| Xàtiva se encuentra a tan sólo 60 km de Valencia. Su mayor 
                    tesoro es el gran castillo que corona la colina. Puedes pasarte 
                    perfectamente dos horas recorriendo esta fortificación por 
                    la que han pasado numerosas civilizaciones, como los romanos 
                    y los árabes. Incluso el mismísimo Aníbal llegó a él en el 
                    siglo III a.C. No obstante, el castillo no es el único atractivo 
                    de Xàtiva. Otros de sus monumentos destacados son la Colegiata, 
                    el Almodín y el Hospital Municipal, que data del S. XIII. 
                    Otro curioso atractivo es el retrato del rey Felipe V de Borbón, 
                    pues aquí lo tienen colgado del revés porque este monarca 
                    ordenó quemar la ciudad en 1707, lo que hizo que ésta pasara 
                    de 12.000 a 400 habitantes. Además de por carretera tomando 
                    la A-7, también puedes llegar en tren a Xàtiva. Estos salen 
                    desde la Estación del Norte cada media hora aproximadamente 
                    y tardan en llegar 50 minutos. Por cierto, ¡ni se te ocurra 
                    irte de Xàtiva sin probar su preciado arroz al horno! Históricamente, Játiva fue una de las poblaciones más importantes 
                    del Reino de Valencia, rivalizando incluso con Valencia y 
                    Orihuela, las otras dos ciudades más importantes en la época 
                    foral. Fue cuna de los papas Borja y conserva un importante 
                    patrimonio artístico, a pesar de que fue quemada en 1707 por 
                    las tropas borbónicas como represalia por apoyar a las tropas 
                    austracistas durante la Guerra de Sucesión. En 1822 se convirtió 
                    en capital de la provincia de Játiva, que desapareció a raíz 
                    de la división territorial de España en 1833. 
 El municipio de Játiva está situado entre las 
                    cuencas del río Albaida y de su afluente el río Cáñoles, en 
                    el estratégico corredor de Montesa. Tiene un perímetro muy 
                    desigual y cuenta con varios enclaves territoriales, fruto 
                    de las segregaciones habidas en su término histórico, que 
                    estaba compuesto por más de 60 pueblos. En la zona septentrional 
                    se alza la sierra de Santa Anna, un afloramiento de naturaleza 
                    triásica. Al sur de esta sierra, entre la Llosa de Ranes y 
                    Játiva, se extiende un amplio valle de fondo casi plano, con 
                    una altitud media de 80-100 m y cubierto de sedimentos cuaternarios. 
                    El río Cáñoles, el barranco de Carnissers y el río Albaida, 
                    con cuyas aguas se riega la fértil huerta de Játiva, son perfectos 
                    para apagar el movil y respirar aire puro.  Al este del Albaida se alza la mole del Puig 
                    (312 m), en cuya cima está las ruinas de la ermita de Nuestra 
                    Señora del Puig. Al sur de la huerta el relieve se vuelve 
                    abrupto por medio de un anticlinal de paredes casi verticales 
                    y agudas calizas. Al sur de estas crestas se abre el valle 
                    de Bisquert, colorido por las tierras albarizas. Por el sur 
                    de Bisquert se levanta la Serra Grossa, que conforma el límite 
                    con el Valle de Albaida. La ciudad está enclavada a los pies 
                    del cerro del castillo cuyas laderas llegan a ocupar algunas 
                    casas, extendiéndose hasta la parte más llana de la vega. Los testimonios del poblamiento en el término 
                    de Játiva son de los más antiguos en toda la fachada mediterránea, 
                    como atestiguan los hallazgos de la Cova Negra, pertenecientes 
                    al Paleolítico Medio, excursión a traves de un bello 
                    sendero bien señalizado.  
                    
                      | Tras conquistar Valencia en 1238, Jaime I puso sitio 
                          a Játiva en 1240, aunque lo levantó al llegar a una 
                          tregua con el alcaide musulmán de la ciudad. Sin embargo, 
                          problemas entre este alcaide y los castellanos, obligaron 
                          a Jaime I a intervenir militarmente de nuevo, conquistando 
                          la ciudad en 1244, al poco de firmar el tratado de Almizra 
                          con Alfonso X. Al rendir la ciudad, Jaime I respetó 
                          la mezquita, que no se derribó hasta el siglo XVI. Bajo 
                          el dominio cristiano la ciudad, ya con el nombre actual 
                          de Xàtiva, se convirtió en la segunda ciudad más importante 
                          del Reino de Valencia. El término municipal de Játiva se extendía, desde la 
                          época andalusí, por la ribera del Júcar, la Costera 
                          y el Valle de Albaida, abarcando por el norte Sumacárcel, 
                          Antella y Villanueva de Castellón, por el sur Ayelo 
                          de Malferit y Montaberner, por el oeste Canals y Alcudia 
                          de Crespins y por el este Benigánim y Barcheta, con 
                          una extensión de unos 434 km² y una población de unos 
                          20.000 habitantes en el siglo XVI. Tras un largo proceso, 
                          de los 62 pueblos del término se segregaron 37 que formaron 
                          sus respectivos municipios, lo que redujo considerablemente 
                          su extensión. |  El casco antiguo de Játiva se declaró Conjunto Histórico-Artístico 
                    en 1982, y en él se encuentra la gran mayoría del patrimonio 
                    de la ciudad. El Castillo, encaramado sobre la sierra Vernissa, 
                    domina completamente la ciudad de Játiva. Su núcleo original, 
                    situado en el actual Castillo Menor (Castell Menor), es de 
                    origen ibérico y fue posteriormente habitado por los romanos, 
                    quienes también comenzaron la construcción del Castillo Mayor 
                    (Castell Major). El conjunto actual, sin embargo, presenta 
                    una arquitectura principalmente islámica o de estilo gótico. 
                    Fue prisión de estado de la Corona de Aragón, y fue considerado 
                    durante muchos siglos como la plaza más fuerte del Reino de 
                    Valencia. Desde lo alto del castillo se divisan, al norte, 
                    la ciudad y el llano de la ribera del Júcar; al sur, las tierras 
                    de secano y las sierras Grossa, Mariola y Benicadell; al oeste, 
                    la frontera con Castilla; y al este, los días de buena visibilidad, 
                    se puede intuir el mar Mediterráneo.  Fue declarado Monumento Nacional en 1931. Todavía se conservan 
                    pequeños tramos de muralla urbana así como los situados en 
                    las lomas que dominan la ciudad, dónde se encuentran diversas 
                    torres de vigilancia. Construida para proteger a la ciudad, 
                    contiene tramos que datan desde el siglo XI al XVI. 
