www.juezyverdugo.es --- contacto@juezyverdugo.es

 

14 - Mayo - 2022
>>>> Destacado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La familia Marcos ha pasado años renovando su imagen, presentando el Gobierno autoritario de Marcos padre –durante el cual saquearon miles de millones– como una época dorada y restando importancia a las atrocidades del pasado. Los investigadores lo han descrito como una ofensiva de desinformación diseñada para revisar la historia, mejorar la reputación de los Marcos y debilitar a sus oponentes. Muchos votantes no tienen edad suficiente para recordar el Gobierno de Marcos, que finalizó en 1986, y los académicos advierten que ese período no se enseña a fondo en las escuelas, lo que crea una vulnerabilidad que los Marcos y sus seguidores han aprovechado. Muchos partidarios dicen que no creen que la familia haya saqueado los fondos del Estado, a pesar de las numerosas sentencias judiciales que así lo determinan.

Algunos analistas dicen que la victoria de Marcos es la continuación de una ola populista que comenzó con el presidente Rodrigo Duterte y, a la vez, un reflejo de la frustración social ante la incapacidad de los gobiernos anteriores de ofrecer reformas suficientes y tangibles tras la Revolución del Poder del Pueblo que derrocó a Marcos padre.

Duterte no apoyó oficialmente a Marcos como candidato presidencial, ni se ha mostrado siempre elogioso hacia su persona. El año pasado, Duterte calificó a Marcos Jr de “niño mimado” y “líder débil”. Y ello a pesar de que Marcos se presentó en una candidatura conjunta con la hija de Duterte. En otro discurso afirmó que un candidato presidencial que tenía un padre prominente, en una referencia apenas encubierta a Marcos, era consumidor de cocaína. Sin embargo, durante su presidencia Duterte permitió la rehabilitación del apellido Marcos e incluso recomendó que Marcos padre recibiera un entierro de héroe con honores militares en 2016. “La propagación del mito de una edad de oro durante la dictadura de Marcos jugó a su favor mientras fue presidente”, señala Sol Iglesias, profesora asistente de Ciencias Políticas en la Universidad de Filipinas. Asimismo, Iglesias dice que aquella narrativa estaba alineada con el propio liderazgo de Duterte como hombre fuerte, “pero ahora, hacia el fin de su mandato, su principal interés parece ser evitar la rendición de cuentas”, añade. Las recientes burlas de Duterte a Marcos pueden deberse a la irritación ante el hecho de que su hija se haya presentado como candidata a la vicepresidencia y no para el cargo principal. Quien sea presidente tendrá que decidir si coopera o no con la Corte Penal Internacional (CPI), que ha iniciado una investigación sobre la llamada “guerra contra las drogas” de Duterte.

"Bongbong" Marcos, el hijo del exgobernante militar filipino Ferdinand Marcos que trae a la familia de vuelta al poder.

¿Quién es Sara Duterte? Sara Duterte, de 43 años, atrajo por primera vez la atención del país entero una década atrás, cuando dio cuatro puñetazos en la cabeza a un sheriff local ante una multitud de periodistas. En aquel entonces era alcaldesa de la ciudad de Davao, en la isla sureña de Mindanao, donde su familia es muy poderosa. Su padre había sido su predecesor inmediato en la alcaldía. Sara se mantuvo en el cargo hasta principios de este año. Amante de las motocicletas, tiene el mismo estilo duro que su padre. Sin embargo, su retórica es menos cruda y extrema (Rodrigo Duterte ha llamado “hijo de puta” al Papa, ha bromeado sobre las violaciones y una vez pareció compararse con Hitler). Muchos habían anticipado que Sara se presentaría a la presidencia. El año pasado aparecieron carteles por todo el país con la frase “Corre, Sara, corre” (juego de palabras con 'run', que en inglés puede significar tanto “correr” como “postularse”). Su candidatura en tándem junto a Marcos Jr ha reunido a dos de las familias políticas más poderosas de Filipinas y ha unido a las bases de apoyo de ambos clanes, tanto en el norte como en el sur del país. Esta asociación no solo refleja la preservación mutua de las dos familias, sino también el sistema de dinastías que domina la política en Filipinas, dice Iglesias, quien cree que son ciertas las informaciones que sugieren que el acuerdo fue promovido por la expresidenta Gloria Macapagal Arroyo. “Si ella no hubiera acordado este tándem, podrían haberse enfrentado entre sí, y eso habría pulverizado a sus bases de votantes, que se refuerzan mutuamente”, dice Iglesias. En ese escenario, la victoria podría haber estado al alcance de alguien como la vicepresidenta Leni Robredo, una candidata que había prometido reformas, incluida una ley antidinástica.

