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6 de Enero de 2025

Ann Radcliffe (9 de julio de 1764–7 de febrero de 1823) fue una novelista británica, pionera de la llamada novela gótica de terror. Su nombre real era Ann Ward y nació en Holborn, Londres, hija de un comerciante. En el año 1788 contrajo matrimonio con William Radcliffe, editor del English Chronicle de la ciudad de Bath. No tuvieron hijos. Ann empezó a escribir historias, siendo animada a ello por su marido. Publicó The Castles of Athlin and Dunbayne en 1789. Ambientada en Escocia, esta obra recibió escasa atención por parte de la crítica y el público, sin embargo fijó el tono que predominaría en el resto de su producción, en la cual siempre aparece alguna inocente y heroica joven en el marco de un tétrico y misterioso castillo en manos de un aún más misterioso señor de oscuro pasado. En los años siguientes escribió otras cuatro novelas, ambientadas en lugares que resultaban exóticos para sus lectores. Sus novelas fueron tremendamente populares entre la clase alta y media alta, y eran devoradas por las jóvenes señoritas que se sentían identificadas con sus intrépidas heroínas.

Así, escribió: A Sicilian Romance (1790), The Romance of the Forest (1791), Los misterios de Udolfo (The Mysteries of Udolpho) (1794) y The Italian (1796). Igualmente, escribió un volumen describiendo sus viajes a Holanda, Alemania y el Lake District. El éxito de The Romance of the Forest (traducible por El idilio del bosque) colocó a su autora como máximo exponente de la novela histórica. Sus últimas novelas despertaron aún mayor interés, lo que trajo consigo un gran número de imitadores de todo tipo. Jane Austen parodió Los misterios de Udolfo de Radcliffe, a la cual conocía y admiraba, en su obra La abadía de Northanger.

Ann Radcliffe murió el 7 de febrero de 1823 de insuficiencia respiratoria, probablemente derivada de una neumonía. Su punto de vista acerca de sí misma y de su trabajo apareció en 1826, bajo el intrigante título de "On the Supernatural in Poetry", by the late Mrs. Ann Radcliffe (traducible por Sobre lo sobrenatural en poesía, por la difunta Ann Radcliffe). Se trata sin embargo de un trabajo serio, digno de lectura atenta. Póstumamente fueron publicadas una novela, Gaston de Blondeville, y el relato "St Albans Abbey, a Metrical tale".

Publicada en 1797, esta novela narra las vicisitudes de una pareja de enamorados, cuyo amor prohíben las convenciones sociales de la época, que se ven en vueltos en una sucesión vertiginosa de acontecimientos que implican secuestros, asesinatos e incluso el juicio en el Tribunal de la Inquisición del joven Vivaldi, el ferviente enamorado capaz de las mayores proezas e imprudencias para conseguir la liberación de su amada de las garras de una pérfida abadesa y un monje asesino.

Radcliffe influyó en el gran novelista escocés Sir Walter Scott y en la pensadora Mary Wollstonecraft. Aluden a Radcliffe en sus obras otros importantes escritores como Maria Edgeworth, Edgar Allan Poe, Charles Dickens, Henry James, Honoré de Balzac y Victor Hugo.

Su influencia en escritores posteriores incluye a Jane Austen, William Makepeace Thackeray, Sir Walter Scott, William Wordsworth, Samuel Taylor Coleridge, Percy Bysshe Shelley, John Keats, Lord Byron, Charles Dickens, Wilkie Collins, Hermanas Brontë (Muy notable en Charlotte Brontë: Jane Eyre (1847), Daphne du Maurier, Witold Gombrowicz y Edgar Allan Poe. Paul Féval, padre, usó a la autora como protagonista de su novela La Ville Vampire (traducible como La ciudad vampiro).

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Uno de los grandes logros literarios de Manuel Puig: pasión, crimen y secretos familiares a ritmo de tango y bolero.Prólogo de María Dueñas Boquitas pintadas sigue la historia de Juan Carlos Etchepare, un donjuán sin más oficio que dividir su tiempo entre tres mujeres: Nené, una humilde muchacha que está verdaderamente enamorada de él; Mabel, una chica bien que es tan infiel como lo es propio Juan Carlos; y la viuda Di Carlo, mal vista por los rumores de que no respeta su viudez. Cuando la tuberculosis obliga al joven a permanecer interno durante una larga temporada y a alejarse de todas ellas, comienza una formidable exposición de las relaciones humanas y del valor de los lazos afectivos frente a los vínculos establecidos por el deseo. Publicada en 1969 como un «folletín en dieciséis entregas»,Boquitas pintadas convirtió a Puig en un escritor de renombre en Argentina.

De nuevo, la novela se inspiraba en la vida y sucesos de su pueblo natal, General Villegas, que el autor vuelca en sus páginas a partir de conversaciones oídas a escondidas. Como en los radioteatros de la época, aquí se habla permanentemente de lo prohibido a través del ocultamiento o la simulación. Es sin duda uno de los grandes logros de Puig: toda la novela está contada a través de diálogos directos, cartas, diarios íntimos, expedientes y publicaciones, y cada episodio está precedido por versos de canciones populares, en su mayoría tangos y boleros.

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7 de Enero de 2025

Popeye podrá golpear sin permiso y Tintín podrá viajar libremente a partir de 2025. Estos dos clásicos personajes de cómic, que aparecieron por primera vez en 1929, están entre las propiedades intelectuales que pasaron a dominio público en Estados Unidos el 1 de enero. Esto significa que pueden ser utilizados y reutilizados sin necesidad de permiso o pago a los titulares de derechos de autor.

La remesa de este año de creaciones artísticas que pasan a dominio público no tiene el impacto emblemático que tuvo el dominio público de Mickey Mouse el año pasado. Sin embargo, incluye un amplio archivo de obras icónicas que verán expirar sus derechos de autor al cumplir 95 años. Y la presencia de Mickey en el dominio público aumenta: "¡Es un tesoro! Hay una docena de nuevos dibujos animados de Mickey. Habla por primera vez y se pone los famosos guantes blancos", dice Jennifer Jenkins, directora del Centro de Estudio del Dominio Público de Duke. "Hay obras maestras de Faulkner y Hemingway, las primeras películas sonoras de Alfred Hitchcock, Cecil B. DeMille y John Ford, y música increíble de Fats Waller, Cole Porter y George Gershwin. ¡Muy emocionante!".

Popeye el Marino, con sus gruesos antebrazos, su jerga difícil de entender y su propensión a las peleas, fue creado por E.C. Segar y apareció por primera vez en la tira de periódico "Thimble Theater" en 1929, diciendo sus primeras palabras, "¿crees que soy un vaquero?" cuando le preguntaron si era marinero. Lo que se suponía que era una aparición única se volvió permanente, y la tira sería renombrada como "Popeye". Pero al igual que con Mickey Mouse el año pasado y Winnie the Pooh en 2022, solo la versión más antigua es libre para reutilizar. La espinaca que le dio al marinero su superfuerza no estaba desde el principio y es el tipo de elemento del personaje que podría generar disputas legales. Y los cortos animados que presentan su distintiva voz balbuceante no comenzaron hasta 1933 y siguen bajo derechos de autor. Lo mismo ocurre con la película de 1980 del director Robert Altman, protagonizada por Robin Williams como Popeye y Shelley Duvall como su novia Olivia. Esa película fue recibida con poco entusiasmo en un principio. Lo mismo ocurrió con "Las aventuras de Tintín" de Steven Spielberg en 2011. Pero los cómics sobre el joven reportero que los inspiró, creación del artista belga Hergé, estuvieron entre los más populares en Europa durante gran parte del siglo XX.

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El joven, dibujado de forma sencilla con puntos por ojos y un flequillo como una ola del océano, apareció por primera vez en un suplemento del periódico belga Le Vingtième Siècle, y se convirtió en un personaje semanal. El cómic también apareció por primera vez en Estados Unidos en 1929. Sus colores brillantes característicos, incluido el cabello pelirrojo de Tintín, no aparecieron hasta años después y podrían, como la espinaca de Popeye, ser objeto de disputas legales. Y en gran parte del mundo, Tintín no se convertirá en propiedad pública hasta 70 años después de la muerte de su creador en 1983.

