| Nigeria, el último país de África subsahariana 
                    en notificar un caso de polio, lleva tres años sin un nuevo 
                    registro de la enfermedad, lo que es un primer paso para certificar 
                    a toda la región libre de esta enfermedad, han informado la 
                    Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades nigerianas. 
                    Esta dolencia infecciosa, causada por un virus, no tiene cura, 
                    pero es prevenible por vacuna. Los síntomas incluyen fiebre, 
                    fatiga, vómitos, dolor de cabeza, y puede llegar a causar, 
                    en algunos casos, parálisis en las extremidades. A pesar de 
                    este "gran paso", el director ejecutivo de la agencia nigeriana 
                    de desarrollo para la salud (NPHCDA), Faisal Shuaib, ha pedido 
                    tomarse esta noticia con "una cauta euforia". "El logro evidentemente 
                    no hubiera sido posible sin las nuevas estrategias adoptadas 
                    contra la poliomielitis y otras enfermedades prevenibles por 
                    vacunación", ha subrayado Shuaib en un comunicado. El último 
                    brote de polio en Nigeria —y en todo lo que la OMS considera 
                    región africana, que no incluye algún país subsahariano como 
                    Somalia o Sudán del Sur— se declaró en 2016 en el noreste 
                    del país. Nigeria ya fue excluida de la lista de países 
                    endémicos en 2015, pero dos años después se produjo un rebrote. 
                    Los casos reportados entonces por las autoridades nigerianas 
                    fueron los de dos niños afectados por parálisis flácida y 
                    se produjeron en el Estado de Borno, al nordeste del país, 
                    que es una zona azotada por un conflicto con el grupo yihadista 
                    Boko Haram donde las campañas de vacunación no se pudieron 
                    llevar a cabo. De hecho, aquella primera vez que Nigeria fue 
                    declarada libre de polio, desde la OMS se advirtió que en 
                    amplias áreas de los estados controlados por los terroristas 
                    no se habían podido realizar las campañas ya que no solo tenían 
                    los territorios bajo control, sino que incluso habían señalado 
                    a los vacunadores como uno de sus objetivos. La OMS en aquel 
                    momento temió que el virus pudiera estar circulando fuera 
                    de control y que se produjeran nuevos contagios, algo que 
                    finalmente no se ha producido. Desde aquella notificación, Nigeria ha llevado 
                    a cabo "esfuerzos loables" para acabar con el virus, según 
                    el encargado de la OMS en el país, Peter Clement. Desde 2012, 
                    prácticamente se ha quintuplicado la cantidad de voluntarios 
                    que participan en la movilización de comunidades durante las 
                    campañas de inmunización. Una vez cumplidos los tres años 
                    sin nuevos casos, el país tendrá que dar los últimos datos 
                    sobre la enfermedad en marzo de 2020, y si se comprueba que 
                    no ha habido ningún contagio, la región entera será declarada 
                    libre de polio a mitad de 2020, dejando solo a la zona del 
                    Mediterráneo oriental —que incluye el norte de África, Oriente 
                    Medio y Lejano oriente— como la única con casos de la enfermedad 
                    en todo el mundo. En el resto del mundo, la enfermedad aún 
                    está presente en Pakistán y Afganistán. 
 Un joven con una gorra que llama a acabar con 
                    la polio, durante la conferencia en Abuja (Nigeria) en la 
                    que se anunciaba que se cumplían tres años sin nuevos casos 
                    en el país. AFOLABI SOTUNDE REUTERS EFE  Gobiernos de todo el mundo y otros donantes, 
                    prometieron en 2017, 1.200 millones de dólares para ayudar 
                    a completar una lucha que ya lleva 30 años contra la poliomielitis. 
                    En su peor momento, la epidemia de polio llegó a causar 350.000 
                    parálisis infantiles al año. Pero en 2016 solo se informó 
                    de 37 casos y aquel año el número se mantiuvo en seis. 
                    Por más impresionantes que sean estos avances, la victoria 
                    contra la polio todavía no está asegurada. Y hay un factor 
                    que será determinante para el éxito: las mujeres vacunadoras. Las mujeres llevan mucho tiempo en la vanguardia 
                    de la lucha mundial contra la polio. En lugares como las zonas 
                    tribales de Pakistán, es común que no se permita el ingreso 
                    de vacunadores varones desconocidos a las casas; pero las 
                    trabajadoras sanitarias pueden entrar y ofrecer otros servicios 
                    sanitarios básicos.  En los lugares donde la polio aún persistia 
                    en aquellos años (Pakistán, Afganistán y Nigeria), 
                    las vacunadoras como Deepika trabajaban sin descanso para 
                    llegar a cada niño. Esta "última milla" era la campaña global 
                    para erradicar la enfermedad. Según un informe publicado en 
                    aquella época, más de un millón de niños estaban sin 
                    vacunar, de los que 858.000 estaban en Pakistán. 
                    
                      | The World Bank es una de las mayores fuentes de financiación 
                          y conocimiento del mundo para los países en desarrollo. 
                          Sus cinco instituciones comparten el compromiso de reducir 
                          la pobreza, aumentar la prosperidad compartida y promover 
                          el desarrollo sostenible. The ‘last mile’, fue la gran campaña para la 
                          erradicación mundial de la poliomielitis. Hace treinta años, la poliomielitis afectaba a casi 
                          350.000 personas al año en 125 países. En 2017, el poliovirus 
                          estaba circulando en solo dos países, Afganistán y Pakistán, 
                          donde se reportaron cinco casos nuevos en 2017. Pero 
                          el progreso para eliminar la poliomielitis en la región 
                          ha sido difícil, particularmente en el noroeste de Pakistán, 
                          un área afectada por inundaciones mortales, conflictos 
                          en curso y ataques contra los trabajadores de la salud 
                          de la vacuna. En muchos países en desarrollo, y en Pakistán 
                          en particular, las barreras para mejorar el desempeño 
                          de inmunización de rutina no son solo financieras sino 
                          sistémicas. Aunque Pakistán ha hecho grandes avances 
                          en la prestación de servicios, la cobertura de inmunización 
                          en el país se ha estancado desde la década de 1990, 
                          con una proporción de niños que están completamente 
                          inmunizados que oscila entre el 16% en Baluchistán y 
                          el 82% en Punjab , y varía considerablemente entre las 
                          divisiones socioeconómicas. Para muchos países donde se ha eliminado la poliomielitis, 
                          se ha logrado el éxito a través de fuertes programas 
                          nacionales de inmunización rutinarios que incluyen una 
                          vacuna contra la polio. Para alcanzar y mantener la 
                          interrupción de la transmisión del poliovirus en Pakistán 
                          y Afganistán, fueron esenciales estos programas, con 
                          una cobertura alta y equitativa. La comunidad internacional 
                          ha realizado una gran inversión en la erradicación de 
                          la poliomielitis, incluidos más de 800 millones de dólares 
                          del Grupo World Bank desde 2003. Más de un tercio de 
                          la inversión ha sido en Pakistán. Pero sabemos que la 
                          poliomielitis en cualquier lugar es una amenaza, y que 
                          esto es particularmente cierto en países con sistemas 
                          de salud débiles.  Por lo tanto, fortalecer los sistemas de salud y los 
                          programas de inmunización de rutina es imprescindible 
                          para salvaguardar las inversiones y los progresos realizados 
                          a nivel mundial. Uno de los aspectos más destacados 
                          del esfuerzo de erradicación mundial de la poliomielitis 
                          y el fortalecimiento de la inmunización han sido los 
                          esfuerzos financieros innovadores de muchos socios internacionales 
                          para el desarrollo, incluido el Rotary International, 
                          que apoyan los esfuerzos de los gobiernos en varios 
                          países.  Gavi, la Alianza de Vacunas, reúne a países, donantes, 
                          organizaciones de desarrollo, organizaciones de la sociedad 
                          civil y la industria de las vacunas, para aprovechar 
                          los recursos disponibles y los instrumentos financieros 
                          innovadores. Gavi también está en una posición única 
                          para realizar inversiones de impacto y agrupar la demanda 
                          de vacunas de países de bajos ingresos para reducir 
                          los precios de las nuevas vacunas. El Grupo World Bank 
                          está aportando mecanismos financieros innovadores y 
                          experiencia para ayudar a los países a forjar un camino 
                          hacia el financiamiento sostenible de la inmunización. 
