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Pasarelas

Las pasarelas o pasadizos del Pavia, o en portugués, Passadiços do Paiva, es un sendero de casi 9km sobre pasarelas de madera junto al río Pavia. Es de las nuevas atracciones turísticas de Portugal junto al Ponte 516 de Arouca, un puente de acero suspendido también sobre el Pavia y que tiene una una longitud de más de 500m. Esta excursión combinada es uno de los nuevos atractivos de Portugal. Puedes hospedarte en la preciosa ciudad de Guimaraes.

La longitud del camino entre Espiunca y Areinho asciende a unos 8,7km, casi siempre a unos metros sobre el río Pavia y siempre en el margen derecho del río. Tan solo a mitad de recorrido existe una pasarela que te lleva al otro margen del río. Al comienzo del recorrido se pasan por varias cascadas, entre ellas los Tres Saltinhos o el Rápido do salto. El camino, lineal y en el que emplearemos unas dos horas y media de duración entre subidas y bajadas y paradas para hacer fotos o contemplar el paisaje, discurre junto al río, que pone música ambiental a un recorrido que comienza en las playas fluviales de Areinho y Espiunca. En el período invernal el río aumenta su caudal, por lo que en sus aguas blancas también podemos aventurarnos a practicar rafting o kayak-rafting.

A una hora de Oporto, los pasadizos del río Paiva son todo un referente del senderismo, pero, sobre todo, una auténtica aventura para disfrutar de la naturaleza en el noroeste de Portugal. Por el hermoso paisaje en el que se ubican, pero también por el reto de superar numerosos escalones de madera y caminar por pasarelas colgadas sobre las aguas, el plan además es de lo más divertido.

Los pasadizos se encuentran en el municipio de Arouca, en el distrito de Aveiro, y forman parte del Geoparque de Arouca, un santuario natural y geológico Patrimonio de la Unesco que invita a un fascinante viaje por la biología, la geología y la historia de la vida en el planeta.

Sobre el río Paiva también se eleva el que, a 175 metros de sus aguas, es el puente colgante peatonal más largo del mundo. Este gigante de la ingeniería bautizado como Arouca 516 y sujeto por cables de acero mide algo más de medio kilómetro de longitud y desde él, superado el vértigo de pisar su suelo de rejilla metálica, se divisa una preciosa vista de las cascadas de Aguieiras, de la garganta del río Paiva y de la playa de Areinho.

La ruta la podemos realizar durante todo el año y es adecuada para todos los públicos, aunque los tramos de escaleras tienen desniveles más acentuados. Hacia Areinho-Espiunca es menos exigente a nivel físico. Si se quiere hacer ida y vuelta, lo más acertado es iniciar el recorrido en Espiunca. En los dos extremos hay zonas de aparcamiento y cafés que sirven comidas rápidas, además de un servicio de taxi que une ambos. Durante el recorrido hay carteles didácticos con códigos QR que permiten descargar información de los puntos de interés.

La ruta de la Cerrada de Elías del Río Borosa es un recurrido que atraviesa paisajes espectaculares y considerado como uno de los caminos senderistas más bonitos de toda España. Esta ruta de más de 20 kilómetros te permitirá descubrir la impresionante Cerrada de Elías, cascadas como el Salto de los órganos y lagunas como la de Aguas Negras y Valdeazores.

El Parque Nacional de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas esconde parajes impresionantes perfectos para disfrutar de excursiones en contacto con la naturaleza. Una de las rutas más conocidas y fascinantes por la belleza de sus saltos de agua es la Cerrada de Elías. La parte más famosa del recorrido es la senda que te lleva entre pasarelas de maderas enmarcadas en paredes de roca por encima de las aguas del río Borosa.

La ruta original que incluye el recorrido «río Borosa – Cerrada de Elías – Embalse de aguas Negras y Lagunas de Valdeazores» tiene una distancia de 11,45 kilómetros de ida (un total de 22,9 kilómetros de ida y vuelta). Merece la pena realizar todo el recorrido, tomarlo con calma e ir parando en cada rincón a disfrutar del paisaje.

