Gerald Hayo sobrevivió a una violación múltiple
correctiva organizada por su propia familia. La activista
dedica ahora su vida a luchar por los derechos de las mujeres
lesbianas, bisexuales y queer (LBQ) del país africano. En
el documental Nowyou are woman de la periodista Alba Muñoz,
Hayo relata su historia al mundo. En un momento en el que
hablar supone exponerse, Hayo quiso romper con el silencio
sistemático que invisibiliza las vulneraciones de derechos
humanos y la desigualdad que sufren las mujeres keniatas que
no siguen el mandato de la heterosexualidad.
Su hermano y su madre organizaron una violación
múltiple correctiva para “curar” su homosexualidad y para
convertirte en una “mujer de verdad”. ¿Cómo de comunes son
estas violaciones en Kenia hacia las mujeres LBQ? Las violaciones
correctivas en Kenia son una práctica común debido a diversas
razones. Entre ellas porque la familia junto con otras personas
piensan que ser LBQ está mal y, por tanto, necesitan corregirte.
Es algo con lo que las víctimas tienen que vivir, reduce tu
autoestima y afecta a la forma con la que te relaciones con
los demás. Puede llegar a hacerte sentir que no vales la pena
y puede hacer que sientas hostilidad y falta de respeto hacia
otros seres humanos.
En muchos casos cuando sales del armario en
Kenia como mujer LBQ eres propensa a ser violada, a que te
repudien y a matrimonios forzosos. Muchas veces la familia
intenta encontrar formas de curarte, incluso usando la medicina
tradicional o rezando. Se aseguran de encontrar la forma de
curarte porque creen que la homosexualidad no es algo con
lo que se nace, sino que es algo aprendido por presión social
o por imitación.
En muchas ocasiones te expulsan del colegio
por ser homosexual y los padres deciden no pagar la educación
hasta que demuestres que no lo eres. Pero, ¿cómo lo demuestras?
Si no vas a la escuela, te fuerzan a casarte o simplemente
te dicen que te vayas. Hayo se fue de casa y sigue sin vivir
cerca de ellos. "Creo más en lo que quiero que en lo
que puedo dar y lo que quiero es conseguir paz con mi familia
y conmigo misma. No me importa lo que ellos quieran, porque
lo que ellos quieren no me está ayudando".

Gerald Hayo es una activista de derechos de
Lesbianas, Bisexuales y Queer en Kenia, miembro de la organización
Rainbow Women of Kenya. GIRLS PRIDE es un proyecto en el que
mujeres Lesbianas, Bisexuales y Queer (LBQ) de Kenya visitan
escuelas para hablar con niñas y adolescentes en sus talleres
de sensibilización y educación sexual. Su objetivo es que
tomen el control sobre sus decisiones en lo que se refiere
a salud sexual ya que con las compresas reusables se evita
un motivo importante de absentismo escolar en la región entre
las chicas que no tienen acceso a productos de higiene femenina.
Una historia sobre la supervivencia, el amor,
la complejidad humana y el auge de las mujeres LBQ en la lucha
por sus propios derechos en Kenia, en un momento clave en
que los países de África y del mundo están despenalizando
la homosexualidad. Gerald Hayo es un activista lesbiana de
Kenia. Es superviviente de una de las prácticas más violentas
más crueles contra las mujeres LBQ: la violación correctiva.
Este corto documental retrata su vida como activista en Mombasa,
donde vive y trabaja con su novia Dee, y su regreso a Kisumu,
su ciudad natal, de donde tuvo que huir al ser repudiada por
su familia. Nadie quiere ver a Gerald en Kisumu, excepto su
hermana mayor, Cecilia.
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La sociedad keniata no reconoce a las mujeres
LBQ. La gente cree que no existen, pero ya no solo las mujeres
LBQ sino la propia homosexualidad. Si ven a alguien con tatuajes
o piercings, piensan que pueden ser homosexuales. La idea
general en Kenia es que la homosexualidad es una secta. El
caso más común es el abuso verbal. Puedes ir por la calle
y de pronto alguien te puede llamar shoga [término suajili
para referirse de forma despectiva a las personas homosexuales].
Es como si fueras el demonio. Puedes estar con tu moto y cruzarte
con alguien que decide seguirte para quizá violarte o hacerte
cualquier cosa que puede justificar. Simplemente dicen “esta
es lesbiana” y no les sucede nada. La gente sabe y tiene la
certeza de que si golpean o asesinan a una persona homosexual
no les ocurrirá nada. Además, si te arrestan y tienes una
imagen masculina, te envían a las celdas de los hombres donde
ocurren muchas violaciones. Hay casos en los que te detienen,
le suplicas a la policía que te deje salir porque te van a
violar allí dentro y la propia policía se acuesta contigo
a cambio de dejarte salir. Eso también esta sucediendo. También
se han violado a mujeres heterosexuales.
En el documental se muestra que ser madre en
Kenia es muy importante porque, conforme mas creciendo, te
das cuenta de que tu círculo cercano da por hecho que vas
a casarte, asentarte en un sitio y tener una familia. Pero
al mismo tiempo, si eres lesbiana, bisexual o queer, algunas
mujeres LBQ piensan que no deberías ser madre. Hay estigma.
No puedes ser madre y que el padre de tu hijo no esté contigo,
porque eso significa que has tenido sexo con muchas personas
diferentes y que quizá eres prostituta. Ser madre soltera
y lesbiana es muy difícil. También se expone que cuando una
mujer LBQ tiene hijos encuentra un poco de libertad y su familia
empieza a aceptarla. ¿Que tengan hijos es una solución eficaz
para lograr su integración social? Es una buena escapatoria.
Cuando tienes gente a tu alrededor que piensa que tienes 20
o 25 años y que ya deberías tener una familia, si tienes un
hijo te puedes proteger a ti misma. Puedes argumentar que
tu marido se ha muerto. Si te atacan, tienes algo con lo que
defenderte, ya que si eres homosexual entienden que no puedes
tener niños debido al tipo de relación sexual que mantienes.

