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8 - Octubre - 2020
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Por primera vez, el llamado proyecto Moisés ha salvado a Venecia del «agua alta». Estaba previsto que la marea alcanzara esta mañana un pico de 135 centímetros, pero la Plaza de San Marcos y la Basílica, uno de los puntos más bajos de la ciudad, permanecieron secas. Las 78 gigantescas compuertas móviles del Moisés fueron elevadas en una en una hora y 17 minutos en la desembocadura del Puerto de la Laguna de Venecia. La marea se quedó fuera de la laguna y el agua no llegó a la plaza de San Marcos. Los turistas que, ante las previsiones de marea alta, se compraron botas tuvieron que arrepentirse porque no fueron necesarias y solo encontraron un par de pequeños charcos.

Se explica así la euforia de Carlo Alberto Tesserin, el primer procurador para el cuidado de San Marcos «La Basílica está seca, seca. Es la primera vez y es un hecho muy importante. A los 90 centímetros de marea hubiéramos tenido que enfrentarnos al agua que viene de la plaza, pero no llegó porque la frenó el Moisés», dijo Tesserin. Igualmente, el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, expresó su alegría: «Detener el mar, sólo en Venecia se puede hacer». Por su parte, Claudio Vernier, presidente de la Asociación plaza San Marcos ha comentado: «Es un momento histórico para Venecia. Esta jornada nos hace optimistas para nuestra plaza, para nuestra ciudad y para todos los ciudadanos».

Para llegar a este «milagro», que hoy emociona a los venecianos, fueron necesarios casi 40 años de estudios y proyectos. Los primeros se presentaron en la década de 1980. Finalmente se dio luz verde al Moisés en el 2001, iniciando las obras dos años más tarde. Los trabajos de este proyecto faraónico se eternizaron, entre otras cosas por investigaciones y condenas por corrupción, y ahora por fin se ha podido utilizar por primera vez ante una marea alta, alcanzando el objetivo de salvar la parte baja de Venecia del mar. La obra aún no está terminada. Hoy las compuertas se activaron por la emergencia de la marea alta, pero se deben concluir algunos detalles de la obra y resolver problemas técnicos El Moisés, con un costo superior a los 6 mil millones de euros, fue siempre muy polémico, con infinitos debates y discusiones.

Pero hoy la mayoría de los venecianos consideran que el proyecto mereció la pena, aunque se podía haber concluido mucho antes, como ha destacado el patriarca de Venecia, Francesco Moraglia: «Es un día de esperanza, con algunas reflexiones también sobre el hecho de que este resultado podría haberse obtenido en un tiempo mucho más corto».

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El sistema MOSE o simplemente MOSE (del italiano MOdulo Sperimentale Elettromeccanico, en español, «Módulo experimental electromecánico») es un sistema destinado a la protección de la ciudad de Venecia y de su laguna del fenómeno de mareas llamado acqua alta. El sistema posee 78 compuertas hidráulicas de tipo basculante colocadas en las tres bocas que conectan la Laguna de Venecia con el mar Adriático emplazadas en Lido, Malamocco y Chioggia sobre la barra arenosa de unos 30 km de largo que define la laguna. El sistema MOSE fue probado por primera vez el 10 de julio de 2020, y fue utilizado para contener las inundaciones por primera vez el 3 de octubre del mismo año.

Durante las mareas bajas las compuertas permanecen abiertas, apoyadas en un receptáculo situado en el fondo, permitiendo así el movimiento natural del agua, entre la laguna y el mar, con un mínimo de interacción. Cuando se tiene una previsión de marea mayor que 1,10 m sobre el nivel medio del mar, se inyecta aire al interior de la compuerta, el aire expulsa el agua que había en su interior y así la compuerta hueca, siendo más liviana, se eleva hasta alcanzar una inclinación de 45 grados, bloqueando de esta forma la entrada de agua proveniente desde el mar Adriático al interior de la laguna. Con este sistema se puede alcanzar un desnivel de hasta 1,6 m entre el mar y la laguna. Al terminar la marea (la duración media de los eventos más críticos ha sido de 4 horas y media), las compuertas se llenan nuevamente de agua, lo que las hace descender hasta apoyarse en sus receptáculos en el fondo.