Los libros que se hacen públicos este año parecen el programa de un seminario de literatura estadounidense. "El ruido y la furia", posiblemente la novela más emblemática de William Faulkner causó sensación tras su publicación a pesar de ser reconocida como "difícil" para los lectores. Utiliza múltiples narrativas no lineales para contar la historia de la ruina de una prominente familia en el Mississippi natal del autor, y llevó a Faulkner hasta el Premio Nobel. "Adiós a las armas" de Ernest Hemingway se une a su anterior "Fiesta" en el dominio público. La historia parcialmente autobiográfica de un conductor de ambulancia en Italia durante la I Guerra Mundial consolidó el estatus de Hemingway en el canon literario estadounidense. Se ha adaptado con frecuencia para cine, televisión y radio, algo que ahora se puede hacer sin permiso. La primera novela de John Steinbeck, "La taza de oro", de 1929, también entrará en el dominio público. El ensayo de la novelista británica Virginia Woolf "Una habitación propia", que se convertiría en un hito en el feminismo de la célebre escritora modernista, también está en la lista. Su novela "La señora Dalloway" ya forma parte del dominio público de Estados Unidos.

El 25 de enero de 1882 nació en Londres (Reino Unido) la escritora Virginia Woolf.

Si bien hay un grupo de películas verdaderamente importantes que se harán públicas en la próxima década, por ahora tendrán que bastar las primeras obras de directores importantes de la no siempre estelar era del cine sonoro temprano. Una década antes de que se mudara a Hollywood e hiciera películas como "Psicosis" y "Vértigo", Alfred Hitchcock hizo "Blackmail" (Chantaje) en Reino Unido. La película comenzó como muda pero cambió a sonora durante la producción, resultando en dos versiones diferentes, una de ellas la primera película sonora de Reino Unido y de Hitchcock. John Ford, cuyos westerns posteriores lo colocarían entre los directores de cine más venerados, también hizo su primera incursión en el sonido con "The Black Watch" de 1929 (traducida como "Shari la hechicera" en algunos países hispanohablantes), una aventura épica que incluye al futuro colaborador principal de Ford, John Wayne, como un joven extra. Cecil B. DeMille, que ya era un magnate de Hollywood gracias a las películas mudas, hizo su primera cinta sonora con el melodrama "Dinamita". Groucho, Harpo y los otros hermanos Marx tuvieron sus primeros papeles protagonistas en el cine en "The Cocoanuts" (Los cuatro cocos) de 1929, precursor de futuros clásicos como "Animal Crackers" (El conflicto de los Marx) y "Duck Soup" (Sopa de ganso) a los que les quedan pocos años para ser de dominio público también. "Melodías de Broadway", la primera película sonora y la segunda película en ganar el Oscar a la mejor película, conocida en ese momento como "producción destacada", también se hará pública. Y después de que "Steamboat Willie" hiciera público al Mickey Mouse más temprano, una docena más de sus animaciones obtendrán el mismo estatus, incluyendo "The Karnival Kid" (Mickey en la feria) , donde habló por primera vez.

Las canciones del último año de los locos años veinte también están a punto de convertirse en propiedad pública. Las composiciones de Cole Porter "What Is This Thing Called Love?" y "Tiptoe Through the Tulips" están entre los temas destacados al igual que el clásico de jazz "Ain't Misbehavin'", escrito por Fats Waller y Harry Brooks.

8 de Enero de 2025

María del Mar Escobedo (Bogotá, 1990) estudió cine, creación literaria y una maestría en escrituras creativas. Es profesora de la maestría en escrituras creativas de la Universidad Nacional, e hizo parte del equipo editorial de la Comisión de la Verdad. Tu sombra de Pájaro, su primera novela, fue publicada en 2022 por Laguna Libros.

Isabel decide hacerse cargo de su prima Lorena, quien sufre de una enfermedad misteriosa que la ha tenido aislada durante toda su vida. Afuera, las protestas estudiantiles y los desaparecidos son noticia; adentro, el encierro distorsiona el deseo y el paso del tiempo. Con precisión y belleza, en Tu sombra de pájaro los cuidados y la amenaza se encuentran.

Una madre y su niño viajan en canoa por el caudaloso río Atrato. La madre es blanca, el niño es negro. Entre manglares, frutas y trenzas, la narradora le va contando a la pasajera de al lado su infancia, sus recuerdos y cómo el pequeño llegó a su vida una mañana calurosa. La lancha avanza, la inquietud se acrecienta. La mujer preferiría no llegar o dar la vuelta. Esta es una historia sobre el arraigo, el miedo y la maternidad en un contexto de violencia, sobre los peligros de la selva colombiana. A través del lirismo de su prosa, Lorena Salazar Masso crea una atmósfera adictiva y nos traslada a un mundo a veces onírico y otras descarnadamente realista en el que la ternura y la belleza de las imágenes salpica.

Un prometedor oftalmólogo desaparece en extrañas circunstancias dejando por escrito una última voluntad de atravesar todo Madrid a pie, desde el kilómetro cero hasta sus confines. De aquel empeño quedan solo unas fotografías y un cuaderno que su autor se encuentra por casualidad en un anticuario. Sin saber si cumplió su cometido, Servando Rocha se lanzó a imaginar y recomponer aquel camino. Transitando por un paisaje en permanente cambio desde hace siglos. En los años 20, aquel viaje hacia el exterior de la ciudad terminaría en el Hotel del Negro, el último edificio antes de una nada que ahora está compuesta por Plaza Castilla y la silueta de sus cuatro torres. Hasta ahí se propone Rocha seguir sus pasos, exorcizando por el camino los muchos cementerios que han quedado adheridos a muros y cimientos por toda la ciudad.

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Experta en pisar charcos y meterse en jardines, como ha demostrado en novelas como Las teorías salvajes y Mona, donde reflexionaba con libertad y mucho humor sobre diversos fanatismos ideológicos e identitarios, la valentía literaria de Pola Oloixarac (Buenos Aires, 1977) está fuera de toda duda. Sin embargo, pocos se hubieran atrevido a firmar las páginas de Bad hombre (Random House), un texto que surgió ante las peticiones recibidas en los últimos años para participar de escraches y linchamientos online de distintos hombres, algunos amigos o conocidos de la autora.

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La ganadora del National Book Award, cinco veces finalista del Pulitzer y en lista para el Nobel, vuelve con una novela inspirada en la vida del padre de la neurología y sus terribles investigaciones en un psiquiátrico para mujeres del siglo XIX.

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Naturaleza infiel es un viaje biográfico en el que Renata, cruda y sincera protagonista y narradora desgaja las etapas de su vida de un modo honesto y duro, casi desapasionado. Desde los puntos de inflexión vitales que afectan a todas las vidas, como la muerte del abuelo o del padre, a la experiencia particular como la tragedia una hermana enganchada a las drogas Grande convierte la biografía de un personaje de ficción en una oportunidad al lector para ser testigo e intrometerse en los escondrijos vitales y en la mente de una mujer real a lo largo de una vida. La muerte o las primeras experiencias sexuales como no se habían hecho nunca antes en literatura. El mito de la felicidad o el sufrimiento aparente y todas las convenciones que rodean este concepto quedan en entredicho tras la lectura de Naturaleza infiel, una lectura que nunca deja indiferente.

Cristina Grande esta llamada a ser una de las grandes voces femeninas de la literatura española. Naturaleza infiel es una novela que sigue la intimidad de la intensa vida de su protagonista. Con una prosa rabiosa y carente de artificio y con un talento fuera de lo común, Cristina Grande sabe indagar en el alma humana y retratar el sexo, los afectos y las situaciones sin un ápice de afectación.