                         La Fundación Gates ha sido un socio clave en la provisión 
                          de recursos financieros y técnicos para utilizar plenamente 
                          las herramientas proporcionadas por el Grupo World Bank 
                          . Pero las inversiones en inmunización global por sí 
                          solas no son suficientes para garantizar la erradicación 
                          de enfermedades como la poliomielitis. Los esfuerzos 
                          a nivel de país son fundamentales para tener éxito y 
                          Pakistán ofrece un buen ejemplo de país y socios que 
                          se unen para abordar integralmente la inmunización. 
                          
 La Fundación Bill y Melinda Gates es la fundación privada 
                          de caridad más grande del mundo.  El Programa Ampliado de Inmunización (EPI) del Gobierno 
                          de Pakistán, cuyo objetivo es inmunizar a todos los 
                          niños contra ocho enfermedades prevenibles por vacunación, 
                          incluida la poliomielitis, es una asociación conjunta 
                          entre el gobierno y los socios para brindar apoyo técnico 
                          y financiero para hacer realidad la inmunización de 
                          rutina para más de 5 millones de niños en Pakistán. 
                          En abril de 2016, el Grupo del Banco Mundial aprobó 
                          un crédito de 50 millones de dólares de la Asociación 
                          Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Grupo World 
                          Bank para ayudar a los países más pobres. El crédito 
                          ayudó a Pakistán a aumentar la disponibilidad 
                          de vacunas para enfermedades infecciosas, incluida la 
                          poliomielitis. Las actividades se centraron particularmente 
                          en niños menores de dos años en los hogares más pobres 
                          donde la cobertura de inmunización es más baja.  Como parte del Proyecto Nacional de Apoyo a la Inmunización 
                          (NISP), Pakistán aumentó el acceso a vacunas 
                          más novedosas.  La Fundación Bill y Melinda Gates también apoyó 
                          el proyecto a través de un innovador mecanismo de reducción, 
                          que permite la conversión parcial del crédito de la 
                          AIF en una subvención si el proyecto logra sus objetivos. 
                          Un enfoque similar en Nigeria tuvo similar éxito. 
                          En 2015, el país pudo interrumpir con éxito la transmisión 
                          de la enfermedad de la poliomielitis.  La inmunización en sí misma debe verse como un indicador 
                          clave y un servicio de salud fundamental de un sistema 
                          de salud funcional para lograr la Cobertura Universal 
                          de Salud (CUS). El Grupo World Bank ayuda a los países 
                          a fortalecer la sostenibilidad financiera del sector 
                          en su conjunto, brindando a más niños un acceso equitativo 
                          y asequible, a un paquete básico de intervenciones. 
                          La inmunización es a largo plazo la intervención más 
                          rentable para prevenir muchas de las enfermedades infecciosas 
                          graves de la infancia. No sorprende que los países que 
                          están más avanzados en el logro de la cobertura universal 
                          de salud también sean líderes en inmunización, ayudando 
                          a sus ciudadanos a disfrutar de una mejor salud y mejores 
                          medios de vida. 
 |  Los niños paquistaníes más inaccesibles son 
                    aquellos que viajan, visitando a diversos parientes mientras 
                    sus familias buscan una vida mejor, lo que a menudo implica 
                    cruzar la frontera con Afganistán. Algunos de estos niños 
                    reciben la vacuna en puestos de frontera, pero muchos no. 
                    Por eso el consejo supervisor propuso adoptar una estrategia 
                    distinta: no buscar a los niños en tránsito, sino allí donde 
                    residan, por corta que sea su estadía. Esto demandaba un profundo 
                    conocimiento local, para poder prever cuándo regresaria un 
                    niño al pueblo y enviar entonces a una vacunadora. ¿Y quiénes 
                    pueden estar mejor informadas al respecto que las mujeres 
                    de las comunidades necesitadas de este servicio? En el distrito paquistaní de Kohat, al sur de 
                    Peshawar, las vacunadoras ayudaron a reducir la cantidad de 
                    niños sin vacunar de 30.000 a 22.000, y la cantidad de rechazos 
                    a las vacunas de unos 4.000 a 400. Estas valientes y esforzadas 
                    mujeres hicieron su trabajo enfrentando grandes obstáculos 
                    que incluian la falta de seguridad para ellas mismas. Una 
                    trabajadora sanitaria contó en 2017 que desde hacía 
                    16 años iba de puerta en puerta para vacunar a niños contra 
                    la polio. Su familia le rogaba que lo dejara, pero ella siguió, 
                    alentada por el hecho de que en la zona donde vivia no había 
                    un solo caso de parálisis infantil desde hacia años. Pero 
                    en Quetta, el lugar de Pakistán con más niños vulnerables, 
                    había escasez de vacunadoras. En esa zona la cantidad 
                    de casos de polio confirmados iba en aumento. Las dos ciudades nos muestran cómo funcionaba 
                    el combate a la polio: el éxito o el fracaso dependia de las 
                    vacunadoras. Para mantenerlas en esta lucha, era esencial 
                    allanarles los obstáculos que enfrentaban, como la inseguridad 
                    personal, las restricciones sociales o la poca remuneración. 
 Las vacunadoras que desafían los prejuicios 
                    y transforman vidas en Bangladesh.  Desde que en 2014 Unicef comenzó a priorizar 
                    la contratación de mujeres para su programa de erradicación 
                    de la polio, la cantidad de vacunadoras creció en forma impresionante. 
                    Casi el 62% de quienes administran la vacuna en Nigeria son 
                    mujeres; porcentaje que en Pakistán es de un 58% y en Afganistán, 
                    30%. Aidan O’Leary, coordinador para Unicef de la campaña 
                    contra la polio en Pakistán, señaló: "Nuestras vacunadoras 
                    son las que están impulsando todo el avance operativo que 
                    hemos logrado". Es verdad que en esta lucha global hay otras 
                    personas involucradas, además de las vacunadoras. Líderes 
                    religiosos y locales han tenido un papel fundamental en promover 
                    la comprensión y la participación de la gente y, en ocasiones, 
                    las vacunadoras necesitan que las proteja personal policial 
                    y militar. Y, po r supuesto, la campaña no hubiera tenido 
                    continuidad sin compromiso político en las esferas más altas. 
                    Pero en última instancia, las mujeres de las comunidades interesadas 
                    conocen el terreno como nadie y son las mejor preparadas para 
                    cumplir la tarea. Completar la última milla demandará creatividad 
                    y tenacidad, y el apoyo de Gobiernos y donantes a estas mujeres 
                    que nos ayudarán a cruzar la línea de llegada hacia un mundo 
                    en el que nunca más enferme un solo niño de polio. 
                    
                      | La circulación de noticias falsas sobre supuestos efectos 
                          negativos de las vacunas ha llegado a India, donde la 
                          desinformación y las pobres infraestructuras que conectan 
                          su vasta geografía ya eran un problema logístico importante 
                          para el desarrollo del programa de inmunización más 
                          grande del mundo, que trata de cubrir a cerca de 444 
                          millones de menores. Solo en Bombay, capital económica 
                          del país y epicentro de la industria del entretenimiento, 
                          decenas de colegios impidieron en 2018 que los funcionarios 
                          sanitarios realizasen las campañas de vacunación “debido 
                          a rumores sobre sus posibles peligros" compartidos en 
                          WhatsApp, según un reportaje del Wall Street Journal. “Hemos recibido informes de comunidades reacias a vacunar 
                          a menores y actuamos en consecuencia”, confirmó 
                          el doctor Pradeep Haldar, comisario adjunto de la División 
                          de Inmunización del Ministerio de Salud de India. Aunque 
                          no se refiere a negativas de ningún centro escolar en 
                          particular. “No obligamos a vacunar a la población, 
                          pero reforzamos nuestras estrategias de comunicación 
                          en redes sociales y otros medios para acabar con mitos 
                          y creencias equivocadas”, explicó Haldar, que 
                          subrayó el esfuerzo realizado por la campaña 
                          nacional de vacunación india: se ha inmunizado a más 
                          de 310 millones de niños según datos del Gobierno, cuando 
                          apenas la mitad estaban vacunados en la década de los 
                          noventa. Ahora, una campaña de desinformación del movimiento 
                          antivacunas amenaza el esfuerzo de las autoridades sanitarias 
                          en India. Según la investigación realizada por el Wall 
                          Street Journal, el mensaje “No uses vacunas. Salva la 
                          vida de nuestros niños” está siendo compartido a través 
                          de WhatsApp, junto a enlaces sobre autismo y otras enfermedades, 
                          además de vídeos vinculados a cuentas estadounidenses 
                          de YouTube. En febrero de 2019, en Estados Unidos, la 
                          permisividad de Facebook (dueño de Whatsapp) con respecto 
                          a anuncios de "controversias sobre vacunas" para cerca 
                          de 900.000 interesados y la propaganda en canales privados 
                          provocó una respuesta de la compañía ante la presión 
                          de las autoridades sanitarias. 