La construcción de MOSE fue autorizada por el "Comitatone" en abril del 2003 y las tareas comenzaron ese mismo año en los diversos sitios previstos. Los trabajos comenzaron simultáneamente y en paralelo en las tres entradas del Lido, Malamocco y Chioggia. En talleres se construyeron las estructuras metálicas (compuertas, accionamientos y sistemas de control y operación). En su pico unas 4000 personas trabajaban en el sitio de construcción de MOSE. Las oficinas de operación y mantenimiento del sistema se han emplazado en el sector en desuso de lo que fuera en la Edad Media el Arsenal de Venecia.

La construcción de MOSE en las entradas requirió de una organización logística compleja. Estas se encuentran en un contexto medioambiental muy delicado para evitar en la medida de lo posible interferir con el entorno. Los sitios se instalaron en áreas temporales de agua con el fin de limitar la ocupación del terreno adyacente a las ensenadas y reducir en la medida de lo posible el efecto sobre las actividades que allí se desarrollaban. Los materiales (por ejemplo, suministros del sitio) y las máquinas también se movilizaron por mar para evitar sobrecargar el sistema de carreteras a lo largo de la costa.

Si bien inicialmente el presupuesto del proyecto fue de 1300 millones de Euros, se estima el costo total del sistema MOSE en €7000 millones de Euros. En enero del 2019 se instaló en su sitio la última de las 78 compuertas. En noviembre del 2019 el proyecto tenía un grado de avance del 94% y se estimaba estuviera totalmente terminado hacia finales del 2021, como así a sido.

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A mediados de 2014, el entonces alcalde Giorgio Orsoni y otras 32 personas fueran detenidas por corrupción. Las detenciones alcanzaron a numerosos cargos de todo el arco parlamentario, desde el Partido Democrático al que pertenece el alcalde hasta Forza Italia. Se les acusaba de haber desviado más de 20 millones de euros del presupuesto público de las obras a sus bolsillos privados. El escándalo undió a los venecianos en la estupefacción. Y todo por culpa del agua. Es sabido que Venecia se hunde cada día un poco porque está asentada sobre islotes y millones de estacas que descansan en un fondo de limo. La alarma cundió al observarse que este proceso, conocido y temido desde hace décadas, avanzaba más rápidamente de lo previsto. En concreto, el suelo se hunde a razón de dos milímetros cada año, cuando se estimaba que lo hacía cuatro centímetros... por siglo. Pero el problema no es este declive del suelo y su ligero escoramiento hacia el Este, sino el efecto combinado con el leve aumento del nivel del mar a causa del cambio climático.

La sinergia de ambos factores es lo que ha sembrado la inquietud sobre el futuro de la ciudad. Y más desde que los científicos no paran de modificar al alza los efectos del calentamiento global. Para evitar que la ciudad sucumba se ideó un ambicioso plan para construir 78 compuertas capaces de cerrar los tres grandes pasos de agua que unen la laguna de Venecia y el mar abierto. Se le llamó Proyecto Moisés, no por el personaje de la Biblia, sino por las siglas MOSE (módulo experimental electromagnético). El plan Moisés, iniciado en 2007, ha resultado ser una obra faraónica que ya llevaba aquel año gastados cinco veces los 10.000 millones de euros inicialmente presupuestados y nunca ha dejado de generar polémica.

Algunos técnicos ponen incluso en duda que llegue a ser eficaz. Las compuertas deben cerrarse cada vez que la marea suba por encima de un cierto nivel, cosa que ocurre 180 veces al año. Eso significa que durante ese tiempo la ciudad de los canales puede convertirse en una ciénaga a cielo abierto.

Durante el 2019 se vivió la segunda peor inundación de Venecia en su historia, alcanzando 187 cm de altura. La peor inundación tiene un registro de 194 cm, ocurrida en 1966. Acqua Alta es como se conoce a las mareas altas que ocurre con frecuencia en la Laguna de Venecia, Italia, afectando principalmente a Venecia y Chioggia. El fenómeno se da entre el otoño y la primavera. El 31 de octubre de 2004 las aguas alcanzaron 135 cm y se inundó el 80% de la ciudad. En diciembre de 2008, tormentas provenientes del Adriático produjeron una inundación que marcó un registro de 156 cm.

