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19 - Julio - 2021
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Las peores inundaciones en décadas. Eso es lo que experimentaron esta semana varios países de Europa, principalmente Alemania y Bélgica. Hasta el pasado día 11 se habían registrado en total 183 muertos y cientos de desaparecidos. Las lluvias récord hicieron que los ríos se desbordaran, devastando la región y provocando que algunos pueblos terminaran totalmente destruidos. Los expertos sostienen que las catastróficas inundaciones en Europa occidental son parte de una crónica de un desastre anunciado y que el culpable es el cambio climático.

Otros especialistas dicen que, si bien se dieron las alarmas meteorológicas sobre las lluvias que se avecinaban, no se esperaba que fueran de tal magnitud y que se necesitan mejores herramientas de pronóstico. Muchos factores contribuyen a las inundaciones, pero una atmósfera más caliente a causa del cambio climático aumenta la probabilidad de lluvias extremas.

El planeta ya se ha calentado alrededor de 1,2 °C desde que comenzó la era industrial y las temperaturas seguirán aumentando a menos que los gobiernos de todo el mundo hagan recortes drásticos en las emisiones de CO2. "Eventos climáticos como este (en Europa) ocurren de vez en cuando. Pero ahora, con el calentamiento general del clima y el aumento de las temperaturas, las masas de aire pueden contener cada vez más vapor de agua", explicó Thomas Endrulat, del Servicio Meteorológico de Alemania, a la agencia Reuters. "Por lo tanto, cuando se produce esta congestión, se está exprimiendo más agua de esta esponja de nube por culpa del cambio climático", añadió.

Al referirse específicamente al pronóstico meteorológico ofrecido para Alemania antes de estas inundaciones, el especialista dijo que las alertas se dieron a tiempo pero que hay cosas que no se pueden pronosticar. "Las advertencias de lluvia llegaron a tiempo. Pero lo que sucede es más difícil y depende de la historia y la saturación del suelo,además del estado de las represas y embalses. Y también depende del factor tiempo: si algo así ocurre por la noche, si la gente no sabe qué significan las sirenas o si es complicado llegar a ellos a través de los medios de comunicación", detalló Endrulat. "Esas circunstancias siempre difieren. Y por eso es mucho más complicado que un simple pronóstico del tiempo", analizó.

Por su parte, la ministra de medioambiente de Renania del Norte-Westfalia, Ursula Heinen-Esser, dijo este viernes que la principal causa detrás de la tragedia es el cambio climático. "El desafío es que a veces tenemos que lidiar con sequías extremas y, en ocasiones, con lluvias extremadamente intensas", aseguró en declaraciones al diario local Koelner Stadt-Anzeiger. El suelo "apenas pudo absorber más agua debido a la sequía de años anteriores y las lluvias de las últimas semanas", dijo, y agregó que ante esta situación es "prácticamente imposible reaccionar en el corto plazo".

Desde hace años, los científicos vienen pronosticando que las lluvias y las olas de calor se volverían más intensas debido al cambio climático.

Y constantemente advierten a los políticos de que se necesita hacer más para proteger a ciudadanos de los fenómenos meteorológicos extremos, como estas inundaciones en Europa y el domo de calor que afectó a Norteamérica hace unos días. Hannah Cloke, profesora de hidrología en la Universidad de Reading, en Reino Unido, le dijo al analista de medioambiente de la BBC, Roger Harrabin, que "las muertes y la destrucción en Europa como resultado de las inundaciones es una tragedia que debería haberse evitado". "Los meteorólogos emitieron alertas a principios de semana y, sin embargo, las advertencias no se tomaron lo suficientemente en serio y los preparativos fueron inadecuados", aseguró. "El hecho de que otras partes del hemisferio norte estén sufriendo olas de calor e incendios sin precedentes debería servir como recordatorio de cuánto más peligroso podría volverse nuestro clima en un mundo cada vez más cálido", aseguró Cloke. Los científicos dicen que los gobiernos deben reducir las emisiones de CO2 que están alimentando los eventos intensos y prepararse para un clima más extremo.