Kenia es un país de África Oriental con una
costa en el océano Índico. Su territorio abarca sabana, terrenos
en lagos, el espectacular Gran Valle del Rift y zonas montañosas
altas. También alberga fauna, como leones, elefantes y rinocerontes.
Se realizan safaris desde Nairobi, la capital, a la Reserva
Masái Mara, conocida por sus migraciones anuales de ñus, y
el Parque Nacional Amboseli, que ofrece vistas del monte Kilimanjaro
en Tanzania, de 5,895 m de altura. Nairobi es la capital de
Kenia. Además de su centro urbano, la ciudad tiene el Parque
Nacional de Nairobi, una gran reserva de caza conocida por
criar rinocerontes negros en peligro de extinción y albergar
jirafas, cebras y leones. Junto a ella, hay un prestigioso
orfanato de elefantes administrado por David Sheldrick Wildlife
Trust. Nairobi, a menudo, sirve como punto de partida para
realizar recorridos de safari por otros lugares de Kenia.
La influencia del discurso religioso en la homofobia
es enorme. Los ciudadanos creen en los líderes religiosos
porque como representan a Dios tenemos que confiar en todo
lo que dicen. Si dicen que la homosexualidad es demoníaca
y que está mal, todo el mundo lo verá de esa forma. Nadie
te cree si dices que eres homosexual y que crees en Dios.
Estas dos piezas no pueden ir juntas: si eres homosexual,
no puedes creer en Dios y si dices que crees en Dios, no eres
homosexual.
Kenia se podría haber convertido en 2019 en
el primer país del África del Este en despenalizar la homosexualidad.
Sin embargo, el Tribunal Supremo decidió no hacerlo. ¿Qué
supone esta decisión para el país y para las personas LGTBI+?
Todo el proceso iba a tener un impacto tanto negativo como
positivo porque las actitudes hacia las personas LGTBI+ todavía
son muy diferentes. Por una parte, la resolución es negativa
porque la gente ha recordado que la homosexualidad es ilegal.
El veredicto ha vuelto a encerrar en el armario a muchas personas
LGTBI+. Quizá, personas que iban a salir del armario ahora
tienen miedo de hacerlo.
Por otro lado, si la decisión ha dejado algo
positivo es el saber que se podría haber conseguido un cambio
histórico. Este proceso también evidencia que la comunidad
ha abierto los ojos de nuevo y que quiere tener esta conversación.
Significa volver a plantear esta conversación de un modo diferente.
Las mujeres LBQ en Kenia se organizan de forma diferente porque
hay varios grupos en todas las regiones del país. Lo que tienen
en común es que luchan por el empoderamiento económico, legal
y sanitario. Los hombres homosexuales ya tienen espacios y
el Gobierno los tiene en cuenta como una población clave.
Pero son pasos cortos. Es a través de la sanidad por donde
las mujeres LBQ se pueden hacer visibles y por donde pueden
empezar a hablar.

