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Héctor "El Lobo" Peña fue un referente de la literatura en Santa
Cruz, con una obra que trascendió fronteras. Sin embargo, la escasez
de ejemplares ha dificultado el acceso de nuevas generaciones a
su legado. Desde El Calafate, se lanzará una reedición de su cuento
El último invierno. La iniciativa es impulsada por el escritor Alberto
Chaile, en conjunto con la editorial Distancia Editora y Fortuna
de Papel. Novelas como Trágica gaviota patagónica, Los pájaros del
Lago o El basural del frío, así como libros de cuentos como Carta
del pueblo, poemas y aforismos, forman parte de su vasta obra literaria.

Sin embargo, una gran dificultad para que las nuevas generaciones
accedan a su trabajo ha sido la disponibilidad de ejemplares. Sus
libros, atesorados en bibliotecas de fervientes lectores o en alguna
librería de segunda mano, son verdaderas joyas difíciles de conseguir.
Desde El Calafate, un grupo de escritores y editores decidió cambiar
esta tendencia. El pasado 1 de Abril se lanzó una reedición
del cuento El último invierno, del autor santacruceño. La iniciativa
es dirigida por el escritor Alberto Chaile, en conjunto con la editorial
independiente Distancia Editora , de Marcos Aguilera y Fortuna de
Papel, de Julieta Bonaiuto de Ana.

Y ahora ...
Un jarrón es el detonante para que Lydia estalle de celos por la
vida de su mejor amiga. Vesna, una profesora universitaria que tolera
las infidelidades de su marido y la indiferencia de su hijo, se
encuentra en un acto de mujeres empoderadas en la residencia del
embajador estadounidense. Ellie vuelve al hogar de su infancia con
la secreta esperanza de reencontrarse con su antiguo amante. Nadie
queda a salvo de la inteligente, hiperrealista y punzante prosa
de Rumena Bužarovska, que demuestra en su nuevo libro de relatos
la imposibilidad de alcanzar la felicidad para aquellos que escaparon
de su país, pero también para los que se quedaron. Un atlas emocional
que disecciona las vidas de personajes al límite con una maestría
literaria que nos hace reír, estremecernos y reflexionar al mismo
tiempo.

Rumena Bužarovska, una de las voces más salvajes y originales de
la literatura europea contemporánea, nos ofrece un ácido manual
de supervivencia para nuestros días: un conjunto de historias oscuras,
mordaces y profundamente humanas que diseccionan las complejidades
de las relaciones de pareja, los conflictos de género y las tensiones
cotidianas con una lucidez implacable y un humor tan afilado como
desestabilizador.

Los arreglos (2017, Rosa Iceberg) y ¿Alguien será feliz? (2019,
Blatt & Ríos) son propuestas de Marina Yuszczuk (Quilmes, 1978),
una escritora, periodista y editora argentina. Directora de la editorial
Rosa Iceberg, que fundó, es autora de cuatro novelas, dos libros
de cuentos y siete poemarios. En 2021, su segunda novela, La sed
(2020), la convirtió en la primera ganadora del Premio Nacional
de Novela Sara Gallardo.
Dahlia de la Cerda (Aguascalientes, 9 de marzo de 1985) es una
escritora y activista mexicana, conocida principalmente por sus
libros Perras de Reserva (2019) y Desde los zulos (2023), además
de su trabajo en la organización feminista Morras Help Morras.

Publicó su primer cuento en 2009 mientras tomaba un taller de guion
cinematográfico con la escritora Rocío Castro, quien dejó como tarea
que participaran en un concurso literario. De la Cerda aplicó al
certamen "Letras de la Memoria" de la ciudad de Aguascalientes,
llevándose el primer lugar.
Laura Restrepo nos llevó a un viaje al corazón del mal inspirado
en El jardín de las delicias del Bosco. En Pecado la autora, ganadora
de los premios Alfaguara de novela, Sor Juana Ines de la Cruz, Prix
France Culture, Arzobispo Juan de San Clemente y Grinzane Cavour,
nos presenta virtudes y crímenes que son intercambiables entre sí
y reversibles: la naturaleza desdoblada del pecado, sus varias caras
de poliedro. Como sacados de un cuadro de El Bosco, los protagonistas
de este libro son Arcángel, el adolescente asesino; Luis B. Campoce,
el ejecutivo adúltero; Emma, la descuartizadora; una pareja incestuosa;
un verdugo apodado La Viuda; las Susanas, tres hermanas indiferentes
o vanidosas, y el Siríaco, profeta soberbio.
Diana Obando ofrece en Erial 19 relatos breves, incluido un prefacio,
que reciben títulos de una sola palabra: “Res”, “Niebla”, “Naranjas”,
“Ropa”, “Pájaros” y que, a su vez, están contenidos en un título
general igual de inquietante: erial es un término que se refiere
a una porción de tierra sin cultivar ni aprovechar y que en el libro
es definido como “un grupo de árboles flacos doblados en la misma
dirección como si el viento los azotara”. La escritura de Obando
es de frases cortas, sin rodeos, pero eso no quiere decir que sea
seca o demasiado concreta. Por el contrario, el trabajo con el lenguaje
—por ejemplo, que los diálogos no estén precedidos por guiones sino
insertos en la narración como en un recuerdo— lleva a que los relatos
floten en una niebla que en lugar de privilegiar la anécdota capta
una esencia, una verdad que no solo apela a lo humano, sino a eso
que se nombra como la naturaleza.

