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21 - Noviembre - 2022
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El deseo de ver animales lleva a muchos viajeros a recorrer grandes distancias para observarles en su hábitat natural. Dicen los antropólogos que la atracción por la naturaleza y los seres vivos es innata, y sumergirse en la naturaleza es, además, una forma de desconectar. Los safaris fotográficos se han convertido en una forma de ver y de disfrutar de la naturaleza, pero en los tiempos que corren es fundamental asegurarse de que el operador con el que se organice el viaje sea responsable y esté comprometido con la conservación del entorno. La idea de safari fotográfico no se limita a los grandes espacios y reservas naturales de África con los que siempre se asocia. Cualquier lugar que invite a la observación respetuosa de animales en su hábitat natural se puede convertir en un gran safari.

Para que una actividad de observación de fauna o un safari fotográfico se considere sostenible y respetuosa con el entorno, debe de tener en cuenta una serie de puntos:

Participación de la comunidad local, que debe tener un papel activo en la gestión y el desarrollo del safari. Impacto económico positivo en el territorio, con un retorno directo en la comunidad, de forma que el turismo ayude a enriquecer la región y a mejorar la calidad de vida de los habitantes. Conservación del entorno natural. Los guías y los turistas deben respetar las normas de los parques, mantener las distancias con los animales y no dejar rastro de su paso por las zonas visitadas. Respetar la cultura y a los habitantes locales. Hay lugares donde las tribus que los habitan están viendo alterada su forma de vida tradicional. Es importante que los turistas impacten lo menos posible sobre las costumbres y modos de vida locales.

Hay muchos entornos en los que asistir a grandes rituales naturales, desde el vistoso cortejo del flamenco hasta el imponente grito de apareamiento del mono aullador resonando en la jungla. Aquí proponemos siete destinos fascinantes.

1. Safaris sostenibles en la India: parque nacional Kanha, parque nacional Bandhavgarh y reserva de tigres de Sariska.

La creciente conciencia sobre los problemas ambientales y la necesidad de conservar y preservar los recursos naturales ha hecho del turismo ecológico una prioridad en la India. Con el auge del turismo sostenible, muchas empresas y organizaciones de viajes se han encargado de promover iniciativas y destinos turísticos responsables, destinados a preservar la rica biodiversidad, el patrimonio cultural y las comunidades tradicionales del país asiático.

Una de las principales iniciativas de turismo sostenible en la India es la promoción de reservas de vida silvestre y parques nacionales protegidos, como el parque nacional Kanha, el parque nacional Bandhavgarh, ambos en el Estado de Madhya Pradesh, o la reserva de tigres de Sariska, en el Rajastán, que son destinos populares para los entusiastas de la vida silvestre y ofrecen una variedad de actividades que incluyen safaris en la jungla, observación de aves y caminatas por la naturaleza. También brindan una oportunidad para que los turistas aprendan sobre la importancia de la conservación y el papel que pueden desempeñar en la protección de la vida silvestre y los hábitats naturales de la India.

Además de las reservas de vida silvestre, hay varios parques nacionales en la India que ofrecen oportunidades de turismo sostenible. Por ejemplo, el parque nacional Jim Corbett, ubicado en el estado de Uttarakhand, conocido por su rica diversidad de vida silvestre. Este enclave ha sido pionero en la promoción del turismo ecológico con la implementación de medidas como el uso de vehículos que funcionan con energía solar, alojamientos energéticamente eficientes y la adopción de prácticas de gestión de residuos respetuosas con el medio ambiente. Fundada en 1936 como primer parque nacional de la India, es famoso por albergar a la mayoría de tigres que viven en parques nacionales del país, por sus increíbles paisajes y por albergar muchos elefantes salvajes y leopardos, osos negros del Himalaya y osos perezosos. Está dividido en seis zonas diferentes, la más famosa de ellas, la de Dhikala, es la mejor para ver animales.

Otra opción es la de Pugdundee Safaris, que propone caminar por el escarpado terreno del Satpura National Park con los pioneros del safari a pie en la India. Pero cuidado: aunque este parque no es tan conocido y la caminata por la jungla puede ser tranquila, este territorio es pura naturaleza agreste y aquí viven tigres, leopardos, jabalís, cocodrilos, bisontes, osos perezosos y más animales salvajes. Para los que prefieran pernoctar entre sólidas paredes en vez de en una tienda, la misma empresa ofrece safaris con albergues sostenibles.

El parque nacional de Kanha es un parque nacional y una reserva de tigres en los distritos de Mandla y Balaghat de Madhya Pradesh (India). En los años 1930, la zona de Kanha se dividió en dos reservas, Hallon y Banjar, de 250 y 300 km². El Parque Nacional de Kanha se creó el 1 de junio de 1955. Hoy en día se extiende sobre una superficie de 940 km² en los dos distritos de Mandla y Balaghat. Junto con una zona de separación circundante de 1.067 km² y el cercano Santuario de Phen de 110 km² forma la reserva de tigres de Kanha. Esto lo convierte en el Parque Nacional más grande de India Central. El parque tiene una población significativa de tigre de Bengala real, leopardos, el oso perezoso, barasinga y perro salvaje indio. Los exuberantes bosques de sal y bambú, yerbosos prados y barrancos de Kanha proporcionaron la inspiración a Rudyard Kipling para su famosa novela "El libro de la selva".

El parque nacional de Kanha alberga más de 1000 especies de plantas con flor. El bosque de las tierras bajas es una combinación de sal o sala (Shorea robusta) y otros árboles de bosque mixto, entremezclado con prados. Los bosques de las tierras altas son del tipo caducifolios tropicales húmedo seco y de una naturaleza completamente diferente con bambú de hierro (Dendrocalamus strictus) en las laderas. También se puede ver en el bosque denso ejemplares de Davidia involucrata, un muy bonito árbol fantasma indio ("kullu"). La reserva de tigres de Kanha abunda en prados o maidans que son básicamente praderas abiertas que han brotado en campos de aldeas abandonadas, evacuadas para hacer espacio a los animales. El prado de Kanha es uno de estos ejemplos. Hay muchas especies de hierba registradas en Kanha alguna de las cuales son importantes para la supervivencia del barasinga (Cervus duvauceli branderi). Las zonas densamente forestales con buena cubierta de copa tienen abundantes especies de trepadoras, arbustos y hierbas floreciendo en el sotobosque. Las plantas acuáticas en numerosos "tal" (lagos) son el salvavidas para las especies de pájaros migratorias de humedales.

La población carnívora de Kanha incluye tigres, leopardos, cuones, gatos monteses, zorros y chacales. Entre las especies de ciervos el ciervo de Duvaucel o barasinga central es el orgullo del lugar ya que es la única subespecie de ciervo de los pantanos en la India (Cervus duavcelli branderi). El animal está adaptado al suelo duro a diferencia del ciervo de los pantanos del Norte que vive en ciénagas pantanosas. El Parque Nacional de Kanha ha sido fundamental en salvar el “ciervo de los pantanos” de extinción. El gaur indio (Bos gaurus), perteneciente al género de los bueyes, se encuentra en Kanha pero se ve generalmente cuando acaba el invierno. En verano el gaur habita los prados y los abrevaderos del parque. Entre otros animales que se ven normalmente en el parque se incluyen el chital, el sambar, el muntíaco y el antílope cuatricorne. Este último puede verse en la subida de Bamni Dadar. Recientemente, también se han encontrado ciervos ratón en la reserva de tigres. El sasin no sobrevivió inicialmente aquí ya que el hábitat no era adecuado. Sin embargo, se ha reintroducido recientemente dentro de una zona vallada en el parque. El nilgó puede todavía verse cerca de Sarahi Gate, mientras que el lobo indio, que antes se veía comúnmente en Mocha, es poco frecuente avistarlo ahora. La hiena y oso perezoso se ven ocasionalmente. Los langures y los jabalíes son comunes, pero el beligerante macaco rhesus se ve menos frecuentemente. Animales nocturnos como zorros, hienas, gatos de la jungla, civetas, puercoespínes, rateles o tejones de la miel y liebres pueden verse fuera de los confines del parque. Los reptiles como pitones, cobras, kraits, serpientes rata oriental (Ptyas mucosus), vipéridos, natricinos y culebras de collar son animales nocturnos, y por lo tanto se ven pocas veces. Hay muchas especies de tortugas así como de anfibios que se encuentran en o cerca de las masas de agua.

