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Carta de Jourdon Anderson: un esclavo liberado le escribe a su
antiguo amo:
Dayton, Ohio, 7 de agosto de 1865 A mi antiguo amo, coronel P.
H. Anderson, Big Spring, Tennessee.
Señor:
Recibí su carta, y me alegró saber que no ha olvidado a Jourdon
y que desea que vuelva a vivir con usted, con la promesa de hacer
más por mí que cualquier otra persona. Últimamente me he sentido
preocupado por usted; pensé que los yanquis lo habían colgado hace
tiempo por albergar a los rebeldes que encontraron en su casa. Supongo
que nunca se enteraron de su visita al coronel Martin, cuyo fin
era matar al soldado de la Unión que había sido abandonado por su
compañía en su establo. Aunque usted me disparó dos veces antes
de mi partida, no quería que usted saliera herido, y me alegra saber
que sigue vivo. Me hubiera gustado volver al viejo y querido hogar,
y ver a la señorita Mary, a la señorita Martha y a Allen, Esther,
Green y Lee. Dígales a todos que los aprecio y que espero que nos
encontremos en un mundo mejor si no lo hacemos en este. Hubiera
regresado a verlos a todos ustedes cuando trabajaba en el hospital
de Nashville, pero uno de los vecinos me contó que Henry quería
dispararme si alguna vez tenía la oportunidad.
Quiero saber específicamente cuál es la buena oportunidad que usted
me ofrece. Aquí me va relativamente bien. Recibo $ 25 al mes, además
de víveres y vestimenta; tengo una casa cómoda para Mandy (la gente
la llama Sra. Anderson) y los niños, Milly, Jane y Grundy, van a
la escuela y aprenden bastante. El maestro dice que Grundy tiene
talento para ser predicador. Ellos van a la escuela dominical; Mandy
y yo asistimos regularmente a la iglesia. Nos tratan con amabilidad.
Algunas veces escuchamos que otros dicen: “esa gente de color era
esclava en Tennessee”. A los niños les duele escucharlo, pero les
digo que en Tennessee no era una desgracia pertenecer al coronel
Anderson. Muchos negritos estarían orgullosos, como yo lo estaba,
de llamarlo “amo”. Ahora bien, si usted escribe y me dice qué sueldo
me ofrecería, yo podría decidir si me conviene regresar.
En cuanto a la libertad, que usted dice que puedo obtener, no hay
nada que me beneficie al respecto, puesto que obtuve mis papeles
de libertad en 1864 de parte del Jefe del Cuerpo de la Policía Militar
del departamento de Nashville. Mandy dice que le daría miedo regresar
sin ninguna prueba de que usted está dispuesto a tratarnos con justicia
y amabilidad; así que hemos decidido solicitar como prueba de su
sinceridad que nos envíe nuestro sueldo por el tiempo que estuvimos
a su servicio. Esto nos permitiría olvidar y saldar viejas cuentas,
y confiar en su justicia y amistad en el futuro. Le serví fielmente
durante treinta y dos años, y Mandy durante veinte años; Calculando
$25 al mes para mí y $2 a la semana para Mandy, nuestro monto sería
de $11,680. Súmele a eso los intereses por el tiempo en que nuestro
sueldo ha estado retenido y reste lo que ha pagado por nuestra vestimenta,
tres consultas médicas mías y la extracción de un diente de Mandy;
el saldo mostrará lo que por justicia nos corresponde. Envíe, por
favor, el dinero a través de Adams Express, a la atención del Sr.
V. Winters, Dayton, Ohio. Si no cumple con el pago por nuestro fiel
trabajo en el pasado, no podemos confiar mucho en sus promesas respecto
al futuro. Confiamos en que el Creador haya abierto sus ojos sobre
los errores que usted y sus padres cometieron conmigo y mis padres,
al hacernos trabajar duramente para ustedes por generaciones sin
remuneración. Aquí recibo mi sueldo cada sábado en la noche, pero
en Tennessee los negros nunca tuvimos un día de pago como si fuéramos
vacas o caballos. Sin duda llegará el día del juicio para aquellos
que robaron el sueldo a sus trabajadores.
En la respuesta a mi carta, por favor indique si habría alguna
seguridad para mis hijas, Milly y Jane, que ya son mayores y atractivas.
Ya sabe cómo les fue a las pobres Matilda y Catherine. Preferiría
quedarme aquí y morir de hambre, si fuera necesario, antes que exponer
a mis hijas a la vergüenza de la violencia y maldad de sus jóvenes
amos. Asimismo, indique si hay escuelas para niños de color en su
vecindario. El mayor deseo de mi vida ahora es darles una educación
a mis hijos y permitirles que adquieran comportamientos virtuosos.
Su antiguo sirviente, Jourdon Anderson.
P.D. Saludos a George Carter, ofrézcale mis agradecimientos por
quitarle la pistola cuando me estaba disparando.
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La esclavitud fue uno de los fenómenos más inhumanos
ocurridos a lo largo del periodo colonial, del cual, pese a que
todos sabemos que fue algo que ocurrió, se suele desconocer muchos
de los detalles alrededor de este fenómeno. En esta publicación,
trataré de profundizar un poco sobre un aspecto en particular de
este fenómeno: la venta de esclavos. En una publicación anterior,
se habló de las maneras en las que era posible que los esclavos
alcanzaran la libertad, mostrando el ejemplo ocurrido en Tegucigalpa
con el reclamo de Nicolasa Morillo, una liberta que exigió la libertad
de su hija Eufemia. Hoy se expondrá otro lado de la esclavitud y
para ello, se mostrarán dos ejemplos ocurridos en Honduras, no sin
antes hacer un breve repaso de los detalles concernientes al comercio
y venta de esclavos en Honduras. Con el descubrimiento y la conquista
de América, se abrieron las puertas al Imperio Español para poseer
incontables tierras llenas de materias primas y metales preciosos.
