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El Principito.
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6-Abril-2023

Hace justamente 80 años la editorial neoyorquina Reynal & Hitchcock publicó en inglés y francés 'El Principito', el clásico de Antoine Saint-Exupéry, el libro más vendido después de la Biblia. El manuscrito original, que vio la luz en 1943, se conserva en la Morgan Library de Nueva York, donde ha estado expuesto con motivo de la efemérides hasta el pasado mes de febrero. Ochenta años después de que fuera entregado a la imprenta, 'El Principito' sigue vendiendo cada año más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo. El célebre relato, de apenas cien páginas, ha gozado de unas 500 traducciones, la última de ellas al dialecto sefardí haketí. La primera edición en español apareció en Argentina, en 1951.

El aventurero y aviador Saint-Exupery, de cuya mano salieron los dibujos que ilustran la obra, escribió la novela mientras servía como piloto militar en EE UU tras la ocupación de Francia por Alemania. Su autor, que murió en 1944 en un accidente aéreo, nunca imaginó la popularidad que alcanzaría su narración, que deleita a niños y adultos. Sin embargo, no fue hasta 1946 cuando el libro se publicó en una Europa que ya se había desembarazado del yugo del III Reich. Solo entonces pudo leerla León Werth, escritor anarquista y judío a quien el aventurero y escritor dedicó la obra por ser su mejor amigo.

Léon Werth fue un novelista, ensayista, poeta, crítico de arte y periodista francés, de ideas anarquistas y antimilitaristas. Saint-Exupéry conoció a Werth en 1931, y pronto se convirtió en su mejor amigo. Werth no tenía mucho en común con Exupéry, pues era anarquista, y su padre era judío.

La historia sido llevada al cine, aunque no con mucho acierto. Ha sida adaptada para representarse como musical y aparece en viñetas de cómic. Los dibujos de Saint-Exupéry ilustran pósteres, camisetas, calcetines y cualquier objeto imaginable. El libro nació como un encargo de sus editores estadounidenses. Habían contemplado sus dibujos y le pidieron que escribiese un cuento de Navidad. Saint-Exupéry nunca hizo declaraciones sobre el significado de su relato. En realidad no le dio tiempo a hacerlo, por lo que aún hoy el libro está lleno de misterios sobre a la hora de interpretarlo. Sus lectores, que son legión en el mundo, saben desde edad temprana distinguir bien un sombrero de una boa que se ha comido un elefante.

El libro es una fábula mítica y un relato filosófico que interroga acerca de la relación del ser humano con su prójimo y con el mundo. El Principito concentra la constante reflexión de Saint-Exupéry sobre la amistad, el amor, la responsabilidad y el sentido de la vida. El primer cuento de Antoine de Saint-Exupéry vio la luz en 1926, el mismo año en que comienzó su carrera de piloto en la compañía Latécoère. Poco después fue destinado a Cabo Juby, donde escribió su primera novela, Correo del sur (1928). De África se traslada a Suramérica con el encargo de establecer nuevas líneas comerciales. Allí concluye Vuelo nocturno, que se publica en 1931 con enorme éxito y obtiene el premio Femina.

A partir de 1935, Saint-Exupéry trabaja como corresponsal de los periódicos Intransigeant y Paris Soir en Rusia y España, y con su avión Simoun participa en diversos raids como el París-Saigón y el Nueva York-Tierra del Fuego.

Todos estos recuerdos, acumulados en diez años de vida aventurera, los vuelca en su novela Tierra de hombres (1939). A los pocos meses, desatada la Segunda Guerra Mundial, combate como piloto de reconocimiento y, tras la caída de Francia, se instala en Nueva York. En la gran ciudad norteamericana escribe Piloto de guerra (1942), fruto de sus experiencias durante la contienda, y El Principito (1943). Muy pronto se reincorpora al servicio activo en el norte de África, donde escribe una obra de reflexiones filosóficas y políticas titulada Ciudadela, que sería publicada póstumamente (1948). El 31 de julio de 1944, Antoine de Saint-Exupéry despega de un campo de aviación de Córcega para cumplir una misión de la que no regresaría jamás. Para celebrar este aniversario El Principito contará con exposiciones, espectáculos, series de tv y nuevos productos en todo el mundo. En España, Salamandra infantil y juvenil va a publicar cuatro libros diferentes. Dos ya están en las librerías: El Principito. ¿Dónde estás, Zorro? un libro interactivo diseñado para estimular los sentidos de los niños y El Principito (edición bilingüe inglés).

En julio sale a la venta la primera Agenda oficial de El Principito (2023-24) y en noviembre será el turno de El Principito (cubierta troquelada rotatoria), una edición especial con una cubierta rotatoria.

