allende.

La zona industrial del norte de la ciudad incluye la fábrica de Heath Ceramics, atención a la tienda outlet, y el edificio revestido de madera roja que albergaba la ahora difunta Record Plant, donde los Prince, Metallica o Fleetwood Mac trazaron pistas para la historia. El Bay Model Visitor Center es exactamente lo que parece: un modelo hidráulicode toda la bahía de San Francisco que cubre 1.5 acres y es muy popular entre los niños. También lo es el restaurante Fish, ubicado en el puerto deportivo de Clipper Yacht Harbour, donde te puedes sentar al sol y ver pasar los botes.

Desde San Francisco puedes cruzar en bici el Golden Gate y llegar a Sausalito. Podéis alquilar una bici en Fisherman’s Warf y recorrer los 13 km aproximadamente que tardarías en llegar a Sausalito. Vale la pena apurar la jornada, podéis volver en Ferry con la bici. Se puede reservar desde aquí:

Son dos las líneas que operan el trayecto: Golden Gate Ferry y Blue and gold Fleet. La primera es la que más frecuencias ofrece, partiendo del Embarcadero de San Francisco, con nueve frecuencias diarias, tardando media hora en llegar a Sausalito.

El precio del billete (2018) para cruzar a Sausalito es de 12,50 dólares por trayecto para adultos y 7,50 dólares para niños 5-18 y seniors +65.

Por otro lado, en la ciudad californiana tienes también la opción de hacer un crucero por la bahía de San Francisco de una hora de duración que cuesta 29 dolares para adultos, 24 dólares para niños de 5 a 17 años. Este crucero se realiza con un audioguía con comentarios en español, y además de pasar cerca de Sausalito y la isla de Alcatraz, el momento álgido del mismo es cuando el barco navega por debajo del imponente puente colgante Golden Gate.

Existen excursiones que puedes contratar. Una de las más conocidas es la que combina la excursión a Muir Woods, un bosque donde ver ejemplares de secuoyas gigantes con la localidad de Sausalito y sus casas flotantes. Otra de las típicas, el que conocerás los puntos de mayor interés de San Francisco y Sausalito.

Opción 1.

Opción 2.

Mención aparte refiere el Sausalito Art Festival, con estupendas propuestas de arte, música y comida.

Desde Sausalito puedes visitar Angel Island en ferry, con unas vistas diferentes y ajenas a la marabunta turística.

Alquilando un coche, con GPS para los despistados, podemos llegar a Tiburón, localidad residencial mas pequeña que Sausalito.

Muy recomendado es Luna Blu, restaurante con toques italianos especializado en pescado, con vistas al puerto deportivo.

Todo esto, lo podemos ver desde San Francisco. Las vistas desde Vista Point son espectaculares, pero no por las vistas propias del Golden Gate sino por las vistas que nos ofrece de San Francisco, de Alcatraz, del puerto de Sausalito … En Fort Point hay tres puntos para ver el Golden Gate: El punto anterior que es justo al borde del agua, un poco más arriba en el que hay un aparcamiento gratuito y arriba del todo, donde está el museo. Este último no tiene parking gratuito.

Cuenta Isabel Allende que su casa fue el primer burdel del pueblo. Donde antes las meretrices guardaban sus sostenes, ahora Willie, su marido, acumula contratos y papeles de trabajo. Sentados en el salón, bajo la atenta mirada del perro, la primera pregunta va directa. ¿Por qué vivir en San Francisco? Y ella contesta, sin dudas, que "por amor".

Isabel llegó a la bahía en un no saber, cuando conoció a su segundo marido. Con el tiempo, esa incertidumbre se convirtió en certeza. La trágica muerte de su hija Paula, en 1993, acabó de blindarla a esta tierra. "Para mí, el lugar más especial de la bahía se encuentra al norte de San Francisco. Es el Samuel P. Taylor, el parque donde esparcí las cenizas de Paula. Procuró ir siempre que puedo para pensar y reflexionar entre las secuoyas".