María Gloria Macapagal y Macaraeg de Arroyo (San Juan del Monte, en la isla de Luzón; 5 de abril de 1947) es una política filipina. Fue la 14°. presidenta de Filipinas desde el 20 de enero de 2001 (reelegida en 2004) hasta 30 de junio de 2010. Macapagal Arroyo es la hija del expresidente Diosdado Macapagal (presidente de la República en 1961-1965 y fallecido en 1997) y de Evangelina Macaraeg. Llegó a ser la presidenta en 2001 durante la segunda Revolución de EDSA que desplazó a Joseph Estrada en medio de acusaciones de extensa corrupción. Arroyo fue reelegida en 2004, derrotando al principal líder de la oposición filipina, Fernando Poe Jr.

Todo queda en casa.

Si se confirman los resultados del recuento inicial de votos, Marcos Jr gozará de un amplio mandato. Sin embargo, su campaña fue escasa en detalles políticos, por lo que los analistas dicen que no está claro cómo utilizará esta ventaja. Puede que Marcos intente modificar la constitución de 1987, dice Iglesias. Por ejemplo, puede intentar cambiar la norma que impide a los presidentes presentarse a la reelección al final de un mandato de seis años. Marcos heredará una complicada situación económica, dice Sonny Africa, director ejecutivo de la Fundación IBON. “Los datos más recientes del Banco Central sobre el último trimestre de 2021 muestran que siete de cada diez familias no tienen ningún tipo de ahorro, ya sea en el banco o bajo el colchón”, dice, mientras que un gran número de empresas pequeñas se ha hundido. Sin embargo, añade Africa, ni Marcos ni su equipo ofrecieron una visión general sobre cómo abordar estos problemas. Marcos sí se pronunció sobre qué haría con la investigación del Tribunal Penal Internacional. El hijo del dictador dijo que a los visitantes del tribunal solo les permitiría entrar al país como turistas, lo que impediría que los fiscales investiguen la “guerra contra las drogas” de Duterte en el país. También se espera que busque estrechar lazos con China, continuando así las políticas del Gobierno de Duterte.

Duterte afirmó haber “curado” su homosexualidad con “mujeres hermosas”. En el pasado, Rodrigo Duterte ha llegado a afirmar que los hombres están mejor preparados para gobernar y llegó a ofrecer “42 vírgenes” a los turistas que viajaran a Filipinas.

La Revolución EDSA (también denominada Revolución del Poder del Pueblo, Revolución Filipina de 1986, y Revolución Amarilla) fueron una serie de protestas y marchas populares de protesta en Filipinas que comenzaron en 1983 y finalizaron en 1986. Los métodos utilizados fueron los propios de una campaña de resistencia civil contra la violencia del régimen y el fraude electoral. Esta revolución no-violenta condujo a que el presidente Ferdinand Marcos dejara el gobierno y se restaurara la democracia en el país. Se la denomina también la Revolución Amarilla a causa de la presencia de cintas amarillas durante las manifestaciones posteriores al asesinato de Benigno Aquino, Jr. Fue ampliamente considerada una victoria del pueblo contra los 20 años del régimen autoritario y represivo del entonces presidente Ferdinand Marcos y los periódicos se refirieron a ella como "la revolución que sorprendió al mundo". La mayoría de las protestas se realizaron en un largo tramo de la Avenida Epifanio de los Santos, ubicada en la zona metropolitana de Manila y conocida popularmente por el acrónimo de EDSA, desde el 22 al 25 de febrero de 1986. En las mismas participaron más de dos millones de civiles filipinos y varios grupos políticos, militares y religiosos liderados por el cardenal Jaime Sin, arzobispo de Manila. Las protestas alimentaron la resistencia y la oposición frente a años del gobierno corrupto de Marcos, culminando con la partida del dictador del Palacio de Malacañán hacia Hawái. Tras la revolución, Corazón Aquino fue proclamada como la legítima presidenta de Filipinas.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

NUBE DE

ETIQUETAS

NOVEDADES EDITORIALES