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16 - Julio - 2020
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Una buena noticia para la biodiversidad llegó de la mano de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Los osos panda, animales en eterno peligro de extinción, habían salido de la peligrosa lista gracias a la incansable lucha de cientos de organizaciones. El número de ejemplares de pandas gigantes se elevó un 17% en 10 años, entre 2004 y 2014, en su hábitat natural, que en su momento era todo el sur de China. Se pasó de 1.596 a 1.864 pandas gigantes en libertad. Las medidas de protección puestas en marcha por Pekín desde hacia años para proteger a este emblemático animal parecia que daban resultados.

Además, China prohibió el comercio de pieles de panda gigante en 1981, y en 1988 aprobaron la Ley de Protección de la Naturaleza prohibiendo la caza furtiva, principal motivo de muertes de la especie junto a la deforestación, disfrutando desde entonces de gran protección legal. La primera reserva natural de China fue Dinghushan en Zhaoqing de la provincia Guangdong, demarcada en 1956. Hasta finales de 2010, el país contaba con unas 2.590 reservas naturales de diversos tipos y niveles, alrededor de 320 de ellas de categoría nacional; su superficie total representa más del 15% de la superficie territorial nacional. Estas reservas naturales permiten el amparo efectivo del 90% de los sistemas ecológicos terrestres, el 90% de poblaciones de la fauna salvaje y cerca del 70% de colonias de botánica superior.

El panda, todo un símbolo para la cultura china, es ahora una especie vulnerable que se seguirá controlando, pero no en peligro de extinción, ya que se ha conseguido revertir el número de ejemplares, antes en declive y ahora en aumento. La UICN establece una clasificación de nueve niveles para medir el peligro en el que está cada especie, donde "en peligro" es el cuarto escalón en gravedad, "vulnerable" el quinto y "extinto" el primero.

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El informe no fue muy bien recibido por las autoridades chinas en su momento, que cuestionaron la decisión de la UICN de retirar al oso panda de la lista de especies en peligro, subrayando que la medida podría tener consecuencias irreversibles. Según estudios botánicos, el calentamiento global podría causar la desaparición de un tercio de los bosques de bambú (35%), esenciales para la vida de los pandas, que además habitan en zonas de alta actividad sísmica, lo que aumenta los peligros y podría provocar otro gran declive. En un comunicado, la Administración Forestal Estatal de China declaró que "es demasiado pronto para decir que el panda ya no está en peligro", y añadió que esta decisión, "podría dar marcha atrás a los avances logrados en las últimas dos décadas". Según los responsables chinos en materia boscosa, no están teniendo en cuenta la especial situación de estos animales, que viven en comunidades aisladas, en las zonas montañosas del centro de China.

El último censo de pandas realizado por las autoridades chinas en 2015 cifró en 1.864 los ejemplares en estado salvaje, frente a los 1.596 de principios de este siglo, pero según los expertos del país, por encima de los números lo que hace peligrar en este momento a la especie es el cambio climático.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por su sigla en inglés International Union for Conservation of Nature) es una organización internacional dedicada a la conservación de los recursos naturales. Fue fundada en octubre de 1948, en el marco de una conferencia internacional celebrada en Fontainebleau, Francia. Tiene su sede en Gland, Suiza. La UICN es la organización medioambiental más grande del mundo, con más de mil doscientos miembros gubernamentales y no gubernamentales, además de unos once mil expertos voluntarios en cerca de ciento sesenta países. Para su labor, la UICN cuenta con el apoyo de un personal compuesto por más de mil empleados, repartidos en cuarenta y cinco oficinas, y cientos de asociados de los sectores público, no gubernamental y privado de todo el mundo.

UICN fue fundada en 1948. Anteriormente se llamó Unión Internacional para la Protección de la Naturaleza (1948–1956) y la Unión Mundial de Conservación (1990–2008).

Sabias que ... La muerte de un panda gigante en Japón en 2008 pudo favorecer el entendimiento político Japón-China.

Ling Ling era uno de los símbolos de la llamada 'diplomacia del panda'.

Ling Ling nació en el zoo de Pekín en 1985. A los siete años se mudó a Tokio, al ser parte de un intercambio de pandas entre ambos parques zoológicos. Se trataba del único ejemplar de su especie residente en Japón y de propiedad nipona.

