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El Palacio de los Sueños (Nëpunësi i Pallati
it të Endrrave), publicada originalmente en Tirana, en 1976-1981,
es una de las principales novelas del escritor albanés Ismaíl
Kadaré. Al Palacio de los Sueños llegan todos los sueños de
los súbditos del Imperio: viajeros y correos se encargan de
recorrer los sitios más lejanos del territorio para que absolutamente
ninguno se quede por estudiar y afloren en ellos cualquier
síntoma de disensión y ruptura. Los sueños son catalogados
por peligrosidad y los enigmas que plantean son estudiados
por los investigadores del Palacio. El protagonista de la
historia entra a formar parte, tras un largo periodo para
conseguir el ingreso, de los trabajadores del Palacio, y lentamente
va ascendiendo en la jerarquía.
Kadare burló a los censores de la dictadura
albanesa dividiendo la novela en dos partes y ambientandola
en el imperio otomano. Sin embargo, los lectores se dieron
cuenta de lo mucho que el opresivo ambiente recordaba a la
ciudad de Tirana durante la dictadura de Enver Hoxha. La novela
no habla en realidad del Imperio Otomano sino que usa muchos
anacronismos y pasajes ambiguos para hacer la historia lo
más actual posible.
Jean-Christophe Castelli, escribió en su crítica
para Vanity Fair, que El Palacio de los sueños es la novela
más osada de Kadare y una de las visiones más lucidas sobre
el totalitarismo. Julian Evans dice que es un libro que todas
las dictaduras prohibirían. Los Angeles Times describe la
novela como una alegoría del poder absoluto.
Una novela antitotalitaria escrita y publicada
en el corazón de un país totalitario. La novela fue prohibida.
La provocación, de la que hablamos en
la tercera página de la selección de novela
corta fue calificada de "sátira antisocialista del comunismo
albanés y mundial". Casi nada ...

Los versos satánicos es la cuarta novela del
escritor indio nacionalizado británico Salman Rushdie, publicada
por primera vez en 1988. El título hace referencia a los versos
satánicos, un intento de interpolación en el Corán descrito
en la biografía de Mahoma escrita por Ibn Ishaq.
En el año 88 una fatwa del ayatolá Jomeini puso
precio a la cabeza de Rushdie, que desde entonces vive con
protección policial. Fanáticos musulmanes llegaron a atacar
a algunos de los traductores y al editor noruego de la novela,
una sátira sobre Mahoma y el Islam. El humor nunca ha sido
bien visto por el integrismo, el libro sigue sin poder publicarse
en muchos países musulmanes y la recompensa actual por asesinar
a su autor alcanza los 3 millones de dólares.


El guardián entre el centeno es una novela del
escritor estadounidense J. D. Salinger. Al publicarse en 1951,
en los Estados Unidos, la novela provocó numerosas controversias
por su lenguaje provocador y por retratar sin tapujos la sexualidad
y la ansiedad adolescente. La obra está escrita con narrador
intradiegético y en primera persona. El protagonista de la
novela, Holden Caulfield, se ha convertido en un icono de
la rebeldía adolescente.


En 1982, Walker publicaría el que fuera su trabajo
más conocido, la novela epistolar El color púrpura. Se trata
de la historia de una joven mujer negra en lucha no sólo contra
el racismo de la cultura blanca, sino también contra las actitudes
fomentadas desde el patriarcado negro. Este libro obtuvo un
absoluto éxito comercial. Acabó convirtiéndose en un best
seller que en 1985 vería una adaptación cinematográfica dirigida
por Steven Spielberg, en la que ella misma se encargó de adaptar
el guion, y su secuela como musical de Broadway en 2005.
Basada en la novela homónima (ganadora de un
premio Pulitzer), la película, protagonizada por Whoopi Goldberg,
Danny Glover, Oprah Winfrey y Margaret Avery, fue un largometraje
adelantado a su tiempo, pocas veces recordados en la carrera
de Spielberg, eclipsado por otros 'filmes de prestigio' como
la citada 'La lista de Schindler', 'Salvar al soldado Ryan'
(1998) o 'Los archivos del Pentágono' (2017).
Steven Spielberg no estaba nada de seguro de
dirigir la adaptación de la aplaudida novela de Alice Walker.
El compositor Quincy Jones, que era uno de los productores
de la película, fue el que apostó por el director de 'Tiburón'
y 'En busca del arca perdida'. La respuesta inicial de Spielberg
fue una negativa, puesto que sentía que su conocimiento sobre
la historia del sur de Estados Unidos era inadecuada y que
la cinta debía ser dirigida por un profesional con raíces
afroamericanas, ya que estaría más relacionado con la lucha
de la población negro en el sur del país. Sin embargo, Jones
fue muy insistente. "No, quiero que tú la hagas. Además, ¿acaso
debías ser un alienígena para dirigir 'E.T. el extraterrestre'
en 1982?", le planteó el músico. Spielberg apreció mucho el
comentario de su amigo y fue cuando decidió ser el director
de 'El color púrpura'.

