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Novela negra.
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24-Abril-2022

A veces comemos en los libros y comemos bien. No son muchos, pero de vez en cuando, como la liebre, salta un autor con afición por la gastronomía que plasma en sus novelas el gusto por el buen comer. Este 2022 cumple 50 años Pepe Carvalho, el detective gastrónomo creado por Manuel Vázquez Montalbán. Carvalho nació en Yo maté a Kennedy (1972). La novela presenta a un guardaespaldas de origen gallego que ha sido miembro del Partido Comunista de España y ahora lo es de la CIA. Esta obra fue pionera en la literatura de género en nuestro país y la punta de lanza de una saga que cambiaría las historias de detectives a nivel europeo.

Las novelas que Vázquez Montalbán escribió con las andanzas de Pepe Carvalho tienen lugar para la intriga, para la reflexión y para cocinar y comer. Entre una y otra hoguera de libros, tanto cocinó el detective que la obra completa del escritor barcelonés, muerto en 2003, incluye un volumen sólo con las recetas de Carvalho. A modo de homenaje, de sus páginas extraemos una receta más que apetitosa.

Este Arroz con bacalao y sobrasada lo cocina Carvalho entre las páginas de Tatuaje:

Arroz (medio kilo) Sobrasada (1 rodaja grande) Bacalao en salazón (200 gr) Ajo (4 dientes) Salsa de tomate Pimiento verde (1) Patata (1 grande) Alcachofas (2) Caldo de verduras Aceite de oliva Sal OPCIONAL: si no tenemos alcachofas valen unas judías verdes (250 gr).

El bacalao lo habremos tenido en remojo las 24-48 horas previas. Asamos el bacalao y lo desmenuzamos. Hacemos un sofrito con la cebolla, el pimiento verde y la salsa de tomate. La patata se fríe cortada en rodajas delgadas. Reservamos. Troceamos las alcahofas y las freímos (o cocemos las judías si es lo que usamos). En el sofrito ponemos la sobrasada hasta que se deshaga y luego el bacalao. Añadimos el arroz y encima ponemos las alcachofas (o las judías). Echamos caldo de verduras (el doble de la cantidad de arroz) y cocemos a fuego fuerte durante 15 minutos. Bajamos después. Con los ajos hacemos una picada. Agregamos las patatas fritas y la picada. 5 minutos después apartamos del fuego y dejamos reposar otros 5 minutos antes de servir.

25-Abril-2022

El nacimiento del término ‘domestic noir’ hay que buscarlo en la ciudad de Bristol (Inglaterra), durante el CrimeFest en el 2013. Una escritora que, en sus inicios, no daba con la palabra que definiera sus novelas inéditas (y facilitar así el trabajo de su agente), encontró una para cierta clase de ficción criminal. De la imaginación de Julia Crouch salió una historia de viuda acosada (Her husband’s lover), o una madre que confía demasiado en la canguro de su bebé (The new mother). Y también una nueva clasificación, la de domestic noir, en la que incluyó nombres como el de la importante Lionel Shriver (en especial en Tenemos que hablar de Kevin). Etiqueta o un subgénero, el domestic noir no es del todo aceptado (o desestimado) por algunos escritores y críticos. ¿Argumentos?

Se ha dicho que es un invento de marketing –el publicista de Crouch también colaboró en esta definición; la escritora Sophie Hannah, genio y figura de Agatha Christie, reniega de ella por completo–, algo viejo en envoltorio nuevo, etiqueta prescindible y de corto vuelo ... Pero el domestic noir –ficción criminal, también identificada como intriga psicológica mayoritariamente femenina, sea por autoría o por protagonismo– tiene aceptación como idea aglutinadora de pasados y futuros libros, y sigue expandiéndose como una suerte de mancha oscura y espesa que alborota el estanque de la narrativa policial de la vieja escuela, los enigmas de sosegado planteo que abordaba a buen ritmo Miss Marple, desde las primeras décadas del pasado siglo.

El éxito de La chica del tren (Planeta, 2015) de Paula Hawkins, y los mutismos de una mujer que es todo un monumento a la ambigüedad llamada La viuda (Planeta, 2016) de la también británica Fiona Barton, son parte de este fenómeno. ¿Qué mejor título que No confíes en nadie (Grijalbo, 2011), éxito internacional del médico de Birmingham S.J. Watson, para definir estas historias que se hunden como garras en la mente del lector. ¿Qué pensar de ese esposo que se ha esfumado, y del cual el FBI le dice, a la pobre y joven mujer, que no es quién dice ser? Jordi Canal y Àlex Martín Escribà en su libro Trets per totes bandes (Alrevés ) afirman que estos libros están destinados “a explorar –y explotar– los miedos y las ansiedades”. ¿Pero qué significa eso?

