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            Es en este entorno donde desde los siglos XIX y XX 
              se ubicaron un conjunto de infraestructuras ferroviarias e hidroeléctricas 
              que vertebraron las conexiones y la red viaria que hemos heredado 
              en el siglo XXI. Declarado por la Junta de Andalucía como Paraje 
              Natural en 1989, ya había sido clasificado como Zona de Especial 
              Protección para las Aves (ZEPA) en 1987 y, desde el año 2006, forma 
              parte de la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo 
              Andalucía-Marruecos y de la lista de Lugares de Importancia Comunitaria 
              de la Región Biogeográfica Mediterránea. Este enclave natural ha 
              sido foco de influencia para el asentamiento y desarrollo de grupos 
              humanos en el entorno del paraje natural de Gaitanejo y de El Chorro 
              desde las épocas prehistóricas hasta nuestros días, documentado 
              por la abundancia de yacimientos arqueológicos. 
              
            Basándonos en siete hitos que, en un entorno de menos 
              de 20 kilómetros, son parte de nuestra historia y que estamos seguros 
              de que os enamorarán: El Paraje Natural del Desfiladero de los Gaitanes, 
              las Presas de El Chorro/Conde de Guadalhorce y Gaitanejo, las pasarelas 
              del Salto hidroeléctrico de El Chorro, la Estación de ferrocarriles 
              de El Chorro y puentes sobre los Gaitanes, así como la Cueva paleolítica 
              de Ardales, la Necrópolis prehistórica de las Aguilillas y la Iglesia 
              rupestre mozárabe de Bobastro. Estos hitos llevan confluyendo durante 
              siglos en torno a un enclave excepcional que ha sido testigo del 
              paso de núcleos humanos desde el Paleolítico y cuya singularidad 
              ha permitido que el desarrollo industrial nos haya dejado una herencia 
              en forma de “caminito” por la historia y la espectacularidad de 
              uno de los paisajes más impresionantes de la geografía universal. 
            El Caminito del Rey es un paso construido en las paredes 
              del desfiladero de los Gaitanes, entre los términos municipales 
              de Ardales, Álora y Antequera, en la provincia de Málaga, comunidad 
              autónoma de Andalucía, España. Se trata de una pasarela peatonal 
              de más de tres kilómetros (además de 4,8 kilómetros de accesos), 
              adosada a la roca en el interior de un cañón, con tramos de una 
              anchura de apenas un metro, colgando hasta 105 metros de altura 
              sobre el río, en unas paredes que llegan a ser verticales. El paso 
              del tiempo lo deterioró mucho: casi todo el recorrido carecía de 
              barandilla y había segmentos derrumbados, quedando sólo la viga 
              de soporte. Todos estos factores contribuyeron a crear una leyenda 
              negra tras haber perdido la vida varios excursionistas tratando 
              de cruzarlo. En 2014, se iniciaron obras para rehabilitarlo. Se 
              construyó una nueva pasarela, con paneles de madera a lo largo de 
              su recorrido. Los trabajos de rehabilitación finalizaron el primer 
              trimestre de 2015 y se reabrió a finales de marzo de ese mismo año, 
              despertando gran expectación entre el público. Se pueden realizar 
              excursiones previa reserva, y la Diputación de Málaga ha habilitado 
              una página web para ese efecto. Actualmente una empresa privada, 
              perteneciente al pueblo de Ardales, con concesión administrativa 
              gestiona y cobra las entradas, que deben adquirirse de manera anticipada. 
              
            La Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, propietaria 
              de los Saltos del Gaitanejo y del Chorro, necesitaba un acceso a 
              ambos para facilitar el paso de los operarios de mantenimiento, 
              transporte de materiales y vigilancia. Las obras empezaron en 1901 
              y terminaron en 1905. El camino comenzaba junto a las vías del ferrocarril 
              y recorría el desfiladero de los Gaitanes. Las visitas a la zona 
              se hicieron frecuentes mientras estaba el embalse en construcción 
              entre 1914 y 1921, amigos y familiares del ingeniero jefe Rafael 
              Benjumea, ingenieros y personas interesadas en este proyecto en 
              general. Dada la gran belleza que se podía contemplar recorriendo 
              el camino, Benjumea decidió mejorarlo y reformar el puente entre 
              los dos lados del desfiladero. Estas dos paredes rocosas unidas 
              por el denominado «Balconcillo de los Gaitanes» son de las más famosas 
              de la provincia. En 1921 el rey Alfonso XIII presidió la inauguración 
              de los embalses Guadalhorce-Guadalteba, cruzando para ello el camino 
              previamente construido, o al menos lo visitó. Desde entonces, se 
              le empezó a llamar Caminito del Rey. 
            El paso del tiempo y la falta de mantenimiento hizo 
              mella en el Caminito. En los años 1990 presentaba un estado lamentable, 
              con la barandilla desaparecida en casi todo su recorrido, numerosas 
              secciones derruidas y las que quedaban amenazando con hacerlo. Precisamente 
              su peligrosidad fue uno de los factores que contribuyó a su fama. 
              Muchos excursionistas se dirigían a El Chorro para recorrer el Caminito, 
              y también su zona de escalada, una de las más importantes de Europa. 
              Esto propició numerosos accidentes a lo largo de los años, algunos 
              mortales, y acrecentó su leyenda negra. En 1999 y 2000, se produjeron 
              sendos accidentes mortales que costaron la vida a cuatro excursionistas 
              e indujeron a la Junta de Andalucía, en el año 2001, a cerrar los 
              accesos al camino, demoliendo su sección inicial. Esta medida no 
              consiguió detener a los excursionistas, que seguían encontrando 
              la manera de acceder a él escalando. También decretaron una multa 
              de 6000 € por transitar tanto por el camino cortado, como por las 
              vías y los túneles del tren por las que se puede volver del Caminito. 
              