Las uvas de la ira es una novela escrita por
John Steinbeck y por el cual recibió el Premio Pulitzer en
1940. Fue una obra muy polémica en el momento de su publicación,
y resultó profundamente transgresora en su época. Está ambientada
en la década de 1930, cuando Estados Unidos sufre una gran
crisis económica tras el crac del 29. Describe el proceso
por el cual los pequeños productores agrícolas son expulsados
de sus tierras por cambios en las condiciones de explotación
de las mismas y obligados a emigrar a California donde el
tipo de agricultura requiere mano de obra durante la cosecha.
En concreto, narra las dificultades de la familia Joad en
su éxodo desde Oklahoma hacia California en busca de mejores
condiciones de vida. Steinbeck exalta los valores de la justicia
y la dignidad humana en una Norteamérica que vive una etapa
de profunda injusticia económica y política.
En 1948, la película ‘Las uvas de la ira’ (The
Grapes of Wrath) filmada a principios de esa década y dirigida
por John Ford (basada en la novela homónima de John Steinbeck),
fue una de las poquísimas producciones norteamericanas que
el régimen comunista de Stalin permitió que se estrenase en
los cines de varias ciudades de la Unión Soviética, aunque
lo hizo bajo el título de ‘El camino hacia la ira’. En el
film se mostraba una Norteamérica totalmente en decadencia,
en la que los estragos de la devastadora crisis y la gran
depresión (tras el crack del 29) sufrida por ese país había
llevado a la ruina y desempleo a millones de trabajadores.
Esta trama servía perfectamente a los soviéticos para mostrar
a sus conciudadanos cómo el modelo capitalista americano estaba
corrompido y acabado. Pero fue muy poco el tiempo que dicho
film permaneció en las pantallas soviéticas, debido a que
los censores (que velaban por los intereses de todos los ciudadanos
de las URSS) se dieron cuenta que se les había pasado un pequeño
y crucial detalle y este no era otro que el público asistente
a las salas de cine tras visionar la película quedaba impresionado
por el hecho de que, en los Estados Unidos, incluso una familia
arruinada y asolada por la pobreza podía darse el lujo de
tener su propio automóvil, algo que no interesaba fomentar
en el ideario comunista, por lo que de forma automática fue
prohibida su exhibición y retirada de todos los cines de la
URSS.

La metamorfosis es un relato de Franz Kafka
publicado en 1915 y que narra la historia de Gregorio Samsa,
un comerciante de telas que mantiene a su familia con su sueldo,
hasta que tras una noche que no recuerda, amanece convertido
en un enorme insecto.
Es una de las obras más famosas del mundo.
Ésta y otras obras de su autor fueron prohibidas tanto por
el régimen nazi como por el soviético.