En su larga vida -22 años en un panda equivalen a 70 en un ser humano-, Ling Ling tuvo la ocasión de viajar a otros países como México. Allí trató de fecundar en vano a unas hembras del zoo de Chapultepec llamadas Xiu-Hua, Shuan-Shuan y Xin-Xin. Lo cierto es que, pese a los denonados esfuerzos del zoo de Tokio, Ling Ling no logró tener descendencia. El panda gigante vivía solo desde 2005, tras la muerte de dos de sus congéneres y el regreso de un tercero a México una vez terminada su 'visita' al archipiélago asiático. En los últimos tiempos había sido apartado de la exposición al público porque sufría insuficiencia cardíaca y problemas renales. Un representante del zoo aseguró que el panda tuvo una muerte dulce: "Apareció muerto boca abajo y tenía aspecto sereno".

Pero el confinamiento trajo algo positivo, y placentero ...

Dos pandas en cautividad aprovecharon el confinamiento para aparearse por primera vez. En el parque zoológico de Hong Kong estaban de enhorabuena. Allí dos pandas cautivos aprovecharon el cierre de las instalaciones, en Abril de este año, para aparearse de forma natural por primera vez en 10 años, tal y como han podido documentar en vídeo. Una buena noticia para una especie con un índice de reproducción en cautividad muy reducido.

Dejando atras aquellos años ¿Que pasa en la actualidad?

A principios de 2020 unos agricultores sorprendieron a un ejemplar de panda gigante en el interior de su aldea en el distrito de Baoxing, provincia de Sichuan, al suroeste de China. Según las autoridades que informaron del hallazgo, el animal, que presentaba buen aspecto, abandonó la aldea con la calma característica de la especie para adentrarse de nuevo en el bosque y desaparecer en la espesura. Una noticia en apariencia tan sencilla como esta resulta sin embargo profundamente emocionante para todos los amantes de la naturaleza que en la década de los ochenta estuvimos a punto de asistir a la extinción de este bellísimo animal.

Con una población que ronda los dos mil ejemplares en libertad y un estricto programa de conservación dirigido por el gobierno chino, el panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) parece fuera de peligro.

Los pandas habitan una pequeña área de remotas montañas envueltas por la niebla en la cabecera del Yang-Tzé (provincias chinas de Sikang, Szechwan, Shensi, Kansu y Chinghai) fuertemente protegida, además de inaccesible. Hasta 1869, cuando un misionero francés descubrió la especie para la ciencia, el mundo civilizado ignoraba la existencia del panda gigante. Y en ese preciso momento comenzó su debacle. En 1926 Teodor Roosvelt Jr se desplazó hasta la meseta tibetana para convertirse en el primero de los cazadores que abatía al animal más raro de la tierra. Las fotos del hijo del presidente de EE.UU exhibiendo orgulloso numerosas pieles de animales abatidos forman parte del álbum de oro de las afrentas a la naturaleza. En 1936 se capturó el primer ejemplar vivo para el zoo de Chicago y desde ese momento los cazadores que trabajaban capturando animales salvajes para los zoológicos en las estepas africanas y las selvas amazónicas se desplazaron hacia China para capturar al misterioso y bien pagado panda, lo que motivó un fuerte descenso de sus poblaciones.

El oso panda se alimenta casi exclusivamente de bambú, pero conserva rasgos morfológicos y genéticos que le acercan más a los animales carnívoros. ¿Cuál es la explicación?

La imagen del oso panda (Ailuropoda melanoleuca) va siempre unida a la de su alimento favorito: el bambú. Este animal es un herbívoro altamente especializado que se alimenta casi exclusivamente de esta planta con elevado contenido en fibra, a pesar de que desciende de animales principalmente carnívoros. Esta cuestión siempre ha intrigado a los estudiosos de la evolución: ¿cómo se produjo un salto tan grande en los hábitos alimentarios? A ello se le añade el hecho de que los osos panda conservan una curiosa mezcla de caracteres: por un lado, han desarrollado rasgos de herbívoros, que incluyen el cráneo, la musculatura de la mandíbula y dientes adaptados para dietas fibrosas, así como un ‘pseudo-pulgar’ que utilizan para manipular el bambú. También han perdido la capacidad de percibir el umami, un sabor muy asociado a la dieta carnívora.