El Tribunal Superior de Nairobi declaró en 2019
constitucionales los artículos 162 y 165 del Código Penal
de Kenia que penalizan las relaciones homosexuales con hasta
14 años de prisión, y desestimó así un recurso interpuesto
por el colectivo LGBTI.

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El Tribunal Superior de Nairobi declaró en Mayo
de 2019 constitucionales los artículos 162 y 165 del Código
Penal de Kenia que penalizan las relaciones homosexuales con
hasta 14 años de prisión, y desestimó así un recurso interpuesto
por el colectivo LGBTI. "Los demandantes han fracasado a la
hora de demostrar que las disposiciones sean discriminatorias",
dictó el magistrado John Mativo, ante una sala abarrotada
de miembros de este colectivo y periodistas. Los jueces argumentaron
que los artículos no se dirigen en exclusiva a las personas
LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales),
por lo que cualquiera que cometa estos actos puede ser castigado.
Este recurso, interpuesto en 2016 por grupos
pro-LGBTI en Kenia, defendía que ambos artículos, que datan
de la era colonial, eran discriminatorios, fuente de homofobia
y contradecían el principio constitucional de que todas las
personas son iguales ante la ley. El 162 establece que cualquier
persona que mantenga conocimiento carnal contra natura puede
ser condenado con hasta 14 años de prisión, mientras que el
165 decreta cinco años de cárcel por prácticas indecentes
entre hombres. En Febrero, cuando estaba previsto que esta
Corte ya dictara sentencia, el fallo fue aplazado en el último
momento, ante la incapacidad de afrontar tal volumen de trabajo.
Los demandantes pueden ahora recurrir esta sentencia ante
una corte de apelaciones, y en última instancia ante el Tribunal
Supremo, máxima instancia judicial del país, en un proceso
que puede durar años. En abril de 2018, las autoridades kenianas
prohibieron la proyección del filme de romance lésbico "Rafiki",
e incluso el propio presidente keniano, Uhuru Kenyatta, llegó
a afirmar que la homosexualidad no es un rasgo "per se" africano
ni un "tema pujante" en su país.
Veintiocho de los 49 países de África subsahariana
penalizan las relaciones homosexuales, e incluso algunos como
Sudán y el norte de Nigeria, bajo la ley islámica, tipifican
la pena de muerte para castigar estos actos, si bien raramente
se aplica. Países como Angola, Mozambique y las Seychelles
ya no criminalizan los actos homosexuales, mientras que otros
como Chad y Uganda han intentado recrudecer su legislación
en los últimos años.

Pásate por Destacado >> Junio 2019.
Las autoridades de Kenia anunciaron en 2021
la prohibición de proyección de un documental sobre la vida
de una pareja homosexual argumentando que promueve el matrimonio
entre personas del mismo sexo, ilegalizado en el país africano.
El Comité de Clasificación de Películas de Kenia (KFCB) indicó
que apreciaba que en el documentado, 'I am Samuel', existe
"un intento claro y deliberado por parte del productor de
promover el matrimonio entre personas del mismo sexo como
una forma de vida aceptable". "Este intento es evidente a
través de las repetidas confesiones de la pareja gay sobre
que lo que sienten el uno por el otro es normal y debe ser
aceptado como una forma de vida, así como por el lenguaje
corporal de los personajes, incluidas escenas en la que dos
amantes masculinos se besan", manifestaron en su momento.
Asimismo, subrayaron que "el documental muestra el matrimonio
de dos hombres y concluye dedicando la película a la comunidad
gay", antes de resaltar que "la película viola flagrantemente
el artículo 165 del Código Penal sobre la ilegalización de
la homosexualidad".
El organismo apuntó además que "el documental
intenta influir al espectador para creer que la generación
antigua que estaba en contra del movimiento LGBTQ+ está empezando
a aceptar y practicar el matrimonio homosexual como una forma
de vida. En este sentido, la película es una afrenta al artículo
45 de la Constitución keniana, que reconoce la familia como
unidad básica de la sociedad y define el matrimonio como la
unión de dos personas de distinto género".
"Cualquier película o contenido que aparente
una legalización, defienda, normalice o glorifique este acto
va contra las leyes de nuestra tierra. El documental es, por
ello, inaceptable y una afrenta a nuestra cultura y nuestra
identidad".

