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24 - Mayo - 2022
>>>> A. Narváez

Los ojos de Alexandra Narváez miran con firmeza y decisión. Es una mujer que vive en pie de guerra para defender un paraíso amenazado. Desde que en 2017 se convirtió en la primera "guardiana de la selva" del pueblo A'i cofán de Sinangoe, en la Amazonía ecuatoriana, ha consagrado su vida a defender su territorio. Su trabajo es el de una centinela en constante vigilancia del asedio de los intrusos, un rol ejercido mayoritariamente por hombres. "Muchos me cuestionan por ser una mujer joven en esta lucha, pero yo nací y crecí aquí, y solo por eso voy a defender esta tierra", dice con orgullo la líder indígena de 30 años.

Desde la década de 1960, los forasteros han tratado de extraer petróleo y minerales del territorio ancestral cofán, ubicado al noreste del Ecuador, en el Parque Nacional Cayambe-Coca.

La zona cubre más de 3.885 kilómetros cuadrados de selvas tropicales, humedales, glaciares y montañas, en una región que se encuentra entre los focos más densos en carbono y más biodiversos del Amazonas. "Nuestro territorio es vida", dice Narváez con solemnidad. Sus ojos, siempre expresivos, se iluminan cuando habla de su abuelo: "Él ya no está en este mundo, ya murió. Pero llevo en el corazón su recuerdo y su fuerza. Ahora entiendo todos los consejos que me daba de pequeña cuando, junto al río Aguarico, me contaba historias sagradas de nuestra tierra ancestral". "Mi abuelo me explicaba por qué es importante proteger el territorio y ahora yo quiero pasar ese legado a mis hijas". A su lado, Alex Lucitante, el líder cofán de 29 años junto a quien emprende esta lucha, refuerza sus palabras. "Queremos que nuestros hijos sigan viviendo como cofanes y que tengan la conciencia de que sin el territorio vamos a desaparecer", dice Lucitante en videollamada con BBC Mundo.

Alex proviene de una familia de curanderos tradicionales y es miembro de la Alianza Ceibo, una coalición que une a las nacionalidades indígenas del noreste de la Amazonía ecuatoriana para proteger sus territorios, derechos y culturas. Espera graduarse como abogado para seguir ayudando a los pueblos amazónicos del Ecuador a defender su forma de vida y su espacio en el mundo. Su trabajo ha dado sus frutos. El liderazgo de Alex Lucitante y Alexandra Narváez resultó en una histórica victoria legal en octubre de 2018, cuando los tribunales de Ecuador anularon 52 concesiones ilegales de extracción de oro otorgadas sin el consentimiento de la comunidad A'i Cofán de Sinangoe. Fue después de que la guardia indígena descubriera maquinaria pesada escavando las orillas del río Aguarico para extraer oro a gran escala - y de un intenso trabajo para poder denunciarlo. De hecho, esa lucha les acaba de hacer ganadores del Goldman 2022, el premio ambiental más importante del mundo, que recibieron este miércoles 25 de mayo, junto a otros cinco activistas internacionales*. El fallo legal "sentó un precedente en el país, donde el tribunal constitucional está tomando el caso como ejemplo de cómo respetar los derechos de los pueblos indígenas", asegura la Fundación Goldman. Pero para Alex y Alexandra la lucha dista mucho de haber terminado.

Nina Siren Gualinga es una activista indígena ecuatoriana. Es una mujer líder indígena nacida en junio de 1993, en la comunidad Kichwa de Sarayaku en la Amazonía ecuatoriana. Es la ganadora del International President's Youth Award de WWF, otorgado por el presidente de WWF Internacional.