Sant Jordi 2022: la brigada 'negra' asalta el paseo de Gràcia. Petros Márkaris, Alicia Giménez Bartlett, Rosa Ribas, Carles Porta, Carlos Zanón, Lorenzo Silva, Noemí Trujillo y Virginia Feito coinciden por azar en una de las zonas de la 'superilla' del paseo de Gràcia.

Con sus golpes de efecto narrativos y sus agujeros negros, como señala Antonio Lozano en Lo leo muy negro (Destino ), el ya instituido –pero no del todo admirado– domestic noir trae un interesante as en la manga, el de la narradora poco fiable, también su lugar móvil entre víctima o villana; es el caso de Perdida (2012) de la estadoundense Gillian Flynn. En A fuego lento / A foc lent (Planeta / Columna), la más reciente novela de Hawkins (especialista en muchachas de las que uno no sabe qué pensar ni qué creerles), en aquella pequeña comunidad de vecinos junto al río, en un apacible lugar de Londres, el lector se pregunta qué clase de persona es esa regordeta rara, mirona, algo fea, que vive en un barco.

Que la novela de juicio sea un buen vehículo para estas historias tiene sentido. El interrogador perturba la conciencia de una incondicional esposa, ante el célebre marido sentado ante el fiscal, en Anatomía de un escándalo / Anatomia d’un engany (Roca) de Sarah Vaughan. Un gran éxito ahora reeditado en bolsillo, que ya tiene su versión en forma de miniserie en Netflix, con Sienna Miller y Michelle Dockery (La Lady Mary de Downton Abbey ). Y Fiona Barton –con gran experiencia en periodismo de tribunales, y que además se ha ocupado del caso de Madeleine McCain–, ha extendido sus redes en la absorbente La sospecha / La sospita (Planeta / Columna) con una madre sabia que teme lo peor y desde lejos. La duda –y un buen fiscal– es devastadora y cambia la vida y las convicciones –y la ética, hasta el momento inamovible– de un intachable sacerdote y padre de familia de un pueblo de Suecia.

La campiña inglesa se encuentra a 150 km al oeste de Londres, un triángulo imaginario que hace frontera con Oxford, Bath y Stradford Upon Avon (cuna de nacimiento de Shakespeare). El escenario por excelencia del ‘cozy noir’, que incide en la línea abierta en su día por la maestra del género policiaco Agatha Christie.

Desde los tiempo de Rebeca (1938) de Daphne Du Maurier o de la película Luz de gas (1944) se traza un cerco alrededor de las protagonistas. Pero la exigente vida laboral y el fantasma del desempleo no existían en el mundo de aquellas heroínas. Ni divorcios con trampa, ni un nivel de gastos mensuales a la altura de la casa de tres plantas con jardín. La agotadora logística del trabajo y la maternidad, la exigencia de la eterna juventud y la apariencia social son parte de la gran carga que pesa sobre la esposa llena de buenas intenciones en El instinto / L’instint (Alfaguara / Columna) de la canadiense Ashley Audrain, o sobre esas madres llevadas al límite, una de ellas médica de urgencias al borde del colapso, en Pequeños desastres / Petits desastres (Roca editorial), de Sarah Vaughan. Nos guste o no, estos mundos son parte del nuestro. Lo son, con sus figuras masculinas en entredicho; importantísimo componente de la mayoría de estas historias. En qué momento un marido deja de ser un aliado y se convierte en príncipe ausente o en enemigo. Cómo es que esa joven madre no ha visto antes lo que ahora percibe en su casa, y en ese señor con el que convive, cuando ya empieza a ser tarde, en el muy buen debut (desasosegante) de la citada Ashley Audrain.

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Coincidiendo con el auge del domestic noir y el éxito de ese puñado de autoras que han dado la palabra a las víctimas, BCNegra puso la atención en 2018, en la violencia machista y el acoso sexual.

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El lado ‘domestic noir’ lo lideran Sarah Vaughan (1972), Paula Hawkins (1972) y Fiona Barton (1957). Las tres fueron periodistas en importantes medios y, sobre todo las dos primeras, vieron mucho en las salas de juicio. Antes del éxito de La chica del tren (2015), Hawkins publicó novelas románticas bajo seudónimo. También la neoyorquina Laura Dave (1977) comenzó publicando títulos ligeros, de temas románticos, actuales y con jóvenes de hoy. Vive en Los Ángeles con su esposo Josh Singer, guionista de la excelente Spotlight. Y la debutante Ashley Audrain, en Toronto con su familia. En las afueras de la ciudad sueca de Lund vive Mattias Edvarsson (1977), autor de novelas juveniles y psicólogo.

