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29 - Mayo - 2023
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El Día Internacional del Everest, conmemora este lunes 29 de mayo de 2023 en Nepal, el 70º aniversario del primer ascenso a la cima de Edmund Hillary y Tenzing Norgay, por la conquista histórica de escalar la montaña más alta del mundo, aunque algunos participantes confirmaron la reprobable situación del Everest y su gran hacinamiento de basura. Hillary y Norgary fueron los primeros seres humanos en pisar la cima más alta del mundo y son recordados porque iban acompañados por un equipo conformado por 12 escaladores, 40 guías sherpas y 700 porteadores; la expedición cargó con siete toneladas de materiales, lo que permitió que de ahí en adelante se marcará un antes y un después de la montaña Everest. Esto desató una fuerte admiración hacía ellos. La montaña está ubicada en la cordillera Himalaya, en la frontera entre Nepal y China y que posee una altura de 8.848 metros sobre el nivel del mar. Su ascenso fue celebrado ante los hijos del neozelandés Hillary y del nepalí Norgay, este viernes 26 de mayo de 2023, con unas estatuas doradas en conmemoración a sus padres y al hito histórico en que se han convertido.

Sin embargo, para algunos ha desatado el desasosiego del cuidado de las zonas del Everest que presenta grandes cantidades de basura, entre estos carpas abandonadas, papeles y utensilios del viaje como cucharas, almohadas o botellas de oxígeno vacías.

En 2019 cuatro cadáveres y 11 toneladas de basura fueron recogidos en la mayor campaña de limpieza del Everest hasta el momento. Era el primer proyecto impulsado por el Gobierno nepalí, implicando una inversión de casi 180.000 euros.

Entre alguna de las declaraciones está la de Tenzi Sherpa en su cuenta de Instagram que por medio de un video ha afirmado su preocupación por el campamento 4 a 7.950 metros del Everest, en el que menciona «me siento tan triste porque he visto muchas veces haciendo grupos de expedición y las agencias recortan sus logos de las carpas, para que no puedan ser identificadas y dejan todo allí para el resto», además, pide al Gobierno se puedan «castigar a las empresas que dejan todo en la montaña siendo un gran problema al que ahora nos enfrentamos». La mayor incertidumbre a la que se enfrentan los montañistas, ya no solo incurre en el soporte de materiales y necesidades que pasan tras el camino, sino que ahora presentan dificultades al presenciar toneladas de desechos plásticos y materiales que atentan contra la contaminación de los campamentos del Everest y su seguridad. Un explorador francés ha encontrado recientemente en el Himalaya, 1,6 toneladas de plástico, «es un auténtico vertedero. Detrás de cada roca aparecen un montón de latas, lienzos de carpas, zapatos, algo realmente absurdo», deplora Luc Boisnard desde Nepal, al volver de un primer intento de escalar al Makalu, de 8.485 metros. Se espera que en asociaciones como lo es el proyecto de Himalayan Clean-up, puedan alzar la voz contra la contaminación plástica, limpiar las montañas, y generar responsabilidad a los escaladores. Con el objetivo de descontaminar las cumbres que se han convertido en grandes basureros. Además este tipo de polución no solo está afectando la colina del Everest, sino que también varias cantidades de residuos terminan arrojados en los glaciares del Himalaya, donde su desintegración es mucho más lenta, deteriorando los ríos y los paisajes. Por ahora, se sigue esperando que las autoridades junto a las asociaciones y organizaciones correspondientes den de alta al problema y se ejecuten las primeras acciones para combatir contra la contaminación y degradación de la montaña más histórica y alta del mundo.

Esta temporada, Sherpa, que ya suma 28 picos en su carrera deportiva, ha vuelto a romper su propio límite en ascensiones a la montaña más alta del mundo. El alpinista se trata del hombre que más veces ha subido al Everest en la historia. The NeverRest Project ha elegido al escalador nepalí para concienciar sobre el abandono de residuos, no solo en la cumbre más alta del mundo, sino también en espacios protegidos y parques naturales alrededor de todo el planeta.

Esta elección no se ha dado al azar, tal y como explica el CEO y fundador de The NeverRest Project, Frédéric Kauffmann: “Es importante generar concienciación sobre el respeto al medio ambiente para que las futuras generaciones puedan disfrutarlo. Kami Rita Sherpa es la persona que más veces ha estado en la cima del Everest, es nepalí, siempre ha estado concienciado con la preservación de las montañas, es un alpinista de élite y, por todo ello, es un referente para visibilizar el talento de las comunidades locales nepalíes, muchas veces olvidado o relegado a un segundo plano”. Además, tras conocer el nuevo logro de Sherpa, Kauffmann ha felicitado al escalador "por este nuevo éxito en su carrera y, sobre todo, por haber regresado con buena salud al Campo Base”.

