Palestinan, denominado oficialmente Estado de Palestina,
es un Estado con reconocimiento limitado ubicado en el Próximo
Oriente, más concretamente en el Levante mediterráneo, que
consta de las regiones de Cisjordania (en la que se incluye
Jerusalén Este) y la Franja de Gaza. Limita con Israel, Jordania,
Egipto y la ribera sudoriental del mar Mediterráneo. También
es considerado un protoestado. Fue proclamado en el exilio
en Argel el 15 de noviembre de 1988, cuando el Consejo Nacional
de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) adoptó
la declaración de independencia de Palestina de forma unilateral.
En ese tiempo la OLP no ejercía control sobre territorio alguno,
y era un gobierno en el exilio. Aún hoy, el territorio reclamado
para el Estado de Palestina se mantiene bajo ocupación israelí.
Reivindica los territorios palestinos definidos antes de la
guerra de 1967, y ha designado a Jerusalén Este como su capital.
En 1994, conforme a los acuerdos de Oslo entre la OLP y el
Gobierno de Israel, fue establecida la Autoridad Nacional
Palestina como una entidad administrativa transitoria. El
31 de octubre de 2011, fue admitida como miembro número 195
de la UNESCO, como estado miembro de pleno derecho.
El 29 de noviembre de 2012 la Asamblea General de las Naciones
Unidas adoptó la Resolución 67/19 (proyecto de resolución
A/67/L.28) en virtud de la cual concedió a Palestina la condición
de «Estado observador no miembro» de la organización, reafirmando
además el derecho del pueblo palestino a un territorio bajo
las fronteras definidas antes de la Guerra de 1967. Esta resolución
no implica aún la admisión de Palestina como miembro pleno
de la organización, pues para ello se necesitaría de la aprobación
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el cual
Estados Unidos se opone. El 17 de diciembre de 2014 el Parlamento
Europeo apoyó públicamente el reconocimiento del Estado de
Palestina, tras haberlo hecho los parlamentos de varios países
miembros como Reino Unido, España, Francia, Irlanda e Italia.
El reconocimiento del Parlamento Europeo y de los parlamentos
nacionales es puramente simbólico, ya que el reconocimiento
efectivo lo deben realizar cada uno de los gobiernos de los
estados miembros. En la actualidad, el único país de la UE
que lo ha reconocido siendo ya miembro de la Unión ha sido
Suecia, si bien Polonia, Bulgaria, República Checa, Eslovaquia,
Hungría, Rumanía, Malta y Chipre lo reconocen desde la década
de los ochenta. En mayo de 2015 también fue reconocido oficialmente
por la Santa Sede. A comienzos de 2018, un total de 139 Estados
reconocen a Palestina como un Estado soberano.
Una imagen del fotógrafo palestino Mustafa Hassona para la
agencia turca Anadolu -distribuida por Getty Images- provocó
en 2018 miles de comentarios en las redes sociales. La foto
recoge el momento en el que un gazatí se dispone a lanzar
una piedra con una honda contra las fuerzas israelís con la
mano izquierda, mientras sujeta una bandera palestina con
la derecha. La escena se produjo durante las protestas que
hubo en Gaza el octubre de aquel año, cerca de la línea
divisoria entre la franja palestina e Israel, en las que varios
manifestantes quemaron neumáticos y tiraron piedras contra
soldados israelíes, que dispararon gases lacrimógenos y fuego
real causando al menos 32 heridos.
La cadena de televisión catarí Al Jazeera identificó al palestino
de la fotografía como Aed Abu Amro, de 22 años. "Estoy muy
sorprendido de que esta fotografía se haya hecho viral. Participo
en las protestas cada semana, a veces más a menudo. Ni siquiera
sabía que tenía cerca a un fotógrafo", explicó Amro a Al Jazeera.
"La bandera que sujeto (en la imagen) es la misma que siempre
llevo a todas las protestas a las que he asistido. Mis amigos
se ríen de mi, dicen que es más fácil tirar piedras sin aguantar
la bandera en la otra mano, pero ya me he acostumbrado", añadió
el protagonista de la foto viral.
La imagen, compartida en diversas redes sociales por miles
de personas, se ha vinculado al famoso cuadro del pintor francés
Eugene Delacroix "La Libertad guiando al pueblo", pintado
en 1830 y que se conserva en el Museo del Louvre, en París.
El lienzo representa a los parisinos que levantaron barricadas
el 28 de julio de 1830, cuando el rey Carlos X de Francia
suprimió el Parlamento por decreto y estallaron disturbios.
Las protestas desembocaron en una revolución ciudadana.
El término "Palestina" proviene del antiguo pueblo de los
filisteos, mencionados en la Biblia y otros textos antiguos,
como ocupantes de la faja costera al sur de Siria y Fenicia.
Esta etnia, integrada por inmigrantes vinculados a los pueblos
del mar (quizás de procedencia egea, aunque no es seguro)
se asentó en el territorio conocido como Canaán durante la
transición entre la Edad del Bronce y del Hierro; aproximadamente
en el siglo XII a. C.
Formaron una confederación de cinco ciudades (Pentápolis
filistea) entre Jope y Gaza, adoptaron costumbres cananeas
y se convirtieron en la potencia dominante de la región durante
el siglo X a. C., reemplazando la hegemonía egipcia en la
región. Merced a su uso del hierro, dominaron a las poblaciones
del interior, las tribus hebreas, con las cuales libraron
cruentas batallas. Esta enemistad quedó reflejada en la Biblia
y transformó el término filisteo en una designación peyorativa.
La historiografía del territorio llamado Palestina está marcada
en gran medida por dos factores relacionados que son las tradiciones
religiosas y las disputas territoriales. Algunos autores,
como Dever o Pfoh, sostienen que para evitar la lectura fundamentalista
o nacionalista debe interpretarse de manera crítica la evidencia
arqueológica y epigráfica utilizando los textos bíblicos con
extrema cautela, dado su carácter secundario. Pfoh destaca
que: "... la historia que obtendremos siguiendo esta metodología
será bastante diferente de la que podemos leer en la narrativa
bíblica, o incluso en ciertos estudios históricos modernos".
Uno de los antecedentes más remotos de asentamientos humanos
en la región del levante mediterráneo corresponden a la Cultura
Natufiense que tuvo presencia entre el 12,500–9,500 a.C.,
extendiéndose por los actuales territorios de Siria, Jordania,
Líbano, Israel y Palestina. Los cananeos por su parte, serían
los primeros habitantes históricos de la región, conocida
entonces como Canaán (un término que aparece en documentos
egipcios del Antiguo Imperio). Durante el III milenio a. C.
los cananeos establecieron ciudades-estado, entre ellas Jericó,
Megido y Hazor. Desarrollaron un alfabeto a partir del cual
se derivaron otros sistemas de escritura; por otro lado, su
religión tuvo una importante influencia en las creencias y
prácticas del judaísmo, y, más tarde, en el cristianismo y
el islamismo. En el siglo XIII o XII a. C. aparecieron en
el territorio los filisteos, un pueblo ligado a las migraciones
de los pueblos del mar, quienes se instalaron en la costa,
la actual Franja de Gaza, formando una federación de cinco
ciudades. En la misma época aparecieron en la región interior
las tribus hebreas, seminómadas y ganaderas emparentadas con
los posteriores arameos, las cuales formaron una confederación
que aparece testimoniada hacia el 1210 a. C. (estela de Merenptah).