 El Almudín se trata de un edificio de 
                    estilo gótico, construido entre 1530 y 1548, del que destaca 
                    su fachada y el patio interior con columnas jónicas. En su 
                    planta baja se realizaban las contrataciones y venta del trigo, 
                    mientras que la parte superior se utilizaba para el almacenamiento 
                    del mismo, uso que conservó hasta 1919, en que fue convertido 
                    en Museo de Bellas Artes y, posteriormente, en Museo de la 
                    Ciudad. En él se exhibe el famoso retrato de Felipe V colgado 
                    del revés por haber ordenado la quema de la ciudad. El Hospital 
                    Mayor de Pobres cuyas obras comenzaron en el siglo XV pero 
                    no terminaron hasta mediados del XVI. El interior se destruyó 
                    en 1707, pero se reedificó a comienzos del siglo XVIII. Su 
                    planta es cuadrangular, con patio y jardín interior. La casa 
                    natal de Alejandro VI es un palacete urbano del siglo XVI, 
                    en donde nació y residió en España el Papa Alejandro VI. Conserva 
                    en la fachada una puerta de amplio dovelaje y en su interior 
                    un arco escarzano de columnas jónicas. 8 fuentes singulares 
                    entre las que destacamos la Fuente del León (Font del Lleó), 
                    fuente histórica y ornamental del siglo XIX situada en el 
                    centro de la ciudad. Fuente de los veinticinco caños (Font 
                    dels vint-i-cinc "xorros"), fuente histórica y ornamental 
                    del siglo XVIII situada en el Barrio de San Pedro. Fuente 
                    de la Trinidad (Font de la Trinitat), fuente histórica y ornamental 
                    del siglo XV situada en la Plaça de la Trinitat. Fuente de 
                    Aldomar (Font d'Aldomar), fuente histórica y ornamental del 
                    siglo XVIII situada en la Plaça d'Aleixandre VI. El Museo 
                    Municipal del Almudín, el más antiguo de Játiva, y situado 
                    en la calle corretgeria, fue inaugurado en 1917 y sus colecciones 
                    declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) en 1962.  El núcleo original de la ciudad ibera se hallaba 
                    donde actualmente se levanta el Castillo Menor. Tras la conquista 
                    romana, el centro se trasladó paulatinamente hacia el llano, 
                    ocupando el espacio actualmente vacío entre la ciudad actual 
                    y el castillo, donde se encuentran las iglesias de San Félix 
                    y de San José. Los restos y noticias de edificios andalusíes 
                    prueban que la población rebasó el antiguo recinto romano-visigodo. 
                    La medina islámica debió ocupar casi todo lo que ahora se 
                    conoce como ciudad medieval, y en su interior destacaban la 
                    Aljama (en el Montsant) y la mezquita mayor, en el solar que 
                    ocupa la colegiata. El abastecimiento de agua se producía 
                    mediante la acequia de la Villa. Con la conquista cristiana 
                    se renovó el urbanismo de la ciudad y se construyeron nuevos 
                    edificios. Es a partir de finales del siglo XIII cuando los 
                    habitantes empiezan a abandonar la zona alta de la ciudad, 
                    descendiendo a zonas de mejor acceso y con agua corriente, 
                    hasta el punto de que el viejo recinto se convirtió en un 
                    gran albacar (lugar para guardar ganado) y posteriormente 
                    en zona de cultivos. A partir de entonces la ciudad se mantuvo 
                    en los límites formados por la muralla, aunque se ampliaron 
                    varios arrabales y se construyó un buen número de edificios 
                    hasta la llegada de la crisis económica que acompañó a la 
                    expulsión de los moriscos. 
 Chulilla se ubica en la falda de un alto promontorio, dominado 
                    por el castillo árabe que conserva torreones y murallas del 
                    lado de la población, ya que por la parte que da al río existe 
                    un impresionante cañón que lo hace inexpugnable por lo que, 
                    en ese lado, carece de construcciones defensivas. La mayor 
                    parte del término se extiende sobre terreno cretácico. En 
                    esta meseta caliza, la erosión del río Turia ha creado una 
                    hoz y el Salto de Chulilla, de 160 metros de profundidad y 
                    10 metros de anchura. 
  La vegetación está formada por pinares (carrasco) y monte 
                    bajo mediterráneo. En cuanto a la fauna, las especies más 
                    importantes son las rapaces, tanto diurnas como nocturnas, 
                    la perdiz, el conejo, la liebre, zorro, tejón, garduña, gineta 
                    y jabalí. En el Turia habitan barbos y truchas. Este pequeño 
                    pueblo está a 58 km en coche de la ciudad y en sus alrededores 
                    hay varias rutas de senderismo perfectas para hacer con toda 
                    la familia, así como algunas zonas para bañarse en verano. 
                    De las mas populares ess la ruta de los puentes colgantes, 
                    pues es muy suave y bonita (aunque no demasiado aconsejable 
                    para las personas que tengan vertigo). Si te apetece quedarte 
                    a comer en el pueblo, es recomendable que reserves con antelación, 
                    ya que son pocos los restaurantes de los alrededores y se 
                    suelen llenar.  Los primeros vestigios documentados en excavación han sido 
                    correspondientes a la Edad de Bronce en la superficie superior 
                    del Monte del Castillo a partir del cual, como núcleo original 
                    del término, el poblamiento ha sido continuado. Cabe señala 
                    que fueron añadas hace aproximadamente unos 20 años unas pinturas 
                    rupestres que muestran cacerías de animales salvajes.  Es un importante núcleo de turismo interior por sus atractivos 
                    naturales, siendo este sector el principal motor económico 
                    que mueve al pueblo. También cuenta con un balneario de aguas 
                    termales sulfurosas que mantienen una temperatura constante 
                    de 23 °C. El Castillo de Chulilla consta de antemuralla, torre barbacana, 
                    un bastión circular, dependencia abovedada, torres esquineras, 
                    y el recinto señorial con torre y restos de la residencia 
                    y dependencias auxiliares. También contaba con una ermita 
                    dedicada a San Miguel. En su interior se cuenta con cuatro 
                    aljibes. En diversos lugares se ven unos grabados similares 
                    a los del Castillo de Denia. Fue usado como cárcel para eclesiásticos 
                    por orden de San Juan de Ribera. Pinturas rupestres del barranco 
                    de Falfiguera son un conjunto de representaciones antropomorfas 
                    y zoomorfas localizadas en un abrigo situado a escasos veinte 
                    metros sobre el lecho del arroyo estacional tributario del 
                    río Turia. El abrigo fue descubierto en 1998 y desde 2011 
                    se encuentra protegido tanto por la legislación nacional como 
                    por la autonómica formando parte del Patrimonio de la humanidad 
                    arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica. 