"El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry cumple 80 años y Salamandra publica nuevos libros para celebrarlo.

El libro de El principito es uno de los más vendidos en el mundo en cualquier idioma. Se estima que ha vendido más de 140 millones de ejemplares y que vende más de un millón de libros al año.

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El principito (en francés: Le Petit Prince) es una novela corta y la obra más famosa del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944). La novela fue publicada en abril de 1943, tanto en francés como en inglés, por la editorial estadounidense Reynal & Hitchcock, mientras que la editorial francesa Gallimard no pudo imprimir la obra hasta 1945, tras la liberación de Francia. Incluido entre los mejores libros del siglo XX en Francia, El principito se ha convertido en el libro escrito en francés más leído y más traducido. Así pues, cuenta con traducciones incluyendo el sistema de lectura braille. Además, el libro es considerado el primero del mundo en haber sido transcrito en símbolos fonéticos en lengua inglesa para estudiantes de inglés como segunda lengua. La obra también se ha convertido en uno de los libros más vendidos de todos los tiempos, puesto que ha logrado vender más de 140 millones de ejemplares en todo el mundo, con más de un millón de ventas por año.

La novela fue traducida al español por Bonifacio del Carril y su primera publicación en dicho idioma fue realizada por la editorial argentina Emecé Editores en septiembre de 1951. Desde entonces, diversos traductores y editoriales han realizado sus propias versiones. Saint-Exupéry, ganador de varios de los principales premios literarios de Francia y piloto militar al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, escribió e ilustró el manuscrito mientras se encontraba exiliado en los Estados Unidos tras la batalla de Francia. Ahí tenía la misión personal de persuadir al gobierno de dicho país para que le declarara la guerra a la Alemania nazi. En medio de una crisis personal y con la salud cada vez más deteriorada, produjo en su exilio casi la mitad de los escritos por los que sería recordado; entre ellos, El principito, un relato considerado como un libro infantil por la forma en la que está escrito, pero que es en realidad una crítica de la adultez en el que se tratan temas profundos como el sentido de la vida, la soledad, la amistad, el amor y la pérdida.

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Elizabeth Reynal, esposa de uno de sus editores estadounidenses, vio que Saint-Exupéry estaba sometido a altos niveles de estrés y su salud iba desmejorando. Le sugirió e insistió en que trabajar en un libro infantil le ayudaría a superarlo. Cuando se preparaba para dejar la ciudad de Nueva York y reincorporarse a la guerra como piloto de reconocimiento, Saint-Exupéry apareció en la puerta de su «amiga» Silvia Hamilton con su uniforme militar. «Me gustaría darte algo espléndido», dijo, «pero esto es todo lo que tengo». Lanzó una bolsa de papel arrugada sobre la mesa de la entrada. En su interior estaban el manuscrito de El Principito y los dibujos que él mismo realizó en acuarela para ilustrarlo.El manuscrito autógrafo original de El principito está escrito en papel cebolla a lápiz y tinta y con correcciones y revisiones autógrafas en todas partes. Ocho de esas revisiones incorporan pequeños bocetos a lápiz dentro del texto. El manuscrito también contiene treinta y cinco dibujos preparatorios a toda página, ejecutados a lápiz y acuarela, intercalados por todas partes. Por cierto, dicho manuscrito consta de 175 hojas.

El manuscrito original de El principito forma parte de la colección permanente de la Morgan Library & Museum de Nueva York. La adquisición de dicho manuscrito y de sus dibujos fue realizada a través de una subasta en 1968. Hasta 2022 el manuscrito original de El principito escrito por Antoine de Saint-Exupéry nunca antes había estado en suelo francés, hasta la exposición À la rencontré du Petit Prince realizada por el Musée des Arts Décoratifs.

Además, este préstamo excepcional se completó con numerosas obras originales inéditas procedentes de otra colección privada que nunca antes se habían mostrado al público. No menos curiosa es la inspiración de la escena inicial de El principito: un accidente aéreo que sufrieron Saint-Exupéry y su mecánico, André Prévost, en una ruta Saigón-París en diciembre de 1935. Saint-Exupéry se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en el desierto del Sahara cuando pretendía batir un récord de vuelo. El accidente no les costó la vida. En cambio, las condiciones que vivieron en el desierto marcaron un antes y un después en la vida del autor.

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En relatos autobiográficos previos, se relatan sus experiencias como aviador en el desierto del Sahara y se cree que esas mismas experiencias le sirvieron como elementos para el argumento de El principito. Desde su primera publicación, la novela ha dado lugar a diversas adaptaciones a lo largo del tiempo, entre las que se incluyen grabaciones de audio, obras de teatro, películas, ballets, obras de ópera e incluso una serie animada y un anime.