Pero, por otro lado, los pandas gigantes tienen también un tracto digestivo con enzimas y microbios intestinales que se parecen más a los de los animales carnívoros. Además, un trabajo publicado en su momento en la revista Nature indicaba también que el panda tendría todos los genes necesarios para ser un carnívoro.

Un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology sugiere que el cambio hacia una dieta vegetariana restringida no supuso ese salto evolutivo tan grande que uno esperaría, y que la mezcla de caracteres de herbívoros y carnívoros observada en este entrañable animal también tiene su lógica. Los investigadores, de la Universidad de Sydney (Australia) y de la Academia de Ciencias de China utilizaron un enfoque que, más que centrarse en la fuente de alimento del animal, explora las cantidades de macronutrientes de su dieta.

Los resultados revelaron que, a pesar de que la dieta del oso panda se basa exclusivamente en plantas, por su contenido en proteínas y carbohidratos se parece más a la de los súper carnívoros (especies que obtienen más del 70% de su dieta de otros animales). En el panda, el 50% de la ingesta de energía viene en forma de proteína, lo que equipara su dieta a la de los lobos o los gatos salvajes. Además, la composición de su leche materna también es similar a la de otros carnívoros. “Si atendemos a lo que comen, los osos panda son herbívoros, pero si no supiéramos cuál es su fuente de alimento y analizásemos solo la composición de los macronutrientes que absorben para deducirlo, podríamos equivocarnos y decir que son carnívoros”, explica Fuwen Wei, uno de los participantes en el estudio.

Arte oriental con la clásica iconografía.

Estos hallazgos parecen ayudar a resolver las preguntas sobre la historia evolutiva del oso panda, incluida esa inusual transición desde su ascendencia carnívora hasta la herbívoría altamente especializada. "De hecho, la transición fue probablemente más superficial de lo que se suponía, combinando una adaptación sustancial a nuevos tipos de alimentos con cambios relativamente más pequeños en el manejo de macronutrientes", indican los autores en el trabajo. Este tipo de cambios incluiría, por ejemplo, seleccionar las partes del bambú con menor contenido en fibra. El equipo continuará estudiando la evolución y la adaptación de la panda gigante, y espera que los resultados de sus investigaciones puedan ayudar a la conservación de esta especie amenazada.

Los animales capturados con vida, incapaces de adaptarse a la cautividad, morirían uno tras otro ante la mirada de los niños ingleses, soviéticos o norteamericanos. Por su parte China, que se hallaba por aquel entonces sumida en un proceso que daría origen a profundos cambios sociales, no tenía entre sus prioridades la de proteger a los pandas. Muy al contrario, la creciente población china se adentraba cada vez más en sus territorios para reconvertirlos en zonas de cultivo, aprovechando los recursos madereros y expulsando a los animales hacia parajes montañosos cada vez más recónditos y dispersos. Junto a la presión cinegética, otra de las causas que acabó por alertar al mundo sobre su posible desaparición fue un episodio natural. A mediados de los setenta, en los bosques frondosos que habitan los pandas se produjo un acontecimiento cíclico que se da cada 80 años: la floración del bambú, que precede a la muerte de la planta.

Más de 200 pandas aparecieron muertos por falta de alimento. Este enorme animal, que puede alcanzar los 160 kilos de peso, se alimenta de manera casi exclusiva de tallos tiernos, brotes y hojas de bambú que ingiere constantemente durante doce horas al día. Tras este episodio que hizo descender las existencias de bambú en las últimas zonas de distribución de la especie, el gobierno chino pidió ayuda al exterior por primera vez para salvar al panda, recurriendo para ello a los expertos de la organización conservacionista WWF, que en 1961 lo adoptó como logo y que en los años ochenta impulsó el trabajo de un equipo de científicos dirigido por el eminente biólogo de campo alemán, George B. Schaller, en la reserva natural de Wolong para evitar su desaparición.

Todos sufrimos de dolores de barriga de vez en cuando pero normalmente se pasan con un par de visitas al baño o con medicación. Sin embargo, para los osos panda la historia es completamente diferente. La digestión de los osos panda nos muestra que tienen malestar estomacal muy a menudo y que ésta podría ser la razón por la que tienen tantos problemas para reproducirse. Normalmente, tanto en pandas como en humanos, los dolores de barriga se producen a partir de algún tipo de desequilibrio en el estómago o en los intestinos. Muchas veces se produce por bacterias transmitidas por los alimentos que provocan una inflamación que expulsa rápidamente lo que haya en los intestinos. El sistema digestivo humano suele recomponerse bastante rápido y podemos volver a comer una gran variedad de carnes, plantes y carbohidratos que componen nuestra dieta, de ahí que las intoxicaciones alimentarias no tengan efectos a largo plazo en las personas sanas.