            Caminito del Rey, salida sur, desfiladero del Gran 
              Gaitán. 
            La Diputación provincial de Málaga, en colaboración 
              con la Junta de Andalucía, incluyó en sus presupuestos de 2006 un 
              plan de restauración. En enero de 2009 salió a concurso la redacción 
              del proyecto para su reparación, con un presupuesto de 5 millones 
              de euros. Las obras comenzaron en 2014 y duraron aproximadamente 
              un año. El camino rehabilitado se abrió al público el 28 de marzo 
              de 2015. Lonely Planet lo eligió uno de los mejores sitios para 
              visitar ese mismo año. La descripción de la ruta y el track 
              GPS se encuentra en Wikiloc, que también incluye referencias a numerosa 
              información, fotos y vídeos que ayudarán al visitante. En mayo de 
              2017 se dotó de cobertura 4G a todo el tramo del Caminito y actualmente 
              cuenta con un centro de visitantes cerca del acceso norte, dirección 
              Ardales, que incluye un punto de información y souvenirs, una cafetería, 
              aseos y 200 plazas de aparcamiento para coches y diecisiete para 
              autobuses.  
              
            Una vez que se haya obtenido la entrada a través de 
              Internet o por cualquier otro medio conviene procurar llegar al 
              menos con una hora de antelación de su hora de comienzo de recorrido, 
              porque desde el lugar en que dejen su medio de transporte en la 
              entrada norte (al lado del restaurante El Kiosko) hasta el lugar 
              donde deben presentar su entrada hay 2,7 km de distancia que deben 
              recorrerse a pie por una senda forestal con arena suelta, muchas 
              raíces, piedras y baches que hay que esquivar. También es posible 
              dejar el coche cerca del punto de información (hay un aparcamiento 
              que cuesta 2€) y desde ahí seguir las indicaciones por una cueva 
              estrecha de unos 150 metros de longitud y siguiendo el sendero durante 
              1,5 km hasta llegar a la entrada norte. En la salida sur, desde 
              que se pasa el torno de salida hasta el aparcamiento de coches hay 
              al menos 2 km y hasta que se llega a la parada del autobús al menos 
              otro medio kilómetro más. 
              
            “Prácticamente, la senda ya no existía. Había algunos 
              restos, unos balconcillos, pero la estructura base estaba muy agujereada 
              y faltaba completamente en otros sitios. La ruta la usaba gente 
              que practicaba deportes de riesgo, de manera extraoficial”, explica 
              Luis Machuca Santa-Cruz, arquitecto encargado de su remodelación. 
              Su estudio se enfrentó a uno de esos proyectos que requieren soluciones 
              adaptadas a un entorno muy específico. “Nos planteaba muchos desafíos. 
              Se habían hecho dos proyectos previamente, y estábamos en un momento 
              de gran crisis económica. Estudiamos el entorno y pensamos una solución 
              que se adaptara a ese entorno tan impresionante y encontrar la manera 
              de que no se convirtiera en un parque temático”, añade. 
            El proyecto de adecuación, llevado a cabo por SANDO, 
              sigue el trazado original, adecuando materiales y técnicas a las 
              dificultades del terreno. “Respeta los elementos más importantes, 
              como el puente acueducto de Eugenio Ribera, una obra magnífica y 
              la imagen que tiene la gente en el recuerdo”, detalla Machuca Santa-Cruz. 
              Los materiales utilizados para las pasarelas que bordean la garganta, 
              madera y acero inoxidable mate, fueron adaptados a medida, con las 
              dificultades añadidas del terreno. “No se podían usar medidas prefabricadas, 
              ya que el terreno es muy caprichoso”, detalla Machuca-Santa Cruz. 
              Recurrimos a alpinistas especializados en trabajos verticales y 
              espeleólogos, e incluso utilizamos un helicóptero para llevar el 
              material”. 
              
            El arquitecto, que ha escrito un libro documentando 
              todo el proceso, guarda un recuerdo especial de esta remodelación. 
              “Cuando estaba trabajando en él, no pensaba en el eco tan impresionante 
              que puede tener”, confiesa. “Otros proyectos son más importantes 
              en volumen o premios, pero este es el que más satisfacciones me 
              ha dado. Pocas veces ocurre con una obra que ponga de acuerdo a 
              todo el mundo”. Esa sensación se transmite también con el impacto 
              que ha tenido en los habitantes de la zona, revitalizando su economía. 
              “Cada vez que voy por allí, la gente de los pueblos te reconoce 
              y se para a hablar contigo, y es una gran satisfacción comprobar 
              que gente que antes estaba en el paro ahora ha encontrado trabajo 
              porque se ha reactivado el turismo”. 
            Esa misma sensación la comparte Miguel Ángel Ruiz 
              Amores, especialista en trabajos verticales que participó en el 
              proyecto. “Fue muy impactante trabajar en ese entorno y a alturas 
              de más de 100 metros”, recuerda. Ha sido sin duda el proyecto más 
              espectacular en el que he trabajado. Además, te deja una gran sensación 
              saber que la gente lo usa y lo disfruta. Es una de las grandes satisfacciones 
              de mi trabajo”. 
              