El principito es un cuento poético que viene acompañado de ilustraciones hechas con acuarelas por el mismo Saint-Exupéry. En él, un piloto se encuentra perdido en el desierto del Sahara después de que su avión sufriera una avería, pero para su sorpresa, es allí donde conoce a un pequeño príncipe proveniente de otro planeta. La historia tiene una temática filosófica, donde se incluyen críticas sociales dirigidas a la «extrañeza» con la que los adultos ven las cosas. Estas críticas a las cosas «importantes» y al mundo de los adultos van apareciendo en el libro a lo largo de la narración. A pesar de que es considerado un libro infantil por la forma en la que se encuentra escrito, también posee observaciones profundas sobre la vida y la naturaleza humana. Esto se puede ejemplificar con el encuentro con un rey, que sólo da órdenes que se pueden cumplir e incita al principito a juzgarse a sí mismo, u otro encuentro entre el principito y el zorro, quien le enseña el verdadero sentido de la amistad y la esencia de las relaciones humanas; de hecho, la esencia misma del libro se encuentra reflejada en el secreto que le obsequia el zorro al principito: «No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos».

Lyon, la ciudad de Saint-Exupéry.

Asimismo, otras temáticas principales son expresadas a través de frases del zorro, tales como «Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado» y «Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante».Las observaciones profundas sobre la vida se pueden ejemplificar también con la visita del principito a la tierra. Esta visita comienza con una valoración profundamente pesimista de la humanidad. Las seis personas absurdas que el príncipe había encontrado anteriormente representan, según el narrador, a casi todo el mundo adulto. En la tierra se contaban ...

... ciento once reyes, . . . siete mil geógrafos, novecientos mil hombres de negocios, siete millones y medio de borrachos, trescientos once millones de vanidosos, es decir, alrededor de dos mil millones de personas mayores.

El narrador cuenta que una vez, cuando era un niño, hizo un dibujo de una boa que digería a un elefante; sin embargo, todos los adultos que veían el dibujo lo interpretaban erróneamente como un sombrero. Cuando trata de corregir esta confusión, se le aconseja que deje de lado los dibujos y se dedique a algo más productivo. El protagonista entonces se lamenta de la poca comprensión que tienen los adultos por la creatividad. Ya de adulto, el niño se ha convertido en piloto y un día su avión sufre una avería en el desierto del Sahara, lejos de la civilización. Sin embargo, de la nada aparece un pequeño niño al que el aviador llama «el principito». Este le pide que le dibuje una oveja (o cordero, dependiendo de la traducción) pero en su lugar, el aviador decide mostrarle su viejo dibujo del elefante dentro de la boa, que, para su sorpresa, el príncipe interpreta correctamente. Después de varios intentos fallidos de elaborar una oveja, el aviador, en su frustración, termina por dibujarle una caja y le explica que el cordero se encuentra en su interior; el principito lo acepta y le responde que eso era lo que quería.

Con el transcurrir de los días y mientras el aviador intenta reparar el motor de su avión, el principito cuenta su historia de cómo llegó a la Tierra. Este comienza describiendo su pequeño planeta de origen: un asteroide —el Asteroide B-612, según el aviador— un poco más grande que una casa. Las características más destacadas del asteroide son sus tres pequeños volcanes, uno de los cuales se encuentra inactivo, y sus variedades de plantas. El príncipe cuenta cómo pasa sus días en su pequeño planeta: limpiando los volcanes y quitando ciertas semillas que infestan el suelo, sobre todo las semillas de los árboles baobabs que constantemente tratan de crecer. Al parecer, el principito quería un cordero para que se comiera esas plantas indeseables, hasta que el aviador le dice que un cordero también podría comerse a una rosa con espinas. Al oír esto, el príncipe habla del aprecio que tiene por una misteriosa rosa que de pronto empezó a crecer sobre la superficie del asteroide hace algún tiempo. El pequeño príncipe explica que cuida y protege a su rosa con un biombo y una cúpula de cristal y aunque estaba encantado con ella, de pronto empezó a sentir que se estaba aprovechando de él.

En 2010 con la nueva década 'El principito' estrenaba nueva imagen, con permiso de los herederos de Saint-Exupery, para la adaptación al cómic que realizó el dibujante y guionista francés Joann Sfar, respetando la obra original en su practica totalidad, manteniendo intactas la magia y la poesía, subrayando su misterio y que en conjunto adquiere un ritmo nuevo y fascinante, acorde con el lenguaje del cómic.