En un análisis más general sobre estos eventos extremos en el planeta, los científicos también advierten sobre sus propias dificultades para predecirlos.

Reconocen que sus computadoras no son lo suficientemente potentes para proyectar con precisión la gravedad de estos acontecimientos. Algunos expertos piden a los gobiernos que inviertan en una supercomputadora climática compartida, la nueva "Biblia" de la ciencia del clima, del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Pero la exjefa científica de la Oficina Meteorológica de Reino Unido, la profesora Dame Julia Slingo, le dijo a la BBC que esto no sería del todo útil "porque los modelos del IPCC (computadora climática) no son lo suficientemente buenos". "(Necesitamos) un centro internacional para dar el salto cuántico a los modelos climáticos que capturan la física fundamental que impulsa los (eventos) extremos", afirmó. "A menos que hagamos eso, continuaremos subestimando la intensidad/frecuencia de los (eventos) extremos y la naturaleza cada vez más sin precedentes de ellos", añadió la profesora.

El profesor de Oxford Tim Palmer concuerda. "Es imposible decir en qué grado de emergencia estamos porque no tenemos las herramientas para responder a esta pregunta", afirmó Palmer al analista de Medio Ambiente de la BBC, Roger Harrabin. "Necesitamos un compromiso y una visión con la magnitud del CERN (el principal centro de investigación de física de Europa) si queremos construir modelos climáticos que puedan simular con precisión los extremos del clima como la ola de calor en Canadá", advirtió. Lo más importante es que los investigadores deben evaluar si lugares como América del Norte o Alemania enfrentarán situaciones meteorológicas extremas como el domo de calor y las inundaciones cada 20, 10, 5 o incluso cada año. Actualmente, este nivel de precisión no es posible.

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Pequeñas calles, grandes avenidas y unos cuantos riachuelos se han convertido en fortísimos torrentes que han arrastrado árboles, casas y automóviles en la región. Una de las poblaciones más afectadas es Schuld, un pequeño pueblo que ha quedado casi completamente destruido. Ubicado en el noroeste del Ahrweiler y a unos 50 km de la frontera con Bélgica, Schuld cuenta con alrededor de 700 habitantes, muchos de los cuales no han podido ser localizados. Según la prensa local, unas 50 personas lograron ser evacuadas con la ayuda de helicópteros.

Quizá la estructura más conocida del pueblo es la iglesia parroquial católica romana de St. Gertrud, que fue reconstruida en la década de 1970 tras haber sido destruida en un ataque aéreo el 29 de octubre de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. El gobernador regional ha asegurado que el distrito de Ahrweiler atraviesa "la mayor catástrofe desde la Segunda Guerra Mundial". Y las torrenciales aguas también han afectado a la emblemática estructura eclesiástica, y a muchas otras. No son pocos los alemanes que comparan la magnitud de la devastación actual con los golpes que sufrió el país en la Segunda Guerra Mundial. Y como recordatorio de la guerra, el ejército de Alemania está utilizando vehículos blindados para ayudar a limpiar los escombros. En Schuld, la inundación repentina destrozó edificios enteros y arrastró automóviles, llenando las calles de escombros y gruesas capas de barro. Marlene Wiechmann, una residente de 76 años, explicó al borde de las lágrimas que la última vez que Schuld experimentó una inundación tan catastrófica fue en 1910. Fue un shock tan grande para la comunidad que se convirtió en parte del folclore local.

"Todo está roto, ha sido arrastrado, es una catástrofe", le dijo a la emisora pública SWR sobre el diluvio del jueves. "Nuestras canchas de tenis estaban allí, la casa de Stanni de Polonia estaba allá", indicó, señalando una maraña de barro, árboles destrozados y escombros. De acuerdo con un portavoz del gobierno local, las redes móviles se habían quedado fuera de servicio, lo que hacía imposible contactar a muchas personas. En la vecina ciudad de Sinzig, 12 de los 35 residentes de un hogar de ancianos para personas discapacitadas murieron después de que las aguas impactaran el edificio mientras dormían.

