Un avión procedente de Johanesburgo con 59 sudafricanos blancos
a bordo aterrizó este lunes en Washington DC. Es el primer
grupo de afrikáners que llegan a Estados Unidos como refugiados
bajo un programa de reasentamiento promovido por el presidente
Donald Trump, que considera a esta comunidad víctima de "discriminación
racial" en Sudáfrica. Su arribo a EE.UU. se produce tras meses
de tensiones diplomáticas entre el país norteamericano y Sudáfrica.
Trump firmó en febrero una orden ejecutiva en la que denunciaba
presuntas violaciones de derechos humanos contra blancos en
Sudáfrica, citando expropiaciones de tierras sin compensación
y asesinatos en zonas rurales. El presidente también se ha
referido a lo que describió como una "matanza a gran escala
de agricultores" blancos, un argumento que ha respaldado públicamente
el empresario Elon Musk, nacido en Pretoria, quien llegó a
hablar incluso de un "genocidio de blancos".
El gobierno sudafricano rechaza estas acusaciones y niega
la existencia de una persecución racial contra los blancos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, Ronald
Lamoa, afirmó este lunes que "no hay persecución de sudafricanos
blancos afrikáners" y aseguró que los datos policiales contradicen
la narrativa impulsada desde Washington. Los afrikáners, descendientes
en su mayoría de colonos holandeses, han desempeñado un rol
central en la historia del país, desde la colonización hasta
el régimen del apartheid.

Autoridades del gobierno estadounidense recibieron a los
solicitantes de asilo sudafricanos en Washington DC.
El programa de reasentamiento de Trump está dirigido a los
afrikáners, una comunidad blanca sudafricana descendiente
en su mayoría de colonos neerlandeses, franceses hugonotes
y alemanes que comenzaron a instalarse en el sur de África
desde 1652. Durante siglos, los afrikáners dominaron la política
y la producción agrícola del país, especialmente bajo el apartheid
(1948-94), donde conformaban el grupo blanco mayoritario y
puntal ideológico del régimen. Hoy representan poco más del
5% de la población en Sudáfrica -unos 2,7 millones de personas-
y la mayoría habla afrikáans como lengua materna. Trump justifica
su programa con el argumento de que los afrikáners sufren
"discriminación racial" bajo las políticas del Congreso Nacional
Africano (ANC), en el poder desde el fin del apartheid en
1994. En su orden ejecutiva de febrero, el presidente estadounidense
citó específicamente la reciente ley sudafricana de expropiación
sin compensación de tierras improductivas, abandonadas o adquiridas
de manera fraudulenta durante el régimen segregacionista.
Aunque la norma ha sido defendida como una herramienta para
corregir desigualdades históricas, tanto sectores conservadores
estadounidenses -incluidos influyentes empresarios como Elon
Musk y Peter Thiel- como muchos afrikáners en Sudáfrica la
consideran una amenaza directa a los derechos de propiedad
de los blancos.
Trump también denunció lo que describió como "una matanza
a gran escala de agricultores blancos", tesis respaldada por
Musk, Thiel y otros miembros de la llamada "mafia de PayPal",
un influyente grupo de Silicon Valley que mantiene lazos con
Sudáfrica. El gobierno sudafricano niega que exista una persecución
racial: el canciller Lamoa consideró infundadas las acusaciones
de Washington y alegó que los informes policiales desvinculan
la violencia rural de un supuesto genocidio blanco. Según
datos oficiales, en 2024 se registraron 44 homicidios en zonas
agrícolas, de los cuales ocho fueron de granjeros. El Instituto
Sudafricano de Relaciones Raciales (SAIRR) concluyó que los
ataques afectan tanto a trabajadores blancos como negros y
suelen estar motivados por robos o conflictos laborales.

