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Herman Melville

18 de octubre, el de 1851, y la novela que habrá de ser uno de los pilares sobre los que pivotará esa edad de oro de la literatura estadounidense: la que se escribió entre el romanticismo y el trascendentalismo durante una buena parte del siglo XIX —desde Nathaniel Hawthorne hasta Walt Whitman, por situarla entre dos de sus autores—, tiene su edición príncipe en una editorial inglesa. Moby Dick, la obra maestra de Herman Melville, la ficción en cuestión, llegó a las librerías londinenses tal día como hoy con la marca de Richard Bentley. La edición estadounidense —de un solo volumen dado a la estampación por Harper & Brothers, frente a los tres de la británica, pese a que en la norteamericana se incluían todos los pasajes censurados por Bentley— no se pondrá a la venta en Nueva York hasta el 14 de noviembre. “Llamadme Ismael”, comienza la narración en ambas ediciones. Lo que quiere decir, como observa el escritor americanista francés Marc Saporta en su Historia de la novela americana (1976), que el lector nunca llegará a saber si Ismael es el verdadero nombre del narrador de una de las navegaciones más célebres de la historia de la literatura o una referencia a Ismael, el hijo de Abraham y antepasado de los ismaelitas. Todo un símbolo para los huérfanos, los exiliados y los marginados.

Ilustración de Moby Dick, en una edición de la novela de 1892.

Quedémonos con ese maestro en Massachussets que fue Ismael antes de zarpar a bordo del Pequod y seguir un rumbo con tantos simbolismos y tantos parangones. Desde la astucia comercial de los balleneros de Nueva Inglaterra al Leviatán bíblico, desde Jonás —sobre quien versa el sermón del padre Mapple— a la lucha de Estados Unidos por ocupar un puesto en el mundo; desde las observaciones sobre la democracia hasta las dudas sobre el liderazgo.

Una expedición con tantas referencias que algunos han llegado a detectar en ella hasta alusiones al mito platónico de la Caverna. Y ya es decir considerando que desde la Odisea (siglo VIII a. e. c.), el poema atribuido a Homero, el mar, que a menudo simboliza al Universo entero, ha sido una fuente inagotable de inspiración literaria. Esa ambigüedad, en la que se sitúa el relato desde su comienzo, que alcanza tanto a su compleja metafísica como a sus explicaciones sobre la sección del prepucio de los cetáceos, será el mejor caldo de cultivo para las múltiples interpretaciones que ofrece Moby Dick. Pero no se limita al fondo, también concernirá a la forma. Así, por momentos, la narración es lenta y filosófica. De ahí oscilará a la digresión didáctica sobre la pesca de la ballena, llegando incluso a la explicación pormenorizada de la sección del prepucio de estos animales, que la humanidad habría de seguir persiguiendo hasta poco menos que su exterminio, hasta épocas aún recientes. Si es que en verdad ha dejado de clavar en ellos sus arpones.

En el corazón del mar (título original: In the Heart of the Sea) es una película estadounidense, dirigida por Ron Howard y protagonizada por Chris Hemsworth como Owen Chase. Está basada en un libro de no ficción titulado En el corazón del mar: La tragedia del ballenero Essex, escrito por el autor Nathaniel Philbrick, que relata la historia real del hundimiento del ballenero Essex en 1820, un evento que inspiró la novela Moby-Dick de Herman Melville en 1851.

La expedición del Pequod tras Moby Dick, la ballena blanca que se llevó una pierna del capitán Ahab, hoy rozaría la incorrección política. Tampoco puede decirse que en su momento, hace 172 años, fuera una obra bien recibida. La crítica inglesa no le puso más que pegas. Una de las más curiosas, vistas desde nuestro siglo XXI, es la que aparece en la Gaceta Literaria de Londres y el Journal of Science and Art el 6 de diciembre de 1851: «El Sr. Melville no puede prescindir de los salvajes, por lo que hace que la mitad de sus dramatis personae sean indios, malayos y otras humanidades indómitas». A casi todos los lectores británicos, que en las primeras semanas apenas son unos cientos, Moby Dick les parece “un libro extraño, que pretendió ser una novela; excéntrico, sin sentido, escandalosamente grandilocuente; tiene pasajes encantadores y vívidamente descriptivos». Aún falta mucho para que D. H. Lawrence defienda Moby Dick como “un gran libro, un grandísimo libro”. “El libro de mar más grande que se haya escrito jamás; llena el alma de religioso asombro”, escribirá. A partir de los años 20 del pasado siglo toda la crítica de todo el mundo se expresará en términos muy parecidos.