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1 de Febrero de 2025

Ganas 10 años al salir del armario, todo el mundo lo sabe, escribe Constance Debré en Love Me Tender (Alpha Decay), el libro que la convirtió en una estrella literaria en Francia.

Heredera de una conocida dinastía de políticos de centroderecha —su abuelo fue Michel Debré, primer ministro de De Gaulle y redactor de la Constitución de la V República—, la escritora saltó a la fama con este libro escrito en clave de autoficción, en el que narra cómo, a los 40 años, abandonó su exitosa carrera como abogada penalista para dedicarse a la literatura. Por el camino, asumió su lesbianismo, que exploró a través de una larga serie de relaciones breves, y perdió la custodia de su hijo. La obra refleja la feroz batalla judicial que la enfrentó a su exmarido, resentido por su cambio de orientación sexual, que utilizó los tribunales y manipuló al niño para alejarlo de ella. Entre juicios kafkianos y exámenes psicológicos para evaluar su salud mental, Debré traza en Love Me Tender —elogiado por autores como Colm Tóibín, Eileen Myles y Maggie Nelson— una especie de camino hacia el ascetismo que habla, en realidad, de lo que la sociedad sigue esperando de una mujer y de una madre.

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Julieta Marchant es Licenciada y magíster en Literatura y estudiante del Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte en la Universidad de Chile. Ha publicado los libros de poesía Urdimbre (Ediciones Inubicalistas, 2009), Té de jazmín (Marea Baja Ediciones, 2010), El nacimiento de la hebra (Edicola Ediciones, 2015), Habla el oído (Cuadro de Tiza Ediciones, 2017), Reclamar el derecho a decirlo todo (Pez Espiral, 2017; Jámpster eBooks, 2019) y En el lugar de la mano el ímpetu de un río (Bisturí 10, 2020; Liliputienses, 2021; HD, 2021). Codirige los sellos editoriales Cuadro de Tiza y Bisturí 10, trabaja en J&P Editoras, donde ofrece servicios de diseño y edición, e imparte talleres de poesía.

Este poema (Marea Baja, 2010), estructurado en seis partes, consiste en la escritura de una crisis de pareja, es decir, en el deterioro de un vínculo afectivo y de un proyecto de vida, cuyo sentido y dirección se moviliza en la “casa” como centro de significación de la unión amorosa a la par de su contacto sociocultural con la urbe.

Como editora, ha estado a cargo de algunas compilaciones como Teoría de la noche de María Moreno (Ediciones Universidad Diego Portales, 2011), Cruce de peatones de Alejandra Costamagna (Ediciones Universidad Diego Portales, 2012), Diarios íntimos de Teresa Wilms Montt (Alquimia Ediciones, 2015), Poesía reunida de Teresa Wilms Montt (Alquimia Ediciones, 2016) y Pide la lengua de Soledad Fariña (Alquimia Ediciones, 2017). Dictó cursos en varias carreras de la Universidad Diego Portales del año 2010 al 2018 y trabajó en la revista Grifo del 2008 al 2012. El 2015 fue elegida como uno de los 100 jóvenes líderes de la revista Sábado por su labor editorial.

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19 de Marzo de 2025

Memorias de España 1937, los diarios que la escritora mexicana Elena Garro elaboró durante su viaje a este país en plena Guerra Civil junto a su entonces esposo, el poeta Octavio Paz, volverán a publicarse en España después de llevar años descatalogados. Lo harán de la mano de la editorial valenciana Bamba, que ha iniciado la publicación en España de las obras inéditas de esta escritora, considerada precursora del realismo mágico, y que comenzó el pasado mes de septiembre con su novela más autobiográfica, Testimonios sobre Mariana. En Memorias de España 1937, que sale a la venta hoy, Garro rememora una travesía que la llevó a Valencia, Madrid y Barcelona, y por la que desfilan voces y silencios de un tiempo convulso, como las de Miguel Hernández, Antonio Machado, Rafael Alberti, León Felipe, Luis Cernuda, César Vallejo o Pablo Neruda, entre otros escritores con quienes coincidió en este periplo.

Según explica la directora de esta pequeña editorial, Raquel Bada, Elena Garro viajó a España con 20 años, todavía menor de edad, junto a Octavio Paz, con quien acababa de casarse y que había sido invitado por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. “Ella vino un poco a ciegas, un poco perdida, recién salida de su entorno en México, y se quedó muy impactada por el ambiente que vio, obviamente revolucionario pero también de guerra”. Y es que las memorias de Garro, más que el relato de un viaje, son “un testimonio único de las turbulencias del mundo cultural en medio del conflicto”, en el que se retratan “la camaradería de los escritores, las contradicciones ideológicas y los vestigios de humanidad que emergen en medio del horror”. Bada señala que cuando iniciaron el “rescate de Elena Garro en España” consideraron que estas memorias tenían que estar en su catálogo porque suponen “un testimonio, ya no solo a nivel de recuperación de la voz de una escritora, sino que nos está contando lo que estaba pasando en España” en una época muy concreta.

Raquel Bada, editora de Bamba.

Aunque la escritora regresó a México dos años después, no fue hasta 1978 cuando se publicaron por primera vez algunos fragmentos de los acontecimientos vividos en este país en diferentes periódicos españoles, que, sin embargo, dieron relevancia a la figura de su ya exesposo en detrimento de la autora. De hecho, Informaciones, que fue el primero en brindarle espacio para hacer públicas sus memorias españolas, en noviembre de 1978, las publicó bajo el título de “Con Octavio Paz en el frente de escritores antifascistas”, algo que molestó mucho a Elena Garro.

No fue hasta 1992 cuando estas memorias se publicaron en formato libro en México, a través de la editorial Siglo XXI, poco antes de que la escritora regresara a México, en junio de 1993, de donde había tenido que exiliarse en 1972 tras ser acusada de encabezar un complot comunista para derrocar al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y convertirse en una enemiga política de su país. Memorias de España 1937 llegó a España en 2011 de la mano de Salto de Página, aunque, según señala Bada, fue una edición muy pequeña, que se encuentra descatalogada desde hace muchos años y cuyos libros pueden llegar a costar en el mercado de segunda mano hasta 300 euros. De hecho, Garro no llegó a ver el libro publicado en este país, pues falleció en 1998, y era uno de los deseos que ella tenía, afirma la responsable de esta editorial valenciana, nacida hace unos tres años y que busca recuperar la vida y obra de escritoras silenciadas u olvidadas.

Pásate por Intro >> Resumen temático >> Elena Garro.

Ahora Bamba recupera estas memorias, y es precisamente con una editorial de Valencia, una ciudad con la que Garro tenía muchas conexiones, pues aunque su padre era asturiano tenía familia radicada en esta provincia y aquí escribió parte de estos diarios, en los que habla de sus días en la playa de la Malvarrosa, en el Café de la Paz o la Casa de Cultura. Con Memorias de España 1937, la editorial inicia una nueva colección, Híbrida, que recogerá “estos textos un poco fuera del canon”, como diarios, cuadernos, ensayos, extractos o incluso poesía, y que se sumará a su colección clásica, Eterna, más centrada en la novela autobiográfica. La publicación de este libro se ha hecho coincidir con la visita a España de la profesora de Literatura Mexicana y biógrafa de Elena Garro, Patricia Rosas Lopátegui, quien presentará el libro en Madrid y Barcelona. La colección Híbrida continuará con la publicación de obras de otras autoras como la chilena María Luisa Bombal, otra madre del realismo mágico; la estadounidense Hilda Doolittle, más conocida por sus iniciales, H. D., o la cubana Dulce María Loynaz. Y de Elena Garro, Bamba tiene pendiente publicar Un traje rojo para un duelo, una obra “no tan enfocada en la corriente del realismo mágico”, sino más en los relatos que tiene “como mujer en una sociedad muy concreta, la mexicana, y en un matrimonio complicado”, como el que tuvo con Paz.