Ulises es una novela modernista del escritor
irlandés James Joyce, publicada en 1922 con el título original
en inglés de Ulysses. Es considerada por gran parte de la
crítica la mejor novela en idioma inglés del siglo XX. El
libro ha sido objeto de numerosos y profundos estudios, críticas
y controversias.
James Joyce escribió «Ulises» a pesar de la
pobreza, la enfermedad, la censura y su autoexigencia. Se
enfrentó a tres juicios y un glaucoma, vio arder ejemplares
del libro, padeció el escarnio público y vivió de la caridad.
Sobre el titánico esfuerzo de escribir aquellas 800 páginas,
arriba o abajo, trata «El libro más peligroso», ensayo que
convierte en historia de aventuras la odisea prosaica que
está detrás de la novela. Una crónica hasta el detalle para
entender la que es considerada mejor novela escrita en inglés
del siglo XX, el libro que renovó el lenguaje, se rió de las
comas, retorció el canon hasta hacerlo chillar y se aventuró
a hacer literatura del lenguaje y la vida cotidiana. Pero
el autor nos ofrece también una semblanza del creador: un
hombre orgulloso, simpático, alguien demasiado anarquista
para denominarse como tal. Un hombre que renunció a la patria,
la religión y la familia dejando pronto Dublín para ser escritor
y nada más. Pero Joyce, en su altivez, no era ajeno al amor.
Y eso que siempre fue un calavera de cuidado (contrajo la
sífilis con prostitutas y la enfermedad le causará todos sus
males oculares) que se burlaba del amor romántico.
Sin embargo, el amor está en el punto de partida
de la novela, ese día 16 de junio de 1904 en que conoció a
Nora Barnacle y en el que sucede toda la narración. Joyce
había concebido el artefacto, es decir, 18 capítulos desde
otros tantos puntos de vista, que traspusieran la heroica
«Odisea» a un día ordinario de un lugar pedestre. Pero no
sabía hasta qué punto necesitaba del amor para encender la
maquinaria. O, más exactamente, de morir de celos. Las dudas
acerca de la honestidad de Nora y del hijo que consideraba
suyo incendiaban al escritor, que estaba buscando esa voz
que cambiaría la literatura en inglés. Cuando supo que las
sospechas eran infundadas, comenzó a escribirle un torrente
de cartas eróticas a Barnacle, textos llenos de sexo explícito
y que, según el autor del ensayo, fueron la llave del lenguaje
del irlandés. «Toda esas proposiciones indecentes sirvieron
al escritor para hallar su lenguaje más noble», remarca.
Nuestra bibliotecaria dedica un pequeño
monográfico.

Esperando a Godot es una obra perteneciente
al teatro del absurdo, escrita a finales de los años 1940
por Samuel Beckett y publicada en 1952. La obra se divide
en dos actos, y en ambos aparecen dos vagabundos llamados
Vladimir y Estragon que esperan en vano junto a un camino
a un tal Godot, con quien (quizás) tienen alguna cita. El
público nunca llega a saber quién es Godot, o qué tipo de
asunto han de tratar con él. En cada acto, aparecen el cruel
Pozzo y su esclavo Lucky, seguidos de un muchacho que hace
llegar el mensaje a Vladimir y Estragon de que Godot no vendrá
hoy, «pero mañana seguro que sí». Esta trama, que intencionalmente
no tiene ningún hecho relevante y es altamente repetitiva,
simboliza el tedio y la carencia de significado de la vida
humana, tema recurrente del existencialismo. Una interpretación
extendida del misteriosamente ausente Godot es que representa
a Dios, aunque Beckett siempre negó esto.

Sí, la en apariencia completamente inocente
colección de libro-juegos de dibujos también llegó a ser censurada
porque en una de sus páginas aparecía una bañista con el pecho
al aire. Wally, el simpático joven del jersey a rayas rojas,
lleva poniendo a prueba nuestra agudeza visual desde que,
en 1987, su creador Martin Handford publicara en el Reino
Unido la primera entrega de sus andanzas. Sin embargo, y aunque
parezca increíble, este primer título fue censurado en muchos
lugares de EE.UU. ya que en una de las páginas que discurrían
en la playa aparecía una señora haciendo topless.

Como se puede ver, la mujer se había quitado
la parte superior del biquini, presumiblemente para permitir
una mayor uniformidad en el bronceado. Y un niño parece que
le está vertiendo agua sobre la espalda (o ensartando con
un helado), lo que le provoca saltar para regocijo de un caballero
bastante feliz, y con una sustancia marrón en el pecho, que
mira desde un lado. Y si uno observa cerca, muy, muy de cerca,
incluso se podría decir que la mujer muestra un pezón.
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También los libros infantiles han tenido que
sufrir la censura. El clásico Alicia en el país de las maravillas
de Lewis Carroll fue prohibido en China en 1931. Se responsabilizaba
a la obra de promover el uso de drogas entre los niños, además
de otorgar a las animales cualidades prácticamente humanas.
Por esto, se temía que los niños colocaran a humanos y animales
en un plano de igualdad.

