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Ha muerto el médico y escritor Arnoldo Kraus.
A los 73 años, la medicina mexicana despide a una figura clave
de la bioética en el país, profesor en la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), fundador del Colegio de Bioética
y miembro del Seminario de Cultura Mexicana. Rotundo, irónico
y pensador incansable contra la desigualdad, Kraus, que falleció
el sábado, era un prolífico columnista que colaboraba, entre
otros medios, con este periódico. “Despedimos con gran tristeza
a nuestro fundador Arnoldo Kraus Weissman. Agradecemos su
gran calidez humana, sus enormes contribuciones a la bioética
y su gran amor por el conocimiento. Hasta siempre, maestro
Arnoldo”, ha escrito el Seminario Permanente de la Bioética
de la UNAM.
A las condolencias se han sumado ya el programa
de Grandes Maestros de la universidad y el Instituto Nacional
de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Kraus nació
en Ciudad de México hace 73 años, hijo de una familia judía
polaca que perdió a decenas de familiares en los campos de
concentración nazis. Vivió de cerca la religión y el fanatismo,
y dedicó sus últimos años de batalla intelectual a lo que
llamó la bioética laica, en la que confiaba como la doctrina
que podía combatir la desigualdad y la injusticia, en definitiva,
la ideología que podía arreglar en el siglo XXI el mundo.
Un mundo en el que el escritor decía depositar cada vez menos
esperanzas. “Hoy el mundo no es veraz, si uno visita Haití
o la sierra de Oaxaca o los que mueren en los mares de todo
el mundo, testigos vivos de que esa mejoría de la que hablan
sobre el hambre, el agua, etcétera, debe cuestionarse mucho”,
decía en una entrevista con EL PAÍS en 2022, en la que apuntaba:
“Hemos fracasado, el ser humano genera conocimiento con un
determinado fin, el principal es la ética, dedico parte de
mi tiempo a escribir sobre bioética, es la ciencia del mal
menor, y no, no estamos cumpliendo en muchos sentidos”, En
los últimos años daba consulta desde el hospital ABC, en la
capital mexicana, donde decía que su principal tarea era escuchar
a los pacientes. Consideraba que en el mundo “hay una trilogía
cancerosa: políticos, empresarios y ministros de culto”, a
la que el pensador calificaba de “prácticamente intratable,
detentan el poder y se lo van pasando”.

Arnoldo Kraus en su consultorio en Ciudad de
México, en 2022.
Autor de una decena de libros, se declaraba
feminista, estaba a favor del aborto y la eutanasia. Dedicó
la última columna en este periódico al dolor de la búsqueda
de desaparecidos, que justo ayer, 30 de agosto, conmemora
su lucha: “Cuentas éticas pendientes: ¿qué hará el Gobierno
actual para encontrar los cuerpos o sus restos de los incontables
desaparecidos durante el Gobierno previo?, y ¿qué hará para
detener esa lacra, la cual ha proyectado a México en el mundo?“.
En la entrevista con EL PAÍS, la periodista Carmen Morán Breña
le hizo una última pregunta: “Médico, escritor, profesor,
miembro del seminario de Cultura Mexicana, miembro del Colegio
de Bioética, columnista, ¿no está cansado?“. —No, no estoy
cansado, utilizo una frase que parece grosera pero no lo es:
me la paso diciendo que hay que cogerse a la vida, cuando
digo eso, el sexo solo es una pequeña parte, lo demás son
incontables pasiones.
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La bioética es la rama de la ética dedicada
a promover los principios para la conducta más apropiada del
ser humano con respecto a la vida, tanto de la vida humana
como del resto de seres vivos, así como al ambiente en el
que pueden darse condiciones aceptables para la misma. Se
trata de una disciplina relativamente nueva. El término fue
utilizado por primera vez en 1927 por Fritz Jahr, quien lo
aplicó en un artículo sobre la relación ética del ser humano
con las plantas y los animales. Más adelante, en 1970, el
bioquímico estadounidense dedicado a la oncología Van Rensselaer
Potter utilizó el término bio-ethics en un artículo sobre
«la ciencia de la supervivencia».