Actualmente uno de los tigres macho dominantes del Parque Nacional de Kanha es un tigre llamado Munna. Munna es conocido por su gran tamaño, su gran cabeza y tiene el símbolo "CAT" escrito en su cabeza.

Jabalpur, el lugar más conveniente desde el que acercarse al Parque, tiene el aeropuerto más cercano (175 km), Nagpur (260 km) y Raipur (219 km) tienen otros aeropuertos, Mandla (70 km) tiene una buena conexión con Kanha y hay un servicio de taxis turísticos desde Jabalpur al parque nacional. Desde Jabalpur, la mejor manera de viajar es a través de Mandla y Nainpur - quizás con una parada durante la noche - y después tomar el desvío en Bamhni. Mandla, Nainpur y Seoni todas tienen clubes deportivos, cibercafés, guías, iglesias cristianas y algunos hermosos templos. Hay tres puertas para la entrada al Parque. A la puerta de Kisli se accede mejor desde Jabalpur y parando en la aldea de Khatia, dentro de la zona de separación. La segunda puerta está en Mukki y la tercera puerta, abierta más recientemente, está en Serai.

Un apasionante esfuerzo de conservación en este parque nacional es la reintroducción del barasinga. El gaur será reubicado en Bandhavgarh y algunos barasinga serán reubicados en la reserva de tigres de Satpura. El objetivo de este proyecto es introducir unos 500 barasinga en este parque nacional en ocho o nueve ubicaciones diferentes. Hay también un proyecto para capturar unos veinte tigres y reubicarlos en la reserva de tigres de Satpura.

2. Safari en las áreas protegidas de Masai Mara (Kenia).

Las áreas protegidas privadas y comunitarias están cambiando el rostro de la conservación y el turismo en Kenia. Muchas bordean la Masai Mara National Reserve, pero cada cual funciona de una manera algo distinta. La idea es hacer que el turismo, la conservación y los derechos de los pueblos locales vayan de la mano y en beneficio mutuo. En muchas áreas protegidas, los propietarios de tierras masáis ceden sus terrenos comunes durante una media de 15 años a varios lodges de alta gama.

Los masáis conservan el derecho de pastar el ganado en las áreas protegidas y reciben un ingreso garantizado de cada campamento. Además, todos los campamentos tienen que contribuir a algún proyecto de desarrollo comunitario. A cambio, los animales salvajes pueden vivir en paz y los lodges ofrecen un tipo de safari exclusivo con muy pocos visitantes, ya que quienes no se alojen en las áreas protegidas no pueden entrar en ellas. Los visitantes también tienen la oportunidad de participar en actividades vetadas en la reserva, como safaris a pie y rutas nocturnas en coche.

Un ejemplo es Naboisho Conservancy, creada en el 2011. Tiene 222 kilómetros cuadrados y es una de las áreas protegidas más jóvenes de Masai Mara, con campamentos excelentes, avistamientos fabulosos de predadores y otros animales, además de paisajes clásicos de esta reserva nacional: espinas silbantes, praderas abiertas, montes ondulados y bosques ribereños de acacia.

Ha recibido numerosos premios al turismo responsable y sostenible. Otro ejemplo es Olare Orok Conservancy, una de las áreas protegidas más veteranas y exitosas. Cuenta, además, con una de las mayores concentraciones de animales, entre ellos montones de predadores (con especial protagonismo de leones de África Oriental) y con la menor cantidad de turistas.

Otra buena propuesta para observar la gran migración de forma más tranquila en Kenia es Cottar’s Safari. Situado entre la reserva de Masai Mara y el parque tanzano del Serengueti, es el único campamento de safaris de la zona protegida de Olderkesi y ofrece la oportunidad de contribuir a la conservación y presenciar (sin aglomeraciones) la gran migración.

También se ofrecen “experiencias de impacto”, como las llaman, como acompañar a un cazador-recolector o a un guarda forestal en el único puesto de Masai Mara donde todos los agentes son mujeres.

Maasai Mara , también escrito a veces Masai Mara y conocido localmente simplemente como The Mara, es una gran reserva nacional de caza en Narok, Kenia, contigua al Parque Nacional Serengeti en Tanzania. Lleva el nombre del pueblo masai, los habitantes ancestrales de la zona, que emigraron a la zona desde la cuenca del Nilo. Su descripción del área cuando se mira desde lejos: "Mara" significa "manchado" en el idioma local masai, debido a los muchos árboles bajos y tupidos que salpican el paisaje. Masai Mara es una de las áreas silvestres y de conservación de la vida silvestre en África, con sus poblaciones de leones, leopardos, guepardos y elefantes africanos de sabana. También alberga la Gran Migración, que la aseguró como una de las Siete Maravillas Naturales de África y como una de las diez Maravillas del Mundo. El ecosistema del Gran Mara abarca áreas conocidas como la Reserva Nacional Masai Mara, el Triángulo de Mara y varias zonas de conservación masai, incluidas Koiyaki, Lemek, Ol Chorro Oirowua, Mara Norte, Olkinyei, Siana, Maji Moto, Naikara, Ol Derkesi, Kerinkani, Oloirien y Kimintet.

Cada año, aproximadamente al mismo tiempo, la migración circular de los grandes ñus comienza en el Área de Conservación de Ngorongoro en el sur del Serengeti en Tanzania y recorre en el sentido de las agujas del reloj a través del Parque Nacional del Serengeti y hacia el norte hacia la reserva de Masai Mara en Kenia. Esta migración es causada naturalmente por la disponibilidad de pastoreo. La fase inicial dura aproximadamente de enero a marzo, cuando comienza la temporada de partos, una época en la que hay abundante pasto madurado por la lluvia disponible para las 260.000 cebras que preceden a los 1,7 millones de ñus y los siguientes cientos de miles de otros animales de caza de las llanuras, incluidos alrededor de 470.000 gacelas.

Los cruces de los ríos Grumeti y Mara a partir de julio son una atracción popular en los safaris porque los cocodrilos acechan. Las manadas llegan a Kenia a finales de julio/agosto, donde permanecen durante el resto de la estación seca, excepto que las gacelas de Thomson y Grant se mueven sólo de este a oeste. A principios de noviembre, con el inicio de las lluvias cortas, la migración comienza a desplazarse nuevamente hacia el sur, a las llanuras de pasto corto del sureste, llegando generalmente en diciembre con tiempo suficiente para parir en febrero. Alrededor de 250.000 ñus mueren durante el viaje desde Tanzania a la Reserva Nacional Masai Mara en el suroeste de Kenia, un total de 800 kilómetros (500 millas). La muerte suele producirse por sed, hambre, agotamiento o depredación, incluso por parte de grandes felinos.