Según sus propios relatos, conservados en la Biblia y puestos
por escrito siglos después, estas tribus habían sido oprimidas
en Egipto hasta que el profeta Moisés, por orden de su dios
Yavé, las liberase y condujera hasta Canaán. El lugarteniente
y sucesor del Moisés, Josué, habría conquistado la mayor parte
de Canaán, la "Tierra Prometida" por Yavé a los Patriarcas
hebreos. Estas tribus hebreas tenían el mismo origen que los
cananeos y hablaban su mismo idioma, por lo que los investigadores
se inclinan a considerarlas un emergente de las poblaciones
locales que tomó el control del territorio a expensas de las
ciudades estado al final de la edad de Bronce.
Los israelitas, una confederación de tribus hebreas, parecen
haber controlado el territorio interior en torno al siglo
XII a. C., pero no ocurrió lo mismo con los filisteos, que
habrían establecido un estado propio en la costa meridional
de Palestina y controlaban varias ciudades al norte y al este,
pero siempre en la costa, quedando sus límites territoriales
aproximadamente entre la franja terrestre de Gaza, Ascalón
y Asdod. Con una organización militar superior y gracias al
uso de armas de hierro, derrotaron severamente a los israelitas
en torno al 1050 a. C. La amenaza filistea obligó a los israelitas
a unirse y a establecer una monarquía. Según la Biblia, David,
rey de Judá e Israel, derrotó a los filisteos poco después
del año 1000 a. C. La federación filistea perdió su autonomía
temporalmente durante el siglo X a. C. bajo la hegemonía egipcia,
y definitivamente tras la conquista asiria de 722 a. C. Nabucodonosor
II devastó el territorio filisteo en 604 a. C. y, como el
resto de Oriente Medio, cayeron en manos del imperio de Alejandro
Magno. Para dicho momento, parece que los filisteos ya habían
perdido buena parte de o prácticamente toda su identidad cultural.
Con todo, el término Palestina, en su forma actual, siguió
utilizándose como término geográfico, referido a un área cada
vez más extensa, en la cual se solía incluir las ciudades
de la costa además de Samaria y Judea.
La unidad de Israel y la debilidad de los imperios adyacentes
permitió a David, según el relato bíblico, establecer un gran
reino independiente, cuya capital fue Jerusalén. Bajo su hijo
y sucesor, Salomón, Israel disfrutó de paz y prosperidad,
pero a su muerte en el año 922 a. C. el reino fue dividido
en dos: Israel, al norte, y Judá, al sur. Algunos autores
como Finkelstein y Silberman, sin embargo, basándose en la
interpretación de los restos arqueológicos y el estudio crítico
de los textos bíblicos, consideran problemática esta reconstrucción
de la historia de Israel. Sostienen que el reino de Israel,
basado en las ciudades de la región central (la tribu de Efraím)
surgió en torno al siglo IX a. C. y que Judá, el reino del
sur, era un estado menor hasta la invasión asiria.
El levita de Efraín , Francesco Hayez (1842-1844).
Cuando los imperios cercanos reanudaron su expansión, los
israelitas, divididos, no pudieron mantener durante más tiempo
su independencia. Israel cayó ante Asiria en los años 722
y 721 a. C., y Judá fue conquistado en el año 586 a. C. por
Babilonia, que destruyó Jerusalén y exilió a gran parte de
los judíos que la habitaban. Las tribus israelitas fueron
deportadas y, según la Biblia, su lugar fue ocupado por una
población extranjera; los samaritanos. Este pueblo, sin embargo,
sostiene que es descendiente directo de los antiguos israelitas.
Los judíos deportados a Bablionia, sin embargo, mantuvieron
su identidad nacional y religiosa en el exilio; algunos de
sus mejores escritos teológicos y muchos libros históricos
del Antiguo Testamento fueron escritos durante este periodo.
El recuerdo de la tierra de Israel estaba patente en sus escritos.
Cuando Ciro II el Grande de Persia conquistó Babilonia en
el año 539 a. C. les permitió regresar al antiguo territorio.
Bajo el dominio persa los judíos recibieron una considerable
autonomía. Reconstruyeron las murallas de Jerusalén y codificaron
la ley mosaica, la Torá, que se convirtió en el código de
la vida social y la práctica religiosa. A la dominación persa,
le siguió el gobierno griego cuando Alejandro Magno conquistó
la región en el 333 a. C. Los sucesores de Alejandro, miembros
de la dinastía Tolemaica de Egipto y de la Seléucida de Siria,
continuaron gobernando la zona. Estos últimos intentaron imponer
la cultura y religión helenística a la población. En el siglo
II a. C., sin embargo, los judíos, dirigidos por la familia
de los Macabeos, se rebelaron y organizaron un estado independiente
(entre el 141 y el 63 a. C.) que sería llamado o conocido
como el Reino Asmoneo hasta que Cneo Pompeyo Magno conquistó
el Reino Asmoneo para Roma y la convirtió en una provincia
gobernada por dirigentes judíos cambiando su nombre a Provincia
de Judea. Durante el reinado del rey Herodes el Grande (desde
el 37 hasta el 4 a. C.), nació Jesús de Nazaret, figura central
del cristianismo.
Jesús de Nazaret, también llamado Cristo, Jesucristo o simplemente
Jesús (provincia de Judea, Imperio romano; ca. 4 a. C.Nota
-Jerusalén, Imperio romano; 30-33 d. C.), fue un predicador
y líder religioso judío del siglo I. Es la figura central
del cristianismo y una de las más influyentes de la historia.
En la imagen, la visión de El Greco.
Estallaron dos revueltas judías contra la dominación romana
(del 66 al 73 d. C. y del año 132 al 135), pero fueron reprimidas.
Después de la segunda, la destrucción de Jerusalén y la dura
represión sobre los judíos provocó su diáspora hacia otros
territorios. Según algunos autores el territorio de la provincia
de Judea pasó a llamarse Palestina con el fin de desligar
a los judíos del territorio. Prohibiéndoseles, además, entrar
en la ciudad de Jerusalén que fue renombrada Aelia Capitolina.