                    Los platos típicos de la localidad son: la Olla de berzas, 
                    la olla de carne, y las populares "cocotes (empanadillas de 
                    chorizo). De la repostería sobresalen los reguiños, mantecados, 
                    tortas de almendra y "congretes". Existen buenos vinos como 
                    el "rancio", "Pedro Ximénez", "Juliola" y la dulce Mistela. 
                   Realizar la ruta del Charco Azul no tiene una 
                    gran dificultad y es apta para todo tipo de personas. Esta 
                    ruta se inicia en la plaza de la Baronia de Chulilla desde 
                    donde vamos bajando al paraje natural del Cañón del río Turia 
                    por las calles de Santa Bárbara y de las Cuevas. Una vez nos 
                    encontramos dentro del mismo Cañón del Turia podemos empezar 
                    a disfrutar de las enormes paredes en las Hoces del Turia 
                    que llegan a medir hasta más de 80 metros de altura. Durante 
                    toda la ruta estaremos siguiente el curso de río Turia pero 
                    en sentido contrario. Es posible realizar pequeños baños en 
                    la época de verano y primavera en alguna de las múltiples 
                    pozas de agua que existen en este río.A medida que vamos avanzando 
                    en nuestra ruta las paredes se van estrechando cada vez más 
                    hasta llegar al punto donde se acumula gran parte del agua 
                    del río Turia formando un enorme lago. Cuando llegamos al 
                    Charco Azul tenemos la sensación de haber alcanzado una especie 
                    de paraíso natural de ensueño. El color azul turquesa de este 
                    lugar junto a las paredes que lo custodian con apenas 10 metros 
                    de distancia en su punto más estrecho hacen de este lugar 
                    algo increíble. 
 Una de las rutas de senderismo más desconocidas, aventureras 
                    e imprescindibles para realizar en la Comunidad Valenciana 
                    es la Ruta de los Puentes Colgantes de Chulilla en el Cañón 
                    del río Turia. El encanto del pueblo de Chulilla no reside 
                    únicamente en sus calles y plazas. El entorno natural que 
                    envuelve a Chulilla en el Cañón del río Turia hacen de este 
                    paraíso natural uno de los más desconocidos y bonitos no solo 
                    de la provincia sino de toda la Comunidad Valenciana. Partiendo 
                    de los alrededores del pueblo de Chulilla se pueden realizar 
                    dos rutas senderistas sencillas y muy espectaculares. Ambas 
                    se realizan dentro del Cañón del Turia y no exigen de ninguna 
                    preparación física. La Ruta de los Puentes Colgantes de Chulilla 
                    o también conocida como la Ruta de los Pantaneros se realizada 
                    saliendo de la presa del embalse de Loriguilla que se encuentra 
                    en los alrededores de Chulilla. A partir de este lago nos 
                    introducimos poco a poco en el interior del Cañón del Turia 
                    que tiene unos 6 kilómetros de longitud, aunque para realizar 
                    esta ruta de los puentes colgantes no hará falta recorrerlo 
                    al completo. Una de las características más distintivas de 
                    este cañón conocido también como las Hoces del río Turia es 
                    que tiene paredes de más de 80 metros de alto a lado y lado 
                    que son el paraíso de mucho de los escaladores que llegan 
                    hasta este lugar. Esta fue históricamente la misma ruta que 
                    realizaban en los años 50 los obreros del embalse de Loriguilla, 
                    desde donde salimos hasta el pueblo de Chulilla. Una ruta 
                    repleta de vegetación principalmente de pinos y con unas vistas 
                    espectaculares allá donde se mire. Este estrecho sendero nos 
                    conducirá hasta los famosos puentes colgantes de Chulilla. 
                    Puentes reconstruidos en el año 2013 después de su destrucción 
                    en el año 1957 a causa de la crecida e inundaciones del río 
                    Turia. 
 A Gandía se le conoce por ser un destino de fiesta y playa, 
                    sin embargo, su historia y patrimonio no se quedan atrás, 
                    por eso es perfecta para visitar en cualquier época del año. 
                    Aquí dejaron una enorme huella la familia de los Borja, que 
                    vivieron en el Palacio Ducal, un edificio precioso que sí 
                    o sí tienes que visitar. Otro edificio que destaca es la Colegiata 
                    de Santa María, ubicada junto al Ayuntamiento, así como la 
                    Alquería del Duc, algo alejada del núcleo y rodeada de naturaleza. 
                    En coche se tardan unos 50 minutos desdeValencia, aunque también 
                    puedes ir en tren desde la Estación del Norte o en bus desde 
                    la Estación de Autobuses de Valencia.  Hasta tiempos bastante avanzados del Paleolítico superior 
                    no existen en el territorio que hoy constituye el término 
                    municipal de Gandía vestigios de una ocupación humana, pero 
                    ya en esta etapa, durante el Gravetiense final, el hombre 
                    de Cromañón se asienta en la Cueva del Parpalló, cueva que 
                    será habitada durante varios miles de años, hasta casi el 
                    final del Magdaleniense. También fueron habitadas durante 
                    el Paleolítico superior las cuevas del Barranco del Llop y 
                    la de Maravillas. 
