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16 - Mayo - 2020
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El batiscafo ruso Vitiaz alcanzó el punto más profundo del planeta, conocido como la Fosa de las Marianas, donde colocó un banderín con ocasión del 75 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, según informó la Fundación de Investigaciones Avanzadas a medios locales.

Vitiaz estableció el 8 de mayo un nuevo récord mundial para un aparato submarino autónomo y no tripulado al posarse a 10.028 metros de profundidad al primer intento. La inmersión se prolongó por espacio de tres horas, tiempo durante el que el aparato grabó imágenes del fondo marino y realizó también un análisis cartográfico de esta zona del océano Pacífico. La comunicación entre el batiscafo y la superficie se efectuó en tiempo real y a través de canales hidroacústicos. La Fundación de Investigaciones Avanzadas destacó que, a diferencia de otros aparatos submarinos que alcanzaron el fondo de los mares -el japonés Kaiko y el estadounidense Nereus-, el Vitiaz funciona de manera totalmente autónoma. «Gracias al empleo de elementos de inteligencia artificial en el sistema de mando del aparato, éste puede eludir de manera autónoma obstáculos en su camino, encontrar una vía de salida en espacios reducidos…», explicó.

El viceprimer ministro ruso, Yuri Borísov, destacó que la inmersión del Vitiaz es un «gran logro» tanto de la ciencia como para la industria de defensa nacional. Vitiaz toma el nombre del buque soviético de investigación científica que determinó en 1957 el lugar más profundo de la Fosa de las Marianas: 11.022 metros. Hace un año el estadounidense Victor Vescovo estableció un nuevo récord mundial al llegar con su sumergible a una profundidad de 10.935 metros en los riscos de las Marianas, veinte metros más que la marcha que ostentaba desde 2012 el cineasta James Cameron.

Imagen del batiscafo.

Anteriormente el explorador y millonario estadounidense Victor Vescovo descendió a casi 11.000 metros en la Fosa de las Marianas y observó que también en estas aguas se acumula basura humana. En la inmersión más profunda realizada por un ser humano dentro de un batiscafo o pequeño submarino especialmente diseñado para soportar grandes presiones, el inversionista y explorador de Texas encontró algo que pudo haber observado en la cuneta de casi cualquier calle del mundo.

Victor Vescovo, un oficial naval retirado cofundador y socio administrativo de la compañía de capital privado Insight Equity Holdings, ha explicado que hizo el inquietante descubrimiento al descender casi 10.928 metros en aguas de la Fosa de Marianas del Océano Pacífico (al sureste de las islas Marianas, cerca de Guam al este de Filipinas), que es el lugar más profundo de la Tierra. Su buceo marcó el récord de unos 16 metros mayor profundidad que el descenso más profundo en estas condiciones, establecido en 1960. Vescovo encontró especies por descubrir mientras visitaba lugares a los que ningún humano había ido antes. En una ocasión, pasó cuatro horas en el suelo de la profundad marina, observando la vida oceánica que iba desde antrópodos con forma de camarón con patas largas y antenas hasta “cerdos de mar” translúcidos, similares a un pepino de mar.

También vio objetos angulares de metal o plástico, uno con escritura en él. ”Fue muy decepcionante ver la contaminación humana obvia en el punto más profundo del océano”, dijo Vescovo en una entrevista concedida a Reuters.

Según las Naciones Unidas, los desechos plásticos han alcanzado proporciones epidémicas en los océanos del mundo, con un estimado de 100 millones de toneladas vertidas allí hasta la fecha. Los científicos han encontrado grandes cantidades de micro plástico en las entrañas de los mamíferos oceánicos que habitan en las profundidades, como las ballenas.

Descubrir restos de origen humano en la zona más profunda del océano debe hacer reflexionar a nuestra especie sobre los daños que causamos al planeta.

Victor Vescovo descubrió esta partícula de posible origen humano.

Victor Vescovo esperaba que su descubrimiento de la basura en la Fosa de las Marianas aumentara la conciencia sobre el vertido en los océanos y presionara a los gobiernos para que hicieran cumplir las regulaciones existentes, o estableciera otras nuevas. ”No es un gran depósito de recolección de basura, a pesar de que se trata como tal”, dijo Vescovo sobre los océanos del mundo.

Fue la tercera vez que los humanos se sumergieron en el punto más profundo del océano, conocido como Challenger Deep. El cineasta canadiense James Cameron fue el último en visitar en 2012 en su submarino, alcanzando una profundidad de 10.908 metros. Antes de la inmersión de Cameron, la primera expedición a Challenger Deep fue realizada por la Armada de los Estados Unidos en 1960 (con el oficial Don Walsh como protagonista), alcanzando una profundidad de 10.912 metros, indica Reuters.