Sin embargo, con la mera migración de colonos no iba a ser posible
explotar estos recursos, por lo que se requería de una vasta suma
de mano de obra esclava para poder extraer el máximo beneficio.
En los inicios de la conquista, los esclavos eran en su mayoría
indígenas, a quienes se les capturaba para venderlos en los poblados
con mayor necesidad de mano de obra. Esto pronto se convirtió en
uno de los negocios más lucrativos en las primeras décadas de la
conquista, junto a la extracción del oro y la plata, también utilizando
mano de obra esclava indígena. La esclavitud indígena se mantuvo
hasta que, en 1542, la corona, bajo la presión y los reclamos del
fray Bartolomé de las Casas, emitió las Leyes Nuevas. Debido a las
denuncias sobre el despoblamiento de indígenas en el Nuevo Mundo
y los malos tratos, con esta legislación se prohibió en teoría la
esclavización de los indígenas, pero en la práctica tardó un tiempo
en ser acatada. En Centroamérica, estas medidas en un primer momento
no fueron bien recibidas, y hubo un gran descontento y desobediencia
por parte de los encomenderos y traficantes de esclavos, quienes
eran los más afectados por dicha legislación. Eventualmente, las
leyes se fueron implementando y, como consecuencia, llevó a la necesidad
de importar más mano de obra esclava en forma de esclavos negros
traídos desde África.

Pásate por Intro >> Resumen temático
>> Honduras.
La necesidad de esclavos en todas las colonias americanas
dio lugar al mercado de trata de personas más grande de la historia,
conocido como el "Comercio Transatlántico de Esclavos", en el cual
se trasladó a millones de personas hacia América desde las factorías
portuguesas, británicas y francesas en África. En el caso de España,
su principal socio de negocios en el comercio de esclavos fue Portugal,
y era común que se les concedieran asientos (licencias) a comerciantes
portugueses u otros extranjeros para el tráfico de esclavos, para
así poder suplir la demanda de mano de obra. Otra manera en la que
se introducían esclavos al continente era mediante el contrabando,
ya que las colonias españolas por mucho tiempo tuvieron prohibido
comerciar con naciones extranjeras, algo que fue aprovechado por
navíos británicos, franceses y neerlandeses para introducir mercaderías
y esclavos ilegalmente, con la complicidad de las autoridades coloniales.
A los primeros esclavos en llegar a América se les denominó esclavos
"bozales", para indicar que eran extranjeros (es decir, originarios
de África), que no hablaban español, no estaban cristianizados y
que no conocían las costumbres españolas. Muchos de estos esclavos
provenían de las costas del África Subsahariana. Generalmente, en
la documentación de la época se hacía mención del lugar del cual
provenían (ya sea el lugar de origen real del esclavo o el puerto
del cual fueron exportados) o de la "nación" a la que pertenecían.
Por ejemplo, se les daban denominaciones como yolefes, mandingos,
mozambiques, fulos, guinea, bran, congos, angola, etc., para diferenciar
a los esclavos africanos en base a su etnia y lugar de procedencia.
Con el paso de los años y debido al mestizaje, comenzaron a surgir
nuevas formas de denominar a los esclavos. Por ejemplo, a los esclavos
negros originarios de África que aprendían el español, habían sido
cristianizados y adoptaban las costumbres españolas, se les llamaba
"ladinos". Otro caso era el de los esclavos negros que nacieron
en América, hablaban el español y tenían las mismas costumbres y
religión, a ellos se les llamaba "criollos". En los casos de mestizaje,
a los esclavos que provenían de ello se les denominaba "mulatos",
y a estos se les determinaba con más precisión en base a su color
de piel, adjudicándoles adjetivos como "prieto", "trigueño", "pardo",
"cocho", "tinto", "loro", "blanquísimo", etc. Estas denominaciones
podían incidir en su valor al momento de ser vendidos.

El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández
recibió el pasado año una condena de 45 años de prisión por
delitos de narcotráfico.
En Honduras, a diferencia de los casos de Perú o Cuba,
no tuvo un mercado esclavista grande, dado que la región no era
tan económicamente importante y, por ende, no había una fuerte necesidad
de mano de obra esclava. Esto llevó a que para el siglo XVII, la
gran mayoría de los esclavos en Honduras fueran "mulatos criollos",
es decir, nacidos en estas tierras producto del mestizaje. Por lo
tanto, la demanda de esclavos en Honduras se suplía internamente
y no era tan necesaria la importación masiva de esclavos desde África.
Dada esta particularidad, la compra-venta de esclavos en Honduras
fue, sobre todo, interna. Los esclavos conformaban el patrimonio
más valioso para los colonos, ya que era la principal fuente de
su fortuna. A los esclavos varones se les utilizaba principalmente
en trabajos pesados como la minería, la apertura de caminos y plantaciones,
mientras que las mujeres generalmente realizaban labores domésticas.
A los esclavos en la colonia se les podía vender, traspasar, comprar,
empeñar, hipotecar, e incluso podían ser dados como garantía o respaldo
para préstamos. En la mayoría de los casos, además de la explotación
de su mano de obra, el principal negocio con los esclavos era venderlos,
aunque en Honduras la venta de esclavos no siempre se dio con fines
de lucro. Muchas veces los vendían para pagar deudas, solventar
carencias económicas, gastos por enfermedades, pagar diezmos, sostener
capellanías, financiar estudios, cubrir gastos funerarios, etc.
La venta de esclavos se daba mediante las "Cartas de Venta". Estas
eran escrituras notariales certificadas que daban validez y legalidad
a la venta del esclavo. En estas cartas, el vendedor describía las
características físicas del esclavo, como su edad, color de piel,
características raciales y enfermedades en caso de que las tuviera.