Cuando se estableció originalmente en 1961 como un santuario de vida silvestre, Mara cubría sólo 520 km2 (200 millas cuadradas) del área actual, incluido el Triángulo de Mara. El área se amplió hacia el este en 1961 para cubrir 1.821 km2 (703 millas cuadradas) y se convirtió en una reserva de caza. El Consejo del Condado de Narok (NCC) asumió la gestión de la reserva en ese momento. A parte de la reserva se le otorgó el estatus de Reserva Nacional en 1974, y el área restante de 159 km2 (61 millas cuadradas) fue devuelta a las comunidades locales. En 1976 se eliminaron de la reserva 162 km 2 (63 millas cuadradas) adicionales y el parque se redujo a 1.510 km2 (580 millas cuadradas) en 1984. En 1994, se formó el Consejo del Condado de TransMara (TMCC) en la parte occidental de la reserva, y el control se dividió entre el nuevo consejo y el Consejo del Condado de Narok existente. En mayo de 2001, Mara Conservancy, una organización sin fines de lucro, asumió la gestión del Triángulo de Mara, que cubre la parte occidental de la reserva. El pueblo masai constituye una comunidad que se extiende por el norte, centro y sur de Kenia y el norte de Tanzania. Como pastores, la comunidad cree que son dueños de todo el ganado del mundo. Los masai dependen de sus tierras para sustentar a su ganado, así como a ellos mismos y a sus familias. Antes del establecimiento de la reserva como área protegida para la conservación de la vida silvestre y la naturaleza, los masai se vieron obligados a abandonar sus tierras nativas. La tradición sigue desempeñando un papel importante en la vida de los masai de hoy en día, conocidos por su alta estatura, sus shukas estampados y sus abalorios. Se estima que hay aproximadamente medio millón de personas que hablan el idioma maa y este número incluye no sólo a los masai sino también a los samburu y camus en Kenia.

Tres leones fueron envenenados en 2015 por pastores que actuaron como venganza por la muerte de gran parte de su ganado a manos de los felinos. Se enfrentaron a una pena de cadena perpetua o a una multa de unos 20 millones de chelines, alrededor de unos 200.000 euros.

El área total bajo conservación en el ecosistema del Gran Masai Mara asciende a casi 1.510 km2 (580 millas cuadradas). Es la sección más septentrional del ecosistema Mara-Serengeti, que cubre unos 25.000 km2 (9.700 millas cuadradas) en Tanzania y Kenia. Limita con el Parque Serengeti al sur, la escarpa Siria/Oloololo al oeste y los ranchos pastorales masai al norte, este y oeste. Las precipitaciones en el ecosistema aumentan notablemente a lo largo de un gradiente sureste-noroeste, varían en el espacio y el tiempo y son marcadamente bimodales. El río Sand, el río Talek y el río Mara son los principales ríos que drenan la reserva. Arbustos y árboles bordean la mayoría de las líneas de drenaje y cubren laderas y cimas de colinas. El terreno de la reserva es principalmente pastizales abiertos con ríos estacionales. En la región sureste hay matas de la distintiva acacia. La frontera occidental es la escarpadura de Esoit (Siria) del Rift de África Oriental, que es un sistema de fisuras de unos 5.600 km (3.500 millas) de largo, desde el Mar Rojo de Etiopía a través de Kenia, Tanzania, Malawi y Mozambique. La vida silvestre tiende a estar más concentrada aquí, ya que el terreno pantanoso significa que el acceso al agua siempre es bueno, mientras que las molestias para los turistas son mínimas. La frontera más oriental está a 224 km (139,2 millas) de Nairobi y, por lo tanto, son las regiones orientales las más visitadas por los turistas. Tiene un clima semiárido con lluvias bianuales y dos estaciones lluviosas distintas. Los agricultores locales se han referido a éstas como "lluvias largas", que duran aproximadamente de seis a ocho semanas en abril y mayo, y "lluvias cortas" en noviembre y diciembre, que duran aproximadamente cuatro semanas. La elevación oscila entre 1500 a 2180 m, las precipitaciones tiene una media de 83 mm (3,3 pulgadas)/mes y el rango de temperatura va de 12 a 30 °C (54 a 86 °F).

Cocodrilos en el afluente Talek del río Mara.

El ñu azul, el topi, la cebra de las llanuras y la gacela de Thomson migran y ocupan la reserva de Mara, desde las llanuras del Serengeti al sur y las llanuras de Loita en los ranchos pastorales al noreste, de julio a octubre o más tarde. En la reserva también residen rebaños de las tres especies. Todos los miembros de los "cinco grandes " (leones, leopardos africanos, elefantes africanos, búfalos africanos y rinocerontes blancos y negros ) se encuentran aquí durante todo el año. La población de rinocerontes negros era bastante numerosa hasta 1960, pero se redujo gravemente debido a la caza furtiva en los años 1970 y principios de los 1980, cayendo a un mínimo de 15 individuos. Las cifras han ido aumentando lentamente. El Maasai Mara es la única área protegida en Kenia con una población autóctona de rinocerontes negros, que no se ve afectada por las translocaciones y, debido a su tamaño, es capaz de sustentar a una de las poblaciones más grandes de África. Los hipopótamos y los cocodrilos del Nilo se encuentran en grandes grupos en los ríos Mara y Talek. Las llanuras entre el río Mara y la escarpa de Esoit Siria son probablemente la mejor zona para observar animales salvajes, en particular leones y guepardos.

Aquí en la reserva se encuentran muchos carnívoros grandes. Los leones son los más dominantes y se encuentran en grandes cantidades. Las hienas manchadas son otro carnívoro abundante y, a menudo, compiten con los leones por el alimento. Los leopardos se encuentran en cualquier lugar de la reserva donde haya árboles a los que puedan escapar. Los guepardos de África oriental también se encuentran en grandes cantidades en la sabana abierta, cazando gacelas y ñus. Los perros salvajes africanos son bastante raros aquí debido a la transmisión generalizada de enfermedades como el moquillo canino y la dura competencia que enfrentan con los leones, que a menudo pueden diezmar sus poblaciones. Sus manadas también deambulan mucho y viajan largas distancias por las llanuras, lo que dificulta su seguimiento. Los carnívoros más pequeños que no compiten directamente con estos últimos incluyen lobos africanos, chacales de lomo negro, comadrejas rayadas africanas, caracales, servals, tejones de la miel, lobos de tierra, gatos monteses africanos, chacales rayados, zorros de orejas de murciélago, turones rayados, civetas, ginetas, varias especies de mangostas y nutrias africanas sin garras.

Los ñus son los habitantes dominantes de Maasai Mara, y su número se estima en millones. Alrededor de julio de cada año, estos animales migran hacia el norte desde las llanuras del Serengeti en busca de pastos frescos y regresan al sur alrededor de octubre. La Gran Migración es uno de los acontecimientos naturales más impresionantes del mundo, en el que participan unos 1.300.000 ñus azules, 500.000 gacelas de Thomson, 97.000 topis, 18.000 elands comunes y 200.000 cebras de Grant. Se pueden encontrar antílopes, incluidas las gacelas de Grant, los impalas, los duikers y el búbalo de Coke. Las llanuras también son el hogar de la distintiva jirafa masai. Dentro de los límites de la reserva se pueden ver el gran antílope ruano y el zorro nocturno, rara vez presentes en otras partes de Kenia. En el parque se han identificado más de 470 especies de aves, muchas de las cuales son migratorias, siendo casi 60 especies rapaces. Las aves que habitan esta zona durante al menos parte del año incluyen: buitres, marabúes, pájaros secretarios, cálaos, grullas coronadas, avestruces, águilas de cresta larga, halcones pigmeos africanos y carracas lilas, que es el ave nacional de Kenia.

La cebra de Grant (Equus quagga boehmi) es la más común de las cebras. Originaria del centro y sur de África, llega a una altura de entre 1,3 y 1,5 m. Su alimentación es a base de hierbas. La gestación de esta especie es de 350 días y nace una cría por camada, presenta bandas negras bien definidas y contrastadas sobre un fondo blanco sin sombreados.

Maasai Mara es administrado por el gobierno del condado de Narok. La parte oriental más visitada del parque, conocida como Reserva Nacional Masai Mara, está gestionada por el Consejo del Condado de Narok. El Triángulo de Mara en la parte occidental está gestionado por el consejo del condado de Trans-Mara, que ha contratado la gestión de Mara Conservancy desde principios de la década de 2000. Las áreas exteriores son áreas de conservación administradas por Group Ranch Trusts de la comunidad masai, aunque este enfoque ha sido criticado por beneficiar sólo a unos pocos individuos poderosos en lugar de a la mayoría de los terratenientes. Aunque ha habido un aumento en el uso de cercas en terrenos privados en los últimos años, la vida silvestre deambula libremente tanto por la reserva como por las zonas de conservación.

