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                   Encontraremos numerosas rutas de senderismo 
                    por Asturias, cruzando la provincia en múltiples direcciones. 
                    Algunos recorridos eran usados por los pastores para moverse 
                    unos pueblos a otros, otras rutas cruzan ríos, playas o montañas, 
                    las hay que son ejemplo de flora y fauna local … Sin duda, 
                    Asturias es una provincia llena de encanto, donde destaca 
                    el contraste entre el azul del mar y el verde de las montañas. 
                  La ruta del cabo Blanco se puede realizar partiendo 
                    desde la playa de Porcía o desde la localidad de La Caridad 
                    o Tapia de Casariego y cuenta con una dificultad baja y duración 
                    que oscila entre dos y tres horas. La ruta es la oportunidad 
                    perfecta para conocer algunos de los paisajes más bellos de 
                    la costa asturiana. Partiendo desde la playa de Porcía, en 
                    el concejo asturiano de El Franco, habrá que caminar por un 
                    ambiente rural hasta llegar al conocido Palacio de Fonfría, 
                    construido en el siglo XVI sobre lo que fue una antigua torre 
                    de tres plantas. Tras esto, se llegará a la playa de Monello 
                    desde donde disfrutar de un bonito mirador. 
                    
                  La playa de Porcía está situada en el concejo 
                    asturiano de El Franco y muy cerca de la localidad de Campos-Salave. 
                    Forma parte de la Costa Occidental de Asturias y presenta 
                    catalogación como ZEPA y LIC. 
                  Concluidas las vistas, hay que volver sobre 
                    lo andado para dar con un cruce de caminos desde el que coger 
                    la dirección al Cabo Blanco. Desde el Cabo Blanco se pueden 
                    ver los restos de un viejo castro que data del IV-I a.C. Se 
                    trata de un mirador natural que da la posibilidad de observar 
                    en todo su esplendor la costa occidental asturiana. Tras unos 
                    minutos de reflexión, la ruta continúa hasta la punta de La 
                    Atalaya, pues desde esta altura se puede observar hasta el 
                    cabo Estaca de Bares. 
                  Retornando sobre nuestros pasos se llegará a 
                    la playa de Porcía y con ello a su mirador, desde el que contemplar 
                    un paisaje marino embriagador, lleno de calas que se extienden 
                    hasta Tapia de Casariego. En las inmediaciones del mirador 
                    se encuentra en un panel explicativo la historia de un barco 
                    hundido en el año 1928, denominado Waldemburg. 
                  La ruta de las cascadas de Oneta es de estas 
                    rutas de senderismo por Asturias más sencillas y cortas, pudiéndose 
                    realizar en tan solo una hora. Son tres las cascadas que componen 
                    el conjunto, aunque esta ruta solo contempla la visita a dos 
                    de ellas, pues la tercera tiene un acceso muy complicado. 
                    
                  Las cascadas se encuentran a 1.500 metros de 
                    la localidad de Oneta, desde la que parte la ruta. Desde el 
                    extremo sudoeste de Oneta, hay que andar 700 metros hasta 
                    tomar el camino de la izquierda. Al poco el paseo sorprende 
                    con un antiguo molino. Más adelante, otro camino surgirá a 
                    la izquierda, una vez realizados 1,2 km, en el que puede contemplarse 
                    la primera cascada, denominada La Firbia. Tiene una caída 
                    de 15 metros. Para acceder a la segunda cascada, La Firbia 
                    de Abajo, hay que volver al camino y continuar andando unos 
                    300 metros entre el bosque. Escondida entre más vegetación, 
                    constituye el punto final de la ruta. 
                  La propuesta más larga de esta selección es 
                    la ruta de Teixo, con casi diez kilómetros de recorrido. Sorprende 
                    todo lo que hay que ver en esta ruta, que comienza en la collada 
                    de Teixo, en Taramundi. A partir de aquí hay que tomar el 
                    camino por carretera que lleva hasta Santa Marina. Cuando 
                    se vean las últimas casas de Teixo, habrá que seguir la pista 
                    de la derecha y continuar hasta un cruce con desvío a la izquierda. 
                    El camino se convierte así en una senda en la que entretenerse 
                    con la naturaleza hasta llegar al pueblo de Santa Marina. 
                    Este punto es perfecto para admirar la arquitectura rural 
                    asturiana.  
                    
                  Tras este punto hay que llegar al caserío de 
                    Almallos, descendiendo entre prados para llegar a la carretera 
                    que vincula Taramundi con Veigas. Después de hallar el sendero 
                    que aquí se localiza, se llega al Conjunto Etnográfico de 
                    Os Teixois.  
                    
