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                   Canadá anunció este lunes que prohibirá el uso 
                    de plásticos de un solo uso a partir de 2021 y obligará a 
                    las compañías que producen plásticos o los utilizan en el 
                    empaquetado, a encargarse de todo el ciclo de reciclaje, aunque 
                    no especificó qué productos exactamente dejarán de ser permitidos. 
                    El anuncio fue realizado por el primer ministro canadiense, 
                    Justin Trudeau, durante una rueda de prensa en la Reserva 
                    Natural Gault de la Universidad de McGill, a unos 50 kilómetros 
                    al sur de Montreal. Pero Trudeau, que tiene previsto convocar 
                    elecciones generales para octubre de este año y en estos momentos 
                    se encuentra en segundo lugar en las encuestas por detrás 
                    del Partido Conservador, explicó que las autoridades canadienses 
                    todavía no tienen una lista de los productos que estarán prohibidos. 
                   
                  El primer ministro canadiense declaró que la 
                    decisión de qué productos específicos serán prohibidos estará 
                    basada en la «ciencia» y que se darán a conocer «cuando sea 
                    apropiado». El anuncio se produce también en medio de la polémica 
                    desatada por el envío de Canadá a Filipinas en 2013 y 2014 
                    de decenas de contenedores de basura plástica, y otros desechos, 
                    que no puede ser reciclada. Tras años de disputa diplomática, 
                    Canadá se ha visto obligada a aceptar el regreso de los contenedores 
                    que han estado estancados desde hace casi seis años en el 
                    puerto de Manila. Un estudio dado a conocer a principios de 
                    este año reveló que Canadá sólo recicla un 9% de la basura 
                    plástica que genera y que el 87% de los productos plásticos 
                    acaba en los vertederos. El Gobierno canadiense explicó que 
                    para 2030, si nada cambia, los canadienses tirarán a la basura 
                    materiales plásticos por valor de 11.000 millones de dólares 
                    canadienses (7330 millones de euros) al año.  
                    
                  Trudeau reconoció que Canadá no está haciendo 
                    lo suficiente para enfrentarse a un problema que ha pasado 
                    de ser una crisis medioambiental a una amenaza a la salud 
                    ya que recientes estudios descubrieron plástico en el aire, 
                    el agua de consumo y la comida. «Hemos alcanzado un momento 
                    decisivo y este es un problema que simplemente no podemos 
                    permitirnos ignorar», declaró Trudeau. «Al mejorar la forma 
                    en que gestionamos la basura plástica e invertir en soluciones 
                    innovadoras, podemos reducir 1,8 millones de toneladas de 
                    carbono de contaminación, generar miles de millones de dólares 
                    en ingresos y crear aproximadamente 42.000 empleos», añadió 
                    el primer ministro canadiense. La ministra de Medio Ambiente 
                    y Cambio Climático de Canadá, Catherine McKenna, añadió que 
                    son corrientes «las impactantes imágenes de peces, tortugas 
                    de mar, ballenas y otros animales lesionados o muertos por 
                    la basura plástica en nuestros océanos». «Los canadienses 
                    esperan que actuemos», añadió McKenna. 
                  
                    
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                         Los productos desechables son aquellos que están concebidos 
                          para ser utilizados en un corto plazo de tiempo, sacrificando 
                          una mayor durabilidad por comodidad de uso y un precio 
                          menor. En muchos casos, se trata de productos de un 
                          solo uso, o de usar y tirar, aunque los que pueden tener 
                          una durabilidad mayor, por ejemplo, los filtros de aire 
                          desechables pueden durar meses, aunque indudablemente 
                          duran menos que los filtros de aire lavables. El principal 
                          inconveniente de esta clase de productos es su mayor 
                          impacto ambiental al tener un ciclo de vida más corto 
                          que los productos duraderos. El uso de este tipo de 
                          productos va en contra de las políticas de minimización 
                          de residuos. 
                        Ejemplos de productos desechables:  
                        - Productos de pícnic: vasos, platos y cubiertos de 
                          plástico y servilletas de papel.  
                        - Guantes de plástico, utilizados por ejemplo en los 
                          supermercados para recoger piezas de fruta.  
                        - Pañales y condones. 
                        - Máquinas de afeitar desechables.  
                        - Jeringas y agujas hipodérmicas descartables.  
                        - Cámaras de un solo uso.  
                        - Pilas no recargables. 
                          