Si no dispones de tanto tiempo para hacer la ruta completa, puedes hacer la ruta hasta la Cerrada de Elías, a 3,5 kilómetros de distancia. El paseo de ida y vuelta es de 7 kilómetros en total, ya que se regresa por el mismo camino. Este itinerario corto no tiene dificultad alguna, discurre, la mayor parte del tiempo, por caminos amplios y llanos. Si definitivamente decides hacer la ruta larga, en vez de dar la vuelta a la altura de la Cerrada de Elías, debes continuar el recorrido marcado hasta las Lagunas de Valdeazores. Sin duda alguna, el recorrido completo es bastante más duro y de mayor dificultad, pero la experiencia es muy recomendable.

Ambos recorridos (completo y corto) tienen el punto de inicio en el mismo lugar. En la carretera del Tranco A-319, km 48, a la altura de la Torre del Vinagre hay un lugar para dejar el coche y comenzar el recorrido. También puedes seguir las indicaciones de tu GPS hasta el Centro de Visitantes Río Borosa, en este lugar también puedes dejar el coche para comenzar el recorrido a pie. Debes recorrer unos metros más y llegar a la piscifactoría y al charco de la cuna, un lugar de baño muy frecuentado en verano. A partir de ahí, sigues el sendero forestal que te indica todo el recorrido.

En Diciembre de 2020, Cazorla, elegido como Capital del Turismo Rural en España 2022, era la protagonista en esta misma sección.

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Los estrechos del Ebrón es la denominación de una ruta senderista que se realiza siguiendo el curso medio-alto del río Ebrón, entre las localidades de El Cuervo y Tormón, municipios limítrofes de la provincia de Teruel (Comunidad de Aragón, España). El Ebrón posee una longitud de cauce que alcanza los 21 km, con una extensión de cuenca de 244,9 km² y una pendiente total de 715 m, siendo su principal característica la regularidad de su cauce y abundante caudal. Tiene su nacimiento en los montes de Tormón (a 1.052 m de altitud), pasa El Cuervo, Cuesta del Rato, Castielfabib, Los Santos y Torrebaja (a 760 m de altitud), donde rinde sus aguas al Turia por la margen derecha, el el paraje denominado «Las Ajuntas».

La ruta PR-V 131.3 ha sido calificada de gran interés, su trazado reúne elementos biológicos (fauna y flora), de naturaleza y paisajístico. Puede realizarse en uno o dos tramos, y en dos sentidos, aguas arriba, desde El Cuervo a Tormón o a la inversa, aguas abajo, desde Tormón a El Cuervo. Gran parte de su recorrido sigue el camino utilizado históricamente por los lugareños de ambos municipios para llevar a cabo su actividad agropecuaria tradicional, incluido el cartero que diariamente llevaba y recogía la correspondencia entre ambos pueblos.

A efectos descriptivos en la ruta de los Estrechos del Ebrón pueden distinguirse dos tramos, una bajo (fluvial) correspondiente a El Cuervo y otro alto (de montaña), correspondiente a Tormón.

Detalle de los «Estrechos del Cañamar», Ruta de los Estrechos del Ebrón, en El Cuervo.

La gran belleza paisajística de la ruta de los Estrechos del Ebrón se completa con la naturalística, dada la biodiversidad en avifauna y flora de la zona, todo ello gracias a la vida que para animales y plantas supone el río Ebrón. Aunque no sean fáciles de ver, abundan los jilgueros (Carduelis barbata), las lavanderas cardueñas (Motacilla cinerea), los mochuelos (Athene noctua), etc. Más fáciles de ver son los córvidos, cuervos grandes (Corvus corax) y urrucas comunes (Pica pica). Los más frecuentes, sin embargo, son los artrópodos: insectos arácnidos, crustáceos, miriápodos, etc., singularmente en verano. En cuanto a la botánica, destacan los juncales, los chopos lombardos, los álamos, las sargas y otras variedades propias de las riberas, incluso el matorral termófilo en las franjas más alejadas y frescas. En las zonas de la ruta propiamente de montaña predomina el pino laricio (Pinus nigra), las sabinas albares (Juniperus thurifera), los enebros (Juniperus communis), las encinas (Quercus ilex) y variedad de arbustos y matorrales, romeros (Rosmarinus officinalis), rosales silvestres (Rosa canina), aliagas (Genista scorpius), etc.