Venecia fue fundada en el siglo V, aprovechando su particular geografía, que le daba protección contra los ataques de los pueblos germanos. Inicialmente se encontraba bajo el gobierno del Imperio romano de Oriente, pero poco a poco llegó a independizarse de aquel. Durante varios siglos, constituida en ciudad-estado, se especializó en la navegación y desarrolló un poderío marítimo que le permitió dominar el comercio mediterráneo. Debido a su ubicación en la encrucijada entre grandes imperios, ocupó una posición dominante en el comercio con los reinos de China e India. Hasta 1797 fue capital de la República de Venecia (conocida como La Serenissima) y, con sus 180 000 habitantes, una de las ciudades más pobladas de Europa. Al frente de la ciudad, a pesar de constituirse nominalmente como república, se encontraba una especie de monarquía electiva (el dux o dogo), quien dirigía junto a otros órganos de gobierno la vida de la ciudad y de sus posesiones. Después de una época de dominación francesa y austriaca, Venecia fue incorporada a Italia en 1866. Desde su fundación, la ciudad ha sufrido los efectos de inundaciones periódicas. En la actualidad la ciudad afronta una grave amenaza por las repetidas inundaciones. En primavera y otoño tiene lugar la llamada acqua alta (marea alta), dos veces al día, que inunda completamente la plaza de San Marcos.

La arquitectura de la ciudad experimentó un periodo especialmente brillante durante el Renacimiento, con arquitectos como Mauro Codussi, Pietro Lombardo, autor de bellísimas iglesias, y Jacopo Sansovino, que construyó la monumental Biblioteca Marciana. Andrea Palladio y Vincenzo Scamozzi también dejaron obras notables en la Venecia renacentista. Posteriormente destacará Baldassare Longhena.

En Venecia nació Antonio Vivaldi, una de las cimas de la música barroca, el 4 de marzo de 1678 (muerto en Viena el 28 de julio de 1741). Otro de los grandes de la música, Richard Wagner, falleció en la ciudad el 13 de febrero de 1883. Igualmente el gran compositor Ígor Stravinski, aunque murió en Nueva York, quiso que sus restos fueran llevados a Venecia y reposan hoy en el cementerio de San Michele. Todo ello es reflejo de la importancia de la ciudad no solo como lugar de origen de muchos genios, sino sobre todo como inagotable fuente de inspiración a lo largo de la historia de poetas, músicos, pintores y todo género de artistas.

En Venecia se encuentra uno de los coliseos de ópera más famosos del mundo, el teatro de La Fenice, que literalmente significa "Ave Fénix" y hace honor a su nombre, habiendo surgido de sus cenizas tras repetidos incendios, el último a finales del siglo xx. Fue lugar de estreno de algunas de las más famosas piezas del repertorio, entre ellas varias de Verdi. La ciudad también fue cuna de famosos escritores como Marco Polo (1254-1324) y su célebre libro Il Milione y Giacomo Casanova (1725-1798) con su autobiografía, Histoire de ma Vie (Historia de mi vida), que vincula su estilo de vida a la propia ciudad de Venecia. En teatro, destacaron dramaturgos que incorporaron la tradición de teatro italiano de la Comedia del arte pero usando el dialecto veneciano en sus comedias, como Carlo Goldoni.

Desde 1895 la ciudad alberga la Bienal de Venecia, nombre usado normalmente para referirse a la Exposición Internacional de Arte de Venecia, que incluye el Festival Internacional de Cine de Venecia, nacido el 1932. Ambos acontecimientos son los primeros y más antiguos de su clase que todavía se realizan. Otros eventos relacionados con la Bienal son la Exposición Internacional de Arquitectura de Venecia, el Festival de Teatro, el Festival de Danza contemporánea y el Festival de Música contemporánea. Por su antigüedad y prestigio, actualmente la Bienal es una de las citas más importantes de arte contemporáneo en el mundo. El inmenso acervo cultural de Venecia, resumen de su historia milenaria, fue reconocido por la Unesco con la distinción de Patrimonio de la Humanidad en el año 1987 para el casco histórico de la ciudad y la laguna.