Sin embargo, no es lo mismo en el caso del panda gigante. Estos animales pertenecen a la familia ursidae, al igual que los osos pardos, los osos negros e incluso los osos polares pero con la diferencia de que los pandas no son ni carnívoros ni omnívoros y han evolucionado de tal forma que prácticamente solo comen bambú. El cambio a la dieta vegetal se produjo hace más de dos millones de años. Los cuerpos de los pandas se han adaptado a la dieta herbívora desarrollando unas mandíbulas más fuertes para poder partir y masticar el bambú, así como unas pezuñas en forma de pulgar para agarrar y desmenuzarlo. Sin embargo, el sistema digestivo de los pandas todavía no se ha adaptado y los problemas estomacales de estos animales puede que tengan posibles repercusiones en su reproducción y en su condición de especie amenazada.

A pesar de que han pasado millones de años desde que los pandas dejaran de comer carne, el aparato digestivo de los pandas se parece mucho al de los osos carnívoros con un tiempo de procesamiento de la comida de menos de 10 horas mientras que otras herbívoros, como el ganado, retienen la comida en el estómago durante 24 horas, o incluso más, lo que les permite un tiempo suficiente para digerir los componentes de las plantas de forma óptima. Esto explicaría por qué los osos panda se tiran tanto tiempo comiendo: hasta 16 horas al día. Las gran demanda de bambú por los pandas también contribuye a su peligro de extinción. Existen aproximadamente 1800 pandas en estado salvaje y aunque los esfuerzos más recientes para su conservación han tenido como resultado incrementos moderados durante los últimos 10 años, la cifra sigue estando cerca del 70 por ciento de las primeras estimaciones en los años 70.

El mayor motivo de su declive se debe a una severa pérdida de su hábitat. A día de hoy son apenas 28.000 kilómetros cuadrados: apenas la mitad o incluso un tercio de lo que era su área anteriormente. El paso de los pandas de omnívoros a herbívoros hace que sean especialmente sensibles a la pérdida de hábitat natural. Los cambios en la fuente de alimentación no solían ser un problema: había bambú en abundancia y no hacía falta buscarlo. Pero desde entonces el acceso a bambú de alta calidad durante todo el año ha bajado drásticamente. El bambú de mala calidad tiene muchos efectos, entre ellos puede estar la causa de los problemas de barriga de los pandas. Esto plantea un problema curioso para los pandas en cautividad, donde puede que solo haya un tipo de bambú y se tengan que usar galletas, verduras y frutas para complementar la dieta panda.

Los pandas en cautividad sufren de problemas de estómago crónicos y, como consecuencia, sus heces tienen aspecto de moco (“mucoides”) y los pandas tienen falta de apetito. En muchos casos, estos síntomas tienen como consecuencias enfermedades digestivas severas como la colitis, una enfermedad intestinal inflamatoria que conlleva una inflamación crónica del tracto digestivo. Los mucoides son gelatinosos y membranosos, parecidas a la capa mucosa protectora que se produce en los tractos digestivos de los mamíferos. Normalmente, esta capa protege al animal contra patógenos invasores y contra daños físicos causados por partículas de comida duras o punzantes. Esto nos conduce a la hipótesis de que los mucoides del panda pueden ser producto de un tracto gastrointestinal de panda que expulsa su propia capa de mucosa.

Es posible que los pandas se desprenden de forma periódica de este recubrimiento del tracto intestinal porque sus intestino no se han adaptado del todo a solo consumir plantas. Es posible que el alto contenido en fibra del bambú puede desgastar el tracto intestinal, lo que podría llevar a una respuesta inflamatoria que resulta en la expulsión de esta capa mucosa. Esto y el dejar de ingerir alimentos permitiría al oso panda restablecer la capa mucosa y un microbioma sano. El punto en el cual empieza a afectar al panda como especie y no solo a nivel individual es el momento en el que se expulsa el mucoide. La mayoría de las veces ocurre justo después de la temporada de cría.