12 de Abril de 2025

Enrique Vila-Matas vuelve en su nueva novela al registro de la exitosa Bartleby y compañía, apoyándose en Laurence Sterne y Samuel Beckett para armar una preciosa reflexión sobre la escritura,

Vidal Escabia, el protagonista de esta historia, ha seleccionado 71 libros en un cuarto oscuro de su casa con la idea de, a lo largo de 71 días, escribir un canon desplazado, intempestivo e inactual, disidente de los oficiales. Cada mañana, elige al azar uno de ellos, y saca a la luz un fragmento con destino al Canon, pero lo que desentraña su lectura influye en su vida y tambien en su escritura. Las sospechas crecen en torno a si el autor del Canon de cámara oscura tiene un origen androide y es un superviviente de los Denver-7 de Barcelona o si, por el contrario, utiliza el canon para dar sentido a su vida ante el amor desorbitado que, fuera del tiempo y el espacio, siente por su hija ausente.á El mejor Enrique Vila-Matas regresa al registro de la celebrada Bartleby y compañía con un libro sobre libros, sobre la imposibilidad de escribir, y sobre el sentido último de la escritura. Un novela tan erudita como irónica que ofrece un recorrido único por una biblioteca ligera y portátil de libros de cabecera, al tiempo que explora temas como el de las voces ajenas que conviven con nosotros o el de la ausencia infinita que dejan aquellos a los que amamos.

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Dentro del monográfico dedicado al cuento y a la censura, se incluyen letras dominicanas. Aquí, otras maravillas.

Con una voz poética espontánea, altanera, a veces refrescante, otras veces siniestra, Yaissa Jiménez elabora su Ritual Papaya, un compendio lírico en el que cultiva un misticismo afro oriundo de Los Mina, abonado con la afilada cimarronería de “aquel lao”.

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Celsa Albert Batista es una académica, escritora e historiadora negra dominicana. Escribió una de las principales obras sobre la esclavitud y es una de las pocas académicas que se han centrado en la identidad negra en la República Dominicana. Albert ha impartido numerosas conferencias internacionales sobre la diáspora africana en América Latina. Sigue publicando sobre el tema, con ensayos y textos como República Dominicana: Primer País afrodescendiente de América (2014) y Diversidad e identidad en República Dominicana (2014). En 2013, una calle de la Plaza de la Cultura de Santo Domingo fue rebautizada en su honor.

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Dominicana es una novela de 2019 de Angie Cruz. Es la tercera novela de Cruz y fue preseleccionada para el Premio de Ficción Femenina 2020. El libro cuenta la historia de Ana, una joven dominicana que se muda a Nueva York en 1965 tras casarse con Juan, un hombre mayor que ella. No es feliz allí, pero descubre una nueva faceta de la vida cuando su esposo regresa temporalmente a la República Dominicana, dejándola al cuidado de su hermano menor, César: puede estudiar inglés, ir a la playa y bailar. Cuando Juan regresa, debe tomar una decisión.

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¿Qué lleva a Lurdes hasta el alejado Venga a Ver, un pueblo fronterizo y costero? ¿A María a destrozar todo lo que durante 40 años construyó? ¿A Chino a arriesgar su vida en el mismo viaje que se propone hacer Yudelka, su antigua novia? ¿A Tiburón a ser tan violento y despiadado? En este pueblo parece que no pasa nada. Sin embargo, encarnadas en los distintos personajes: Lurdes, Chino, capitán Jiménez, María, Yudelka, Tiburón..., las fuerzas del crimen, del altruismo, de las aspiraciones sociales, del todo vale para alcanzar el "paraíso" soñado de la abundancia y el bienestar van entrelazándose y repeliéndose, como estalla la marejada en medio de una tormenta tropical (una tormenta que será determinante en la resolución de este drama). Un crudo retrato de gran parte del siglo XX dominicano y de tantos países latinoamericanos, en los que la gente lucha por no doblegar la voluntad ni abandonar sus ideales ante los embates de la adversidad, pero en los que al final la vida se impone y resulta en otra cosa.

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Amelia Francisca Marchena Sánchez de Leyba fue una escritora, considerada la primera novelista dominicana, conocida por haber inaugurado el género autobiográfico en la literatura nacional dominicana. Era feminista y fue muy criticada por escribir prosa, cuando las mujeres de su época escribían poesía. También la cuestionaban por escribir fantasías eróticas.

Al igual que Carmen Natalia, precursoras dignas de recordar.

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Leila Guerriero (Junín, 17 de febrero de 1967) es una escritora, periodista y editora argentina. En 2010 ganó la novena edición del premio de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano en la categoría texto, por su crónica El rastro en los huesos, donde relata el trabajo que realiza el Equipo Argentino de Antropología Forense que identifica los restos de desaparecidos de la última dictadura militar argentina.

En enero del año 2011 viajó hasta un pueblo de seis mil habitantes, en el interior de su país, con la intención de contar la historia de una competencia de baile folklórico tan secreta como prestigiosa que se lleva a cabo allí desde 1966: el Festival Nacional de Malambo de Laborde.

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De origen ruso-judío, Carla Guelfenbein se exilió con sus padres en Inglaterra en 1976 como consecuencia del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, que significó la caída del gobierno de la Unidad Popular. La casa había sido allanada y su madre, Eliana Dobry, profesora de filosofía de la Universidad de Chile y militante socialista, detenida por los agentes de Pinochet; durante tres semanas no se supo de su paradero.

En 2012 publicó su cuarta novela, Nadar desnudas, cuya trama trascurre en la época de la Unidad Popular y los meses posteriores al golpe de Pinochet."«La tragedia íntima de sus personajes corre en paralelo a la tragedia colectiva de Chile [...] Traición filial y traición de la amistad; pasión y transgresión, son algunos de los asuntos que laten en el texto».

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La inglesa Mary Kingsley (1862-1900) vivió dos existencias radicalmente diferentes. Una vez le preguntaron a esta dama victoriana, que siempre vestía con faldas y enaguas almidonadas, si no le daban miedo los caníbales. “Cuando veían mi cara blanca, los niños de la aldea soltaban un alarido como si estuvieran ante el mismísimo Satanás”, respondió. “Es la mujer más valiente que conozco”, dijo Rudyard Kipling de ella. Realizó tres viajes a África, que la convirtieron en una conferenciante y escritora reverenciada. El Museo Británico se quitó el sombrero ante sus hallazgos. De aquellas expediciones nacieron dos estupendos libros biográficos: Cautiva de África (Mondadori) y Viajes por el África occidental (Valdemar). Pero eso fue en su segunda y cortísima vida. Hasta los 30 años estuvo atada a los fogones y los trabajos domésticos.

Uno de los peces que catalogó, el 'Paramormyrops kingsleyae' .

No se liberó de las tareas propias de su sexo hasta los últimos siete años de su vida, cuando fallecieron sus padres. Solo entonces dijo adiós a la supervisión del hogar y de la cocina (era una afamada repostera y cocinera) para convertirse en una audaz exploradora, comerciante y antropóloga. Eso sí, nunca salía de expedición sin una buena provisión de té. Protagonizó sus mayores gestas en solo tres años. ¡Pero qué tres años! En tres décadas muchas personas no podrían hacer lo que ella hizo de 1893 a 1895. Dio su nombre a tres nuevas especies de peces, entre ellas el Paramormyrops kingsleyae, natural de ríos de la región ecuatorial de África Fue la primera europea que exploró territorios de África que no habían sido pisados jamás por una mujer blanca. También fue la primera montañera que coronó el monte Camerún, de más de 4.000 metros.

Mary Henrietta Kingsley, su nombre completo, convivió entre nativos con fama de antropófagos y recorrió inhóspitas zonas de Gabón, Sierra Leona, Liberia, Camerún, Angola, Ghana, Nigeria... Nunca renunció al té ni a su vestimenta victoriana (“antes muerta que con pantalones”). Casi siempre de luto por sus padres, vestía con faldones hasta los tobillos, corsé, enaguas y sombrilla. Y de la sombrilla hizo bien en no separarse. La falda y las enaguas le salvaron de morir empalada cuando tenía 31 años, como refleja una divertida anécdota en Viajes por el África occidental. La exploradora encabezaba una comitiva de guías y porteadores cuando creyó tomar un atajo y cayó en una trampa de caza: un foso con el fondo erizado de púas para ensartar a los animales. Se lo tomó a broma. “En ese instante una se da cuenta de la bendición de una buena falda gruesa”.