Sin duda alguna, la fiesta más popular de Venecia es el Carnaval. Oficialmente se declaró como festividad suprema durante el siglo XIII. Sin embargo, fue en el siglo xviii cuando el carnaval veneciano alcanzó su máximo esplendor. A él acudían viajeros y aristócratas de toda Europa, en busca de diversión y placer. Con la decadencia de Venecia como poder mercante y militar, el carnaval palideció hasta casi desaparecer. Se recuperó algo a finales del siglo XX, con la llegada masiva de turistas a la ciudad, aunque las grandes épocas de diversión desenfrenada quedaron atrás. Durante siglos, el carnaval fue la vía de escape de los ciudadanos para evadirse del gran control del gobierno veneciano. Con la ocupación de Venecia por el ejército de Napoleón, el carnaval quedó prohibido por miedo a las conspiraciones, aprovechando el incógnito. No se recuperó hasta 1979. Durante los diez días que dura, la gente se disfraza y sale a la calle a pasear y a hacerse fotos, ya sea en desfiles organizados o improvisados. Mayoritariamente, los disfraces son elaborados trajes coloridos de época del siglo xvii veneciano, imitando los modelos de pinturas antiguas y cubriendo el rostro con máscaras muy decoradas, que se han convertido en uno de los símbolos de la ciudad. Durante el carnaval también se organizan muchos eventos y fiestas.

Amantes enmascarados del Carnaval de Venecia.

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Nota de prensa, 9 de diciembre de 2020:

Vuelve la alarma a Venecia, con el centro histórico bajo el agua. Ni siquiera el Moisés la ha salvado del «acqua alta». Un error en las previsiones y un cambio climático imprevisto motivaron que no se activaran las 78 compuertas del llamado proyecto Moisés, el sistema contra las inundaciones de la ciudad de los canales.

Los expertos del Centro de las previsiones de mareas del ayuntamiento veneciano habían calculado que la marea alcanzaría los 125 centímetros. Pero a causa del viento el agua alta llegó a los 138 centímetros, a las 16:45 de este martes, viéndose inundada media ciudad. El Moisés (en italiano MOSE, Módulo Experimental Electromecánico), una obra faraónica iniciada en el año 2003 que deberá estar concluida finalmente en diciembre del 2021, fue probado el pasado 3 de octubre con resultados positivos. Está previsto que hasta el final de las obras, las compuertas del Moisés solo se elevarán cuando las mareas superen los 130 centímetros. Pero esta vez no se pudieron activar porque no se trata de apretar un simple botón, sino que la alerta se debe dar con una antelación de 48 horas.

Ese tiempo, desde que se da la alerta hasta que la marea alcanza el pico más alto, permite emitir las ordenanzas para la navegación y convocar los equipos operativos. Si las previsiones, como en esta ocasión, son erróneas, el plan se va al garete.

«La situación es terrible, estamos bajo el agua de una manera dramática», ha dicho Carlo Alberto Tesserin, procurador de la basílica de San Marcos. El atrio o vestíbulo de la catedral patriarcal de Venecia está completamente inundado, al igual que sus mosaicos. «Si el nivel vuelve a subir -añadió Tesserim- las capillas internas también se inundarán». La indignación ha vuelto a ser grande en Venecia, porque se esperaba, como se había prometido, que Venecia iba a parar al mar, gracias a esta gran obra de ingeniería, cuyo coste ha superado los 6.000 millones de euros. Pero se ha descubierto que el talón de Aquiles del sistema de compuertas móviles es la precisión de los pronósticos. Si no son correctas las previsiones de los expertos, el sistema no se puede utilizar, porque son necesarias varias horas para permitir que entre en funcionamiento.

Lido, Malamocco y Chioggia. Las tres bocas de la laguna.