  El santuario del Arte Levantino: la Cova del 
                    Parpalló. En contraste con la riqueza de yacimientos paleolíticos, 
                    neolíticos y eneolíticos, está la escasez de restos de la 
                    Edad de Bronce y la poca representatividad de los de épocas 
                    ibérica y romana. Está comprobada la ocupación del cerro del 
                    Castillo de San Juan en la época ibérica, seguramente a partir 
                    del siglo IV a. C., pues aunque las construcciones medievales 
                    hayan hecho desaparecer todo vestigio de las edificaciones 
                    del poblado, se han podido recoger cerámicas ibéricas y fragmentos 
                    de vasos áticos de figuras rojas y de barniz negro que sólo 
                    a un establecimiento de la fecha y cultura indicadas pueden 
                    pertenecer. También se han recogido en lugares no localizados 
                    monedas ibéricas. El núcleo medieval de la villa estuvo alrededor 
                    de las calles del Río, Mayor y de la Plaza. A ellas afluían 
                    otras callejas laterales. Se hallaba rodeada por una muralla 
                    construida a principios del siglo xiv. En la parte noreste 
                    estaba la judería. La morería (rabal) estaba separada de la 
                    villa y poseía una mezquita sobre el solar de la iglesia de 
                    San José. A finales del siglo xvi una serie continuada de 
                    terremotos hizo que se derrumbasen numeroso edificios. Las 
                    murallas desaparecieron a finales del siglo XIX, quedando 
                    hoy tan sólo tres torres que hay entre el colegio de las Escuelas 
                    Pías y el río, el Torreón del Pino y la Torreta de la calle 
                    de Pérez de Culla. 
 Entre los monumentos más importantes de la ciudad destaca 
                    el Palacio Ducal, que ha sido objeto de numerosas restauraciones. 
                    Casa natalicia de San Francisco de Borja. Destaca el Patio 
                    de Armas, gótico y la Galería Dorada, del siglo xvii, con 
                    azulejos originales de la época. Está considerado una de las 
                    mansiones señoriales más importantes de la Corona de Aragón. 
                    La habitación de Francisco de Borja se conserva prácticamente 
                    tal y como estaba en aquel entonces y no se permite pisarla, 
                    solo puede verse desde fuera. El Palacete París, obra del 
                    arquitecto Víctor Beltrí, es el principal exponente del modernismo 
                    valenciano en Gandía. La vía verde del Serpis, que discurre por el antiguo trazado 
                    del ferrocarril Alcoy-Gandía construido en 1892, es la mejor 
                    opción para los amantes de la bicicleta. Ausiàs March, poeta, Joanot Martorell, escritor en valenciano 
                    asi Joan Roís de Corella, escritor, todos del siglo XV son 
                    buena buena muestra del gran pasado cultural que atesora la 
                    ciudad.  Sin duda, Gandía es la cuna de la popular fideuá. Los arroces 
                    marineros, la cazuela marinera (suquet de peix) son deliciosos. 
 Requena, población del interior de Valencia es la preferida 
                    de los amantes del vino, el motor económico del municipio. 
                    Además de sus numerosas bodegas, también puedes darte un paseo 
                    por su casco histórico, conocido como la Villa, así como adentrarte 
                    en sus cuevas de origen musulmán. Si vas a final de agosto 
                    te encontrarás con la Fiesta de la Vendimia, unos días en 
                    los que el pueblo está lleno de vida, actividades y color. 
                    A Requena puedes ir en coche por la A-3 dirección Madrid (te 
                    costará menos de una hora). También está conectada en autobús 
                    o en tren, aunque desgraciadamente esta línea de ferrocarril 
                    deja bastante que desear y tarda bastante (alrededor de una 
                    hora y media) en recorrer una distancia de 64 km. El barrio 
                    Arrabal es la columna vertebral de Requena. Se localiza en 
                    el centro de la población y es una de las zonas con más vida 
                    y ambiente. La Avenida Arrabal es el paseo principal. En él 
                    los sábados por la mañana se celebra un mercado y son numerosos 
                    los bares y restaurantes en los que parar a degustar la gastronomía 
                    típica. Se inicia en la Plaza del Portal, donde está la fuente 
                    conocida como Fuente de los Patos, y tiene una distancia aproximada 
                    de un kilómetro. Entre dos de sus tramos encontrarás la Fuente 
                    de Colores. Allí mismo tenemos el monumento universal 
                    a la vendimia. Forma parte de la Avenida Arrabal desde 1972, 
                    año en el que fue inaugurado. Desde entonces, se ha convertido 
                    en una de las imágenes más representativas de Requena. Hace 
                    alegoría a una de las actividades más importantes de la comarca, 
                    la vendimia, y por ello en torno a él tienen lugar varios 
                    de los acontecimientos más importantes de la Fiesta de la 
                    Vendimia, celebrada a finales de agosto. En ella podemos ver 
                    algunos edificios modernistas de principio del S. XX, de los 
                    que destacan sus balcones y fachadas. Es otra de las plazas 
                    principales y hace de nexo entre los distintos barrios. 
 El Ayuntamiento está en la Plaza Consistorial, 
                    donde antes se ubicaba el Convento del Carmen, fundado en 
                    el siglo XIII. Junto al Ayuntamiento encontramos el Parque 
                    de la Glorieta, uno de los parques principales, ideal para 
                    ir con los niños. Al final de la Avenida Arrabal encontramos 
                    un gran puente que da paso al Recinto Ferial. Aunque durante 
                    el resto del año es una zona vacía, en las fiestas es donde 
                    se localiza la feria y donde se organizan diversos actos. 
                    Además, durante la Feria del Embutido, es en su Edificio Multifuncional 
                    donde se concentran las diferentes carnicerías.  Otros atractivos son la Sala de Exposiciones 
                    Antiguo Mercado, que acoge exposiciones temporales de arte. 
                    El Museo Municipal de Requena, en la parte trasera del Ayuntamiento. 
                    Recoge varias exposiciones sobre la historia y tradición del 
                    municipio. Y la Iglesia del Carmen, junto al Museo Municipal, 
                    en la Calle Carmen. Se construyó entre los siglos XIII y XVI. 
                    A día de hoy sigue siendo de culto. En la Plaza Valentín García encontramos este 
                    bonito edificio, también de estética modernista. Desde 1911 
                    este lugar ha mantenido su actividad en relación a los viñedos 
                    y la enología. Junto a él se encuentra un busto de Rafael 
                    Janini, ilustre director de esta institución entre 1919 y 
                    1924. 