Es hija de madre Kichwa Sarayaku y padre Sueco. Desde los ocho años de edad, Nina ha estado defendiendo la justicia medioambiental y derechos de los pueblos indígenas mediante la participación en foros como representante de su comunidad. En el 2018, es conmemorada con el International President's Youth Award de WWF, que reconoce los esfuerzos de Nina por proteger la naturaleza y las comunidades del Amazonas, en una época donde la región se encuentra amenazada debido a la explotación y el uso insostenible de los recursos. Actualmente, ella continúa representando a la comunidad, haciendo un llamado a favor de los derechos indígenas y una economía libre de combustibles fósiles en diversos foros nacionales e internacionales, como la cumbre climática en París. Amazon Watch considera a Nina como la portavoz del eco-feminismo, movimiento definido por la conexión entre la dominación del medio ambiente y la explotación de las mujeres, particularmente en las comunidades de los países en vías de desarrollo. Además, se asoció con esta misma organización, en su fuerte campaña contra la expansión de la frontera petrolera en el Amazonas.

En el año 2011, Gualinga representó a la comunidad joven de Sarayaku en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en donde representó el caso de violación de derechos y territorio del Pueblo Sarayaku en contra de la explotación del suelo petrolero. Asistió a las llamadas mundiales para mantener el petróleo en el suelo, como la Marcha del Clima Popular, marcha de mujeres indígenas que unió a siete nacionalidades en defensa de derechos y territorios. Participó en varios foros internacionales, como la 21a Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), órgano de la ONU responsable del clima, cuya sede se encuentra en Bonn, Alemania; Lima, Perú; París, Francia. Además, formó parte del Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN 2016, siempre abogando por la importancia de proteger el medioambiente y reducir el uso global de fósiles combustibles. Para Nina la importancia de participar en estas convenciones se encuentra en conectarse, reunirse y trabajar con personas de otras comunidades y así siente que se crea un movimiento que está haciendo algo. Nina es cofundadora de 'Hakhu Amazon Design', con esta iniciativa busca proporcionar una oportunidad para las mujeres indígenas de la Amazonía ecuatoriana, a través del uso de su cultura y el patrimonio artístico de manera tal que se garantice la protección de sus territorios y se proporcione una fuente de ingreso a través de la creación de arte y joyería.

La región Amazónica de Ecuador, conocida también como Amazonía u Oriente, es una región geográfica del país sudamericano conformada por un área aproximada de 120.000 km² de la Amazonia. Comprende las provincias de Sucumbíos, Orellana, Napo, Pastaza, Morona Santiago y Zamora.

En abril del 2018 marchó hacia Quito junto a otras 120 mujeres amazónicas para demandar una audiencia con el entonces presidente de Ecuador, Lenin Moreno. Cuando consiguieron la audiencia, le entregaron el Mandato de las Mujeres Amazónicas con veintidós planteamientos y cuyo eje central es el rechazo al extractivismo petrolero y minero en las selvas ecuatorianas.

En el 2011, con 18 años de edad Nina, representó a la juventud de Sarayaku en la audiencia final en el caso contra el Estado ecuatoriano por violar los derechos de la comunidad Kichwa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Costa Rica. Tras su participación, la CIDH falló a favor de la comunidad Sarayaku. Así, la sentencia de la Corte se dio en 2012, la cual ordenaba a Ecuador a retirar la pentolita. Dicho explosivo fue enterrado en la selva ecuatoriana entre 2002 y 2004 como parte de las actividades de exploración A pesar del fallo favorable, los habitantes de Sarayaku, demostraron que existen muchas toneladas enterradas por lo que temían que nuevas concesiones petroleras los afectarán en un futuro, con deforestación de terrenos, plantas y árboles de alto valor cultural. El 2 de diciembre de 2016, el pueblo de Sarayaku se presentó nuevamente ante la CIDH para un seguimiento de la sentencia, y la Corte volvió a fallar a su favor.

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El Rainforest Fund apoya programas que cubren una variedad de temas desde la protección de los derechos civiles y políticos de los pueblos indígenas y tribales hasta la promoción y defensa de sus derechos sociales, económicos y culturales; incluida la protección de los derechos sobre sus tierras y contra el carácter destructivo de la explotación de recursos.

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Sumak Helena Sirén Gualinga (27 de febrero de 2002) es una activista indígena ecuatoriana de la comunidad quechua Sarayaku que ha participado en cumbres internacionales sobre el medio ambiente.