Sofía Morfín Jean, Ciudad de México, 1992. En 2021 se graduó del
Diplomado de Escritura Creativa por la SOGEM y actualmente es guionista
de cine y televisión. Big Bang Bermellón es su primer compendio
de cuentos. Ganó el premio nacional de Literatura Gilberto Owen
2023 en Narrativa. También ha publicado otros cuentos y textos de
opinión en Tierra Adentro, C de Cultura y Mi Valedor.
Misma atención merece Guadalupe Nettel, ganadora del premio
de Narrativa Breve Ribera del Duero con el libro de cuentos El matrimonio
de los peces rojos y del Premio Herralde de novela con Después del
invierno. Su obra ha sido traducida a 17 lenguas. Laura Baeza nació
en el sur de México a finales de los 80. Es autora de los libros
de cuentos Ensayo de orquesta (2017) y Época de cerezos (2019),
antologadora de Mexicanas, trece narrativas contemporáneas (2021)
y también ha publicado la novela Niebla ardiente (2021).
Juana Manuela Gorriti Zuviria (Rosario de la Frontera, 15 de junio
de 1818-Buenos Aires, 6 de noviembre de 1892) fue una escritora
y cronista argentina, considerada la primera mujer novelista de
la literatura argentina. Una apuesta o El lucero del manantial son
algunos de sus cuentos. Salvadora Medina Onrubia (La Plata, 23 de
marzo de 1894-Buenos Aires, 21 de julio de 1972) fue una narradora,
poeta, anarquista y feminista argentina. Fue la primera mujer que
dirigió un diario en Argentina. Fue autora de varias piezas dramáticas,
como Almafuerte, La solución, Las descentradas, Un hombre y su vida;
libros de poesía como El misal de mi yoga y La rueca milagrosa;
dos libros de cuentos, El libro humilde y doliente y El vaso intacto
y otros cuentos, y una única novela, Akasha. Fue propulsora del
teatro para niños.
Elvira Orphée fue una escritora, considerada una de las autoras
más singulares de la literatura argentina, publicó siete novelas
y tres libros de cuentos. En 1989, obtuvo la Beca Guggenheim. Susana
Calandrelli fue una escritora y docente argentina. Cultivó indistintamente
géneros muy diversos como poesía, cuentos, novelas, obras de teatro,
ensayos, libros de lectura y manuales de estudio. Realizó también
importantes traducciones del francés y del italiano a la lengua
castellana.

Valentina Vidal nació en Buenos Aires. Publicó su primer libro
de cuentos, Fondo blanco (2013), la novela Fuerza magnética (Tusquets,
2019) y el relato La pared (2023). Participó en diversas antologías.
Volátil es su segunda novela.
Eduarda Damasia Mansilla (11 de diciembre de 1834 - 20 de diciembre
de 1892) fue la primera novelista argentina. Una escritora y periodista
argentina del siglo XIX, precursora en su género, cuya obra transcendió
el ámbito nacional mereciendo el privilegio de ser traducida a otros
idiomas. Es una de las primeras mujeres argentinas en haber logrado
consideración por su labor literaria. Sus obras abarcaron casi todos
los géneros literarios, incursionando en la novela, el drama, obras
de teatro, ensayos filosóficos, artículos periodísticos de diversa
temática y la crítica musical. Junto a Juana Manso y Juana Manuela
Gorriti, ostenta el privilegio de ser una de las primeras escritoras
argentinas y pionera en el género de cuentos infantiles. Sus cuentos
fantásticos, El Ramito de romero y Dos cuerpos en un alma, harían
las delicias de Edgar Allan Poe.
Delfina Bunge de Gálvez (Buenos Aires, 24 de diciembre de 1881-Alta
Gracia, 30 de marzo de 1952) fue una escritora, poeta, ensayista,
periodista y filántropa argentina. Junto a su marido, Manuel Gálvez,
integró la lista de intelectuales que apoyaron el peronismo.
Bunge utilizó la escritura como una vía confesional o de escape,
donde poder descargar íntimamente aquello que la sociedad y su familia
le impedía decir a viva voz. Los textos escritos por Bunge se ubican
en tres especialidades: la poesía lírica en su juventud, libros
educativos sobre religión y textos escolares y autobiografía de
su niñez. A esto se le suma una extensa colección de libros inéditos
consistente en un diario íntimo desde sus quince años hasta su fallecimiento,
un total de diez mil páginas, dieciocho gruesos cuadernos manuscritos
y 5 volúmenes escritos a máquina. Esta limitación de géneros se
debía a las costumbres del siglo XIX que no le impedían a una mujer
ser escritora mientras se dedicase a escribir sobre géneros "menores",
o sea el diario íntimo, los cuentos, la poesía lírica y el folletín
sentimental.
Fue amiga personal de dos de las más grandes figuras intelectuales
de la Argentina de su tiempo: Victoria Ocampo y Alfonsina Storni,
quien le dedicó parte de su trabajo y tradujo sus poemas del francés.
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Mucho mundo vió este libro. Alejo Carpentier
y Valmont fue un escritor cubano y francés que influyó notablemente
en la literatura latinoamericana durante su período de auge.
Pásate por Intro >> Resumen temático.
Luisa Genoveva Carnés Caballero —también conocida
por los pseudónimos de Clarita Montes y Natalia Valle—(Madrid, 3
de enero de 1905-Ciudad de México, 12 de marzo de 1964) fue una
escritora y periodista española. Militante comunista, se exilió
en México al término de la guerra civil española.
Gran parte de su obra está imbuida de su ideología,
pues fue militante del PCE y apoyó a Clara Campoamor en su defensa
del sufragio femenino. Defensora activa de la causa republicana,
al estallar la Guerra Civil escribió artículos y teatro de combate
en su defensa que estrenó con Rafael Alberti hasta que pasó a Francia
por La Junquera. Se libró de ir a parar a un campo de concentración
gracias al ofrecimiento del presidente mexicano Lázaro Cárdenas,
y así terminó exiliada en 1939 en México, embarcándose en el famoso
trasatlántico Veendam junto con un puñado de intelectuales republicanos.
Allí permaneció hasta su muerte en marzo de 1964 en un accidente
de automóvil, en el que su familia se salvó.
Dejó un corpus literario de una decena de novelas,
una sesentena de cuentos, trescientas piezas de teatro y centenares
de crónicas. El primer cuento localizado en la prensa es Mar adentro
(1926), publicado en La Voz (Madrid), el 22 de octubre de 1926 (pág.
7). Entre esta fecha y la primavera de 1929 publicó cuatro cuentos
en la prensa, un hecho poco común en personas principiante en mundo
de la cultura.
Tea Rooms. Mujeres obreras es una novela social escrita
por Luisa Carnés. Fue publicada en 1934. Está basada en la experiencia
de la autora que trabajó como camarera y dependienta en un conocido
local de hostelería. En abril de 2023, Televisión Española decide
grabar la serie La Moderna, basada en la obra.
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Marvel Moreno inaugura la literatura latinoamericana
del post-boom y una nueva veta narrativa con la cual trasciende
los modelos del real maravilloso y de la narrativa urbana inauguradas
respectivamente por Alejo Carpentier en Cuba, Jorge Luis Borges
en Argentina y, en Colombia, por José Félix Fuenmayor, Álvaro Cepeda
Samudio y García Márquez. Con una fluida prosa y una rigurosa sintaxis,
con personajes entrañables y mujeres siempre protagonistas, con
una mordaz crítica a la clase alta caribeña donde nació, se convirtió
en uno de los autores más reconocidos de la literatura contemporánea
colombiana.
Falleció a causa de lupus el 5 de junio de 1995 en
París. Horas antes había logrado escribir las primeras líneas de
un cuento que tituló "Un amor de mi madre". A su muerte, su obra
tomó mayor vigencia. Como homenaje póstumo a la escritora, Jacques
Gilard organizó un coloquio internacional en la Universidad de Toulouse
en 1997. Sus cuentos, incluidas las primeras líneas del texto final,
fueron compilados en el volumen Cuentos completos, publicado por
editorial Norma en el año 2001, dentro de la colección La otra orilla.