            Uno de los barrancos más salvajes del sur peninsular, 
              al pie de la atalaya más alta sobre el mediterráneo occidental tiene 
              un sendero que te lleva hasta él con hilo musical acuático. Pasarelas 
              para salvar paredones verticales y un puente colgante que te hace 
              volar sobre el fondo facilitando el paso entre sus laderas. Una 
              espectacular mezcla que ha hecho de este uno de los recorridos más 
              atractivos de toda la provincia de Málaga. El pareado que forman 
              Canillas de Aceituno y Sedella, en la comarca la Axarquía de Málaga, 
              alcanza la cota más alta de la provincia malagueña, el pico Tejeda 
              de 2.068 metros, al que se conoce por el nombre de la sima que tiene 
              en sus inmediaciones, la sima de la Maroma. Apenas distanciados 
              14 km del mar, esa diferencia de altitud se deja caer en unas vertiginosas 
              pendientes que a veces son casi verticales. Su cara sur se desgarra 
              en canales tubulares a los que llaman “chimeneones”. La nieve, el 
              agua y una particular tectónica geológica han cincelado un paisaje 
              que es copia exacta de muchos de los rincones característicos de 
              la Cordillera Cantábrica. 
            Si caes cerca, no te lo pierdas. 
            Nota de prensa, Marzo 2025: 
            Diez años después de la reapertura del Caminito del 
              Rey, convertido ya en un referente del turismo de interior y aventura 
              en la Costa del Sol, se han iniciado las obras de ampliación del 
              enclave, que incluyen un puente colgante peatonal de 110 metros 
              que será el más largo de España. Cerca de tres millones de turistas 
              han visitado en una década el Caminito del Rey, una senda aérea 
              construida en las paredes del Desfiladero de los Gaitanes, cuyo 
              itinerario empieza en Ardales, atraviesa el de Antequera y concluye 
              en El Chorro (Álora), y que debe su nombre al recorrido que hizo 
              Alfonso XIII en 1921. 
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            La ruta fluvial del valle del Valloré es la salida 
              turística para Montoro de Mezquita, una pedanía de Villarluengo 
              con solo 6 habitantes. La apertura del estrecho de Valloré a mediados 
              de 2018 con pasarelas ha logrado que cientos de senderistas visiten 
              Mezquita de Montoro y recorran en apenas 2 horas de ida y vuelta 
              la espectacular ruta fluvial. Los vecinos piden que se termine de 
              acondicionar 184 metros de pasarelas lo que la uniría a otro tramo 
              sobre el Guadalope con la ruta de pasarelas de Aliaga, de la que 
              hablamos unas lineas más abajo, y contar con una gran senda. 
              Esta acción animaría a que alguna familia pudiese montar un bar 
              y restaurante y asegurar la supervivencia de Montoro de Mezquita. 
              La impulsora de la ruta fluvial del valle de Valloré y vecina de 
              Montoro de Mezquita, Mari Carmen Olague, recordó que para conseguir 
              el sendero fluvial sobre el Guadalope han tenido que pasar cuatro 
              años de gestiones y esperas. Mari Carmen Olague, que cuenta con 
              dos casas de turismo rural en Montoro de Mezquita, recordó que la 
              idea nació con la visita en 2014 de un amigo a la zona que apuntó 
              las grandes posibilidades que tenía la zona con su espectacular 
              patrimonio natural.  
            Con el proyecto para acondicionar la ruta del estrecho 
              de Valloré bajo la mano de la Asociación para el Desarrollo de Montoro 
              se fue recorriendo administraciones en busca de apoyo y financiación 
              hasta llegar a Turismo de la Diputación General de Aragón. Con el 
              cambio de Gobierno en el Ejecutivo autonómico hubo un parón que 
              se retomó, y, gracias al Fondo de Inversiones de Teruel la Comarca 
              del Maestrazgo consiguió una asignación de 24.000 euros para conseguir 
              que este espacio sea visitable por un público familiar, sin riesgos 
              físicos. Con los 24.000 euros se ha acondicionó el camino y se han 
              instalado 260 metros de pasarelas. Con esta acción se abrió 
              el primer estrecho de Valloré, el que lleva hasta el valle. Esta 
              actuación ha sido ejecutada por la empresa Vía Libre, Alternativas 
              Verticales, que es la que acondicionó el espectacular Caminito del 
              Rey en la provincia de Málaga.  
              
            El vecino de Montoro de Mezquita y naturalista, José 
              Luis Lagares, destacó el buen trabajo realizado por esta empresa, 
              que ha colocado las pasarelas de madera muy bien camufladas en el 
              paisaje, en detrimento del trabajo que se hace con la instalación 
              de pasarelas de aluminio, que tiene un mayor impacto visual y que 
              se han instalado por otros cercanos senderos fluviales. “Las pasarelas 
              del Valloré en el río Guadalope tienen un impacto muy bajo en comparación 
              con otros lugares”, valoró. El itinerario es muy fácil y recomendable 
              para hacerlo en familia. En su recorrido se descubre un entorno 
              impresionante, por sus inmensas paredes verticales, sus formaciones 
              geológicas, la calidad de sus aguas, las pozas, la fauna y la vegetación 
              ribereña. José Luis Lagares reseñó que en el recorrido del sendero 
              se puede apreciar y disfrutar de la geología con sus impresionantes 
              planos sinclinales y anticlinales, que lamentablemente no están 
              dentro del Parque Geológico de Aliaga, a la extrema calidad del 
              agua del Guadalope con presencia de nutrias, truchas y mirlos acuáticos, 
              buenos indicadores de la pureza del agua. Igualmente destacó la 
              rica biodiversidad existente en el sendero donde se pueden encontrar 
              desde acebos, orquídeas, pinos silvestres, tilos, avellanos y robles. 
              Tiene un microclima especial, Montoro y el valle del Valloré. Para 
              llegar hasta el valle del Valloré se sale desde las eras del pueblo 
              y, tras recorrer un kilómetro, se llega al cortado y se comienza 
              el recorrido por las pasarelas. Tras 200 metros de paseo se accede 
              al valle, donde comienza el segundo estrecho y el río Guadalope 
              se abre paso por el lugar más angosto de todo su recorrido. La voluntad 
              de la comarca es continuar con estas actuaciones y abrir este segundo 
              estrecho para poder cruzar al siguiente valle que lleva al cortado 
              de Bocainfierno, ya en Aliaga.  
              
            José Luis Lagares abogó por esta continuidad del sendero 
              del valle del Valloré por los estrechos del Guadalope con la instalación 
              de unos 200 metros de pasarelas y unir de esta manera el itinerario 
              con el de Aliaga. En este punto, Lagares recordó que no sería una 
              iniciativa nueva, ya que en los años de la explotación minera y 
              la central térmica de Aliaga, en los años 40 del siglo pasado, los 
              vecinos y trabajadores de Montoro de Mezquita se desplazaban andando 
              al trabajo por unas pasarelas que realizaron en las impresionantes 
              paredes verticales del barranco y donde se pueden ver claramente 
              todavía sus huellas. “Con este recorrido por el Guadalope les permitía 
              a los trabajadores ahorrar mucho tiempo en el viaje”. Montoro de 
              Mezquita llegó a tener 400 habitantes. Carmen Olague reseñó que 
              el nuevo tramo del itinerario, el segundo estrecho, y su acondicionamiento 
              para unirse con el de Aliaga con la instalación de las pasarelas 
              estaría sobre los 20.000 euros y significaría dar un empujón al 
              turismo senderista de la naturaleza y a Montoro de Mezquita, que 
              solo cuenta con 6 habitantes, que forman la familia de José Luis 
              Lagares y su mujer Carmen Olague y una persona mayor de 85 años. 
              “Montoro de Mezquita es el mejor exponente de pueblos a desaparecer 
              si no se actúa pronto. Sería muy bueno que viniera con el tirón 
              del turismo de naturaleza una familia y que montara un bar restaurante 
              y así asegurar la supervivencia del pueblo. Hay que asegurar que 
              el pueblo de Montoro de Mezquita no se muera”, urgió José Luis Lagares. 
             