Helena Gualinga nació el 27 de febrero de 2002, es de origen indígena de la comunidad Kichwa Sarayaku, ubicada en la provincia de Pastaza, Ecuador y sus padres son, el finlandés Anders Sirén, profesor del Departamento de Geografía y Geología en la Universidad de Turku, y la indígena ecuatoriana Noemí Gualinga, quien fue presidenta de la asociación de mujeres Kiwcha. Su hermana mayor es la activista Nina Gualinga, su tía es Patricia Gualinga y su abuela Cristina Gualinga, mujeres amazónicas que han luchado por los derechos indígenas y el derecho de proteger a la madre tierra. Helena ha vivido en los territorios Sarayaku en la provincia de Pastaza, Ecuador; y la mayor parte de su adolescencia en Pargas y luego en Turku, en la costa suroeste de Finlandia, debido al vínculo familiar de su padre, donde estudia la secundaria en la Escuela Catedral. Desde muy pequeña ha presenciado como toda su familia se ha enfrentado a las grandes compañías petroleras que han llegado a su pueblo sin previo aviso, en una lucha para proteger su territorio del daño ambiental, que dichas empresas ocasionan, por lo que toda su familia ha sido perseguida por años. El conflicto de su familia contra las grandes corporaciones y los gobernantes ecuatorianos, se volvió sangriento, donde incluso las principales figuras de la comunidad han perdido la vida. Helena nació en medio de este problema el cual ha mencionado no haber sido una elección para ella.

El problema que su comunidad Sarayaku atraviesa contra las petroleras, ha llevado a Helena realizar un activismo para darle voz a su comunidad, llevando el mensaje hacia adelante, hablando de esto en escuelas y discutiendo sobre el tema con jóvenes locales, animándolos a participar en sus propios pueblos y cooperar alrededor de Ecuador. Ella ha manifestado que los ancianos han visto un gran cambio en el clima de la Amazonía, tales como la desertificación, los incendios forestales o la fusión de los picos nevados en las montañas, además de inundaciones que causan devastación y enfermedades una vez cada veinte años, ahora llega a ocurrir hasta cuatro veces al año.

Helena Gualinga en 2020, en Sarayacu.

Con esto Helena explica que los ancianos se han dado cuenta de los grandes cambios que aunque no tengan el conocimiento científico, lo tienen de primera mano. Mientras se realizaba la Cumbre sobre la Acción Climática ONU de 2019, en la sede de la ONU, en Nueva York, Estados Unidos, Helena se encontraba a las afueras junto a cientos de jóvenes de todo el mundo que expresaban su preocupación por el cambio climático, mientras sostenía un letrero que decía "sangre indígena, ni una sola gota más". El 9 de diciembre de 2019, tuvo una intervención en la cumbre sobre el cambio climático COP25 en Madrid, España, donde resaltó el problema de las pretroleras que intervienen en los territorios indígenas y manifestó: "Los Gobiernos de nuestro país siguen concesionando nuestros territorios sin nuestro consentimiento a la industria extractiva que está creando el cambio climático. Esto debería ser criminal". Además dijo sentirse descepcionada de los líderes mundiales que no discuten las cosas que son importantes para el pueblo indígena que acudió a la cumbre y criticó al Gobierno de Ecuador, quienes aún no responden al mandato que mujeres amazónicas le dieron el año pasado luego de cinco días de protestas en la capital, pero sin embargo acuden a estos espacios para hablar de como supuestamente protegen la Amazonía.

Patricia Gualinga Montalvo es una defensora de los derechos humanos y de los derechos de los indígenas integrantes de la etnia kichwa de Sarayaku, un territorio en la Región Amazónica del Ecuador.

Gualinga es la Directora de Relaciones Internacionales de Kichwa First People de Sarayaku. Ha jugado un papel importante en la lucha por los derechos indígenas. Gualinga es portavoz de muchos proyectos ambientales. Dirigió el Grupo de Mujeres del Pueblo durante seis años. También trabajó para fortalecer la organización de las mujeres en la comunidad; organizó talleres y guarderías para mujeres que asisten a los talleres para aprender a hablar por la comunidad, responder a los medios y responder a los argumentos de las industrias y los gobiernos. En 2018, se unió a la Cumbre de Cambio Climático de la COP23, Gualinga tuvo la oportunidad de hablar sobre las comunidades amazónicas en Alemania, ampliando sus conexiones y su causa. Gualinga trabaja para proteger al pueblo Kichwa de la comunidad de Sarayaku de las violaciones de los derechos humanos que resultan de los proyectos de extracción de petróleo de las empresas chinas en sus tierras. Es portavoz de la propuesta dirigida por los indígenas 'Kawsak Sacha' o 'Bosque vivo', que exige la protección legal de la Amazonía ecuatoriana.