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                  El coronavirus ha complicado la forma de realizar 
                    nuestras compras sin plástico. En la mayoría de los comercios 
                    no permiten llevar nuestros propios envases reutilizables, 
                    que hasta grandes cadenas de supermercados, habían empezado 
                    a aceptar. En los sitios de comida para llevar tampoco se 
                    puede y en las pocas cafeterías que hay abiertas no permiten 
                    las tazas reutilizables. Hasta la gigantesca cadena Starbucks 
                    ha prohibido su uso. Además, parece más seguro comprar todo 
                    envasado que a granel. Es lógico, tenemos miedo de contraer 
                    la enfermedad o infectar a otras personas. Nos hemos quedado 
                    con el mensaje de que toda precaución es poca. Está bien ser 
                    cautos y hacer lo que esté en nuestras manos para controlar 
                    la pandemia, pero no por estar en una crisis debemos de olvidarnos 
                    de otras.  
                  La industria del plástico no ha perdido la oportunidad 
                    para sacar tajada. La Asociación de la Industria del Plástico 
                    de Estados Unidos ha escrito una carta al Departamento de 
                    Salud Estadounidense (FDA) pidiéndoles “que hagan una declaración 
                    pública sobre los beneficios de salud y seguridad observados 
                    en los plásticos de un solo uso y denuncien las prohibiciones 
                    de estos productos como riesgo para la seguridad pública”. 
                    En la carta hacen referencia a tres estudios no muy fiables, 
                    uno de ellos está financiado por el American Chemistry Council 
                    (que representa a las industrias de plástico). Los resultados 
                    muestran que las bolsas de polipropileno reutilizables pueden 
                    contener bacterias y que los usuarios no las lavan con mucha 
                    frecuencia. Pero los autores no afirman que existan amenazas 
                    relacionadas con la salud por los tipos y niveles de bacterias 
                    encontradas. Sugieren que se laven más a menudo, no que se 
                    reemplacen con bolsas de plástico de un solo uso.  
                    
                  En Estados Unidos algunas ciudades y estados 
                    han levantado las prohibiciones de bolsas de plástico. Incluso 
                    en New Hampshire han prohibido el uso de bolsas reutilizables. 
                    Cuando el propio Departamento de la Salud de Estados Unidos 
                    indica que “no hay evidencia de que los alimentos o envases 
                    de alimentos estén asociados con la transmisión de COVID-19.” 
                    En Europa, la industria también ha mandado una carta a la 
                    Comisión Europea solicitando que retrasen al menos un año 
                    la implantación de la Directiva para la reducción del impacto 
                    de plásticos en el medio ambiente y que levanten todas las 
                    prohibiciones de artículos de plástico de un solo uso. Lo 
                    que evidentemente no nos dice la industria es que según un 
                    estudio el virus puede permanecer hasta tres días en el plástico. 
                   
                  No se trata de ser alarmistas, pero plástico 
                    no es sinónimo de limpieza y seguridad en estos casos. Queda 
                    mucho que investigar y sin duda hay que dejarse aconsejar 
                    por la ciencia, lo que no podemos es dejar que la industria 
                    sea la que dicte a los gobiernos lo que hay que hacer. Ni 
                    a que a los ciudadanos nos creen miedos injustificados. 
                  Los científicos advierten que la deforestación, 
                    la pérdida de biodiversidad, la agricultura industrial y el 
                    cambio climático aumentan el riesgo de pandemias como la que 
                    estamos viviendo. Una mayor biodiversidad significa que las 
                    especies, y los virus, tienen menos posibilidades de alcanzar 
                    una posición dominante. La deforestación y una menor biodiversidad 
                    significan la desaparición de especies que pueden actuar como 
                    barrera y que, al perder sus hábitats, muchos animales se 
                    acerquen más a poblaciones humanas en busca de refugio o comida. 
                    Las industria del plástico es responsable del 3,8% de las 
                    emisiones de carbono y se calcula que para el año 2050 va 
                    a ser responsable del 13% de ellas. Por lo que no solo se 
                    trata del problemas que crean los plásticos cuando acaba en 
                    los medios naturales. Evitar los plásticos de un solo uso 
                    ayuda a reducir la contaminación, disminuir la extracción 
                    de petróleo y gas y dejar de gestionar un montón de residuos 
                    innecesarios. Lleva mucho tiempo crear nuevos hábitos como 
                    individuos, y sobre todo como sociedad.  
                    