Los machos alfa de la exploración colonial, como el vil Morton Stanley o el mucho más digno sir Richard Burton hubieran convertido un episodio así en una odisea homérica. Ella se reía de su torpeza y elogiaba su buena suerte. Pero si la flema británica existe es por personas como nuestro personaje, que no necesitaba más armas que un remo o una sombrilla. Con el remo ahuyentó a un cocodrilo y con la sombrilla a un hipopótamo. Nunca se alejó mucho de los utensilios de cocina y eso también resultó providencial. Una vez arrojó una olla contra un leopardo demasiado interesado en su falda, y no por cuestiones estéticas. Ironías al margen, pocos contemporáneos mostraron tanto interés como ella por respetar y tratar de comprender las culturas aborígenes. No solo desmitificó la antropofagia, también la poligamia (“¡menos trabajo para las mujeres!”).

De luto y con su inseparable sombrilla (también de color negro).

Su padre, viajero irredento, fue un médico de la aristocracia que dejó embarazada a una sirvienta, la madre de Mary, con la que se casó cuatro días antes del parto. El matrimonio tuvo otro hijo, un varón, que estudió en Cambridge. Mary no fue ni siquiera al colegio, a pesar de que era con diferencia la más espabilada de la familia. Aprendió a leer y escribir de forma autodidacta. Su padre solo consintió que recibiera clases de alemán. Criticó los gobiernos coloniales y el mesianismo insensible de los misioneros. Veía a los nativos como semejantes, y no como salvajes a los que había que civilizar. Fue una pionera a la hora de denunciar que la rápida aculturización de los pueblos nativos por la contaminación y las injerencias de los colonizadores tendría graves consecuencias para el futuro de “ramas que pertenecen a nuestro mismo árbol, el de la raza humana”.

“En cuanto regreso a Inglaterra quiero irme de nuevo a África, como si el continente me llamara: ’Vuelve, vuelve, esta es tu casa...’, eso les dicen los nativos a las almas de sus amigos y eso es lo que me parece escuchar a mí”. No está nada mal para alguien que creció entre el jardín de su casa y la cocina, aunque siempre que podía se escapaba a ese lugar maravilloso donde comienzan casi todas las grandes aventuras: los libros. Cuando se quedó sola, cogió los bártulos de su padre (él y su esposa murieron con meses de diferencia) y se fue a África, de la que tanto había leído. Le dijeron que esta tierra sería su perdición. Y fue verdad. Pero no la mataron los caníbales, sino otros salvajes. En su último viaje, en 1900, antes de cumplir 38 años, trabajó en un hospital de Ciudad del Cabo, atestado de heridos de la guerra de los bóers. Allí contrajo el tifus y murió.

En Barranquilla, un niño es partido en dos por su abuela. "Un lado de tu cara es elegante y el otro es vulgar", le dice ante el espejo, mientras traza una línea desde la frente hasta la boca, lanzando una suerte de hechizo social. Aunque ella, a toda costa, intenta que el lado "distinguido" del niño reluzca, la casa se sume en una bancarrota que provoca el quiebre mental del padre y que revela, de maneras insospechadas e hilarantes, esa procedencia plebe que la abuela insiste en ocultar. La frontera encantada es la historia de la vida que sigue a ese suceso fundacional. Es la indagación profunda, descarnada y entrañable de los meandros que recorre el narrador mientras el hechizo crece y se manifiesta en el amor, el sexo y la amistad. Y es, sobre todo, el recuento del enorme esfuerzo que hace por recomponer la libertad y el amparo a través del gozo del cuerpo. A la manera de unas "mil y una noches costeñas", esta novela oscila con delicadeza entre la narrativa, el ensayo, el archivo y la fantasía. Como un largo cuento de hadas, condensa la propuesta estética y política de un autor extraordinario.

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«El boom latinoamericano fue totalmente machista», aseguró la escritora chilena Alejandra Costamagna en una entrevista. No nos costará darle la razón si nos paramos a pensar en el desconocimiento profundo que tenemos de la literatura latinoamericana escrita por mujeres y producida durante todo el siglo XX. Tampoco sería descabellado decir que ese machismo es el que ha impregnado al mundo editorial español durante décadas, y que es solo ahora cuando por fin empezamos a leer, desprendiéndonos de prejuicios, a las autoras olvidadas de la Generación del 27 y precedentes. Recuperando el título de un pequeño cuento con el que la puertorriqueña Rosario Ferré analizó la misoginia literaria en los años noventa, El coloquio de las perras pretende ser un homenaje a las escritoras hispanohablantes que sortearon todo tipo de obstáculos para hacer su literatura. Desde populares figuras como Elena Garro, Gabriela Mistral o Alejandra Pizarnik hasta otras más desconocidas como Alcira Soust Scaffo, Agustina González López o María Emilia Cornejo, la periodista y poeta Luna Miguel entabla una conversación llena de ladridos con una docena de mujeres, con la voluntad de que sus obras sean leídas y reivindicadas, y tal vez con la esperanza de que la egoísta y peligrosa raza del «escritor macho» quede de una vez por todas extinguida.

Elena Garro, Hilda Hilst, Luisa Valenzuela, Marvel Moreno, Marta Brunet, Cristina Peri Rossi, Rosario Castellano, Ines Arredondo, Silvina Ocampo, Clarice Lispector, Isabel Allende, Sara Gallardo, Josefina Vicens, Maria Luisa Bombal, Armonia Somers, Liliana Heker, Blanca Varela, Idea Vilariño. Albalucía Ángel y Elena Poniatowska.

Ale.

18 de Abril de 2025

“Nunca son los temas los que me convocan a escribir. Son los lugares. Lo material”, le cuenta a Clarín Marina Yuszczuk cuya última novela (Historia natural, Blatt & Ríos), está ambientada en los comienzos del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Tal como se lee en las primeras páginas, está “basada libremente”. De hecho, inventa un personaje, la hija de Francisco P. Moreno, el fundador del Museo, y narra la historia desde su punto de vista.

“Mis hermanos y yo habíamos crecido entre esqueletos, animales embalsamados, puntas de flechas, restos de vasijas. (...) nos estremecíamos de placer cada vez que llegábamos en coche desde la ciudad y la visión del museo nos salía al encuentro en toda su grandeza (...) dirigiendo la vista al ángel de la Ciencia allá en lo alto y dándonos la viva impresión de que habitábamos un castillo, en el medio de la nada, y mi padre era el rey”, escribe.

Revela un poco más acerca de la génesis de esta obra: “Fui al museo muchas veces, la primera vez estaba sola, un día de semana. Fui la única persona que hizo la visita guiada y entonces pude hablar mucho con la guía, que me contó en detalle cómo se estaba revisando esto de exhibir restos humanos de los pueblos originarios, y cómo de a poco, y con mucha dificultad, algunos se estaban restituyendo a las comunidades que los reclamaban”. Ganadora del Premio de Novela Sara Gallardo 2021 por La Sed, encuentra una ligazón con esta novela: “Si en algo se parece al Cementerio de la Recoleta es que es uno de esos lugares en los que uno puede ver, si presta atención, distintas capas, que se remontan hasta el siglo XIX. Eso es lo que me vuelve loca. El pasado, el tiempo, el paso del tiempo, las huellas, los restos. Soy melancólica”.

En esta novela, la escritora, también editora del sello independiente Rosa Iceberg, construye una trama que dialoga con la historia argentina y las representaciones en torno a las poblaciones indígenas acalladas y utilizadas como pieza de exhibición de manera descarnada por la ciencia más dura, moldeados bajo el ojo del hombre blanco. Al mismo tiempo, todo está narrado con sutileza, sin subrayados innecesarios y con destellos del gótico que suele caracterizar a su prosa.