 Una enfermera de la localidad india de 
                          Jamarasuan prepara una vacuna durante una campaña de 
                          inmunización infantil. UNICEF Un mes después, Facebook informaba de que la compañía 
                          había decidido tomar medidas contra las cuentas que 
                          patrocinaban engaños relativos a las vacunas identificadas 
                          por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro 
                          de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. 
                          La decisión se hizo extensiva a otras plataformas digitales. 
                          Así, Instagram también decidió bloquear esos contenidos 
                          y Amazon eliminó algunos documentales antivacunas de 
                          su servicio de retransmisión Prime Video tras un reportaje 
                          de CNN que informaba de la presencia de comentarios 
                          antivacunas en la web. En Mayo de 2019, aprovechando 
                          la semana mundial de inmunización y tras los brotes 
                          de enfermedades prevenibles con vacunas, el Fondo de 
                          la ONU para la Infancia (Unicef) inició la campaña #VaccinesWork 
                          (#VacunarFunciona) para concienciar a través de redes 
                          sociales sobre la importancia de proteger la salud de 
                          los menores. La organización insiste en que las campañas 
                          de vacunación contra el sarampión, la neumonía, el cólera 
                          o la difteria salvan tres millones de vidas anualmente, 
                          subraya que alrededor de 1,5 millones de niños murieron 
                          en 2017 debido a enfermedades para las que existen vacunas 
                          y alerta del “peligroso aumento de brotes de sarampión 
                          en países de rentas altas” debido, entre otras cosas, 
                          a “la desinformación en medios digitales y redes sociales”. 
                          Esto se une al escepticismo y a la falta de acceso a 
                          vacunas en países en vías de desarrollo. A pesar del ser uno de los mayores productores y exportadores 
                          de vacunas del mundo, India es hogar de casi un tercio 
                          de los 20 millones de niños sin inmunidad o vacunados 
                          deficientemente. Según informa Forbes India, el 44% 
                          de los menores del país no reciben cobertura completa, 
                          lo que hace que un millón mueran anualmente antes de 
                          cumplir cinco años. De acuerdo con los datos de Unicef, 
                          que se refiere a la situación de los países de rentas 
                          bajas como “crítica”, cerca de 2,9 millones de menores 
                          indios no han recibido la primera dosis contra el sarampión, 
                          convirtiéndolo en el segundo país del mundo con mayor 
                          proporción de población infantil sin inmunidad y donde, 
                          además, decenas de miles de bebés nacen con deformaciones 
                          por la rubeola. De los más de 1.250 millones de habitantes 
                          del subcontinente indio, un 65% de la población habita 
                          en zonas rurales con pobres sistemas educativos y de 
                          infraestructuras.  Allí, las vacunas son vitales para evitar brotes. Y 
                          las campañas de sensibilización, imprescindibles para 
                          acabar contra prejuicios y creencias equivocadas. Pero 
                          la desinformación sobre la importancia de la inmunización 
                          de la población vulnerable también afecta a las grandes 
                          ciudades. A comienzos de 2019, más de 300 escuelas privadas 
                          de Nueva Delhi, capital de India, optaron por no participar 
                          en la campaña contra el sarampión y la rubeola (MRV, 
                          en sus siglas en inglés) alegando falta de confianza. 
                          También en febrero de ese año, el Ayuntamiento 
                          de Bombay, responsable de la inmunización local, amenazó 
                          con cancelar la licencia de 16 escuelas públicas y privadas 
                          ante su negativa a participar en el programa de vacunas. 
 El escepticismo de algunas comunidades locales indias 
                          se agrava con la reciente llegada de campaña antivacunas 
                          en WhatsApp, una información difícil de controlar y 
                          al que 300 millones de nuevos usuarios, con escasa educación 
                          digital, tienen acceso gracias a la llegada de internet 
                          a casi todos los rincones de la geografía india en los 
                          últimos años. A diferencia de Facebook y otras redes 
                          sociales, donde el contenido público puede ser supervisado, 
                          WhatsApp es una aplicación de mensajería personal. Según 
                          un estudio de la BBC, el 72% de sus usuarios en India 
                          encuentran dificultades para diferenciar contenidos 
                          falsos en la red de mensajería por excelencia, donde 
                          el 37% de los mensajes están relacionados con conspiraciones 
                          tecnológicas. La campaña antivacunas no ha originado 
                          reacciones en India, por ahora, aunque el país no es 
                          ajeno a la repercusión de noticias falsas en WhatsApp. 
                         A principios de 2018, un aluvión de linchamientos a 
                          causa de bulos por las redes sociales causó varias decenas 
                          de muertos en el país. 
 El aire de Nueva Delhi está tan contaminado 
                          que respirarlo equivale a fumar 45 cigarrillos al día.  En el vecino Pakistán, una serie de ataques a trabajadores 
                          humanitarios a principios de 2019 hizo que cundiese 
                          el pánico ante una escalada de violencia contra los 
                          equipos sanitarios que intentan acabar con la polio. 
                          Es la tercera nación del mundo con mayor proporción 
                          de población infantil sin inmunidad, Pakistán es uno 
                          de los tres países que no ha acabado con la transmisión 
                          de esta enfermedad debido a la desconfianza, inflamada 
                          por las alegaciones de que la inteligencia estadounidense 
                          habría usado una campaña de vacunación falsa para encontrar 
                          a Bin Laden. |  
 Minda Dentler sobrevivió a la polio y es una 
                    activista para la salud mundial. En 2013 fue la primera atleta 
                    mujer en silla de ruedas que completó el Ironman World Championship, 
                    en Hawái. 
                    
                      | Hace unos años, parecía que la campaña global para 
                          erradicar la poliomielitis se había estancado. Tras 
                          décadas de trabajo continuo, el virus seguía siendo 
                          endémico en Pakistán, Afganistán y Nigeria. Luego, en 
                          2013 y 2014, se descubrió que había vuelto a aparecer 
                          en siete países africanos y de Oriente Medio de los 
                          que ya había sido erradicado, lo que motivó a la Organización 
                          Mundial de la Salud a declarar una “emergencia de salud 
                          pública de importancia internacional”. A pesar de este 
                          retroceso, el mundo hoy está más cerca que nunca de 
                          erradicar la polio. En 2015, hubo solo 74 casos nuevos: 
                          80% menos que el año anterior, y el total anual más 
                          bajo de la historia. Y todos se concentraron en solo 
                          dos países: 54 en Pakistán y 20 en Afganistán. En 2016 
                          se encarrilaron dieciocho meses sin que el virus se 
                          detectara en África. Los motivos detrás de este avance 
                          notable son aleccionadores, y muestran los desafíos 
                          a los que se enfrenta el personal sanitario y el mejor 
                          modo de superarlos. 
 Los obstáculos contra la erradicación de la polio ya 
                          no son médicos: allí donde los programas de vacunación 
                          pueden trabajar sin impedimentos, no hay polio. De 2010 
                          a 2016, los casos se dieron casi exclusivamente en cinco 
                          países en guerra: Nigeria, Pakistán, Afganistán, Somalia 
                          y Siria. Como los programas de inmunización dependen 
                          de los gobiernos nacionales y de la OMS (que como organismo 
                          especializado de las Naciones Unidas trabaja en conjunto 
                          con las autoridades), la vacunación es difícil en áreas 
                          donde hay milicias rebeldes enfrentadas al Estado. La menor incidencia de polio fue en gran medida resultado 
                          de un mejor acceso a esas áreas. En Nigeria y Pakistán, 
                          la vacunación pudo continuar después de que fuerzas 
                          oficiales reaseguraron el control estatal de los territorios 
                          en conflicto. En Nigeria, la mayoría de los casos de 
                          polio se dieron en el norte y el este del país, donde 
                          el grupo terrorista Boko Haram asesinó y secuestró a 
                          trabajadores sanitarios, lo que interrumpió los programas 
                          de inmunización y dejó a más de un millón de niños sin 
                          protección. Pero cuando una fuerza militar regional 
                          obligó a los terroristas a replegarse a zonas montañosas 
                          y boscosas despobladas, el personal pudo entrar a áreas 
                          a las que antes no tenía acceso. En Pakistán, la polio se concentra en territorios tribales 
                          bajo administración federal situados en el noroeste 
                          del país, donde son más fuertes los talibanes. En 2012, 
                          los líderes de las milicias de la región prohibieron 
                          las campañas de vacunación, creyendo que se las usaba 
                          para reunir inteligencia para ataques con drones de 
                          Estados Unidos. Eso llevó a que entre uno y 3,5 millones 
                          de niños pakistaníes no fueran vacunados. La situación 
                          cambió a mediados de 2014, cuando el ejército pakistaní 
                          recuperó para el control estatal grandes áreas de la 
                          región. En un solo año, la cantidad de casos de polio 
                          se redujo de 306 a 54. Recuperar el control de zonas en conflicto por la vía 
                          militar no es el único modo de mejorar el acceso de 
                          los trabajadores sanitarios, y en algunos casos puede 
                          no ser el más eficaz. En Afganistán, Somalia y Siria, 
                          ante la falta de capacidad o voluntad del gobierno para 
                          imponer su autoridad sobre territorios rebeldes, los 
                          trabajadores sanitarios tuvieron que adaptarse a la 
                          realidad política, y se pusieron de acuerdo con las 
                          milicias para poder entrar. 