El Tribunal Superior de Nairobi tumbaba en 2021
el ambicioso proyecto de reforma constitucional del presidente
de Kenia, Uhuru Kenyatta, después de tres años de andadura
que han acabado en punto muerto.
El KFCB hizo hincapié en que la película supone
además "una ofensa a la cristiandad", ya que "los dos hombres
homosexuales fingen un matrimonio religioso invocando el nombre
del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo". "El documental no
es sólo blasfemo, sino un intento de usar la religión para
defender el matrimonio homosexual", añadió.
Por otra parte, agregó que "la película fue producida
con financiación de varias organizaciones internacionales"
y ha puntualizado que "el documental propagada valores que
van en disonancia con la Constitución, la cultura, los valores
y las normas" de Kenia. El organismo argumentó que,
de esta forma, "el documental podría exponer fácilmente a
grupos vulnerables, incluidos niños, a contenido inapropiado".
"Si bien los adultos pueden tener derecho a elegir qué consumen
en el marco de la ley, los niños y otros grupos vulnerables
están en riesgo de ser corrompidos por este contenido inapropiado".
Por ello, ha reiterado que la proyección de la película queda
prohibida y ha advertido de que "cualquier intento de mostrar,
distribuir, emitir o poseer" 'I am Samuel' en Kenia "será
respondido con toda el peso de la ley". El documental, de
cerca de 70 minutos de duración y dirigido por Peter Murimi,
fue grabado durante cinco años y refleja la vida de un hombre
keniano, Samuel, y su pareja, Alex, en medio de un entorno
social hostil. La película se estrenó en 2020 y el Gobierno
pidió al KFCB que se pronunciara sobre el contenido.
El organismo ya estuvo en el centro de una
polémica similar en 2018 tras prohibir la proyección de 'Rafiki',
que cuenta la historia de dos adolescentes lesbianas. La decisión
fue posteriormente respaldada por el Tribunal Supremo de Kenia.
'Rafiki', que significa "amigo" en suahili, se estrenó en
2018 en Cannes, convirtiéndose en la primera película keniana
en exhibirse en el prestigioso festival, pero fue prohibida
en Kenia porque se consideró que promovía la homosexualidad,
un delito penal en el país en virtud de una ley de la era
colonial.
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La violación «correctiva» o «curativa» (en inglés
corrective rape) es un crimen de odio que se refiere a la
violación de personas lesbianas, gais, bisexuales o transgénero,
o personas percibidas como tal, a menudo familiares, con el
supuesto fin de cambiar la orientación sexual, identidad o
expresión de género de la víctima.
El término se emplea sobre todo en relación
a las violaciones realizadas en el África austral, principalmente
en Sudáfrica. Si bien no es un fenómeno que se limite solo
al continente africano. También se presenta en otros continentes
de arraigada cultura machista como América o Asia.
En Sudáfrica es donde se tienen noticias de
30 violaciones que acabaron con la muerte de la víctima. La
psicóloga sudafricana Kerry Frizelle calificó las violaciones
correctivas como crímenes de odio, en los que la víctima es
discriminada de forma doble por su sexo y su orientación sexual.
En julio de 2007, la pareja lésbica Sizakele Sigasa y Salome
Massooa fueron violadas y asesinadas. Como consecuencia se
creó la campaña 07/07/07 Campaign, una coalición de diferentes
grupos que defienden los Derechos Humanos, que defienden a
las víctimas de este tipo de ataques. Un caso que alcanzó
notoriedad internacional ocurrió en abril de 2009, cuando
la antigua jugadora del equipo nacional de fútbol y activista
LGBT, Eudy Simelane, fue violada delante de un grupo de hombres
y posteriormente asesinada de 25 puñaladas. Fue la primera
vez que se llegó a condenar a los culpables a una pena de
cárcel, aunque el juzgado consideró que la orientación sexual
de la víctima no tuvo ninguna influencia en el hecho.

Perú: "violaciones correctivas, el terrible
método para curar" a las lesbianas.