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6 de Abril de 2025

En vísperas del 80 aniversario del fin de la contienda que incendió el planeta, Olivier Wieviorka publica 'Historia total de la Segunda Guerra Mundial', una obra ambiciosa que desbroza leyendas y establece relaciones hasta ahora insospechadas.

Fruto de muchos años de trabajo, esta obra innova, en primer lugar, por su enfoque global, que la diferencia de sus ilustres predecesoras anglosajonas centradas principalmente en la guerra en sí. El historiador aborda todos los frentes: Europa, por supuesto, pero también Asia-Pacífico (a menudo descuidada, en particular China), África del Norte y Oriente Medio. Además, se interesa por todos los actores (canadienses, australianos, indios...) y abarca todos los ámbitos: estratégico, como es de esperar, pero también ideológico, económico, logístico, diplomático..., sin olvidar la historia social y de la memoria, que siempre se trata, cuando se aborda, como algo secundario. Finalmente, el historiador renueva ampliamente la materia, a menudo algo desactualizada, incorporando todos los trabajos esenciales publicados en la última generación en una demostración tan rigurosa en su contenido como clara en su forma.

De ello surge un gran relato, bien escrito y formidablemente representado, que muestra hasta qué punto este conflicto fue verdaderamente mundial y total. Una obra que se dedica, al mismo tiempo, a narrar, comprender y explicar, adoptando la exigencia formulada por Albert Camus en El hombre rebelde: «Quizás se piense que una época que, en cincuenta años, desarraiga, esclaviza o mata a setenta millones de seres humanos debe, ante todo, ser juzgada. Pero primero es necesario comprender su culpabilidad».

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9 de Abril de 2025

"Tenía un don extraordinario para saber esperar, una romántica presteza que jamás he hallado en otra persona, y que no es probable que vuelva a encontrar". Esta es la forma en que Nick Carraway, el narrador de la novela 'El gran Gatsby', se refiere en el primero de los capítulos a Jay Gatsby, un nuevo rico cuyas ganancias durante el tiempo de la Prohibición corrompen un idealismo basado en los mitos americanos de la autosuficiencia y las oportunidades ilimitadas.

La novela se publica en 1925 y, a pesar de su fracaso comercial, supone la consagración con escritor de Scott Fitzgerald, su autor. T. S. Eliot, Getrude Stein o Robert Wilson, se rinden sin condiciones ante esta obra que desde entonces, hace un siglo, no ha hecho sino fascinar a generaciones de lectores y que puede sin duda considerarse como uno de los grandes clásicos del siglo XX.


Concretamente, fue el 10 de abril de 1925 cuando la editorial estadounidense Scribner's puso a la venta por primera vez la gran novela de Scott Fitzgerald. 'El gran Gatsby' recibió críticas mixtas y su venta fue mala; en su primer año, el libro vendió sólo 20.000 copias. Fitzgerald murió en 1940, creyéndose un fracaso. Sin embargo, la novela experimentó un renacimiento durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en una parte del plan de estudios de la escuela secundaria estadounidense y tuvo numerosas adaptaciones teatrales y cinematográficas en las siguientes décadas.

"Nadie conocía exactamente quién era Gatsby. Algunos decían que había sido espía de los alemanes durante la Primera Guerra Mundial; otros, que estaba emparentado con una de les familias reales de Europa. Sin embargo, nadie le aventajaba en su espléndida hospitalidad. Las fiestas más maravillosas tenían lugar en su soberbia mansión de Long Island. La ironía de esta fachada fabulosa era que él no la había construido para deslumbrar al mundo, los amigos o la esposa, sino para impresionar a una chica que había amado, que era su sueño, su ilusión", leemos en la sinopsis que hace de la novela la editorial Austral.

Dentro de la Colección Austral Singular.

19 de Abril de 2025

Doña Bárbara es una novela escrita por el venezolano Rómulo Gallegos y publicada por Editorial Araluce, el 15 de febrero de 1929. Ha sido reeditada más de cuarenta veces y traducida a otros idiomas. Consta de tres partes y se ambienta en los llanos de Apure en Venezuela, en los predios del río Arauca.

Es la novela venezolana más popular: desde su aparición, en 1929, se leyó con avidez quizás porque entre líneas Gallegos expresaba su rebeldía al régimen dictatorial de Juan Vicente Gómez y al atraso que vivía el país. La novela examina el tópico sociológico, de raíz positivista, civilización frente a barbarie en la vida venezolana rural. Entre otros méritos, se destaca la maestría del escritor en cuanto a la creación de personajes, así como también la descripción del paisaje llanero. Para Carlos Fuentes, en la La nueva novela hispanoamericana, se trata de una de las novelas fundamentales de la literatura de América Latina y aquella que simbolizará "los primeros cien años de la novela y de la sociedad latinoamericana". Gabriel García Márquez, por su parte, en Vivir para contarla, la considera como una de sus primeras referencias antes de volcarse hacia Faulkner.

Primera edición de Doña Bárbara por la editorial Araluce.

Doña Bárbara representa aquella Venezuela cruel, insensible por la corrupción, traición, despotismo, falta de libertad, latifundismo e injusticia y brujería; pero en el melodrama se muestra que en la realidad existía también una raza buena que ama, sufre y espera para luchar contra la dictadura desenfrenada de aquel entonces, gente representada por Santos Luzardo. Es una novela realista, hay en ella una observación profunda del mundo, una marcada descripción de una realidad, su intención va más allá de lo literario. Persigue un fin social, un cambio en la sociedad, la obra muestra la clásica y casi compulsiva obsesión de Rómulo Gallegos por incidir en la realidad Venezolana rural, salvaje e insensata del siglo XIX mediante un proyecto civilizador que plantee, en primera instancia, un impulso educativo abrasador, proyectado por una sociedad o un hombre intelectual cuya meta es concientizar al bárbaro, luego de la negativa inicial que la única manera de progreso es el cumplimiento de la ley y que existen mecanismos colectivos de bien común que van más allá de simples personalismos e instintos particulares.

Gallegos plantea, pues, una solución al caudillismo. Se cuenta que una vez que salió la novela, alguien informó al general Juan Vicente Gómez (entonces presidente de Venezuela) que era contraria a su causa. Gómez pidió que se la leyeran. Fue tanto el interés de Gómez por la trama que, en cierta ocasión, en campo abierto, al anochecer, hizo encender los faros de los automóviles para no interrumpir la lectura. Finalizada esta comentó: Ese libro no puede ser contra mí porque es muy bueno. Gómez ofreció después el cargo de senador por el estado Apure a Gallegos, pero este optó por el destierro.

Nos acercamos a la región en ...

Paisajismo >> Senderismo >> Largo recorrido VII.

27 de Abril de 2025

La literatura y la tragedia suelen llevarse mejor en la distancia. A menudo la primera necesita dejar reposar la segunda; se escribe no palpando la herida, sino la cicatriz. En otras –pocas– ocasiones, para regocijo de conspiranoicos, una novela anticipa accidentalmente un suceso terrible en similares circunstancias. En las ocasiones más extrañas, la catástrofe real y su fantasma literario se encuentran en la misma vereda. En el verano de 2024, la editorial valenciana Drassana estaba preparando dos lanzamientos, dos novelas de autoría diferente y separadas por más de seis décadas. El más extraño de los dos libros, por formar parte del linaje de las novelas olvidadas, llevaba la firma de Maria Beneyto, excepcional autora valenciana que gozó de popularidad durante buena parte de su vida, sobre todo como poeta, si bien una capa de ostracismo cubrió su trayectoria en sus últimos años y tras su muerte, en 2011.