 Los talibanes afganos cooperan desde los noventa con 
                          los programas de vacunación contra la polio. En la mayoría 
                          de los casos, los líderes locales aceptaron la entrada 
                          de los trabajadores sanitarios, porque ven esos programas 
                          como un modo de reforzar su autoridad sobre la población 
                          dándole protección. Los pocos casos de polio detectados 
                          fueron transmisiones a través de la frontera con Pakistán 
                          o se dieron en áreas donde la intensidad del conflicto 
                          entre los talibanes y el gobierno afgano interrumpió 
                          temporalmente las campañas de vacunación. En cambio, en Somalia el grupo terrorista Al Shabaab 
                          no deja trabajar al personal sanitario en las áreas 
                          que controla, ya que considera que las campañas de vacunación 
                          son parte de un intento extranjero de imponer un gobierno 
                          centralizado. Un millón de niños no recibieron la vacuna 
                          entre 2010 y 2013, y hubo un brote de polio. Desde entonces, 
                          para mejorar el alcance de las campañas se empleó a 
                          personal local, para que trabajara con sus propios clanes 
                          y negociar con los líderes de las milicias la entrada 
                          a las zonas rebeldes. En Siria, tras el inicio del levantamiento en 2011, 
                          el gobierno impidió a la OMS operar en territorios fuera 
                          de su control. Más de tres millones de niños quedaron 
                          sin vacuna contra la polio, lo que produjo un brote 
                          en las regiones rebeldes en 2013. En respuesta, se formó 
                          una coalición ad hoc con grupos de la oposición moderados, 
                          autoridades turcas y ONG locales, que efectuó una serie 
                          de campañas de vacunación y logró contener el brote. 
                          La coalición negoció la entrada a las áreas con los 
                          líderes rebeldes locales y les permitió elegir voluntarios 
                          para dar las vacunas. Diversas milicias (incluso el 
                          autodenominado Estado Islámico) permitieron la realización 
                          del trabajo en las áreas bajo su control. 
 Los talibanes y las diferentes agencias 
                          sanitarias mantienen un eterno tira y afloja. La lección es clara. Para que las campañas de vacunación 
                          tengan éxito, es necesario el apoyo de los líderes políticos 
                          de facto, ya se trate de un estado reconocido por la 
                          comunidad internacional o de una milicia repudiada por 
                          todos. Por más cuestionable que sea trabajar con grupos 
                          como el Estado Islámico, es importante recordar que 
                          el objetivo principal de iniciativas como la campaña 
                          de erradicación de la polio es mejorar la salud de las 
                          personas dondequiera que vivan. |  2018. La gran decepción. 2018 fue la gran decepción. 2018 tampoco 
                    sería el año en que el mundo celebrase la erradicación 
                    de la polio, como se habían fijado las organizaciones y farmacéuticas 
                    internacionales que conforman la Iniciativa Global de Erradicación 
                    de la Poliomielitis (GPEI, por sus siglas en inglés), tras 
                    incumplir plazos previos. Pero se estaba muy, muy cerca de 
                    lograrlo y había que hacer un último esfuerzo final. 
                    Porque detenerse cuando se está tan cerca de la meta constituiría 
                    un potencial desastre que podría revertir en pocos años décadas 
                    de esfuerzos, advirtieron los expertos. “Hemos llegado a un 
                    punto en el que no podemos parar, porque si lo hiciéramos 
                    podríamos muy rápidamente, en apenas diez años, volver a tener 
                    más de 100.000 o 200.000 casos de polio al año”, alertó Michel 
                    Zaffran, director del Programa de Erradicación de Polio de 
                    la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un encuentro 
                    con periodistas con motivo del Día Mundial de la Lucha contra 
                    la Poliomielitis que se celebró ese año. A finales 
                    de ese periodo, los casos de polio confirmados en todo el 
                    mundo se limitaban a 20 en solo dos países del mundo, Afganistán 
                    y Pakistán. Junto con Nigeria, son los tres países que la 
                    OMS calificaba como “endémicos”, pero en la nación africana 
                    hacía ya dos años que no se detectaban nuevos casos, 
                    se estaba muy cerca de considerar su certificación.  Si se iba tan despacio, es porque toda cautela 
                    es poca cuando se trata de combatir una enfermedad tan difícil 
                    y silenciosa como la polio, subrayaron todos los expertos 
                    en el encuentro, presencial y virtual, que organizó desde 
                    París la farmacéutica Sanofi Pasteur, el principal fabricante 
                    de las dos vacunas de referencia contra la enfermedad: la 
                    oral y la inyectable con virus inactivado. Son, en cualquier caso, cifras muy alejadas 
                    de las de hace 30 años, cuando el mundo se propuso erradicar 
                    la polio y se lanzó la GPEI, una alianza mundial integrada 
                    por gobiernos nacionales, la OMS, la Asociación Rotaria Internacional, 
                    los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades 
                    de los Estados Unidos (CDC) y UNICEF. En 1988, los casos superaban 
                    los 350.000 en 125 países. Hace 20 años, la polio paralizaba 
                    cada día a mil niños, mientras que en 2010 la cifra total 
                    de niños paralizados fue de 1.349, recuerda la OMS. Estudiar la lucha contra la polio requiere hoy 
                    en día casi de un ejercicio de geopolítica. Porque a los desafíos 
                    médicos y logísticos que exige un combate como este, se unen 
                    los problemas políticos que siguen siendo el principal impedimento 
                    para erradicar esta enfermedad, después de haber superado 
                    ampliamente —aunque con muchas dificultades— los prejuicios 
                    religiosos o tabúes, algo que se ha logrado trabajando estrechamente 
                    con líderes religiosos y políticos locales. Si hay zonas en 
                    Nigeria a las que los miles de voluntarios que constituyen 
                    la primera línea del frente de vacunación —y a menudo, las 
                    principales víctimas de los conflictos— no han llegado aún 
                    es, sobre todo, por la presencia del grupo terrorista Boko 
                    Haram.  Los persistentes conflictos en Afganistán, amenazado 
                    tanto por los talibanes como por el Estado Islámico, y el 
                    flujo constante de migraciones con el también problemático 
                    vecino Pakistán, con el que forma un “bloque epidemiológico”, 
                    dificultan la erradicación de la polio, que ya solo persiste 
                    en unas zonas muy localizadas en estos países. “Si no hemos 
                    logrado erradicar (la polio) es porque se esconde en las zonas 
                    más inaccesibles del mundo y es peligroso vacunar ahí”, resumió 
                    Zaffran. Y porque no es tan fácil, admitió, acabar con una 
                    enfermedad tan extendida hace solo menos de una generación. 