Marvel Moreno fue influida principalmente por Virginia
Woolf, James Joyce, Carson McCullers y William Faulkner, además
de por sus amigos del Grupo de Barranquilla, Álvaro Cepeda Samudio
y Gabriel García Márquez. Su obra pone de manifiesto el pensamiento
y el rol de la mujer en la sociedad típica de las clases altas del
Caribe colombiano, y en general de toda América Latina, por lo que
muchas de sus obras han sido catalogadas como feministas —aunque
nunca militó ni declaró ser feminista—, así como el tránsito progresivo
entre la mujer en una sociedad patriarcal y su rol igualitario en
la sociedad del siglo XXI. Ha sido encuadrada a menudo dentro del
realismo mágico característico de otros autores colombianos como
José Félix Fuenmayor, Álvaro Cepeda Samudio y Gabriel García Márquez,
aunque desde un abordaje propio de la élite social a la que pertenecía.
Leah Hampton (21 de septiembre de 1973) escribe principalmente
sobre los Apalaches, las clases sociales y el cambio climático.
Su primera colección, F*ckface, fue nombrada Mejor Libro de 2020
por Slate, Electric Literature y PopMatters. Actualmente es becaria
residente de Humanidades Ambientales y Escritura Creativa en el
Laboratorio Confluence de la Universidad de Idaho.
Shirley Jackson fue una escritora estadounidense de
terror, conocida por obras como "La maldición de Hill House" y "La
lotería". Su carrera abarcó más de dos décadas, durante las cuales
escribió seis novelas, dos memorias y más de 200 cuentos. Jackson
fue una figura influyente en el género de terror y es considerada
una de las escritoras más importantes del siglo XX.


Ngugi wa Thiong'o es conocido por sus novelas, no
por sus cuentos, aunque sí ha escrito obras de narrativa breve.
Algunas de sus obras de narrativa breve incluyen "Nace un tejedor
de sueños", "En la Casa del Intérprete" y "Sueños en tiempos de
guerra". También escribió "La revolución vertical", que a menudo
se considera una fábula o cuento. Premiado novelista, dramaturgo
y ensayista nacido en Kenia, sus obras han sido traducidas a más
de treinta idiomas.
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Sí, algunos cuentos clásicos contienen elementos violentos o crueles,
aunque la percepción de la violencia ha cambiado con el tiempo y
las adaptaciones posteriores. En las versiones originales, muchos
cuentos tradicionales incluyen escenas que hoy se considerarían
perturbadoras, como mutilaciones, castigos severos o la muerte de
personajes. Las versiones originales de cuentos como Blancanieves,
Caperucita Roja y El Barba Azul, presentaban elementos mucho más
oscuros y violentos que las adaptaciones posteriores, como las de
Disney. Las versiones modernizadas de estos cuentos, incluyendo
las de Disney, suavizaron o eliminaron algunos de estos elementos
para hacerlos más adecuados para un público infantil. Es importante
considerar el contexto histórico en el que fueron escritos estos
cuentos. En aquella época, la violencia y la crueldad eran más comunes,
y se utilizaban como herramientas para enseñar lecciones morales
o para representar el contraste entre el bien y el mal. Algunos
autores han reinterpretado estos cuentos clásicos desde una perspectiva
más moderna, explorando temas como la violencia de género, el abuso
de poder o la injusticia social. Blancanieves, en la versión original,
la madrastra de Blancanieves no solo intenta asesinarla, sino que
también se come sus órganos cocidos. Caperucita Roja, en la versión
de los Hermanos Grimm, la lobo come a Caperucita Roja y al cazador.
Barba Azul mata a todas sus esposas y las guarda en una habitación
secreta.

Los hermanos Grimm, dentro de la selección
de autores de nuestra bibliotecaria.
La violencia en los cuentos clásicos puede causar miedo o inquietud
en los niños, especialmente si se trata de escenas muy detalladas
o sangrientas. Algunos expertos consideran que la violencia en los
cuentos clásicos puede ayudar a los niños a comprender la complejidad
de la vida y a enfrentarse a situaciones difíciles. Los cuentos
clásicos pueden ser una herramienta para enseñar valores como la
justicia, la valentía y la perseverancia, a pesar de su contenido
violento. En conclusión, los cuentos clásicos pueden contener elementos
violentos o crueles, aunque la percepción de la violencia ha evolucionado
con el tiempo y las adaptaciones posteriores. Es importante considerar
el contexto histórico y la intención de los autores al analizar
estos cuentos, así como su impacto en los lectores y los espectadores.
El ruiseñor (Nattergalen) es un cuento de hadas del escritor y
poeta danés Hans Christian Andersen, famoso por sus cuentos para
niños. Trata sobre un emperador que prefiere el tintineo de un lujoso
pájaro mecánico al canto de un ruiseñor de carne y hueso; pero cuando
se acerca la muerte del emperador, el ruiseñor le devuelve la salud.
El cuento fue publicado por primera vez el 11 de noviembre de 1843,
El Ruiseñor se publicó junto a otros tres cuentos —uno de ellos
El patito feo (Den Grimme Ælling)— de Andersen en Copenhague (Dinamarca)
con gran éxito. Fue incluido en la colección de Cuentos nuevos.
Primer tomo. Primera colección. 1844 (Nye Eventyr. Første Bind.
Første Samling. 1844.). Este cuento es el n.º 23 de la colección
de Andersen.
El Emperador de China se entera de una de las cosas más bellas
de su imperio es el canto de un ruiseñor. Cuando ordena que le traigan
el ruiseñor, una criada de la cocina —la única en la corte que conoce
su paradero— lleva a la corte a un bosque cercano, donde el ruiseñor
accede a acompañarlos para cantar ante el emperador. Este queda
sumamente impresionado y el ruiseñor permanece como favorito. Sin
embargo, tiempo después el emperador recibe un regalo sorprendente,
una lujosa ave mecánica que imita a la perfección el sonido del
ruiseñor; así, pierde el interés por él y le permite regresar a
su hábitat. Con el paso del tiempo, el pájaro mecánico finalmente
se descompone y el Emperador enferma de muerte unos años más tarde.
En cuanto el verdadero ruiseñor se entera, regresa al palacio; la
«Muerte» o el diablo exterminador, conmovida/o por el bello canto
del ruiseñor, permite vivir al emperador.