El Maasai Mara es un importante centro de investigación de la hiena manchada. Con dos oficinas de campo en Mara, el laboratorio Kay E. Holekamp, con sede en la Universidad Estatal de Michigan, estudia el comportamiento y la fisiología de este depredador, además de realizar estudios comparativos entre los grandes depredadores del Triángulo de Mara y sus homólogos de la parte oriental de Mara. Se completó una evaluación del caudal y un plan de gestión de cuencas fluviales transfronterizas entre Kenia y Tanzania para que el río sostenga el ecosistema y las necesidades básicas de 1 millón de personas que dependen de su agua. El Proyecto Mara Predator también opera en Masai Mara, catalogando y monitoreando las poblaciones de leones en toda la región. Centrándose en las zonas de conservación del norte donde las comunidades coexisten con la vida silvestre, el proyecto tiene como objetivo identificar tendencias demográficas y respuestas a cambios en la gestión de la tierra, asentamientos humanos, movimientos de ganado y turismo. Desde octubre de 2012, el Proyecto Mara-Meru Cheetah ha trabajado en Mara monitoreando la población de guepardos, estimando el estado y la dinámica de la población y evaluando el impacto de los depredadores y la actividad humana en el comportamiento y la supervivencia de los guepardos. La directora del proyecto, Elena Chelysheva, trabajó en 2001-2002 como investigadora asistente en el Proyecto de conservación del guepardo Maasai-Mara del Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS). En ese momento, desarrolló un método original de identificación de guepardos basado en el análisis visual de los patrones de manchas únicos en las extremidades delanteras (desde los dedos de los pies hasta los hombros) y las traseras (desde los dedos de los pies hasta la cadera), y manchas y anillos en la cola. Los datos fotográficos recopilados a lo largo de los años permiten al equipo del proyecto rastrear el parentesco entre generaciones y construir el pedigrí del guepardo Mara. Los datos recopilados ayudan a revelar la relación parental entre los individuos, la tasa de supervivencia de los cachorros, la esperanza de vida del guepardo y la historia reproductiva personal. También se ha evaluado la resiliencia y el impacto de la pandemia de covid para incluir la consideración de cuestiones de igualdad y ambientalismo.

¿Tienes algún problema?

El Masai Mara es uno de los destinos de safari más famosos de África. Las tarifas de entrada son actualmente de 70 dólares para adultos no residentes de África Oriental por 24 horas (si se alojan en una propiedad dentro de la Reserva) o 80 dólares EE.UU si están fuera de la reserva y 40 dólares para niños. Hay una serie de albergues y campamentos de tiendas de campaña que atienden a turistas dentro o en los límites de la Reserva y dentro de las diversas áreas de conservación separadas que bordean la reserva principal. Sin embargo, la reserva principal no está vallada ni siquiera a lo largo de la frontera con el Serengeti (Tanzania), lo que significa que hay libre circulación de vida silvestre por todo el ecosistema. Aunque representa un tercio de todo el Masai Mara en la parte occidental de la reserva más grande, el Triángulo de Mara tiene sólo dos albergues permanentes dentro de sus límites, a saber, el Mara Serena Lodge y el Little Governors Camp (en comparación con los numerosos campamentos y albergues en el lado de Narok) y tiene caminos de grava en buen estado y para todos los climas. Los guardabosques patrullan regularmente, lo que significa que hay menos caza furtiva y una excelente observación de animales. También existe un control estricto sobre el número de vehículos en torno a los avistamientos de animales, lo que permite una mejor experiencia cuando se sale de paseo. La mayoría de los albergues de la región cobran tarifas más altas durante la temporada de migración, aunque Maasai Mara alberga una prolífica vida salvaje durante todo el año. Hay varios aeródromos que dan servicio a los campamentos y albergues en Maasai Mara, incluidas las pistas de aterrizaje de Mara Serena, Musiara y Keekorok, Kichwa Tembo, el aeropuerto de Ngerende, Ol Kiombo y Angama Mara, y varias aerolíneas como SafariLink y AirKenya vuelan servicios regulares desde Nairobi y otros lugares varias veces al día. Los vuelos en helicóptero sobre la reserva están limitados a una altura mínima de 1.500 pies. Los safaris son la actividad más popular en Maasai Mara, pero otras actividades incluyen paseos en globo, paseos por la naturaleza, safaris fotográficos y experiencias culturales.

El programa de televisión de la BBC titulado "Big Cat Diary" se filmó en Maasai Mara. El programa siguió la vida de los grandes felinos que viven en la reserva. El espectáculo destacó escenas de la zona pantanosa de Musiara, Leopard Gorge, las zonas de Fig Tree y el río Mara, que separa el Serengeti y el Masai Mara.

En 2018, la Fundación Angama, una organización sin fines de lucro afiliada a Angama Mara, uno de los campamentos de safari de lujo de Mara, lanzó el concurso Mejor fotógrafo masai mara del año, mostrando Mara como un destino durante todo el año y recaudando fondos para iniciativas de conservación. El ganador inaugural fue el fotógrafo británico Anup Shah. La ganadora de 2019 fue Lee-Anne Robertson de Sudáfrica.

Un estudio financiado por WWF y realizado por ILRI entre 1989 y 2003 monitoreó mensualmente las especies unguladas en Mara y encontró que las pérdidas llegaban al 75 por ciento para las jirafas, el 80 por ciento para los jabalíes comunes, el 76 por ciento para los alcebeest y el 67 por ciento para los animales. por ciento para impala . El estudio culpa de la pérdida de animales al aumento de los asentamientos humanos dentro y alrededor de la reserva. La mayor densidad de población humana conduce a un mayor número de ganado pastando en el parque y a un aumento de la caza furtiva. El artículo afirma: "El estudio proporciona la evidencia más detallada hasta la fecha sobre la disminución de las poblaciones de ungulados (animales con pezuñas) en Mara y cómo este fenómeno está relacionado con la rápida expansión de las poblaciones humanas cerca de los límites de la reserva". [24] El aumento de las poblaciones locales en las zonas vecinas a la reserva ha llevado a la formación de organizaciones conservacionistas como el Proyecto Mara Elephant, cuyo objetivo es garantizar la coexistencia pacífica y próspera de los seres humanos con la vida silvestre. Los conflictos entre humanos y vida silvestre se consideran una de las principales amenazas para la reserva a medida que la población continúa creciendo.

Olare Motorogi Conservancy es un área de conservación comunitaria de 35.000 acres en Kenia , parte del ecosistema Maasai Mara - Serengeti y la zona de dispersión de vida silvestre. Limita con la Reserva Nacional Masai Mara . Fue fundada en 2006 como parte de un nuevo concepto de conservación comunitaria.

El concepto de conservación comunitaria es parte de un nuevo modelo de turismo de safari diseñado para crear una asociación mutuamente beneficiosa entre los masai y los operadores turísticos. En lugar de comprar la tierra a los masai, la tierra se alquila con el fin de conservar la vida silvestre. Esto es preferible para los masai, ya que tienen un ingreso anual garantizado (la cantidad pagada es por acre, no por huésped) y conservan la propiedad de la tierra. El turismo también genera empleo, ya que el personal del campamento, los guías y los guardabosques provienen de familias de terratenientes masai. A cambio, los masai desalojan las tierras y se llevan todas las granjas sedentarias o bomas ganaderos dentro de la zona de conservación. Esto permite que el pasto y la vegetación se recuperen del pastoreo excesivo .

