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                   La ruta de las Xanas comienza en el área recreativa 
                    del Molín de Las Xanas, muy cerca del pueblo de Villanueva, 
                    concejo de Santo Adriano. Existe un aparcamiento en el mismo 
                    área recreativa del Molín de las Xanas, donde se puede dejar 
                    el coche estacionado. 
                  Es una de las rutas de senderismo más bonitas 
                    y recorridas de Asturias. Aúna belleza, espectacularidad (se 
                    la conoce como el pequeño Cares, debido a su semejanza con 
                    la ruta del Cares en algunos de sus tramos) y facilidad de 
                    recorrido. Esta ruta ruta considerada de baja dificultad, 
                    es frecuentada por familias con niños. Se recomienda extremar 
                    la precaución y llevarlos de la mano, por lo menos en los 
                    tramos más abruptos de la ruta donde existen caídas verticales 
                    que pueden superar varias decenas de metros. La ruta de Las 
                    Xanas tiene una longitud de 4 km (8 km ida y vuelta), aunque 
                    puede hacerse circular, descenciendo por lo que se conococe 
                    como Senda de Valdolayés un recorrido que coincide en su inicio 
                    con la ruta del desfiladero de Las Xanas y nos devuelve al 
                    inicio de esta ruta por otro camino, siendo la distancia total 
                    de casi 9 km, en este caso. Salimos caminando desde el área 
                    recreativa, para ascender por la carretera que conduce a Tenebredo 
                    (carretera AS-360). A los 400 metros de comenzar encontramos, 
                    a la derecha, el camino que nos llevará al desfiladero. Este 
                    camino nos lleva en suave pendiente al interior del desfiladero 
                    de las Xanas, alcanzando alturas de varias decenas de metros 
                    sobre el río del mismo nombre.  
                  En algunos tramos el camino está escavado en 
                    la propia roca de la montaña, son tramos que coinciden con 
                    la parte más angosta de la garganta o desfiladero y con las 
                    caidas más verticales. Se debe tener precaución en estos tramos 
                    debido a la caída lateral presente y a la posibilidad de caída 
                    de piedras, especialmente en zonas donde pequeñas "canales" 
                    atraviesan el camino. Más o menos a los 2 km. de camino, el 
                    sendero se interna en un pequeño bosque y se vuelve a ver 
                    el arroyo que origina el desfiladero. El final de la ruta 
                    llega a los 3.9 km, cuando después de salir del bosque, subamos 
                    unos cuantos peldaños hechos de tierra y traviesas de madera, 
                    lleguemos a la iglesia de San Antonio y veamos al fondo el 
                    pueblo de Pedroveya. 
                  Comenzamos la ruta en el Área recreativa Molín 
                    de Las Xanas, en el concejo de Santo Adriano. Podemos dejar 
                    nuestro coche en el aparcamiento mismo del área recreativa. 
                    Subimos por las escaleras de la imagen inferior para recorrer 
                    unos 200 metros por la carretera que asciende a Tenebredo. 
                    
                  Llegados a ese punto encontramos una desviación 
                    a la derecha de la carretera. Una senda que asciende ligeramente, 
                    bien señalizada. 
                    
                    
                  Poco a poco el camino nos lleva en dirección 
                    al desfiladero de Las Xanas, propiamente dicho. Es habitual 
                    que veamos en las paredes de roca del camino las marcas de 
                    los barrenos usados para abrir la senda. 
                    
                  Una mirada atrás para contemplar el pueblo de 
                    Villanueva desde el desfiladero de Las Xanas.  
                    
                  Al poco de caminar nos encontramos con este 
                    tunel excavado en la roca, da la impresión de que nos adentramos 
                    en un valle secreto ... 
                    
                  El camino discurre en ocasiones pegado a la 
                    roca, tallado en la misma montaña. Al fondo vemos un pequeño 
                    puente construído para salvar un pequeño desprendimiento en 
                    el camino. 
                    
                  En las zonas más expuestas se han colocado cuerdas 
                    que, aunque no imprescindibles, pueden dar seguridad a las 
                    personas que no tengan seguridad o para uso de niños. 
                    
                  La senda va siguiendo el perfil de la montaña, 
                    alternando zonas abiertas con otras donde el camino va pegado 
                    a la roca o literalmente tallado en ella. 
                    
                  La senda va siguiendo el perfil de la montaña, 
                    alternando zonas abiertas con otras donde el camino va pegado 
                    a la roca ... 
                    
                   ... o literalmente tallado en ella. 
                    
                  Poco a poco nos vamos acercando a la zona más 
                    angosta del desfiladero de Las Xanas. 
                    
                  La parte más espectacular de la ruta. Ya distinguimos 
                    la foz, donde las paredes del desfiladero parecen fundirse 
                    al fondo de la imagen  
                    
                  Aún nos quedan un par de revueltas más del camino, 
                    tallado en la roca formando un semi-tunel y protegido con 
                    cuerdas para las personas con vértigo.  
                    
                  No es imprescindible, pero puede dar seguridad 
                    psicológica a algunas personas. 
                    
                  Llegamos a la parte más estrecha del desfiladero 
                    donde las paredes rocosas casi se tocan, dejando tan solo 
                    un estrecho margen por donde discurre el arroyo Las Xanas, 
                    completamente encajonado entre muros de caliza.  
                    
                  Atravesamos la foz, adentrándonos en una zona 
                    más abierta, llena de vegatación y donde el río es accesible 
                    en algunos puntos. Un universo de color dominado por los tonos 
                    verdes de la vegetación y del musgo. 
                    
                  El camino prosigue ascendiendo ligeramente entre 
                    un bosque típico de ribera y matas de helechos. 
                    
                  Ascendemos hasta alcanzar el famoso puente que 
                    cruza el río Las Xanas, renovado como el acceso al mismo, 
                    para evitar resbalones. Al lado del puente podemos ver aún 
                    los restos de la madera que formaban el anterior. 
                    
                  El camino prosigue en su última parte por un 
                    pequeño bosque de castaños y avellanos principalmente, hasta 
                    alcanzar unos tramos en los que se asciende por escaleras 
                    hechas de tierra y travesaños de madera. Después de superar 
                    estos tramos el camino discurre por una pista hormigonada 
                    durante un pequeño trayecto.  
                    
                  Nos encontramos ya en las inmediaciones de la 
                    iglesia de San Antonio de Pedroveya, con hermosas vistas hacia 
                    el final del desfiladero de Las Xanas, donde podemos contemplar 
                    un hermoso tejo pegada a ella. 
                    
                  Atravesamos una pradería que nos conduce a la 
                    Iglesia.  
                  Si lo que se quiere es disfrutar de un río con 
                    espectaculares cascadas y pozas, de los colores amarillos 
                    y rojizos de las hojas y de un paisaje que invita a soñar 
                    recorrer lo que algunos conocen como la mini Cares, ya que 
                    recuerda a la famosa Garganta del Cares tenemos una pequeña 
                    ruta, de apenas 9 km y que cuenta con todos los atractivos 
                    naturales que un senderista puede desear, desde la sencillez 
                    y poca exigencia que permite que la recorran todo tipo de 
                    personas, hasta unas vistas espectaculares para llegar a uno 
                    de los pueblos aparentemente más aislados de la sierra. Por 
                    el camino, la magia del escenario hace que no se ponga en 
                    duda lo indicado de su nombre, el desfiladero de las Xanas. 
                    
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