La escala de los daños es evidente en el valle de Ahr, en donde se encuentran Schuld, Sinzig y muchas otras poblaciones que han sido gravemente afectadas, según reporta desde Alemania Jenny Hill, corresponsal de la BBC en Berlín. "Conocimos a un anciano que intentaba entrar en una aldea que había quedado casi destruida. Nos dijo que sus nietos estaban allí (con él), pero no podía localizar a los padres". Las autoridades locales han informado que no saben con certeza cuántas personas están desaparecidas. Según Hill, se espera que el número de muertos continúe aumentando. "Con cada hora que pasa, la magnitud de este desastre se vuelve cada vez más clara", agrega.

A lo largo del río Ahr, que atraviesa el poblado de Schuld, hay casas inundadas, puentes rotos, así como muchos restos de campings y caravanas.

"Para muchas de las personas desorientadas que conocimos al inspeccionar los daños acá, es casi imposible imaginar que tendrán que limpiar todo y comenzar de nuevo", destaca la periodista. Tras las impactantes noticias, la canciller Angela Merkel ha pedido emprender una batalla contra el cambio climático. "Me temo que sólo veremos la magnitud del desastre en los próximos días", estimó Merkel desde Washington la noche del jueves, describiendo un día "caracterizado por el miedo, la desesperación, el sufrimiento". Durante una reunión con el presidente estadounidense Joe Biden en Washington DC, Merkel expresó su "más sentido pésame" y prometió el apoyo del gobierno a los esfuerzos de rescate.

El ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia dijo que era imposible dar un número claro de víctimas, y agregó que muchas personas lo habían "perdido todo". Por su parte, el presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, hizo un llamado a la acción frente al cambio climático. "Sólo si emprendemos la lucha contra el cambio climático de manera decisiva podremos mantener bajo control las condiciones climáticas extremas como las que estamos experimentando ahora", explicó. Unos 15.000 policías, soldados y trabajadores de los servicios de emergencia se han desplegado en Alemania para ayudar con la búsqueda y el rescate, mientras que los helicópteros han sido desplegados para recoger a residentes varados en los tejados. Un equipo de tanques también ha sido utilizado para despejar las carreteras de árboles caídos y escombros.

Los científicos han condenado a los políticos por no proteger a sus ciudadanos de los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones en el norte de Europa y el "domo de calor" de Estados Unidos. Han estado prediciendo durante años que las lluvias de verano y las olas de calor se volverían más intensas debido al cambio climático inducido por el hombre. Hannah Cloke, profesora de hidrología en la Universidad de Reading, dijo: "Las muertes y destrucción en Europa como resultado de las inundaciones es una tragedia que debería haberse evitado".

"Los meteorólogos emitieron alertas a principios de semana y, sin embargo, las advertencias no se tomaron lo suficientemente en serio y los preparativos fueron inadecuados. "El hecho de que otras partes del hemisferio norte estén sufriendo olas de calor e incendios sin precedentes debería servir como recordatorio de cuán más peligroso podría volverse nuestro clima en un mundo cada vez más cálido". Los científicos aseguran que los gobiernos deben comprometerse a reducir las emisiones de CO2 que están alimentando los eventos extremos y prepararse para un clima más extremo. Sin embargo, en Reino Unido, afectado por graves inundaciones el lunes, el comité asesor de cambio climático del gobierno dijo recientemente a los ministros que la nación estaba aun peor preparada para el clima extremo que hace cinco años. Indicó que el gobierno estaba cumpliendo solo una quinta parte de sus promesas de reducir las emisiones. Y sólo esta semana, el gobierno de Reino Unido le indicó a la gente que no necesitan reducir los vuelos porque la tecnología resolverá el problema de las emisiones, una noción que la mayoría de los expertos considera una arriesgada apuesta.

Un hombre ayuda a una mujer a trepar por una ventana tras las importantes inundaciones en Schuld.

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Los equipos de rescate en Europa occidental están trabajando a contrarreloj para encontrar sobrevivientes de las inundaciones que han causado estragos en Europa occidental. Más de 180 personas han muerto y cientos siguen desaparecidos después de que las lluvias récord provocaron graves inundaciones en Alemania y Bélgica. Las fuertes precipitaciones también afectaron a Suiza, Luxemburgo y los Países Bajos, donde el primer ministro Mark Rutte declaró desastre nacional en una provincia del sur. Los líderes europeos responsabilizan el clima extremo al cambio climático.