Cada zona de conservación tiene un guardián y un guardabosques para proteger la vida silvestre y estos son pagados por los operadores turísticos. La caza furtiva es poco común en la zona de conservación, ya que los masai se dedican a la conservación de la vida silvestre y obtienen ingresos del turismo y la conservación. El concepto de conservación comunitaria beneficia a los operadores turísticos, ya que tienen acceso exclusivo a la tierra dentro del ecosistema de Mara, famoso por sus grandes felinos y la gran migración de ñus. La Reserva Nacional de Masai Mara cubre sólo una pequeña porción del ecosistema de Mara y, en ocasiones, puede estar abarrotada. Al emplear a los masai, cuentan con guías expertos con generaciones de experiencia que brindan a los huéspedes una auténtica experiencia de safari. La Escuela de Guías Koiyaki se creó para formar a quienes abandonan la escuela y ofrece la oportunidad de hacer carrera en las zonas de conservación. Para evitar el desarrollo excesivo o la explotación, el número de camas dentro de la zona de conservación se limita a 94, lo que equivale a una proporción de un vehículo de observación de animales salvajes por cada 2100 acres. Para reducir aún más el impacto del turismo, los campamentos son móviles, sin cimientos y se administran según principios ecológicos: la energía, las aguas residuales y la eliminación de desechos están certificados por Ecotourism Kenya . Hay cinco campamentos de safari dentro de Olare Motorogi Conservancy: Porini Lion Camp, Kicheche Bush Camp, Mara Plains Camp, Olare Mara Kempinski y Mahali Mzuri.

3. Contemplando animales en Sudáfrica.

Un clásico de los safaris sostenibles en el sur de África es la reserva natural Sabi Sabi. La ausencia de vallas entre esta área y el parque nacional Kruger significa que aquí puede encontrarse caza fotográfica mayor (incluidos los llamados cinco grandes; el búfalo, elefante, león, leopardo y rinoceronte). En Sabi Sabi todo es salvaje: mientras se toma el café del desayuno se observa a una manada de elefantes bebiendo no muy lejos. Podremos ver leones echándose la siesta, hienas acechando en la oscuridad, meternos en la bañera con vistas a la sabana y cenar bajo las estrellas.

Sudáfrica propone muchas otras experiencias para disfrutar de la naturaleza siendo respetuoso con el medio, por ejemplo un safari a caballo en Waterberg.

Esta es una cordillera de 150 kilómetros de longitud que está protegida por la Waterberg Biosphere Reserve, una de las dos biosferas de sabana africana. Tiene un clima suave, zonas vírgenes donde se puede ver también a los cinco grandes, ríos y montañas que atraviesan el bushweld y sourverld (un tipo de pradera). El Triple B es un rancho de ganado en el macizo de Waterberg, en la zona de Sudáfrica próxima a Botsuana. Esta región agreste ofrece caza mayor, altos montes y recias caballadas de angloárabes, purasangres y boerperds. Las actividades incluyen el yoga sobre la montura y la observación de animales salvajes.

Quienes participan en estos safaris ecuestres se alojan en el sencillo, pero exclusivo, Horizon Lodge (en el propio rancho Triple B).

Sabi Sabi es una reserva de caza privada en Sudáfrica, situada en la reserva de caza Sabi Sand, que flanquea la sección suroeste del Parque Nacional Kruger. La Reserva Sabi Sand es uno de los parques que conforman el Parque Nacional Gran Kruger. Es un área de conservación donde los cinco grandes animales (león, leopardo, rinoceronte, búfalo, elefante) se encuentran de forma natural.

El Parque nacional Kruger es la reserva de animales más importante del Sur de África, con 18 989 km², extendiéndose 350 km de norte a sur y 60 km de este a oeste. Al oeste y al sur del parque nacional Kruger hay dos provincias sudafricanas: Mpumalanga y Limpopo. Al norte está Zimbabue y al este se encuentra Mozambique. Ahora es parte del Parque transfronterizo del Gran Limpopo, un parque de la paz que vincula al parque nacional Kruger con el parque nacional Gonarezhou en Zimbabue y al parque nacional Limpopo en Mozambique. Los cañones del parque Kruger han sido nombrados Reserva de la Biosfera por la Unesco.

En esta área se ha encontrado evidencia de humanos primitivos que datan de 1,5 millones de años a. C. El pueblo Bushmen también residió en el área hace unos 100 000 años a. C. En el año 200, el primer pueblo de lengua nguni, en busca de mejores terrenos para su ganado, migró hacia el sur, asentándose en el área y desplazando a los Bushmen. Hacia el año 800, los árabes llegaron en busca de esclavos, usando los puertos de Mozambique. También surgió una civilización en las regiones al norte del parque. Construyeron la Ciudadela de Piedra Thulamela que fue ocupada entre 1250 y 1700. También extrajeron mineral de hierro de más de 200 minas, convirtiéndolo en hierro para trueque. El primer europeo que exploró el área fue el holandés François de Cuiper, que lideró la expedición de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales desde la Colonia del Cabo en 1725. Sin embargo, los expedicionarios fueron atacados por los locales cerca de Gomondwane. Alrededor del año 1838, durante el Gran Trek, los Voortrekkers Louis Trichardt y Hans van Rensburg exploraron Lowveld. En 1845, Giovanni Albasini, un italiano de 18 años de edad, se convirtió en el primer europeo en asentarse en el área. Se quedó varado en Mozambique y se dirigió al oeste, donde construyó una casa y abrió una tienda cerca de lo que hoy es Pretoriuskop.

El Gran Trek, también conocido como Gran Marcha o Gran Viaje dificultoso (en afrikáans Groot Trek, ‘Gran Migración’), fue un movimiento migratorio que condujo a multitud de bóeres que vivían en los territorios orientales de la Colonia Británica del Cabo de Buena Esperanza hasta territorios del interior de África situados al nordeste del río Orange.

Casi al mismo tiempo, se establecieron rutas de carretas a través del Lowveld que unían la República de Transvaal a la Bahía Delagoa (Maputo). En septiembre de 1873 se descubrió oro por primera vez en Pilgrim's Rest y luego en el año 1881 en Barberton. Los buscafortunas se precipitaron a Lowveld, la perspectiva de encontrar oro desvaneció todos los miedos a leones, cocodrilos y a la enfermedad de la malaria. Este hecho provocó una dramática declinación de la vida animal en la región, debido a la caza y comercio de sus cuernos y pieles.

En 1896, el virus Rinderpest azotó a la mayor parte de la fauna salvaje y al ganado de la región. Con el objetivo de preservar a los animales de caza para futuros cazadores, el Volksraad de Transvaal votó a favor de un pequeño gobierno del coto de caza. Los fondos para el Coto de Caza Sabie fueron asignados el año 1898, pero estalló la guerra. Después de la Segunda Guerra Bóer, el Mayor (más tarde Tte. coronel) James Stevenson-Hamilton fue nombrado el primer guardián en 1902 y pocos meses después, se agregó el área desde el río Sabi hasta el río de los Olifants. El área que está mucho más al norte, ganó la protección en 1903 pasando a ser el Coto de Caza Singwitsi. Esa zona incluyó la Esquina de Crook, una pequeña lengua de tierra triangular entre los ríos Luvuvhu y Limpopo, donde se encuentran las fronteras de Mozambique, Sudáfrica y Zimbabue. En la década de 1900, esta área era un refugio seguro para los pistoleros, cazadores furtivos, fugitivos y cualquiera que buscase esquivar la ley. Era un salto fácil para cruzar cuando la policía de cualquier país andaba cerca. Existe una gran placa conmemorativa del legendario cazador de marfil Cecil Barnard (Bvekenya), que se escondió en una isla en medio del Limpopo para evitar ser rastreado por la policía montada en la década de 1920. Irónicamente, Barnard más tarde se convirtió en un policía montado.

El río Limpopo fue inmortalizado en el cuento El niño del elefante por el autor británico Rudyard Kipling, en Tan solo historias, donde es descrito como «el gran Río de Limpopo gris verde, grasiento, todo rodeado por árboles de la fiebre», donde mora la «serpiente pitón de roca bicolor».