El 14 de marzo de 2011, 25 activistas lesbianas
pertenecientes al grupo Luleki Sizwe protestaron frente al
parlamento sudafricano. El grupo ha conseguido reunir 170.000
firmas de personas de todo el mundo para solicitar al gobierno
que actúe para atajar el problema, que, según un informe de
2009, parecía estar aumentando.
Un informe del Departamento de Estado de EE.UU.
informa de que, «Como consecuencia de la presión social, algunas
familias someten a sus miembros LGBT a violaciones "correctivas"
y a matrimonios forzados para alentar el comportamiento heterosexual.
Estos crímenes son denunciados en raras ocasiones. Las mujeres
en particular son violadas por los hombres de la familia.»
En 2009, tras la publicación de un informe similar del Departamento
de Estado de EE.UU., el periodista de Zimbabue, Angus Shaw,
escribió que las mujeres lesbianas son violadas por hombres
para «hacerlas disfrutar de actos heterosexuales» y los hombres
gais son violados por mujeres para «eliminar las tendencias
de su orientación sexual.»
La costumbre también está extendida en la India.
En el estado de Telangana, se han reportado más de una docena
de casos en lo que lesbianas han sido violadas por familiares,
habitualmente primos, pero también por hermanos. Entre los
casos recogidos, un adolescente fue obligado a tener relaciones
sexuales con su madre para «curarlo» de su homosexualidad.
Los casos no suelen ser denunciados, debido a presiones familiares
y al shock causado, por lo que es probable que existan muchos
casos sin reportar. Estos quince casos solo han salido a la
luz cuando las víctimas han pedido ayuda a la organización
LGBT Collective para huir de sus hogares.

Las 'violaciones correctivas', una práctica
silenciada en la India.

En las llamadas clínicas de deshomosexualización
ecuatorianas, la violación es uno de los métodos usados para
«curar» la homosexualidad. El caso más conocido es el de Paola
Concha, que fue secuestrada con 24 años y llevada a una clínica
al sur de Quito. Allí fue retenida por 18 meses, durante los
que fue esposada, encerrada sin comida durante varios días,
forzada a vestir de hombre y violada. Mientras tanto, la madre
de Concha pagaba 500$ al mes por el «tratamiento».
La violencia contra las mujeres y las niñas
es una de las violaciones más generalizadas de los derechos
humanos en el mundo. Se producen muchos casos cada día en
todos los rincones del planeta. Este tipo de violencia tiene
graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas sobre
las mujeres y las niñas, tanto a corto como a largo plazo,
al impedirles participar plenamente y en pie de igualdad en
la sociedad.

11
- Agosto - 2023 |
>>
Wangari Maathai
|
Wangari Muta Maathai (Nyeri, 1 de abril de 1940-Nairobi,
25 de septiembre de 2011) fue una política y ecologista keniana.
Fue la primera mujer africana en recibir el Premio Nobel de
la Paz en 2004 por «su contribución al desarrollo sostenible,
la democracia y la paz». En 1977 fundó el Movimiento Cinturón
Verde (Green Belt Movement), por el que obtuvo en 1986 el
Premio al Sustento Bien Ganado. Fue elegida miembro del Parlamento
de Kenia (Cámara Baja de la Asamblea Nacional) donde ejerció
como ayudante del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales
durante el gobierno del presidente Mwai Kibaki entre enero
de 2003 y noviembre de 2006. También formó parte del Consejo
de Honor para el futuro del mundo. Maathai fue también la
primera mujer de África Oriental en obtener un doctorado.
Pásate por Destacado >> Agosto
2020.
Nació en 1940 en el pueblo de Ihithe del distrito
de Nyeri, en las tierras altas centrales Kenia, entonces colonia
británica. Su familia era kikuyu, el grupo étnico más numeroso
de Kenia, y residía en la región desde hacía varias generaciones.
La familia de Maathai se mudó en 1943 a una granja de propietarios
blancos en el Gran Valle del Rift cercana al pueblo de Nakuru,
donde su padre encontró trabajo. A finales de 1947 Maathai
regresó a Ihithe con su madre, ya que dos de sus hermanos
iban a la escuela primaria en el pueblo y en la granja no
podían ser escolarizados, y su padre se quedó en la granja
trabajando. Poco después, con ocho años, comenzó a ir a la
escuela primaria de Ihithe junto al resto de sus hermanos.
Maathai se incorporó a los once años a la escuela primaria
intermedia Santa Cecilia, un internado de la Misión Católica
Mathari en Nyeri, donde permaneció cuatro años. Durante este
tiempo aprendió a hablar inglés con fluidez y se convirtió
al catolicismo. Se interesó por la Legión de María, cuyos
miembros intentaban "servir a Dios, sirviendo a los seres
humanos". Al estudiar en Santa Cecilia, Maathai estuvo a salvo
de la sublevación Mau Mau en curso que obligó a su madre a
mudarse a un refugio de emergencia en el pueblo de Ihithe.
Terminó sus estudios en 1956 la primera de su clase y fue
admitida en el Loreto High School de Limuru, que entonces
era la única escuela preparatoria católica de mujeres en Kenia.

