Hungría celebra hoy, Día Internacional del Orgullo,
su manifestación por los derechos LGTBIQ+ más compleja. Aunque
el evento, que lleva 30 años organizándose en la capital húngara,
ha sido prohibido y no cuenta con autorización policial, miles
de personas se congregan ya en el parque del Ayuntamiento
de Budapest a la espera de que el Orgullo prohibido comience
oficialmente a las 15.00. Las medidas de seguridad son palpables
y se ven por las calles coches de policía, agentes a pie y
un helicóptero sobrevuela la zona. De camino al lugar, se
observa a algún grupo de ultras gritando, pero sus consignas
quedan silenciadas por los miles de personas a favor de los
derechos LGTBIQ+, entre ellos turistas que han decidido sumarse
al evento para apoyar sus derechos. Desde la organización
esperan que se doblen las cifras del año pasado, 35.000 personas,
aunque algunos piensan que se pueden alcanzar los 100.000
participantes.
El alcalde de la capital, Gergely Karácsony,
dijo ayer que la marcha programada por la municipalidad se
mantenía. Es una convocatoria alternativa, pues la oficial
fue vetada por el Gobierno del ultraderechista Viktor Orbán,
basándose en una ley que restringe el derecho de reunión para
supuestamente proteger a los menores. Ante esa situación,
el primer edil de Budapest planteó un evento municipal alternativo,
pero no fue autorizado por la policía. “Este sábado, o todos
somos libres. O nadie será libre”, dijo ayer el alcalde, acompañado
de la comisaria europea de Igualdad, la belga Hadja Lahbib,
y del vicepresidente del Parlamento Europeo, el rumano Nicolae
Stefanuta. “Animamos a los ciudadanos a que acudan a la marcha.
No habrá multas, castigos ni represalias”, agregó.

Gergely Karácsony, alcalde de Budapest, junto
a la vicepresidenta Yolanda Díaz y al ministro Ernest Urtasun,
este viernes en la capital de Hungría.
Aunque las personas LGTBIQ+ siempre han estado
en la diana de Orbán y su partido (los ultraconservadores
de Fidesz, que controlan el Gobierno desde hace 15 años),
la ofensiva se ha intensificado en el último lustro. El veto
al Orgullo es su máxima expresión. La clave normativa de la
prohibición es una ley anti-LGTBIQ+ que se aprobó en junio
de 2021, imitando una similar promovida en Rusia por Vladímir
Putin, de quien Orbán es uno de los principales aliados en
la UE. Es la llamada ley de propaganda, que provocó que la
Comisión Europea iniciase un procedimiento sancionador al
país. Además, el caso está en el Tribunal de Justicia de la
UE (TJUE), que previsiblemente emitirá un fallo a finales
de este año. La aplicación de la ley de propaganda ha llevado
a modificar otras normativas, como la referente a la protección
de la infancia. El Ejecutivo ultra ha censurado en el espacio
público cualquier mención “al cambio de sexo, la desviación
respecto a la identidad conforme al sexo de nacimiento, así
como a la homosexualidad”. En marzo de este año, Orbán dio
un paso más. “La ley de propaganda se está expandiendo a una
nueva esfera: ya no solo limita la libertad de expresión,
ahora también restringe el derecho a reunirse. Lo justifica
en la protección de los derechos de los niños”, explica Eszter
Polgári, abogada y responsable jurídica de Háttér Society,
la principal organización de defensa de derechos del colectivo
de Hungría.
En el Orgullo de Budapest ha aparecido la agrupación
nacionalista de extrema derecha HVIM (Movimiento juvenil por
los 64 condados). Estos ultras, tras descubrir el trazado
de la marcha que había convocado el Ayuntamiento -que se mantenía
en secreto por motivos de seguridad y para evitar el boicoteo-,
han convocado su propia manifestación, “un evento familiar”,
el mismo día, a la misma hora y con un recorrido similar.
La Policía de Budapest ha dado su visto bueno, ya que el Orgullo
no lo había obtenido. Además, el partido Mi Hazánk (Movimiento
nuestra patria), aún más a la derecha de Fidesz y que apoya
en el Parlamento a Orbán, ha convocado concentraciones en
todos los puentes de Budapest. Una forma de “resistencia nacional”,
en palabras del vicepresidente de la formación, Elod Novák.