              
             
             La Asociación para el Desarrollo de Montoro de Mezquita 
              está preocupada, aunque no se tiene la certeza, por el proyecto 
              que hay de trazar una línea de media tensión sobre el valle del 
              Valloré, que causaría un gran impacto ambiental en una zona de alta 
              biodiversidad y ser ZEPA. El secretario de la Asociación para el 
              Desarrollo de Montoro de Mezquita, José Manuel Salesa, reseñó que 
              el proyecto se conoció al presentarlo Endesa al Instituto Aragonés 
              de Gestión Ambiental, Inaga. José Manuel Salesa señaló que el motivo 
              que puso la empresa es que quería modernizar las líneas a Villarluengo 
              uniendo el centro de transformación de Aliaga con Montoro y mejorar 
              el servicio. Añadió que el servicio que se tiene actualmente en 
              Montoro es bueno con la línea existente y que no hay por lo tanto 
              ninguna necesidad de la modernización cuando en otros municipios 
              están peor servidos. La Asociación para el Desarrollo de Montoro 
              de Mezquita teme que detrás de ello se esconde el aumento del trazado 
              de la red eléctrica para que puedan evacuar los parques eólicos 
              a instalar. “Son líneas que hacen no para mejorar el servicio de 
              la zona sino para evacuar la electricidad que se produce en los 
              parques eólicos”. José Manuel Salesa avanzó que van a estar muy 
              atentos para presentar las alegaciones en contra de la línea eléctrica, 
              que con sus postes producirán un gran impacto visual en la zona 
              y reclamó transparencia e información en un tema en el que se actúa 
              con oscurantismo. “Te enteras cuando ya se tienen los pilones de 
              la línea eléctrica”.  
              
              
            Zonas de Especial Protección para las Aves, eso son 
              las zonas ZEPA. Áreas naturales, protegidas y catalogadas por los 
              estados miembros de la Unión Europea con el objetivo de proteger 
              las aves. 
            En España son las Comunidades Autónomas las encargadas 
              de regular las zonas ZEPA estableciendo ciertas normas: Asegurar 
              la protección de las aves que viven en estado silvestre. Ofertar 
              en los estados miembros de la Unión europea hábitats necesarios 
              protegidos y restaurados. Regular las prácticas de captura y comercio 
              de dichas aves silvestres. Los estados están obligados a cuidar 
              las zonas ZEPA. Deben acondicionarlos para el descanso, la reproducción 
              y alimentación de las aves. También preparar cajas-nido. Mantener 
              un uso agrícola y ganadero tradicional. Delimitar las zonas. Reducir 
              lo más posible la mortalidad de las aves en la zona, cables de luz, 
              furtivos ... 
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            Una de las rutas de senderismo que aunque no lleva 
              mucho tiempo abierta al público, Barranco de la Hoz-Calomarde a 
              través del Cañon del Río Blanco, es una de las actividades estrella 
              de los últimos años (sobre todo en el 2016) en la Sierra de Albarracín, 
              Teruel.  
              
            Une los pueblos de Calomarde y Frías de Albarracín, 
              a través del Cañón del Río Blanco, con el añadido de poder realizarla 
              en ambos sentidos. 
              
            Aliaga, en la Comarca Cuencas Mineras y a las puertas 
              del Maestrazgo, es un entorno con formaciones geológicas consideradas 
              por los científicos como ejemplos casi únicos en el mundo, con uno 
              de los edificios más importantes del patrimonio industrial de Aragón, 
              la Central Térmica de Aliaga, y el castillo de Aliaga o de la Encomienda, 
              un castillo medieval del siglo XII de origen musulmán que ocupa 
              4.000 metros cuadrados, siendo uno de los más grandes de toda la 
              provincia.  
            Una vez en el pueblo, puedes dejar el coche donde 
              quieras, es una localidad pequeña así que llegar hasta el inicio 
              del camino no te costará mucho. Las vistas aéreas de Aliaga son 
              impresionantes, bajo una enorme peña y espectaculares formaciones 
              rocosas y con el castillo en lo alto mimetizado entre sus piedras. 
              Merece la pena subir, siguiendo el camino señalizado que parte de 
              la propia carretera A-1403 que cruza el pueblo. 
            En sus inicios, la ruta transcurre junto a hileras 
              de chopos cabeceros que acompañan primero al río La Val y luego 
              al Guadalope. El sendero señalizado abandona la población y, al 
              llegar a los estrechos de La Aldehuela, atraviesa los llamativos 
              pliegues y hoces que configuran el Parque Geológico de Aliaga, dentro 
              también del Parque Cultural del Maestrazgo. 
              
            La cabra hispánica te acompañará 
              en algunos tramos. 
            Encontramos los primeros tramos de pasarelas y finalmente, 
              tras superar un collado, aparece ante nosotros la primera gran sorpresa 
              del recorrido: la vieja Central Térmica de Aliaga con su rotundo 
              volumen, pareciendo emerger del embalse, en medio de un impresionante 
              silencio, hablando de su actual abandono. 
            En 1943 ERZ obtuvo la autorización para instalar en 
              el término municipal de Aliaga una central térmica, lo que supuso 
              no sólo una transformación paulatina de su vida rural en una sociedad 
              industrial, sino también un gran cambio en el paisaje de Aliaga, 
              puesto que se hizo necesaria la construcción de un embalse, ampliar 
              y modernizar las minas de carbón, y construir un cable aéreo para 
              transportar dicho carbón desde las minas hasta la central. Las obras 
              en el edificio principal comenzaron aproximadamente en 1947 y su 
              inauguración se produjo en 1950. El carbón se extraía de las minas 
              locales de Hoya Marina, Las Eras y Campos. Sin embargo, la gran 
              demanda de la central, 900 Tm al día, y el bajo poder calorífico 
              del lignito extraído, llevó al cierre de la última mina del coto 
              de Aliaga en 1966, Hoya Marina. De este modo, se hizo exclusivo 
              el transporte del carbón por carretera procedente de otras zonas 
              de la provincia de Teruel, como Utrillas, Ariño o Palomar, elevando 
              los costes y comenzando el declive de la central. En los años 70 
              la central sufrió una serie de problemas técnicos, debido a la obsolescencia 
              de sus instalaciones, que desembocaron en su clausura y desmantelamiento 
              entre 1980 y 1982. El personal fue prejubilado si contaban con sesenta 
              años o más, o reubicado en otros puestos en la misma empresa. Las 
              propiedades de ERZ, tanto de la térmica como de las minas, fueron 
              vendidas a privados y, posteriormente, abandonadas. La construcción 
              de la central térmica y de todas sus infraestructuras, así como 
              de toda actividad industrial y minera a ella asociada, constituyó 
              un mega-proyecto nunca visto en Aragón anteriormente, que transformó 
              el paisaje natural y rural de Aliaga en un paisaje industrial, además 
              de modificar el estilo de vida de sus habitantes. 
              