"No hay nada más bello que cultivar la
tierra al anochecer. En ese momento del día en las tierras
altas, el aire y la tierra son frescos, el sol se está poniendo,
la luz del sol es dorada sobre las cordilleras y las copas
de los árboles, y suele haber brisa. Mientras retiras las
hierbas y presionas la tierra alrededor de los cultivos te
sientes feliz, y desearías que la luz perdurara para poder
cultivar más. La tierra y el agua, el aire y el fuego menguante
del sol se combinan para formar los elementos esenciales de
la vida y me revelan mi parentesco con la tierra. Cuando era
niña a veces me concentraba tanto trabajando en los campos
con mi machete que no me daba cuenta del final del día, hasta
que estaba tan oscuro que no podía diferenciar las malas hierbas
de los cultivos. En ese momento sabía que era hora de regresar
a casa, por las estrechas sendas que atravesaban los campos
y ríos y arboledas."
Wangari Muta Maathai.
No obstante, el fin del colonialismo en África
Oriental estaba cerca, y políticos kenianos como Tom Mboya
proponían formas de hacer accesible la educación de las naciones
occidentales a los estudiantes promesa africanos. El entonces
senador de los Estados Unidos John F. Kennedy acordó financiar
el programa a través de la Fundación Joseph P. Kennedy Jr.,
iniciando lo que se conoció como Kennedy Airlift o Airlift
Africa ("el puente aéreo de África"). Maathai fue una de los
trescientos kenianos seleccionados en septiembre de 1960 para
ir a estudiar a Estados Unidos.
Obtuvo una beca para estudiar en el Mount St.
Scholastica College (Benedictine College en la actualidad),
en Atchison, Kansas, donde se graduó en Biología (major) con
especialidades (minors) en Química y Alemán. Tras obtener
su Bachelor of Science en 1964, estudió la maestría en Biología
en la Universidad de Pittsburgh financiada por el Instituto
Africano-Americano, y durante su estancia en Pittsburgh experimentó
por vez primera una restauración medioambiental cuando ecologistas
locales se propusieron limpiar el aire de la ciudad. En enero
de 1966 Maathai obtuvo su Maestría en Ciencias Biológicas,
y fue propuesta para ocupar un puesto como asistente investigador
de un profesor de Zoología de la Escuela Universitaria de
Nairobi.

Nairobi es la capital de Kenia. Además de su
centro urbano, la ciudad tiene el Parque Nacional de Nairobi,
una gran reserva de caza conocida por criar rinocerontes negros
en peligro de extinción y albergar jirafas, cebras y leones.
Junto a ella, hay un prestigioso orfanato de elefantes administrado
por David Sheldrick Wildlife Trust. Nairobi, a menudo, sirve
como punto de partida para realizar recorridos de safari por
otros lugares de Kenia.
A su regreso a Kenia, Maathai dejó de usar su
apellido ya que prefería que la llamaran por su nombre de
pila, Wangari Muta. Cuando llegó a la universidad para comenzar
su nuevo trabajo, se le informó de que el puesto le había
sido otorgado a otro. Maathai pensó que ello se debía a prejuicios
de género y tribales. Tras buscar trabajo durante dos meses,
el profesor Reinhold Hofmann de la Universidad de Giessen
en Alemania le ofreció trabajo como ayudante de investigación
en la sección de microanatomía del recién creado Departamento
de Anatomía Veterinaria en la Escuela de Medicina Veterinaria
de la Universidad de Nairobi. En abril de 1966 conoció a Mwangi
Mathai, otro keniano que había estudiado en América, quien
posteriormente se convertiría en su esposo. Alquiló un pequeño
local en la ciudad y puso una tienda donde trabajaron sus
hermanas. En 1967, animada por el profesor Hofmann, viajó
a la Universidad de Giessen en Alemania para estudiar un doctorado,
que realizó en esa universidad y en la Universidad de Múnich.
En la primavera de 1969 regresó a Nairobi para
continuar sus estudios en la Universidad de Nairobi como profesora
adjunta. En mayo de ese año se casó con Mwangi Mathaiy y poco
después se quedó embarazada de su primer hijo, al tiempo que
su marido se presentaba al Parlamento, perdiendo por un pequeño
margen. En el transcurso de las elecciones, Tom Mboya, que
había sido crucial para la creación del programa que la envió
al extranjero, fue asesinado. Esto llevó al presidente Jomo
Kenyatta a terminar con la democracia multipartidista en Kenia.
Poco después nació Waweru, su primer hijo.19? En 1971 se convirtió
en la primera mujer de África Oriental en obtener un doctorado,
en su caso de anatomía veterinaria, de la Escuela Universitaria
de Nairobi, que se convertiría en la Universidad de Nairobi
al año siguiente. Presentó su tesis sobre el desarrollo y
diferenciación de las gónadas bovinas. Su hija Wanjira nació
en diciembre de ese mismo año.
En 1979, poco después de su divorcio, Maathai
se presentó para el puesto de presidenta del Consejo Nacional
de Mujeres de Kenia (NCWK), una organización paraguas que
consistía en la unión de muchas organizaciones de mujeres
del país. El entonces recién electo presidente de Kenia Daniel
arap Moi trató de limitar la influencia de la etnia kikuyu
en el país, incluidas las organizaciones civiles como el NCWK.

