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30 - Octubre - 2021
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No cabe duda de que el LIDAR (abreviatura de Light Detection and Ranging por sus siglas en inglés) está revolucionando la arqueología a nivel mundial. Este preciso método de detección, que envía un láser pulsado a través de la vegetación para mostrar información tridimensional revelando las posibles estructuras que yacen bajo tierra, ha proporcionado un sinfín de nuevos hallazgos en todo el planeta, estructuras y ciudades ocultas que nadie sabía que estaban allí.

Eso es lo que ha sucedido en México, donde un equipo internacional de investigadores del Proyecto Arqueológico del Usumacinta Medio, autorizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) y liderado por Takeshi Inomata, profesor de Antropología de la Universidad de Arizona, y que cuenta con la participación de Lourdes Hernández del Centro INAH Veracruz, Javier Durón del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y Miguel García y Melina García, investigadores adscritos a la Universidad Autónoma de México (INAM), ha logrado localizar mediante este sistema nada más y nada menos que 478 nuevos sitios arqueológicos en áreas donde se asentaron las antiguas culturas maya y olmeca (1100-400 a.C.).

En junio de 2020, el equipo de Inomata ya localizó en el área de Tabasco, mediante el LIDAR, el sitio arqueológico de Aguada Fénix, el más grande y antiguo de México, un complejo de forma rectangular que continúa proporcionando a los expertos valiosa información sobre el modo en que este tipo de complejos ceremoniales se expandieron por la región.

Excavación en la zona central de Aguada Fenix.

Este estudio es el más importante y completo realizado en Mesoamérica, y el área estudiada, de 85.000 kilómetros, abarca zonas del estado de Tabasco, el sur de Veracruz, Chiapas, Campeche y Oaxaca, y sus resultados acaban de ser publicados en la revista Nature Human Behavior. "Hace unos pocos años era impensable estudiar un área tan grande. El LIDAR está transformando la arqueología", ha afirmado Inomata con satisfacción. Asimismo, el investigador cree que el descubrimiento de todos estos nuevos emplazamientos ceremoniales "cambia la comprensión de los investigadores sobre la relación entre la civilización maya y la olmeca".

Hasta la fecha, ha sido motivo de debate si la civilización maya se desarrolló a partir de la olmeca o si se gestó de un modo independiente. Según el reciente estudio, estos 478 sitios arqueológicos fueron construidos entre los años 1100 y 400 a.C. por grupos distintos casi mil años antes del apogeo de la civilización maya, entre 250 y 950 d.C. Los datos del LIDAR también revelan que San Lorenzo, el primer complejo del área olmeca, que tuvo su cenit entre los años 1400 y 1100 a.C., disponía de un gran espacio rectangular central, en el que tal vez se basaron centros posteriores como Aguada Fénix, en el área maya, a partir de esa fecha. Según Inonata, "los sitios son grandes horizontalmente, pero no verticalmente. La gente siempre pensó que San Lorenzo era único y diferente de lo que vino después en términos de disposición del sitio, pero ahora mostramos que San Lorenzo es muy similar a Aguada Fénix. Esto es muy importante, ya que nos sugiere que este sitio fue probablemente el inicio de algunas de estas ideas que luego fueron utilizadas por los mayas".

Imagen basada en LIDAR de San Lorenzo (izquierda) y Aguada Fenix (derecha) en la misma escala. Ambos tienen un espacio de plaza rectangular definido por 20 plataformas.

Según Inonata, todos los sitios descubiertos posiblemente funcionaron como centros de reunión ritual, e incluyen grandes espacios abiertos centrales, a modo de plazas, de forma rectangular, algunos de los cuales pueden llegar a medir hasta 1,4 kilómetros de longitud, con lo que eran capaces de acoger a un gran número de personas. Asimismo, estos centros ceremoniales parecen estar en muchas ocasiones alineados con el amanecer de una fecha concreta. "Hay muchas excepciones; por ejemplo, no todos los sitios tienen suficiente espacio para colocar la forma rectangular en la dirección deseada, pero cuando pueden, parecen haber elegido ciertas fechas", explica Inonata.

Los arqueólogos excavan en el centro ceremonial de Aguada Fénix.

Pero ¿por qué escogieron fechas específicas los constructores de estos lugares? Los investigadores creen que tal vez las fechas estén vinculadas con el paso del cénit (que es cuando el Sol pasa justamente por encima de estos espacios rectangulares), que en la región tiene lugar el 10 de mayo. Es un día que marca el inicio de la temporada de lluvias y del cultivo del maíz. Así, los sitios se orientan a la salida del Sol unos 40, 60, 80 o 100 días antes del día del paso del cénit (los calendarios que surgieron en Mesoamérica posteriormente se basan precisamente en el número 20).

El estudio explica que la importancia del número 20 queda plasmada en las estructuras de los diferentes sitios. Por ejemplo, Aguada Fénix o San Lorenzo tienen veinte plataformas de borde (unos montículos colocados a lo largo de los bordes de las grandes plazas rectangulares) situadas en los lados este y oeste de su gran plaza rectangular. Estas plataformas de borde marcan la forma que adoptaron estas plazas centrales y cada una mide poco más de un metro. Según Inonata, "esto significa que estas personas estaban representando ideas cosmológicas a través de estos espacios ceremoniales. En este espacio, la gente se reunía de acuerdo con este calendario ceremonial".

Imagen 3D basada en LIDAR del sitio de Buenavista el día de la alineación del amanecer.

Inonata afirma que todo esto solo es el principio, ya que aún quedan muchas preguntas sin respuesta, como por ejemplo cómo era la organización social en estos centros. Por ejemplo en San Lorenzo se descubrieron cabezas colosales que muy probablemente representen a gobernantes, aunque, según Inonata, en lugares como Aguada Fénix, "la gente todavía tenía cierto nivel de movilidad; hacía poco que usaban la cerámica y vivían en estructuras efímeras al nivel del suelo. Se encontraban en un momento de transición hacia formas de vida más sedentarias, y muchas de esas áreas probablemente no contaban con una organización jerárquica demasiado firme. Pero aun así, eran capaces de construir este tipo de centros tan bien organizados. Continuar excavando los sitios para hallar estas respuestas llevará mucho más tiempo e involucrará a muchos otros estudiosos", concluye el investigador.

Cabeza olmeca colosal procedente del sitio de San Lorenzo Tenochtitlán.

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