 La Iglesia de San Sebastián es un templo 
                    con una larga historia, ya que se construyó en el siglo XIV 
                    en un estilo mudéjar. San Sebastián es el patrón de este barrio, 
                    por lo que es una iglesia muy importante para los habitantes 
                    de sus calles. Villa es el barrio más antiguo de Requena y 
                    aquel en el que se concentra gran parte de los atractivos 
                    de la ciudad. Por él pasaron diferentes culturas y épocas 
                    que han ido dejando su rastro hasta nuestros días. La Iglesia 
                    de Santa María destaca por su portada. Fue construida 
                    en el siglo XIV y es de estilo gótico florido isabelino, aunque 
                    su interior es barroco. En la actualidad, tras una rehabilitación, 
                    funciona como sala de exposiciones y conciertos. La Iglesia 
                    del Salvador, de tres naves, se construyó entre los siglos 
                    XIV y XVI y su portada también es de estilo gótico florido 
                    isabelino. Sigue funcionando como centro de culto. En ella 
                    también destacada su campanario. La Iglesia de San Nicolás 
                    es la iglesia más antigua de Requena, pues data del siglo 
                    XIII. Fue totalmente rehabilitada hace pocos años, ya que 
                    estaba en un gran estado de deterioro. En ella no se realizan 
                    misas, pero puede visitarse su interior. Coronel Albornoz 
                    es la plaza principal de este barrio y por ello es conocida 
                    popularmente como Plaza de la Villa. Es un lugar de gran belleza, 
                    con vistas a las iglesias de El Salvador y Santa María. Aquí 
                    hallarás varios hoteles y restaurantes. 
  En el Palacio del Cid, el Museo del Vino de 
                    Requena. Aunque no se vean a simple vista, el barrio 
                    de la Villa está plagado de cuevas de origen árabe. Muchas 
                    de las casas continúan conservándolas: si te fijas, muchas 
                    de ellas, pegadas al suelo, tienen una pequeña ventanita, 
                    que sirve para ventilarlas. Una buena parte de estas cuevas 
                    se unieron y son visitables. Se entra a ellas por la Plaza 
                    del General Albornoz. La Torre del Homenaje corona la Villa, 
                    por lo que puede verse desde gran parte de la ciudad. Fue 
                    construida por los árabes en el siglo X. Está junto al Patio 
                    de Armas, donde en ocasiones se organizan verbenas y conciertos. El Museo de Arte Contemporáneo Florencio 
                    de la Fuente se ubica en un bonito edificio característico 
                    por sus balconadas que se pueden ver desde la Cuesta del Ángel. 
                    Las exposiciones de este museo son temporales y por aquí han 
                    pasado obras de Sorolla, Dalí y Miró, entre otros.  Otros atráctivos son la Casa Museo de 
                    la Seda, en la Calle del Castillo. Es un interesante museo 
                    sobre la historia de la seda en Requena. El Palacio del Cid, 
                    una gran vivienda reconvertida en el Museo del Vino. Se localiza 
                    en la Calle Somera, 13 y su entrada cuesta 2€. El Museo Fiesta 
                    de la Vendimia, un museo dedicado a la fiesta más importante 
                    de Requena: la Fiesta de la Vendimia. Está en la Calle Santa 
                    María, 41 y tiene un precio de 2€. 
 Bocairent está algo más lejos pero no por ello merece menos 
                    la pena. Concretamente, se ubica a 95 km de Valencia por la 
                    A-7. Hasta aquí no llega el tren, pero sí hasta Ontinyent, 
                    que se localiza a tan solo 10 km. En Bocairent lo que más 
                    llama la atención son les Covetes dels Moros, un laberinto 
                    de cuevas conectadas entre sí (no apto para claustrofóbicos). 
                    Asimismo, el pueblo de Bocairent en sí también es muy bonito 
                    y en el encontraremos un tranquilo casco antiguo, unos neveros 
                    utilizados para conservar los alimentos entre los siglos XVII 
                    y XIX, y el Monasterio Rupestre, que fue excavado en la roca 
                    en el siglo XVI. 
 El municipio de Bocairent está situado en la vertiente noroeste 
                    de la Sierra Mariola, en el centro del valle de su mismo nombre. 
                    La superficie del término es muy montañosa, con un pequeño 
                    sector al centro menos ondulado. Las alturas principales son: 
                    Alt de Mariola (1158 m), Pico de Águila (961 m), Xar (1093 
                    m), Sant Jaume (956 m), Portí (1081 m), Masarra (659 m) y 
                    Alto de la Cruz (956 m). Los ríos Clariano y Vinalopó nacen 
                    dentro del término. En el cerro de Sant Jaume está la divisoria 
                    de aguas entre ambos ríos. Drenan el término los barrancos 
                    del Infern, de Fos, de la Foieta y de la Frontera. La villa 
                    está situada, escalonadamente, sobre un cerro. Los primeros restos hallados en el término de Bocairent datan 
                    del Neolítico, como los de las cuevas del Vinalopó y de la 
                    Sarsa. Existieron también varios poblados iberos diseminados 
                    por las pequeñas lomas de la zona. De época romana datan algunas 
                    villas repartidas por la llanura. El terreno no cultivado 
                    está cubierto en parte por pinos, encinas y monte bajo, que 
                    se aprovecha para pastos. En el secano se cosechan cereales 
                    y uva. El regadío, con las aguas del río Vinalopó y de la 
                    fuente de la Alquería, se cultivan cereales, árboles frutales 
                    y hortalizas. El conjunto llamado Covetes dels Moros es un grupo de cuevas-ventanas, 
                    o cuevas artificiales con orificios en forma de ventana, colgadas 
                    a mitad de un acantilado rocoso. Situadas en el barranco de 
                    la Fos, en la vertiente derecha, tan sólo a unos 300 m. al 
                    norte del núcleo urbano medieval de Bocairente. Es el grupo 
                    más complejo y numeroso, con diferencia, de toda la cabecera 
                    del río Clariano, donde hay otros pequeños grupos en los barrancos 
                    entre Bocairente, Onteniente y Alfara. Es también el más famoso 
                    y del que más se ha escrito. Actualmente, está considerado 
                    como BIC (Bien de Interés Cultural) (fue declarado Monumento 
                    histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional 
                    mediante decreto de 3 de junio de 1931). 
 Las interpretaciones de estas cavidades han sido muy diversas, 
                    a través del tiempo, (cámaras sepulcrales de épocas antiguas, 
                    graneros, cenobios visigóticos...) y difíciles de datar, por 
                    falta de materiales arqueológicos, inscripciones u otros datos. 
                    Después de diversas prospecciones arqueológicas llevadas a 
                    cabo por el MAOVA (Museo Arqueológico de Onteniente – Valle 
                    de Albaida), –aún no completadas–, se puede asegurar que se 
                    trataba de graneros-almacenes de seguridad, realizados en 
                    época andalusí, que servirían a determinadas comunidades campesinas 
                    de las proximidades, muy probablemente de ascendencia bereber. 
