www.juezyverdugo.es --- contacto@juezyverdugo.es

 

24 - Mayo - 2022
>>>> Destacado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

No es ningún fenómeno nuevo, pero se está acelerando. La expansión de las enfermedades que tienen su origen en un animal y se transmiten a humanos, las llamadas zoonosis, son un “importante” problema de salud pública en todo el mundo, según lo describe la Organización Mundial de la Salud (OMS), que están en pleno auge. Una de ellas es la viruela del mono, una zoonosis viral endémica en África que en la última semana se ha detectado en 12 países fuera del continente. De ellos, España es el que más casos ha reportado por el momento.

De acuerdo con los datos que maneja la OMS, las zoonosis están impulsando las enfermedades emergentes en los seres humanos de forma significativa y constituyen el 75% de las surgidas en los últimos 40 años. Dos tercios del total de los patógenos transmisibles entre personas son zoonóticos, es decir, han saltado de un animal a un ser humano. “Siempre hemos convivido con zoonosis, pero en la última década están teniendo un impacto bastante más relevante. Pueden ser patógenos hasta el momento desconocidos o que ya circulaban en determinadas zonas o regiones y que aparecen en otras”, describe Ignacio García, catedrático y responsable del Grupo de Investigación de Sanidad Animal y Zoonosis de la Universidad de Córdoba.

Los patógenos zoonóticos pueden ser bacterias, virus, parásitos o agentes no convencionales y propagarse a los humanos por contacto directo con los animales infectados o a través de los alimentos, el agua o el medio ambiente. El virus del Nilo, el del zika, el ébola o la gripe A son ejemplos de infecciones zoonóticas. Se desconoce a ciencia cierta el camino que siguió la COVID-19 para acabar convirtiéndose en pandemia, pero la mirada siempre ha estado puesta en el mercado de animales salvajes de Wuhan, China, y hay evidencias que vinculan a los visones como vectores de contagio del virus. Las epidemias de MERS de 2012 o el SARS de 2002 también llegaron de esta forma.

En la viruela del mono, aún hay sobre la mesa más incógnitas que certezas, pero sí se conoce que las vacunas contra la erradicada viruela producen inmunidad. “Se puso de manera masiva hasta 1980, así que si hubiera habido introducciones de este tipo hubieran tenido muy poca visibilidad porque había viruela circulante y porque casi todos estábamos protegidos. En el caso de esta familia de virus hay una amenaza creciente porque se calcula que más de la mitad de la población no está vacunada”, señala Rafael Blasco, investigador del Instituto Nacional de Investigación y tecnología Agraria y Alimentaria del CSIC.

Pero en general, el porqué este tipo de patógenos han aflorado con mayor intensidad en las últimas décadas responde “a un cúmulo de factores” de diversa índole, señala Ignacio García. Algunos, producto de la acción humana sobre la naturaleza, otros vinculados a cambios poblacionales. Tanto la globalización y la movilidad internacional como el cambio climático, la destrucción de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad, el comercio de especies o el incremento exponencial de población han sido identificados como elementos que favorecen la expansión de las zoonosis. “La movilidad tanto humana como animal es un condicionante clave y hace que un virus que está en el centro de África, en 24 horas llegue a la otra parte del mundo porque alguien coge un avión”, ilustra el investigador de la Universidad de Córdoba. A ello se suma el crecimiento de la población mundial, que ha pasado de los 4.500 millones de personas en 1985 a los 7.700 en 2020, y la concentración humana en las ciudades. “En general, las enfermedades infecciosas son densodependientes, es decir, mientras más individuos susceptibles haya y más concentrados estén, será más fácil que se transmitan”, explica García. El investigador de la Universidad de Córdoba también enlaza el fenómeno con “la propia evolución de los patógenos”, que mutan para adaptarse y seguir infectando: “Un virus que es inteligente lo que intenta es no matar a su hospedador, sino infectarlo y seguir transmitiéndose. Muchos virus, durante la replicación, mutan con bastante facilidad y se producen variantes”.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) es una Agencia Estatal para la investigación científica y el desarrollo tecnológico, con personalidad jurídica diferenciada, patrimonio y tesorería propios, autonomía funcional y de gestión, plena capacidad jurídica de obrar y de duración indefinida.