Por parte del ‘cozy noir’: en Inglaterra es bien conocido Richard Osman (1970), como presentador y productor televisivo. S.J. Bennett (1966) recupera a la reina como personaje. Bennett es hija de militar, vivió en distintas ciudades del mundo y vio a Isabel II en persona, junto con su padre. También el alemán David Safier (1966) goza de gran popularidad y consideración, con libros de gran éxito como Maldito karma y Más maldito karma, y otros buenos títulos, publicados todos por Seix Barral. A Safier se le galardonó con la Pluma de Plata, en la Feria del libro de Bilbao. Lamentablemente, ya no podrá homenajearse a la señora nacida Glascow, en 1936, de nombre real Marion Chesney. Esta dama prolífica y versátil adoptó distintos seudónimos para sus series románticas y de crimen. Entre ellos, el de M.C. Beaton, con el que firmó la serie de Agatha Raisin: veintiocho títulos que publicó hasta su muerte, en Gloucester, en el 2019. Su obra supera, en cantidad de títulos, la de Agatha Christie.

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Frente al inquietante domestic noir se erige el plácido cozy noir, que incide en la línea abierta en su día por la maestra del género policiaco Agatha Christie. La lectura de la serie protagonizada por un personaje que lleva su mismo nombre Agatha Raisin (Salamandra ) depara un singular paraíso que, sin embargo, no tiene nada de naïf. En la tercera entrega ( La jardinera asesinada), Agatha, una cincuentona supuestamente de vuelta de todo que ha renunciado a su brillante carrera en Londres, y que vive en un pueblo llamado Carely, se da cuenta de hasta qué punto ha pecado de ingenua y romántica.

Esta serie de Agatha, firmada por M. C. Beaton (y de quien, sorprendentemente, nada sabíamos en España), forma parte de la ilustre y maliciosa categoría del cozy noir (“género negro acogedor”) . También la serie iniciada con El club del crimen de los jueves / El club del crim dels dijous (Espasa / Columna), de Richard Osman, protagonizada por un grupo de ancianos que resuelven crímenes. Título que fue incluido en la lista de “libros que levantan el ánimo”.

Agatha y los ancianos creados por Osman son herederos de la gran tradición de humor británico, con sus detectives aficionados y sus intrigas en pequeñas comunidades donde no es posible que ocurran cosas tan horrendas. Pero ocurren: sólo que lejos de la línea dura del género. La violencia, con alguna pequeña excepción, nunca es explícita. Tampoco lo era cuando se narraban los sucesivos intentos criminales de un señorito de Gales muy gandul, para cobrar su herencia, en El asesinato de mi tía (Alba), del londinense Richard Hull (que tuvo importante obra y fue asistente de Agatha Christie en la presidencia del Detection Club).

M.C. Beaton se ha dado a conocer tarde en España con su Agatha Raisin.

Lejos de aquellos oscuros mundos de vértigo del domestic noir , que nos dejan solos y algo maltrechos, estos otros nos aguardan, acogedores, amables. Y también más allá de Inglaterra: me refiero a los paisajes de la Bretaña, magníficamente homenajeados por Jean-Luc Bannalec, y al charme de su comisario Dupin. Y a la terraza donde el gourmet Dupin degusta a solas (sublime momento, como el frescor del vino blanco) el mejor de los cafés.

Todos ellos investigan crímenes, pero si no hay humor estos libros no existen: se adora a la tremenda Agatha con sus disparates (y ya en la primera entrega ganó admiradores incondicionales en España) o al “simenoniano” Dupin ­–nuevo título para después del verano– huyendo de sus elegantes suegros. También rozan el absurdo los cuatro ancianos en la segunda de la serie de Osman, El jueves siguiente / El dijous següent (uno de ellos, una ex agente de inteligencia británica con pasado letal). Humor sutil y en el límite del disparate, pero altamente verosímil. También cuando la protagonista es la reina de Inglaterra, caso de El nudo Windsor (Salamandra) de S.J. Bennett. No saben sus asistentes cómo explicarle a la reina lo del huésped muerto en una habitación de palacio, y en qué obscenas condiciones. Esto en sí mismo ya es un prodigio de diálogo en una novela en la que el humor no resta sustancia a la trama.

Tanto Isabel II como la ex canciller Angela Merkel se convierten en detectives. Miss Merkel, el caso de la canciller jubilada (Seix Barral ), del alemán David Safier, es una punzante y divertida historia. Safier recuerda, por su talante, a una crack del humor y el sarcasmo: la también alemana (aunque nacida en Shangai en 1935) Ingrid Noll, que editorial Circe ha ido publicando. Hay que ver con qué apodo llama Merkel a su esposo, y otros tremendos detalles. Aparecida hace meses, la novela impresiona aún más por el siguiente dato: esta señora retirada de la política pasea a su perro, de nombre Putin (que también aparece en su versión humana; suponiendo que eso exista). El medievalista Martí de Riquer leía las novelas de Poirot a modo de descanso de sus lecturas eruditas. ¿Cuáles de estas leería ahora?