Las temperaturas del mundo ya se incrementaron alrededor de 1,2 °C desde que comenzó la era industrial. En Alemania, donde el número de muertos supera los 100, el presidente Frank-Walter Steinmeier, durante una visita a una región afectada por las inundaciones el sábado, dijo que estaba anonadado por la devastación. "Lugares enteros están marcados por el desastre", declaró Steinmeier en una conferencia de prensa. "Mucha gente ha perdido lo que ha construido toda su vida".

El día 16, el trabajo de los equipos de rescate en Alemania se vio obstaculizado por las difíciles condiciones en el terreno, lo que dejó a los familiares de los desaparecidos esperando ansiosamente noticias. Las redes telefónicas se derrumbaron, las carreteras sufrieron graves daños y más de 100.000 hogares quedaron sin electricidad. Los estados de Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado y Sarre han sido los más afectados por las lluvias.

En el distrito de Ahrweiler de Renania-Palatinado, las autoridades dijeron el viernes que unas 1.300 personas estaban desaparecidas, aunque agregaron que la cifra estaba "disminuyendo cada hora". Un residente de la aldea de Ahrweiler, en Schuld, le dijo a la agencia de noticias AFP que los autos habían sido arrastrados y las casas derribadas en escenas que comparó con una "zona de guerra". Roger Lewentz, ministro del Interior de Renania-Palatinado, le dijo a los medios locales que probablemente aumentaría el número de muertos. "Cuando no se ha sabido nada de la gente durante tanto tiempo ... hay que temer lo peor", señaló.

Los científicos han estado prediciendo durante años que las lluvias de verano y las olas de calor se volverían más intensas debido al cambio climático inducido por el hombre. Hannah Cloke, profesora de hidrología en la Universidad de Reading, en Reino Unido, señala que "las muertes y la destrucción en Europa como resultado de las inundaciones es una tragedia que debería haberse evitado". "El hecho de que otras partes del hemisferio norte estén sufriendo olas de calor e incendios sin precedentes debería servir como recordatorio de cuánto más peligroso podría volverse nuestro clima en un mundo cada vez más cálido". Los científicos indican que los gobiernos deben reducir las emisiones de CO2 que están alimentando los eventos extremos y necesitan prepararse para un clima más extremo. En Reino Unido, afectado por graves inundaciones el lunes, el comité asesor de cambio climático del gobierno señaló recientemente que la nación estaba hoy peor preparada para el clima extremo que hace cinco años. Y solo esta semana, el gobierno británico le dijo a la gente que no necesitan reducir los vuelos porque la tecnología resolverá el problema de las emisiones, una noción que la mayoría de los expertos consideran una apuesta. En Bélgica, el ejército fue enviado a cuatro de las 10 provincias del país para ayudar con el rescate y las evacuaciones.

El primer ministro Alexander De Croo declaró el 20 de julio día nacional de duelo. Dijo que las inundaciones, que han cobrado al menos 20 vidas en Bélgica, podrían ser "las más catastróficas que haya visto nuestro país". Los rescatistas de Francia, Italia y Austria fueron enviados a la ciudad de Lieja, donde los residentes fueron evacuados después de las repentinas inundaciones. Mientras tanto, en los Países Bajos, miles de personas huyeron de sus hogares en la provincia de Limburgo mientras las crecientes aguas inundaban las ciudades y atravesaban un dique. Pero las aguas comenzaron a retroceder en la ciudad sureña de Maastricht y pueblos cercanos, donde los residentes pudieron regresar a sus hogares el viernes. En Suiza, el nivel de los lagos y ríos también se incrementó después de las fuertes lluvias. El río que atraviesa la capital suiza, Berna, se desbordó el viernes. El lago de Lucerna inundó la ciudad y se advirtió a los habitantes de Basilea que se mantengan alejados del río Rin.