Grandes autores nos contagian su pasión por 'Moby Dick'.

Para los más agudos, la auténtica protagonista de la novela, como su propio título indica, será la ballena. Aunque no faltarán quienes aseguren que el cetáceo objeto de la implacable persecución del capitán Ahab era un cachalote, como aquel que hundió el ballenero Essex, una de las tragedias que inspiró a Melville; otros —ya en épocas más recientes— sostendrán que Moby Dick puso fin al transcendentalismo. Para éstos, la vida y la muerte del capitán supondrán una crítica a la filosofía de la autosuficiencia de Ralp Waldo Emerson, el heraldo de aquel movimiento filosófico cultivado principalmente en Nueva Inglaterra. Esa Nueva Inglaterra, ese norte de los primeros colonos, que ha sido el ámbito por excelencia de esa gran literatura estadounidense. Un territorio casi mítico que con Moby Dick —aunque en cierto sentido aluda a las compañías balleneras de Nueva Inglaterra— comenzará a perder preponderancia en la misma que la ganará el océano —y el sur en la obra de Mark Twain a partir de los años 70—. Otro día como hoy, hace 172 la humanidad asistió a uno de su momentos estelares porque vio la luz una de sus grandes ficciones.

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Herman Melville (Nueva York, 1 de agosto de 1819-Nueva York, 28 de septiembre de 1891) fue un escritor, novelista, poeta y ensayista estadounidense, del período del Renacimiento estadounidense. Entre sus novelas más conocidas están Taipi (1846), basada en sus experiencias en la Polinesia, y la novela Moby Dick (1851), considerada su obra maestra y un clásico de la literatura universal. Entre 1853 y 1855, publicó en la revista Putnam Magazine una serie de relatos, reunidos la mayor parte de ellos en The Piazza Tales, entre los que se encuentran dos de las narraciones más importantes de Melville: el cuento Bartleby, el escribiente y la novela corta Benito Cereno, reseñada en la sección ad hoc. También aparece el relato Las encantadas, compuesto de diez bocetos sobre las islas Galápagos unidos por un solo narrador. En 1857, El estafador y sus disfraces, también conocido como El embaucador (The Confidence-Man), fue el último trabajo de ficción en prosa que publicó. Buscando estabilidad económica, abandonó el oficio de escritor, aceptando un puesto como inspector de aduanas.

Herman Melville, c. 1846-47. Pintura al óleo, obra de Asa Weston Twitchell.

En sus últimos años, en los que tuvo que padecer además de la muerte de dos de sus hermanos también la muerte de dos de sus hijos, Clarence, por tuberculosis y Malcolm por un posible suicidio, además de la muerte de otro de sus hijos a los treinta y cinco años, Stanwix Melville, se dedicó a escribir poesía. Battle-Pieces and Aspects of the War, de 1866, es una reflexión poética sobre la Guerra de Secesión y Clarel: A Poem and Pilgrimage in the Holy Land, un poema épico de ficción, publicado en 1876. La novela Billy Budd, que dejó inconclusa y fue publicada póstumamente en Londres en 1924, es considerada una de las obras de mayor relevancia de la literatura estadounidense.

Herman tenía como apellido de nacimiento: Melvill (sin «e» final). Era el tercer hijo entre los ocho que tuvieron Allan Melvill (1782-1832) y Maria Gansevoort (1791-1872).

Los dos abuelos de Melville fueron héroes de la Guerra de Independencia: El mayor Thomas Melvill (1751-1832) había participado en la revuelta del té de Boston y su abuelo materno, el general Peter Gansevoort (1749-1812), era famoso por haber dirigido la defensa de Fort Stanwix en Nueva York, en el año 1777. Melville estaba orgulloso de su "doble ascendencia revolucionaria". En 1814, se produjo el casamiento de Allan, que profesaba el unitarismo con María, de religión calvinista, en la que fue bautizado Herman. El severo protestantismo de su madre y de toda la familia Gansevoort le hizo convertirse en un profundo conocedor de la Biblia, tanto en inglés como en neerlandés, los idiomas con los que creció hablando con sus padres.