Monachil es un pueblo que está situado a tan sólo unos 8 kilómetros hacia el sureste de Granada, en la parte del centro-sur de la comarca de la Vega de Granada. Es aquí donde están Los Cahorros, una zona de alucinantes paisajes ideal para hacer senderismo o practicar escalada.

Resulta increíble que esta lugar, esté a 15 minutos en coche desde la ciudad de la Alhambra. En un cuarto de hora apareces en un lugar completamente distinto, en donde la paz y tranquilidad triunfan sobre el tráfico de la capital. Esto hace que sea una buena opción para una escapada desde Granada, ya que se puede salir por la mañana, pasar allí todo el día allí y volver a la ciudad por la noche. La ruta de Los Cahorros discurre bordeando el río Monachil, el cual nace en el pico Veleta (el segundo más alto de la Sierra Nevada y el cuarto del país).

Y este río es el gran artífice del impresionante paisaje, altas montañas que han sido escarvadas durante siglos por sus aguas. Los viajeros van caminando entre las paredes, en ocasiones bastante estrechas, que el Monachil consiguió modelar.

Arnedillo es un municipio y localidad del Alto Valle del Río Cidacos que pertenece a la comunidad autónoma de La Rioja. Se encuentra en la Rioja Baja, a pocos kilómetros de Arnedo, entre las sierras de la Hez y Peñalmonte. Es atravesado por el río Cidacos.

Por la complicada orografía de la superficie del municipio, hay poco terreno para la proliferación de cultivos y la cría de ganado, por lo que la mayoría de sus recursos económicos provienen del turismo, gracias a la gente que se acerca durante todo el año a disfrutar de su balneario y pozas termales. La explotación de un parque eólico dentro del término municipal de Arnedillo, aunque de titularidad privada, supone una importante fuente de ingresos para el pueblo.

El municipio es muy conocido por sus aguas termales, que fluyen por varios manantiales. Algunos de ellos son aprovechados por un balneario, cuyos orígenes podrían remontarse a época romana basándose en algunos vestigios encontrados. Otros manantiales son de acceso libre, conocidos como "Pozas". El agua penetra en la tierra arenisca. Mientras toma profundidad va recogiendo diferentes componentes y aumentado su temperatura unos 3 °C cada 100 metros, llegando a alcanzar unos 120 °C al toparse con piedras calizas a unos 3500 metros de profundidad. Al descender hasta los 4000 metros se topa con arcillas impermeables sobre las que fluye hasta toparse con una nueva zona de calizas por la que asciende, llegando al exterior todavía caliente, a unos 52 °C. Estas aguas medicinales han sido clasificadas como clorurado sódicas, sulfatado cálcicas, bromuradas, con iones de magnesio, hierro, silicio y rubidio, radiactivas e hipertermales.

Asomarse al mirador del Cañón del Añisclo es quedarse literalmente sin aliento. Ante nuestros ojos, el Monte Perdido, entre amenazante y cautivador, y a nuestro alrededor una curiosa mezcla de encinas mediterráneas con hayas y abetos que alfombran caprichosamente riscos de las más extrañas formas. Si miramos al cielo y tenemos suerte quizá logremos avistar al quebrantahuesos. Al que no conseguiremos ver es al urogallo que, aunque también habita y vuela por la zona, prefiere esconderse en lo espeso del bosque. Estamos contemplando, sin temor a exagerar, uno de los paisajes más bellos de la península Ibérica, y probablemente de Europa. Estamos en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, Reserva de la Biosfera. Partiremos de la aldea de Nerín. Al cañón, que está señalizado, se puede llegar en coche sin demasiada dificultad por el desfiladero de las Cambras. Pero si nos decidimos a emprender esta aventura y, además, hacer un poco de senderismo por la zona, lo cual no mala idea por los muchos rincones donde pararse en los alrededores, es recomendable informarnos previamente o incluso hacerlo con quien conozca el terreno. Será una excursión para recordar.