                    Parece que es un modelo de granero trasladado del norte de 
                    África (los tazaghin del alto Atlas, por ejemplo). La Sierra Mariola es notablemente rica en variedades vegetales. 
                    Entre todas ellas destaca la presencia del tejo. En la microrreserva 
                    de la Teixera d'Agres se puede observar el bosque de tejos 
                    más meridional de Europa,2? aunque actualmente no es tan abundante 
                    como en otros tiempos. La mayor parte de la sierra se encuentra 
                    cubierta por una formación boscosa en la que el pino carrasco 
                    es predominante junto con diversos arbustos como la aliaga, 
                    el romero o la jara, la sabina y el enebro. Sin embargo, también 
                    es posible encontrar el bosque mixto mediterráneo, en el cual 
                    se entremezclan especies como la carrasca junto con árboles 
                    caducifolios mucho menos frecuentes en la Comunidad Valenciana 
                    como pueden ser el fresno, el arce o el quejigo como especies 
                    arbóreas y la presencia del durillo, el rusco o la madreselva 
                    como especies arbustivas. Pero sin lugar a dudas la verdadera 
                    riqueza de la sierra se encuentra en la diversidad florística. 
                    Se han llegado a identificar 1200 especies, muchas de ellas 
                    endémicas de la Comunidad Valenciana o de la propia sierra. 
                    De entre ellas se podría destacar la salvia de Mariola, el 
                    rabo de gato, la manzanilla borde, la piperela, el espliego, 
                    la santonica, el hipérico o el té de roca. Debido a la gran variedad de ambientes la sierra posee una 
                    gran riqueza faunística. Entre los reptiles son de destacar 
                    la lagartija ibérica o la lagartija cenicienta, el lagarto 
                    ocelado, la culebra viperina o la víbora hocicuda. Entre las 
                    aves es posible encontrar granívoras como la perdiz, el verdecillo 
                    o el pinzón; insectívoras como el petirrojo, el carbonero 
                    común o el pito real o rapaces como el águila real, el azor, 
                    el gavilán, el cernícalo vulgar, el búho real, el búho chico, 
                    el mochuelo, el cárabo, la lechuza, el autillo, el buitre 
                    leonado y el milano real. Los mamíferos también son abundantes 
                    destacando el conejo, la garduña, la comadreja, la jineta, 
                    el tejón, el zorro y el jabalí.  En esta sierra nacen varios de los ríos más importantes de 
                    la Comunidad Valenciana, como el Serpis, el Clariano, el Molinar 
                    e incluso el río Uxola (el cual es afluente del río Serpis) 
                    con cursos con orientación sur-norte, y el Vinalopó en el 
                    sentido opuesto. Existen elementos que prueban la presencia humana desde tiempos 
                    inmemoriales. Del periodo neolítico encontramos los yacimientos 
                    del Salt en Alcoy, la cueva de la Sarsa en Bocairente y la 
                    cueva del Bolumini en Alfafara. La edad de bronce se encuentra 
                    representada por los poblados de la muela de Serelles y la 
                    muela de Agres, mientras que la época ibérica tiene en los 
                    yacimientos del Alberri, Castellar y Cabeço de la Cova de 
                    Mariola sus mejores ejemplos. Durante la época musulmana la 
                    sierra estuvo muy poblada lo que ha permitido la existencia 
                    de numerosos restos como los castillos de Barchell, Cocentaina, 
                    Bañeres de Mariola, Vinalopó, del Convento o la Torreta de 
                    Agres. Rodeando el parque se encuentras varias poblaciones 
                    con indudable atractivo turístico como Alcoy, Bañeres, Bocairente, 
                    Cocentaina y Onteniente. En este paraje se encuentran todavía 
                    restos de neveros como la cava arquejada. Se encuentra a 1.220 
                    metros de altitud sobre el nivel del mar, próximo al refugio 
                    de montaña del Montcabrer (Centro Excursionista de Alcoy). 
                    Está excavada en gran parte en la roca viva y sus dimensiones 
                    son: 14'90 metros de diámetro y unos 12 de profundidad. En 
                    sus muros hay seis accesos utilizados tanto para la introducción 
                    como para la extracción de nieve en forma de bloques de hielo. 
                    También se localiza en la actualidad la Estación biológica 
                    y jardín botánico de Torretes. De manera tradicional se han aprovechado diversas hierbas 
                    aromáticas presentes en la sierra para la destilación de un 
                    licor anisado, el herbero, que se encuentra protegido por 
                    la denominación de origen bebidas espirituosas de Alicante,También 
                    es típica la olleta alcoyana. 
 De especial interés son los diferentes neveros o cavas que 
                    aquí, en Bocairent, y alrededores, antaño servían para la 
                    recolección de la nieve y su aprovechamiento posterior. A 
                    pesar de que esta actividad fue importante durante el Reino 
                    de Valencia y en épocas posteriores, cabe mencionar que su 
                    origen se remonta en oriente, en Imperio Antiguo de Egipto, 
                    así como en Mesopotamía, además de recogerse antecedentes 
                    escritos de una “casa fría” en Ur (2000 a.C.), entre otros 
                    lugares del mundo. 
 Calpe pertenece a la provincia de Alicante y está a 122 km 
                    de Valencia. Aquí, además de ponerte las botas comiendo marisco, 
                    puedes subir hasta lo alto del Peñón de Ifach, pues las vistas 
                    desde su cumbre son impresionantes. Debido a su forma, es 
                    también un peñón muy visitado por los escaladores. También 
                    aquí hay unas salinas que se utilizan desde el siglo II d.C. 
                    y dónde se pueden observar distintas especies de animales, 
                    como los flamencos. En transporte público, puedes ir desde 
                    Valencia a Calpe en autobús.  Se alza majestuosamente el peñón de Ifach, una mole rocosa 
                    de 332 m de altura. Dicho peñón es uno de los símbolos de 
                    la Costa Blanca. Es la referencia más evidente de la geografía 
                    calpina, declarado parque natural por la Generalidad Valenciana 
                    en 1987. El término municipal presenta muchas playas y calas 
                    de muy buena calidad y destaca su bahía. Otro lugar reseñable 
                    lo constituyen el parque natural de las salinas, de las que 
                    antiguamente se ha extraído sal desde la época romana. Los asentamientos humanos más antiguos que se han localizado 
                    en el término municipal de Calpe se han datado en la Edad 
                    de Bronce. Se trata de materiales dispersos que no permiten 
                    aventurar, por el momento, la existencia de estructuras constructivas. 