Pásate por Ser humano >> Activistas
>> Sudáfrica.
El analista sudafricano Ryan Cummings, director de la consultora
Signal Risk, cuestiona el fundamento jurídico y humanitario
de conceder asilo a los afrikáners. "Ciertamente no enfrentan
ningún tipo de marginación colectiva por su cultura, raza
o idioma", afirma. El experto considera que las leyes de acción
afirmativa impulsadas por el ANC no son punitivas hacia los
blancos, sino mecanismos para revertir la exclusión histórica
de la población negra, y remarca que "los afrikáners aún se
encuentran en el extremo superior de la escala socioeconómica".
Cummings añade que la percepción de inseguridad en zonas
rurales, donde se han producido ataques violentos a granjas,
ha alimentado una narrativa política dentro de sectores afrikáners
más conservadores. "Se han presentado como actos de violencia
étnica, como si hubiera un genocidio sistemático en curso,
pero en realidad responden a dinámicas locales: granjas aisladas,
guardias de seguridad deficientes, armas y dinero en efectivo
almacenados en las instalaciones", considera. Reconoce, no
obstante, que figuras como Julius Malema, líder del partido
comunista Luchadores por la Libertad Económica, han alimentado
esa sensación de amenaza con cánticos como Kill the Boer ("Mata
al granjero"), lo que ha reforzado el temor de algunos afrikáners
a un resurgimiento del nacionalismo negro en sus formas más
violentas.

En Sudáfrica es común que personas negras trabajen en tierras
propiedad de afrikáners.
El gobierno sudafricano ha sido muy activo a la hora de denunciar
violaciones de derechos humanos de Israel en Gaza, y en enero
presentó un caso de "genocidio" ante la Corte Internacional
de Justicia en La Haya. Esto causó un deterioro en las relaciones
entre Sudáfrica y EE.UU., aliado de Israel. "Trump quiere
destacar ante la comunidad internacional que el mismo gobierno
que lleva a Israel ante un tribunal internacional por presuntas
violaciones de derechos humanos está infringiendo esos mismos
derechos sobre su propia ciudadanía", evalúa Cummings. En
marzo, la administración estadounidense expulsó al entonces
embajador sudafricano, Ebrahim Rasool, después de que este
denunciara una "insurgencia supremacista" impulsada desde
Estados Unidos. El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio,
justificó la medida calificando al diplomático como un "agitador
racial" que "odia a América". Por su parte, el gobierno sudafricano
sostiene que la narrativa promovida desde Washington es infundada
y responde a intereses políticos internos en Estados Unidos.
Desde que Trump firmó la orden, más de 70.000 sudafricanos
blancos expresaron interés en emigrar, según la Cámara de
Comercio Sudafricana en Atlanta. El grupo de 59 personas que
aterrizó esta semana en Washington es el primero en beneficiarse
del plan.
Desde Sudáfrica, el programa de reasentamiento de Trump se
percibe con escepticismo o incluso con cierto sarcasmo, según
el director de Signal Risk. "Muchos sudafricanos ven a los
afrikáners que se acogen al programa de Trump como personas
que buscan una salida, un modo de hallar la utopía que están
buscando: una sociedad donde puedan existir sin tener que
compartir espacio con sudafricanos negros", sostiene Cummings.
Según el experto, hay "muchas almas dañadas" entre los afrikáners
que crecieron durante el final del apartheid. "Sienten que
no fueron cómplices, pero que se les está haciendo pagar por
lo que ocurrió décadas antes de que nacieran", indica.

Supremacistas sudafricanos protestan contra la liberación
de Nelson Mandela en 1990.
Sin embargo, concluye que la mayoría de los sudafricanos
está de acuerdo con la idea de una sociedad multirracial y
que quienes se resisten a ello -y ahora emigran- "probablemente
no estaban interesados en participar en ese proyecto desde
el principio". Cummings incluso cree que muchos sudafricanos
moderados ven con buenos ojos la emigración de ciertos afrikáners
a Estados Unidos bajo la iniciativa de Trump. Parte de la
sociedad sudafricana la considera "una manera de deshacerse
de personas que han sostenido una ideología racista o supremacista
blanca ". "Muchos sudafricanos sienten que Sudáfrica, como
país, probablemente estará mejor sin ellos, en el sentido
de que estaremos perdiendo a individuos que esencialmente
no tienen interés en participar en la construcción nacional
ni en vivir en un país multirracial", sentencia.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------







--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|