El vendedor generalmente daba certeza del buen estado físico de
la persona y debía garantizar que estuviera libre de cargos económicos
y civiles, ya que no se podían vender a los esclavos que se encontraban
dados en garantía por un préstamo, intervenidos en un juicio, empeñados
o puestos como respaldo de una capellanía. En la mayoría de estas
cartas, el vendedor debía garantizar que el esclavo estuviera libre
de tachas, defectos, vicios y enfermedades secretas o públicas.
Las tachas y vicios podían ser, por ejemplo, si el esclavo era propenso
a robar, huir o a la embriaguez, etc. Los defectos y enfermedades
podían ser, por ejemplo, si el esclavo padecía algún impedimento
físico, problemas mentales o enfermedades venéreas u de otro tipo.

Honduras tiene una convulsa actualidad política.
Todo esto debía ser cuidadosamente detallado por el
vendedor, ya que dichas tachas podían alterar el precio del esclavo
y comprometían al vendedor, ya que después de ser vendido el esclavo,
si se encontraba alguna de estas tachas, debía devolver el dinero
e incluso ponía todos sus bienes habidos y por haber en hipoteca
en caso de no poder pagar, llevando a fuertes “pleitos” o juicios,
por lo que, la venta de esclavos era algo bastante delicado y eso
lo podremos ver con la cantidad de leyes que se citan en las cartas
de venta. Por otro lado, el comprador efectuaba el pago en la mayoría
de los casos en plata y podía ser pagado al contado o en cuotas,
aunque también se podía hacer el pago en especie como harina, azúcar
u otras. El precio por el cual se vendían a los esclavos variaba
según muchos factores, como el sexo, la edad, condición física,
color de piel y el origen. El factor más determinante en los precios,
en la mayoría de los casos, era la edad. Generalizando, los esclavos
entre los 20-40 años solían valer más, puesto que ese era el rango
de edad en el que se les consideraba de "mayor rendimiento", llegando
a precios de entre 200 y 500 pesos. En cambio, los niños o menores
de 13 años se solían vender por menores cantidades, entre 200 y
300 pesos. Los mayores de edad, aproximadamente de los 45 años en
adelante, su valor disminuía considerablemente a entre 100 y 150
pesos, siendo los esclavos menores de un año o aún dentro del vientre
los de menor precio, llegando a ser vendidos generalmente a 50 pesos.
Es importante señalar que todas estas cifras podían variar considerablemente
teniendo en cuenta otros factores. Luego de la edad, otro factor
importante que incidía en el valor era la condición física o enfermedades
que el esclavo tuviera.

En esta carta de venta dada en el Real de Minas de
Tegucigalpa el 18 de diciembre de 1732, la señora Josefa de Garaycoa
vendió a su esclava Ana María, una niña de 13 años, a otra mujer,
la cual no se especifica directamente quién es, pero se puede asumir
que era una de las testigos, Ana de León Moratalla.
Por ejemplo, si padecía cojeras, discapacidad en alguna
extremidad, enfermedades venéreas, tuberculosis u otro tipo de enfermedades,
podía disminuir considerablemente su valor. Esto afectaba especialmente
a los esclavos ancianos que, en ciertas ocasiones, hasta terminaban
siendo abandonados. El sexo también alteraba el valor. Generalmente
se pensaría que los esclavos valdrían más que las esclavas, ya que
en su mayoría se requerían para los trabajos en los rubros económicos
más pesados, como la minería. No obstante, el precio de las esclavas
podía llegar a ser alto al considerar que, por el hecho de poder
engendrar hijos esclavos, al dueño le resultaba un negocio muy lucrativo
la venta de los hijos e hijas de las esclavas. Inclusive se daban
casos en los que se vendía al mismo tiempo a la madre junto a su
hijo o hija recién nacidos o durante el embarazo, alcanzando precios
de hasta 650 a 700 pesos. El color de piel y origen del esclavo
también afectaba en gran medida su valor. En términos de color de
piel, en la mayoría de los casos se solía valorar más a los esclavos
negros que a los mulatos. Asimismo, influía en su valor si este
provenía directamente de África o si era "criollo" (nacido en América),
siendo los traídos de África de mayor valor. Por ejemplo, los negros
bozales, tintos o criollos podían rondar entre los 600 y 300 pesos,
mientras que los mulatos criollos entre 300 y 250 pesos. En el caso
de los mulatos, su valor podía ser mayor o menor dependiendo del
color de su piel. Por lo general, mientras más oscura su piel, mayor
era su precio. La suma de todos estos factores antes mencionados
es cómo se solía determinar el valor de venta de un esclavo.
Teniendo en cuenta lo antes mencionado, tenemos dos
cartas de venta de esclavos dadas en la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa
en los siglos XVII y XVIII. La primera es la carta de venta del
esclavo Juan de León, en el Valle de Jamastrán el 8 de marzo de
1697, siendo vendido por su dueño Juan Fernández de Najar al presbítero
Bartolomé Idiáquez, la cual puedes leer a continuación:
"Sepan quantos esta carta vieren como yo Juan
Fernández de Naxar veçino del balle de Jamastran jurisdision
dela alcaldía mayor del Real de Minas de Thegucigalpa. Otorgo
y conozco por esta presente carta que vendo en benta real al Licenciado
Don Bartholome Ydiaquez, clerigo presvitero domiciliario deste obispado
y estante en la villa de Jerez de la Chuluteca; un esclabo mulato
loro de naçion criolla llamado Juan de León, de edad
de entre treinta años pocos mas o menos el qual al presente
esta ausente de mi casa en poder del dicho comprador y lo bendo
por esclabo a serbidumbre con sus taçhas buenas o malas,
y enfermedades ocultas o secretas porque de ninguna le aseguro,
libre de senço e ypoteca por cantidad de quatro cientos pesos
de a oçho rreales los quales me tiene entregados Francisco
de Aranda vecino desta alcaldia mayor en birtud de poder que para
la compra de dicho esclabo le a dado dicho Licenciado Don Bartholome
Ydiaquez que confieso aberlos rreçibido en plata corriente
de toda lei.
