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            El 31 de agosto de 1955, el cuerpo mutilado de Emmett Till, de 
              14 años, apareció flotando en el río Tallahatchie, Mississippi. 
              Golpeado y asesinado por supuestamente silbar a una mujer blanca, 
              el adolescente fue uno de los muchos hombres, mujeres y niños negros 
              que fueron linchados impunemente en el siglo posterior a la Guerra 
              Civil. La historia de Till despertó a todo el país y le puso ante 
              la violenta realidad de ser negro en Estados Unidos. 
            Su legado perdura hoy en día, gracias en parte a su madre, Mamie 
              Elizabeth Till, que mostró al mundo la brutalidad del asesinato 
              de su hijo y luchó incansablemente por obtener justicia. Aunque 
              los asesinos de Emmett nunca fueron condenados, su nombre y su rostro 
              siguen siendo evocados en la actual lucha por la igualdad. 
            Emmett "Bobo" Louis Till tenía sólo 14 años cuando fue asesinado. 
              La familia lo recuerda como una persona amable y divertida a la 
              que le encantaban las bromas pesadas y hacer reír a los demás. Pero 
              Till creció en una época en la que la mayoría de los espacios públicos 
              estaban segregados y el matrimonio entre razas era ilegal. A los 
              negros se les enseñaba a hablar con los blancos con la mirada puesta 
              en el suelo y a dirigirse a ellos con términos honoríficos. Las 
              infracciones se respondían a menudo con palizas y otros usos de 
              la fuerza. 
            Criado en Chicago, Till estaba visitando a unos parientes en el 
              Delta del Mississippi en el verano de 1955. En la noche del 24 de 
              agosto, Till fue con unos primos al Bryant Grocery and Meat Market 
              en Money, Mississippi. Carolyn Bryant Donham, blanca y esposa del 
              dueño de la tienda, estaba atendiendo la tienda esa noche. A pesar 
              de que Bryant Donham afirmó posteriormente que Till la agarró y 
              acosó repetidamente en la tienda, los documentos judiciales muestran 
              que Till pagó dos centavos por un chicle y se fue sin incidentes. 
              Cuando Bryant Donham salió de la tienda, Till emitió un silbido. 
              Sus primos dicen que no iba dirigido a ella, pero que sabía que 
              esto causaría problemas y se alejó. Durante los tres días siguientes, 
              Roy, el marido de Bryant Donham y también blanco, aterrorizó a otros 
              dos adolescentes negros que confundieron con Till: uno en la tienda 
              de Bryant y otro caminando por la carretera, al que metieron en 
              la parte trasera de la furgoneta de Bryant antes de liberarlo. 
              
            Esta foto de Emmett Till, de 14 años, con su madre en su casa de 
              Chicago fue tomada poco antes de su viaje para visitar a su familia 
              en Mississippi, donde fue asesinado. 
            El 28 de agosto, a las 2:30 de la madrugada, Bryant, su hermano 
              J.W. Milam y al menos otra persona fueron a la casa de los Wright 
              en busca del chico que había "hablado" en la tienda de comestibles. 
              Despertaron a Till y le ordenaron que se vistiera, amenazando a 
              sus familiares y rechazando su oferta de pago a cambio de dejar 
              ir a Till. 
            Al día siguiente, el departamento del sheriff del condado de Leflore 
              detuvo a Bryant y a Milam y los acusó de secuestro. Admitieron haberse 
              llevado a Till, pero afirmaron que lo habían liberado. Dos días 
              después, el cuerpo desnudo de Till fue encontrado flotando en el 
              río Tallahatchie con un ventilador de una máquina de algodón de 
              34 kilos atado a su cuello con alambre de púas. Su rostro estaba 
              desfigurado hasta casi no poder ser reconocido. Bryant y Milam fueron 
              acusados de asesinato. 
              
            Unas 50 000 personas acudieron a ver el cuerpo de Till en la Iglesia 
              de Dios en Cristo Roberts Temple de Chicago. 
            En septiembre de 1955, J.W. Milam y Roy Bryant fueron juzgados 
              por asesinato ante un jurado compuesto exclusivamente por hombres 
              blancos en un tribunal del condado de Tallahatchie. Un adolescente 
              negro llamado Willy Reed arriesgó su vida para testificar que vio 
              a los hombres llevar a Till a una granja donde Reed les oyó golpear 
              a Till sin piedad en el granero. El jurado absolvió a Milam y Bryant 
              después de deliberar durante sólo 67 minutos. Un miembro del jurado 
              dijo a un reportero que no habrían tardado tanto si no hubieran 
              "parado a beber refrescos". En noviembre, los hermanos también se 
              libraron de los cargos de secuestro. Los hombres confesaron más 
              tarde en un reportaje que vendieron a la revista Look que llevaron 
              a Till al río Tallahatchie, donde le dispararon en la cabeza y empujaron 
              su cuerpo al agua. 
            Nadie más fue acusado o procesado por su participación en el secuestro 
              o asesinato de Till.  
              