Una estación de policía fue construida en ese lugar con posterioridad. Como resultado de cerca de un siglo de caza desenfrenada, virtualmente ya no había animales en las reservas y con la reputación de la malaria de Lowveld como la tumba del hombre blanco, Stevenson-Hamilton alejó a todos los habitantes de las reservas. Además, él y sus asistentes comenzaron a disparar a los depredadores para aumentar las manadas de antílopes.

Stevenson-Hamilton tuvo éxito en el uso de dicho sistema para detener la llegada masiva de turistas. Por el año 1916 una comisión gubernamental fue nombrada para estimar el futuro de las reservas. En 1926, como un acto de reconciliación, la administración británica redenominó las reservas como Paul Kruger y declaró que sería el primer parque nacional de Sudáfrica. En 1927, el parque abrió al público, cobrando una entrada de £1. Sólo un puñado de vehículos visitaron el parque ese año, pero para 1935 alrededor de 26000 personas traspasaron la entrada. En la actualidad, el número de visitantes asciende a 1,25 millones al año. Stevenson-Hamilton se sorprendió de que los leones se convirtieran en la atracción principal y cesó la matanza indiscriminada de los depredadores. Se retiró en 1946 y falleció en 1957. En la década de 1960, en un esfuerzo para aumentar el número de animales de caza, comenzó el proyecto Agua para la Vida Salvaje y se erigieron 300 molinos de viento en todo el parque. Los pozos de agua atrajeron animales de caza al área. Al principio pareció una buena idea, pero décadas después los resultados mostraron que junto con los impalas y cebras también fueron atraídos más depredadores al área. Antes de la construcción de los pozos de agua, estas áreas más secas, alimentaron al antílope ruano, el cual es mucho más fácil de cazar por los leones y no fueron capaces de competir. El parque comenzó a cerrar los pozos de agua y dejó que la naturaleza siguiera su curso.

En 1991, Robbie Robinson asumió como Gerente General (CEO) del Directorio de Parques nacionales de Sudáfrica. Robinson inició la transición del parque a la nueva Sudáfrica. Uno de sus muchos logros fue retirar las rejas que separaban el borde oeste del parque de numerosos pequeños cotos de caza privados, permitiendo que los animales deambularan libremente entre los cotos de caza privados y el parque nacional Kruger. El año 1998, fue elegido el primer director negro del parque. David Mabunda es actualmente el CEO de la Dirección de Parques nacionales de Sudáfrica.

Con la formación del Gran Parque Transfonterizo de Limpompo, actualmente grandes e insostenibles hordas de animales del parque nacional Kruger pueden ser reubicadas en los parajes vírgenes cercanos. La guerra devastó 300 km² del parque nacional Limpopo en Mozambique (anteriormente conocido como Coutada 16), este comenzó a recibir animales el año 2001. El 21 de octubre de 2002, el Aeropuerto Internacional Kruger Mpumalanga abrió sus puertas cerca de Nelspruit, a unos 63 km de la entrada al parque más cercana, buscando la accesibilidad al parque desde los grandes centros poblacionales de Sudáfrica, como Durban, Ciudad del Cabo y Johannesburgo. A pesar de su nombre, este aeropuerto no maneja volúmenes notables de tráfico, reemplazó al aeropuerto más pequeño de Nelspruit. Ahora sirve a los viajeros al Parque Nacional Kruger. La terminal del aeropuerto, aunque pequeña, está techada casi en su totalidad con paja, lo que la convierte en la estructura con techo de paja más grande de África, con una superficie aproximada de 7.350 metros cuadrados (79.100 pies cuadrados).

Leones hembra devorando un búfalo en el parque nacional Kruger.

Una reserva de caza (también conocida como reserva de vida silvestre o parque de caza ) es una gran superficie de tierra donde los animales salvajes viven de forma segura o son cazados de forma controlada por deporte. Si la caza está prohibida, una reserva de caza puede considerarse una reserva natural; sin embargo, el enfoque de una reserva de caza son específicamente los animales (fauna), mientras que una reserva natural también se ocupa, si no igualmente, de todos los aspectos de la biota nativa del área (plantas, animales, hongos, etc.). Muchas reservas de caza se encuentran en África. La mayoría están abiertas al público y los turistas suelen realizar safaris turísticos. Históricamente, entre los objetivos de caza más conocidos en África se encontraban los llamados Cinco Grandes: el rinoceronte (tanto el rinoceronte blanco como el rinoceronte negro ), el elefante, el búfalo del Cabo, el leopardo y el león, llamados así por la dificultad y el peligro de su captura. En una reserva de caza, los ecosistemas están protegidos y la conservación suele ser clave. La vida silvestre autóctona en su hábitat natural ayuda a proporcionar un entorno donde pueda ocurrir un crecimiento en número a un ritmo natural. Algunas reservas de caza contienen varios ecosistemas, que van desde la sabana de los valles, las praderas de sabana y los fynbos hasta los bosques ribereños y los bosques de acacias; esto proporciona una mejora en los tipos de vida silvestre que están presentes y las numerosas especies de aves que prosperan en estos ambientes.

Fynbos costera. Al fondo, el cabo de Buena Esperanza.

El fynbos es la formación vegetal más extendida de la región del Cabo en Sudáfrica. Crece en una región donde solo llueve en invierno y los incendios son frecuentes en verano, por lo que la vegetación es arbustiva. Hay tres tipos de fynbos: el matorral de proteáceas (Leucadendron, Leucospermum y Protea), el matorral de brezos (ericáceas) y el matorral litoral (proteáceas, ericáceas, pastos de restionáceas y bulbosas).

La conservación de la vida silvestre es una tarea costosa para la mayoría de los países africanos. Una de las formas más comunes de generar ingresos para establecer una economía sostenible que garantice la conservación de la vida silvestre se conoce como turismo de observación de la vida silvestre. Sin embargo, este atractivo aún no genera lo suficiente como para establecer la conservación de la vida silvestre. Para las regiones que sufren inestabilidad política y económica, la caza sostenible de trofeos puede ser la única fuente viable de ingresos suficientes. Una vez establecido, otro aspecto a considerar es la gestión del terreno que se utiliza para la caza. Naturalmente, la vida silvestre disminuye con el aumento de la presencia humana, lo que pone a prueba la calidad de la caza. Generalmente, los arrendamientos de concesiones de caza se establecen para que duren varios años a la vez para alentar a los operadores de caza a continuar administrando las tierras para la caza; sin embargo, a medida que disminuye la calidad de la caza, los arrendamientos se acortan, lo que provoca un impacto negativo general en la economía. Muchos países africanos se benefician de la conservación comunitaria. Este concepto explora la relación entre la vida silvestre y las personas y la noción de que conservar cada animal tampoco es sostenible porque ciertos animales amenazan las vidas humanas y los cultivos. Uno de los mayores argumentos a favor de la conservación comunitaria es que permitir que las personas obtengan beneficios económicos de la vida silvestre incentiva la conservación. Un país que se beneficia de la adopción de esta estrategia es Zambia. El gobierno de Zambia estableció un fondo para la conservación de la vida silvestre para actuar como actor responsable de redistribuir los fondos de la industria de la caza hacia la conservación de la vida silvestre y el desarrollo comunitario.

Zambia es un país sin litoral del sur de África con un terreno escabroso y con fauna diversa, con muchos parques y áreas de safari. En su frontera con Zimbabue, está la famosa catarata Victoria, que los indígenas llamaban Mosi-oa-Tunya, o “humo que truena”, con una caída con niebla de 108 m de alto hacia el desfiladero Batoka. Justo bajo la cascada, el puente de la catarata Victoria, que es un mirador espectacular, cruza el río Zambeze.