Quince libros imprescindibles de domestic noir:

Como una tela de araña, perfectamente tejida y de belleza enigmática, oscura por concepto y atractiva por necesidad, así es la novela de esta escritora gallega que con su tercera obra se consolida como una narradora que siempre te atrapa no solo por las tramas, sino por la manera que tiene de desarrollarlas y embarcarte como lector en ellas. En esta ocasión, una relación materno filial tóxica es la base en la que se edifica un thriller en el que se ven involucradas las aplicaciones de citas, la activa vida sexual de la madre y la complicada adolescencia de la hija.

Premio Ateneo de Sevilla (2019), en esta novela residen dos historias, la subyacente, que es todo un viaje por el proceso de desmitificación que vivimos al conocer una mayor información sobre nuestros padres y sus vidas; y el misterio de un robo, cuyo final último hubiera sido el de causar un dolor emocional considerable. Entre estas dos vías narrativas se encuentra la protagonista, Virginia, de cuarenta años y en paro, que quiere ayudar a su madre a resolver el enigma familiar.

Richard Osman, el único superventas capaz de hacer temblar a J.K. Rowling, con sus cuatro majestuosos jubilados que rompieron moldes en El Club del Crimen de los Jueves. Tras el merecido éxito por la resolución de su primer caso de asesinato, Elizabeth, Joyce, Ron e Ibrahim deciden tomarse unos días de asueto en una idílica comunidad residencial para personas retiradas. Pronto, la tranquilidad vacacional se verá quebrada por un cadáver, un mafioso al que mejor no acercarse y un amigo involucrado en el robo de diamantes.

Sublime es que la escritora de misterios más famosa y prolífica del mundo y de la historia, Agatha Christie, posea en su biografía una inexplicable desaparición de once días, en diciembre de 1926. La novelista dejó tras de sí un coche, y su abrigo dentro, a las orillas de un lago. Cerca, las marcas de neumáticos de otro automóvil del que nunca más se supo. Marie Benedict reconstruye de manera brillante cuáles fueron los motivos de aquella injustificable evanescencia.

Narrado con mucho dinamismo, esta historia une muchos elementos que son altamente adictivos, como los podcasts de casos reales, protagonista obsesionada con el caso y serial killer de los que te dejan huella. El quinto episodio que Elena Castillo dedica en su programa al asesino de los números, es el comienzo de un rompecabezas en la que el tiempo siempre corre en contra para su resolución.

¿Preparada para pasar angustia? Porque la segunda novela de Helen Flood viene con toda esa intención, y lo consigue. Un elegante complejo residencial se ve perturbado de la mañana a la noche por la aparición de gatos mutilados y, posteriormente, por el asesinato de uno de sus vecinos, Jørgen Tangen. Cuando la policía comienza su investigación descubrirá, entre otras cosas, que la víctima mantenía una relación con Rikke, vecina casada y con hijos. El dilema sobre la objetividad de los recuerdos que tenemos es clave en este libro que atrapa.

Estrenamos lo que presumimos saga, porque estamos ante el primer caso del inspector Gunnar Barbarotti, nuevo personaje de Hakan Nesser (no hay autor de novela negra con mayor reconocimiento que este escritor). Acontecimiento novelístico que viene con trama de desapariciones, dos en concreto. Una familia, reunida ya en la misma casa para pasar las fiestas navideñas, se queda conmocionada cuando dos miembros se esfuman una noche al salir a pasear. El inspector italo-sueco pondrá a prueba sus dotes detectivescas, y su hastío familiar por una Navidad con su ex y suegros, ante un caso que es mucho más intrincado de lo que parece.

Las que conocen ya a Sebastian Bergman saben que su regreso siempre es un motivo de cancelar agenda, coger el libro y pasarte el fin de semana completamente entregada a sus páginas. El vitriólico psicólogo criminal deberá abandonar su recién adquirido estilo de vida tranquilo, ahora también posee el título de abuelo, para ayudar a la Unidad de Homicidios de Estocolmo con un asesino en serie que está sembrando el horror en una pequeña ciudad en la costa. Eso no quedará ahí, una visita del pasado removerá los cimientos del cínico detective.

Radiografía de un matrimonio, de sus emociones, de la evolución de algunos sentimientos y la desaparición de otros, de la abnegación y el sacrificio de la maternidad, del egoísmo que provoca la felicidad cuando escasea. Blanca, antidisturbios, se ve envuelta en un trágico accidente el día que se incorpora al trabajo tras su baja maternal, durante una misión en un partido de fútbol de la Champions. Mientras, su marido, profesor de Historia en un instituto, y que se comporta más como un compañero de piso que como una pareja sentimental, mantiene una relación extramatrimonial y escribe una novela. Todo este combo entrará en una espiral autodestructiva que frenarla será lo más difícil que hagan en sus vidas, si lo consiguen.

Volver siempre al genio de Camilleri es apostar por una narración brillante, divertida, dinámica y sorprendente. Este thriller del italiano es un compendio de lo mejor del autor, incluido su mordaz crítica social que también hace buen repaso al concepto de pareja, de familia y de la cultura del consumo.