Y io Julian de Sabala justiçia mayor con estos
balles doy fe que se contaron en mi presençia de los quales
el dicho otorgante se dio por contento y pagado y desde hoy en dia
de feçha en adelante me desisto y aparto de la propiedad
y señorío y de otras aççiones rreales
y personales que me pertenezcan en qualquier manera al dicho comprador
y me obligo al saneamiento de dicho esclabo para que le sea firme
y si en algun tiempo le fuere perdido o demandado luego que por
parte del comprador fueremos rrequeridos yo y mis erederos y subsesores
tomaremos labor y el pleito a nuestra costa y mençion asta
darle en quieta y pasifica poseçion y si sanearle no pudiéremos
el dicho esclabo bolbere al dicho Licenciado Don Bartholome Ydiaquez
los quatro çientos pesos que por el e rreçibido con
mas los costos que sobre ello se rrecresiere que quiero por ellos
ser ejecutado como por el principal y para lo asi cumplir obligo
mi persona y bienes abidos y por aber y doy poder cumplidos a las
justicias y jueces de sus magestad y en especial a las desta alcaldia
mayor a cuyo fuero y jurisdiçion me someto y rrenunçio
mi propio fuero y jurisdiçion, domiçilio y besindad
y la ley Sit Convenerit de Yurisdiçione Omnium Judicium que
me competan a ello como si fuese por sentencia pasada en cosa juzgada
y rrenunçio las leyes que sean en mi fabor hasta lo que dice
que general rrenunçiaçion fecha de leyes no balga;
y estando presente el dicho Francisco de Aranda como podatario del
dicho comprador sedo en nombre de su parte por entregado el dicho
esclabo en su nombre renunçia las leyes según y como
en ellas se contiene y aseto esta escritura a su fabor yo Julian
de Sabala justiçia mayor en estos balles por nombramiento
de su merced el capitán Don Santiago Berroteran alcalde mayor
por su magestad de las minas y rregistros desta provinçia
de Honduras y theniente de capitán general en el sertifico
conosco a los otorgantes, bendedor y comprador quienes dijeron asi
lo otorgaban y firmó conmigo el dicho Francisco de Aranda
y por ser ciego y no poder firmar el bendedor rrogo a uno de los
testigos q por defecto de escribano se allaron presentes que lo
fueron Francisco Thinoco, Juan Martin de la Bega y Francisco Godoy
que el fecho en esta asienda del samorano balle de jamastran en
ocho días del mes de março de mil y seisçientos
y nobenta y siete años, etc.
Julián de Sabala (firma) Francisco de Aranda
(firma) A rruego y por testigo
Francisco Thinoco (firma) Juan Martin de la Bega (firma)
Francisco Godoy (firma)"
Como se pudo leer, Juan de León era un esclavo "mulato
loro". Esta era una de las varias maneras de diferenciar a los mulatos
según su color de piel. En el caso de "loro", es indicativo de que
su piel era bastante oscura y, por ende, valía más. También se resalta
el hecho de que era de nación "criolla", lo que significa que nació
en Honduras y no provenía de África. Bajo estos factores, sumado
a que se encontraba en buen estado físico, sin enfermedades y tenía
30 años, es decir, estaba en el rango de edad de mayor productividad,
su precio equivalía a 400 pesos de plata, mucho más de lo que normalmente
se daba por un esclavo mulato criollo.
No está de más mencionar que fue comprado por un miembro
de la Iglesia, el presbítero Bartolomé Idiáquez, mediante su apoderado,
el señor Francisco de Aranda. Debemos recordar que, en la colonia,
y especialmente en Honduras, la Iglesia tenía un gran poder económico
y no es de extrañarse que emplearan esclavos para sus haciendas
u otras actividades económicas y eclesiásticas. También se puede
destacar lo que se mencionó anteriormente, que el vendedor se comprometía
a devolver el dinero en caso de que el esclavo tuviera tachas o
enfermedades.

El Archivo Nacional de Honduras «Antonio Ramón Vallejo»
ofrece información muy interesante. Recientemente celebraron
el 145 aniversario.
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Carta de un esclavo a su antiguo amo, cuando éste
le pidió ayuda.
Dayton, Ohio , 7 de agosto de 1865.
A mi antiguo «maestro», el Coronel PH Anderson , Big
Spring, Tennessee
Señor:
Recibí su carta y me alegró saber que no se había
olvidado de Jourdon y que quería que volviera a vivir con usted
otra vez, prometiéndome que sería lo mejor para mi. A menudo me
he sentido inquieto por usted, porque pensé que los yanquis le habrían
colgado por albergar a los rebeldes que encontraron en su casa.
Supongo que nunca se enteraron de que fue a lo del coronel Martin
a matar al soldado de la Unión que dejó su compañía en el establo.
Aunque me disparó dos veces antes de que me marchase, no me gustaría
enterarme de que algo le ha sucedido, y me alegro de que todavía
viva. Me haría bien volver a mi querido hogar y ver a la señorita
Mary, la señorita Martha y Allen, Esther, Green y Lee. Deles mi
amor a todos y dígales que espero que nos encontremos en un mundo
mejor, si no en este.
Quiero saber concretamente cuál es la oportunidad
que me ofrece. Estoy bastante bien aquí. Recibo veinticinco dólares
al mes, con comida y ropa; tengo un hogar cómodo para Mandy, la
gente la llama Sra. Anderson, y los niños, Milly, Jane y Grundy,
van a la escuela y están aprendiendo. El maestro dice que Grundy
tiene madera de predicador. Van a la escuela y Mandy y yo asistimos
a la iglesia con regularidad. Nos tratan amablemente. A veces escuchamos
a otros decir: «Esos negros eran esclavos en Tennessee». A los niños
les duele cuando escuchan esos comentarios; pero les digo que no
fue una desgracia pertenecer al coronel Anderson en Tennessee. Muchos
oscuros, mandingas, se habrían sentido orgullosos, como solía estarlo
yo, de llamarle amo. Ahora, si me escribe y me dice qué salario
cobraré, podré decidir mejor si me conviene volver a mudarme.