Tras un intento fallido de golpe de Estado llevado
a cabo por un grupo de oficiales de la Fuerza Aérea el 1°
de agosto de 1982, Moi modificó la Constitución para establecer
de jure un Estado de partido único recurriendo a medidas represivas,
incluidas la tortura y el encarcelamiento sin juicio. Esto
llevó a que Estados Unidos suspendiera la ayuda humanitaria
a Kenia a finales de los años 80. La presión internacional
obligó a Moi a reinstaurar un sistema pluripartidista en diciembre
de 1991. Moi ganó las elecciones en 1992 y 1997, en campañas
electorales muy violentas en las que se produjeron varias
muertes. Muchos críticos le acusaron de haber manipulado las
tensiones interétnicas para su beneficio personal.
Maathai perdió las elecciones por tres votos,
pero fue elegida vicepresidenta de la organización por mayoría.
Al año siguiente Maathai se presentó de nuevo a la presidencia
del NCWK y volvió a perder, según pensaba, por culpa del gobierno.
En el momento en que fue evidente que Maathai iba a ganar
las elecciones, Maendeleo Ya Wanawake, miembro de una organización
que representaba a la mayoría de las mujeres del medio rural
de Kenia y cuya líder era cercana a Daniel arap Moi, se retiró
de la NCWK. Maathai fue elegida presidenta de la NCWK sin
oposición.

Maathai en Nairobi con el Canciller de Erario
(y después primer ministro) Gordon Brown en 2005.
Maathai se mudó a una pequeña casa que había
comprado años atrás y se centró en el NCWK mientras buscaba
trabajo. Estando en el NCWK se puso en contacto con ella Wilhelm
Elsrud, director ejecutivo de la Sociedad Noruega de Silvicultura,
quien quería asociarse con el Movimiento Cinturón Verde y
le ofreció el puesto de coordinadora. Empleada de nuevo, Maathai
volcó sus esfuerzos en el Movimiento Cinturón Verde. Además
de la Sociedad Noruega de Silvicultura, el movimiento también
recibió "capital inicial" del Fondo Voluntario para Mujeres
de Naciones Unidas. Estos fondos permitieron la expansión
del movimiento, la contratación de empleados adicionales para
llevar sus operaciones a otras partes del mundo y continuar
pagando una pequeña contribución a las mujeres que plantaban
árboles por todo el país.
En la segunda mitad de los años 80, el gobierno
keniano se volvió contra Maathai y el Movimiento Cinturón
Verde. El régimen unipartidista se opuso a muchas de las posturas
del movimiento sobre derechos democráticos. El gobierno invocó
una ley de la era colonial que prohibía a grupos de más de
nueve personas juntarse sin primero obtener una licencia gubernamental.
En 1988, el movimiento convocó actividades en favor de la
democracia, como registrar votantes para la elección y presionar
para una reforma constitucional y por la libertad de expresión.
El gobierno realizó un fraude electoral en las elecciones
para mantener el poder, según Maathai. En octubre de 1989,
Maathai se opuso a un plan para construir el complejo de 60
plantas Kenya Times Media Trust en el Parque Uhuru. El complejo
pretendía albergar las oficinas centrales de KANU, el periódico
Kenya Times, un centro de negocios, oficinas, auditorio, galerías,
centro comercial y aparcamiento para 2000 vehículos. El plan
también incluía una estatua del presidente Daniel arap Moi.
Maathai escribió muchas cartas de protesta a Kenya Times,
la Oficina del Presidente, la Comisión de la Ciudad de Nairobi,
el Comisionado Provincial, el Ministro de Medio Ambiente y
Recursos Naturales, los directores ejecutivos del UNEP y el
Centro Ambiental Liaison, el Director Ejecutivo de la UNESCO,
el Ministro de Obras Públicas y el Secretario Permanente en
el departamento de Seguridad Internacional y Administración.
Escribió a John Johnson, el Alto Comisionado Británico en
Nairobi, instándole a hablar con Robert Maxwell, el mayor
accionista del proyecto, equiparando la construcción de una
torre en el Parque Uhuru con una construcción similar en el
Hyde Park o en Central Park y sosteniendo que eso sería intolerable.