La región, ahora conocida como Palestina, recibió una atención
especial cuando el emperador romano Constantino I el Grande
legalizó la actividad de la hasta entonces perseguida Iglesia
cristiana en el año 313 a través del denominado Edicto de
Milán. Su madre, Elena, visitó Jerusalén. Palestina, considerada
la Tierra Santa, se convirtió en el centro de las peregrinaciones
cristianas. La consecuencia de esto fue una época de prosperidad,
seguridad y desarrollo de la actividad cultural. La mayor
parte de la población se helenizó y cristianizó. No obstante,
el gobierno bizantino fue interrumpido durante una breve ocupación
persa (614-629) y finalizó por completo cuando los ejércitos
musulmanes conquistaron Jerusalén en el año 638.
La conquista árabe inició mil trescientos años de presencia
musulmana en Palestina, un territorio sagrado para los musulmanes
porque el profeta Mahoma había designado Jerusalén como la
primera quibla, dirección hacia la que los musulmanes deben
dirigir sus plegarias; si bien posteriormente y hasta la actualidad,
la oración debe efectuarse con los fieles orientados hacia
la ciudad de La Meca. Además se difundió la creencia de que
el Profeta había ascendido al cielo en el Miraj, un viaje
místico desde el lugar donde se alzó el templo de Salomón,
en el cual más tarde se construyó la cúpula o Mezquita de
la Roca. También cabe destacar que figuras bíblicas asociadas
a la región de Palestina tienen consideración de profetas
en el islam, como es el caso de David, Salomón, Abraham o
Jesús.
En la religión musulmana, se considera a Mahoma
«el último de los profetas», quien es la culminación de una
larga cadena de mensajeros enviados por Dios para actualizar
su mensaje, entre cuyos predecesores se cuentan Abraham, Moisés
y Jesús de Nazaret.
Jerusalén se convirtió así en la tercera ciudad sagrada
del islam. Los gobernantes musulmanes, en un principio, no
obligaron a los habitantes locales a adoptar su religión;
de hecho, pasó más de un siglo antes de que se convirtiera
la mayoría al islamismo. Los cristianos y judíos eran considerados
dhimmi (‘pueblos del Libro’). Se les concedió el control autónomo
de sus comunidades y se les garantizó seguridad y libertad
de culto. La mayor parte de los habitantes adoptaron la cultura
árabe e islámica. Palestina se benefició del comercio entre
los territorios musulmanes y de su trascendencia religiosa
durante el gobierno de la primera dinastía musulmana, los
Omeyas de Damasco. Cuando el califato pasó a manos de los
Abasíes de Bagdad en el año 750, Palestina quedó olvidada.
Sufrió desórdenes y la dominación sucesiva de los selyúcidas,
los fatimíes, los mongoles y los cruzados europeos. Con todo,
participó del esplendor de la civilización musulmana del momento,
en concreto, en lo relativo a la ciencia, el arte, la filosofía
y la literatura. Con posterioridad, Palestina decayó bajo
el reinado de los mamelucos y comenzó su decadencia.
Los turcos otomanos de Asia Menor derrotaron a los mamelucos
en 1517 y, con pocas interrupciones, gobernaron Palestina
hasta 1917. El país quedó dividido en varios distritos (denominados
sanjaks o sanjacados), como el de Jerusalén. La administración
de estos distritos se confió en su mayor parte a los palestinos
arabizados, descendientes de los cananeos y de los colonizadores
posteriores. No obstante, las comunidades cristiana y judía
recibieron una amplia autonomía. Palestina participó del esplendor
del Imperio otomano durante el siglo XVI, pero perdió toda
importancia con la decadencia de este en el siglo XVII —lo
que afectó a la actividad económica en el territorio y provocó
el consiguiente descenso demográfico—, que continuó hasta
el siglo XIX. En esa época, las potencias europeas, en busca
de materias primas y mercados, y llevadas también por intereses
estratégicos, llegaron a Oriente Próximo, estimulando el desarrollo
social y económico. Entre 1831 y 1840, Mehmet Alí, el virrey
(pachá) de Egipto, partidario de la modernización, expandió
su área de influencia hasta Palestina. Sus reformas políticas
supusieron la eliminación del orden feudal, el incremento
de la agricultura y la mejora de la educación. El Imperio
otomano reafirmó su autoridad en 1840 e instituyó sus propias
reformas. A partir de 1880 colonos alemanes e inmigrantes
judíos llevaron a la zona la maquinaria moderna y el capital
que la región necesitaba urgentemente. El auge del nacionalismo
europeo durante el siglo XIX, y especialmente la intensificación
del antisemitismo a partir de 1880, estimuló a los judíos
europeos a buscar refugio en su "tierra prometida" (Eretz
Israel). El escritor y periodista Theodor Herzl, autor de
El estado judío (1896), fundó la Organización Sionista Mundial
en 1897 para resolver el “problema judío” en Europa. Como
resultado, la emigración judía a Palestina se incrementó de
manera espectacular. En 1880, los árabes palestinos constituían
alrededor del 95 % de una población total de 450.000 habitantes.
No obstante, algunos dirigentes palestinos reaccionaron con
alarma ante la emigración, la compra de terreno y las reivindicaciones
judías, y desde entonces se convirtieron en inexorables opositores
al sionismo.
Theodor Herzl, también conocido como Teodoro Herzl en países
hispanos, fue un periodista, dramaturgo, activista político
y escritor austrohúngaro de origen judío, fundador del sionismo
político moderno.
La promesa que los británicos hicieron a los dirigentes árabes,
en especial a través de la correspondencia mantenida (1915-1916)
con Husein ibn Alí —gran jerife (perteneciente a la familia
de Mahoma) de La Meca—, de conceder la independencia de sus
territorios tras la conclusión de la Primera Guerra Mundial,
permitió la expulsión de los turcos de Palestina entre 1917
y 1918. Los británicos, sin embargo, no mantuvieron sus promesas
a los árabes. Así, en el tratado secreto Sykes-Picot firmado
con Francia y Rusia en 1916, Gran Bretaña se comprometía a
dividir y gobernar la región con sus aliados. Posteriormente,
a través de la Declaración Balfour (1917), Gran Bretaña declaró
que:
El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento
en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará
uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización
de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada
que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de
las comunidades no judías existentes en Palestina.
La Declaración Balfour fue una manifestación formal pública
del gobierno británico durante la Primera Guerra Mundial,
para anunciar su apoyo al establecimiento de un «hogar nacional»
para el pueblo judío en la región de Palestina, que en ese
entonces formaba parte del Imperio otomano.
El 2 de noviembre de 1917, el ministro británico de Asunto
Exteriores, Arthur Balfour, dirigía una carta a Lionel Walter
Rotschild, miembro eminente de la comunidad judía en Gran
Bretaña y gran patrocinador del movimiento sionista. Esta
carta, conocida con el nombre de "declaración Balfour" es
un momento clave de la historia de Palestina, puesto que por
primera vez el gobierno de una gran potencia se comprometía
a apoyar al movimiento sionista, entonces ultraminoritario
entre las comunidades judías. La declaración Balfour sella
la alianza entre sionismo e imperialismo, al mismo tiempo
que sella la suerte de las y los palestinos que son simbólicamente
desposeídos de su tierra por una potencia colonial que la
atribuye a un movimiento del que numerosos dirigentes no ocultan
su intención de desposeerles de ella físicamente. Para el
escritor Arthur Koestler, con la declaración Balfour, "una
nación prometió solemnemente a una segunda el territorio de
una tercera".