En cuanto a mi libertad, que usted dice que puedo
tener, no hay nada que ganar en ese aspecto, ya que obtuve mis papeles
de la libertad en 1864 del Preboste-Mariscal-General del Departamento
de Nashville. A Mandy le preocupa volver sin alguna prueba de que
nos tratará con amabilidad y será justo con nosotros; y hemos decidido
que, para probar su sinceridad, nos envíe nuestro salario por el
tiempo que le servimos. Esto nos hará olvidar y perdonar lo ocurrido
en el pasado, y podremos confiar en el futuro. Le serví fielmente
durante treinta y dos años, y Mandy veinte años. A veinticinco dólares
al mes para mí y dos dólares a la semana para Mandy, nuestras ganancias
ascenderían a once mil seiscientos ochenta dólares. Súmele a esto
el interés por el tiempo que se han retenido nuestros salarios,
y reste lo que pagó por nuestra ropa, y tres visitas al médico para
mí, y sacarle un diente a Mandy, y el resultado es lo que en justicia
nos pertenece. Envíe el dinero por Adams’s Express, a cargo de V.
Winters, Esq., Dayton, Ohio. Si no nos paga por los trabajos en
el pasado, poca fe podremos tener en sus promesas. Confiamos en
que el buen Hacedor le abra los ojos y se dé cuenta de todo el mal
que han hecho a mí y a los míos, haciéndonos trabajar durante generaciones
sin ninguna compensación. Aquí cobro mi paga todos los sábados por
la noche; pero en Tennessee nunca hubo un día de paga para los negros
más que para los caballos y las vacas. Seguramente habrá un día
de ajuste de cuentas para aquellos que defraudan al trabajador sin
su salario.
Al responder a esta carta, ruego nos indique si estarán
seguras mis hijas Milly y Jane, que ahora son adultas y ambas niñas
guapas. Ya sabes cómo fue con las pobres Matilda y Catherine [hijas
de Jourdon que no llegaron a Ohio, y se desconoce si fallecieron
o fueron vendidas antes de ser liberados]. Preferiría quedarme aquí
y morir de hambre, si llega el caso, a que mis hijas sean avergonzadas
por la violencia y la maldad de los jóvenes amos. También deberá
indicar si se ha abierto alguna escuela para los niños de color
en su vecindario. El gran anhelo de mi vida ahora es dar a mis hijos
una educación y que adquieran hábitos virtuosos.
Saluda a George Carter el cartero del condado, y dele
las gracias por quitarle la pistola cuando me estaba disparando.
De su antiguo sirviente, Jourdon Anderson.
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John Kimber era el capitán de un barco negrero británico
que fue juzgado por asesinato en 1792, después de que el abolicionista
William Wilberforce le acusara de matar a una esclava a bordo de
su barco. Kimber fue absuelto, pero el juicio obtuvo mucha atención
en la prensa escrita. El caso estableció que la tripulación de un
barco negrero podría ser juzgada por asesinato de esclavos. La publicidad
sobre el caso contribuyó a la creciente oposición al comercio de
esclavos africanos, que el parlamento prohibió en sus colonias por
el Acta del Comercio de esclavos de 1807.
La masacre del Zong fue el asesinato de aproximadamente
142 esclavos africanos a manos de la tripulación del barco negrero
británico Zong en los días siguientes al 29 de noviembre de 1781.
El Zong era propiedad de un sindicato de comercio de esclavos de
Liverpool que había contratado un seguro de las vidas de los esclavos.
Cuando el barco comenzó a quedarse sin agua por unos problemas de
navegación, la tripulación arrojó a algunos de los esclavos al mar.
Posteriormente, los dueños del Zong reclamaron a sus aseguradores
la compensación económica por la pérdida de los esclavos. Después
de que el seguro se negara a pagar, en el juicio que se celebró
posteriormente se dictaminó que en algunas circunstancias la eliminación
de esclavos era legal, y que se podría reclamar que el seguro se
hiciera cargo económicamente de dichas muertes. Barco de esclavos,
representación de J. M. W. Turner del asesinato en masa de los esclavos,
inspirado en la matanza del Zong. La publicidad de la masacre atrajo
la atención del antiesclavista Granville Sharp, quien trató, sin
éxito, de llevar a juicio a la tripulación del barco por asesinato.
Las noticias de la masacre estimularon el creciente movimiento abolicionista
y aquella se convirtió en un poderoso símbolo de los horrores del
transporte de esclavos al Nuevo Mundo. La masacre también inspiró
numerosas obras de arte y literatura, y fue conmemorada en 2007,
durante el bicentenario de la abolición de la esclavitud en Gran
Bretaña.
El Pasaje del medio fue la etapa del comercio triangular
en el que millones de africanos fueron enviados al Nuevo Mundo como
parte del comercio de esclavos en el Atlántico. Los barcos partían
de Europa hacia los mercados africanos con productos manufacturados,
que eran comercializados por africanos comprados o secuestrados,
que eran entonces transportados a través del comercio atlántico
de esclavos; los esclavos eran vendidos o intercambiados por materias
primas, que serían transportadas de vuelta a Europa para completar
el viaje. Los viajes en el Pasaje del medio eran realizadas por
grandes empresas financieras, generalmente organizadas por compañías
o grupos de inversionistas en lugar de individuos.

Comerciantes de las Américas y el Caribe recibieron
a los esclavos africanos.