Sausalito es un pueblo luminoso, abierto a la bahía de San Francisco. Con pequeñas casas y calles tranquilas, es una zona indudablemente residencial que apenas llega a los ocho mil habitantes. Desde el puerto suenan los barcos con la proa enfocada hacia el Golden Gate. A lo lejos se distingue la isla de Alcatraz y, si el día es claro, la vista es capaz de alcanzar el imprevisible perfil de la Transamerica Pyramid.

Ella no vive aquí, sino en San Rafael, a unos 30 kilómetros de la ciudad. En lo alto de una colina, su casa se impone al resto del vecindario con un inmenso jardín de flores. Entre éstas surge una pequeña cabaña, que es donde suelta la imaginación. "La primera mitad del año la paso encerrada ahí, apenas salgo, sólo escribo". Isabel siempre empieza sus novelas el 8 de enero y no para hasta acabar, más o menos con la llegada del buen tiempo.

Velero fondeado junto a Sausalito, uno de los pueblos de la bahía de San Francisco, California.

Con el primer borrador terminado, la cosa cambia. Es ahora cuando comienza la vida social y la escritora disfruta de la zona. "Cuando llegan amigos de visita los acompaño a San Francisco. Nunca dejo de mostrarles los barrios más interesantes. Como Mission, el barrio hispano, pero también North Beach, que es el italiano, o Russian Hill, el ruso. Además, ya fuera de la ciudad, les llevo a los viñedos de Napa Valley y a Sonoma, dos sitios fantásticos para visitar en verano".

Sonoma es un pueblecito típico del oeste. Junto a la plaza principal, sobre la que se asienta el Town Hall, conserva una de las misiones más antiguas de la zona. Esta angosta construcción sirvió a los arriesgados misioneros cristianos para acoger a los nativos conversos. Hoy es un lugar privilegiado para probar los mejores frutos de la cosecha californiana y repasar los restos de un pasado marcado por la conquista y la fiebre del oro.

Desde que Isabel Allende se instaló en la zona de la bahía el argumento de sus novelas ha virado inevitablemente hacia la historia del oeste americano. "Mis libros siempre parten de un hecho concreto, un hecho real que me atormenta, que me persigue durante meses, a veces años, y que, finalmente, tengo que escribir". Esto le ha pasado, en el caso de California, en tres ocasiones: Hija de la fortuna, Retrato en sepia y la juvenil El Zorro, que recuperaba la figura del histórico superhéroe.

No se trata de una obsesión. "Más bien es una síntesis con el entorno". En cualquier caso, toda esa mezcla de sensaciones que alega la escritora sólo puede transmitirse después de visitar un último sitio, el monte Tamalpais. "Su cima es el único punto desde el que es posible contemplar toda la extensión de la bahía. Cómo se mezcla con el océano, la vegetación que la bordea, y también la ciudad de San Francisco y sus colinas. La vista desde aquí es de águila. La sensación, extraordinaria".

La escritora Isabel Allende en la mansión victoriana de Sausalito, California, donde se ubica su oficina.

"Si estoy sola en casa, nunca preparo comida. Me alimento con un té y una manzana". Si hay alguien más en casa, no le importa cocinar. Y si la cosa va de salir fuera, Isabel Allende tiene clara cuál sería su elección. "Para mí el mejor restaurante que hay ahora en San Francisco es The Slanted Door (Ferry Building, 3), en el edificio del Ferry. Hay otros más conocidos, pero este es parejo: lo que pidas, es bueno. Nunca he comido nada malo allí. El único problema es que hay que reservar con mucho tiempo porque siempre se llena".

"Por la zona, hay otros restaurantes que tienen fama internacional, como el French Laundry, en el Napa Valley. Los platos son bastantes complicados y, en cuanto al precio, es bastante caro. En Slanted, en cambio, tienes comida de inspiración vietnamita, asiática y californiana a buen precio. Una mezcla deliciosa con los mejores tés y los mejores vinos. Perfecto para cenar".

Para tomar café, Isabel recomienda el sitio más antiguo, el Cafe Trieste (601 Vallejo St), en San Francisco. "Es el lugar donde se juntaban todos los poetas, donde han ido todos los escritores. Un espacio increíble, muy hippy, tal vez 'venido a menos', pero maravilloso. Y con el mejor café".

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