            Izquierda: Mamie Till se detiene ante el ataúd de 
              su hijo en una funeraria de Chicago. Gracias a su decisión de tener 
              un ataúd abierto, la gente de todo el país pudo ver la brutalidad 
              de su asesinato. Derecha: El asesinato de Till desencadenó una cascada 
              de protestas y manifestaciones (como ésta de marzo de 1968) que 
              se convirtieron en el movimiento por los derechos civiles en Estados 
              Unidos. 
            Cuando Mamie Till se enteró de que su hijo había sido secuestrado, 
              reunió a su familia y llamó a los periódicos ese mismo día. A la 
              mañana siguiente, ya había involucrado a la NAACP (Asociación Nacional 
              para el Progreso de las Personas de Color) y a los políticos locales 
              y estatales. Esta publicidad temprana resultó fundamental. El ataúd 
              de su hijo llegó a Chicago cerrado con el sello del estado de Mississippi, 
              pero Mamie Till luchó para que el enterrador lo abriera. Una vez 
              que vio a su hijo, tomó la decisión monumental de celebrar un funeral 
              a cajón abierto. Ha quedado para la historia la famosa frase que 
              le dijo al director de la funeraria: "Que la gente vea lo que yo 
              he visto". 
            Decenas de miles de personas acudieron a ver el cuerpo de Emmett 
              Till. El fotógrafo de la revista Jet, David Jackson, estaba entre 
              ellos, y tomó la foto de Till en su ataúd que puso a Estados Unidos 
              frente al asesinato. Jackson, junto con los periodistas Simeon Booker, 
              de Jet, y Moses Newson, del Tri-State Defender, convirtieron el 
              caso en noticia nacional. 
              
            El horrible asesinato de Till inspiró lo que más tarde se denominó 
              la "Generación Emmett Till" de jóvenes negros del sur que se unieron 
              a reuniones, sentadas y marchas para exigir su igualdad de trato 
              ante la ley. También inspiró a los líderes del movimiento. 100 días 
              después del asesinato de Till, Rosa Parks se sentó en la parte delantera 
              de un autobús de Montgomery y se negó a levantarse mientras se llenaba 
              de pasajeros blancos, violando las leyes de segregación en los autobuses 
              de Alabama.  
              
            Mamie Till habla con los periodistas en Sumner, Mississippi, tras 
              el receso del juicio por el asesinato de su hijo. 
            El reverendo Jesse Jackson dijo en 1988 que Rosa "pensó en ir a 
              la parte trasera del autobús. Pero luego pensó en Emmett Till y 
              no pudo hacerlo". Martin Luther King, Jr. uno de los líderes más 
              destacados del movimiento por los derechos civiles, también invocó 
              el caso de Till en varios discursos. Pronunció su famoso discurso 
              "Tengo un sueño" en el aniversario del asesinato de Till en la Marcha 
              de Washington de 1963. 
              
            Este jurado de Sumner, Mississippi, totalmente blanco y masculino, 
              absolvió a Roy Bryant y a su hermanastro, J.W. Milam, del asesinato 
              de Till. 
            El racismo que llevó al asesinato de Till sigue muy vivo hoy en 
              día, ya que los grupos de odio se han duplicado con creces en las 
              últimas dos décadas.El cartel conmemorativo que marca el lugar donde 
              el cuerpo de Till fue sacado del río estaba plagado de agujeros 
              de bala y tuvo que ser sustituido por uno cubierto de cristal antibalas. 
              Hoy en día, se sigue impulsando la presentación de cargos contra 
              Carolyn Bryant Donham, una de las últimas personas vivas relacionadas 
              con el caso. En 2017, el historiador de la Universidad de Duke Timothy 
              B. Tyson publicó un libro en el que Bryant Donham supuestamente 
              admitía haber mentido sobre su interacción en la tienda con Till. 
             
              
             
            Tras su absolución por el asesinato de Till, el acusado Roy Bryant 
              (derecha), fuma un puro mientras su esposa Carolyn Bryant Donham 
              le abraza. El hermano de Bryant, J.W. Milam (izquierda), también 
              fue absuelto. 
            Pero en diciembre de 2021, el Departamento de Justicia anunció 
              que cerraba su investigación tras no poder confirmar que se había 
              retractado de su declaración. En agosto de 2022, un gran jurado 
              de Mississippi también se negó a acusar a Bryant Donham, que ahora 
              tiene 80 años. A pesar de los esfuerzos de Mamie Till, la justicia 
              para Emmett Till sigue siendo esquiva. 
            
            
            
            
            
            
            
            
            
            
            
            
            
               
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