Natasha Preston es la autora que ha convencido a los jóvenes de que la novela negra puede ser tan adictiva como TikTok, y con eso ya le deseamos que tenga una carrera próspera y llena de éxitos. Como el que presenta ahora, el próximo 20 de octubre, La gemela. Ya te puedes imaginar que una de las dos hermanas se lo hará pasar realmente mal a la otra, para empezar. No te damos más datos que los spoilers comienzan desde la primera página.

La autora se estrena con una novela exquisitamente ambientada en la California de finales de los 50 con todo lo que esa evocadora época ya nos atrae. Un maravilloso día de estío, Jacey Haney, modélica madre de dos niñas e impecable ama de casa desaparece, la primera en percatarse de su ausencia, la asistenta afroamericana que ayuda en la casa, es detenida como sospechosa, acusación basada en prejuicios racistas y no en pruebas, haciendo más tediosa la investigación de Mick Blanke, quien necesitará de la ayuda de la testigo para poder descifrar la falsa pantomima que interpretan todos en esa bucólica familia.

The Guardian, The Telegraph y Daily Express lo tienen claro: este es el libro del año. Cuidado con el aburrimiento que puede pasar facturas que ni las de la luz. Seth Beauman pasa sus noches de insomnio realizando llamadas aleatorios con el fin de terminar hablando con algún desconocido que también esté pasando la noche en blanco, mientras su mujer desde el piso de arriba pone la antena para no perderse nada del curioso pasatiempo de su santo. En una de esas veladas, al otro lado de la línea contesta Hadley Serf, joven que piensa que está hablando con una asociación de ayuda para personas inestables. Las conversaciones derivarán a una relación que tiene todas las opciones de triunfo tapiadas.

Siguiendo los niveles de tensión, intriga y adicción a los que nos tiene acostumbradas Läckberg, esta entrega no te defraudará ni en una frase. La trama es del todo terrorífica por lo impecable que puede salir el plan: tres mujeres, una periodista, un ama de casa y una profesora, hartas de una situación límite y de vivir sus vidas como hasta ahora trazan el crimen perfecto.

Si te fascina el universo Burton, la película del Fauno o la serie de Heridas abiertas, esta novela vivirá para siempre en la mesilla de noche de tu dormitorio. Estreno digno de prestar atención, la historia versa sobre una exitosa escritora de novelas románticas que desaparece sin dejar huella, tan solo un secreto que la persigue desde niña, un escándalo sonado por el asesinato años atrás de su marido y una fortuna a la que sus sobrinos, abocados a la actividad detectivesca por las circunstancias, quieren acceder.

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Cuando Ignacio despierta en mitad de la noche y descubre que alguien ha secuestrado a su bebé, todo cuanto ama se derrumba. La inspectora Bru, víctima de un brutal asalto en el pasado, y el teniente Israel, que convive con un grave problema familiar, deberán sobreponerse a sí mismos y cooperar entre ellos para encontrar al niño antes de que sea demasiado tarde. Los primeros pasos de la investigación y una oscura leyenda les harán pensar que este secuestro no es como otros. Detrás se esconde algo terrible y doloroso, una verdad difícil de asimilar. Este frenético thriller reflexiona sobre la infancia y el origen de la personalidad mientras policías y criminales recorren los lugares más sombríos de Valencia, la ciudad donde nunca se pone el sol. Olvida lo que sea que hayas leído hasta ahora y contén la respiración: en breve comenzarás a gritar.

Hace ya dos décadas que la normalidad de los vecinos de Valencia la marca el reloj de los llamados Ciclos. Estas extrañas olas de crímenes sacuden la ciudad dos veces al año y tienen a las fuerzas del orden completamente desconcertadas, pues, tras años recabando pistas para hallar a un culpable, estas apuntan a un asesino con un perfil de lo más disparatado. El inspector Eduardo Castañeda no recuerda un momento en el que su vida no girase en torno a los Ciclos. En su reincorporación al trabajo tras la misteriosa muerte de su hijo, y coincidiendo de pleno con el inicio de un nuevo Ciclo, Eduardo se verá envuelto en la investigación a un nivel personal con el que no contaba. El inspector se acercará cada vez más la ciudad mimética, un lugar aberrante y extraterrestre en el que hallará la codiciada clave de los asesinatos y se enfrentará a sus fantasmas de una vez por todas.

'Edificio España', la novela negra de las luces y sombras del Madrid tardofranquista. Ignacio Marín debuta con un trabajo dinámico, inquieto y muy crítico con lo que se nos ha legado. Un texto que ahonda en la problemática obrera y social que construyó el estado del bienestar que existe hoy día

La familia de un viejo capo de la mafia de Grenoble intenta por todos los medios que no se cumpla su última voluntad. A partir de aquí, la novela describe con humor ácido el mundo del crimen organizado en el que las mujeres han abandonado el segundo plano al que tradicionalmente han sido relegadas para enfrentarse a los obsoletos códigos de honor que no las representan. Sin por ello dejar de lado los métodos expeditivos que caracterizan a la cosa nostra.