Las potencias europeas como Portugal, Inglaterra,
España, Francia, los Países Bajos, Dinamarca-Noruega, Suecia y Brandeburgo,
así como los comerciantes de Brasil y América del Norte, participaron
en este comercio. Los esclavos africanos provenían en su mayoría
de ocho regiones: Senegambia, Alta Guinea, Costa de Barlovento,
Costa de Oro, Golfo de Benín, Golfo de Biafra, Oeste Central de
África y Sudeste de África.
El término "créole" se refiere principalmente a una
lengua criolla, una lengua que nace de la mezcla de dos o más idiomas
diferentes, a menudo en contextos coloniales, donde un idioma se
basa en el léxico de la cultura dominante y la gramática de la cultura
subordinada. La cultura o a las personas con predominantes orígenes
franceses o de una región específica, como la cocina créole. En
el ámbito lingüístico, el término proviene del francés "créole",
que a su vez se deriva del verbo "criar". En español, su equivalente
es "criollo". Las lenguas créole surgieron de la interacción de
lenguas de diferentes culturas, como el encuentro entre el francés
y lenguas africanas, resultando en una nueva lengua con características
propias. El criollo haitiano es una lengua criolla basada en el
francés pero con influencia de lenguas africanas. El criollo antillano
es otra lengua criolla derivada del francés y lenguas africanas.
En el ámbito cultural y antropológico, la cultura créole puede describir
un conjunto de tradiciones y culturas que se formaron en diversas
regiones, a menudo marcadas por la fusión de herencias culturales.
La cocina créole es un tipo de cocina que se caracteriza por la
mezcla de influencias culturales, con ejemplos como la cocina créole
de La Reunión, que tiene raíces francesas. Las personas créole tienen
ancestros europeos nacidos en colonias, como en el caso de los criollos
de Luisiana, o a mestizos con orígenes franceses. El criollo haitiano
es una lengua criolla francesa hablada en Haití y otras partes del
Caribe, que se distingue del francés y es una parte fundamental
de la identidad haitiana. El criollo de Reunión tiene una rica tradición
escrita y que, aunque basa su vocabulario en el francés, tiene una
gramática y fonética propias.

La cocina creole o criolla puede referirse a dos conceptos
principales: la gastronomía de Luisiana, que fusiona influencias
europeas (especialmente francesas e italianas), africanas y nativas
americanas, caracterizada por sabores ricos, salsas y platos como
el gumbo y la jambalaya; y la cocina de la América hispana, donde
el término criollo designa la cocina que combina ingredientes españoles
con los autóctonos de cada región, resultando en platos diversos
en países como Cuba, Perú y México.
Ri Palenge se refiere a la lengua palenquera, un idioma
criollo de Colombia que mezcla español, portugués y dialectos africanos,
nacido en el contexto de la resistencia de los palenques (comunidades
de esclavizados) en el siglo XV. El término también se asocia con
el esfuerzo de las comunidades palenqueras por revivir y preservar
este patrimonio cultural, como lo demuestran iniciativas como la
Corporación Tambó ri Palenge, dedicada a la construcción de tambores
y al aprendizaje de la lengua. La lengua ri palenge es un idioma
criollo único, resultado del contacto entre diferentes lenguas africanas,
el español y el portugués, hablado por los descendientes de los
esclavizados que fundaron San Basilio de Palenque. Es parte fundamental
de la cultura y el legado de San Basilio de Palenque, el único palenque
que ha permanecido intacto en Colombia. Existe la preocupación de
que la lengua se pierda, ya que los jóvenes solían sentir vergüenza
de hablarla por el acoso escolar, aunque esto ha ido cambiando.
La comunidad palenquera, incluyendo a maestros y otras personas,
está trabajando activamente para recuperar la lengua. La Corporación
Tambó ri Palenge y otros colectivos utilizan la música y la enseñanza
desde el hogar para mantener viva la lengua. "Tambó ri Palenge"
significa "tambores de Palenque" y designa una corporación de jóvenes
que construyen tambores y aprenden el idioma, como se puede ver
en el sitio de Luthiers Colombianos.

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La expresión "free in the water" se refiere a esclavos
africanos que lograron la libertad nadando o flotando en el agua
para escapar, ya sea huyendo de barcos negreros en el océano o de
plantaciones. Esta búsqueda de libertad, a pesar de los enormes
riesgos y las condiciones inhumanas del transporte y la esclavitud,
representa un acto de desesperación y valentía, donde el mar se
convertía en el único camino para escapar. Durante el viaje transatlántico,
los esclavos eran transportados en condiciones terribles, con espacio
reducido, cadenas, falta de higiene y una alta tasa de mortalidad
por desnutrición, enfermedades y abusos. Ante la desesperación,
algunos esclavos optaban por lanzarse al mar para escapar de esta
horrible realidad. Los "Barcos ataúdes" como los "tumbeiros" usado
por los portugueses, describe la crueldad del tráfico de esclavos,
donde muchos morían en el propio barco. Un ejemplo trágico de esta
situación es el caso del barco Zong, donde la tripulación arrojó
por la borda a 132 africanos en el mar para reclamar un seguro.
Los esclavos que sobrevivían al viaje a menudo intentaban huir de
las plantaciones en busca de libertad. Los esclavos podían nadar
o flotar para escapar de las costas y buscar refugio en otros territorios,
como fue el caso de algunos que huían hacia la Florida española.
Muchos esclavos en los Estados Unidos se dirigieron a México, donde
miles de ellos buscaron y encontraron libertad desde 1821 hasta
1865, a menudo cruzando el río Bravo. La expresión encapsula la
brutalidad de la esclavitud y la resistencia de quienes intentaban
escapar, demostrando que, a pesar de los peligros, la búsqueda de
la libertad era una fuerza poderosa. Es una metáfora de la voluntad
de vivir libre y un símbolo de la lucha por la dignidad humana frente
a la opresión.