                    “Lo que hacemos es algo que no se ha hecho antes, jamás hemos 
                    logrado erradicar una enfermedad tan prevalente en el mundo”, 
                    subrayó. Sí, está el precedente de la viruela, cuya erradicación 
                    fue declarada en 1980. “Pero esa era una enfermedad visible, 
                    se podía ver quién estaba infectado y así determinar dónde 
                    estaba el virus y proceder a la vacunación para impedir que 
                    se propagara”, explicó el experto de la OMS.  La polio por el contrario “se propaga de manera 
                    silenciosa y el virus se oculta”, de ahí que sea tan importante, 
                    insistieron los expertos, lograr vacunar “a cada niño en cada 
                    bolsa poblacional” que haya, por muy remota o peligrosa que 
                    sea la zona. Una tarea fatigante, peligrosa y muchas veces 
                    frustrante, sí, pero fundamental, subrayan los expertos. Y, 
                    también, con claras ventajas económicas: según la profesora 
                    de Harvard Kimberly Thompson, que lidera la iniciativa Kid 
                    Risk, centrada en evaluar los beneficios de políticas de salud, 
                    lo que el mundo se ahorraría si se logra erradicar la polio 
                    oscila entre “40.000 y 50.000 millones de dólares”. Una cifra 
                    sacada, explicó, de “salvar a ocho millones de niños de esta 
                    enfermedad” y, por tanto, no solo eludir los costos de su 
                    tratamiento, sino también añadir los beneficios de su productividad 
                    como seres humanos no afectados por las terribles discapacidades 
                    que pueden llegar a provocar la polio. Solo se necesita, insistió 
                    Zaffran, un empujón final. “Podemos acabar este trabajo, podemos 
                    erradicar la polio y disfrutar un mundo libre” de este virus 
                    para que “nadie, nunca más, tenga miedo de contraer esta terrible 
                    enfermedad”. Un legado, afirmó, que merece saltarse una vez 
                    más, por un año o dos más, cualquier plazo establecido. 2019. Nuevos casos. Filipinas se preparaba a finales de 2019 para vacunar frente 
                    a la polio a millones de niños tras el diagnóstico de la enfermedad 
                    en dos menores, los primeros casos en el país en más de dos 
                    décadas. Se trataba de una niña de tres años en Lanao del 
                    Sur (isla de Mindanao) y un niño de cinco de una barriada 
                    del área metropolitana de Manila. En ambos casos se trataba 
                    de virus derivados de la vacuna, una forma de transmisión 
                    de la enfermedad que puede producirse de forma muy excepcional 
                    cuando las campañas de vacunación son incompletas o irregulares. 
                    El viceministro de Salud filipino, Rolando Enrique Domingo, 
                    admitió que el alcance de estas campañas "se ha visto reducido 
                    en los últimos cinco años". "Hemos aprendido la lección, es hora de movilizarse y realmente 
                    empezar a vacunar a todos los niños, asegurándonos de que 
                    la campaña se mantiene todos los años", añadió. Según Domingo, 
                    la inmunización frente a la polio solo llega al 70% de los 
                    menores de cinco años del país, muy lejos del 95% considerado 
                    seguro. La declaración del brote, formalizada por la autoridades 
                    el 19 de Agosto, llegaba en un momento especialmente delicado 
                    para Filipinas, que desde enero se ocupaba de forma simultánea 
                    de sendos brotes de dengue y sarampión que ya habían 
                    causado más de un millar de muertos. También era un momento 
                    problemático para la reputación de las vacunas en el país 
                    tras la controvertida campaña contra el dengue desarrollada 
                    en 2016, la primera llevada a cabo en el mundo contra esta 
                    enfermedad. Un grupo de expertos designados por el Gobierno 
                    filipino relacionó la vacuna utilizada, Dengvaxia, 
                    con la muerte de 119 niños. La empresa fabricante, Sanofi, 
                    insistió en la seguridad de la presentación. 
                    
                      | La polio es una grave enfermedad infecciosa contra 
                          la que no existe tratamiento específico y que afecta 
                          al sistema nervioso. Causa parálisis, la mortalidad 
                          puede alcanzar hasta el 20% y entre el resto de los 
                          afectados los daños irreversibles son muy comunes. El 
                          virus que lo causa se propaga con facilidad en zonas 
                          con carencias en medidas públicas de saneamiento. 
 Hay Gobiernos, como el australiano, que 
                          están optando por quitar beneficios sociales a aquellas 
                          familias que opten por la no vacunación. |  El ministro de Salud, Francisco Duque, informó que el virus 
                    había sido detectado en el alcantarillado de Davao 
                    (la ciudad más grande de Mindanao) y en una parte degradada 
                    de área metropolitana de Manila. Duque anunció la extensión 
                    de las campañas de vacunación abiertas para alcanzar a cinco 
                    millones de niños menores de cinco años. Según datos de la 
                    Organización Mundial de la Salud (OMS), en los últimos años 
                    también se han registrado brotes de virus derivados de la 
                    vacuna de la polio en Madagascar, Camerún, la República Dominicana 
                    y Haití, entre otros. Estos brotes pueden suceder cuando la vacuna utilizada es 
                    la oral, compuesta por virus atenuados. Si en una zona coinciden 
                    coberturas vacunales bajas y condiciones higiénicas deficientes, 
                    puede producirse una transformación neurovirulenta del virus. 
                    Según informes de la OMS, esta transformación se produce de 
                    forma "muy excepcional" cuando "el virus atenuado empieza 
                    a circular" gracias a la existencia de una "población suficiente 
                    de niños sin inmunizar". En estos casos, "si el virus encuentra 
                    las condiciones para seguir circulando durante un largo periodo 
                    de tiempo, de 12 a 18 meses, puede sufrir mutaciones genéticas 
                    que le lleven a recuperar su neurovirulencia". Aunque graves, 
                    estos episodios son muy poco frecuentes. Según datos de la 
                    OMS, entre 2000 y 2011 se administraron en el mundo más de 
                    10.000 millones de dosis orales de la vacuna de la polio. 
                    En ese mismo periodo de tiempo se registraron 20 brotes, con 
                    580 afectados. Las estimaciones del organismo es que sin la 
                    vacuna, más de seis millones de niños hubieran sufrido el 
                    azote de la enfermedad en esos 11 años.  El uso de la vacuna oral está justificado en algunos países 
                    por su facilidad y comodidad de uso. Esta presentación oral 
                    permite además que otros niños que no han recibido la vacuna 
                    desarrollen inmunidad igualmente. Esto ocurre porque acaban 
                    entrando en contacto con el virus atenuado de forma indirecta. 
                    En España, como en el resto de países europeos y desarrollados, 
                    la vacuna preferente es parenteral o inyectable, que está 
                    compuesta por virus inactivados. La vecina Malasia recibía la noticia a finales de 
                    ese año. Un bebé de tres meses, diagnosticado de poliomielitis, 
                    era el primer caso reportado en el país en casi tres décadas. 
                    El pequeño afectado, residente en Tuaran, en la isla de Borneo, 
                    dio positivo en un examen realizado después de ser ingresado 
                    en el hospital con fiebre y debilidad muscular, informó en 
                    su momento el director general de Salud, Noor Hisham Abdullah, 
                    en un comunicado. "El paciente está siendo tratado en una 
                    sala de aislamiento y está en condición estable, pero aún 
                    necesita asistencia para respirar", explicó.  Malasia fue declarada libre de poliomielitis en el año 2000, 
                    después de informar su último caso conocido de la enfermedad 
                    en 1992. Su resurgimiento, venia pocos meses después de que 
                    Filipinas, al norte de Borneo, informara sus primeros casos 
                    de poliomielitis desde 1993 en septiembre. En aquel caso, 
                    dos niños enfermaron por un virus derivado de la vacuna, una 
                    forma de transmisión causada por las bajas coberturas de inmunización. 
                    
                      | "Si seguimos así, no erradicaremos la polio", se lamentaba 
                          Oliver Rosenbauer, de la Organización Mundial de la 
                          Salud (OMS), con cierto tono de irritación en la voz. 
                          Sin embargo, la verdad es que la lucha contra el virus 
                          de la poliomielitis, causante de la parálisis infantil, 
                          ha sido un éxito en todo el mundo. La enfermedad se 
                          ha erradicado prácticamente en todos los países excepto 
                          Pakistán y Afganistán. El año 2019 tenía que haberse 
                          convertido en el año de la victoria, el primero tras 
                          dos décadas y media de campañas y esfuerzos intensivos 
                          para deshacerse de esta dolencia vírica altamente contagiosa 
                          en los dos países asiáticos. En la República Islámica 
                          de Pakistán las perspectivas eran buenas... hasta el 
                          22 de abril de 2019. A partir de esa fecha se han declarado 
                          91 nuevos casos, siete veces más que en 2018. La mayoría 
                          se registraron en Jaiber Pastunjuá, una provincia ultra 
                          conservadora del norte del país, fronteriza con Afganistán. 
                          ¿Qué ha pasado y por qué Pakistán no consigue librarse 
                          de la enfermedad? En abril de 2019 comenzaron por segunda vez en el año 
                          los llamados Días Nacionales de Vacunación (NID, por 
                          sus siglas en inglés) en el país. 260.000 colaboradores 
                          tenían la misión de vacunar a más de 37 millones de 
                          niños y bebés en todo Pakistán. Durante estas campañas, 
                          los vacunadores van de casa en casa para comprobar si 
                          hay niños y administrarles la inmunización por vía oral. 