En 2012, Gualinga fue una de las representantes en un caso presentado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). La comunidad ganó este caso. El gobierno ecuatoriano fue declarado culpable de violaciones de derechos autorizadas a la exploración petrolera y la militarización de las tierras de Sarayaku sin consultar a la comunidad. El 5 de enero de 2018, su hogar fue atacado por un individuo desconocido. La persona arrojó piedras, rompió ventanas y gritó amenazas de muerte. Muchos defensores de los derechos indígenas han denunciado anteriormente amenazas y hostigamiento como consecuencia de su trabajo de derechos humanos.

22 - Agosto - 2023
>>>> Yasunidos

Después de una década de lucha para salvar el Parque Nacional Yasuní, Ecuador pondrá fin a la extracción de petróleo en esta reserva medioambiental. Así lo decidieron el 58,9% de los más de 10,2 millones de ecuatorianos que han votado en el referéndum celebrado este domingo para detener la explotación petrolera en el bloque 43 del ITT (que se extiende por las zonas de Ishpingo, Tiputini y Tambococha). Se trata de una consulta histórica, por lo que significa para el movimiento medioambiental y por tratarse de la primera vez que se hace una consulta por iniciativa popular en este país latinoamericano. Con la victoria del sí, se suspenden la explotación petrolera actual y no se podrán firmar nuevos contratos para la extracción de este recurso.

De acuerdo al dictamen de Corte Constitucional, que abrió la puerta a la realización del plebiscito, el Estado tendrá como máximo 18 meses “desde la notificación de los resultados oficiales” para ejecutar “los resultados de la consulta”. Además, según el dictamen, con el triunfo del sí el Estado no podrá iniciar “nuevas relaciones contractuales para continuar con la explotación”. Ramiro Ávila, abogado del colectivo Yasunidos, explica que eso significa que en año y medio “no puede salir una gota más de petróleo y, mucho menos, expandirse el bloque petrolero” 43-ITT.

Pero Ávila contrasta en que hay problemas técnicos ligados a las instalaciones ya existentes, como perforaciones, tuberías y carreteras que han sido construidas, que pueden retrasar la restauración completa de la zona. El desmantelamiento deberá ser “progresivo y ordenado” y lo llevará a cabo el Estado. Ávila, además, señala que es el inicio de una transición hacia un modelo de desarrollo diferente que no esté basado en la extracción agresiva de recursos naturales, sino “en la conservación y el reconocimiento para que los pueblos que viven en esos lugares tengan autodeterminación y no dependencia de empresas extractivas”.

“Con esta consulta hemos demostrado que el pueblo ecuatoriano, hoy y hace 10 años, siempre ha estado a favor de mantener el petróleo bajo tierra. Cuando no hay naturaleza, no se puede comer, el dinero no se puede tomar, comer, respirar... Lo que nos da el Yasuní es más importante que ese supuesto progreso que nunca llega”, dice emocionado a EL PAÍS Pedro Bermeo, portavoz del colectivo Yasunidos, que ha comandado la defensa legal de esta área protegida.

El Parque Nacional Yasuní fue declarado en 1989 como Reserva de la Biosfera y es una de las zonas con mayor biodiversidad por metro cuadrado del planeta.

Bermeo atribuye esta victoria al apoyo de un centenar de organizaciones, movimientos sociales y, en especial, a los pueblos y nacionalidades indígenas. “Son ellos quienes han estado viviendo el extractivismo y saben lo que es la minería, el petróleo, las enfermedades por la contaminación, el índice de cáncer tres veces mayor... Son esas personas las que han hecho esta campaña”.

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