La saga de libros de Harry Potter de J. K. Rowling
fue prohibida en los Emiratos Árabes y en algunos institutos
y colegios de zonas muy conservadoras de Estados Unidos por
incentivar la brujería y el satanismo. Hoy en día las novelas
de ficción de Rowling se han convertido en superventas, tienen
millones de fanes y son mundialmente conocidas, aunque todavía
permanecen censuradas en algunos lugares.

El cuento infantil sobre una pareja de pingüinos
homosexuales que adoptan un hijo (basado, ojo, en una historia
real) se utiliza con frecuencia para familiarizar a los niños
en la diversidad familiar, pero también fue el libro que más
a menudo se intentó prohibir en bibliotecas de Estados Unidos
entre 2006 y 2010, acusado de promover la homosexualidad entre
menores.

Un clásico en las listas de libros polémicos
de los 90, cuando esta historia infantil fue repetidamente
acusada de misoginia e intentó expulsarse de centros escolares.
El motivo, obvio: todas las brujas eran mujeres.
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George, escrito por Alex Gino, es cuestionado,
prohibido y restringido por su contenido LGBTQIA+, en conflicto
con puntos de vista religiosos y por no reflejar «los valores
de nuestra comunidad».
George cree que jamás podrá decirle a nadie
que ella, en realidad, es una niña. Un día, su profesora anuncia
que su clase va a representar una obra de teatro. Y George
desea con todas sus fuerzas el papel de la niña protagonista,
Charlotte. Pero su profesora le dice que ni siquiera puede
hacer la prueba para el papel... porque es un chico. Con la
ayuda de Kelly, su mejor amiga, George traza un plan. No solo
para poder ser Charlotte en la obra, sino para que todo el
mundo sepa, de una vez por todas, que es ella en realidad.
Gino es mejor conocido por su novela debut de
2015 George, una novela de grado medio que presenta a una
joven transgénero, en la que comenzó a trabajar en
2003. El título provisional de la novela era Girl George (una
referencia a Boy George), aunque cuando Scholastic compró
el libro, este se cambió al título actual para ampliar el
número de lectores. Gino ha expresado su pesar por haber bautizado
a su personaje con este título, y recientemente anunció que
cambiarían el nombre de la novela Melissa's Story. En 2018,
Gino lanzó otra novela de grado medio, ¡No lo sabes todo,
Jilly P! Cubre la cultura sorda y el movimiento Black Lives
Matter y recibió críticas destacadas de Kirkus Reviews, Publishers
Weekly y el School Library Journal.
Young adult fiction (YA) es una categoría de
ficción escrita para lectores de 12 a 18 años.

Escrito por Ibram X. Kendi y Jason Reynolds.
Prohibido y cuestionado por las declaraciones públicas de
sus autores, y por las afirmaciones de que el libro contiene
«incidentes selectivos de narración» y no abarca el racismo
en general.

Chicos típicamente americanos (All American
Boys), escrito por Jason Reynolds y Brendan Kiely. Prohibido
y cuestionado por blasfemias, consumo de drogas y alcoholismo,
y porque promueve supuestamente opiniones en contra de la
policía, y contiene temas divisivos y «demasiado delicados
para este momento».

Prohibido, cuestionado y restringido por contener
puntos de vista políticos. Además, por supuestos prejuicios
contra estudiantes del sexo masculino, y por su presentación
de episodios de violación y blasfemia.

El diario completamente verídico de un indio
a tiempo parcial (The Absolutely True Diary of a Part-Time
Indian), escrito por Sherman Alexie. Prohibido y cuestionado
por blasfemias, referencias sexuales y acusaciones de mala
conducta sexual por parte del autor.

Escrito por Marianne Celano, Marietta Collins
y Ann Hazzard, e ilustrado por Jennifer Zivoin. Cuestionado
por su «lenguaje divisivo» y porque promovía supuestamente
opiniones en contra de la policía.