El calentamiento global hace que se evapore más agua, lo que conduce a un aumento en la cantidad anual de lluvia y nieve. Al mismo tiempo, una atmósfera más cálida significa que puede retener más humedad, lo que también aumenta la intensidad de la lluvia. En lugar de regar suavemente la vegetación, esta intensa lluvia provoca inundaciones, como estamos viendo ahora en el norte de Europa.

En el lado belga, las autoridades de Lieja, en el este del país, han instado a todos sus residentes a evacuar la ciudad. Los Países Bajos también se han visto gravemente afectados. En la provincia sureña de Limburgo las aguas han arruinado un gran número de casas, y varias residencias de ancianos han tenido que ser evacuadas. En la ciudad de Maastricht, unas 10.000 personas han recibido la orden de evacuación. La gobernante del estado alemán de Renania-Palatinado, Malu Dreyer, ha descrito la inundación como "catastrófica". "Hay muertos, desaparecidos y mucha gente todavía en peligro", aseguró. "Todos nuestros servicios de emergencia están en acción permanente, arriesgando sus propias vidas". En la misma línea, el viernes el Stephan Mayer, secretario de Estado parlamentario del Ministerio Federal de Interior, Construcción y Comunidad, describió la situación como una "catástrofe humanitaria". En el estado Renania-Palatinado, una de las zonas más afectadas en el occidente de Alemania, hasta el domingo la policia había reportado 110 muertos, después de que el río Ahr, que desemboca en el Rin, se desbordara. Helicópteros de la policía y cientos de soldados han sido desplegados en algunas áreas para ayudar a los residentes varados. De acuerdo con la policía, decenas de personas esperaban en los tejados de sus casas mientras eran rescatadas.

Verviers, Bélgica.

"Nadie esperaba esto, ¿de dónde vino toda esta lluvia? Es una locura", afirmó Annemarie Mueller, una residente de Mayen de 65 años.

"Hubo un ruido tan fuerte y, dada la rapidez con que bajó, pensamos que rompería la puerta". La maestra local Ortrud Meyer, de 36 años, indicó que "nunca había visto algo así". "Mi suegro tiene casi 80 años, es de Mayen y dice que nunca ha experimentado algo así", dijo.

En Bélgica, el ejército ha sido enviado a cuatro de las 10 provincias del país para ayudar con el rescate y las evacuaciones. El primer ministro Alexander De Croo declaró el 20 de julio día nacional de duelo.Dijo que las inundaciones, que se han cobrado al menos 27 vidas en Bélgica, podrían ser "las más catastróficas que haya visto nuestro país".

El alcalde de Lieja, la tercera conglomeración más grande de Bélgica después de Bruselas y Amberes, ha instado a todos sus habitantes a evacuar la ciudad. En ese mismo sentido, pidió que aquellos que no puedan abandonarla se trasladen a los pisos superiores de sus edificios. Se espera que el río Mosa, que atraviesa la ciudad, suba otros 150cm, a pesar de que ya está a punto de desbordarse. A los funcionarios locales también les preocupa que colapse el puente de una presa en el área y le piden a los habitantes que se ayuden entre sí. "La situación de crisis es excepcional y debe prevalecer la solidaridad", señaló la Alcaldía de Lieja en un comunicado. Mientras tanto, en la localidad belga de Pepinster, 10 casas se derrumbaron después de que el río Vesdre se desbordara.

El río Ahr se desbordó y arrasó con todo lo que estaba a sus orillas.

Los servicios ferroviarios en la mitad sur de Bélgica han sido suspendidos debido a las precipitaciones e inundaciones. Los expertos aseguran que se pronostica que el cambio climático aumente la frecuencia de eventos climáticos extremos como este, pero vincular un evento único con el calentamiento global es complicado. Sin embargo, Armin Laschet, el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, ha culpado al calentamiento global de lo que está viviendo su región durante una visita a una zona muy afectada. "Nos enfrentaremos a tales eventos una y otra vez, y eso significa que necesitamos acelerar las medidas de protección al clima... porque el cambio climático no se limita a un solo estado", dijo.

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