El uso de la caza como herramienta de conservación tiene percepciones negativas que imponen duras restricciones en varios países de África. Algunas de las actividades que inducen a la prohibición de la caza incluyen la caza enlatada, la caza contra animales jóvenes o poco comunes, el tiro desde vehículos y el uso de cebos, focos y perros de caza, todas ellas prácticas de caza que plantean muchos supuestos problemas éticos. Una caza enlatada es una caza de trofeos que no es una "persecución justa", generalmente en la que los animales de caza se mantienen en un área confinada, como en un rancho cercado (es decir, "enlatados") para evitar que los animales escapen y facilitar el seguimiento para el cazador para aumentar la probabilidad de que el cazador obtenga una presa. El término se ha utilizado para la caza del urogallo, en la que se cultivan grandes extensiones de Gran Bretaña para el urogallo rojo. Los animales pueden ser criados en ranchos de caza hasta que estén lo suficientemente maduros como para ser sacrificados para colecciones de trofeos. El 15 de agosto de 2006, Troy Gentry, la mitad del dúo de cantantes de música country Montgomery Gentry, compareció ante un tribunal federal en Duluth, Minnesota, acusado de caza enlatada. Los fiscales federales alegaron que Gentry compró un oso llamado "Cubby" a Lee Marvin Greenly, le disparó al oso domesticado mientras estaba en un corral cerrado, etiquetó al oso como si lo hubieran matado en la naturaleza y luego organizó la edición de un cinta de vídeo de la presunta matanza "salvaje". Otro incidente menos conocido ocurrió a finales de 2003, dos años antes del infame accidente de caza , cuando el entonces vicepresidente Dick Cheney participó en una caza enlatada en el Rolling Rock Club en Ligonier Township, Pensilvania. Cheney y nueve compañeros mataron a 417 de los 500 faisanes ringneck disponibles, de los cuales el vicepresidente mató a 70, y un número desconocido de patos reales.

8.000 leones criados en cautividad para que les disparen los peores cazadores.

En mayo de 2007, un viaje de caza muy reportado involucró la matanza de un cerdo mascota de 477 kg (1,051 lb) en una supuesta cacería enlatada. Los medios llamaron al cerdo "Monster Pig" y se pensaba que era un cerdo salvaje , pero pronto se descubrió que el cerdo, anteriormente llamado "Fred", había sido la mascota de alguien y luego fue vendido a una instalación de caza solo por un breve tiempo. tiempo antes de que lo mataran. El 3 de mayo, los clientes que pagaban, Mike Stone y su hijo Jamison, de 11 años, cazaron al cerdo en un recinto vallado de 150 acres (0,61 km 2 ). Jamison le disparó a Fred un total de ocho veces durante un período de tres horas. Un artículo de CNN de junio de 2007 detalló la caza enlatada en Sudáfrica con un video de una caza de leones enlatados donde se dispara al animal contra una cerca. El 30 de noviembre de 2014, 60 Minutes de CBS transmitió una historia ("The Lion Whisperer") sobre el santuario de un hombre en Sudáfrica para 26 leones, criados en cautiverio, a los que rescató del destino de la caza de leones enlatados.

Kevin Richardson (8 de octubre de 1974), conocido como "El Encantador de Leones" ("The Lion Whisperer" en inglés) es un cuidador de animales sudafricano que observa a los animales africanos a través de un peculiar método de interacción con ellos, que ha desarrollado gracias a su extraordinaria capacidad para entender el comportamiento de estos animales y su lenguaje corporal, lo que le permite prever sus reacciones y establecer con ellos vínculos estrechos. Ha ganado su popularidad a través de programas de televisión y plataformas como You Tube.

4. Osos polares en Churchill Wild (Manitoba, Canadá).

Participar en el único safari a pie por territorio de osos polares puede provocar efectos secundarios como el sobrecogimiento. Estas fascinantes criaturas son, en efecto, tan feroces como hipnóticas. Cada experiencia es única en esta recóndita región salvaje pegada al Ártico: la climatología y el movimiento de la fauna lo determinan todo, y cada noche está la posibilidad de bañarse en el resplandor mágico de las auroras boreales, que aquí se dan 300 días al año.

Churchill Wild es la capital mundial del oso polar y atrae a los visitantes hasta las orillas de la bahía de Hudson para ver a estos majestuosos depredadores, una experiencia que se complementa con la observación de belugas, un gran fuerte de piedra y la infinitud del paisaje subártico. Los meses más turísticos son julio y agosto, y la temporada de máximos avistamientos de osos polares va de mediados de octubre a mediados de noviembre.

Manitoba es una de las diez provincias que, junto con los tres territorios, conforman las trece entidades federales de Canadá. Su capital y ciudad más poblada es Winnipeg. Está ubicada en el centro del país, limitando al noroeste con Territorios del Noroeste, al norte con Nunavut, al noreste con la bahía de Hudson, al este con Ontario, al sur con los Estados Unidos y al oeste con Saskatchewan. La provincia tiene una superficie de 649 950 km² en la que predominan las praderas y un clima continental, con miles de lagos y muchos ríos. La economía del territorio se basa en la agricultura que se practica en las fértiles zonas del sur y el oeste de la provincia. Otros sectores económicos importantes son el transporte, la manufactura, la minería, la explotación forestal, la energía y el turismo. La capital y mayor localidad de Manitoba es Winnipeg, octava ciudad de Canadá en población y hogar del 60 % de los habitantes de la provincia. Winnipeg es la sede del gobierno provincial y en ella se encuentran la Asamblea Legislativa de Manitoba y el Tribunal de Apelación de Manitoba, que es el máximo órgano judicial. Cuatro de las cinco universidades de Manitoba, sus equipos deportivos profesionales y la mayor parte las actividades culturales están en Winnipeg.

Los comerciantes de pieles llegaron por primera vez al territorio de la actual Manitoba a finales del siglo xvii y la zona pasó a ser el corazón de la Tierra de Rupert, propiedad de la Compañía de la Bahía de Hudson. Manitoba alcanzó la categoría de provincia de Canadá en 1870, después de la Rebelión del Río Rojo. En 1919 se produjo en Winnipeg una huelga general y poco después la región resultó muy afectada por la crisis económica conocida como Gran Depresión. Estos hechos llevaron a la creación de lo que acabaría convirtiéndose en el Nuevo Partido Democrático de Manitoba, uno de los principales partidos políticos de la provincia. Su actual primera ministra es Heather Stefanson, perteneciente al Partido Progresista Conservador de Manitoba.

Manitoba fue una de las provincias mayormente afectadas por la Gran Depresión. Dependía de la exportación de trigo para otros países, y la repentina subida de los precios en los meses previos al quiebre de la bolsa de Nueva York volcó en un retroceso que perduraría a lo largo de los años 1930. Además de eso, los obreros de Manitoba sufrieron también con períodos prolongados de sequía; muchos de ellos abandonaron sus propiedades y se dirigieron rumbo a las ciudades; otros, simplemente, emigraron a otras provincias en busca de nuevas opciones de empleo. La tasa de crecimiento poblacional decreció considerablemente en ese intervalo. La depresión fue una de las causas de creación de nuevos partidos políticos en la provincia, que posteriormente se darían a conocer en el resto del país: la Federación Corporativa de la Commonwealth, que se pasaría a llamarse más tarde Nuevo Partido Democrático, y el Partido del Crédito Social. Los saldos negativos de la provincia solo acabaron con el ingreso del país en la Segunda Guerra Mundial, luego de los enfrentamientos armados. Esto aumentó notablemente la demanda de productos agrarios en general y dio pie a la industrialización del comercio. Un gran lote de fábricas fue construido durante la guerra. El ligero crecimiento de la industria manufacturera perseveró al término de la Segunda Guerra Mundial, en tanto que la industria agropecuaria entró en receso, a causa del aumento de precios en los productos dentro del mercado internacional.

5. Ciervos en las Hébridas (Escocia).

En las islas Hébridas Interiores, frente a la costa occidental de Escocia, hay unos ciervos imponentes en la isla de Jura y en la de Rum. En esta última son unos 900 y donde mejor se ven es al norte, en torno a Kilmory. Los machos alcanzan 1,3 metros de alta a la altura del lomo; la cornamenta puede medir un metro de largo y tener hasta 16 puntas. Los guardabosques de Rum ofrecen visitas para la berrea (en octubre) y caminatas guiadas y observación de animales (de mariposas a águilas).