En su sentido más amplio, la bioética, a diferencia
de la ética médica, no se limita al ámbito médico, sino que
incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con
la vida en general, extendiendo de esta manera su campo a
cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato debido
a los animales. Se han formulado una serie de definiciones
respecto a la disciplina de la Bioética, siendo una de ellas
la adoptada por la Unidad Regional de Bioética de la OPS (Organización
Panamericana de la Salud), con sede en Santiago de Chile y
que, modificada por el S. J. Alfonso Llano Escobar en una
revista de la especialidad, define a la Bioética como «el
uso creativo del diálogo inter y transdisciplinar entre ciencias
de la vida y valores humanos para formular, articular y, en
la medida de lo posible, resolver algunos de los problemas
planteados por la investigación y la intervención sobre la
vida, el medio ambiente y el planeta Tierra». Sin embargo,
cabe destacar, que ya en 1978, el Kennedy Institute de la
Universidad jesuita de Georgetown en Estados Unidos, había
publicado la primera Enciclopedia de Bioética en cuatro volúmenes,
dirigida por Warren Reich, un teólogo católico, donde se define
a la Bioética como el "estudio sistemático de la conducta
humana en el área de las ciencias de la vida y la salud, examinado
a la luz de los valores y principios morales".

La eutanasia es el acto deliberado de poner
fin a la vida de una persona para evitar un sufrimiento insoportable.
Pásate por Séptimo arte >>
Reseñas >> Mar adentro.
La bioética abarca las cuestiones éticas acerca
de la vida que surgen en las relaciones entre biología, nutrición,
medicina, química, política (no debe confundirse con la "biopolítica"),
derecho, filosofía, sociología, antropología, teología, etc.
Existe un desacuerdo acerca del dominio apropiado para la
aplicación de la ética en temas biológicos. Algunos bioéticos
tienden a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con
los tratamientos médicos o con la innovación tecnológica.
Otros, sin embargo, opinan que la ética debe incluir lo relativo
a todas las acciones que puedan ayudar o dañar organismos
capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia,
no solo hay que considerar lo que afecta a los seres vivos
(con capacidad de sentir dolor o sin tal capacidad), sino
también al ambiente en el que se desarrolla la vida, por lo
que también se relaciona con la ecología. El criterio ético
fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser
humano, a sus derechos inalienables, a su bien verdadero e
integral: la dignidad de la persona.
En 1979, los bioeticistas Tom Beauchamp y James
Franklin Childress, definieron los cuatro principios de la
bioética: autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia,
principios que aún hoy son la base de la bioética clínica
contemporánea. En un primer momento definieron que estos principios
son prima facie, esto es, que vinculan (son obligatorios)
siempre y cuando no colisionen entre ellos, en cuyo caso habrá
que dar prioridad a uno u otro, dependiendo del caso. Sin
embargo, en 2003 Beauchamp considera que los principios deben
ser especificados para aplicarlos a los análisis de los casos
concretos, o sea, deben ser discutidos y determinados por
el caso concreto a nivel casuístico.
Aunque la bioética está muy relacionada con
la ética, no son lo mismo. En el caso de la medicina, la ética
médica no es idéntica a la bioética médica: la ética médica
trata los problemas planteados por la práctica de la medicina
mientras que la bioética es un tema más amplio que aborda
los problemas morales derivados de los avances en las ciencias
biológicas en general. La bioética se diferencia de la ética,
según algunos autores, en que no necesita la aceptación de
ciertos valores tradicionales que son fundamentales para la
ética.
- Problemas éticos derivados de las profesiones
sanitarias: transfusiones de sangre, eutanasia, trasplantes
de órganos, reproducción asistida o mediante fertilización
in vitro, aborto, todos los asuntos implicados en la relación
médico-paciente.
- Problemas de la investigación científica,
en particular la investigación biomédica y biotecnológica,
que tanto pueden transformar al hombre: manipulación genética,
tecnologías reproductivas como la fecundación in vitro o la
(por ahora solo hipotética) clonación humana, etc.
- Los problemas ecológicos, del medio ambiente
y la biosfera: necesidad de conservación del medio ambiente,
como mantener el equilibrio entre las especies y el respeto
hacia los animales y la naturaleza, impedir el uso de energía
nuclear, controlar el crecimiento de la población mundial
y el incremento del hambre en los países pobres, etc.
- Influencia social y política de las cuestiones
anteriores, en cuanto a legislación, educación, políticas
sanitarias, religión, etc.
- Temáticas relativas a la relación entre neurología
y ética, que daría lugar a lo que se conoce como neuroética.
Eutanasia, clonación humana, donación
de organos ... Son muchos los ámbitos.
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