Tal y como se define asimisma, The NeverRest Project es una compañía de ingeniería medioambiental y tecnológica, la cual trabaja para la implantación de un sistema de actuaciones sostenibles y de economía circular autosuficiente. Esta se dirige a la protección y gestión medioambiental, que tiene como objetivo conseguir un mejor equilibrio entre turismo y ecosistema.

¿Viajamos en el tiempo? Nos vamos a 2019.

El techo del planeta convertido en un parque de atracciones con personas esperando turno para hacerse un selfie sin filtros a 8848 metros de altura. Las voces críticas no tardaron en estallar y la pregunta surgió de la nada entre los amantes de la alta montaña: ¿eso era alpinismo, turismo de masas o la banalidad de la aventura? Nirmal Purja es el autor detrás de la foto. El alpinista nepalí había coronado la cumbre del mundo y en pleno descenso vio a la marabunta a sus espaldas. Se sacó los guantes y, pese a tener los dedos entumecidos por el frío, logró tomar una fotografía que ya es parte de lo mejor y lo peor que la especie humana es capaz de lograr por simple cabezonería. Su objetivo fue inmortalizar lo que sería una trampa mortal a ojos de cualquier escalador prudente y experimentado. “Quería hacer la foto como prueba de lo que pasaba. Claro que estaba preocupado cuando vi esa gigantesca cola. El viento era de unos 35 km/h. Si hubiera sido 5 kilómetros más, habría habido más muertos ese día”, asegura el autor de la foto ante los medios internacionales. Para combatir la propagación del virus de las fake news, colgó su testimonio en su cuenta de Instagram ante la polémica creciente que lo inculpaba como parte del problema: “ Creo firmemente que la naturaleza es para todos y no solo para los ricos. Personalmente pienso y creo que el coste de los permisos debe seguir siendo el mismo”.

Aquí hace referencia a las voces que llevan un tiempo exigiendo permisos más caros para que el Everest no se convierta en un negocio millonario donde la naturaleza sea lo que menos importa. En la actualidad, pisar la cima del Everest tiene un precio que oscila entre los 35.000 y los 135.000 euros por persona. Y eso sin sumar los gastos de las agencias que quieren su parte del pastel. Pero Nirmal Purja tiene otra solución alternativa que nada tiene que ver con el dinero: “Los problemas de sobrecarga pueden resolverse fácilmente si se establecen unas líneas fijas antes de finales de abril, por lo que los escaladores tienen un mes completo (mayo) para elegir cuándo les gustaría llegar a la cima con el máximo de margen de maniobra”. Y deja una recomendación para todos esos insensatos que no aman el alpinismo y solo vienen a colmar el ansia del exhibicionismo: “Para aquellos que estén pensando en escalar el Everest en el futuro: no tomen atajos ni comprometan su seguridad”.

El Sagarmatha Pollution Control Committee, la ONG encargada por el Gobierno nepalí de monitorear los residuos y gestionar medioambientalmente el Parque Nacional del Sagarmatha -la región del Everest-, afirmó en su memoria anual que entre 2019 y 2020 había retirado unas 7,5 toneladas de basura de expediciones en la zona de Khumbu -fueron 60 toneladas entre 2017 y 2018-, y más de 165 toneladas de residuos de Namche, Lukla y alrededores -251 toneladas entre 2018 y 2019, recordaron desde The NeverRest Project.

Era inevitable que los alpinistas se convirtieran en carne de meme en las redes sociales, aunque el transcurso de los acontecimientos dio paso a un silencio incómodo cuando llegaron noticias de la tragedia : 11 muertos tras el atasco humano en la cima del Everest resumido en una foto y un vídeo premonitorios. La sensación de que algo muy gordo estamos haciendo mal crecía entre expertos y testimonios de renombre. Pero estos trágicos números esconden una gran mentira: ninguno de los escaladores murió debido a la congestión en el pico más alto del mundo. Así lo han certificado los sherpas que acompañaban a los alpinistas fallecidos. Es cierto que el Departamento de Turismo de Nepal emitió un número récord de permisos para subir al Monte Everest esta temporada ( 381 permisos ), sin embargo, los escaladores que murieron ese fatídico día no se vieron atrapados en el cuello de botella de la cima. Es decir, no hay ningún vínculo directo entre las muertes y la foto del atasco en la cima. Lo que sí tiene en común los fallecidos es que se negaron a aceptar el consejo de sus sherpas, quienes recomendaron a sus clientes abandonar al ver el deterioro de su estado físico. Anjali Kulkarni, una de las escaladoras fallecidas, no siguió las indicaciones del sherpa Gyaljen: "Ella ni siquiera pudo alcanzar el área donde, según se informa, otros escaladores se vieron atrapados. Se negaba a abandonar al afirmar que había invertido las ganancias de la última década para llegar a la cima”, afirmó para The Himalayan Times .

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