Otra muestra de porqueria humana a gran profundidad.

El 23 de enero de 1960 Jacques Piccard fue el segundo en alcanzar la máxima profundidad marina en un batiscafo denominado “Trieste” diseñado y construido por su padre Auguste Piccard también ingeniero y explorador. Lo hizo acompañado del teniente de la Marina estadounidense Donald Walsh en la fosa de las Marianas alcanzando el lecho del océano. La profundidad del descenso fue calculada en 10.916 metros (35.813 pies), pero unas mediciones hechas en 1995 determinaron un nuevo valor, y se calculó la profundidad real del Challenger Deep en 10.911 m. El descenso tardó cinco horas y los dos hombres estuvieron en el fondo oceánico cerca de veinte minutos antes de la subida, que demoró 3 horas y 15 minutos. El 26 de marzo de 2012, el director de cine James Cameron repitió la hazaña con un mini-submarino, logrando el récord de inmersión en solitario en la fosa Challenger.

Cuando hablamos de turismo submarino nos imaginamos parapetados con un traje de neopreno y una bombona de oxígeno listos para explorar los misterios de los mares. Pero existe otro tipo mucho más relajado que se puede realizar con ropa cómoda mientras se disfruta de un refresco. Por este último formato aboga el fabricante de submarinos privados Triton con algunos de sus desarrollos que buscan llevar el turismo submarino a otro nivel. La última de las creaciones es un vehículo diseñado íntegramente para el disfrute de sus pasajeros pudiendo albergar hasta 24. Triton Submarines, con base en la estadounidense Florida, comenzó sus andaduras en el 2007. Estos 13 años les han permitido posicionarse como una compañía importante en el mundo de los submarinos privados consiguiendo incluso algunos récords de inmersión.

El DeepView 24, como así se llama, promete hacer las delicias de sus ocupantes está fabricado casi completamente en cristal. La tripulación al mando compuesta por un piloto y un copiloto puede descender hasta 100 metros de profundidad gracias a los cristales de 14 centímetros de grosor, tal y como recogen en New Atlas. El modelo 24 corresponde con la primera aproximación a un nuevo concepto de submarinos que el fabricante está desarrollando, capaces de albergar desde 12 hasta 66 ocupantes.

Se basan en una fórmula modular a la carta del comprador. Se van añadiendo 'anillos' de seis asientos hasta alcanzar las 66 plazas como máximo. El modelo de 24, como referencia, tiene una longitud de 15,4 metros y un peso de 55 toneladas. Para mantener unos ascensos y descensos estables, el sistema elegido por Triton para el DeepView utiliza un lastre variable de 1.800 kilogramos además de un lastre principal fijo de 4 toneladas. Además, tanto propulsión como la dirección son eléctricas empleando dos motores de 20 kW como planta principal y 4 motores de 12.6 kW como auxiliares.

La batería de plomo-ácido (nada de ion litio en este caso) consigue almacenar 240 kWh proporcionando hasta 14 horas de turismo submarino. Más que suficiente para unos cuantos paseos bajo las aguas en un día. La velocidad máxima es de 3 nudos (algo más de 5 kilómetros por hora). Una de sus bazas se encuentra en la cubierta superior donde se ha diseñado una escotilla especial adecuada para "pasajeros con movilidad reducida", según anuncia la marca. Según Triton, el primer DeepView 24 lo ha construido para una cadena de resorts de lujo en Vietnam.

Triton Submarines también tiene entre sus logros el haber diseñado y construido el DSV Limiting Factor. Una especie de ascensor que baja hasta profundidades jamás visitadas por un humano en persona. El año pasado, consiguió descender al Abismo de Challenger, situado dentro de la reconocida Fosa de las Marianas, en el océano Pacífico.

El sumergible DSV Limiting Factor está diseñado para albergar a dos ocupantes por un periodo máximo de 4 días sin que necesiten de ayuda exterior. La hazaña lograda en 2019 consiguió descender a un humano a 10.928 metros de profundidad rompiendo el récord situado en 10.912 metros logrado en 1960. La ficha técnica certificada del sumergible pone el límite en los 11.000 metros de profundidad. La hoja de especificaciones recoge que el DSV Limiting Factor ha sido probado con una presión equivalente a 14.000 metros, ofreciendo un margen de seguridad prudente. En el interior hay espacio suficiente para un piloto y una persona, el grosor del caso está fabricado con una aleación de titanio y mide 9 centímetros de espesor.

La batería principal de 65 kWh puede acumular energía para 96 horas de inmersión y puede extenderse otras 106 horas en modo de soporte vital de emergencia. La velocidad de desplazamiento lateral es de 5 kilómetros por hora y la de descenso alrededor de 2 kilómetros por hora.

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