Observar ciervos en las Hébridas es una excusa para conocer estas islas cultivables, gestionadas por la comunidad a partir de ideas y recursos verdes renovables, que son reservas protegidas de colonias y de aves marinas y pardelas. Eigg está en manos de una fundación comunitaria desde 1997 y ha sido un modelo a seguir para adquisiciones similares de tierras en Escocia. Y Rum fue una isla prohibida, dominio de terratenientes que la privatizaron para practicar deportes de campo. Fue comprada en 1957, y ahora se gestiona como la Rum National Nature Reserve, un oasis de paz y naturaleza, pero también como una de las mayores colonias del mundo de pardelas pichonetas en los acantilados próximos al Harris Mausoleum. Sus cumbres animan a ser ascendidas y recompensan el esfuerzo con unas vistas increíbles de la costa de las Highlands occidentales.

Las islas Hébridas (en inglés, Hebrides; en gaélico escocés, Innse Gall) son un extenso archipiélago en la costa oeste de Escocia. El mar que las baña, un brazo del océano Atlántico, lleva también su nombre, mar de las Hébridas. Administrativamente, las islas pertenecen al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Desde el punto de vista geológico, se ha comprobado que este archipiélago está compuesto por las rocas más antiguas de las islas británicas. Presentan comúnmente formas agrestes, recortadas y escarpadas, debido a los diferentes agentes de erosión que actúan sobre ellas. Geológicamente están constituidas en su mayoría por gneis, especialmente las más occidentales, por esquistos (Jura e Islay) y por rocas basálticas (Mull, Skye y Staffa) que se presentan en forma de espectaculares columnas. Tienen un clima templado-frío y muy húmedo.

Comúnmente las Hébridas suelen dividirse en dos grupos: Las Hébridas Interiores, compuestas por las islas mayores Skye, Mull, Islay, Jura y Staffa. Las Hébridas Exteriores, compuestas por las islas mayores Lewis, Harris, Benbecula, North Uist, South Uist y Saint Kilda.

La isla de Skye es la isla más grande y más septentrional de las Hébridas Interiores, en Escocia.

Las Hébridas Interiores son una prolongación del territorio escocés y están separadas de las Hébridas Exteriores por una profunda depresión tectónica cubierta por las aguas del mar. A 90 y 35 km respectivamente al oeste de las Hébridas Exteriores surgen de las aguas del océano Atlántico los escollos deshabitados de Flannan y Saint Kilda, que carecen de interés económico. La mayoría de los hablantes nativos de gaélico escocés habitan en las islas. Las Hébridas, en conjunto, tiene una superficie de 7285 km² y una población de unos 70 000 habitantes, que ocupa solamente un centenar de islas, permaneciendo las otras cuatrocientas deshabitadas. Los principales recursos económicos de los isleños son la pesca, la cría de ganado bovino y ovino, la producción artesanal de tweed, la destilación de whisky y, como actividad secundaria, el cultivo de hortalizas y cereales. La ciudad más importante es Stornoway (en la isla de Lewis), que es un puerto pesquero.

6. Flamencos en la Camarga francesa.

Las marismas de la Camarga, en el sur de Francia, son el escenario de uno de los cortejos más fascinantes de la naturaleza. En rítmicos batallones rosas, cientos de flamencos se pavonean por la Reserva Ornitológica de Pont de Gau, el mejor sitio para ver este espectáculo. Tiene siete kilómetros de sendas desde las que observar a las aves, así como un centro para pájaros enfermos y heridos.

En estos humedales de la confluencia del Pequeño y el Gran Ródano y el Mediterráneo cada año nidifican entre 10.000 y 15.000 parejas de flamencos rojos, concretamente en el Étang du Fangassier, un lago artificial creado en 1970 como colonia reproductiva de flamencos, y uno de los contados lugares de Europa donde se encuentran a salvo de sus depredadores. Esta esbelta ave, cuando se siente amenazada, emite un ruidoso silbido parecido al sonido de alarma de las ocas. El cortejo de los flamencos empieza en enero y los apareamientos se producen de marzo a mayo. Después, en verano emprenden vuelo hacia España, Túnez y Senegal para invernar en climas más cálidos, antes de regresar en febrero a La Camarga. Pero hay más de 6000 flamencos que permanecen en el delta del Ródano todo el año.

Camarga (en francés: Camargue; Camarga en occitano provenzal según la norma clásica, Camargo según la norma mistraliana) es una región natural del sur de Francia, en el oeste de Provenza y al sur de la ciudad de Arlés, que se extiende entre los dos brazos principales del delta del Ródano y la costa mediterránea. Abarca unas 85.000 ha. El territorio, formado por marismas, salinas y arrozales, tiene terrenos abiertos salpicados de lagunas por los que galopan caballos blancos, pacen toros bravos y se concentran flamencos rosados. Actualmente es un terreno fértil, gracias a la construcción de diques e instalaciones de regadío. Su economía se basa en el cultivo de arroz la ganadería caballar y de reses bravas, el turismo y algo de viticultura. La Camarga es una zona húmeda de importancia internacional, con la mayor población de flamencos de Europa. Estos emigran en invierno hacia el sur, y muchos de ellos pasan la estación en Marruecos, en humedales de importancia reconocida como son la desembocadura del Muluya, la Mar Chica o el parque nacional de Souss-Massa.

Está catalogada como Grand site national de Francia, es parque natural regional de Francia desde 1970, contiene 8 áreas pertenecientes a la Red Natura 2000 repartidas por todo su territorio y desde 1986 es sitio Ramsar. En 1977 parte de la Camarga fue declarada Reserva de la biosfera de la Unesco, y en 2006 fue extendida a todo el delta del Ródano.

7. Monos aulladores en el Pacífico costarricense.

Como a los ciervos, a los monos aulladores machos se los juzga por el tenor y el volumen de su llamada. Los bosques del parque nacional Manuel Antonio, en la costa oeste de Costa Rica, son una estruendosa algarabía. Esta reserva relativamente pequeña (tiene 680 hectáreas), con su frondosa jungla, sus vistosas playas y sus rocosos cabos, está llena de monos aulladores. Sus sendas ofrecen unas vistas preciosas del Pacífico salpicado de islas. Esta es una de las muchas experiencias de observación sostenible de animales que propone Costa Rica, país que presume de su apuesta por la sostenibilidad y se posiciona como gran destino de ecoturismo. El parque Manuel Antonio resulta encantador por su red de senderos bien señalizados que serpentean a través de playas de arena blanca y promontorios rocosos bordeados de selva tropical y abundante fauna (iguanas, perezosos, monos). El problema: que hay mucha gente, así que cuanto antes se llegue mucho mejor y, sobre todo, hay que dirigirse a los extremos más alejados para disfrutar de un poco de tranquilidad y tener más oportunidades de ver fauna.

Los ingresos por las visitas (la entrada cuesta unos 18 euros) sirven también para mantener otros parques. En Costa Rica, los ingresos por entradas de todos los parques van a un fondo común y se distribuyen a partes iguales entre todos los parques nacionales, muchos de los cuales se encuentran en zonas remotas, reciben pocos visitantes y acogen una fauna abundante. Con esos ingresos se protegen estos remotos y menos turísticos territorios de amenazas como la caza furtiva, la minería y la tala.

Costa Rica es un país de América Central con una geografía accidentada, que incluye bosques tropicales y costas en el Caribe y el Pacífico. Aunque su capital, San José, es hogar de instituciones culturales, como el Museo del Oro Precolombino, Costa Rica es conocida por sus playas, sus volcanes y su biodiversidad. Aproximadamente un cuarto de su área corresponde a selvas protegidas, repletas de fauna, como el mono araña y los quetzales.

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