Este año, para revindicar su legado, la Acadèmia Valenciana de la Llengua la nombró escritora del año. "Buscando obras que reeditar sobre ella me encontré El río viene crecido, una novela que habla de lo que nadie había escrito: la riada del 57 y, más importante todavía, la del 49", explica Carme Manuel, académica, presidenta de la Comisión de la Escritora del Año y, sí, rescatadora de aquella novela que ya solo existía en alguna librería de viejo. Manuel, hija del trauma de quien crece escuchando en casa las historias de una catástrofe como fue la crecida del Túria de 1957, se propuso devolver al presente aquel relato, con el apoyo de la Acadèmia, de la Institució Alfons el Magnànim y de la editorial Drassana, dándole una nueva vida, esta vez en valenciano: El riu ve crescut.

La novela aborda la vida de diferentes personajes que viven en la miseria de una ciudad que se aposta poblados de chabolas a orillas del río. Las dos crecidas del Túria perfilan la trama de tono costumbrista. Con crudeza describe la autora en su primera página el "poblado de Nazaret, mísero y sórdido de día" y con "un curioso aspecto de ente embrionario, a medio hacer, como si se hubiera quedado en un feto que no hubiera crecido más allá de aquella caducidad ruinosa que todos conocían". "¿De dónde salía un libro así? ¿Cómo me había podido pasar inadvertida una novela de esta magnitud? ¿Cómo era posible que alguien fuera capaz de trenzar un relato tan poderoso apenas dos años después de la riada de 1957? ¿Quién fue Maria Beneyto?". Todas esas preguntas se las hace el prologuista de la reedición y, además, autor de la otra novela que se cruza en esta historia. Es Rafa Lahuerta, uno de los escritores valencianos más celebrados en los últimos años tras su éxito con Noruega, considerada por muchos la gran novela contemporánea de la ciudad de Valencia. "El profeta del Túria navegable", lo describieron sus propios editores, también de Drassana, en la sinopsis de la obra que completa el relato de Noruega. Se trata de la reciente La promesa dels divendres, en la que el autor reincide en un momento dado en la visión de un río desbordado, de barrios secos y céntricos convertidos en distritos portuarios, en la torre del Miguelete como un faro.

Toda esta literatura fluvial con sus evocaciones del desbordamiento, onírico en La promesa dels divendres y real en El riu ve crescut, era la que estaba cobrando forma en Drassana en el verano de 2024. Ambas obras eran parientes temáticamente y si Lahuerta prologó la reedición de Beneyto es porque, como apunta la traductora Carme Manuel, "es de los poquísimos que habían leído a día de hoy esta obra". ¿Quién fue Maria Beneyto?, se pregunta el escritor. Antes de ser una prolífica escritora, fue una niña que se relacionó estrechamente con la pobreza: su familia se mudó a Madrid antes de la Guerra Civil siguiendo la vocación teatral del padre, pero el fracaso les escupió de nuevo a Valencia y el progenitor, implicado en la causa republicana, murió antes de que acabase la guerra.

Se conoce como la gran riada de Valencia a la inundación que tuvo lugar el 14 de octubre de 1957, en la cuenca del río Turia, a su paso por la ciudad de Valencia, España, y que causó al menos 81 muertos, además de cuantiosos daños materiales. Desde la época romana, la ciudad de Valencia ha sido testigo de numerosos desbordamientos del río Turia. A lo largo de los siglos, la ciudad ha experimentado una expansión y ha implementado diversas medidas para defenderse de las fuertes inundaciones.

"Conoció el hambre, la miseria y el miedo", relata Manuel. Con una madre encarcelada primero y ciega después, y unos hermanos cumpliendo el servicio militar, Beneyto se ganó el pan como pudo hasta que su situación financiera dio un vuelco, según las últimas versiones aportadas a su biografía por la relación con un hombre adinerado, también casado. En 1952 –tenía 32 años– se publicaron sus primeros poemarios. Comenzó a ganar premios y a despuntar entre los círculos literarios de aquella ciudad de posguerra. "Se convierte en una poeta conocida en Valencia y Barcelona, allí Josep Maria Castellet la reconoce como una de las grandes. Después fue reconocida también a nivel nacional, aparece en todas las antologías de poesía de posguerra", apunta Manuel. Su producción, bilingüe desde el inicio, le genera problemas: los círculos literarios valencianohablantes le reprochan su escritura en castellano. La misoginia de la época tampoco la ayuda: el periodista Voro Contreras recupera en un reportaje en Levante-EMV una entrevista de 1960 en la que el periodista le pregunta si ser guapa le había ayudado en su carrera.

Ese año se había publicado precisamente El río viene crecido, en el que Beneyto desarrolla un tono naturalista que golpea y se afila en líneas que asumen la oralidad de la época. "Como hacía Blasco Ibáñez, para indicar que sus personajes originalmente hablan en valenciano, inserta algunas expresiones en esta lengua en diálogos escritos en castellano", apunta Manuel. El libro abunda en la descripción de una ciudad arrasada en la guerra y ahogada en dos riadas en poco más de una década. La obra aparece solo dos años después de la gran crecida del 57, la que provocó que se desmantelaran las chabolas y se construyera el nuevo cauce, el mismo que salvó a la capital de la última dana. Justo ese momento en que se cruza la catástrofe real con la reaparición de esta obra, y también la publicación del último libro de Lahuerta. "Debajo de la terrible certeza de la destrucción, se esconde una verdad incontestable: Valencia es aquello que pasa entre riada y riada", apunta Lahuerta en el prólogo. "El río ha tenido una influencia poderosísima sobre la ciudad de Valencia. La gran novela y seguramente la única novela sobre la riada del 57 es esta", comenta el editor de Drassana.

Volvamos al momento en que los dos libros esperan su lanzamiento en librerías. Avanzaba el otoño de 2024. "El libro de Beneyto estaba en revisión, pero el de Lahuerta, La promesa dels divendres, estaba listo. El 29 de octubre el repartidor lleva la primera edición al almacén, pero antes de llegar al polígono se da media vuelta porque la situación ya era complicada", relata Baydal. Ese almacén, como ese polígono, como todo el paisaje de l'Horta Sud de Valencia y tantas vidas, sería arrasado esa misma noche. Dice el editor que durante un tiempo no supieron qué hacer con los dos libros que hablaban de riadas pasadas o ensoñadas, mientras miles de personas caminaban entre el fango, la podredumbre y el duelo. "Más tarde entendimos que precisamente esa es una de las claves de la literatura: hablar de los que nos pasa como sociedad, y estos libros son testigos históricos, es una manera de ser conscientes de nosotros mismos", abunda Baydal. La promesa dels divendres vio la luz el pasado mes de noviembre y El riu ve crescut acaba aparecer en librerías. "Como tantas otras mujeres de su generación, la biografía de la Beneyto responde a una mezcla de ostracismo y olvido", lamenta Lahuerta sobre la autora de la gran novela de la Valencia que fue golpeada por su río dos veces. Y que resurge ahora, precisamente ahora.

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Hay una palabra que se repite mucho en las casi quinientas páginas que Anna Caballé, después de doce años de trabajo, ha dedicado a la vida de la escritora vallisoletana Rosa Chacel, y que ha titulado Íntima Atlántida (Taurus). Esa palabra es “asco”. A Rosa Chacel le da “asco” una carta de amor que le envía su marido, el pintor Timoteo Pérez Rubio; le dan asco las niñas y la infancia usual; le da asco España; le da asco Brasil. “Tengo un asco atroz a tanta preciosidad”, escribe. La de Rosa Chacel (1898-1994) fue una larga vida de asco. Para llevar la cuenta del asco, Rosa Chacel escribe un diario. Ahí comprobamos el asco que le da Cien años de Soledad, Cortázar, Las ratas, de Delibes, y todos sus amigos y familiares, que no dejaron de ayudarla en el casi siglo entero de sentir asco que fue su vida. Un siglo sufriendo es mucho sufrir, sobre todo para el siglo: “El 65 ha sido el año más triste de mi vida”. “El 86 ha sido el peor año de mi vida”. En general, no hay año en su perra vida que no sea “el peor”, según su diario, y eso que no le tocó hacer nunca la declaración de la renta.