Localizado en la provincia de Huesca, el Cañón de Añisclo es uno de los lugares imprescindibles del pirineo oscense. Forma parte del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y es un impresionante valle que se introduce en un amplio cañón. Como si de una profunda brecha se tratara seccionando en dos la montaña, discurre por él, el río Bellós, que lo recorre en todo su tramo acompañado de hermosas cascadas, barrancos y paredes casi verticales.

Tendremos que llegar hasta el pueblo de Escalona, en la comarca del Sobrarbe. Una vez ahí, nos dirigiremos hacia el desvío que indica “Cañón de Añisclo” y tras recorrer unos kilómetros dejando a ambos lados a los pueblos de Puyarruego y Belserrie, enseguida nos adentraremos en el impresionante Cañón. Realmente iremos por el Desfiladero de las Cambras, que es el nombre de esta parte del Cañón de Añisclo, en la que encontraremos una impresionante garganta que es atravesada por la carretera HU-631 por la que podremos ir. El espectáculo visual comienza ya en el puente de Bellós y durante casi 10 kilómetros, podremos disfrutar de una auténtica maravilla de la naturaleza. Un paraje verdaderamente precioso. Tras haber recorrido la carretera por el Cañón de Añisclo, llegarás hasta el Parking de la Tella.

El puente sobre el río Bellós: es el primer puente que encontrarás nada más comenzar la ruta y el que te indica que estás ya dentro del Cañón. Desde ese momento te darás cuenta del lugar tan bello en el que te encuentras. La Fuente de los Baños, de aguas termales, la encontrarás tras haber recorrido unos 4,5 kilómetros de carretera. Con una indicación para bajar hasta la Fuente de los Baños, un estrecho y bonito desfiladero en el que se encuentra dicha fuente, según dicen, con agua templada beneficiosa para la salud. Tendrás que bajar casi 300 escalones y aunque la ruta sea fácil, es aconsejable hacerlo con cuidado y precaución de no resbalarse.

Desde el Mirador en el parking de Tella puedes contemplar un tramo del cañón de Añisclo y el cauce del río Bellós. En el Mirador en la carretera Buerba, partiendo desde el parking de Tella y en dirección a Buerba, te encontrarás con este punto mucho más alto, por lo que las vistas son aún más impresionantes.

El Parrizal o del Parrissal, en Beceite (Teruel), discurre junto al río Matarraña y tiene 6 kilómetros de ida y vuelta. El tiempo estimado de duración es de unas dos horas y media o incluso un poco menos. La primavera y el otoño son las dos estaciones más recomendables para hacerla, aunque se puede acceder durante todo el año (pero algunos de sus atractivos pueden estar inaccesibles por el caudal del río). Se trata de una actividad de pago (10 euros) aunque en los meses de enero y febrero el acceso es gratuito.

Se inicia en la oficina de turismo de Beceite y desde ahí se siguen las indicaciones hasta llegar al paraje. Quienes quieran utilizar el aparcamiento tendrán que comprar el ticket previamente en la web del pueblo (ni esos tickets para aparcar ni los de acceso se venden en la oficina de turismo: es un dato muy importante para no llegar allí y llevarse una desilusión). Una vez se llega al acceso, se recorre un camino de unos 800 metros en el que se puede disfrutar de la botánica y se atraviesa el río por una pasarela de madera. En ese trayecto se pueden ver las pinturas rupestres de la Fenellassa o Fenellosa. A partir de este punto, empieza lo que es la ruta en sí misma. Pasando por una pasarela de madera, se empieza a remontar el río durante una hora aproximadamente caminando por senderos y pasarelas de madera. El final es un cañón de 60 metros de alto, 1,5 metros de ancho y 200 metros de largo conocido como Els Estrets del Parrissal. Excepto en verano, cuando la garganta está seca, no se puede atravesar el cañón y el recorrido termina a la entrada. Es el momento de dar la vuelta y encaminarse al punto de origen.