                          Además, se puede vacunar a los pequeños en los centros 
                          de salud, las mezquitas y los hospitales. 
 Dos colaboradores de la campaña de vacunación 
                          junto al peaje de Karachi. También los niños que viajan 
                          en los autobuses de paso tienen que someterse a los 
                          controles para detectar el virus de la poliomielitis. La mayoría de los colaboradores proceden de la misma 
                          región en la que realizan su tarea. Conocen las costumbres 
                          del sitio, han asistido a cursillos en los que se los 
                          ha preparado para su misión y han participado en simulaciones 
                          en las que han aprendido a tratar con los padres reacios. 
                          Según informaba la pakistaní Tayaba Gul, el 22 de abril 
                          los vacunadores fueron además a los colegios y las madrasas 
                          —instituciones educativas islámicas tradicionales— de 
                          Jaiber Pastunjuá. Al cabo de un tiempo, varios niños 
                          de una de esas escuelas acudieron al hospital aquejados 
                          de diarrea, náuseas y dolor de cabeza, supuestamente 
                          a consecuencia de la vacuna. Cuenta Gul que la noticia corrió como la pólvora, de 
                          resultas de lo cual otros padres también llevaron a 
                          sus hijos al hospital sin motivo. A las pocas horas 
                          aparecieron en Facebook noticias sobre los efectos nocivos 
                          de la vacuna de la poliomielitis que se fueron propagando 
                          cada vez más. Según Gul, las consecuencias se precipitaron. 
                          Los enemigos de la vacunación prendieron fuego a un 
                          consultorio médico, y una vacunadora y dos policías 
                          que acompañaban a los colaboradores en Jaiber Pastunjuá 
                          fueron asesinados. A raíz de estos hechos, alrededor 
                          de 100.000 padres se negaron a que sus hijos recibiesen 
                          la vital vacuna y la campaña se interrumpió. 
 La provincia de Jaiber Pastunjuá, en Pakistán. 
                         Sin embargo, Aziz Memon considera que la histeria no 
                          estaba justificada. Desde mediados de la década de 1990, 
                          Memon lidera el movimiento EndPolioNow (acabemos ya 
                          con la polio) en Pakistán. "En el pasado también hemos 
                          visto situaciones así", asegura. La diferencia es que 
                          esta vez los bulos se propagaron más deprisa por las 
                          redes sociales. Continuamente circulan rumores sobre 
                          los supuestos efectos negativos de la vacuna para el 
                          control de la natalidad de los musulmanes o calificándola 
                          de "veneno de los estadounidenses". |  
 Este mes ya hemos hablado de los antivacunas. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, 
                    también conocida como Expedición Balmis en referencia al médico 
                    español Francisco Javier Balmis, fue una expedición de carácter 
                    filantrópico que dio la vuelta al mundo y duró desde 1803 
                    hasta 1806. Su objetivo era en principio que la vacuna de 
                    la viruela alcanzase todos los rincones del Imperio español, 
                    ya que la alta mortandad del virus estaba ocasionando la muerte 
                    de miles de niños. El rey Carlos IV apoyó y sufragó con fondos 
                    públicos al médico de la corte, el doctor Balmis, en su idea 
                    de una vacunación masiva de niños a lo largo del imperio, 
                    ya que su propia hija, la infanta María Teresa, había fallecido 
                    a causa de la enfermedad. Se considera la primera expedición 
                    sanitaria internacional de la historia. Se puede entender 
                    globalmente como «una caravana infantil con rumbo al Nuevo 
                    Mundo para transportar la vacuna y prevenir las epidemias 
                    de viruelas. Dando como resultado uno de los viajes más extraños 
                    que tiene como protagonista a la medicina y a la ciencia en 
                    el siglo XIX». En 1796 durante el momento de mayor extensión 
                    del virus de la viruela en Europa, un médico rural inglés, 
                    Edward Jenner, observó que las ordeñadoras de vacas lecheras 
                    adquirían ocasionalmente una especie de «viruela de vaca» 
                    o «viruela vacuna» (cowpox) por el contacto continuado con 
                    estos animales, y que era una variante leve de la mortífera 
                    viruela «humana», contra la que quedaban así inmunizadas. 
                    Tomó suero de esta vacuna y consiguió inocularlo a James Philips, 
                    un niño de 8 años. El pequeño mostró síntomas de la infección 
                    de viruela vacuna, pero mucho más leve, y no murió. El resto 
                    de los niños inoculados respondieron sorprendentemente bien. 
                    Jenner publicó finalmente sus trabajos en 1798, y ya en diciembre 
                    de 1800 la vacuna había llegado a España, concretamente a 
                    Puigcerdá, de la mano del doctor Francisco Piguillem i Verdacer. 
                    Tanta celeridad, en un tiempo en que las noticias viajaban 
                    a caballo o en barco de vela, da una imagen de la gravedad 
                    de las circunstancias. Rápidamente el método de Jenner se 
                    difundió por Europa, y Francisco Javier de Balmis tradujo 
                    al español el libro del francés Jacques-Louis Moreau de la 
                    Sarthe, en el cual se detallaba el procedimiento para vacunar. 
                    Cinco años después de la publicación de este descubrimiento, 
                    en 1803, el rey de España Carlos IV, que había perdido a una 
                    de sus hijas por la viruela, María Teresa (1791-1794), aconsejado 
                    por su médico de corte Balmis, mandó organizar una expedición 
                    para extender la vacuna a todos los dominios de Ultramar (América 
                    y Filipinas).  
 Monumento en el puerto de La Coruña en homenaje 
                    a los niños de la expedición. Además, en 1805 se promulgó una real cédula 
                    mandando que en todos los hospitales se destinase una sala 
                    para conservar el fluido vacuno. El elegido para esta misión 
                    fue el alicantino Balmis, que partió de La Coruña con los 
                    veintidós niños que iban a llevar el fluido vacuno en sus 
                    brazos hasta América, y 2000 ejemplares del libro sobre la 
                    vacuna, para establecer juntas de vacunación en las ciudades 
                    visitadas que garantizasen la conservación del fluido y la 
                    vacunación a las generaciones futuras. Era la primera vez 
                    en la historia que se preparaba lo que ahora llamaríamos una 
                    misión humanitaria de medicina preventiva, y que significó 
                    uno de los primeros pasos para la erradicación de la enfermedad 
                    a escala mundial.  Uno de los principales problemas que se presentaron 
                    a la hora de idear la expedición fue cómo conseguir que la 
                    vacuna resistiese todo el trayecto en perfecto estado. La 
                    solución se le ocurrió al mismo Balmis: llevar en el viaje 
                    a cierto número de niños, e ir pasando cada cierto tiempo 
                    la vacuna de uno a otro mediante el contacto del fluido de 
                    las pústulas. La operación comenzó con el flete del navío 
                    María Pita que llevaba a veintidós niños huérfanos (entre 
                    tres y nueve años) que habían sido inoculados con la vacuna 
                    aún viva en su cuerpo; Balmis, prestigioso cirujano; dos médicos 
                    asistentes, dos prácticos, tres enfermeras y la rectora del 
                    orfanato Casa de Expósitos de La Coruña Isabel Zendal Gómez. 
                    El 30 de noviembre de 1803 zarpó el navío con 37 personas 
                    desde el puerto de La Coruña. Entre los veintidós niños había 
                    seis venidos de la Casa de Desamparados de Madrid, otros once 
                    del Hospital de la Caridad de La Coruña y cinco de Santiago. 
                    La vacuna debió ser llevada por niños que no hubieran pasado 
                    la viruela, y se transmitió de uno a otro cada nueve o diez 
                    días. Niños entre los que se encontraba el propio hijo de 
                    Isabel, Benito Vélez, de nueve años, y Andrés Naya (8 años), 
                    Antonio Veredia (7 años), Cándido (7 años), Clemente (6 años), 
                    Domingo Naya (6 años), Francisco Antonio (9 años), Francisco 
                    Florencio (5 años), Gerónimo María (7 años), Jacinto (6 años), 
                    José (3 años), Juan Antonio (5 años), Juan Francisco (9 años), 
                    José Jorge Nicolás de los Dolores (3 años), José Manuel María 
                    (6 años), Manuel María (3 años), Martín (3 años), Pascual 
                    Aniceto (3 años), Tomás Melitón (3 años), Vicente Ferrer (7 
                    años), Vicente María Sale y Bellido (3 años) y un niño más 
                    que falleció durante el viaje. Las normas de la expedición indicaban claramente 
                    el cuidado que los niños debían recibir. Ninguno de ellos 
                    regresó a Galicia. Cada niño recibió un hatillo que contenía dos 
                    pares de zapatos, seis camisas, un sombrero, tres pantalones 
                    con sus respectivas chaquetas de lienzo y otro pantalón más 
                    de paño para los días más fríos. Para el aseo personal: tres 
                    pañuelos para el cuello, otros tres para la nariz y un peine; 
                    y para comer: un vaso, un plato y un juego completo de cubiertos. 