"Wade in the Water" fue una canción espiritual negra
que sirvió como código secreto para los esclavos africanos, instruyéndolos
a meterse en el agua para evitar ser rastreados por los perros de
los cazadores de esclavos. Esta canción, que hace referencia a la
historia bíblica de los israelitas cruzando el Mar Rojo, contenía
mensajes ocultos para la fuga y la esperanza de liberación. Harriet
Tubman, una figura importante en el Ferrocarril Subterráneo, supuestamente
usó esta canción para advertir a los esclavos que abandonaran los
caminos y entraran en el agua, ya que la corriente desvanecería
su olor y evitaría que los perros los rastrearan. La canción funcionaba
como una forma de comunicación codificada. El acto de "meterse en
el agua" era una señal para escapar, y la frase "Dios va a agitar
el agua" podía interpretarse como que Dios estaba interviniendo
para ayudar en su liberación. La letra hace alusión a la historia
de los israelitas escapando de Egipto, lo que ofrece un paralelismo
con la lucha por la libertad de los esclavos. Se menciona a la "banda
vestida de rojo" como la banda que guió a Moisés, y se invita a
los esclavos a seguir el "río Jordán". Además de ser una señal práctica
para la fuga, la canción también funcionaba para infundir esperanza
y fortaleza entre los esclavos, uniendo a la comunidad en su lucha
por la libertad.

En 2002, la Televisión Pública de Maryland, en colaboración
con la Sociedad Histórica de Maryland y los Archivos Estatales de
Maryland , produjo "Caminos hacia la Libertad: Maryland y el Ferrocarril
Subterráneo" como guía didáctica. Esta guía incluía una sección
sobre cómo las canciones que muchos esclavos conocían tenían "significados
secretos" que podían usarse para señalar diversas cosas.
El Congado es una manifestación cultural y religiosa
afrobrasileña muy antigua, que celebra a santos como Nossa Senhora
do Rosário y São Benedito a través de música, canto y danza. Surge
de las tradiciones africanas y se popularizó a través de hermandades
de esclavos en Brasil, quienes lo usaban para preservar su identidad,
religión y luchar por su libertad. Es un festejo que combina elementos
religiosos africanos con la fe católica. Incluye bailes dramáticos,
cantos y música, a menudo recreando la coronación de un rey del
Congo. Suelen incluir la vida de São Benedito, el descubrimiento
de la imagen de Nossa Senhora do Rosário, y la lucha de Carlos Magno
contra los musulmanes. Es considerado un patrimonio inmaterial y
una expresión de resistencia y fe, con una fuerte carga simbólica
y religiosa que honra el sufrimiento y la lucha de los antepasados
africanos.
Strange Fruit (que en español significa Fruta rara
o Fruto extraño) es una pieza musical de 1939 cuya interpretación
en la voz de la cantante Billie Holiday la ha dado fama mundial.
Compuesta y escrita por Abel Meeropol, la canción fue una de las
obras de arte que predicó con más fuerza en contra de los linchamientos
en los estados del sur de los EE. UU. y uno de los primeros lemas
del movimiento por los derechos civiles estadounidenses. La expresión
Strange Fruit se estableció como símbolo de los linchamientos. La
canción habla del cuerpo de un negro que cuelga de un árbol. La
letra obtiene su fuerza emocional de confrontar la imagen bucólica
del sur tradicional con la realidad de los linchamientos. La segunda
estrofa, dice: Pastoral escena del galante sur/los ojos abultados,
la boca torcida/el aroma de las magnolias, dulce y fresco/y de pronto
el olor de la carne quemada. Hacia el final de la esclavitud y la
reconstrucción, el racismo en Estados Unidos era un fenómeno cotidiano.
La Corte Suprema de los Estados Unidos aprobaba la separación racial
bajo la máxima Separados, pero iguales, aunque en la práctica no
era frecuente que se diese el pero iguales. Según las conservadoras
estimaciones del Tuskegee Institute, entre 1889 y 1940 lincharon
2.833 personas, el 90% de las cuales en los estados del sur, cuyos
cuatro quintos eran negros. No era necesario que la causa fuera
un crimen; basta recordar las palabras de Emmet Till: Es para que
los negros no se insubordinen. En 1939, luego de tres linchamientos,
una encuesta en el sur mostró que seis de cada diez blancos aprobaban
la práctica.

1889.
Tras pasar una triste juventud, hacia 1939 Billie
Holiday había grabado con Count Basie, Teddy Wilson y Artie Shaw
y vendía muy bien. A sus 24 años se iniciaba en el Café Society,
cuando en un hotel de Nueva York, que tenía el apropiado nombre
de Abraham Lincoln, la obligaron a usar el montacargas. Había estado
en su vida incontables veces expuesta al racismo. Su padre murió
en 1937 porque todos los hospitales se negaron a tratar a un negro.
Ella dijo a este respecto: No le mató la neumonía, le mató Dallas.
La canción estuvo desde entonces en el cancionero de Holiday. Aunque
en esos años ya era la más famosa cantante de jazz, fue Strange
Fruit la que le reportó reconocimiento mundial. La imagen de Billie
Holiday y la canción se fundieron: ella ya no era sólo una mujer
que seducía al público, era capaz de convulsionarlo. Algunos conocidos
alegaban que no era una intelectual y que no sería capaz de entender
el nivel de abstracción de la canción; increíble, viendo su interpretación,
pero también a causa de los linchamientos que ocurrían en el tiempo,
que hacían improbable que una negra no pudiera comprenderla. Holiday
quería que las últimas palabras de la canción, Bitter Crop (Cosecha
amarga), se incluyesen en el título de su autobiografía, pero el
editor dijo que no era posible.