              
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            A 50 metros de la entrada hacia Los Ojos del Caburgua 
              se encuentra el Mirador de Peces; un emprendimiento de la familia 
              Vega Sepúlveda que lleva más de 20 años en funcionamiento. 
              
            Mirador de peces, Caburgua. Un mágico lugar en la 
              región de la Araucanía. 
            Las truchas arcoíris son alimentadas dos veces al 
              día con pellet para peces. Quienes quieran visitar el lugar pueden 
              vivir una experiencia única en medio de un bosque nativo chileno. 
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            Acercarse hasta Nigüelas para ver la Almazara de La 
              Erilla, la iglesia, la casa Zayas, los jardines Müller, o si acudes 
              a ver el monumento Natural de las Fallas de Nigüelas y pasar un 
              día de campo, tiene un enorme colofón, el Sendero de la Acequia 
              de la Pavilla. 
            Nigüelas, un pueblo del Valle de Lecrín, todavía conserva 
              el característico entramado de las alquerías rurales musulmanas, 
              con calles estrechas y zigzageantes, y algunos callejones sin salida, 
              conocidos como “adarves”, en los que la vida familiar estaba al 
              resguardo de los curiosos vecinos.  
            El hecho de que Nigüelas se asiente en las mismas 
              faldas de Sierra Nevada, le confiere una gran riqueza hídrica, que 
              favoreció el asentamiento humano desde la prehistoria, y la transformación 
              de sus tierras en regadíos. Desde la llegada de los árabes hasta 
              nuestros días, en esta zona, se han creado numeroso sistemas hidráulicos, 
              que recogen y distribuyen las aguas que bajan de la Sierra. Uno 
              de ellos es la conocida como Acequia de la Pavilla. El nombre de 
              “Acequia de la Pavilla” es relativamente reciente, y hace alusión 
              a cuando a principios del siglo XX, las parejas “pelaban la pava”, 
              a la sombra de los abedules que se encuentran en torno a la acequia. 
            La Acequia de la Pavilla se llamó hasta hace unas 
              décadas acequia de Nigüelas o de Torrente, pues se nutre de las 
              aguas provenientes del río Torrente, concretamente de una presa 
              situada a algo menos de un kilómetro del límite de Sierra Nevada. 
              La acequia recoge el agua del deshielo de la Sierra para conducirla 
              posteriormente hacia los aljibes de Nigüelas, Dúrcal, Acequias y 
              Mondújar. Para realizar el trazado de esta acequia se han tenido 
              que construir túneles y trincheras, hasta llegar al partidor de 
              la Pavilla. Este partidor divide las aguas de la acequia en dos: 
              una parte va hacia Dúrcal y la otra hacia Nigüelas. El agua que 
              discurre por Nigüelas lo hace con más suavidad, gracias a la inclinación 
              del terreno. Atraviesa el pueblo de parte a parte, serpenteando 
              entre las casas. Proporcionaba, hasta no hace mucho, la energía 
              suficiente para mover el molino de Las Laerillas. La acequia llegaba 
              hasta debajo de la mezquita (actual plaza de la iglesia), dirigiéndose 
              a las zonas de riego por otros dos partidores. Uno canaliza el agua 
              a la zona de los huertos, y por otra acequia descendía hasta el 
              partidor del Ayuntamiento Viejo, desde donde se reparte el agua 
              hacia los pagos del Ramill, el Camino Bajo, y la Mojonera.  
              
            Podemos considerar que la acequia original de la Pavilla, 
              construida en la época andalusí, es la que discurre desde la Plaza 
              de la Iglesia, pasa por el Partidor de la Pavilla y llega hasta 
              la captación de agua en el cauce del río Torrente. El recorrido 
              total es de 1600 metros y tiene una inclinación media del 7,5 %. 
            Ascendiendo desde la Iglesia de Nigüelas, por la calle 
              del Canalón, y a unos 300 metros de la misma, se llega al Partidor 
              de la Pavilla, en el barrio de la Cruz. Aquí comienza este sendero 
              apto para todos los públicos, también para pelar la pava, si lo 
              deseas, pues el camino tiene un variopinto número de curvas y requiebros 
              que invitan a darse muestras de amor alejado de la mirada de los 
              curiosos. El Sendero de la Pavilla, también llamado Sendero de los 
              Enamorados, discurre por encima de la acequia, y es un recorrido 
              que merece la pena hacer. El camino tiene un poco de inclinación, 
              pero apenas nos damos cuenta, parece que es llano.  
            La acequia está construida a modo de terraza, vadeando 
              el perfil de un gran tajo que en algunos puntos llega a tener más 
              de 20 metros de caída. 
              