Por otro lado, otras dos agrupaciones extremistas han amagado
con plantear sus propios eventos, pero aún no hay confirmado
ninguno. “En Hungría es más fácil organizar una manifestación
nazi que una que defienda los derechos humanos”, ha apuntado
el alcalde de Budapest.

La tensión en la capital es alta. Hay nerviosismo
entre los organizadores y participantes. Por un lado, hay
una parte del recorrido del Orgullo prohibido que discurre
por una zona de calles estrechas, el comienzo, desde el parque
del Ayuntamiento. Por otro, en un momento dado hay que cruzar
el Danubio por un estrecho puente -el de la Libertad; el lema
del Orgullo es La libertad y el amor no pueden ser prohibidos-,
que estará tomado por los militantes y simpatizantes de Mi
Hazánk. “Estamos francamente preocupados. La situación es
muy incierta y cambia cada hora”, reconoce un activista que
pide anonimato. La solidaridad internacional ha sido “abrumadora”,
han expresado los organizadores del Budapest Pride. Hay representantes
de decenas de países europeos, de la propia UE, así como de
organizaciones de toda la zona. El Parlamento europeo ha realizado
unas recomendaciones de seguridad para los 72 europarlamentarios
que han acudido a la cita de las familias Socialistas y Demócratas,
Los Verdes, La izquierda y Renew, además de los dos únicos
del Partido Popular Europeo, la formación de la presidenta
de la Comisión, Ursula von der Leyen. Son estas: “Sigan las
instrucciones de la policía. Manténgase juntos. No reaccionen
a provocaciones. Sean cautos en redes sociales. Vistan ropa
neutra, sin visibilizar símbolos ni banderas LGTBIQ+ ni de
la Unión Europea (especialmente al inicio de la convocatoria)”.
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Viktor Orbán es un jurista y político húngaro
y el actual primer ministro de Hungría. Se le ha descrito
como un político ultraconservador.
“Las autoridades de Hungría deben permitir la
celebración del Orgullo este sábado. Es importante que se
desarrolle sin miedo. Criminalizar el Orgullo y a sus organizadores
o castigarlos va en contra de todo lo que creemos como Unión
Europea”, incidió Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión
Europea este jueves, en una rueda de prensa. Aunque en un
primer momento Von der Leyen pidió a sus comisarios que evitaran
ir al Orgullo prohibido de Budapest, para evitar un choque
institucional con Orbán, finalmente, la comisaria de Igualdad,
la belga Hadja Lahbib, ha acudido a la cita. “Viajo a Budapest
para celebrar nuestros valores europeos y nuestra rica diversidad.
Como Comisaria de Igualdad, estaré junto a las personas LGTBIQ+
con motivo del Orgullo. Manifestarte por tus derechos es una
de las libertades fundamentales de nuestra Unión. Ahora debemos
defender todo esto. Se trata de quiénes somos como europeos”,
dijo Lahbib. “Hoy son las personas LGTBIQ+, pero mañana puede
ser cualquiera. La UE no es neutral en el odio”, ha incidido
la comisaria, quien a pesar de estar en Budapest y tener previsto
acudir al arranque del Orgullo alternativo, no machará por
la capital, como pidió Von der Leyen. Algunos activistas han
organizado protestas en los actos de Lahbib para criticar
que la UE actúa muy lenta con las tropelías que Orbán comete
contra el Estado de derecho: “Ursula, haz tu trabajo. Llévalo
[a Orbán] a juicio”, reclamaban varias decenas personas a
la presidenta de la Comisión en uno de los actos de la comisaria
de Igualdad.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo
y Economía social, Yolanda Díaz, anunció hace unos días que
acudiría al Orgullo vetado. “Estamos el ministro de Cultura,
Ernest Urtasun, y yo misma en representación del Gobierno
de España para decir que los derechos humanos no se tocan”,
dijo ayer en el Ayuntamiento de Budapest. “Mañana, todos a
las calles de Budapest a reivindicar”. Urtasun fue de los
primeros en anunciar su presencia en la cita. También están
en Budapest, entre otros, el diputado socialista Víctor Gutiérrez;
una delegación del Parlament de Cataluña; el alcalde de Barcelona,
Jaume Collboni, además de representantes de Más Madrid, como
Eduardo Rubiño, o la líder de los socialistas europeos, Iratxe
García.
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