En la zona de Beceite no solo existe la ruta del Parrizal, sino que también hay otras posibilidades. Por ejemplo, el camino del embalse de Pena, que empieza en la plaza de la ermita de Santa Ana. Ese tramo asfaltado, de unos 3,5 kilómetros termina en un promontorio de forma cuadrada en una montaña. Ahí, se puede escoger entre dos caminos: a la derecha el asfaltado de 8,5 kilómetros que lleva a Valderrobres y a la izquierda, el que lleva al área recreativa al pie de la presa. Además, también se puede recorrer la ruta de La pesquera o peixquera, que sigue el río Ulldemó. La pista tiene casi 8 kilómetros de largo y durante el recorrido se pueden ver las pozas formadas por el agua, un espectáculo digno de contemplar.

El Congost de Mont-rebei es un desfiladero formado por el río Noguera Ribagorçana a su paso por la Sierra del Montsec, la cual atraviesa de Norte a Sur. Está ubicado entre las comarcas de La Ribagorza (Aragón) y el Pallars Jussà (Cataluña) y se puede llegar a él andando desde diferentes puntos, aunque el acceso más popular es el de “La Masieta”.

Un camino excavado en la roca permite recorrer todo el cañón al borde del precipicio y obtener hermosas vistas. Desde 1999 el Congost de Mont-rebei está protegido y gestionado por la Fundació Catalunya – La Pedrera.

El sendero que atraviesa el Congost de Mont-rebei forma parte del GR-1. Hay al menos tres opciones para hacer esta excursión: la opción corta y más sencilla consiste en realizar el recorrido señalizado que va de Norte a Sur desde el parking de “La Masieta” hasta el final del desfiladero. El camino es bastante sencillo, de unos 3,5 km y se necesita aproximadamente 1h 45' para cubrir el trayecto de ida. Se puede alargar el paseo hasta el segundo puente colgante, el que atraviesa el Congost del Seguer (+ 1km) y una vez allí animarse (o no) a bajar las empinadas escaleras de madera construidas en la pared que llevan hacia el albergue de Montfalcó.

La segunda opción, para senderistas algo más avanzados, es hacer el camino de Sur a Norte desde el parking de la ermita de la “Mare de Déu de la Pertusa“, cerca de Corçà, hasta el segundo puente colgante pasado el desfiladero (unos 9 km el trayecto de ida). Una tercera opción, en este caso desde Aragón, es hacer la ruta desde el albergue de Montfalcó hasta el Congost.

La variante La Masieta – Congost de Mont-rebei no es apta para gente con vertigo. Después de caminar algo menos de 2 km por un bonito sendero que discurre a campo abierto, se atraviesa un primer puente colgante (no apto para gente con vértigo) y al poco ya se empieza a divisar la entrada al desfiladero, la parte más impresionante del recorrido. En los primeros meandros del río entre las rocas uno ya se queda con la boca abierta ante las enormes paredes de hasta 500 metros de altura, pero lo mejor llega al internarse en el propio cañón y ver cómo se extiende a lo lejos y por dónde transcurre el camino excavado en la pared.

A partir de ahí nos espera alrededor de 1 km de auténtico deleite. A cada paso uno se pararía para tomar una foto. O simplemente se sentaría a disfrutar todo el día de semejante belleza natural. De hecho, cada pocos metros hay algún banco perfectamente encarado hacia el desfiladero donde puedes descansar, comerte un bocadillo o quedarte embobado viendo cómo los kayaks avanzan por el río.