                    La misión consiguió llevar la vacuna hasta las islas Canarias, 
                    Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Nueva España, las Filipinas 
                    y China. El barco llevaba instrumental quirúrgico e instrumentos 
                    científicos, así como la traducción del Tratado práctico e 
                    histórico de la vacuna, de Moreau de la Sarthe, para ser distribuido 
                    por las comisiones de vacunación que se fundaran. La expedición 
                    llegó a Santa Cruz de Tenerife, donde pasó un mes vacunando, 
                    y salió de Canarias el 6 de enero de 1804, llegando a Puerto 
                    Rico el 9 de febrero de 1804. No se necesitó vacunar a la 
                    población de Puerto Rico ya que la vacuna fue llevada a la 
                    isla desde la colonia danesa de Saint Thomas. El 26 de mayo 
                    de 1804 llegó al puerto de La Habana, quedando sorprendidos 
                    al observar que la vacunación contra la viruela ya había sido 
                    llevada a cabo gracias a la actividad de Tomás Romay. Capitanía General de Venezuela. La expedición se dividió en La Guaira: Balmis 
                    se trasladó a Caracas, donde instaló la Junta Central de la 
                    Vacuna con el apoyo de José Domingo Díaz y Vicente Salias 
                    antes de marchar a Puerto Cabello y La Habana. El poeta venezolano 
                    Andrés Bello escribió incluso una «Oda a la vacuna» en 1804. 
                    José Salvany y Lleopart, el segundo cirujano, se adentró en 
                    la Nueva Granada (actuales Colombia,Venezuela, Ecuador y Panamá) 
                    y el Virreinato del Perú (actuales Perú, Chile y Bolivia). 
                    Le tomo siete años recorrer el territorio, y los esfuerzos 
                    del viaje se llevaron la vida del propio Salvany, que murió 
                    en Cochabamba en 1810. Nueva España (1805). En el territorio del actual México, Balmis recogió 
                    veinticinco huérfanos para que mantuvieran la vacuna viva 
                    durante la travesía del océano Pacífico, a bordo del navío 
                    Magallanes. Partieron el 8 de febrero de 1805 del puerto de 
                    Acapulco rumbo a Manila, llegando a dicha ciudad el 15 de 
                    abril de 1805. Capitanía General de Filipinas. En las Filipinas la expedición recibió una importante 
                    ayuda de la Iglesia local para organizar las vacunaciones 
                    de indígenas. El 14 de agosto de 1809 el grueso de la expedición 
                    regresó a Acapulco, mientras Balmis, descartando volver a 
                    tierras novohispanas, siguió avanzando hacia la China. Isabel 
                    permanecería en Puebla con su hijo; ya no volverían a España. 
 Recorrido de la expedición en las Filipinas. China. Conociendo que la vacuna no había alcanzado 
                    China, Balmis solicitó permiso para marchar hacia Macao, permiso 
                    que le fue concedido, partiendo de Manila el 3 de septiembre 
                    de 1805. Balmis arribó finalmente, y tras un accidentado viaje 
                    a la colonia portuguesa de Macao, el 5 de octubre de ese mismo 
                    año se adentró en territorio chino. Vacunó a la población 
                    de varias ciudades hasta llegar a la provincia de Cantón. En su camino de vuelta a España, Balmis consiguió 
                    convencer a las autoridades británicas de la isla Santa Elena 
                    (1806) para que accediesen a la vacunación de la población. 
                    El propio descubridor de la vacuna de la viruela Edward Jenner 
                    escribió sobre la expedición: No puedo imaginar que en los anales de la Historia 
                    se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio 
                    que este. Sobre el mismo hecho Alexander von Humboldt 
                    escribía en 1825: Este viaje permanecerá como el más memorable 
                    en los anales de la historia. La expedición en la ficción: - 2006: La novelista dominicano-estadounidense 
                    Julia Álvarez escribió un relato de ficción sobre la expedición 
                    desde la perspectiva de la rectora del orfanato, Isabel Zendal 
                    Gómez, en Saving the World (2006).  - 2010: La expedición fue recreada también por 
                    la escritora madrileña Almudena de Arteaga en su novela Ángeles 
                    custodios, de 2010. - 2016: La película de TVE 22 ángeles, de Miguel 
                    Bardem (2016), está basada en la novela Ángeles custodios 
                    (2010). - 2011: Esta expedición es el tema central de 
                    la novela de Antonio Villanueva Edo Los héroes olvidados (2011). 
                   - 2013: El escritor zaragozano Javier Neveo 
                    novela la expedición, narrada por uno de los niños, en Los 
                    niños de la vacuna (2013).  - 2015: El ganador del Premio Planeta, Javier 
                    Moro, cuenta en clave novelística la historia de estos niños 
                    en su libro A flor de piel (2015).  - 2017: La escritora española María Solar relata 
                    en su libro Los niños de la viruela (2017) los momentos previos 
                    al embarque desde La Coruña y la historia de Isabel Zendal 
                    con los niños. 
                    
                      | En este mundo extraño conviven quienes 
                          piensan que Elvis sigue vivo, los que niegan que el 
                          hombre pisase la Luna y los que creen que el ser humano 
                          y los dinosaurios coexistieron. También están los antivacunas. 
                          A diferencia de los anteriores, estos últimos pueden 
                          convertirse en un peligro para la salud pública. Las vacunas son probablemente el mayor 
                          avance contra las enfermedades en la historia de la 
                          humanidad. No es una opinión, es lo que asegura la grandísima 
                          mayoría de la comunidad científica a la luz de la evidencia 
                          de los datos. La Organización Mundial de la Salud estima 
                          que evitan entre dos y tres millones de muertes cada 
                          año. Sin embargo, al no llegar a todo el mundo, dos 
                          millones de personas fallecen anualmente por patologías 
                          prevenibles. La poliomielitis, un mal que ocasiona terribles 
                          secuelas, está cerca de su erradicación gracias a la 
                          inmunización, que también ha logrado rebajar la mortalidad 
                          del sarampión en un 74% en solo una década (de 2000 
                          a 2010). Esta enfermedad, que puede ir camino de su 
                          completa desaparición por medio de las vacunas, como 
                          sucedió con la viruela, está reapareciendo en algunos 
                          países ricos donde estaba prácticamente suprimida. En 
                          estos mismos lugares, la difteria, una dolencia causada 
                          por una bacteria que se caracteriza por la inflamación 
                          de las vías respiratorias, es una anécdota, cuando no 
                          inexistente. En España, en 1941 se registraron 1.000 
                          casos por cada 100.000 habitantes. En 1945 se inició 
                          una campaña de vacunación que fue haciendo desaparecer 
                          la dolencia hasta 1987, fecha en la que se registró 
                          el último caso. Hasta mediados de 2015, cuando se detectó 
                          la bacteria en un niño no vacunado en Olot que acabó 
                          falleciendo. En España, como en casi todo el mundo, 
                          la inmunización no es obligatoria. Puede rechazarse 
                          por motivos de conciencia, por simple ignorancia o por 
                          creencias, como sucedió con el menor de Olot. Sus padres 
                          eran contrarios a las vacunas y partidarios de las medicinas 
                          alternativas, según fuentes de la localidad. A la vista de la efectividad de las vacunas 
                          y de lo que puede suponer rechazarlas, la pregunta es: 
                          ¿Qué lleva a unos padres a poner en peligro la vida 
                          de sus hijos innecesariamente? ¿Cuáles son estos motivos 
                          de conciencia o ideológicos que se anteponen a la salud 
                          y al avance científico? El pediatra Carlos González, 
                          autor del libro En defensa de las vacunas (Temas de 
                          hoy, 2011), explica que a medida que la enfermedad va 
                          desapareciendo y la población la olvida (los más jóvenes 
                          ni siquiera han visto sus consecuencias), el miedo a 
                          la dolencia se convierte en temor a los efectos secundarios 
                          de las vacunas, que aunque pueden existir, son escasos 
                          y, en la grandísima mayoría de los casos, leves. “Estos 
                          miedos están alimentados por falsas creencias de los 
                          padres. Generalmente, quienes deciden no vacunar a sus 
                          hijos están muy informados: han leído libros y visitado 
                          decenas de páginas de internet, pero están muy mal informados”, 
                          explica. Y aquí entran en juego los antivacunas. 