                  Este conjunto es una aldea deshabitada, ejemplo 
                    de una industria que destacó en la zona en el siglo XVIII. 
                    El visitante podrá ver los distintos ingenios hidráulicos 
                    antiguos. 
                  La siguiente parada se encuentra en la aldea 
                    de Las Mestas, hasta la que se llega por un bucólico sendero 
                    que avanza al lado de un arroyo. Cogiendo el quinto cruce 
                    a la derecha, habrá que volver a girar a la derecha en una 
                    pista. La naturaleza acompañará todo el camino. Para completar, 
                    nada como conocer la rica gastronomía asturiana para reponer 
                    fuerzas en un restaurante cercano. 
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                  Teijóis (oficialmente en eonaviego, Os Teixóis) 
                    es un conjunto etnográfico en Asturias (España), que fue abierto 
                    al público en 1980.  
                    
                  Teijóis es un caserío que se encuentra a 4 km 
                    de la villa de Taramundi, hacia el sureste. En este enclave 
                    se encuentra un importante conjunto de ingenios hidráulicos 
                    en muy buen estado de conservación y funcionamiento, protegido 
                    y bien cuidado por las instituciones responsables.  
                    
                  El visitante puede ver todas estas máquinas 
                    en funcionamiento al mismo tiempo que recibe las explicaciones 
                    técnicas e históricas pertinentes que los responsables y cuidadores 
                    del conjunto les ofrecen. 
                    
                  La presa permitió domar el agua. 
                  El entorno geográfico está constituido por un 
                    paisaje de montes, riachuelos (el arroyo llamado Las Mestas 
                    es el que impulsa las máquinas del conjunto), desniveles, 
                    senderos y caminos rurales, con la vegetación y verdor propios 
                    de toda esta zona. El conjunto de ingenios lo componen los 
                    siguientes elementos: 
                  El conjunto etnográfico cuenta con cuatro elementos. 
                  El mazo, cuyo nombre lo recibe tanto la máquina 
                    que se utiliza para batir el hierro como el pequeño edificio 
                    donde se encuentra. En general todos los mazos así como las 
                    ferrerías tuvieron una gran importancia durante los siglos 
                    XVIII y XIX en el occidente de Asturias. Se sabe muy poco 
                    sobre las primeras instalaciones y no hay documentación, pero 
                    se cree que estuvieron relacionados con las ferrerías del 
                    País Vasco pues se han encontrado documentos de instalaciones 
                    posteriores en que se habla de propietarios oriundos de Vizcaya. 
                    Además hay que considerar las palabras en eusquera incluidas 
                    en el lenguaje propio de estas actividades. Por otra parte 
                    en los concejos de Taramundi y Vegadeo y la comarca de Los 
                    Oscos se encuentran afincados apellidos vascos como Legazpi 
                    y Azcárate. La tradición oral de los más ancianos de esta 
                    zona de Asturias aseguran que los primeros mazos fueron instalados 
                    por vizcaínos. 
                  El molino es una construcción rectangular con 
                    cubierta a dos aguas, hecha de mampostería y pizarra. Consta 
                    de dos espacios indispensables: el infierno o nivel hidráulico 
                    en la parte de abajo y la sala de la molienda en el piso de 
                    arriba. El molino de Teixois era de varios propietarios, siguiendo 
                    el sistema llamado de quendas o kalendas, es decir que cada 
                    propietario podía hacer uso de él en función de la mayor o 
                    menor propiedad que tuviera. 
                  A lo largo del todo el paisaje asturiano pueden 
                    verse aun las ruinas o semi ruinas de gran cantidad de molinos 
                    como éste. La base de la economía durante siglos fue el cultivo 
                    de cereales cuya molienda tenía lugar en estas máquinas hidráulicas. 
                  La rueda de afilar es la máquina que servía 
                    para afilar toda clase de herramientas de trabajo. Se encuentra 
                    en un cobertizo que está junto a la alberca o estanque. Para 
                    su funcionamiento se aprovechaba el mismo arroyo de Las Mestas. 
                    Supuso un avance en la tecnología al sustituir a la manual, 
                    más antigua. 
                    
                  El batán, también llamado pisa o pisón, 
                    es una máquina de madera cuyo funcionamiento se hace gracias 
                    a la energía hidráulica. Los batanes están situados siempre 
                    cerca de los ríos. Servían para producir el golpeteo de las 
                    telas con la fuerza de unos mazos o porros.  
                    
                  Un batán tiene las siguientes dependencias: 
                  - Sistema hidráulico, formado por un canal de 
                    madera por donde discurre el agua y una rueda que mide 2 m 
                    de diámetro y que lleva unas 16 palas que las mueve el impulso 
                    del agua. Con su movimiento arrastran el árbol o eje donde 
                    van intercaladas. 
                  - Armazón o estructura, sustentado por cuatro 
                    pies derechos, debidamente clavados en la tierra, y un bastidor 
                    superior del que cuelgan los mazos de madera que vienen a 
                    pesar de 70 a 80 kg.  
                  Recipiente o imina, donde tiene lugar el abatanado 
                    de los paños que se depositan en el interior. En este recipiente 
                    circula el agua necesaria para la refrigeración de las telas 
                    que de otra manera podrían estropearse a causa del calentamiento. 
                   