A salir del cañón, si las fuerzas acompañan y hay tiempo, es recomendable alejarse del Congost como mínimo hasta el puente colgante del Congost del Seguer. Aunque añadiréis 1 km al recorrido y en esta zona tiene pendientes más pronunciadas, merece la pena llegar hasta allí por dos motivos: el primero son las vistas del Congost desde ese punto y el segundo es que podréis bajar (y volver a subir) por unas empinadas escaleras de madera que recorren la roca verticalmente y que conectan con la ruta de Montfalcó, en Huesca. Para llegar a ellas hay que subir unos 20' por un sendero bastante pronunciado, pero los que lo han hecho recomiendan la experiencia.

En la primera parte de esta tetralogía hablamos de Montfalcó.

Su nombre oficial es Punta Socastro pero es conocido como “O Fuciño do Porco”. Este singular nombre, significa hocico de cerdo en castellano, esconde el cabo donde se localiza una ruta impresionante. Transcurre por una pasarela peatonal de madera y ofrece un sorprendente paseo entre acantilados que miran al mar Cantábrico.

En la entrada de la ría de Viveiro, en O Vicedo, se alza este impresionante mirador sobre la playa de Pereira y Area Grande. Estamos ante una ruta que transcurre por pasarelas de madera con algunas escaleras y que permite gozar de un paisaje espectacular que abarca desde Xove hasta Bares, otorgando unas vistas que te dejarán sin palabras. La sensación de caminar sobre estas pasarelas es tremenda porque vas disfrutando de las vistas y, para terminar podrás ver el mar desde una situación privilegiada.

Para visitarlo te recomendamos dejar el coche cerca de la playa de Abrela y desde allí tomar la senda azul que te llevará directamente a O Fuciño do Porco. Deberás subir por la carretera hasta llegar a una pista de tierra a mano derecha, luego caminando entre eucaliptos verás una bifurcación, sigue a la izquierda siempre por el sendero más amplio hasta que al acercarte a las pasarelas puedas ver el mar. Una vez llegues a las pasarelas, recórrelas sin prisa, disfruta del fantástico entorno hasta llegar a la baliza luminosa que indica el final del recorrido. Aunque se trate de una ruta con escaleras y algún que otro sube y baja, es un recorrido muy recomendable para hacer con niños/as, les encantará.

Se ha convertido en uno de los rincones más fotografiados de la Mariña Lucense desde que fue acondicionado a principios de 2017. Para facilitar el acceso a las pasarelas, el ayuntamiento de O Vicedo habilitó un nuevo aparcamiento y, al mismo tiempo, se prohibe el acceso en coche por el sendero que va desde la carretera a las pasarelas.

El geodestino Mariña Lucense abarca los ayuntamientos de Alfoz, Barreiros, Burela, Cervo, Foz, Lourenzá, Mondoñedo, Ourol, A Pontenova, Ribadeo, Trabada, O Valadouro, O Vicedo, Viveiro e Xove.

En la Mariña Lucense los bosques se confunden con el mar. Es la Galicia Verde que se asoma el Cantábrico. Cerca de 100 km de costa salpicada de maravillas naturales. Del paisaje recoleto de la ría de O Barqueiro a la grandiosidad de la praia de As Catedrais, un monumento natural excavado por el mar con una dimensión sobrenatural. Del estuario del río Sor, paraíso de peces y aves acuáticas, al estuario del Eo, Reserva de la Biosfera. Pero además, Foz, Viveiro y Ribadeo, puertos que conservan la huella de un pasado señorial. En Cervo, Sargadelos, una de las cerámicas más emblemática de Galicia. Y en el interior de la Mariña Lucense, dos tesoros ocultos. Uno es la Serra do Xistral, sombría y misteriosa, tierra de turberas y caballos salvajes. El otro es Mondoñedo, en el Camino de Santiago (el del Norte), antigua sede episcopal con una hermosa catedral del siglo XIII.

Este rincón escondido se ha puesto de moda convirtiéndose en el gran reclamo de la costa de Galicia para el verano, con permiso de la playa de las Catedrales y las Islas Cíes. Desde que O Fuciño do Porco comenzó a salir en los medios su popularidad no ha hecho más que ir en aumento. Las impresionantes fotos publicadas en las redes sociales lo hacen cada vez más viral, por lo que cada fin de semana se cuentan en cientos los visitantes que se acercan a conocer este maravilloso paraje y, por supuesto, todos quedan deslumbrados.