Maathai y el entonces senador estadounidense
Barack Obama en Nairobi en 2006.
Wangari Maathai fue condecorada con el Premio
Nobel de la Paz de 2004 por su «contribución al desarrollo
sostenible, la democracia y la paz.» Recibió la llamada de
Ole Danbolt Mjos, presidente del Comité Noruego Nobel, el
8 de octubre informándole de la noticia. Se convirtió en la
primera mujer africana y la primera ambientalista en ganar
el premio.
El 28 de marzo de 2005, Maathai fue elegida
la primera presidenta del Consejo Económico, Social y Cultural
de la Unión Africana y fue nombrada embajadora de buena voluntad
por la iniciativa lanzada para proteger el ecosistema forestal
de la Cuenca del Congo. En 2006 fue una de las abanderadas
en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno
de Turín 2006. También en 2006, el 21 de mayo, se le otorgó
un doctorado honorífico por la Universidad de Connecticut.
Apoyó el Año Internacional de los Desiertos y el programa
de Desertificación. En noviembre de 2006, lideró la campaña
de las Naciones Unidas Plantemos para el Planeta. Maathai
fue una de las fundadoras de la Iniciativa de las Mujeres
Nobel, junto con las también laureadas con el Nobel de la
Paz Jody Williams, Shirin Ebadi, Rigoberta Menchú Tum, Betty
Williams y Mairead Corrigan Maguire. Seis mujeres representando
a Norteamérica y Sudamérica, Europa, Oriente Medio y África
decidieron unir sus experiencias en un esfuerzo conjunto por
la paz con justicia y equidad. La meta de la Iniciativa de
las Mujeres Nobel es ayudar a fortalecer el trabajo realizado
en apoyo de los derechos de las mujeres en todo el mundo.

El jardín y los árboles en memoria de Wangari
Maathai en la Universidad de Pittsburgh.
Desde el 2012 se conmemora el Día de Wangari
Maathai para honrar el legado de la activista. El 25 de septiembre
de 2013, se le dedicó un pequeño jardín en la Catedral de
Aprendizaje de la Universidad de Pittsburgh. Dos arces rojos
simbolizando el "compromiso por el medioambiente de Maathai,
la fundación del Movimiento Cinturón Verde y sus raíces en
Kenia y Pittsburgh" y un jardín de flores en forma circular
representando su "visión global y dedicación a las mujeres
y niños del mundo" con un arce ornamental en el centro señalando
"cómo una pequeña semilla puede cambiar al mundo". En 2014,
en la que hubiera sido su reunión de 50 años con sus compañeros
de Mount St. Scholastica y la Universidad Benedictine, se
descubrió una estatua en su honor en el campus Atchinson en
Kansas. En Kenia, su país natal, la compañía “Boogertman +
Partners Architects ” lleva a cabo el proyecto “Wangari Muta
Maathai House”, el cual será un centro de intercambio cultural
y de conocimientos. Esta instalación estará integrada en la
naturaleza, permitiendo así tener la perspectiva que tenía
Wangari Maathai. En cuanto al panorama español, en el Real
Jardín Botánico de Madrid se plantó en 2018 una higuera en
honor a esta activista medioambiental. Además, en Córdoba
se llevó a cabo el proyecto "Mural Parque Wangari Maathai"
con el fin de promover el respeto de los derechos humanos.
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