Así, el principito decidió abandonar su planeta y explorar el resto del universo. A pesar de que la rosa se disculpó por su vanidad y ambos se reconciliaron, esta le animó a seguir adelante con su viaje y el príncipe obedeció. Desde entonces, el principito había visitado otros seis planetas, cada uno de los cuales estaba habitado por algún adulto de mente estrecha. En el primero se topó con un rey sin súbditos y más adelante con un hombre vanidoso que se creía la persona más admirable en su desolado planeta. En el tercer planeta había un borracho que bebía para olvidar la vergüenza de ser un borracho, mientras que en su próximo viaje conoció a un hombre de negocios que contaba sin cesar las estrellas y absurdamente afirmaba ser dueño de todas ellas. Seguidamente se encontró con un farolero que encendía y apagaba su faro cada minuto, y por último, llegó al planeta de un anciano geógrafo que estaba tan centrado en la teoría que, en realidad, nunca había explorado el mundo que tanto decía conocer. Cuando el geógrafo le pidió que describiera su casa, el principito mencionó a su rosa, pero el anciano le explicó que no registraba cosas «efímeras» como las plantas. El pequeño príncipe estaba sorprendido y dolido por esta revelación, ya que la rosa era de gran importancia para él, pero tras recuperar el ánimo, le pidió al geógrafo que le sugiriera otro planeta para visitar, y este le recomendó la Tierra.

El autor de "El principito", Antoine de Saint-Exupéry, desapareció en 1944 y por cinco décadas no hubo pistas de él. Cómo se resolvió el misterio de la muerte del autor Antoine de Saint-Exupéry ...

Antoine de Saint-Exupéry dedicó el libro de El principio a su mejor amigo: el escritor y periodista francés Léon Werth. Por cierto, la dedicatoria es considerada una de las mejores dedicatorias jamás escritas.

A LEÓN WERTH

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona grande. Tengo una seria excusa: esta persona grande es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona grande puede comprender todo; hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona grande vive en Francia, donde tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo. Si todas estas excusas no fueron suficientes, quiero dedicar este libro al niño que esta persona grande fue en otro tiempo. Todas las personas grandes han sido niños antes. (Pero pocas lo recuerdan.) Corrijo, pues, mi dedicatoria:

A LEÓN WERTH, CUANDO ERA NIÑO

En la Tierra, el principito aterrizó en el desierto, lo que lo llevó a creer que el planeta estaba deshabitado. Luego conoció a una serpiente amarilla que decía tener el poder de regresar a las personas al lugar de donde vinieron. Más adelante, se encontró con una flor que le dijo que no había visto personas desde hace algunos años. Después de subir la montaña más alta que había visto en su vida, el principito esperaba ver toda la Tierra, pero en su lugar solo vio el enorme paisaje desolado. Cuando el príncipe llamó, su eco le respondió, y pensó que se trataba de otras personas burlándose. De nuevo en sus andanzas, se encontró con un jardín lleno de rosas que lo hizo sentir desgraciado, pues pensaba que su rosa era única en el universo. Tras ello, el pequeño comenzó a sentir que no era un gran príncipe después de todo, ya que su planeta solo tenía tres pequeños volcanes y una flor que ahora consideraba común y corriente.

Triste, el principito lloró hasta que de pronto apareció un zorro que quería ser domesticado y que a su vez le explicó que su rosa era realmente única y especial porque él la quería. El zorro también le explicó que, en cierto modo, el príncipe había domesticado a la rosa y por eso se sentía tan responsable de ella. El príncipe entonces se tomó el tiempo para domesticar al zorro, aunque luego tuvieron que separarse. Después de haberse despedido del zorro, el joven príncipe conoció a un guardagujas que le contó que las personas viajaban constantemente de un lugar a otro a bordo de los trenes, ya que nunca estaban satisfechas en el lugar donde estaban y que, a diferencia de los niños, tampoco sabían lo que buscaban. Luego, un vendedor le habló al príncipe sobre su producto: una píldora que eliminaba la sed y le ahorraba a la gente cincuenta y tres minutos a la semana. El príncipe pensó que si tuviera ese tiempo libre lo utilizaría para encontrar agua fresca.