                    Los primeros asentamientos localizados corresponden a los 
                    primeros poblados ibéricos. Estos se ubicaban, preferentemente, 
                    en las elevaciones y cerros que dominan el territorio. Se 
                    han localizado necrópolis y poblados en el peñón de Ifach, 
                    Cosentari, Corralets, La Cometa, La Empedrola, Pioco y el 
                    Castellet del Mascarat. El poblado localizado en el Tosal 
                    de Las Salinas estaba protegido por la zona pantanosa que, 
                    en aquella época, separaba el istmo del Peñón de las tierras 
                    circundantes. Durante la romanización adquiere mayor importancia 
                    la localización costera para los nuevos asentamientos. La 
                    cercanía al mar para permitir el comercio marítimo y la explotación 
                    de las factorías de garum, salazones y viveros, aprovechando 
                    la fácil excavabilidad de la piedra tosca, es la base económica 
                    sobre la que se funda el núcleo de población de los Baños 
                    de la Reina.  Se trata de un yacimiento arqueológico situado junto a las 
                    salinas. Se componía de una palacio romano (no una simple 
                    villa o domus circular) que consta de pasillo, patio y ocho 
                    habitaciones. Su profusión en mármoles y mosaicos revelan 
                    que pertenecía a una persona con un poder adquisitivo elevado. 
                    Entre otros elementos encontramos cerca del litoral unas piscinas 
                    artificiales excavadas en roca destinadas a piscifactoría 
                    y posterior salazón de pescado, unas termas y una noria más 
                    cuatro aljibes. Sus 0,39 hectáreas conforman asimismo una 
                    microrreserva de flora. La vivienda y su edificio termal fueron 
                    edificadas a fines del siglo II o inicios del siglo III y 
                    abandonada a principios del siglo V. Las estructuras fueron 
                    localizadas en 1610 por Gaspar Juan Escolano y excavadas los 
                    días 18 y 19 de mayo de 1792 por Cavanilles. Su descubrimiento 
                    fue publicado en la Gazeta de Madrid. Tras las excavaciones 
                    en septiembre de 1965 de Manuel Pellicer Catalán y, sobre 
                    todo, tras las excavaciones (algunas de ellas de salvamento) 
                    desarrolladas entre 1993 y 1999 se ha concretado la planta 
                    del complejo, identificándose como un vicus de tres viviendas 
                    cuya orientación económica era la de la elaboración de vino, 
                    pesca, producción de garum (salsa de pescado), saladero y 
                    extracción de piedra. Se han encontrado sepulcros. 
 Otros asentamientos, tipo villas, con una base agrícola, 
                    se encontrarían dispersos por las zonas agrícolamente utilizables 
                    del término. Los árabes levantaron, como elemento defensivo 
                    del territorio, la primera edificación del castillo de Calpe 
                    en el cerro que dominaba el paso del Mascarat. Tradicionalmente, fue una población agrícola, que producía 
                    almendras, pasas y algarrobas; su economía también se apoyaba 
                    en la pesca y la extracción de sal de sus salinas, hoy en 
                    día parque natural. Sin embargo, desde el siglo pasado (ya 
                    en los años treinta veraneó aquí Ernest Hemingway), sobre 
                    todo a partir de los años 60, se ha convertido en un municipio 
                    turístico, transformando su economía, su urbanismo y, en gran 
                    medida, su propia población. 
                    
                      | ¿Te imaginas atravesar una montaña por un agujero y 
                          aparecer en un lugar muy distinto al que venías? Pues 
                          es posible hacerlo, si haces una ruta de senderismo 
                          en la sierra de Bernia, Alicante. ¿Te parece interesante? 
                          Entonces sigue leyendo, seguro que te animas a ponerte 
                          las botas y vivir esta aventura. Para situarnos un poco, 
                          la sierra de Bernia se encuentra en la provincia de 
                          Alicante, a 30 km. del conocido pueblo costero Altea. 
                          Para empezar nuestra ruta, deberemos dirigirnos por 
                          la CV-749 hacia Xaló. Es recomendable llevar un GPS 
                          que te guíe hasta Bernia. En el inicio de la ruta encontrarás 
                          algunos lugares que sirven de parking, en los que suele 
                          haber varios coches o autobuses debido a que es una 
                          ruta transitada. La ruta en total son unos 10 km., y 
                          es fácil seguir el camino. La ruta empieza en la cara 
                          norte de la montaña, por lo que es una zona húmeda donde 
                          abunda la vegetación y nos encontramos una fuente a 
                          su paso. Pero no todo el camino es de rosas… para llegar 
                          hasta el forat, hay que subir por rocas. No hace falta 
                          ser escalador, pero sí tener habilidad y mirar bien 
                          por dónde pisas. Después de una subida y varias pausas 
                          para recobrar el aliento, llegamos al forat, es decir, 
                          el agujero. Sí, es un agujero de alrededor de un metro 
                          de altura que atraviesa la montaña por la mitad, y te 
                          permite pasar mágicamente de la cara norte a la cara 
                          sur. Por ello, para atravesarlo, tendrás que pasarlo 
                          en cuclillas o a gachas, dependiendo de tu altura, pero 
                          no es claustrofóbico, pues desde el principio ves la 
                          salida, la cual está cerca. Cuando lo hayas atravesado 
                          y te pongas de pie… ¡tachan!  
 Una majestuosa vista que te dejará sin aliento. Ya 
                          te encuentras en la cara sur de la montaña, desde la 
                          cual se vislumbra muy cerca el mar Mediterráneo y sus 
                          playas, algunas poblaciones como Benidorm (reconocible 
                          por sus rascacielos) y la segunda montaña más alta de 
                          la costa mediterránea: el Puig Campana. Es un momento 
                          ideal para hacer un alto en el camino, disfrutar del 
                          paisaje y hacer unas cuantas fotos. Siguiendo por el 
                          camino, verás que esta cara es distinta a la anterior. 
