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"He cruzado océanos de tiempo para encontrarte"
es una frase que lleva resonando en nuestras cabezas y en
nuestros corazones 30 años. Es la inolvidable frase que Drácula
le dice a su amada Mina en esa obra maestra del cine contemporáneo
que es "Drácula de Bram Stoker". Muchos entendidos y críticos
literarios consideran que el novelista y escritor irlandés
Bram Stoker escribió la mejor novela del s. XIX, un relato
que alcanzó un éxito sin parangón cuando se entendió que el
género fantástico y de terror también podía regalar obras
maestras. Quizás sea porque, ante todo, Drácula fue una historia
de amor inmortal.
Desde que la historia del vampiro más famoso
de todos los tiempos fuera plasmada con sangre y tinta en
un magistral puñado de hojas, ha habido muchas adaptaciones
cinematográficas con resultados irregulares que han hecho
que la sombra del príncipe rumano Vlad Tepes (figura histórica
en la que está inspirado el personaje de Drácula) se alargue
hasta el icono. De Béla Lugosi a Christopher Lee, pasando
por el aclamado Max Schreck, que encarnó en el Nosferatu (vampiro
atribuido al folklore rumano) de Murnau al "no muerto" más
icónico de la historia, muchos han sido los actores inolvidables
y olvidables que se han metido el la fría piel de un chupasangre.
En ese saco de vampiros que han marcado un hito por protagonizar
una obra maestra del séptimo arte y hacer eterna la leyenda
del conde más siniestro de nuestro imaginario popular, hay
que meter, sin lugar a dudas, al que encarnó en 1992 Gary
Oldman a las órdenes del maestro Francis Ford Coppola. Coppola
pasará a los anales de la cultura y del arte por esos milagros
que fueron Apocalypse Now y la trilogía de El Padrino, pero
la adaptación cinematográfica que hizo de la novela de Stoker
podría ocupar un puesto muy alto en su legado cinematográfico.
Con una pensada estrategia con la que pretendió
realizar un producto de calidad y llegar al gran público,
el realizador unió en el mismo reparto a actores cosagrados
y con el talento de Anthony Hopkins o el ya mencionado Gary
Oldman, junto a estrellas emergentes de moda como Keanu Reeves,
Winona Ryder, Sadie Frost y una Mónica Bellucci con un breve
e inolvidable cameo. El artefacto estilístico y visual que
Francis tenía en su cabeza ya tenía rostros, ahora solo faltaba
conseguir un buen equipo de vestuario, un director de fotografía,
maquilladores, encargados de efectos visuales y un compositor
para la banda sonora, pero sin perder en esa obsesión por
la forma, el fondo. Sin dejar de lado el sello de autor de
uno de los grandes genios de la realización e intentado, a
su manera, ser fiel a la estructura epistolar del famoso libro,
Francis realizó una de las cintas de género fantástico más
aplaudidas de los años 90.
Francis Ford Coppola dirigiendo a un Oldman
que se encuentra bajo capas de maquillaje.
La película tuvo una gran aceptación por parte
de los críticos. La calificaron como la mejor adaptación cinematográfica
de la novela que se había hecho nunca, aunque se cuestionó
mucho la fidelidad del argumento al material original. El
filme fue un notable éxito de taquilla, recaudando más de
200 millones de dólares en todo el mundo y convirtiéndose
en la adaptación de la novela con más éxito comercial hasta
la fecha. La representación de Drácula por parte de Gary Oldman
fue alabada por muchos críticos y ganó incluso el Premio Saturn
al Mejor Actor. Además, en los Oscar del año de su estreno
recibió cuatro nominaciones, de las que ganó tres: vestuario,
maquillaje y efectos de sonido. El vestuario corrió a cargo
Eiko Ishioka, una diseñadora japonesa reputada y que hizo
que cada una de las prendas fuera una pieza de arte dignas
de museo. Por su parte, la banda sonora fue obra del compositor
polaco de música clásica Wojciech Kilar, que creó una serie
de piezas que ambientaron a la perfección las escenas y las
atmósferas de grotesca belleza que materializó Coppola.
En 2022 cumplió treinta años, los espectadores
de todo el mundo pudieron disfrutar de una de las mejores
y más sangrientas historias de amor y de terror que se han
rodado, atemporal, visionaria y transgresora.
Las 35 mejores películas de vampiros de la historia
del cine.
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