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En el universo infantil del siglo XXI, 'El principito' de Antoine de Saint-Exupéry no puede competir con héroes más dinámicos, como Harry Potter. Por ello, los creadores de la serie televisiva 'La Planète du temps' (El planeta del tiempo), que estrenó la cadena France 3 para un salto a 80 países, optaron por actualizar al personaje. Una metamorfosis que no ha dejado indiferentes ni a los seguidores ni a los herederos del autor. Se ha cambiado desde su 'look', más próximo a la adolescencia que a la niñez, hasta a su acompañante, el zorro del libro, que en la serie será su alter ego cómico. El Principito incluso se enfrenta a monstruos espada en mano. Olivier d'Agay, sobrino de Saint-Exupéry y presidente de la empresa que gestiona su legado, justifica la puesta al día: "Queríamos que tuviera grandes ojos, como los personajes del manga y, por qué no, verle luchar o hacer kung-fu".

Un criterio que no comparte José Martínez Fructuoso, heredero de Consuelo Suncin, esposa del escritor, que mantiene un conflicto de intereses desde hace años con los sobrinos del autor. Pero Fernández, que tiene derecho a una parte de los beneficios, no tiene voz en las decisiones sobre la obra, tras una sentencia de la Justicia gala. Tras el dibujo animado aguarda toda una serie de productos destinados a los más pequeños, que los herederos esperan que generen un importante beneficio con el cual rellenar las arcas de la fundación. Otros les suponen fines menos benéficos.

En 2015 Antoine de Saint-Exupéry pasó a formar parte de la lista de autores que entran en dominio público, lo que significa que cualquiera podría publicar o compartir la obra sin tener que pagar a los herederos del escritor. Lo que ocurre es que estos se las apañaron para hacer un jugada maestra y seguir percibiendo beneficios económicos. Lo que hicieron fue convertir cada uno de los personajes de la obra, sus ilustraciones originales y el nombre del protagonista -sí, el Principito- en marcas registradas y por tanto protegidas, lo que implica que jamás pasarán a dominio público. Así que aunque la obra se podrá imprimir o divulgar sin pagarle nada a nadie, no se podrán usar sus personajes para hacer calendarios, pegatinas, tazas o cualquier otro material que use la imagen de las historias o personajes.

El negocio asociado a lo que ahora son marcas registradas supone el 65% de los ingresos asociados a la obra.

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De vuelta en el presente, ya han pasado ocho días desde que el avión del aviador se averió y ya se ha agotado su provisión de agua, por lo que comienzan a tener sed; caminaron muchas horas y anocheció. El principito estaba muy cansado así que se sentaron a descansar, conversando sobre por qué el desierto es tan hermoso. El principito le dice que es hermoso porque esconde un pozo de agua en algún lugar. El aviador lo relaciona con una casa que esconde tesoros en alguna parte de ella y dice que sea una casa, una estrella o desierto, lo bello y esencial no se ve con los ojos. Estas palabras le gustaron mucho al principito ya que se parecía mucho a lo que le explicó el zorro. Como el principito se dormía, el aviador lo llevó en sus brazos y continuó caminando. Hasta que al amanecer encontró un pozo, un pozo elaborado y raro para hallarse en el desierto. El aviador sacó el agua para el principito y él lo tomó con mucho gusto como si fuera un regalo, y dijo que las personas no saben lo que buscan, pero en realidad lo que buscan está en una rosa o en un poco de agua, pero no se ve con los ojos sino se tiene que buscar con el corazón.

Luego le pidió al aviador que le dibujara un bozal para su cordero y le contó que al día siguiente cumplía un año desde que llegó a la Tierra. El aviador se da cuenta de que el principito estaba buscando el lugar donde había llegado hace un año, para regresar a su casa. Luego, el principito le pide que regrese a este lugar mañana al atardecer. Al día siguiente, mientras se dirige hacia donde está el principito, el aviador descubre que se encuentra hablando con una serpiente sobre su regreso a casa. El príncipe le explica lo que sucede y luego se despide emotivamente del aviador, a la vez que afirma que podrá verse como si hubiera muerto, pero es porque su cuerpo es demasiado pesado como para llevárselo consigo. Además, le dice que no lo vea partir, ya que podría perturbarlo, pero el aviador al darse cuenta de lo que va a ocurrir, se niega a alejarse del príncipe, quien lo consuela diciéndole que solo tiene que mirar a las estrellas y recordar su encantadora risa, y así parecerá que todas las estrellas ríen con él. El príncipe entonces se aleja del aviador, permite que la serpiente lo muerda y cae al suelo sin ni siquiera hacer ruido. A la mañana siguiente, el aviador intenta buscar el cuerpo del principito, pero no es capaz de hallarlo. Así, la historia termina con un dibujo del paisaje donde el príncipe y el aviador se encontraban el día en que la serpiente mordió al pequeño. Como última solicitud, el aviador pide que, si alguna persona visita ese lugar y se encuentran con un niño de cabello dorado que se niega a responder a lo que le preguntan, le escriban lo más pronto posible.

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