                          Si sigues las indicaciones que hay durante el camino, 
                          desviándote 10 min. de la ruta marcada, se encuentran 
                          unas pinturas rupestres, las cuales merece la pena visitar 
                          y están muy bien explicadas. Pero aquí no acaban las 
                          sorpresas en esta bonita ruta, ya que además pasamos 
                          por un fuerte del S. XVI, ordenado construir por el 
                          rey Felpe II, y del que aún se conservan algunas partes. |  
 Anna está a 67 km de Valencia y tan sólo a 16 km. de Xàtiva, 
                    por lo que puedes aprovechar para ver bien esta zona en uno 
                    o dos días. En Anna podemos visitar el Palacio de los Condes 
                    de Cervellón, cuya belleza y estilo consiguen que se compare 
                    con la Alhambra de Granada. Asimismo, a 1 km de Anna está 
                    su tranquilo Lago de la Albufera, donde también podemos observar 
                    a la fauna autóctona, hacer un pícnic en familia o incluso 
                    dar un paseo en barquita. Los hallazgos en la zona de "el Hondón" nos remontan al Paleolítico 
                    superior, entre el 20.000 y el 10.000 antes de Cristo. El 
                    Lago de Anna contiene en su interior y bajo sus aguas un extraordinario 
                    yacimiento Meso-Neolítico, fechado entre el 6.000 y el 5.000 
                    a.C. Ya en época metalúrgica, entre el 3.000 y el 2.000 a.C. 
                    periodo Eneolítico o Calcolítico, hubo poblados al aire libre 
                    en "el Rincón", "la Muela" y "el Pantano", con enterramientos 
                    de cuevas cercanas, mientras que durante la Edad del Bronce 
                    Valenciano hubo poblado en el Puntal del Casino. La Cultura 
                    Ibérica, entre el 500 a.C., y el cambio de era solo ofrece 
                    escasos materiales en la zona de "Tiboles", mientras que el 
                    poblamiento en época romana es más intenso, con restos de 
                    una villa en "la Moleta" y otra en "la Casa Guillén"; en "el 
                    Altico de la Hoyeta" se excavó una necrópolis de inhumación, 
                    mientras que en "el Cantalobos" los restos correspondían a 
                    época tardorromana. El origen de la localidad tal y como se 
                    le conoce actualmente es anterior a la etapa musulmana, aunque 
                    las primeras referencias documentales son de mediados del 
                    siglo XIII. El 22 de septiembre de 1244, Jaime I el Conquistador 
                    donó la villa de Anna a la Orden de Santiago en recompensa 
                    a la ayuda prestada en el cerco de Biar. Ocupa la parte más baja y ancha de la comarca del Canal de 
                    Navarrés, enclave privilegiado en el que afloran gran cantidad 
                    de aguas del acuífero del Macizo de Caroche, que son recogidas 
                    por el río Sellent. Anna destaca por sus múltiples fuentes 
                    y abundancia de agua. La Ermita del Cristo de la Providencia es una de las más 
                    bellas de la Comunidad Valenciana. De planta cruciforme y 
                    coronada con cúpula, fue construida a mediados del XVIII (tras 
                    el terremoto de 1748). Destacan dos piezas repujadas de cobre 
                    de gran patetismo y dos pinturas inspiradas en obras de Rafael 
                    y Rubens. La fachada principal es neoclásica, la lateral posee 
                    un reloj solar típicamente valenciano y unos versos dedicados 
                    al Cristo. Aquí es donde está ubicado el Santísimo Cristo 
                    de la Providencia de Anna, (que en las fiestas Patronales 
                    celebradas en septiembre es llevado a la Iglesia para luego 
                    volverlo a dejar en la Ermita el día 22 de septiembre).  Aproximadamente a 1 km al suroeste de Anna y a una altitud 
                    de 195 m. sobre el nivel del mar, se encuentra el pequeño 
                    lago de origen natural llamado "La Albufera de Anna". Antes 
                    pantano con barro y difícil transitar por él hasta que a principios 
                    de siglo XX se limpió todo y hoy en día es unos de 
                    los lugares más turísticos de toda Valencia. Mide unos 180 
                    m. de este a oeste y 300 m. de norte a sur, siendo su profundidad 
                    de unos 5 m., estando rodeado de sauces y chopos que, en verano, 
                    producen una acogedora sombra, en la que se refugian sus visitantes. 
                    De su fondo brotan grandes manantiales de agua, abundando 
                    numerosos ullals (ojos, manantiales) que lo alimentan continuamente. 
                    Es el principal atractivo turístico de Anna, junto con el 
                    Gorgo de la Escalera, el Gorgo Catalán y la Fuente Negra. 
                    El agua de la laguna procede depozos artesianos que afloran 
                    aquí por ser una pequeña depresión que corta el nivel freático 
                    de la zona, lo mismo que sucede en otras partes cercanas. 
                    En el Gorgo de la Escalera el río ha creado un gran cañón 
                    de profundas aguas cristalinas al que se accede a través de 
                    136 escalones.  
 Sus aguas se precipitan en un "gorgo", formando una gran 
                    cola de caballo que llaman "El Salto". Debido a su situación 
                    poco accesible a los rayos del sol, este tiene una de las 
                    aguas más frías de Anna. Antiguamente daba vida a una pequeña 
                    central hidroeléctrica. El Gorgo Catalán recoge las aguas 
                    que nacen en la Sierra de Enguera, paraje próximo a la Fuente 
                    Negra y que por medio de una cascada, vienen a dar en este 
                    hermoso gorgo. Está formado por un estanque muy profundo que 
                    suele utilizarse como lugar habitual de baño. Sobre su profundidad, 
                    se desconoce cual es. Se quiso vaciar una vez para comprobarla 
                    pero era demasiado hondo como para ello. Todavía hoy se desconoce 
                    su profundidad. La Fuente Negra, de abundante agua que emana, 
                    en sus proximidades, a flor de tierra, rebosa llena de frondosa 
                    vegetación que ha nacido a su amparo y a ella acude gran número 
                    de gente el día 25 de noviembre para celebrar la fiesta local 
                    de la "Catalineta". La Bajada del Molino nos conduce a las 
                    proximidades del barranco de Alcay, ofreciéndonos una bella 
                    panorámica del Monte Nero. A sus pies, ruinas de antiguos 
                    molinos y viejas fábricas se confunden con la hiedra y, alzándose 
                    majestuoso aparece un olmo milenario (catalogado como árbol 
                    monumental por la Generalitat). La Fuente de Marzo es un remanso 
                    de agua entre blancas rocas modeladas por las crecidas del 
                    río. 
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