Bajo la lente de Thora Hallager en 1869. Famoso por
sus cuentos para niños, entre ellos El patito feo, La sirenita,
El traje nuevo del emperador y La reina de las nieves; ilustrados
por Vilhelm Pedersen.
Según la entrada del diario de Andersen del 11 de octubre de 1843,
El Ruiseñor fue escrito en un solo día y se inició en los jardines
Tivoli, un parque de diversiones y placer de Copenhague inspirado
en un jardín chino que se abrió en el verano de 1843. El ruiseñor
recibió críticas muy positivas y fue muy bien acogido, conduciendo
a Andersen al éxito y la popularidad. El ruiseñor fue reeditado
el 18 de diciembre de 1849 en la colección Cuentos de hadas. 1850.
(Eventyr. 1850.) y de nuevo el 15 de diciembre de 1862 en Cuentos
e historias de hadas. Primer tomo. 1862 (Eventyr og Historier. Første
Bind. 1862).
Andersen conoció a la cantante de ópera sueca Jenny Lind (1820–1887)
en 1840 y experimentó un amor inmediato por la cantante; amor que
nunca fue correspondido. Lind prefería una relación platónica con
Andersen y le escribió en 1844: «Dios bendiga y proteja a mi hermano,
es el sincero deseo de su afectuosa hermana». Jenny era la hija
ilegítima de una maestra de escuela; a los dieciocho años se impuso
como cantante por su poderosa voz de soprano. "El ruiseñor" de Andersen
se considera un tributo a la cantante.
Andersen en su autobiografía La verdadera historia de mi vida,
publicada en 1847, escribió:
A través de Jenny Lind, me di cuenta por primera vez de la santidad
del arte. A través de ella aprendí que uno debe olvidarse de sí
mismo al servicio del Supremo. Ningún libro ni ningún hombre ha
tenido una influencia más ennoblecedora sobre mí como poeta que
Jenny Lind.

El cuento de El ruiseñor, que tuvo adaptacione en cine, opera y
ballet, propició que Jenny Lind fuera conocida como «el ruiseñor
sueco» mucho antes de convertirse en estrella internacional y rica
filántropa, tanto en Europa como en Estados Unidos. Aunque pueda
parecer extraño, la historia del ruiseñor se hizo realidad para
Jenny Lind en 1848-1849, cuando se enamoró del compositor polaco
Frédéric Chopin (1810-1849). Sus cartas revelan que se sentía «mejor»
cuando Jenny cantaba para él. Además, Jenny Lind organizó un concierto
en Londres con el objetivo de recaudar fondos a beneficio de un
hospital para tuberculosos.
Vuelve José Avello, el escritor de Cangas del Narcea cuya novela
“Jugadores de billar”, ambientada en Oviedo, va encumbrándose como
una de las grandes novelas de la literatura española del siglo XX.
La editorial Trea -que ya promovió la reedición de “Jugadores de
billar” y de la primera obra de Avello, “La subversión de Bety García”-
anuncia ahora la publicación de “Relatos reunidos”, un volumen que
recopila los cuentos de este autor asturiano fallecido en Madrid
en 2015, donde trabajó como profesor de Teoría de la Comunicación
y Teoría de la Cultura en la Universidad Complutense. Este libro
reúne un total de 24 relatos escritos a lo largo de más de tres
décadas, entre 1965 y 1999, y cuenta con un prólogo de Álvaro Acebes,
uno de los grandes expertos en la obra de Avello. Milagros Gonzalvo,
viuda del autor, índice en que estos cuentos "mantienen el mismo
nivel de exigencia y sentido del humor con que Pepe escribía sus
novelas". Asimismo, explica que cinco de los relatos ya habían sido
publicados en revistas literarias, mientras que el resto permanecían
inéditos. "La confesión" apareció en Papeles de Son Armadans (1973),
"Cómo vencer al reúma" en el libro colectivo Sueños de la razón
(1978), "La violación" en Zona Franca (1983), "Una noche de invierno…
un lector" en Estaciones (1980-81), revista que Avello codirigió,
y "Un pequeño batel de vela latina" también en Estaciones (1981).

José Avello murió en 2015, a los 72 años, y nos dejó
dos de las más inmensas novelas de la historia literaria de los
últimos tiempos: 'La subversión de Beti García' y 'Jugadores de
billar'
Según Gonzalvo, los cuentos presentan una gran variedad de temas
y estilos, con una notable imaginación en la creación de situaciones,
pero hay un elemento en común: "si hay algo que los une, yo diría
que es la perplejidad, el desconcierto". Recordó además que Avello,
como profesor de Teoría de la Comunicación, había escrito sobre
la teoría del desconcierto, una noción que también atraviesa sus
relatos.
La recuperación de estos textos, apunta Gonzalvo, fue posible gracias
a la insistencia de Álvaro Díaz Huici, editor de Trea. "Me pedía
que buscase entre los papeles de Pepe algunos relatos. Durante bastante
tiempo, yo no me consideraba capaz de ponerme a esa tarea, pero
con la pandemia pensé que ya tenía fuerzas y era el momento", confesó
la viuda de un autor cuyas dos novelas ya forman parte de la colección
Alianza Literatura, lo que supone su inclusión en el canon literario
español. La labor de recopilación fue ardua, apunta la viuda de
Avello, ya que algunos textos estaban escritos en una antigua máquina
de escribir Olivetti, otros eran manuscritos con anotaciones al
margen y algunos quedaron descartados por estar incompletos. "Al
final ha sido un disfrute volver a leer esos relatos maravillosos",
concluye Gonzalvo.
En su presentación de los relatos, Álvaro Acebes Arias apunta que
a los lectores de Avello “les saldrán al paso elementos ya conocidos”
de sus dos novelas “como la habilidad que tenía el escritor para
construir escenarios, los cruces de planos temporales y perspectivas
o la manera en que se dibujan los contornos de los personajes”.
Acebes no duda en asegurar que el autor cangués es “un escritor
imprescindible” y añade que toda la obra de Avello, que concebía
la literatura como un bosque espeso y misterioso que “va creciendo
den densidad a medida que avanzamos”, promete siempre “un encuentro
con lo inesperado”.