Abel Meeropol era un profesor judío de origen ruso
afiliado al Partido Comunista de los Estados Unidos. Vio un día
la foto de los linchamientos de Thomas Shipp y Abram Smith que según
su testimonio le persiguió durante todo el día y no le dejó dormir.
Entonces escribió el poema Bitter Fruit, que publicó bajo el seudónimo
de Lewis Allan en la revista New York Teacher y en el diario comunista
New Masses. Más tarde musicó el poema en la canción Strange Fruit.
La presentación de la canción la realizó la mujer de Meeropol en
la asamblea de profesores de Nueva York. Strange Fruit se popularizó
entre los círculos de la izquierda estadounidense. Barney Josephson,
el propietario del Café International, la escuchó y contactó con
Meeropol y Holiday. Aunque Meeropol escribió más adelante otras
canciones, incluido un éxito de Frank Sinatra, siempre se sintió
vinculado desde lo sentimental a Strange Fruit. Sin embargo, en
su autobiografía Lady Sings the Blues, Billie Holiday sugiere que
fue ella, junto con Lewis Allan, su acompañamiento Sonny White y
Danny Mendelsohn, la que musicó el poema, afirmación que fue desechada
por David Margolick y Hilton Als en Strange Fruit: The Biography
of a Song como “un testimonio que puede establecer un récord de
mayor cantidad de desinformación por pulgada”. Cuando se le preguntó
por esto, Holiday, cuya autobiografía en realidad había sido escrita
por William Dufty dijo “yo nunca leí ese libro”.
El Café Society era un club nocturno donde se reunían
los intelectuales liberales y de izquierda de la bohemia de Nueva
York, en Greenwich Village. Aunque era sobre todo visitado por blancos,
acudía un público mixto, fue de los primeros clubes de fuera de
Harlem en los que se atendía por igual a blancos y a negros. El
propietario, Barney Josephson, era un vehemente partidario de la
integración racial, así como del buen jazz y la buena conversación.

Barney Josephson fue el fundador y propietario del
Café Society en Greenwich Village, primer club nocturno interracial
de Nueva York por el que pasaron y se dieron a conocer numerosas
figuras del Jazz y artistas de todo tipo.
La banda de rock sureña Lynyrd Skynyrd escribió su
canción "Sweet Home Alabama" en respuesta a "Southern Man" y "Alabama"
de Neil Young, el cual dijo en varias ocasiones ser fan tanto de
"Sweet Home Alabama" como de Ronnie Van Zant, el vocalista principal
de Lynyrd Skynyrd. "Tocan como si lo sintieran", dijo Young en 1976.
"Estoy orgulloso de tener mi nombre en una canción como la de ellos".
Young también ha sido conocido por tocar "Sweet Home Alabama" en
concierto ocasionalmente. Para demostrar esta camaradería, Van Zant
solía usar una camiseta de Neil Young mientras interpretaba "Sweet
Home Alabama". El bajista de Crazy Horse, Billy Talbot, a menudo
se puede ver correspondiendo con una camiseta de Lynyrd Skynyrd
estilo Jack Daniel's. En su libro Waging Heavy Peace: A Hippie Dream,
Young afirmó que Lynyrd Skynyrd escribió "Sweet Home Alabama" no
en respuesta a "Southern Man", sino a su canción "Alabama". Young
señaló que la crítica implícita de Lynyrd Skynyrd era merecida porque
la letra de Young en "Alabama" era condescendiente y acusatoria.
La letra de "Southern Man" describe el racismo hacia
las personas negras en el sur de Estados Unidos. En la canción,
Young cuenta la historia de un hombre blanco (que simboliza a todo
el sur blanco) y cómo maltrataba a sus esclavos . Young pregunta
suplicante cuándo el sur compensará las fortunas forjadas mediante
la esclavitud. La canción 'Alabama' de Neil Young es una crítica
profunda y reflexiva sobre el estado de Alabama y, por extensión,
sobre el sur de los Estados Unidos durante la época de los derechos
civiles. A través de sus letras, Young aborda temas de racismo,
desigualdad y el peso de la historia que carga la región. La mención
del 'diablo' en la primera línea sugiere la presencia de fuerzas
malignas que han corrompido los mejores planes, posiblemente refiriéndose
a la persistencia del racismo y la injusticia social. "Sweet Home
Alabama" expresa orgullo por la cultura sureña, su historia y su
gente, negando la idea de que el sur es racista y atrasado.
«Gimme Hope Jo'anna» ( Español: Jo'anna Dame Esperanzas)
es una canción original creada por Eddy Grant, que además la interpreta.
Es una canción dentro del movimiento reggae anti-apartheid, convirtiéndose
prácticamente en su himno, ya que fue escrita durante el apartheid
en Sudáfrica. La canción fue prohibida por el gobierno sudafricano
que no pudo impedir que fuera ampliamente escuchada por todo el
país. Alcanzó la posición 7 en los UK Singles Chart, convirtiendo
a Grant en un Top 10 durante más de 5 años.
Harry Belafonte, también conocido como el "Rey del
calypso", por popularizar este estilo musical caribeño en los 50,
siendo una de sus canciones más conocidas 'Day –O' (Banana boat
song). Esta canción de 1956, (y que a muchos les sonará porque pertenece
a la banda sonora de la película 'Beetlejuice') es una canción tradicional
jamaicana que cantaban los trabajadores portuarios que trabajaban
durante toda la noche cargando plátanos en los barcos. Esperan la
llegada del día para que el encargado llegue, haga inventario y
se puedan ir a casa. Belafonte dijo en una ocasión que lo más importante
para él en torno a este tema es que los estadounidenses no sabían
apenas nada de la cultura caribeña antes de que saliera esta canción.
La gente tenía estereotipos sobre la gente del caribe y pensaban
que todos bebían ron y eran perezosos. Belafonte quiso romper con
esta concepción cantando sobre un hombre que trabaja toda la noche
por ganar lo equivalente a una cerveza.
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