Anna Caballé es una biógrafa extraordinaria que aborda en su nuevo trabajo la figura de una escritora también extraordinaria. Después de aclarar las vidas de Francisco Umbral, Carmen Laforet o Concepción Arenal, Caballé cierra uno de los misterios más manoseados de la literatura española del siglo XX: ¿por qué Rosa Chacel no le importa a nadie? Su novela Memorias de Leticia Valle es una de las mejores novelas españolas del siglo pasado, y sus diarios, titulados Alcancía, se elevan, precisamente por su crueldad y desencanto, como una deliciosa estridencia del ego literario. Luego tiene libros imposibles de leer, pero “uno es tan bueno como lo mejor que ha hecho”, por decirlo con palabras del cineasta Billy Wilder.

Rosa Chacel tuvo un problema muy castellano: es antipatiquísima. Recorriendo su vida, minuciosamente explorada por Anna Caballé, uno va sumando a ese carácter otras circunstancias refractarias al éxito. Por ejemplo, no publicar libros hace muy difícil que te lean, te premien y te valoren. Rosa Chacel dejaba pasar diez años entre una novela que no le había interesado a nadie y otra novela, que no le iba a interesar a nadie. Luego se preguntaba por qué le iba tan bien a Miguel Delibes, que publicaba una novela cada año, cada dos años o cada tres. La confabulación del mundo contra la literatura de Rosa Chacel empieza pronto, con una beca que recibe su marido, el pintor, en Roma, desde 1922 a 1928. Ella no podía ir, pero se amañó o torturó el reglamento para que Rosa pudiera pasar seis años en Roma tan ricamente. Luego ella recibirá más becas, de la Fundación Guggenheim, de la Juan March, y dos millones de pesetas así porque sí de Javier Solana, ministro de Cultura, a cuenta del ministerio. Entre medias, Julián Marías, Concha de Albornoz, Ortega y Gasset, Gimferrer, Trapiello, Cernuda, un embajador por aquí, un diplomático por allá, Esther Tusquets o Dionisio Ridruejo (cada uno en su momento y según su capacidad) la animaron, apoyaron, hicieron gestiones para que publicara, para que recibiera esas becas, le dejaron viviendas gratis (en el Paseo de la Habana de Madrid) o le consiguieron billetes de avión. Toda la vida de Chacel la pagó su marido o un gobierno. Según ella misma asentó en su diario, sobre su esposo: “El sacrificio de Timo, su vida íntegramente supeditada a la lucha por el dinero, y yo, mientras tanto, haciendo literatura pura”.

Esta pureza se la inoculó Ortega y Gasset, que la convenció de que las novelas no debían tener mucho argumento, sino interioridades y adjetivos. La “voluntad explícita de oscuridad” (Caballé) hace que sus libros sean una elipsis de sí mismos, y, en cuanto algo va a pasar, no pasa, se oculta y acelera. Miren cómo describe su biógrafa el proyecto literario de Chacel: “Imbuida por la filosofía fenomenológica, su idea del tiempo no es la convencional y por tanto tampoco puede serlo el relato del tiempo vivido. Si el fundamento ontológico de la existencia es su condición temporal, solo desde ella resulta existencialmente comprensible la totalidad del ser.” El resultado de esta acrobacia estética fue diríamos que justo. En 1960 publicó en Argentina, en la editorial Losada, La sinrazón. Vendió 4 ejemplares. Repito: 4. No es que “vendiera poco”, no es como que haya una tiranía editorial que se ceba con los que menos venden, 1000 ejemplares, 545… No, es que vendió cuatro.

Rosa Clotilde Chacel Arimón (Valladolid, 3 de junio de 1898-Madrid, 27 de julio de 1994) fue una escritora española de la Generación del 27. Incluida en el grupo de "las sin sombrero". Chacel escribió muchas novelas, narraciones breves, poesía, ensayos y memorias.

Nuestra bibliotecaria dedica a aquellas pioneras un monográfico.

En 1965, de la reedición española de Teresa (Buenos Aires, 1941) “no se había vendido ni un solo ejemplar”. “Realmente me indigna la falta de reconocimiento que tienes, para tus cualidades. Aunque se explica por muchas cosas: exilio, poca producción, falta de distribución de tus libros argentinos, independencia, falta de adscripción a grupos que te jaleen, carácter…”, explica con admirable precisión Lolita Franco, esposa de Julián Marías. Su hijo, Javier Marías, adjudicaba a Chacel “una queja sistemática”. Leemos en su diario, extractado por Caballé: “No tengo sábanas ni platos ni cubiertos. No vivo como las personas decentes”. Esto es así porque, como tantos otros artistas, Chacel considera que no vale para trabajar, que no sabe hacer nada salvo escribir. Siempre me he preguntado si esta gente es consciente de que para fregar escaleras valemos todos, y para cargar cajas en un camión, y para atender la caja de un supermercado Día. Incluso para auxiliar administrativo vale casi todo el mundo. El carácter de Chacel “es envidioso, suspicaz, oscuro resentido y victimista”, desgrana Caballé. “Es el desahogo de una hija (casi) única que no acepta otro lugar que no sea el centro que ocupó en la infancia.” Rosa Chacel tuvo un hijo, y, como pueden suponer, hizo todo lo posible para perderlo de vista, pues su obra estaba muy por encima de la vida humana que ella misma trajo al mundo. El niño fue de acá para allá, era matriculado en colegios privados, como interno, para que no diera la lata, odió a su madre desde el primer minuto y, por lo que sea, no le apetecía lo más mínimo leer los libros que ella iba publicando. La pregunta que sugiere la trayectoria de Rosa Chacel es apoteósica: ¿Qué escritor eres si no tienes lectores? ¿Si no tienes, qué sé yo, más de 100? ¿Se le puede dar el Nobel de literatura a alguien que leen 100 personas en el mundo? A lo mejor si fueran mil quinientas… Curiosamente, Chacel trabaja muchísimo incluso pasados los sesenta años, o sobre todo pasados los sesenta años, cuando los escritores normales empiezan a vivir de las rentas, perder fuelle y publicar novelas de cien páginas (Philip Roth, verbigracia).

Y, más curioso todavía, a su regreso a España en los años 70, consigue el éxito. Los años 80 (a pesar de ese infausto 1986) son la época gloriosa de Rosa, como también los cuatro años que viviría de la década siguiente. Almuerza con Felipe González en Moncloa, recibe el premio Nacional de las Letras (1987), se emborracha con Alberti, sale en la tele (Con las manos en la masa) y todo ¿saben por qué? Por el signo de los tiempos. Recuerdo cómo en los años 90 nos daban sin parar la tabarra con Francisco Ayala, que aparecía en los periódicos premiado, homenajeado o celebrado cada dos semanas. Yo me preguntaba, ¿quién es este hombre, qué ha hecho? Y lo único que había hecho era no morirse (1906-2009). El que resiste gana, sobre todo si no hay nadie más a tu alrededor para resistir. Rosa Chacel, entonces, vivió una dorada ancianidad porque su enaltecimiento representaba la reparación, el exilio, incluso la venganza. Diríamos que fue elegida para compensar a todos los que tuvieron que irse de España durante la dictadura, y no tanto porque su obra viviera una súbita aceptación por parte de los lectores, como le ha sucedido estos años a un Chaves Nogales, por ejemplo, al que la gente sí lee con gusto.

“La verdad es que la atención se concentraba en la imagen de la anciana encantadora y vital que procedía del pasado republicano y cuya identidad afloraba en la Transición con toda la fuerza de la reivindicación política”, escribe Caballé. Así, sumando todo (carácter infame, escritura oscura, exilio, publicaciones espaciadas y mal distribuidas), podemos concluir que, lejos de ser una autora discriminada injustamente por el patriarcado malévolo, bastante bien le fue a esta mujer, a fin de cuentas. “Es tan atroz lo que pienso de todos y de mí misma que tal vez por eso me odian; me odian todos, sin excepción. Me odian cada día más”.

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