Es sorprendente la fuerza y la inmensa popularidad
en Estados Unidos de la literatura de ficción escrita por
novelistas negras; dado que la novela seria -blanca o negra-
no suele vender mucho en Estados Unidos, éste es un fenómeno
digno de ser destacado. Este auge de la narrativa femenina
afroamericana ha tenido un tremendo atractivo para las mujeres
estadounidenses de todas las procedencias. La más dotada de
todas estas novelistas es Toni Morrison, que, a sus 62 años,
ganó el Premio Nobel de Literatura. Su pecularísima
voz es una sorprendente mezcla de indignación femenina, resistencia
y valerosa sexualidad con una sensación de triunfar en una
cultura o estilo de vida alternativos que trasciende el sexo.
Es una de las novelistas estadounidenses más importantes de
esta época. Morrison, como Hemingway, Fitzgerald, Theodore
Dreiser y Sinclair Lewis, procede del centro de Estados Unidos
la ciudad pequeña del Medio Oeste. Pero su Ohio natal no es,
en realidad, más que el Norte del Sur; una niña negra que
creciera allí tenía algo de la dignidad de ser norteña sin
estar apartada de los líricos ritmos del discurso surista
y de la historia especial del Sur y los negros. Morrison escribió
su tesis sobre William Faulkner y Virginia Woolf cuando era
estudiante en Cornell.


La Regenta es la primera novela de Leopoldo
Alas «Clarín», publicada en dos tomos en 1884 y 1885. En palabras
de su autor, «fue escrita como artículos sueltos» que «según
iba escribiendo iba mandando al editor». Gran parte de la
crítica la ha considerado la obra cumbre de Clarín y de la
novela española del siglo xix, la segunda de la literatura
española y uno de los máximos exponentes del naturalismo y
del realismo progresista. Asimismo, la crítica ha venido señalando,
desde el momento de su publicación, los vínculos entre La
Regenta y Madame Bovary (1857), del escritor francés Gustave
Flaubert.
La novela, cuya acción transcurre en Vetusta,
una ciudad provinciana española tras cuyo nombre enmascaró
Clarín a la capital asturiana, Oviedo, solo pudo ser publicada
en Barcelona (Daniel Cortezo y Cía.), ya que constituyó un
verdadero escándalo en su momento, sobre todo en Oviedo: el
obispo de la ciudad publicó en su contra una pastoral que
mereció una réplica de Clarín. En su argumento se basó la
versión cinematográfica homónima de 1974 dirigida por Gonzalo
Suárez y protagonizada por Emma Penella. Posterior es la serie
para televisión de Fernando Méndez Leite con Aitana Sánchez-Gijón
y Carmelo Gómez.
La probablemente mejor novela española del siglo
XIX fue prohibida por el franquismo por su anticlericalismo,
su “lascivia sacrílega” y su denuncia de la hipocresía en
la sociedad de provincias que poco había cambiado desde que
se escribió. Pero los motivos para permitir su publicación
en los 60 nos parecen si cabe todavía más insultantes: venían
a decir que era una obra tan coñazo y tan para snobs que se
podía permitir sin problemas, porque la iban a leer cuatro
gatos y nunca llegaría a pervertir a la masa de la población
española.

En la época en la que todo lo que hacía Madonna
era tan relevante que venía acompañado de la condena de todas
las personas de orden, estaba claro que la publicación de
un libro artístico sobre sexo iba a ser tan censurada como
publicitada. La obra provocó un interesante debate sobre los
límites entre erotismo y pornografía, un escándalo mayúsculo
en la ya de por sí escandalosa carrera de la cantante y fue
prohibido en países como Irlanda y Japón, además de boicoteado
en numerosas librerías de Estados Unidos. ¿El resultado? Unas
ventas estratosféricas, un icono cultural del año 92 y la
vaga sensación general de que tampoco era para tanto.