Esta declaración se incorporó posteriormente como promesa
al mandato conferido a Gran Bretaña por la Sociedad de Naciones
en 1922. Durante su mandato (1922-1948) los británicos encontraron
difícil reconciliar las promesas hechas a ambas comunidades.
Las organizaciones sionistas mantuvieron la emigración judía
a gran escala y algunos hablaron de la constitución de un
Estado judío en toda Palestina. Además, otras declaraciones
de potencias internacionales apoyaban la idea del reconocimiento
del estado judío, entre ellas podemos citar la Declaración
Cambon, emitida en 1917 por Francia, y una manifestación semejante
también fue emitida por el Imperio Alemán, además, de forma
paralela, para los años 1920/1930 el futuro estado judío ya
disponía de importante infraestructura y desarrollo autónomo
judío en Palestina. Esta actitud provocó el rechazo de los
palestinos, temerosos de ser desposeídos de sus territorios
por los sionistas, a pesar de que el mandato británico ya
había divido a Palestina en dos Estados, cediendo en el 70/80
% del territorio de Palestina al estado o Reino de Transjordania
(actual Jordania), como una solución para la creación en Palestina
de dos estados, uno judío y el otro árabe, y dejando el restante
20/30 % para la creación de un futuro estado judío. Aun así,
los pobladores árabes, todavía una amplia mayoría de la población,
no quedaron conforme con ello y se produjeron ataques antisemitas
en Jerusalén (1920) y Jaffa (1921). Posteriormente, en 1922,
a causa de la presión política que ejercían los árabes sobre
el Reino Unido y los excesivos y contradictorios compromisos
asumidos por Inglaterra con múltiples bandos -que muchas veces
eran rivales entre sí- durante la Primera Guerra Mundial,
una declaración británica rechazó las reivindicaciones sionistas
sobre toda Palestina y limitó la inmigración judía, pero reafirmó
el apoyo al “hogar nacional judío”.
Los británicos propusieron establecer un consejo legislativo,
pero los palestinos rechazaron este consejo por considerarlo
contrario a sus intereses, fuertemente promovidos por el líder
árabe Amin al-Husayni, Gran Mufti de Jerusalén y estableció
conversaciones con Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Después
de 1928, cuando la inmigración judía se incrementó ligeramente,
la política británica a este respecto osciló bajo las conflictivas
presiones árabe-judías. La afluencia de judíos procedentes
de Europa central aumentó bruscamente tras la llegada del
régimen nazi a Alemania en 1933; así, en 1935 casi 62.000
judíos entraron en el Mandato de Británico de Palestina. El
temor a la dominación judía y la creación de un estado propio
judío fue la principal causa de la revuelta árabe que estalló
en 1936 y continuó intermitentemente hasta 1939. En esa época
Gran Bretaña había restringido de nuevo la inmigración y la
adquisición de tierras por parte de los judíos.
Muhammad Amin al-Husayni fue un líder nacionalista árabe
palestino y un líder religioso musulmán en su calidad de gran
muftí de Jerusalén y a quien Netanyahu culpa de instigar el
Holocausto.
La lucha por el control de Palestina, que se mitigó durante
la Segunda Guerra Mundial, se reanudó en 1945. El Holocausto
despertó la simpatía mundial por los judíos europeos y por
el sionismo, y, a pesar de que el Reino Unido aún rechazaba
admitir a 100.000 judíos supervivientes en Palestina, muchas
víctimas de los campos de concentración nazis consiguieron
entrar ilegalmente. Varios planes para resolver el problema
palestino fueron repudiados por ambas partes. Finalmente,
los británicos declararon el Mandato impracticable y traspasaron
el problema a la recién creada Organización de las Naciones
Unidas en abril de 1947. Judíos y árabes se prepararon para
un enfrentamiento. Aunque los árabes superaban a los judíos
en número (1.259.000 frente a 579.000 respectivamente), estos
últimos estaban mejor preparados, habiendo desarrollado en
los años precedentes las estructuras necesarias para alcanzar
el umbral estatal. Los judíos tenían un gobierno semiautónomo,
dirigido por David Ben Gurión, y una milicia bien entrenada
y experimentada, la Haganá, mas con escaso y mediocre armamento,
llegando al caso de tener un rifle por cada tres soldados.
Los árabes, por otra parte, nunca se habían recobrado de la
fallida revuelta ya que los intereses y aspiraciones propias
los tenían fuertemente divididos, además de que la mayoría
de sus dirigentes habían sido apresados, habían muerto en
combate o se hallaban en el exilio. El muftí de Jerusalén,
su principal portavoz, se negó a aceptar el plan de la ONU
elaborado en noviembre de 1947 y que establecía la división
de la zona en dos estados, uno árabe y otro judío, mientras
que los judíos lo aceptaron. La lucha militar posterior sería
conocida como la guerra árabe-israelí de 1948. En este conflicto,
los intereses árabes fueron defendidos por organizaciones
militares palestinas o por pequeños contingentes de países
árabes de la zona, mientras que el recién creado Estado de
Israel, con su ejército y sus grupos paramilitares. A pesar
de tener una fuerza política y militar aparentemente mayor
que los judíos palestinos, ya que disponían de fuerte armamento
(disponiendo de aviones y vehículos de combate), especialmente
las tropas de Transjordania y Egipto, la implicación de los
países árabes fue simbólica y, en el caso de Transjordania,
incluso pactó con Israel una división del Mandato británico
de Palestina por la que Cisjordania quedaría en manos jordanas
y la legión jordana no atacaría al Estado de Israel. Se impuso
un parcial bloqueo internacional de venta de armamento militar
hacía el nuevo estado judío, aunque Checoslovaquia fue el
único país que aceptó vender armamento al Estado de Israel
durante el conflicto. Los árabes palestinos fueron finalmente
derrotados por el ejército israelí.
Cisjordania: 6 preguntas para entender cuál es la situación
y los planes de Israel para anexionarse parte de ese territorio
palestino.
Al finalizar la guerra, y una vez firmados los acuerdos de
armisticio con los diversos países con los que había combatido,
Israel quedó en posesión del 78 % del antiguo Mandato británico
de Palestina, mientras que Jordania ocupó Cisjordania (posteriormente
se la anexionaría sin apenas reconocimiento internacional)
y Egipto hizo lo propio con la Franja de Gaza. La guerra supuso
la expulsión o el exilio de aproximadamente 780.000 árabes
palestinos en lo que se ha dado en conocer como la Nakba.