            La senda es cómoda y está bien acondicionada. Está 
              construida a modo de pasarelas, suspendida en el vacío, con traviesas 
              ancladas en la pared. Dispone en algunos tramos, de largas pasarelas 
              metálicas de rejilla de acero, colocadas encima de la acequia. Es 
              realmente gratificante ver cómo corre el agua bajo nuestros pies. 
              Cuenta además con barandas de madera, que ayudan a no caer por el 
              tajo si damos un inesperado traspiés, y de cables de acero en las 
              paredes de la roca a modo de pasamanos, en los puntos más conflictivos. 
            Durante este recorrido de una media hora, y debido 
              a la gran humedad del terreno, están presentes especies típicas 
              de ribera, como las retamas, las mimbres, y la vegetación rupícola 
              adaptada a rocas áridas de tallos cortos y flores llamativas que 
              atraen a diversos insectos, que ayudan a la polinización. Entre 
              las aves más representativas que podemos ver sobrevolando el sendero 
              de la Acequia de la Pavilla, se encuentran el águila perdiera, cernícalos 
              y pinzones reales. 
            La ruta del Gollizno es un paseo circular por la historia 
              de la población de Moclín, desde sus cuevas con pinturas rupestres 
              hasta su castillo y murallas. Desciende hasta el núcleo de Olivares 
              y discurre sobre una pasarela y puentes por los Tajos de la Hoz, 
              la abrupta garganta creada por el río Velillos. Partiremos desde 
              la calle Real, descendiendo por la calle Esperanza hasta el final 
              del pueblo. Una empinada vereda, a través de la sierra y pinares, 
              nos llevará hasta la localidad de Olivares.  
              
            En la bajada hacia el pueblo, todo el valle del río 
              Velillos, enmarcado en un mar de olivos, aparecerá ante nosotros. 
              Después de Olivares nos adentraremos en los Tajos de la Hoz, garganta 
              natural excavada por el constante fluir de las aguas que, junto 
              a la exuberante vegetación ribereña, crearán al visitante una agradable 
              sensación. El paseo proseguirá aguas arriba, bajo la atenta vigilancia 
              de los torreones de la fortaleza nazarí. Al llegar a la antigua 
              Presa de la Luz, el puente, construido para que el visitante pueda 
              seguir disfrutando del paseo, nos dejará junto a una pequeña alameda, 
              donde podremos descansar y refrescarnos.  
              
             
            Moclín es un municipio situado a 33 km. de Granada, 
              al que se accede por la N-432 en dirección hacia Córdoba. Su legado 
              histórico está compuesto por pinturas rupestres situadas en las 
              cuevas (Abrigo de Corcuela, Cueva de la Araña, Cueva de las Vereas, 
              Cueva de Malalmuerzo…) y por los asentamientos romanos encontrados 
              en distintas zonas del municipio. Destaca también la herencia hispanomusulmana 
              (quizás la más importante y sin duda, la más apreciable), donde 
              el papel del sistema de atalayas, murallas y fortalezas fue fundamental 
              en la defensa del Reino de Granada.  
              
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            ¿Sin miedo al vértigo? ¿Con miedo, pero con ganas de hacerle frente? 
              La ruta de las pasarelas de Montfalcó se ha convertido en un destino 
              obligatorio para los amantes del senderismo que apuestan por la 
              adrenalina de un paseo en las alturas. La vertiginosidad de su ruta 
              con pasarelas, puentes colgantes e impresionantes paisajes a lo 
              largo de una pared de 80 metros de altura, le han dado el honor 
              de convertirse en Camino Natural el pasado 2013. 
            Este itinerario enclavado en la frontera natural entre Huesca y 
              Lleida y, delimitado por el río Noguera-Ribagorzana, es testigo 
              de una historia que se remonta muchos años atrás. Ante las dificultades 
              de un paisaje irregular y montañoso como es la Sierra de Montsec, 
              vecinos de ambas riberas debieron ingeniárselas para crear un camino 
              que les permitiera comunicarse y comerciar antes de que se construyera 
              el embalse de Canelles entablado en la zona. El desfiladero era 
              el camino más corto y este fue su primer recorrido. Hoy, la ruta 
              de las pasarelas de Montfalcó se ha convertido en un destino obligatorio 
              para los amantes del senderismo y la naturaleza. 
              
            Este desfiladero con impresionantes pasarelas colgantes necesitó 
              del uso de helicópteros para llevar a cabo su construcción en una 
              zona coronada como Montsec de Aragón (para el lado oscense) y Montsec 
              D’Ares (para los leridanos). Las escaleras se han convertido en 
              el plato fuerte de la ruta de las pasarelas de Montfalcó y es que, 
              si decides comenzar desde el lado perteneciente a Aragón, podrás 
              experimentar una espectacular subida de 291 escalones que equivalen 
              a 83 metros de altura del desfiladero. La ruta de las pasarelas 
              de Montfalcó ofrece la posibilidad de realizar otras actividades 
              de turismo activo gracias a la riqueza de su geografía natural. 
              Además, resulta recomendable realizar la pernocta en la naturaleza 
              y aprovechar para conocer su rico patrimonio natural y monumental 
              de la zona. 
              
            La gratificación de alcanzar la cima y disfrutar de las impactantes 
              vistas de un paisaje de postal, te animarán a vencer el vértigo 
              y a atreverte a recorrer una de las localizaciones más vertiginosas 
              de la Península Ibérica. ¿A qué esperas para descubrir este tesoro 
              de la geografía española? 
              
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            La ruta del Camino de la pasarela de la presa de Relleu 
              comienza en el panel informativo que hay junto al ayuntamiento. 
              Y la ruta trascurre por detrás del ayuntamiento y va en paralelo 
              a la carretera que viene de Aigües, hasta que la atraviesa en un 
              punto y ya coge el camino hacia la presa del pantano de Relleu (que 
              es donde esta la pasarela). El recorrido está señalizado con marcas 
              verdes y blancas y mediante postes de seguimiento. 
            No muy lejos de la turística Villajoyosa, la tranquila 
              población de Relleu, en el interior de la comarca de la Marina Baixa, 
              es un pequeño pueblo de tradición agrícola que cuenta con un patrimonio 
              cultural de gran relevancia: el Pantano de Relleu. Construido sobre 
              el lecho del río Amadorio, la presa del hasta ahora solitario embalse 
              se sitúa a la entrada de un angosto y espectacular desfiladero conocido 
              como L’Estret del Pantà (el estrecho del pantano). 
            La recién instalada —en enero de 2022— Pasarela de 
              la Presa de Relleu permite disfrutar de un vertiginoso trayecto 
              sobre el cauce del barranco. La pasarela de tablones de madera tiene 
              un recorrido de 212 metros, al final de los cuales alcanzamos un 
              mirador con suelo de cristal. Todo el conjunto desafía al vacío 
              desde sus 40 metros de altura. 
            Esta sencilla ruta discurre por caminos agrícolas 
              entre bancales de almendros, cultivo tradicional de la zona que, 
              a causa de la bacteria Xylella fastidiosa, ha visto mermada su extensión 
              en la provincia de Alicante. El recorrido comienza en la misma población, 
              junto al Ayuntamiento de Relleu, donde encontramos información de 
              la ruta. Se trata de un recorrido circular, siendo más sencilla 
              una parte de la ruta al ser principalmente por asfalto. 
              