El retrato de Dorian Gray es considerada una
de las últimas obras clásicas de la novela de terror gótica
con una fuerte temática faustiana, además muestra un pintor
con afecto íntimo y directo con el personaje principal. El
libro causó controversia cuando fue publicado por primera
vez; sin embargo, es considerado en la actualidad como «uno
de los clásicos modernos de la literatura occidental.» Condenado
por sodomía (homosexualidad) a dos años de trabajos forzados
que cumplió en la cárcel de Reading, el brillante escritor
que arrasaba entre la sociedad victoriana acabó muriendo enfermo
y arruinado en París. Sus obras fueron repudiadas junto a
su figura en uno de los episodios más vergonzosos de la historia
infame de la homofobia.
Oscar Wilde supo retratar a la perfección, con
gran ojo crítico, tanto a la sociedad de su época (finales
del siglo XIX, en plena época victoriana) como el tema de
la vanidad, de la locura y la enajenación. Su perfección como
retratista y sus descripciones cautivaron a un gran público;
sin embargo, el carácter, en ocasiones, presumido, indolente
y afectado de Dorian Gray se volvieron en contra del autor
con ocasión de los juicios que se celebraron en Londres a
propósito de su homosexualidad (entonces, un delito por el
que se podía ir a la cárcel). Oscar Wilde se defendió admirablemente
en el estrado, después de que fueran leídos en voz alta varios
pasajes del libro en los que se podría entrever cierta conducta
aduladora y delicada entre Dorian y el pintor Basil. Oscar
Wilde afirmó que no se podía juzgar en modo alguno a «un hombre
por lo que escribe». Hoy en día, el mito de Dorian Gray está
extendido en la cultura occidental como un sinónimo de vanidad
y de deseo de imperturbabilidad. Así, en honor a la belleza
y la maldad de esta carismática figura se han hecho obras
de teatro y películas memorables.
Una piedra angular en los debates entre la ética
y la estética, en las relaciones que mantienen el bien y el
mal, el alma y el cuerpo, el arte y la vida. «Degeneramos
en espantosas marionetas, obsesionados por el recuerdo de
pasiones ante las que tuvimos demasiado miedo, y ante las
exquisitas tentaciones a las que no tuvimos el coraje de ceder.
¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamente nada en el mundo
más que la juventud!»

Persépolis es el título de una novela gráfica
autobiográfica escrita e ilustrada en blanco y negro por Marjane
Satrapi. La autora relata las etapas fundamentales que marcaron
su vida, desde su niñez en Teherán durante la revolución islámica,
hasta su difícil entrada a la vida adulta en Europa. La novela
gráfica autobiográfica ambientada en el marco de la revolución
islámica y el exilio está prohibida en Irán. Su visión crítica
hacia el régimen lo convierte en objeto perseguido al mismo
nivel que cantar Happy.
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La literatura centroeuropea de entreguerras
parece sacudida por la rabia, el dolor y el exceso. Escritores
como Stefan Zweig, Joseph Roth, Walter Benjamin, Franz Kafka,
Fernando Pessoa o Hans Fallada, buscan el refugio de una sociedad
que muta hacia la tragedia en las drogas, el alcohol o la
locura. Quizá sea uno de los casos más paradigmáticos el de
Hans Fallada, cuyo nombre real era Rudolph Willhelm Friedrich
Ditzen, nacido en Greifswald, en el norte de Alemania, en
1893. Una carta enviada desde el manicomio de Strelitz a su
hijo Uli en el otoño de 1944 debía representar en una vida
común un hito, un punto de inflexión. Pocas semanas antes,
en julio de 1944, en un incidente poco aclarado, había disparado
un arma que hirió levemente a su mujer Anna “Suse” Issel y
entró en el manicomio con un cargo de asesinato a cuestas.
Pero en la vida de Fallada no era una excepción. Desde su
juventud su vida había sido hasta ese momento un carrusel
de adicciones, de momentos bajos, depresión y locura. El escritor
había tocado fondo ya muchas veces. Quizá venía marcado desde
su infancia por la presencia de un padre estricto y distante,
juez del Tribunal Supremo, y por un accidente en 1909, cuando
tenía apenas dieciséis años, que casi le cuesta la vida y
unas fiebres tifoideas poco después del accidente que mermaron
para siempre su salud.
Crucial para el devenir posterior del autor
parece también un falso suicidio enmascarado en duelo que
perpetró con su amigo Hans Dietrich von Necker en 1911 y que
acabó con la muerte de este. Posiblemente el hecho escondía
algún tipo de relación homosexual que querían sofocar pero
el hecho marcó de una forma definitiva la personalidad de
Fallada, que desde entonces se embarcó en un sinfín de conductas
autodestructivas. Desde su juventud Fallada será adicto a
la morfina (que tan bien refleja en Diario de un morfinómano),
al alcohol, la nicotina y todo tipo de fármacos. Su juventud
y madurez será un ir y venir a hospitales, manicomios y clínicas
de desintoxicación. Ya durante la Primera Guerra Mundial fue
descartado del servicio e ingresado en varias clínicas de
Turingia de las que salió en 1919, con la guerra acabada y
con Alemania azotada por una de las mayores crisis económicas
de su historia. En esos años servirá como mozo en un corral,
una vida que lo apacigua y que en cierta forma tratará de
reproducir años más tarde con su exilio rural en Carwitz,
donde vivirá los años más sosegados de su existencia.