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Periodista, guionista y dramaturgo, Marcelo Simonetti es autor
de seis novelas, dos libros de cuentos, una biografía y 12 álbumes
ilustrados. En 2021 publicó Caminante (Mis raíces), un cuento —ilustrado
por Carolina Undurraga— tan contingente como hace cuatro años, pues
se inspiró en las caminatas hacia Estados Unidos: es la historia
de un niño que es parte de una caravana y que va migrando en solitario,
sin sus padres, junto a un grupo.

Los diez relatos que componen este libro plantean un escenario
espeluznante en el que lo sobrenatural irrumpe en la vida cotidiana
y se apodera del espacio doméstico. En el primer relato, una lámpara
con forma de conejo trae la desgracia a toda persona que la posee.
En otro, una mujer se ve atormentada a diario por una extraña criatura
que surge del inodoro. Unas píldoras anticonceptivas que embarazan;
un robot que despierta sentimientos en su creadora; reyes, princesas
y monstruos, fantasmas, cicatrices y todo tipo de maldiciones llenan
las páginas de esta colección de género inclasificable, a medio
camino entre el realismo mágico y el terror; la ciencia ficción
y la literatura del absurdo. La autora coreana Bora Chung utiliza
elementos fantásticos y surrealistas para desgranar los efectos
del patriarcado y el capitalismo en la sociedad moderna, más concretamente
sobre las mujeres y su papel en el mundo actual. Valiéndose de lo
ilógico y lo escalofriante, y recogiendo elementos de las leyendas
tradicionales de Corea, estos relatos deslizan, a modo de fábula
siniestra, una cruel enseñanza sobre la oscuridad de la naturaleza
humana. Publicada por primera vez en castellano, Bora Chung se erige
como una nueva voz de la narrativa fantástica que expande los límites
de cualquier género con una personalidad arrolladora.
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Kim Young-ha hizo su debut en el mundo literario publicando
el cuento “Meditaciones sobre un espejo”. Desde entonces ha venido
deconstruyendo de manera subversiva aquellas premisas consideradas
propias y naturales de las novelas coreanas, y aún hoy continúa
en la búsqueda de nuevas posibilidades para el género de la novela
en Corea.

Una vez atracados los balleneros y barcos a bordo
de los cuales recorrió mares y vivió pintorescas aventuras, Herman
Melville se detiene en Nueva York. Le espera un puesto como inspector
de aduanas cuya monotonía rivalizará con los azarosos viajes que
inspiraron Moby Dick. Por su parte, será la rutina de la inspección
la que confiera el porqué a esta «historia de Wall Street»

El cuento que tenemos en las manos hizo su aparición
en dos entregas de la revista Putnam’s Monthly Magazine, en medio
del bum del relato breve americano, y también europeo. En 1853,
año en que vio la luz Bartleby, ya se leían cuentos firmados por
nombres como Nathaniel Hawthorne o Stephen Crane. Melville se une
al bando de la literatura que trató de librar la batalla pasiva
contra la ideología del falso progreso materialista. Un abogado
de Wall Street, personaje y voz narradora de los hechos, se ve necesitado
de un copista con el que ampliar su peculiar plantilla de trabajadores.
Sus empleados, cada cual más singular, son justificación suficiente
para que el jefe, preocupado por la productividad de sus amanuenses,
contacte con el nuevo candidato. Las referencias de aquel Bartleby
eran muy buenas; el hombre trabajador que buscaba. Pero quizá no
el que esperaba. Aparentemente normal, súbitamente desconcertante,
la actitud del escribiente y su respuesta a los postulados del jefe
se convierten en el nuevo quebradero de cabeza del narrador, también
en el nuestro. Desesperante a la par que cómico, Bartleby no resulta
el sumiso y efectivo trabajador que prometía ser. ¿O sí? Quizá este
escribiente entiende mejor que los empresarios cómo debe de ser
comprendido el trabajo. Quizá la situación no es extravagante sino
que profetiza la realidad que debería ser, entonces y hoy, pero
no siempre es.
La archiconocida respuesta del escribiente a las órdenes
de su jefe y cada una de las palabras que la componen, «preferiría
no hacerlo», son un manifiesto en contra del materialismo imperante
en la sociedad americana de mediados del siglo XIX. El trabajador
que obra sin descanso acatando órdenes pone su foco en el hacer.
Cree, erróneamente, que la tarea productiva es la única que le configura.
Le configura, sí, pero más como máquina que como ser humano. Ejercer
la propia voluntad, en este caso para negarse a acatar los mandatos
del superior, un gesto que rompe la identificación del trabajador
con el producto de su trabajo. La desesperante pasividad del nuevo
copista pone en liza reflexión y producción. Frente al inhumano
producir mecanizado que amaneció en el siglo de nuestro autor y
perduró en el del Chaplin de Tiempos modernos (¿y pervive hoy?),
Bartleby impondrá con sigilo, pero con rotundidad, su resistencia
pasiva. Para acabar con el ritmo incesante marcado por el correr
de la cinta de producción (de la pila de papeles a copiar) Bartleby
introduce el soniquete, inocente pero impactante, de su «preferiría
no hacerlo». La pausa ante el vertiginoso «progreso» de un hombre
cada vez más máquina.

Nuestra bibliotecaria nos acerca a su figura en la
sección pertinente.
La ironía de Melville incomoda porque conduce a un
absurdo vacío. La maestría en la forma de narrar nos envuelve y
engancha a la trama hasta que, sin que nos hayamos podido dar cuenta,
nos descubrimos al borde del precipicio nihilista. Entonces, nos
arrepentimos de haber calificado a sus personajes de ingeniosos
y de haber tomado sus intervenciones por ocurrentes. Un sinsabor
que se amarga a medida que nos acercamos al final aún con cabos
sueltos y un martilleo interno de chillonas incógnitas. El eco de
la réplica de Bartleby pronunciada desde un despacho neoyorquino
hace casi dos siglos, resuena todavía hoy. La cuestión es si la
evidente trascendencia temporal de la obra tiene también la fuerza
de remover las oficinas de los empleados y empleadores actuales.
El lema de este escribiente no fue entendido entonces y, por ende,
parece que no todos lo entienden ahora. ¿Cabe esperar, por lo tanto,
que convencidos imitadores tengan la valentía de alzar la voz y
repetir aquellas palabras?
Si hay algo evidente es que el relato en cuestión
ha dado la vuelta al mundo y se hace eco de las reflexiones en torno
al sentido del trabajo en el moderno mundo de Melville pero también
en el nuestro. Precisamente por esto, la desazón queda asegurada
para el que se aventura en la lectura, de modo superficial o profuso,
de este «inocente» cuento sobre un escribiente desobediente.