Un noir surreal, una comedia estrambótica, terrorífica y castiza. Una novela trepidante y vibrante, que no da tregua al lector.

Madrid, un Madrid singular, vuelve a ser el escenario de la también singular narrativa de Esther García Llovet. En esta ocasión el protagonista es un humorista apodado Castor, famoso por sus monólogos televisivos. La vida de Castor está regida por la suerte y el azar. Y tirando del hilo del azar conoce a su doble, un camarero llamado Julio. Son como dos gotas de agua, y a Castor se le ocurre que Julio puede sustituirlo en algunos saraos, porque él detesta los saraos. Pero, claro, la cosa no tarda en complicarse, y en dar pie a una trepidante, enloquecida, sucesión de acontecimientos. Y, así, en esta novela tan concisa como contundente tienen cabida una fuga, un secuestro, una pareja de humoristas –uno gitano y otro argentino–, una discoteca en mitad del desierto de Almería, una estafa, una estafadora a punto de convertirse en asesina, unos chinos que invierten en inmobiliarias y en televisión, un crucero por el Danubio y hasta un ovni.

Esta novela es la combinación de varios personajes, con procedencias e intereses distintos, pero con un fin común: El poder. Álvaro, un banquero madrileño esclavo de sus mórbidos apetitos sexuales, ha de enfrentarse con Knepougel, un empresario francés de dudoso pasado y que pretende su banco sin explicar las razones. Esto los llevará a constantes desencuentros cuyo final no augura nada bueno. Un tercer personaje, Blanchet, bohemio y hermético vividor, se unirá a la trama para complicarla todavía más. Este libro es un thriller de acción donde se unen la mafia marsellesa y la alta sociedad madrileña; y donde otros personajes secundarios aportan personalidades vigorosas llenas de interés.

Una autora prometedora y una nueva voz en la novela de misterioLos enigmáticos bosques de Asturias se convierten en tierra de leyenda y en elescenario ideal para una novela negra Colombres, capital del concejo de Ribadedeva. Oriente de Asturias.La plácida vida de Berta Vega se ve trastocada cuando secuestran a su hija durante cuarenta y ocho horas y luego la liberan a más de cien kilómetros de su casa. Todo se complica cuando se perpetra un segundo secuestro que pone en jaque a la policía. En el curso de la investigación, se descubre una conexión entre las desapariciones de las adolescentes y un suceso que se produjo en Madrid veinticinco años atrás.La inspectora Roldán, de la Policía Nacional de Gijón, y la cabo Herrero, de la Guardia Civil de Colombres, cuentan con una valiosa pista: la sustancia hallada en la sangre de las víctimas, un potencial alucinógeno utilizado desde tiempos ancestrales que se extrae del árbol del tejo.

Tokio, otoño, segunda década del siglo XXI. Las manos de la joven y famosísima bailarina Noriko Aya aparecen en el pequeño espacio antisísmico entre dos edificios cercanos a los jardines del Palacio Real y al hotel donde se acaba de instalar el matrimonio formado por la autora de novela negra Olivia Galván y el catedrático de Literatura Comparada César Andrade, invitado por la universidad a participar en un curso de posgrado. Con ellas, una misteriosa pista: un anillo de diamantes y rubíes, que muy pronto señalará a César como principal sospechoso del crimen. Contada en primera persona por Olivia Galván, que se refugiará en su amistad incipiente con el diplomático Gonzalo Marcos, consejero de la Embajada española en Japón, la acción de la novela relata el transcurso de la investigación del asesinato de Noriko y se centra en demostrar que, a menudo, nada es lo que parece.

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En 2019 se estrenaba la miniserie 'Cuatro estaciones en La Habana', basada en las novelas policíacas de Leonardo Padura. Dirigida por Félix Viscarret, fue premiada con el Platino a la mejor miniserie. Protagonizada por Jorge Perugorría, consta de 4 capítulos ambientados en las estaciones: ‘Vientos de La Habana’, ‘Pasado perfecto’, ‘Mascaras’ y ‘Paisaje de otoño’.

Jorge Perugorría y Juana Acosta, protagonistas de la miniserie.

‘Las cuatro estaciones’ (Havana Quartet), como su autor llamó a este grupo de cuatro historias policiales, son: ‘Vientos de La Habana’, ‘Pasado perfecto’, ‘Mascaras’ y ‘Paisaje de otoño’. Muestran un recorrido por la vida de su protagonista el teniente investigador Mario Conde, un policía muy poco ortodoxo que envuelve sus investigaciones con una ternura y un talento como policía del que parece renegar.