                  Ha llevado muchos años a que nos acostumbremos 
                    a llevar la bolsa reutilizable a la compra, a que nos concienciemos 
                    y reduzcamos el uso del plástico desechable. Aunque con mucha 
                    lentitud, poco a poco parece que íbamos en la dirección correcta. 
                    Esperemos que esto no sea una excusa para volver a los viejos 
                    hábitos. No nos dejemos influenciar por los mensajes de la 
                    industria, que está claro cuáles son sus objetivos. Y si por 
                    tiempo a nivel doméstico tenemos que utilizar más plásticos 
                    desechables de lo habitual no es motivo de preocupación, nos 
                    podemos desviar un poco el camino, pero lo que no podemos 
                    perder es el rumbo. Las encuestas son esperanzadoras, el 65% 
                    de los encuestados en diferentes países consideran que es 
                    importante que se priorice el cambio climático en la recuperación 
                    económica después del coronavirus. En el Reino Unido el 48% 
                    de los encuestados está de acuerdo en que el gobierno tendría 
                    que responder la cambio climático con la misma urgencia que 
                    lo ha hecho con el coronavirus. Esperamos que esta crisis 
                    nos ayude a comprender lo frágiles que somos como personas, 
                    lo frágil que es el planeta y cómo todo está interconectado. 
                    El futuro será sostenible o no será. 
                  
                    
                      | La Unión Europea prohíbe en 2021 la venta de artículos 
                        de plástico de usar y tirar como pajitas, bastoncillos, 
                        cubiertos o platos de plásticos, entre otros, para luchar 
                        contra la contaminación. Además, se introducen nuevos 
                        objetivos de reciclaje y más responsabilidades para los 
                        fabricantes de algunos productos.  | 
                     
                   
                  Definitivamente diremos adiós a artículos como 
                    bastoncillos, platos, cubiertos y pajitas de plástico de un 
                    solo uso. En 2021 dejarán de venderse. El pleno del Parlamento 
                    Europeo aprobó el 27 de marzo de 2019 el acuerdo alcanzado 
                    con el Consejo de la Unión Europea con el fin de luchar contra 
                    la contaminación por plásticos. Los productos que deberán 
                    desaparecer en 2021 son: 
                  - Cubiertos de plástico de un solo uso (cucharas, 
                    tenedores, cuchillos y palillos).  
                  - Platos de plástico de un solo uso.  
                  - Pajitas.  
                  - Bastoncillos de algodón para los oídos fabricados 
                    en plástico.  
                  - Palitos de plástico para sostener globos. 
                   
                  - Plásticos oxodegradables y contenedores alimenticios 
                    y tazas de poli estireno. 
                  Los Estados miembros tendrán que recuperar el 
                    90% de las botellas de plástico en 2029. En 2025 el 25% del 
                    plástico de las botellas deberá ser reciclado y el 30% en 
                    2030. Además, se refuerza el principio de “quien contamina 
                    paga”, en particular para el tabaco, al introducir una responsabilidad 
                    ampliada para los productores. También tendrán más responsabilidad 
                    los fabricantes de aparejos de pesca, que tendrán que asumir 
                    el coste de la recogida de redes perdidas en el mar. Los fabricantes 
                    estarán obligados, asimismo, a incluir en el etiquetado advertencias 
                    sobre el impacto medioambiental de los cigarrillos con filtros 
                    de plástico, las tazas de plástico, las toallitas húmedas 
                    y las compresas higiénicas. Según la Comisión Europea, más 
                    del 80% de la basura hallada en el mar es plástico. Los productos 
                    cubiertos por esta legislación constituyen el 70% del total 
                    de los desechos marinos. En nuestro último estudio, encontramos 
                    microplásticos en el 68% de los 102 alimentos de origen marino 
                    analizados: sal, moluscos (mejillones, almejas y chirlas) 
                    y crustáceos (langosta, gambas y langostinos). 
                  Llama la atención el caso de Baleares, comunidad 
                    autónoma de España, donde ya se planteó aprobar una 
                    ley de Residuos para prohibir en 2020 (un año antes de la 
                    entrada en vigor de esta nueva directiva) la venta de productos 
                    de plástico de un solo uso:las cápsulas de café de un solo 
                    uso fabricadas con materiales difícilmente reciclables, las 
                    vajillas de usar y tirar, las pajitas para bebidas, bastoncillos 
                    para los oídos y los bastoncillos para caramelos podrían comercializarse 
                    solo si están hechos con materiales compostables. 
                  