                          Mientras organizaciones internacionales recaudan miles 
                          de millones de euros cada año para llevar las vacunas 
                          allí donde no pueden permitírselas, en los lugares donde 
                          sobra el dinero para ellas hay un movimiento que las 
                          rechaza. Como apunta J. M. Mulet en su libro Medicina 
                          sin engaños (Destino, 2015), “en algunos barrios de 
                          California la tasa de vacunación está al nivel de Sudán 
                          del Sur”. Los antivacunas inundan internet con falacias 
                          y mitos que exageran sus efectos secundarios, falsean 
                          los datos para minimizar la efectividad de la inmunización, 
                          meten el miedo en nombre de “lo natural” frente a “lo 
                          químico”, esbozan teorías conspirativas de las farmacéuticas 
                          y los Gobiernos y aprovechan los errores y las negligencias 
                          que han existido en la historia de los tratamientos 
                          como ejemplos para apoyarlas. Todos estos argumentos 
                          están detalladamente refutados por González en su libro. 
                         Ante este panorama, quienes beben únicamente 
                          de las fuentes equivocadas tienen un total convencimiento 
                          de que las vacunas son negativas y que ponen en peligro 
                          a sus hijos. A otros simplemente les llega el runrún 
                          de que algo malo esconden las inyecciones y deciden 
                          evitar ese supuesto mal trago al niño aprovechando la 
                          inmunidad colectiva, ya que si la grandísima mayoría 
                          de la población está vacunada, los virus o las bacterias 
                          que causan las enfermedades no tienen dónde propagarse. 
                          Esta postura resulta especialmente irritante para algunos 
                          médicos, como la doctora Jennifer Raff, que escribió 
                          en el Huffington Post: “Este es uno de los argumentos 
                          más deleznables que he oído nunca. Para empezar, las 
                          vacunas no siempre son cien por cien efectivas, por 
                          lo que es posible que un niño vacunado se contagie si 
                          está expuesto a la enfermedad. Peor aún, hay algunas 
                          personas que no pueden vacunarse porque son inmunodeficientes, 
                          o porque son alérgicas a algún componente. Esa gente 
                          depende de la inmunidad colectiva para su protección. 
                          Quienes deciden no vacunar a sus hijos frente a enfermedades 
                          infecciosas no solo están arriesgando la salud de sus 
                          hijos, sino también la de otros niños”. La siguiente pregunta probablemente sería: 
                          ¿qué ganan los antivacunas propagando esta desinformación? 
                          Algunos, dinero. Independientemente de que crean más 
                          o menos sinceramente lo que dicen, existe un negocio 
                          en torno al miedo antivacunas, aunque para otros sean 
                          creencias sin ánimo de lucro. La figura mundial más 
                          destacada del movimiento es el médico británico Andrew 
                          Wakelfield, que en 1998 publicó en la prestigiosa revista 
                          The Lancet un estudio que aseguraba que la triple vírica 
                          contra el sarampión, las paperas y la rubeola causaba 
                          autismo. Como detalla el periodista Luis Alfonso Gámez 
                          en su blog Magonia, “el objetivo último de Wakefield 
                          era desacreditar la triple vírica para hacerse millonario 
                          con vacunas alternativas”. El estudio se demostró fraudulento, 
                          Wakefield fue expulsado del Colegio de Médicos del Reino 
                          Unido y la revista retiró el artículo. Pero esto no 
                          impidió que el supuesto informe impulsase el movimiento 
                          antivacunación en todo el mundo y que todavía hoy se 
                          oiga a quien relaciona los trastornos autistas con las 
                          vacunas, a pesar de que cada vez más concluyentes investigaciones 
                          rechazan esta asociación. 
 En España, antes de publicarse este pseudoestudio 
                          de Wakefield ya existía la LIGA para la libertad de 
                          la vacunación, un movimiento naturalista que más que 
                          la libertad promulga la antiinmunización. Lo encabeza 
                          el médico Xavier Uriarte, que en 2003 publicó Los peligros 
                          de las vacunas (Ática Salud). Él, junto a su colega 
                          Juan Manuel Marín Olmos, autor de Vacunaciones sistemáticas 
                          en cuestión (Editorial Icaria, 2004), son seguramente 
                          dos de las cabezas visibles más significadas del movimiento 
                          antivacunas en el país, aunque a ellos mismos no les 
                          gusta este calificativo.  Para hacerse una idea de su contenido, 
                          este es uno de los párrafos del de Uriarte: “Ante cualquiera 
                          de las enfermedades, tanto eruptivas […] como no eruptivas 
                          —difteria, tos ferina, polio, gripe y hepatitis— la 
                          actitud más adecuada es dejar transcurrir el proceso 
                          natural de la enfermedad”. En el caso de la difteria, 
                          por ejemplo, la mortalidad era antiguamente de entre 
                          el 30% y el 50%. Con fármacos adecuados se reduce al 
                          5% y es por eso que en el brote de Olot, lo primero 
                          que se hizo fue solicitar con urgencia un tratamiento 
                          con la antitoxina para la difteria, que llegó en avión 
                          desde Rusia tras varios días de alerta. Nada más lejos 
                          de los consejos de Uriarte. Quien sí dio explicaciones 
                          sobre su posición fue Miguel Jara, periodista y socio 
                          de un bufete de abogados especializados en pleitear 
                          por daños atribuidos a medicamentos que más recientemente 
                          ha lanzado su libro Vacunas las justas (Península, 2015): 
                          “Yo no soy antivacunas, soy crítico y me parece digna 
                          de escuchar cualquier opinión razonada. No soy médico 
                          y los cito a ellos en mi libro: parece ser que las más 
                          antiguas y consolidadas son las más necesarias y hay 
                          otras que se han introducido más recientemente que lo 
                          son menos y pueden presentar más problemas. Pero no 
                          estoy ni en contra ni a favor de las inmunizaciones, 
                          abogo por que la gente elija”. Lo cierto es que la gente 
                          ya puede elegir. El problema es que si hay muchos que 
                          se decantan por no vacunar, la inmunización de grupo 
                          desciende y pueden surgir epidemias. Por eso, hay Gobiernos 
                          como el australiano, que están optando por quitar beneficios 
                          sociales a aquellas familias que opten por la no vacunación. 
                          En algunos Estados de EE UU no se permite escolarizar 
                          a los niños si no están inmunizados para evitar brotes 
                          infecciosos en los centros educativos, algo que ha sucedido 
                          con el sarampión, por ejemplo, en centros alternativos 
                          que promulgan una visión supuestamente natural de la 
                          medicina. No vacunar a un menor no solo le puede 
                          perjudicar a él, sino a quienes le rodean, ya que se 
                          debilita la inmunización de grupo. El doctor Carlos González es muy crítico 
                          con las posiciones tibias con respecto a las vacunas, 
                          ya que según explica, las que se aplican tienen una 
                          seguridad y efectividad contrastada. “El consenso es 
                          el calendario de vacunaciones del Ministerio de Sanidad. 
                          En todos los países son muy similares, aunque no exactamente 
                          iguales. Puede variar según la incidencia de unas y 
                          otras enfermedades. En otras ocasiones existen pequeñas 
                          discrepancias: si hace falta ponérsela a toda la población 
                          o no, depende de los riesgos de vacuna, lo que cuesta 
                          y lo que hace. Esa valoración puede ser distinta en 
                          cada país”. El debate sobre si vacunar o no es claramente 
                          un problema del primer mundo. En los países en desarrollo 
                          no se pueden permitir ese lujo; la duda no es si aplicar 
                          o no las inmunizaciones, sino cómo hacerlo al mayor 
                          número de personas posibles para evitar muertes. Muchos 
                          cooperantes incluso han dado su vida en el intento, 
                          ya que el fundamentalismo islamista en Nigeria y Pakistán 
                          ha promovido una cruzada terrorista contra los sanitarios 
                          que tratan de erradicar la polio en estos países, lo 
                          que supondría otro hito en la historia de la humanidad: 
                          suprimir otra enfermedad de la faz de la tierra. Gracias, 
                          otra vez, a las vacunas. |  -------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 
 
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