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A los dieciséis años, Sarah Jane Pullman huyó de su hogar familiar antes de que, literalmente, se viniera abajo. Inició entonces una odisea hacia ninguna parte que le llevó a ser soldado tras una condena del juez, esposa desafortunada y cocinera en locales de dudosa categoría. Hasta que un día, casi sin pretenderlo, se convierte en miembro del cuerpo de policía de Farr, un pequeño pueblo perdido en la inmensidad del sur estadounidense. No mucho después, su jefe desaparece misteriosamente y es ella quien tiene que ponerse al frente de la comisaría e investigar lo que le ha sucedido.

“La principal herramienta de la literatura son las emociones del lector: tanto si son positivas (amor, apego, seducción…) como negativas (odio, venganza, crueldad…), le permiten que el mundo de la novela resuene en el suyo”: Pierre Lemaitre.

Emoción, Realidad o Verosimilitud son algunos de los conceptos analizados por el escritor francés en su 'Diccionario apasionado de la novela negra' (Salamandra).

Una visión completa, absolutamente personal y muy divertida del género negro, por uno de los escritores europeos más prestigiosos y populares.

7 autores de novela negra internacional que no deberías perderte.

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“Las otras niñas”, es la tercera novela de Santiago Díaz, la segunda protagonizada por la inspectora Indira Ramos.

Basada en hechos reales ocurridos hace treinta años, en un suceso trágico y tremendo: un asesinato a sangre fría y con extrema crueldad que ha mantenido la atención de la opinión pública y de los medios de comunicación durante mucho tiempo El causante escapó. Su pista se perdió entre Lisboa e Irlanda. Desde entonces, es el criminal más buscado por la policía española y por la Interpol. Es a partir de ahí cuando Díaz comienza su particular fabulación manejando distintas posibilidades hasta llegar a un final que no es fácil de novelar.

Wolfgang, Inspector Jefe recién jubilado de la brigada de homicidios de la policía berlinesa, se deja convencer a regañadientes por un amigo español de Berlín para acompañarle a su pueblo natal extremeño, donde el asesinato de un inspector de Sanidad mantiene en jaque a los habitantes. Al comandante de la Guardia Civil local le sienta como un tiro que Wolfgang y su amigo Esteban se inmiscuyan en el esclarecimiento de los hechos. Pese a todo, el alemán es un polícía que desborda humanidad, y que aspira a poco más que disfrutar por fin de los placeres de la vida. Harto de tanta sangre y tragedia en su vida –profesional y personal– descubre el aparentemente apacible mundo de las dehesas extremeñas, con sus encinas y alcornoques, y con sus cerdos negros pastando bajo un sol de justicia, de donde salen los mejores jamones del mundo. Pero las apariencias engañan: detrás de un mercado en vertiginoso alza por la creciente demanda internacional de jamones cuya fama empieza a perjudicar su calidad, se esconde una realidad dura y violenta, plagada de fuertes tensiones, envidias, disputas y hasta asesinatos.

«Lo mío con Jerez de los Caballeros fue un amor a primera vista. Aquí tengo mi vida y a mis amigos. Son mi familia». A Ellen Gerretzen, nacida en los Países Bajos hace casi 62 años, solo le falta el acento jerezano para pasar completamente desapercibida entre el vecindario del municipio de referencia de la Sierra Suroeste pacense (9.180 habitantes). Habla y escribe un perfecto castellano y se conoce como nadie cualquier buen plato que se elabora en los bares jerezanos. Tiene buena mano con la cocina y elabora su propio compost para poner hermoso su corral. Ellen, Elena para todos, es una jerezana más a efectos prácticos que reside en la calle Derecha del barrio de Santa Catalina, una escritora apasionada de novela negra, viajera y ejemplo de pregonera incansable de las maravillas de Extremadura y, en particular, de Jerez.

Elena, su historia, es el ejemplo de una integración plena en un entorno del que estaba muy alejado y de cómo una pasión desde niña por la literatura se puede transformar en una tardía escritora. Nació en Dieren-Arhmen y estudió en la capital holandesa, Amsterdam. Hizo Pedagogía pero nunca llegó a ejercer como tal. Su sustento profesional llegó como funcionaria de la Seguridad Social holandesa.

Viajera, amante de la fotografía, gracias a su marido, Jacob, un catedrático de Economía al que los jerezanos rebautizaron como Santi, llegaron un buen día de 1991 a España. Concretamente a Salvatierra de los Barros (1.600 vecinos), otro municipio de la Sierra Suroeste.

Elena y Santi venían cada cierto tiempo a nuestro país pero no habían estado nunca en la región extremeña. Eligieron Salvatierra y, después, Jerez. Tras una ruta por la sierra salvaterreña, un taxista del pueblo les llevó a la ciudad templaria, a 27 kilómetros, cabecera de su comarca. «Buscábamos un hotel donde quedarnos, preguntamos a un taxista y este hombre nos llevó a Jerez», cuenta a modo de recordatorio. Hoy ese taxista de Salvatierra, ya fallecido, es toda una bendición para Elena.