Este elenco de personajes de Dagoberto Gilb incluye
a una familia joven cuya exposición a una misteriosa nube de gas
altera sus vidas para siempre; un desertor de la escuela secundaria
cuya decisión de aprender las costumbres del mundo de los adultos
en el trabajo lo lleva a una aventura peligrosa; un excarpintero
de un rascacielos que se reencuentra con un antiguo amor apasionado;
un chicano mayor, que vive solo, cuyos hijos lo cuidan para detectar
signos de declive; y más. La distintiva voz narrativa de Gilb ofrece
a sus lectores una cálida bienvenida mientras desvela la vida cotidiana
para guiarnos fluidamente a través de los reinos del mito y la fábula.
Como en otras ocasiones posa la mirada sobre los territorios fronterizos
y sus sociedades con una claridad que solo logra quien pertenece.
Nacido en Los Ángeles en los años posteriores a la
Segunda Guerra Mundial, hijo de una madre mexicana y un padre blanco
de origen alemán que por alguna razón sabía hablar español, Gilb
cuenta que tuvo una crianza difícil, aunque él en ese momento no
lo sabía. Sus padres se separaron y él no tiene muchos recuerdos
de su papá hasta que comenzó a trabajar en la lavandería industrial
en la que fue el administrador durante décadas. Durante años nadie
le compraba sus cuentos, no había interés en las historias de personas
trabajadoras, así que él se remangaba cada día y trabajaba como
constructor para alimentar a sus dos hijos y su esposa. Aun así,
durante 16 años en los que el trabajo físico en las obras junto
con sus compañeros sindicales fue lo que puso el pan en la mesa,
él escribía.
Cuando estaba a punto de darse por vencido, a principios
de los noventa, mandó una selección de unos 25 cuentos a la Universidad
de Nuevo México y logró publicar el libro The Magic of Blood, con
el que ganó el premio PEN/Hemingway a escritores debutantes. A partir
de ahí, la vida no fue igual.
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“Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón”,
escribió Mario Vargas Llosa en un cuento, en 2020. Y ahí quedó la
frase. El que hablaba no era el Premio Nobel peruano sino un personaje,
un hombre grande, muy grande, que se ha perdido en su propia ciudad
y mientras da vueltas tratando de volver a casa, repasa su vida.
Un cuento, ficción: no pasó nada. Hasta que, en 2022, el escritor
se separó de Isabel Preysler, que era su mujer. Y muchos ojos corrieron
a releer el cuento. ¿Había sido un enamoramiento de “la pichula”?
¿El escritor, como el personaje, se arrepentía de haber dejado a
su mujer de toda la vida por ese impulso?
Eso leímos en 2022. Pero había más y, creo yo, había
cosas más importantes en ese cuento, que se llamó Los vientos. Ese
personaje se parece mucho a Vargas Llosa: ha sido periodista, vive
en Madrid, mira el mundo parecido y algunas de sus opiniones políticas
coinciden. Y tienen más o menos la misma edad, aunque el cuento
transcurre en el futuro. El hombre tiene cien años, el cuento ocurre
en un futuro en que Mario Vargas Llosa -que hoy cumple los 89- alcanzaría
el siglo.
No se tiene piedad el escritor peruano. En el cuento,
ese hombre se pierde en su propia ciudad. Da vueltas, se hace encima.
Anda largando gases (de ahí el título del relato). Esa es la imagen
que pinta Vargas Llosa de un hombre viejo. Más viejo que lo que
él es hoy, es cierto.
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Frederick Forsyth es un escritor y periodista británico.
Es conocido por sus novelas de suspense como The Day of the Jackal
(El día del Chacal; en la edición española titulada Chacal, 1971),
The Odessa File (El expediente Odessa, en España titulada Odessa,
1972), The Dogs of War (Los perros de la guerra, 1974), The Fist
of God (El puño de Dios, 1994) e Icon (El manifiesto negro, 1996).
En 1982 publicó No Comebacks, que es una colección de diez cuentos
cortos. Algunos de estos cuentos se habían publicado antes. The
Fourth Protocol (El cuarto protocolo) fue publicado en 1984. Trata
del intento de explosionar una bomba nuclear cerca de una base aérea
estadounidense en el Reino Unido. El resultado serían protestas
pacifistas demandando el retiro de las bases aéreas americanas.
Pásate por Intro >> Resumen temático.
Leer Los recuerdos del porvenir o algunos de los cuentos
incluidos en La semana de colores o en Andábamos huyendo Lola es
leer a una Elena Garro (México, 1916-1998) adulta, tenaz –como adulto
y tenaz era su imaginativo mundo literario–, decidida, fuerte y,
principalmente, audaz y mágica. Su nombre siempre surge cuando se
habla de los inicios del realismo mágico en Latinoamérica, pero
al margen de cronologías que nada influyen o modifican la valía
y belleza de su obra, fue una gran y polifacética escritora que
durante muchos años ha vivido tras la sombra de Octavio Paz, con
quien estuvo casada unos años, y tras la sombra del exilio que ella
misma sufrió durante décadas.
Con él, veinteañeros ambos y recién casados, realizó
un intenso viaje a España durante el verano de 1937. (Pablo Neruda
y Rafael Alberti habían invitado a Paz al II Congreso Internacional
de Escritores para la Defensa de la Cultura) que constituye un atractivo
y cautivador documental sobre el mundo artístico y literario durante
el conflicto. Un país sumido en el hambre y la guerra civil observa
cómo un grupo de intelectuales recorre sus ciudades entre el miedo
y un compromiso, siempre bienintencionado, que algunos no terminaban
de creer o entender, pero que forjó grandes amistades y otorgó una
nueva lente de humanidad y compasión a sus miradas (y seguramente,
en consecuencia, también a sus literaturas).