Eligió el seudónimo Hans Fallada basado en dos
cuentos de los hermanos Grimm: el desafortunado Hans de Hans
im Glück (Juan con suerte) y de Die Gänsemagd (La pastora
de ocas), cuento en el cual aparece un caballo llamado Falada,
que incluso tras su muerte sigue diciendo la verdad.
Los primeros años veinte suponen el despegue
literario de Fallada. La ciudad, pese a la terrible crisis
económica, es un hervidero de vida y de ideas que lo alimentan.
Nunca ha estado tan viva la capital alemana como en esos años:
la Postdamer Platz, Alexander Platz, Unter den Linden, son
un hervidero de cafés, de tertulias, de vividores y supervivientes.
De estos años son sus dos primeras novelas: Der junge Goedeschal,
de 1920, y Anton und Gerda, de 1923, que no tienen todavía
una gran repercusión. Las adicciones de Fallada siguen ahí,
escribe con rabia y delirio pero también se mete una y otra
vez en problemas financieros que acaban con una reclusión
de unos meses por fraude en 1923 y posteriormente con una
condena y encarcelamiento más largo en la prisión de Münster,
por malversación de fondos.
La morfina es la compañera principal de ese
tiempo, incluso por encima del alcohol. Ya no está en Berlín,
reside en la ciudad de Neumünster, a unos sesenta kilómetros
al norte de Hamburgo. Sólo hacia 1928 parece que el destino
le da una pequeña tregua: se afilia al SPD (Partido Socialdemócrata
Alemán), entra a trabajar en un pequeño diario, el General–Anzeiger,
y se compromete con otra periodista, Anna Issel, el gran amor
de su agitada vida. Parece que algo cambia en esos años, que
puede, pese a seguir con sus adicciones, reconducir su vida.
En el año 1931 se traslada de nuevo a Berlín, a Neuenhagen,
en la zona este de la ciudad. Trabaja ya para la editorial
Rowohlt, nace su hijo Uli, publica su primera novela de éxito
Bauern, Bomben und Bonzen (1931) a la que sigue poco después
Pequeño hombre, ¿y ahora qué? (1932) que amplia el eco de
la anterior. En Estados Unidos y Reino Unido llegaría a ser
libro del mes en el año 1934 y con los derechos que cobra
parece que se alivia su situación financiera de una forma,
a priori, definitiva.

Residencia de Hans Fallada en Carwitz hoy convertida
en museo.
El 30 de enero de 1933 sube al poder el Partido
Nacionalsocialista Alemán y Adolf Hitler es el nuevo canciller.
A la muerte de Hindenburg, el año siguiente, Hitler toma plenos
poderes como Führer (líder) de Alemania. Ha nacido el Tercer
Reich. Pronto las leyes antisemitas son aplicadas y se empieza
a mirar con recelo a Fallada, ya que su novela Pequeño hombre,
¿y ahora qué? ha sido llevada al cine en Hollywood por productores
de origen judío. En abril de 1933 su casa de Neuenhagen es
asaltada por miembros de la Gestapo y Fallada pasa algunas
horas en un calabozo. El escritor está próximo a un colapso
nervioso. Se siente amenazado. Algunos amigos escritores e
intelectuales son apresados, represaliados en incluso enviados
a uno de los primeros campos de concentración, Dachau, en
Baviera. La salud mental de Fallada se resiente. Tiene crisis
de ansiedad y fobias y se reproducen sus problemas de adicción.
En ese mismo año 1933 adopta la decisión de emprender un exilio
interior y para ello compra una finca en Carwitz, unos cien
kilómetros al norte de Berlín, una región rural donde permanecerá
los diez años siguientes. Este exilio interior consciente
es minoritario en la intelectualidad alemana. Los escritores
e intelectuales que han optado por el exilio activo lo critican
por su tibieza e incluso figuras emblemáticas de la literatura
alemana como Thomas Mann escriben artículos en los que critican
la decisión de Fallada.

El “Tercer Reich” se refería a dos imperios
germanos anteriores: El imperio franco medieval de Carlomagno
y el imperio germano bajo la dinastía prusiana de Hohenzollern
(1871-1918). El Tercer Reich, un régimen de adictos (a las
drogas).