Las normas para activarlo tendrán que cambiar, para proteger la parte más baja de la ciudad, incluyendo San Marcos y la Basílica. Para salvarlas, las barreras del Moisés deberían elevarse cuando el agua alta llega de 80 a 85 centímetros. En 2018, esta zona se vio afectada 121 veces por el agua alta que llegó hasta los 110 centímetros, por lo que los administradores de la basílica de San Marcos están considerando qué medidas especiales pueden poner en práctica para proteger este patrimonio universal. El procurador de la basílica de San Marcos, Carlo Alberto Tesserim, pide con urgencia que se cambien las reglas: «Necesitamos modificar el límite para levantar las compuertas del Moisés, porque incluso a 115 centímetros (ahora se elevan a partir de 130 cm) el problema de la Basílica no está resuelto: es necesario levantar toda la plaza de San Marcos; además, nuestro proyecto debe ser aprobado en poco tiempo para la barrera transparente y temporal frente a la Basílica que tenemos preparada desde hace tiempo; se debe hacer antes de que sea demasiado tarde».

El presidente de la Asociación Plaza San Marcos, Claudio Vernier, gerente de un bar heladería, considera dramática la situación: «Es vergonzoso no considerar esto como una marea excepcional. El martes existía ya el pronóstico de al menos 125 centímetros de pico en la marea alta. Tener el Moisés y no usarlo es absurdo porque 5 centímetros de agua en Venecia lo cambia todo. Y si el agua llega a los 145 centímetros, solo yo tendré al menos 15.000 euros en desperfectos», declara Vernier a La Repubblica. Ante la indignación de los venecianos, su alcalde Luigi Brugnaro ha prometido esta noche que se activará el Moisés en las próximas horas en previsión del pico que alcanzará mañana la marea.

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Altinum (actual Altino, una frazione de Quarto d'Altino) es el nombre de una antigua ciudad costera de los vénetos en la provincia de Venecia, 15 km al sureste de Tarvisium (actual Treviso), en Italia, al borde de los lagos. Está registrado que fue muy rica. Situada en la costa este del país, en la desembocadura del río Silis, fue destruida primero por Atila en 452 y abandonada gradualmente por sus habitantes, que buscaron refugio en las islas de la laguna, como Torcello y Burano, en la zona donde más tarde se construiría Venecia. Altino tiene actualmente unos 100 habitantes y un museo histórico.

Altinum era bella y estratégica. Los hallazgos e inscripciones funerarias vénetas muestras que fue un núcleo tan pronto como el siglo V a. C. Creció en importancia con la romanización de la región y específicamente con la construcción de la Via Annia (131 a. C.), que la atravesaba, comunicando Atria con Aquilea. Al final de la República, Altinum se convirtió en un municipium cuyos ciudadanos fueron adscritos a la tribu romana de Scaptia. Augusto y sus sucesores le dieron aún más importancia con la construcción de la Via Claudia Augusta, que empezaba en Altino y alcanzaba las limes del noreste del Danubio, una distancia de 350 km, aparentemente por el camino del lago de Constanza. El lugar, pues, pasó a tener una considerablemente importancia estratégica y comercial, y el clima comparativamente suave (considerando su ubicación) llevó a la edificación de villas que Marcial compara con las de Bayas. Lucio Vero murió allí en el año 169 d. C. Altinum se convirtió en obispado al menos desde el siglo V, siendo el primero obispo Heliodoro de Altino (Eliodoro). Sobre el 452, Atila el Huno capturó la ciudad y quemó su mayor parte, junto con varias otras ciudades cercanas. Los supervivientes se refugiaron en las islas de los lagos, fundando asentamientos que terminarían conociéndose como Venecia. En el 568 fue conquistada por los lombardos, cuya dominación ocasionó más migraciones hacia la Laguna Veneta. La diócesis católica fue trasladada a Torcello en 647. En los siglos X y XI la región de Altinum fue abandonada totalmente. En el siglo XV apareció un nuevo asentamiento que se convertiría en el cercano Quarto d'Altino. La actual frazione de este último fue fundada en el siglo XIX.

Los cimientos de la ciudad fueron descubiertos en 2009, cerca del aeropuerto Marco Polo, 11 km al norte de Venecia.

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