Algunos otros factores de las mayores oportunidades de expansión están vinculados con la destrucción de hábitats naturales y la pérdida de biodiversidad que lleva acarreada a causa de la actividad humana. Ocurre fundamentalmente mediante dos vías: por un lado, al destruir ecosistemas y acabar con variedades de animales y plantas provocan “la alteración de una serie de equilibrios que suelen mantener estos patógenos bajo control”, señala Luis Suárez, biólogo y coordinador de Conservación en WWF España. Este análisis, una labor conjunta de 500 científicos, calculaba que un 75% de la superficie terrestre se ha visto ya alterada por las actividades humanas. Cuanta mayor destrucción de ecosistemas se produzca, menores posibilidades de disipar la enfermedad habrá. Esto ocurre en un hábitat en el que hay variedad de animales susceptibles de infectarse, las posibilidades de que ocurra en una especie concreta bajarán e incluso puede que termine en un animal no vulnerable que frenará la infección. “Además, hay menos posibilidades de que circule porque hay un equilibrio entre depredadores y presas que actúa de escudo. Uno típico es el de los roedores, que además son vectores de algunas enfermedades. Si disminuyen los depredadores, habrá más, serán más transmisibles entre ellos y más susceptibles de contagiar”, apunta Suárez. Pero, además, la deforestación provoca que las comunidades humanas entren “hasta el corazón” de los hábitats en los que pueden vivir animales que alojan patógenos. Así se constató con algunos brotes de la llamada malaria de los macacos, que saltó a los humanos en áreas deforestadas de Indonesia, uno de los países más afectados por la destrucción de bosques para dar espacio al cultivo de palma.

El pangolín se convirtió en el protagonista en los medios de comunicación.

A esto se suma que “la población comercia, trafica y se alimenta con animales salvajes cada vez más, tanto por vía legal como por vía ilegal”, explica el investigador. Un ejemplo es lo ocurrido en 2003 en Estados Unidos con la viruela del mono, la primera vez que se exportó fuera de territorio africano debido a la venta como mascotas de varios perritos de las praderas que habían estado en contacto con roedores importados de Ghana infectados. Ignacio García señala también al cambio climático como otro de los elementos impulsores de las zoonosis debido a que los vectores que pueden transmitir las enfermedades “han aumentado su rango de distribución” por el incremento generalizado de la temperatura, que hace “que estén presentes en zonas en las que antes no estaban”. Suárez pone como ejemplo el mosquito aedes, que puede ser portador del dengue, la fiebre amarilla o la chikunguña y que, según los datos, estaba presente “en nueve países en 1970” para pasar actualmente a estarlo “en 128”.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Pandemia, antiviral, inmunidad de grupo… La propagación mundial del coronavirus SARS-CoV-2 ha propiciado que varios conceptos científicos se repitan en las informaciones habituales sobre la enfermedad. No escapa a este glosario el término que se encuentra en el centro del origen mismo de la enfermedad: la zoonosis. Se denomina zoonosis al proceso por el cual se transmiten de forma natural enfermedades de los animales a los seres humanos, ya sea a través de la exposición directa de la persona al animal, o el consumo de alimentos derivados de los animales. Aunque de momento no hay confirmación científica del animal desde el cual la enfermedad COVID-19 dio el salto a los humanos, el cerco parece cerrarse ahora en torno al pangolín. Sin embargo, a pesar de inundar hoy la información de actualidad, la zoonosis es un proceso muy conocido y que se encuentra en el origen de muchas enfermedades, así como de grandes pandemias históricas. ¿Por qué el ser humano siempre ha estado y estará expuesto a este tipo de pandemias? El informe Ganadería Mundial 2013: Un panorama de enfermedades cambiante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura aporta un dato clave: un 70% de las nuevas enfermedades que han surgido en los seres humanos en las últimas décadas son de origen animal. Este porcentaje pone de manifiesto hasta qué punto la salud humana está estrechamente relacionada con la ganadería y la salud de los animales. En este mismo informe se mencionaban otros factores que habían contribuido a la extensión de este tipo de enfermedades en los últimos años, siendo algunos de ellos la pobreza, unos sistemas de salud y unas infraestructuras sanitarias deficientes en algunos territorios, los viajes y el comercio internacionales, el cambio climático y la creciente presión en los ecosistemas. De la peste negra al “mal de las vacas locas”, repasamos algunas de las zoonosis más importantes en la historia de la humanidad antes de la llegada de la enfermedad COVID-19.