Tras caminar por las empinadas calles jerezanas, el matrimonio decidió hacer una ruta senderista a Fregenal de la Sierra. Pero se perdieron al poco tiempo de iniciarla. Nunca llegaron a Fregenal. Dieron la vuelta hacia Jerez. Y ahí vive de forma permanente desde hace 20 años, en una casa del Barrio Bajo, con la barroca Iglesia de Santa Catalina a pocos metros.

Con algunas escapadas a la localidad gaditana de (Sanlúcar de Barrameda), Elena y su marido optaron por venirse a vivir definitivamente a Extremadura. Compraron una casa en la calle Derecha mientras a ella le empezaba a picar con más fuerza que nunca el gusanillo de la pluma. Siempre le gustó leer pero nunca escribió... hasta que llegó a Jerez. «Andar por aquí es como un cuento de hadas. Es algo que no se ve a primera vista pero se nota», revela en conversación esta mujer muy observadora, directa y extrovertida que tan pronto te habla del Salón del Jamón como de las maravillas del patrimonio histórico local y de la dehesa. Santi falleció hace cinco años, dejando un vacío que ha conseguido llenar, en buena medida, su otra familia, la jerezana, como ella la llama. Siendo pequeña, confiesa, leyó una novela de Agatha Christie y se prometió que algún día, por qué no, escribirá novela negra, su género literario preferido. Para eso es fundamental su imaginación pero también la realidad. Todos los días sale a andar por las calles del pueblo extremeño y va los bares, a tomarse unos vinitos. Al bar Aquilino o al Kapi. «Salgo a los bares, escucho lo que se dice en la barra y tomo nota. Siempre llevo una libreta y un bolígrafo encima. Los bares son mi oficina, son mi inspiración. Como para vosotros los periodistas, ¿no?», suelta con una sonora carcajada final. Allí es donde disfruta o pena, según le va, con el Betis, su equipo de fútbol.

Jerez de los Caballeros y la belleza de sus torres.

Hoy Elena es, además de la holandesa de Jerez, una de las escritoras de novela negra con más lustre en los últimos tiempos en el panorama nacional. Ha escrito cinco novelas. Dos en castellano. La primera, 'Heridas abiertas' (Tau Editores, de Cáceres), y la cuarta, 'Manzanilla' (Círculo Rojo Editorial), ambas con claras referencias jerezanas. «Jerez me inspira», remarca mientras anuncia que está empezando a escribir una sexta novela, esta ambientada en las Rías Baixas gallegas. Con todo, exhibe sin tapujos un amor profundo hacia Extremadura. «Es un sitio maravilloso. Tiene todo menos el mar y afortunadamente que no lo tiene porque entonces estaría saturado de gente», narra mientras recuerda como sus vecinos la tratan como una más que la invitan a pasar la Nochebuena o Nochevieja. Atea confesa, respeta la Semana Santa porque sabe que eso en Jerez son palabras mayores. Un símbolo del municipio. «Jerez es mi pueblo, es mi familia. Me siento ya más española y extremeña que holandesa», concluye.

Påskekrim, la curiosa tradición noruega de leer novela negra en Semana Santa. Casi tanto como comer chocolate, abrigarse en un cabaña de madera o ir a esquiar, esta tradición literaria es todo un éxito en Noruega desde hace más de un siglo.

8-Mayo-2022

Muere José Javier Abasolo, maestro del género negro ambientado en Bilbao. El mes pasado publicó 'El país equivocado' y deja una larga serie de libros protagonizados por Goiko, un ertzaina reconvertido en detective.

Maestros como Vázquez Montalbán y Raymond Chandler despertaron su pasión por el género negro. Abogado de formación y funcionario prejubilado del Gobierno vasco, se mantuvo fiel a la vocación literaria hasta el final. La última novela del escritor bilbaíno José Javier Abáolo, 'El país equivocado' (ed. Erein), se puso a la venta el mes pasado, cuando ya se encontraba muy delicado de salud. El cáncer había mermado sus fuerzas, pero nunca perdió la ilusión por escribir y publicar. Ayer falleció a los 65 años. Fogueado en sus inicios como letrado en los tribunales y secretario en un juzgado de instrucción, había conocido de primera mano mucho tipos humanos que le sirvieron de fuente de inspiración para sus libros. Su personaje más popular era Goiko, un ertzaina convertido en detective tras un turbio asunto que husmea historias de los bajos fondos por las calles de Bilbao. En obras como 'Lejos de aquel instante', 'Antes de que todo se derrumbe', 'Nadie es inocente' 'Demasiado ruido' y 'Versión original', el pulso narrativo de Abasolo dejó claro que era un virtuoso del género. Directo y socarrón, también se percibía entre líneas su admiración por Pío Baroja y Jardiel Poncela. Hombre de letras hasta la médula, también cultivó la ucronía con títulos como 'Una decisión peligrosa'.

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