                    
                   
                  Los batanes empezaron a utilizarse en España 
                    desde el siglo XII. En el siglo XVIII, en Asturias había cerca 
                    de 200 batanes funcionando, según datos extraídos del catastro 
                    del Marqués de la Ensenada. Todavía en el siglo XIX se seguían 
                    abatanando los paños para conseguir las telas conocidas como 
                    sayal y estameña que se usaban para la confección las prendas 
                    de uso de los campesinos asturianos: chaquetas, chalecos, 
                    sayas, capas, monteras, sombreros, etc. En los siglos XX y 
                    XXI se sigue fabricando la estameña, aunque con otros métodos 
                    y por la zona de Cabrales se hace uso de este tejido para 
                    confeccionar los escarpines o carpines, que son una especie 
                    de calcetines gruesos que se ponen en los pies antes de calzar 
                    las madreñas y que combaten muy bien el frío y la humedad. 
                   
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                  La Ruta de La Paicega (6,5 km) es otra de las 
                    rutas de senderismo por Asturias que presenta una dificultad 
                    baja. Saliendo desde Pesoz, capital del concejo denominado 
                    igual, comienza la ruta de A Paicega. Entre bosques en los 
                    que crecen abedules y castaños se llega al pueblo de Sanzo. 
                    En esta zona de la ruta hay que destacar las panorámicas del 
                    castro de Santa Cruz y del valle del Agüeira. 
                    
                  Mirador de A Paicega. 
                  Con una dificultad baja la ruta del Valle de 
                    Lago es perfecta para realizar con tranquilidad. El recorrido 
                    toma su inicio en la localidad de Valle de Lago, en el concejo 
                    de Somiedo. Se trata de un camino recto hasta llegar al Lago 
                    del Valle en el que el recorrido regala imágenes idílicas 
                    de flora, fauna, laderas, montañas …  
                    
                  La ruta se enmarca dentro del Parque Natural 
                    de Somiedo, conocido por ser también Reserva de la Biosfera. 
                  La primera bifurcación se encuentra a poco más 
                    de dos kilómetros desde el comienzo, en la que hay que tomar 
                    el camino de la derecha. Por este camino se pueden ver teitos, 
                    es decir, cabañas con techo vegetal que son características 
                    de la zona. Un kilómetro después hay que escoger el camino 
                    de la derecha, yendo por la falda de una montaña hasta disfrutar 
                    de una panorámica espectacular del valle desde la braña del 
                    Gabitón. 
                    
                  Valle de Lago. 
                  La tercera bifurcación vendrá tras haber caminado 
                    cinco kilómetros, esta vez eligiendo el sendero de la izquierda, 
                    que habrá que cruzar con cuidado de no tropezar con las piedras. 
                    Después de un rato caminando aparecerá el Lago del Valle, 
                    que hay que rodear hasta llegar al punto más alto de la ruta. 
                  La ruta de la Seimeira nos llevará aproximadamente 
                    dos horas y media de caminata. Para comenzar, hay que atravesar 
                    el pueblo de Pumares desde el área recreativa del mismo nombre, 
                    siguiendo la dirección contraria al cauce del río Agüeira. 
                    Aunque Pumares se dedica actualmente al turismo rural, antaño 
                    existió mucha actividad ferreira. 
                    
                  Valle del Desterrado. 
                  Al llegar a la primera bifurcación tras andar 
                    kilómetro y medio, habrá que escoger el camino de la derecha. 
                    Así, aparecerá en el recorrido Ancadeira, un pueblo abandonado 
                    en el que la vegetación se ha abierto paso entre los restos 
                    de los muros que aquí se levantaron. Tras un pequeño viaje 
                    al pasado, se volverá a tomar el camino de la derecha atravesando 
                    el valle del Desterrado. En este punto es conveniente enriquecerse 
                    con la historia del lugar que puede leerse en los paneles 
                    allí habilitados. 
                  Después, otro desvío a la derecha llevará en 
                    dirección a la Seimeira, donde sorprende una impresionante 
                    cascada. La ruta de la Seimeira puede acabar en este punto 
                    o completarse descubriendo el pueblo de Busqueimado.  
                    
                  Para ello, habrá que andar hasta poco más del 
                    kilómetro tres y cruzar un puente girando antes a la derecha. 
                    Este pequeña aldea destaca por su capilla y los tejos de los 
                    tejados de las casas. 
                    
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