Estos refugiados escaparon a los países árabes vecinos, como
Líbano o Jordania principalmente, donde crearon una identidad
nacional y el deseo de regresar a Palestina y recuperar los
bienes que habían dejado atrás con su marcha. Al término de
la guerra, Israel negó a estos refugiados el derecho de retorno
a los hogares que habían tenido que abandonar, mientras aprobaba
la denominada Ley de Retorno que proporcionaba residencia
y ciudadanía israelí a todos los judíos que emigrasen a Israel.
Poco después nació la Agencia de Naciones Unidas para los
Refugiados de Palestina en Oriente Medio, conocida comúnmente
por las siglas UNRWA, que estableció numerosos campos de refugiados
en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania y la Franja de Gaza
destinados a dar apoyo a los refugiados palestinos de la guerra
árabe-israelí de 1948. En cuanto a los palestinos que habían
permanecido dentro de las recién creadas fronteras de Israel,
se convirtieron en una minoría y fueron gobernados por una
administración militar hasta 1966.
Un año después, en 1967, Israel atacó simultáneamente a Egipto,
Siria y Jordania en la Guerra de los Seis Días y obtuvo una
victoria aplastante, conquistando Cisjordania y Jerusalén
Este de Jordania, los Altos del Golán de Siria y la Franja
de Gaza y la península del Sinaí de Egipto. Salvo esta última,
que fue devuelta a Egipto tras los Acuerdos de paz de Camp
David en 1978, el resto siguen a día de hoy bajo un régimen
de ocupación israelí declarado ilegal por la ONU en numerosas
resoluciones.
Se conocen como los acuerdos de Camp David a los que fueron
firmados por el presidente egipcio Anwar el-Sadat y el primer
ministro israelí Menájem Beguín el 17 de septiembre de 1978
tras doce días de negociaciones secretas con la mediación
del presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter.
En 1993, tras décadas de conflictos violentos entre palestinos
e israelíes, los dirigentes de cada bando aceptaron la firma
de un histórico acuerdo de paz. Yasir Arafat, dirigente de
la Organización para la Liberación de Palestina, y el primer
ministro israelí Isaac Rabin se reunieron en los Estados Unidos
el 13 de septiembre de 1993, para firmar el acuerdo de paz
para la región. El plan contemplaba la autonomía de los territorios
ocupados por Israel, que debía iniciarse en la Franja de Gaza
y Jericó. La administración palestina sobre parte de estas
áreas comenzó en mayo de 1994.
Las elecciones celebradas en los territorios autónomos palestinos
reafirmaron la dirección de Yasir Arafat y de la OLP, pero
las actitudes intransigentes de extremistas judíos (asesinato
del primer ministro israelí Isaac Rabin en noviembre de 1995)
y del grupo palestino Hamas (que ha llevado a cabo atentados
terroristas indiscriminados en las principales ciudades de
Israel) han puesto varias veces en peligro todo lo acordado
en ese primer tratado de paz global y todos los que le siguieron.
En ese contexto de avance hacia la plena pacificación de la
región, a finales de octubre de 1999 (con cinco años de retraso)
los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania bajo control
de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) quedaron unidos a
través de una carretera de 44 kilómetros de longitud que atraviesa
territorio israelí desde el puesto de Erez (al norte de la
Franja de Gaza) hasta la ciudad autónoma de Tarqumiyah (en
Cisjordania). Su apertura supuso el fin de la incomunicación
que habían sufrido durante años tres millones de palestinos
de ambos sectores ocupados por Israel en 1967.
Israel reabrió en 2016, después de casi
10 años, el paso de Erez con Gaza (en la foto). Los camiones,
automóviles y personas pasaban nuevamente desde Israel a la
Franja. El paso de Erez estaba cerrado desde el año 2007,
lo cual obligaba a usar el paso meridional de Kerem Shalom.
El consiguiente tráfico de cientos de medio pesados y de automóviles,
que cotidianamente atravesaban la zona, había generado las
quejas de los habitantes de las ciudades israelíes. En mayo,
el entonces ministro de Defensa, Moshe Yaalon, había anunciado
la reapertura de Erez para permitir que el flujo de mercaderías
hacia Gaza fuera más simple, y reducir así la congestión de
Kerem Shalom.
Entre agosto y septiembre de 2005, en virtud del denominado
Plan de Desconexión promovido por el gobierno de Ariel Sharón,
Israel desmanteló los asentamientos de la Franja de Gaza y
procedió a la retirada de todos sus efectivos militares; se
ponía así fin a una situación que perduraba desde la Guerra
de los Seis Días. La Franja de Gaza pasó a depender de la
ANP, aunque Israel conservó el control de las aguas jurisdiccionales,
del espacio aéreo y de las fronteras, y por ello la comunidad
internacional sigue considerando a la Franja de Gaza como
territorio ocupado. El 29 de enero de 2019, el primer ministro
Rami Al-Hamdallah, junto con su gobierno de unidad, renunció
ante el Presidente Mahmoud Abbas, quien aceptó la misma indicando
la pronta formación de un nuevo gobierno. El 13 de abril,
Mohammad Shtayyeh asumió como nuevo gobernante. Después de
15 años de gobernar ininterrumpidamente sin elecciones democráticas,
las primeras elecciones parlamentarias y presidenciales desde
2006 estaban previstas para mayo y julio de 2021, pero en
abril de 2021 el presidente Mahmoud Abbas volvió a posponerlas,
tanto las legislativas como las presidenciales. Hamás se pronunció
en contra de la decisión de posponerlas y aseguró que el líder
palestino utiliza la cuestión de Jerusalén como excusa para
evitar unas elecciones que un Fatah dividido podría perder
frente a Hamás.
Mahmud Ridha Abás es un político palestino que ejerce como
actual y primer Presidente de Palestina desde el 2 de junio
de 2014, siendo anteriormente el tercer Presidente de la Autoridad
Nacional Palestina, desde 2005 hasta 2013.
El Estado de Palestina carece de independencia de facto.
Su extensión geográfica se identifica generalmente con los
Territorios Palestinos, cuyos límites son motivo de disputa
con Israel, si bien la Organización de Naciones Unidas reconoce
las fronteras de 1967 previas a la Guerra de los Seis Días.