            Tras unos 3 kilómetros de recorrido llegamos al lecho 
              del Barranc de la Cova, uno de los cauces que tributan sus aguas 
              al pantano. Bordeando lo que sería la lámina de agua del embalse 
              (que normalmente está seco), llegamos a la Casa del Guarda y poco 
              después a la vertical de la presa, punto donde comienza la vertiginosa 
              pasarela de madera de 212 metros de longitud y 50 de altura: «El 
              Caminito de Relleu». La pasarela en sí, aunque vertiginosa, no conlleva 
              ninguna dificultad y no hace falta equiparse con material de seguridad 
              (no es una vía ferrata). La parte más vertical es el tramo final, 
              acabando en un mirador con suelo de cristal.  
            Una vez visitado el pantano y la pasarela, regresamos 
              por el mismo camino hasta el indicador que nos lleva por la otra 
              parte de la ruta circular, de regreso a Relleu en una ligera subida. 
              Esta parte de la ruta tiene más asfalto, al hacerse parte de la 
              misma por la carretera que comunica el pueblo con el pantano. 
            En las paredes verticales del estrecho anidan especies 
              tan sensibles como el águila perdicera. Es por ello que se ruega 
              acceder a este espacio en silencio, sin gritar y de forma pausada, 
              para no molestar a la fauna autóctona. El embalse de Relleu es una 
              zona húmeda catalogada que sirve de refugio y fuente de alimento 
              para muchas especies de aves, anfibios y reptiles, además de mamíferos 
              como el zorro o el jabalí. 
            Al igual que otras presas de la provincia de Alicante, 
              como la del pantano de Tibi o el de Elche, la presa del Pantano 
              de Relleu se cuenta entre las más antiguas de Europa. Se estima 
              que su construcción concluyó a finales del siglo XVII, entrando 
              en funcionamiento a comienzos del s. XVIII. Su edificación, una 
              iniciativa de los habitantes de La Vila Joiosa, dada la escasez 
              de agua para sus cultivos y proyectada por el ingeniero renacentista 
              Cristóbal Antonelli, la presa del pantano de Relleu tiene una altura 
              de 32 metros (originalmente eran 28) y una longitud de 30 metros. 
              Se considera uno de los más estrechos y altos de su época, gracias 
              a aplicar técnicas novedosas con una construcción en forma de arco-bóveda 
              que traslada el empuje del agua a las paredes del barranco. En la 
              actualidad, el lecho del embalse está parcialmente colmatado de 
              sedimentos y permanece seco la mayor parte del tiempo, salvo en 
              época de lluvias abundantes. 
              
            Puedes hacer noche en el pueblo y aprovechar otras 
              opciones. El Sendero de Gran Recorrido GR-330 conecta Relleu con 
              las poblaciones de Sella y La Torre de les Maçanes, aunque hay que 
              tener en cuenta que es un sendero lineal (solo ida). También es 
              muy recomendable la Ruta dels Bortolons, a las afueras de Relleu, 
              especialmente en febrero, época de los almendros en flor. No podemos 
              dejar de mencionar que el ramal del Camino de Santiago desde Benidorm 
              o La Vila Joiosa pasa por Relleu. 
            Si te gusta el cicloturismo, las carreteras que comunican 
              Relleu con otras poblaciones de interior son ideales para practicarlo. 
              La subida al Port de Tudons pondrá a prueba tus fuerzas mientras 
              disfrutas de un entorno natural de gran belleza. Para los más aventureros, 
              existe una vía ferrata en la Penya del Figueret e incluso se puede 
              practicar barranquismo en el Estret del Pantà, aguas abajo de la 
              presa. 
              
            Panticosa, destino por excelencia de todo el pirineo. 
              Ubicado en un enclave privilegiado rodeada de altas cumbres, nevadas 
              en invierno, otoño rojizo, primavera espectáculo de color y el verde 
              intenso del verano. Podrás descubrir la magia de la montaña en una 
              hora y media aprox. Rodéate de naturaleza salvaje, verticalidad 
              y emoción en un recorrido con vistas inigualables. Desde el mirador 
              disfrutarás de las montañas que rodean Panticosa, también la sucesión 
              de badinas y pozas de aguas del Caldarés han esculpido a lo largo 
              de miles de años. 
            Las pasarelas sobre el Río Caldarés, unos espectaculares 
              pasos colgantes en la propia pared del congosto en un recorrido 
              de 800 metros que no te dejará indiferente. Rodéate de naturaleza 
              salvaje, verticalidad y emoción en un recorrido de vistas inigualables, 
              sucesión de badinas y pozas de aguas del Río Caldarés. Un recorrido 
              de aproximadamente una hora de duración y 160 metros de desnivel, 
              que incluye el recorrido por las impresionante pasarelas y la subida 
              a uno de los miradores con mejores vistas de Panticosa y las montañas 
              circundantes, el Mirador O Calvé. Además, en la subida al Mirador, 
              te encontrarás Bunkers, podrás tocar la historia. 
            El recorrido comienza en el aparcamiento de la estación 
              de esquí, desde donde se seguirá la señalización específica. Se 
              cruza el puente sobre el río Caldarés después se rodea el edificio 
              del telecabina, y justo detrás se inicia el sendero que conducirá 
              hasta un nuevo desvío que en 5 minutos se presenta al inicio de 
              las pasarelas. El primer tramo de pasarelas que ofrece gran verticalidad, 
              lleva a la pasarela colgante ofreciendo una vista espectacular del 
              abrupto barranco que han originado las aguas del río Caldarés, 25 
              m más abajo, y que da paso a continuación al segundo tramo más largo 
              que el anterior pero ya en la margen derecha. Varios apartaderos 
              permiten detenernos a contemplar la sucesión de badinas y pozas 
              que las aguas del Caldarés han esculpido a lo largo de miles de 
              años. 
              