Los relatos de La semana de colores, son historia
al mismo tiempo inquietantes, aterradoras y bellas en las que la
existencia y la inocencia de sus personajes se llenan de grietas
por donde se cuela, cegadora, una luz que profana y desvanece la
realidad, la verdad fatua de la humanidad. Son seres que se sumergen
en un sueño para no regresar nunca a la vigilia. Elena Garro demuestra
con esta obra que la lucidez poética es un antídoto contra los dogmas
de la razón, que la locura no es otra cosa sino exacerbada conciencia.
Su prosa la ubica como escritora única en la escena de la literatura
mexicana del siglo XX, como una presencia a veces incómoda que desde
su mirada escéptica y transgresora se acerca a una reflexión sobre
la vida, donde se percibe, más que comprensión, sensibilidad metafísica.
Una Elena Garro inocente y carismática («yo, sin saber
cómo ni por qué, iba a un Congreso de Intelectuales Antifascistas,
aunque yo no era anti nada, ni intelectual tampoco, sólo era estudiante
y coreógrafa universitaria»); pero también muy observadora, fue
tomando apuntes de todo lo que veía y escuchaba en compañía de Miguel
Hernández con su voz profunda y su encanto, Alejo Carpentier, María
Teresa León, Manuel Altolaguirre, la generosa y pitonisa María Zambrano,
León Felipe o Luis Cernuda, y años después, en 1992, sus recuerdos
se transformaron en el librito Memorias de España 1937, que ahora
ha recuperado la editorial Bamba (quien recientemente ha reeditado
su ecléctica, original y bella novela Testimonios sobre Mariana,
que también reseñamos en El Debate). Aunque el motivo del viaje
por Barcelona, Valencia y Madrid era de carácter político, estas
memorias se fijan más en aquellas emociones y experiencias que igualan
a todo ser humano, más aún en un contexto tan desolador: el pánico,
la incertidumbre, la vulnerabilidad.

Elena Delfina Garro Navarro, conocida como Elena Garro,
fue novelista, dramaturga, guionista, periodista y escritora mexicana.
Está comúnmente relacionada con el realismo mágico.
Elena Garro no ensalza a los grandes escritores con
los que compartió carromatos, caminos y noches durmiendo en el suelo
(también en hoteles, en algunos afortunados casos); entre conversaciones
sobre derechos, partidos, siglas o bandos sus anécdotas son más
«costumbristas», naturales, sencillas, llenas a un tiempo de gran
ternura y lucidez. «Bajamos muy tranquilos hasta el paseo de Rosales
y allí nos recibió un tiroteo. Corrí a la trinchera y los otros
me siguieron. «Nunca más aceptaré una invitación suya, niños heroicos»,
se quejó Pellicer, que estaba disgustado. Pensé que habíamos visto
un pedacito de guerra. ¿No habíamos venido para eso?». Puede influir
en su quizá poco comprometido o analítico punto de vista su corta
edad, pero es más original, acertada y esencial su percepción de
que toda aquella situación de peleas y muertes entre iguales era,
es siempre, algo cruel y absurdo, y que sus compañeros intelectuales
y ella estaban en igual peligro o más de morir en cualquier momento
que los milicianos. Reflejan también ternura y lucidez, y resultan
muy emotivas, sus descripciones sobre la España rural de entonces,
las formas y colores del paisaje castellano, los pueblos, las maneras
de la España más humilde y verdadera: «En Campo de Criptana nos
hospedó una viejecita vestida de negro, como todos los aldeanos
españoles. Nos dio una habitación pequeña con una ventana cavada
en la piedra de los muros pintados de blanco y puso varias mantas
en la cama». Esta deliciosa, cercana y lúcida mezcla entre diario
de viaje, diario literario y diario personal supone un testimonio
muy interesante y diferente sobre un momento histórico donde incluso
entre los grupos más «inteligentes», o supuestamente más capaces
de la sociedad, había las mismas sospechas, miedos y contradicciones,
y donde, como en cualquier otro momento histórico, la cultura y
la amistad trataban de defender los valores de la paz y la libertad.
Y ahí estaba, ahí estuvo, la audaz y mágica Elena
Garro, una joven luminosa, inestable pero ya muy capaz, viviendo
en primera fila lo más puro y lo más oscuro del alma humana en tierra
ajena. Ajenas en realidad le fueron muchas tierras, tanto las que
la echaron como las que la acogieron (a ella y a su hija Helena
Laura), y ya en este texto, que entonces apenas era un conjunto
desordenado de conversaciones y recuerdos sin una intención de publicación,
se aprecia cómo desde el principio quiso hacer de la mirada y de
la escritura su propio hogar de paz y libertad. Con eso nunca dejó
de estar comprometida. Por ella, para hacerse escuchar y liberarse
de las sombras que siempre iban caminando delante de ella, y por
los demás. Toda su obra merece mucho la pena.

Nuestras vidas son los ríos, El zapaterito de Guanajuato,
Era Mercurio ...
Acércate a su obra ...
Rosario Alicia Castellanos Figueroa (Ciudad de México;
25 de mayo de 1925-Tel Aviv, Israel; 7 de agosto de 1974), conocida
como Rosario Castellanos, fue una escritora, periodista y diplomática
mexicana, considerada una de las literatas mexicanas más importantes
del siglo XX. Fue embajadora de México en Israel hasta su fallecimiento
en 1974. También es considerada como una de las pioneras del feminismo
mexicano. Con Ciudad Real, libro de relatos publicados en 1960,
Castellanos se centra en las diferencias entre los dos grupos distintos,
sobre todo entre el blanco y el indio y el hombre y la mujer. Dice
la crítica Mary Gómez Parham: “instrumentos de esta alienación incluyen
códigos severos de cortesía, el machismo y otras formas de estereotipos
sexuales, la codicia y, sobre todo, las barreras lingüísticas”.
María Luisa Bombal Anthes (Viña del Mar, 8 de junio
de 1910-Santiago, 6 de mayo de 1980) fue una escritora chilena,
condecorada en 1974 con el Premio Ricardo Latcham (creado por el
PEN Club Chile en 1969), con el Premio Academia Chilena de la Lengua
en 1976 y el Premio Joaquín Edwards Bello en 1978.
Las islas nuevas, Trenzas y Lo secreto, buenos ejemplos
de su obra.
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Rita Indiana Hernández Sánchez (11 de junio de 1977,
Santo Domingo, República Dominicana) es una escritora, compositora
y cantante dominicana. En 2011, fue seleccionada por el diario El
País como una de las 100 personalidades latinas más influyentes.
Puedes acercarte a su obra con los cuentos Rumiantes o Los trajes.
La escritora e historiadora del arte Nadia Lugo presentó en 2023
El ruido invisible, una nueva colección de relatos, que ahonda de
manera crítica en la historia contemporánea dominicana, y que fue
publicado por la editorial independiente Luna Insomne Editores.