En 1974 la Asamblea General de la ONU reconoció a la OLP como
representante del pueblo palestino, otorgándole la condición
de observadora. Ha podido desde entonces participar en todos
los trabajos de la Asamblea y en las conferencias internacionales
convocadas por la ONU, y desde 1976, ha sido invitada regularmente
por el Consejo de Seguridad a participar en sus deliberaciones
sobre la situación en el Oriente medio, la cuestión de Palestina
y asuntos conexos. Desde el 15 de diciembre de 1988, la ONU
utiliza el término «Palestina» en lugar de «Organización para
la Liberación de Palestina» (OLP) en su organización, sus
agencias y sus organismos afiliados. El Estado palestino fue
reconocido como tal por 94 países tras su proclamación en
1988, y para enero de 2012, 130 países miembros de la ONU
lo habían reconocido formalmente. Existen sin embargo diversos
estatus de reconocimiento que la nación palestina ha ido alcanzando
a lo largo de los años. Entre las principales potencias mundiales,
los Estados Unidos no reconocen aún a Palestina como un Estado
independiente, pero sí afirman que dicho reconocimiento deberá
ser la consecuencia final de las conversaciones de paz que,
bajo su patrocinio, vienen sosteniéndose desde hace muchos
años con el Estado de Israel. Consideran a la Autoridad Nacional
Palestina como un interlocutor válido que representa los intereses
de la Nación Palestina, y otorgan a sus representantes un
estatus diplomático especial. La Unión Europea manifestó,
en 2010, que reconocería al Estado Palestino cuando llegase
«el momento oportuno», adoptando en un primer tiempo una posición
similar a la estadounidense, pero en diciembre de 2014 aprobó
apoyar su reconocimiento y animó a la jefa de la diplomacia
europea a promover dicho reconocimiento en todos los Estados
de la Unión. Al margen de estas posiciones intermedias, la
mayor parte de naciones del orbe sí han reconocido oficialmente
a Palestina como un Estado independiente, como ocurre con
gran parte de los países árabes y africanos, así como algunos
de Europa del este y de Asia.
Qué es Hamas, el enemigo más obstinado de Israel.
Desde diciembre de 2010, diversos gobiernos latinoamericanos
emitieron una serie de pronunciamientos reconociendo oficialmente
a Palestina como un Estado. Así, los gobiernos de Argentina,
Costa Rica, Brasil, Paraguay, Surinam, Uruguay y Honduras
han reconocido a Palestina como Estado libre e independiente
con las fronteras definidas antes de 1967, como lo han hecho
los países que integran el ALBA (Antigua y Barbuda, Bolivia,
Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas,
Venezuela). Por su parte, los gobiernos de Chile, Perú y El
Salvador también han efectuado este reconocimiento, aunque
sin realizar precisión alguna sobre las fronteras que deberían
regir al nuevo Estado. Adicionalmente, México mantiene relaciones
“de representación” con Palestina. El 31 de octubre de 2011,
la Asamblea General de la Unesco admitió en su seno a Palestina
como Estado miembro. 107 de los 194 Estados miembros de la
organización de la ONU votaron a favor, 14 en contra y 52
se abstuvieron. Votaron en contra, entre otros, Israel y Estados
Unidos, además de Canadá y República Checa.
Los Estados Unidos, el mayor contribuyente de la Unesco,
anunciaron que dejaban de contribuir al presupuesto de la
organización, dado que una ley federal prohíbe financiar a
las agencias de la ONU que reconozcan a Palestina como Estado.
Este hecho equivale a la reducción del presupuesto de la organización
en un 22 %. En enero de 2015 el Secretario General de la ONU,
Ban Ki-moon, confirmó que Palestina se unirá a la Corte Penal
Internacional (CPI) el 1 de abril de dicho año como Estado
miembro pleno. El 29 de noviembre de 2012 la Asamblea General
de la ONU aprobó la Resolución 67/19 mediante la cual se acordaba
el ingreso de Palestina como «Estado observador no miembro»
con las fronteras definidas antes de 1967 con 138 votos a
favor, 41 abstenciones y 9 en contra.
Los 9 votantes en contra fueron Estados Unidos, Canadá,
Israel, República Checa, Panamá, Palaos, Estados Federados
de Micronesia, Nauru y las islas Marshall. Casi la totalidad
de América Latina votó a favor, excepto Panamá que votó en
contra y Colombia, Guatemala y Paraguay que se abstuvieron
de votar, África, Asia, además de la mayoría de los países
europeos como España, Francia, Italia y Rusia votaron a favor.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, conocida abreviadamente como Unesco,
es un organismo especializado de las Naciones Unidas.
El Reino Unido, Australia y Alemania se abstuvieron en la
votación. Su gobierno afirmó apoyar la solución de dos estados.
El Parlamento británico aprobó el 13 de octubre de 2014 una
resolución no vinculante –apoyada por 274 diputados frente
a 12 votos en contra— que pedía por primera vez al Gobierno
que reconozca el Estado palestino. La resolución 67/19 de
la ONU, copatrocinada por 60 países, instó a reanudar las
negociaciones por la paz y se pronunció «a favor de los derechos
inalienables del pueblo palestino y pugna por el fin de la
ocupación iniciada en 1967 y por un Estado palestino independiente,
soberano, democrático y contiguo con las fronteras definidas
antes de 1967». La resolución también expresó su esperanza
por una solución de dos Estados conviviendo en condiciones
de paz y seguridad y la «esperanza de que el Consejo de Seguridad
considere favorable la solicitud presentada el 23 de septiembre
de 2011 por Palestina para su admisión a la ONU como Estado
de pleno derecho». El secretario general, Ban Ki-moon, reclamó
el derecho legítimo de los palestinos a tener un Estado independiente
y el de Israel a vivir en paz y seguridad. Al mes siguiente,
en diciembre de 2012, la ONU sustituyó el nombre de «Palestina»
por el de «Estado de Palestina», reconociendo implícitamente
a Mahmud Abbas como presidente del nuevo Estado. En consonancia
con la terminología adoptada por las Naciones Unidas, un decreto
promulgado el 5 de enero de 2013 por el presidente palestino
sustituyó oficialmente el nombre de «Autoridad Nacional Palestina»
por «Estado de Palestina». El 29 de octubre de 2014, Suecia
reconoció a Palestina como Estado, poco después de que el
Parlamento británico y el Senado irlandés pidieran a sus Ejecutivos
que la reconociesen oficialmente. Suecia fue el tercer país
de la UE en reconocer oficialmente al Estado de Palestina,
después de Malta y Chipre. El 18 de noviembre de 2014, las
Cortes Generales de España aprobaron con 319 a favor, una
abstención y dos en contra, una proposición no de ley por
la que se instaba al Gobierno a reconocer a Palestina como
Estado independiente y soberano. El 2 de diciembre de 2014
la Asamblea Nacional Francesa aprobó, con 339 votos a favor,
131 en contra y 16 abstenciones, una resolución que invita
a su gobierno a reconocer el Estado Palestino. El 13 de mayo
de 2015, la Santa Sede reconoció al Estado de Palestina y
expresó su apoyo a la política de los dos Estados, Israel
y Palestina, conviviendo en paz y seguridad, en diciembre
de 2015 el Parlamento griego aprobó una resolución que insta
al Gobierno al reconocimiento de Palestina como Estado. El
3 de agosto de 2018 Colombia reconoció a Palestina como un
estado soberano, movimiento seguido por San Cristóbal y Nieves
el 30 de julio de 2019.
Ban Ki-moon; Eumseong, 13 de junio de 1944, es un diplomático
surcoreano, secretario general de las Naciones Unidas entre
enero de 2007 y diciembre de 2016. En el año de su graduación
universitaria se unió al Ministerio de Asuntos Exteriores
de Corea del Sur y recibió su primer puesto en Nueva Delhi.