            Tras ellas, se toma un camino que se introduce en 
              la zona boscosa, hasta llegar en unos metros a un cruce en el que 
              se plantean dos opciones para completar el recorrido. Se recomienda 
              tomar el de la izquierda, que prosigue en suave ascenso hacia el 
              Mirador O’Calvé, por este camino se pueden visitar los vestigios 
              de la Línea P, dos búnkeres, construidos tras la Guerra Civil española. 
            Desde este mirador panorámico se dominan unas espectaculares 
              vistas de Panticosa y todas las montañas que le rodean: sierra de 
              la Partacua/Telera, la sierra de Tendenera/Tendeñera, el valle del 
              Caldarés y otras elevaciones más cercanas como A Cucuraza, o Punta 
              Fazera. La señalización existente nos dirigirá directamente de nuevo 
              a Panticosa y al aparcamiento. En el cruce mencionado anteriormente, 
              pero tomando la senda de la derecha también se puede retornar hasta 
              Panticosa y el aparcamiento por el camino de As Paúles y el barranco 
              Bachato. 
              
            De reciente construcción, en 2013, la historia de 
              los puentes de Chulilla es mucho más lejana de lo que uno puede 
              creer. Y es que todo comienza en los años 50, con la construcción 
              del Embalse de Loriguilla, en pleno auge y época de los “pantanos”, 
              en época franquista. La población de Chulilla se vio incrementada 
              gracias a las obras del pantano, dado que la mayoría de los trabajadores 
              que venían de fuera se alojaban por aquel entonces en Chulilla. 
              Fue entonces cuando decidieron, para acortar del trayecto que debían 
              recorrer dos veces cada día entre Chulilla y el embalse, construir 
              dos puentes: uno colgante y otro fijo, que servían para atravesar 
              el cañón del Turia en menor tiempo. 
            Pero tras la riada que llego a Valencia en el mes 
              de octubre de 1957, el caudal que atravesó el cañón del Turia fue 
              tal que se llevó consigo los dos puentes y hasta la fecha de 2013 
              no se volvió a lanzar la iniciativa para recordar y rememorar aquellos 
              puentes que asoló la riada y para potenciar el turismo de la población 
              y los alrededores. 
              
            El puente más alto tiene una altura sobre el río de 
              aproximadamente unos 15 metros, no apto si tienes miedo a las alturas, 
              y una longitud de pasarela de aproximadamente unos 21 metros.  
            En la actualidad, el cañón del Turia es apreciado 
              por escaladores y por senderistas, apreciando su entorno y su valor 
              medioambiental, además de los numerosos paisajes fluviales que pueden 
              visitarse. La población de Chulilla, que es preciosa y guarda un 
              gran encanto con sus casitas bajas, además de recorrer el paraje 
              de las Hoces del Turia, un lugar que os cautivará y os transportará 
              en el tiempo hacía un pasado que recorrieron los antiguos «ganxers», 
              aquel oficio que consistía en transportar madera a través de los 
              ríos, siendo el Turia la principal vía hasta llegar a Valencia. 
             
            Chulilla fue una aldea medieval situada en el actual 
              término municipal de Cedrillas en la comarca de la Comunidad de 
              Teruel. Se despobló en plena Edad Media. 
              
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            Las Pasarelas de Alquezár proponen un recorrido 
              de montaña de alrededor de 2 horas, en torno a la Villa medieval 
              de Alquézar, considerado uno de los pueblos más bonitos de España 
              por sus valores paisajísticos, culturales y naturales, descubre 
              un espectáculo natural inolvidable y prepara tus sentidos para disfrutar 
              de sensaciones únicas. Admira la belleza del último tramo del Cañón 
              del Río Vero, la espectacular combinación de agua y roca en caos 
              naturales únicos. Los trabajos del hombre en pos del aprovechamiento 
              de la fuerza del agua en el río. 
            Es una ruta de montaña semi-equipada, de 3km de longitud 
              y 180 metros de desnivel positivo. Encontraremos zonas de camino 
              irregular y zonas de pasarelas situadas en un entorno idílico donde 
              se resume las esencias paisajísticas, culturales y medioambientales 
              del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. 
              
             El sendero se inicia cerca de la plaza Rafael Ayerbe, 
              (antigua plaza Mayor), justo al lado del Ayuntamiento de la Villa, 
              bajo la Colegiata. Aquí podremos adquirir nuestro ticket de entrada 
              al recorrido, si no lo hemos adquirido previamente a través de la 
              web. 
            Es importante respetar el silencio del entorno, disfrutar 
              en la gran frondosidad del barranco y admirar el trabajo que agua 
              y viento han realizado durante miles de años. Si levantamos la vista 
              será fácil ver que tengamos como compañeros de excursión a grandes 
              rapaces como el buitre leonado. Es un tramo que en verano, en días 
              de mucho calor se hace muy agradable por la continua sombra y humedad 
              que desprende.  
              
            Partiendo de la fábrica de la luz podremos recorrer 
              las pasarelas del cañón del río Mao hasta su desembocadura en el 
              río Sil A lo largo del recorrido podremos disfrutar de unas muy 
              buenas vistas sobre el cañón del río. Además, podremos detenernos 
              a leer los múltiples paneles interpretativos acerca de la biodiversidad 
              del entorno, enriqueciendo así nuestra visita. Por estas pasarelas 
              también pasa el comienzo de la ruta de senderismo PR-G 177 Ruta 
              do Canón do río Mao, que recorre los alrededores de la zona y una 
              gran parte del cañón del río Mao. 
              
            La Ribeira Sacra es una zona que comprende las riberas 
              de los ríos Cabe, Sil y Miño, en la zona sur de la provincia de 
              Lugo y el norte de la provincia de Orense, en Galicia, España. La 
              capital de la zona se convino que fuese la ciudad de Monforte de 
              Lemos (Lugo), que es también la localidad más poblada. El 5 de abril 
              de 2019 fue aprobado por el Consejo de Patrimonio Histórico del 
              Ministerio de Cultura su candidatura a la lista de Patrimonio de 
              la Humanidad de la Unesco. La decisión se tomará en el 45º Comité 
              de Patrimonio Mundial, en el año 2021. Fue declarada el 15 de septiembre 
              de 2021, así como las Sierras del Ouribio y el Courel, nueva Reserva 
              de la Biosfera, convirtiéndose en la séptima reserva gallega que 
              cuenta con este prestigioso reconocimiento internacional. 
              
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