La autora muestra una búsqueda muy particular de escenarios
pocos convencionales y populares, a los que da una connotación de
notoriedad, como es el caso de protagonistas como De la Parra, Miriam
(dejada e invisible en un país de Europa), o los empleados públicos
desperdigados por las realidades múltiples de un sistema de gobierno,
implacable y ahogador.
Amparo Dávila e Inés Arredondo, la primera
desde lo fantástico y la segunda desde lo incómodo
serán acompañantes de nuestra bibliotecaria en la
próxima Semana Santa en España.
El estilo cuentístico de Amparo Dávila fluye con sencillez
y detenimiento, abarcando una amplia gama de emociones humanas.
Sus personajes se enfrentan al miedo, la soledad, la muerte y la
locura, productos de una presencia indefinida e inquietante. La
exploración de trastornos mentales y emocionales en la obra narrativa
de esta autora zacatecana, así como la compleja estructuración de
sus personajes, ha contribuido a que su producción literaria se
reconozca como una de las más ricas y enigmáticas de la narrativa
mexicana. La construcción de sus personajes es un estudio de la
psique humana en circunstancias que a primera vista podrían parecer
rutinarias e insignificantes, pero que, con una visión analítica
e introspectiva como la de Amparo Dávila, se convierten en viajes
hacia un mundo diferente, engendrado por la imaginación.

Esta edición reúne la producción cuentística de esta
importante autora. A sus ya reconocidos Música concreta, Tiempo
destrozado y Árboles petrificados, se agregó un libro inédito: Con
los ojos abiertos.

Arredondo fue integrante del grupo de escritores conocido
como Generación del Medio Siglo, grupo de la Casa del Lago o grupo
de la Revista Mexicana de Literatura. En 1979, ganó el premio Xavier
Villaurrutia por Río subterráneo, que reúne doce cuentos que fluyen
con una prosa precisa en dimensiones soterradas, desconocidas, que
exploran las zonas ocultas de la psique y del comportamiento humano,
que descubren mundos prohibidos, perversos y desgarradores donde
la mirada puede resultar un exceso o una carencia.

En muchos de los textos literarios que hacen referencia
a Eva Perón, es común que no se mencione su nombre. Como si la literatura
diera cuenta de la prohibición de nombrarla (a ella, a Perón, al
peronismo en general) que había impuesto por el decreto 4161, la
dictadura del 55. Esto sucede en "Esa mujer", de Rodolfo Walsh,
y también en "La señora muerta", de David Viñas, publicada en Las
malas costumbres (1963).
Larvas es un salto hacia lo insólito donde todo parece
ser lo que no es: animales de compañía se convierten en testigos
y en verdugos, voces de aparecidos lo inundan todo, larvas surgen
de lo más íntimo de nuestro cuerpo. Las historias de Tamara Silva
Bernaschina son una deriva al territorio de lo inusual, porque quizá
es ahí precisamente donde nuestra realidad tiene su explicación
y sus últimas consecuencias.

La voz más novedosa de la literatura uruguaya actual,
que empieza a ser reconocida en todo el continente, es dueña de
una escritura vibrante y de un universo lleno de claroscuros que
nacen con el deseo. Cualquier tipo de deseo.

Marina Perezagua (Sevilla, 1978), autora de las novelas
‘Don Quijote en Manhattan’ y ‘Seis formas de morir en Texas’ y profesora
en la State University of New York y la New York University, regresa
al cuento con ‘Luna Park’ (Páginas de Espuma), colección de relatos
con la que se despide de la Gran Manzana y aprovecha el deambular
por la que ha sido su ciudad durante los últimos veinte años para
asomarse a ese gigantesco agujero de cemento y hormigón que primero
succiona y luego escupe. “Esa ciudad es una recompensa por todo
lo que te permitirá alcanzar y un castigo por todos los delitos
que te forzará a cometer”, que se arranca la sevillana citando al
colosal Colson Whitehead.


El alma de un cerdo que narra su propio sacrificio
el día de Navidad; un encuentro entre dos desconocidos en un aeropuerto;
una mujer que ve el pasado con el ojo izquierdo y el futuro con
el derecho; viajeros embarcados en trenes nocturnos que cruzan las
fronteras de los Balcanes; juegos lingüísticos que conducen a epifanías
inesperadas; hombres con muchos nombres y ladrones de historias;
rompecabezas, retretes alemanes y viajes metafísicos: todo ello
forma parte de la cosmología sorprendente, vitalista y satírica
de Gueorgui Gospodínov.

Los veintiún relatos reunidos en este título están
impregnados de la sátira posmoderna más afilada, sin perder la voluntad
cristalina e inagotable de vivir a través de un realismo descarnado.
Un libro que mezcla la complejidad narrativa de Borges y el lirismo
de Sylvia Plath. Una colección de relatos magistrales que ha provocado
que la crítica y el público se rindan a los pies del escritor búlgaro,
traducido ya a más de veinte idiomas y Premio Booker Internacional
2023.

Hoy llega a las librerias una obra cumbre de la cuentística
universal, heredera de la maestría de Edgar Allan Poe y concebida
por una de las figuras olvidadas de la generación del 27,
Rafael Dieste. De él dijo la filósofa y ensayista
Maria Zambrano que era un príncipe de una estirpe a punto
de extinguirse.
En 1926 debuta Rafael Dieste como escritor con Dos
arquivos do trasno, una recopilación de ocho cuentos literarios
a la que, años después, añadiría otros doce. Concisos, amenos y
primorosos, estos cuentos certifican el ingreso de la literatura
gallega en un territorio donde se encuentran de modo ejemplar lo
cotidiano y lo fantástico. El autor explora, no sin retranca y desde
una óptica empática y humanista, los grandes temas siempre presentes
en las letras universales: el tiempo y su paso, la moral y sus dilemas,
la vida y sus alegrías y pesares, la muerte… Lo hace contándonos
historias con poso de leyenda en las que, desde su lugar propio,
no olvida tomarle el pulso a toda una colectividad. Y lo hace sin
salirse nunca de una media voz en la que se aúnan el dominio de
un registro culto y una aproximación muy fiel a las maneras y recursos
de la oralidad, depurada durante cientos de años por los anónimos
maestros del cuento popular. Además, una incesante inmersión en
lo desconocido lo lleva, en no pocas ocasiones, a transitar el género
fantástico y la ciencia ficción.

Cerca de cumplirse un siglo de la primera publicación
de Dos arquivos do trasno, el escritor Luís Rei Núñez, que también
fue el temprano biógrafo de Rafael Dieste, traduce, prologa y presenta
aquí un muy ampliado corpus cuentístico de una figura clave en la
narrativa breve española.

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