La Ley Básica palestina de 2003, enmendada en 2005, define
el marco legal y constitucional del sistema gobernativo palestino
a la espera de que se constituya el Estado de Palestina. Fue
elaborada a partir de un borrador redactado por el Consejo
Legislativo Palestino en 1997 y promulgado en 2002 tras su
aprobación por Yasir Arafat, entonces Presidente de la ANP.
Define el gobierno de Palestina como una democracia parlamentaria
basada en el pluralismo político, la primacía del derecho
y la separación de poderes.
Desde su creación en 1964, la Organización para la Liberación
de Palestina (OLP) ha sido el organismo representativo del
pueblo palestino de los Territorios Ocupados, de los campos
de refugiados en los países árabes y de la diáspora. Es un
amplio frente nacional compuesto de numerosas organizaciones
políticas, de organizaciones civiles y de personalidades independientes
de todos los sectores de la sociedad palestina. Los grupos
islámicos no participan en la OLP que siempre ha mantenido
las actividades políticas separadas de las religiosas. Desde
1974, la OLP desempeña un papel diplomático fundamental: es
el representante legítimo de Palestina ante las Naciones Unidas,
el Movimiento de Países No Alineados, la Organización de la
Conferencia Islámica y muchos otros foros internacionales.
Los órganos directivos de la OLP son:
- El Consejo Nacional Palestino.
- El Consejo Central.
- El Comité Ejecutivo.
La OLP ha actuado de gobierno en el exilio de los palestinos
hasta la constitución de la Autoridad Nacional Palestina en
1994, el primer órgano gobernativo de Palestina. Tras las
primeras elecciones generales celebradas en enero de 1996
en los territorios palestinos, Jerusalén incluida, la OLP
ha obrado a favor del establecimiento y reforzamiento de la
ANP, y por lo tanto va cediéndole paulatinamente responsabilidades.
Estas estructuras gobernativas se encuentran en remodelación
para adaptarse a la creación de un verdadero Estado.
La creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en el
marco de los Acuerdos de Oslo en 1993 marcó el inicio del
desarrollo institucional de Palestina. La ANP fue establecida
entonces como el representante ejecutivo de la OLP, y sus
normas de funcionamiento y el ámbito de su autoridad fueron
definidos en la Declaración de Principios sobre el Autogobierno
Interino (Declaration of Principles on Interim Self-Government,
o DOP), firmada en Washington en septiembre de 1993, hasta
que su estatus final se definiera en un acuerdo de paz definitivo
con Israel. Esta declaración define el dominio geográfico
de la ANP y su organización administrativa, estructurada en
dos cuerpos: el Consejo Legislativo Palestino (Palestinian
Legislative Council, o PLC) y el Consejo de Ministros. La
ANP adoptó por decreto el nombre de Estado de Palestina a
principios de enero de 2013.
El Consejo Legislativo Palestino es el órgano legislativo
de Palestina. Es un parlamento unicameral de 132 representantes
elegidos para cuatro años. La mitad son elegidos a nivel nacional
por listas y por votación proporcional, y la otra mitad a
nivel regional por votación mayoritaria uninominal. Para la
elección de los diputados regionales, el territorio palestino
está dividido en 16 circunscripciones electorales, 5 en la
Franja de Gaza y 11 en Cisjordania. El Consejo Legislativo
tiene que aprobar por mayoría el presupuesto del Estado y
vigila las acciones del poder ejecutivo. Desde 2006, el presidente
del parlamento palestino es Mahmoud Abbas, que asume también
los cargos de Presidente del Estado de Palestina (hasta enero
de 2013 Presidente de la Autoridad Nacional Palestina), y
Presidente del Comité Ejecutivo de la OLP. Pertenece al partido
socialista y nacionalista Fatah.
Fatah a veces llamado Al-Fatah, es una organización político-militar
palestina, fundada en 1958 en Kuwait, por Yasser Arafat. Constituye
un componente principal de la Organización para la Liberación
de Palestina, que se creó en 1964, y es miembro consultor
de la Internacional Socialista, creada en 1951.
Los expertos rusos aseguran que Arafat murió por causas naturales.
El responsable del informe encargado por los palestinos considera
que esta es la conclusión definitiva.
El poder ejecutivo se compone del Presidente de Palestina
y de su gobierno, el Consejo de Ministros. El presidente es
elegido por sufragio universal directo para un mandato de
cuatro años. Preside el Consejo de Ministros, promulga las
leyes y nombra al primer ministro a propuesta del partido
que ha obtenido el mayor número de escaños en el Parlamento.
De 2007 a abril de 2013, el primer ministro palestino fue
Salam Fayyad, líder del partido Tercera Vía. Tras su dimisión,
Mahmud Abbas eligió en junio de 2013 a Rami Hamdallah, un
académico independiente, para sucederle en el cargo. Actualmente
Mohammad Shtayyeh se desempeña como primer ministro.
Tras el alto el fuego de la Intifada de al-Aqsa logrado en
la cumbre de Sharm el-Sheij de 2005, se organizaron en enero
de 2006 las primeras elecciones generales palestinas desde
1996. Hamás, que había boicoteado las elecciones anteriores,
consiguió la mayoría absoluta con 74 escaños frente a los
45 de Fatah. Ante la derrota, el primer ministro Ahmed Qurei
dimitió y Hamas escogió a Ismail Haniya para sucederle. Fatah
rechazó participar en el gobierno que se constituyó en el
mes de marzo, pero tras meses de bloqueo político se anunció
en septiembre la formación de un gobierno de unión nacional
entre los dos partidos. Las negociaciones fracasaron y empezaron
violentos enfrentamientos entre los militantes de Hamas y
Fatah. Hamas acabó tomando el control militar y político de
la Franja de Gaza en junio de 2007, y Mahmud Abbas nombró,
con el apoyo de la comunidad internacional, un nuevo gobierno
cuya autoridad real se extiende solo a Cisjordania. Desde
2007 el partido islámico Hamás, vinculado a los Hermanos Musulmanes,
gobierna el territorio de la Franja de Gaza. El 4 de mayo
de 2011 se alcanzó un acuerdo político de reconciliación nacional
entre Fatah y Hamas, que implicaba la formación de un gobierno
conjunto y la preparación de elecciones parlamentarias y presidenciales
en ocho meses, pero no se pudo llevar a cabo por desacuerdos
sobre el fuerte liderazgo de Abbas, considerado como una fuente
de estabilidad y seguridad del islam radical por algunos,
y por otros como una falta de democracia. Un nuevo intento
de reconciliación se formalizó en Doha en 2012, sin que llegara
a aplicarse. Finalmente, tras años de negociaciones y rupturas
sucesivas entre ambas partes, se logró un acuerdo de reconciliación
el 23 de abril de 2014 que dio paso, el 2 de junio de 2014,
a la formación de un gobierno de unidad presidido por Mahmud
Abbas y compuesto por 17 ministros designados por ambos grupos.