Siurana está considerado el pueblo más fotogénico de la comarca del Priorat, pero es quedarse muy corto. Su situación, en una proa rocosa que parece querer salirse de la sierra de la Gritella para echarse a navegar por el vacío que se abre a sus pies, el ambiente medieval que se respira en sus calles y el medio natural que lo rodea, lo hacen acreedor de mayores elogios. Visto en la lejanía es difícil imaginar que haya un camino para llegar a él desde el fondo del valle, y no lo habría sino hubiera sido por la amable naturaleza que lo construyó.

La bellísima población de Siurana está literalmente colgada en el abismo, ocupando un espolón de la sierra de la Gritella. No puede extrañar que fuera el último reducto musulmán en Cataluña. Es un enclave espectacular, cautivador, que tiene un aire irreal y atemporal; un ambiente que podría ser mucho más mágico si no existiese un gran aparcamiento habilitado al pie del castillo que se llena de coches todos los fines de semana.

Claro, que podría haber sido peror; podría haber pasado que se hubiera permitido ingresar los coches en el casco urbano, una aberración que se ha cometido en muchos pueblos tan interesantes como Siurana. Antes de que la carretera llegara hasta las puertas del pueblo, los vecinos de Siurana utilizaban, para bajar a sus huertas al borde del río, o para ir más lejos, un camino impresionante que aprovecha sabiamente una estrecha repisa natural.

El camino comienza junto a las ruinas del castillo, en un extremo del aparcamiento. La primera parte es absolutamente impresionante. Se camina por una estrecha repisa que corta en dos las verticales paredes que miran hacia el valle del río Siurana. Una vez se desemboca en la pista, se continúa en dirección al embalse hasta casi rodear la punta de Siurana. A la derecha, superando un pequeño talud, se encuentra un viejo camino de herradura que enlaza con el antiguo que sube desde Cornudella por el barranco de l’Estopinyà. Son caminos de origen medieval, con empedrados de siglos de antigüedad, que resultan imprescindibles para entender el carácter del inexpugnable reducto musulmán.

La Faja de las Flores es una travesía de las más interesantes, bonita y variada, que se pueden hacer en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Eso sí, no apta para personas que padezcan vértigo. Ya que todo el recorrido por la faja, es muy vertical y aéreo. Sin olvidarnos del paso expuesto en las clavijas de Cotatuero.

La Faja de las Flores se sitúa en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo Oscense, en Aragón (España). Ocupa una superficie muy amplia y se puede acceder a él por varias poblaciones. La ruta que nos interesa se encuentra en la zona este del parque nacional, por ello accederemos a él por la localidad de Torla.

Desde Muntania te invitan a disfrutar de tres días de trekking en el espectacular Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ubicado en el corazón de la cordillera pirenaica. Desde la Pradera de Ordesa para recorrer todo el valle, almorzar en la cascada de la Cola de Caballo y llegar al refugio de Goriz.

Al día siguiente se hace cumbre en el Monte Perdido y el último día es de regreso por la Faja de las Flores, una de las joyas del parque, para finalmente alcanzar la Pradera de Ordesa. Una estupenda escapada para poder disfrutar de algunos de los rincones más representativos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Monte Perdido es el macizo calcáreo más alto de Europa. Se encuentra situado dentro de la vertiente sur del Pirineo central, al norte de la provincia de Huesca, en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, en la comunidad autónoma de Aragón.

Entre los montañeros, Monte Perdido goza de una gran popularidad debido a que es un tresmil relativamente fácil de acometer. La vía normal de ascensión se efectúa a través del refugio de Góriz (2160 m), donde es habitual pernoctar, y el canal de "la escupidera", uno de los puntos negros del Pirineo donde han muerto muchos escaladores intentando alcanzar la cima. Este macizo está incluido dentro de la Reserva de la biosfera Ordesa-Viñamala declarada por la Unesco en 1997.

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