                    
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                         Nota de prensa, 6 de octubre de 2020: 
                        Es probable que al menos 14 millones de toneladas de 
                          piezas de plástico de menos de 5 milímetros de ancho 
                          se encuentren en el fondo de los océanos del mundo, 
                          según ha recogido The Guardian. Las Naciones Unidas 
                          ha estimado que cada 2,59 kilómetros cuadrados de océano 
                          contiene un promedio de 46.000 pedazos de plástico flotantes. 
                          Sin embargo, el análisis de los sedimentos oceánicos 
                          desde una profundidad de hasta 3 kilómetros ha sugerido 
                          que podría haber más de 30 veces más plástico en el 
                          fondo del océano que el que flota en la superficie. 
                          Recientemente, la Organización de Investigación Científica 
                          e Industrial del Commonwealth (CSIRO), que es una agencia 
                          independiente del gobierno federal australiano responsable 
                          de la investigación científica, ha reunido y analizado 
                          núcleos del suelo oceánico tomados en 6 sitios remotos 
                          a unos 300 kilómetros de la costa sur del país en la 
                          Gran Bahía Australiana. 
                        Los investigadores han examinado 51 muestras y han 
                          descubierto que, después de excluir el peso del agua, 
                          cada gramo de sedimento contenía un promedio de 1,26 
                          piezas de microplástico. Los microplásticos tienen un 
                          diámetro de 5 milímetros o menos y son, en su mayoría, 
                          el resultado de la ruptura de los artículos de plástico 
                          más grandes. En este sentido, detener la marea de plástico 
                          que entra en las vías fluviales y el océano ha surgido 
                          como un gran desafío internacional. Y es que, según 
                          la Dra. Denise Hardesty, científica investigadora principal 
                          del CSIRO y coautora de la investigación publicada en 
                          la revista Frontiers in Marine Science, encontrar microplásticos 
                          en un lugar tan remoto y a tales profundidades "apunta 
                          a la ubicuidad de los plásticos, sin importar en qué 
                          parte del mundo te encuentres". Asimismo, ha comentado 
                          la importancia de que cada quien sea consciente del 
                          impacto que generan sus hábitos de consumo y ha invitado 
                          a luchar porque el océano no sea un gran basurero. 
                        A pesar de que Hardesty ha reconocido que no es posible 
                          saber la antigüedad de los trozos de plástico, o de 
                          qué tipo de objeto habían formado parte, ha mencionado 
                          que la forma de las piezas bajo el microscopio sugieren 
                          que una vez fueron artículos de consumo. Según un estudio, 
                          en 2016, llegaron entre 19 y 23 millones de toneladas 
                          de plástico a los ríos y océanos. 
                        Además, otro estudio en la revista Science ha estimado 
                          que unas 8,5 millones de toneladas de plástico terminan 
                          en los océanos cada año y que hay 250.000 toneladas 
                          de plástico flotando en la superficie del océano. Por 
                          su parte, los autores del estudio han señalado que su 
                          estimación del peso de los microplásticos en el suelo 
                          oceánico es entre 34 y 57 veces mayor que el de la superficie. 
                          Hardesty cree que la gran mayoría de los plásticos se 
                          acumulan en las costas. "Se está atrapando mucho más 
                          en la tierra que en el mar", ha revelado. 
                        El plástico de mayor tamaño puede perjudicar la vida 
                          salvaje, mientras que los microplásticos y piezas aún 
                          más pequeñas podrían ser consumidos por una serie de 
                          especies, desde el plancton hasta las ballenas. 
                        En este sentido, el nuevo estudio es una importante 
                          contribución a los esfuerzos mundiales en su búsqueda 
                          por obtener una imagen del océano más precisa. Los líderes 
                          de más de 70 regiones han firmado un compromiso voluntario 
                          en septiembre para revertir la pérdida de biodiversidad 
                          que incluye la meta de detener el ingreso de plástico 
                          al océano para el año 2050. Sin embargo, países como 
                          Estados Unidos, Brasil, China, Rusia, India y Australia 
                          no han firmado. 
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