En el siglo XIV, la peste negra costó la vida a unos 50 millones de personas. Esta devastadora epidemia, considerada la más letal de la historia de la humanidad, se trata de una zoonosis de tipo bacteriana, ya que es causada por la bacteria Yersinia pestis, que se encuentra en pequeños mamíferos y en las pulgas que los parasitan. Las condiciones de vida en la Edad Media propiciaron su rápida propagación, puesto que las personas tenían mucho contacto con las pulgas y otros parásitos de las ratas.

Hoy en día, la peste sigue estando presente como enfermedad de los animales en todos los continentes excepto Oceanía, pero actualmente la mayor parte de los casos humanos se concentran en África, y los tres países más endémicos son Madagascar, la República Democrática del Congo y Perú.

La rabia es una enfermedad zoonótica vírica causada por un virus de la familia Rhabdoviridae. Puede afectar a cualquier animal mamífero salvaje o doméstico y se propaga a las personas a través de mordeduras o arañazos, aunque en un 99% de los casos esta propagación se da a través de perros domésticos. Por tanto, la forma más eficaz de combatirla es la vacunación de los perros, y por este motivo esta vacunación es obligatoria en muchas regiones.

Louis Pasteur logró la primera vacuna contra la rabia en humanos en el año 1885. El célebre químico francés trató con ella a un niño de 9 años al cual le había mordido un perro infectado, logrando su recuperación y la de miles de personas más en los siguientes meses. La OMS alerta de que hoy en día se trata de una enfermedad desatendida por concentrarse la mayoría de los contagios en humanos en poblaciones pobres y vulnerables. Más del 95% de las muertes humanas debidas a rabia se registran en Asia o África, a pesar de existir inmunoglobulinas y vacunas eficaces para el ser humano desde hace más de un siglo.

Louis Pasteur fue un químico, físico, matemático y bacteriólogo francés, cuyos descubrimientos tuvieron una enorme importancia en diversos campos de las ciencias naturales, sobre todo en la química y la microbiología. A él se debe la técnica conocida como pasteurización (eliminar parte o todos los gérmenes de un producto elevando su temperatura durante un corto tiempo) que permitió desarrollar la esterilización por autoclave. A través de experimentos, refutó definitivamente la teoría de la generación espontánea y desarrolló la teoría germinal de las enfermedades infecciosas. Por sus trabajos, se le considera el pionero de la microbiología moderna, con lo que inició la llamada «Edad de Oro de la Microbiología».

Más conocida por la población como la “enfermedad de las vacas locas”, los primeros casos de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en animales se detectaron en Reino Unido en 1986. En 1996 se identificó en el ser humano una nueva variante de la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob que se relacionó con la epidemia de EEB en el ganado vacuno. La transmisión de la enfermedad a humanos se produce mediante el consumo de carne contaminada.

La aparición de EEB en el ganado vacuno se relacionó con la práctica de alimentar a los animales con restos de ganado rumiante. El abandono de este compuesto para la alimentación de ganado vacuno eliminó las posibilidades de contracción de EEB por parte de los animales, y por tanto, su riesgo de transmisión a los humanos con el consumo de carne.

La gripe aviar es una zoonosis causada por subtipos del virus Influenza A. Se trata de un tipo de gripe que originalmente sufren las aves, pero algunas de sus cepas pueden llegar a infectar a distintos mamíferos que mantengan contacto con aves infectadas, entre los que se encuentran los humanos. En el año 1997 se identificaron por primera vez infecciones humanas en Hong Kong. De 2004 a 2006 se produjo la propagación del virus de las aves de corral de Asia a Europa, y la OMS advirtió de que esta propagación tenía como consecuencia el aumento de posibilidades de que la gripe aviar se convirtiera en pandemia. Diez años más tarde, en el año 2013, volvía a saltar a las noticias el contagio de cientos de personas en China por la nueva cepa H7N9.

A pesar de que algunos expertos apuntaron a la posibilidad de que una cepa de la gripe aviar podría convertirse en la gran pandemia del siglo XXI, esto todavía no ha sucedido porque de momento no se ha originado ninguna mutación del virus que facilite la transmisión entre las personas. De producirse en un futuro un cepa que sí superar esta barrera, se podría desencadenar esta pandemia.

June Almeida, la científica que descubrió los coronavirus, recibió un merecido reconocimiento por los avances en virología que consiguió hace medio siglo.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

NUBE DE

ETIQUETAS

NOVEDADES EDITORIALES