Los tres ministros residentes en la Franja de Gaza no pudieron
asistir a la toma de posesión en Ramala porque Israel no les
autorizó a salir. Abbas declaró que el nuevo gobierno reconocía
al Estado de Israel y mantenía su compromiso de buscar un
acuerdo de paz al conflicto con Israel. Se dio también seis
meses de plazo para convocar nuevas elecciones presidenciales
y legislativas. El Departamento de Estado de los Estados Unidos
aseguró que estaba «dispuesto a trabajar con el nuevo Gobierno,
siempre que respete los principios reiterados por Abbas».
En respuesta al acuerdo con Hamás y antes de que acabase el
plazo de nueve meses que las partes habían fijado para redactar
un borrador de acuerdo de paz, el jefe del ejecutivo israelí,
Benjamin Netanyahu, interrumpió las negociaciones de paz que
se mantenían con los palestinos bajo los auspicios de los
Estados Unidos.
Las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa es un grupo armado
palestino vinculado al Tanzim, que a su vez es la rama militar
del movimiento político Fatah. Las Brigadas nacieron con el
estallido de la Segunda Intifada (también conocida como Intifada
de Al-Aqsa) en el año 2000, tras los enfrentamientos del 29
de septiembre en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.
El nombre de este grupo está relacionado con la Mezquita de
Al-Aqsa, situada en Jerusalén, a pesar de ser, como Fatah,
un movimiento laico.
La organización territorial actual del Estado de Palestina
fue implantada a raíz de los acuerdos de Oslo de 1994. Aquel
año la ANP creó el Ministerio de Gobierno Local (Ministry
of Local Government) que en 1995 estructuró el primer nivel
de la administración territorial del país en 16 gobernaciones,
11 en Cisjordania y 5 en la Franja de Gaza. Posteriormente,
la Ley sobre el Gobierno Local (Law on Local Government) de
1997 reorganizó las administraciones municipales que aún funcionaban
según antiguas leyes inspiradas en las administraciones otomanas,
egipcias, británicas y jordanas. En función de su peso demográfico,
se crearon dos tipos de administraciones locales, los municipios
(municipalities) y los pueblos (village councils), que cuentan
menos de 1000 habitantes. Los municipios se clasifican a su
vez en municipios de tipo A, B, C o D según su población.
En el siglo XXI, la Oficina Central de Estadísticas de Palestina
(PCBS) contabiliza 121 municipios (96 en Cisjordania y 25
en la Franja de Gaza) y 335 pueblos. Casi todos los pueblos
están situados en Cisjordania, donde la población es atomizada
en localidades relativamente pequeñas, y casi ninguno en la
Franja de Gaza debido a su alta densidad de población. La
ley de 1997 sobre administración local excluye los campos
de refugiados de la jurisdicción del Ministerio de Gobierno
Local. Dependen directamente de la Agencia de Naciones Unidas
para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA),
si bien ésta solo se encarga de suministrar servicios en materia
de sanidad y educación. Para otros tipos de servicios, como
el suministro en agua o electricidad, las responsabilidades
son confusas y se gestionan conjuntamente con los municipios,
lo que da lugar a diversas situaciones según el lugar.
Gobernaciones del Estado de Palestina. Cisjordania y la Franja
de Gaza.
Los medios de comunicación en Palestina son un tema de diversas
controversias, debido a que muchos de estos son presuntamente
controladas por facciones de Palestina (por ejemplo, los grupos
armados Hamás y Fatah), lo que según agencias, dificulta una
verdadera libertad de expresión y libertad de prensa.
Los medios de comunicación en Palestina son sujetos a diversas
críticas y denuncias, debido a la guerra social-política entre
Israel y Palestina. El 12 de octubre de 2000, poco después
de los hechos de la Segunda Intifada la Fuerza Aérea Israelí
detuvo la transmisión de la emisora Voz de Palestina, destruyendo
el equipo de transmisión de onda media. En julio de 2007,
cuando Hamás consiguió el poder de facto en la Franja de Gaza,
Ma'an News Agency declaró que su editor jefe había recibido
"amenazas directas" de Hamás en las que afirmaban que llevarían
a cabo una "campaña de difamación" contra Ma'an a menos que
cesasen sus críticas contra el movimiento Hamás. En mayo de
2021, en la Franja de Gaza, Palestina; el gobierno de Israel
bombardeó un edificio el cual era sede de las agencias de
noticias estadounidense Associated Press y de la cadena de
televisión catarí Al Jazeera.
El Estado de Palestina se divide en dos grandes regiones:
Cisjordania y la Franja de Gaza. En general, ambas regiones
se encuentran en una zona desértica entre Asia, África y el
Mar Mediterráneo, cuya situación favorece la variedad de climas
en tan reducido espacio. Las zonas costeras tienen un típico
clima mediterráneo con inviernos templados y húmedos y veranos
muy calurosos y secos. En buena parte de Cisjordania el clima
mediterráneo está más continentalizado, con escasas precipitaciones
y mucha diferencia térmica entre las estaciones.
El conflicto en 2019.
Es la parte del país de mayor tamaño y en ella se encuentra
la capital y el gobierno. Sus límites serían por el este el
río Jordán y el mar Muerto y por el oeste la llamada Línea
Verde que la separaba del estado de Israel. La capital de
la región es Jerusalén Este, aunque la sede del gobierno se
encuentra en Ramala. Su mayor frontera es con Israel, con
307 kilómetros terrestres. Su punto más bajo es el Mar Muerto
con -408 metros, constituye una de las áreas más deprimidas
de Oriente Próximo. Por el contrario, su punto más alto es
el monte Tall Asur, con 1.022 metros de altitud sobre el nivel
del mar. En cuanto al aprovechamiento del medio, en Cisjordania
la mayoría es terreno desértico improductivo, después le sigue
un 18,97 % de terreno de campos y, aproximadamente tiene la
misma proporción de campo arable y cultivable (16,9 %).
Es una estrecha franja de tierra situada en el Oriente Próximo,
al suroeste de Israel y al noreste de la península del Sinaí
de Egipto. Tiene 11 km de frontera con Egipto, en la ciudad
de Rafah, y 51 km de frontera con Israel; también tiene 40
km de costa en el Mediterráneo. La Franja de Gaza está formada
por cinco provincias: del Norte, Gaza, Deir Al-Balah, Khan
Younes y Rafah. Este pequeño territorio goza de un clima templado
debido a la influencia marítima del Mar Mediterráneo, que
le confiere el clima mediterráneo como único del territorio.
Presenta un terreno plano con dunas cerca de la costa, siendo
su punto más alto Abu 'Awdah (Joz Abu 'Auda), con 105 metros
sobre el nivel del mar.
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Un conflicto bélico que ya hace más de 60 años
que causa víctimas, que parece no tener visos de solución,
y que el cine ha retratado en numerosas ocasiones, en especial
en los últimos años.
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