El malestar físico, la pérdida de apetito y los dolores en el sistema digestivo podrían invalidar a un panda hembra a la hora de gestar un feto hasta su nacimiento. Esto podría ayudar a explicar por qué a los pandas en cautividad les cuesta tanto reproducirse y sugiere que los esfuerzos para mitigar los episodios de mucoides podrían ayudar en dicho proceso. Según estos datos, lo ideal seria una dieta a base de las variedades más frescas de bambú. Esto es todo un reto para mucho zoos en climas donde el bambú no cuenta con las condiciones óptimas para su crecimiento, de ahí que las futuras investigaciones deban investigar sobre otros suplementos dietéticos para determinar la mejor dieta a la hora de prevenir mucoides en los pandas en cautividad.

Así que la próxima vez que vayas a un zoo con osos pandas y alguno esté de mal humor, recuerda que puede ser porque les duele la barriga.

El trabajo de WWF tuvo éxito, y con 67 reservas naturales específicas y varios centros de cría en cautividad en los que han nacido más de medio millar de ejemplares, todo hace pensar que el panda esta fuera de peligro. El gobierno chino mantiene una estricta vigilancia sobre los pandas, declarado patrimonio nacional, con penas muy duras para todo aquel que les cause daño. Asimismo mantiene un riguroso control sobre los ejemplares que se hallan repartidos por diversos zoológicos del mundo, entre ellos el Zoo Aquarium de Madrid. Gracias a los esfuerzos de los conservacionistas y las autoridades chinas, el futuro de la especie, que estuvo a punto de desaparecer un siglo después de ser descubierta para la ciencia, es esperanzador.

Pero el constante aumento de la presencia humana en sus territorios, la dispersión de los núcleos poblacionales y la baja tasa de reproducción siguen suponiendo graves amenazas para el panda gigante. Unas amenazas a las que se une ahora la alteración de su hábitat por la crisis climática.

China liberó tres osos panda en el ambiente silvestre de una reserva natural de la provincia oriental china de Jiangxi a finales de 2019, según anunció el Centro de Conservación e Investigación de Pandas Gigantes de China. Fue la primera vez que un oso panda era liberado a la naturaleza fuera de la provincia suroccidental de Sichuan, donde para el final del año pasado habían sido liberados 13 de ellos. El centro informó que se celebró una reunión de expertos en Jiangxi, en la que se decidió que uno o dos pandas fueran liberados en la Reserva Natural Nacional Guanshan de Jiangxi. La reserva tiene un clima templado y un ecosistema virtualmente intacto, con abundantes recursos de bambú y poca actividad humana, lo que es bueno para que vivan y se reproduzcan tanto los osos panda como otros animales silvestres.

Jiangxi, una provincia del sureste de China, se caracteriza por sus paisajes pastorales con arrozales, ríos y montañas. Se ubica en el valle del río Gan e históricamente ha pertenecido a importantes rutas de comercio de norte a sur. En el noroeste, Jingdezhen ha sido un centro de fabricación de porcelana por más de 1,000 años. Actualmente, la ciudad tiene muchos estudios y tiendas de alfarería, varios museos de cerámica y los restos de un kiln imperial, dedicado a la fabricación de porcelana, de la era Ming.

Investigadores del centro explicaron a los expertos el entrenamiento que dieron para vivir en su hábitat natural a los tres pandas, llamados Panwang, Ranran y Yuner. Los tres animales tienen dos años de edad. Panwang y Ranran son hembras y Yuner es macho. Los especialistas también abordaron el tema de los métodos de investigación del programa de reintroducción de pandas gigantes y del medio ambiente de la reserva natural. Los expertos llegaron a la conclusión de que los tres pandas estaban listos para la reintroducción, y de que la reserva satisface los requisitos del programa. El programa de reintroducción de osos panda contempla la liberación de pandas criados en cautiverio en sus áreas de distribución histórica para vivir y reproducirse después de ser entrenados para procurarse el alimento y hacer frente a los peligros del bosque, con el fin de reconstruir la población silvestre del animal.

Un panda gigante come bambú en el recién inaugurado Parque de Conservación e Investigación del Panda Gigante Jiawuhai, en el distrito de Jiuzhaigou de la provincia suroccidental china de Sichuan, el 7 de noviembre de 2019.

Si quieres saber más sobre el panda consulta la página de WWF dedicada a esta emblemática especie.

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