En los primeros años en Carwitz encontrará un
refugio que le permitirá escribir con cierta tranquilidad.
Cuida un huerto y tiene panales de abejas. Allí nacerá su
hija Lore. En 1935 se recrudece la censura y Fallada es declarado
“autor indeseable”. Su obra no puede ser traducida ni reproducida
en el extranjero. Su siguiente novela Corazón viejo a la ventura
tiene problemas también para ser publicada. Se agudiza la
correa de la censura y en los años siguientes el autor se
centrará en publicar libros infantiles y juveniles, inicuos
para los censores del Reich. En 1937 esta situación se revierte.
La publicación y el éxito de Wolf unter Wölfen (Lobo entre
lobos) marcan el regreso temporal de Fallada a su antiguo
estilo serio y realista. La censura nazi reconoce en el libro
una aguda crítica a la República de Weimar y así su publicación
resulta aprobada. Joseph Goebbels lo destaca como «un gran
libro» e incluso le propone trabajar en algún libro de propaganda
del nazismo. Así su siguiente libro Der Gustav (De Gustav)
era una mirada a las privaciones causadas por la Primera Guerra
Mundial, pero al revisar el manuscrito Goebbels sugeriría
a Fallada que estirara la línea del tiempo de la historia
para incluir el surgimiento de los nazis y su representación
como solución a los problemas de la guerra y la república
de Weimar. Fallada se ve maniatado, capitula y escribe un
libro adaptado a lo que le pide Goebbels. Se siente más presionado
que nunca y con la ayuda de su editor inglés, George Putnam,
planea un intento de fuga a Inglaterra en 1938 que finalmente
fracasa. Fallada y toda su familia pasarán toda la guerra
en Carwitz, en el refugio que finalmente se ha convertido
en una nueva prisión.
Los últimos años en Carwitz son mucho más duros.
Llega el racionamiento, el fanatismo, las leyes raciales extremas
e incluso, a partir de 1943, se raciona también el papel que
únicamente se utiliza para publicaciones oficiales. Muere
el editor Rowohlt y las relaciones con su esposa se tensan.
Fallada sólo escribe algún libro infantil por pura supervivencia
y ahonda en sus adicciones y en una serie de relaciones extramaritales
que complican su vida doméstica. Cuando ocurre el incidente
de verano de 1944 que acaba en el encierro en el manicomio
de Strelitz el matrimonio está prácticamente separado. Los
meses en Strelitz son indescriptibles: poca comida, frío,
privaciones, locura y el cada vez más cercano rumor de la
avalancha militar rusa que acecha por el Este. En esos meses
escribe El bebedor, una de sus mejores novelas. Abandona el
manicomio en diciembre de 1944, con los rusos ya a pocos kilómetros
de la frontera alemana.
La Puerta de Brandeburgo y el centro de Berlín
tras la rendición alemana, en junio de 1945. La batalla de
Berlín fue la última gran batalla en Europa durante la Segunda
Guerra Mundial. Comenzó el 16 de abril de 1945 tras el inicio
de una gran ofensiva de la Unión Soviética sobre la ciudad
capital del Tercer Reich, y finalizó el 2 de mayo de 1945,
cuando los defensores alemanes rindieron la ciudad al Ejército
Rojo.
Los primeros meses del año 1945 son un baño
de sangre. Las últimas fuerzas del Reich se agotan en la resistencia
de Berlín que queda totalmente arrasada. El 30 de abril los
rusos toman la ciudad y pocas semanas después, con la rendición,
Alemania queda dividida en dos zonas de control: aliados y
soviéticos. Los últimos años de Fallada los vivirá en la zona
controlada por los rusos, que incluso lo promueven a alcalde
de la ciudad de Feldberg, muy cerca de Carwitz. Se casa con
Ursula Losch, treinta años menor que él y también drogodependiente.
Los últimos meses de su vida los emplea en la redacción de
Sólo en Berlín. Una escritura enloquecida, febril, que hace
que presente al editor un manuscrito de más de ochocientas
páginas en menos de dos meses. Se diría que Fallada sabía
que se acababa su tiempo. El cinco de febrero de 1947 aparece
muerto en su apartamento de Berlín. El informe médico indica
“causas naturales” pero probablemente se encubre un suicidio
por sobredosis.
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