Durante la década de 1820, Herman vivió una vida privilegiada en un hogar con varios sirvientes. A intervalos de cuatro años, la familia se mudaba a barrios más espaciosos y elegantes y finalmente se estableció en Broadway, en 1828. La educación de Herman comenzó a los cinco años, cuando la familia vivía en Manhattan. Más adelante, Herman y su hermano mayor, Gansevoort, fueron enviados a la escuela secundaria masculina de Nueva York. En 1826, el mismo año en que Herman contrajo escarlatina, Allan Melvill lo describió como "muy retrasado en el habla y algo lento en la comprensión", pero muy pronto evolucionó y Allan se sorprendió "de que Herman resultara ser el mejor orador en la clase introductoria". En 1829, tanto Gansevoort como Herman fueron transferidos a la Columbia Grammar & Preparatory School. En 1830, la familia se trasladó desde Nueva York a Albany, donde Herman inició unos estudios que pronto tuvo que abandonar. Su padre vivía gastando más de lo que ganaba y terminó declarándose en quiebra. En 1832, Allan Melvill enfermó de gravedad y murió. Según algunas versiones, encontrándose en bancarrota y emocionalmente inestable, se habría suicidado y la familia, debido a sus creencias religiosas, lo habría encubierto.

A los dieciocho años, se embarcó en el buque de pasaje y carga Saint Lawrence, que hacía la travesía Nueva York-Liverpool. Al regresar, retomó su puesto de maestro rural. Buscó otros trabajos y, al no conseguirlos, volvió a embarcarse, esta vez en el barco ballenero Acushnet. Al llegar a la isla de Nuku Hiva, la mayor del archipiélago de las islas Marquesas, junto a un compañero, abandonó el barco y ambos fueron a caer en manos de los taipi, una de las tribus de caníbales de los Mares del Sur. Lastimado en una pierna, permaneció entre los taipi durante un mes, hasta que los indígenas lo vendieron a otro barco ballenero, el Lucy Ann, que precisaba marinos. Un mes y medio más tarde, al llegar a Tahití, fue desembarcado junto con el resto de la tripulación bajo la acusación de amotinamiento. Estuvo encarcelado en una prisión de la isla y al ser liberado vagabundeó por el archipiélago de las islas de la Sociedad durante unos meses.

De nuevo embarcado en un ballenero, el Charles and Henry, llegó a Lahaina, la antigua capital de Hawái, en la isla de Maui, donde vivió unos meses. Posteriormente embarcó en el buque estadounidense United States, en el que sirvió como marinero raso. Desembarcó en Boston en 1844, después de haber viajado durante tres años y nueve meses. De nuevo en tierra y sin oficio, notó el interés que despertaba al contar sus aventuras. Incentivado al leer las memorias de otros marinos, decidió escribir un libro contando su deserción del Acushnet y su estancia con los caníbales.

Ilustración de una edición de Moby-Dick de 1902.

El libro con el relato de estas experiencias se tituló Taipi. Publicado en 1846, obtuvo inmediato reconocimiento y buenos ingresos. Viendo los buenos resultados, escribió Omoo (“vagabundo”, en la lengua de los indígenas de las islas), en el que relata su experiencia en las islas. Los dos libros fueron presentados como testimoniales, pero tenían lo suficiente de novelescos para ser considerados como de ficción. Con ellos, logró insertarse en el círculo literario de Nueva York, y al mejorar sus ingresos, decidió casarse en 1847 con Elizabeth Knapp Shaw, hija de un eminente juez de Boston. Su tercera obra, Mardi, la primera que fue presentada como de ficción, continuaba con el tema de los Mares del Sur. Fue editada por Richard Bentley, en Londres y por Harper en Nueva York, ambas en 1849. El famoso escritor Nathaniel Hawthorne pensó que era un libro rico «con profundidades aquí y allá que obligan a un hombre a nadar por su vida». Según el estudioso de Melville, Robert Milder, el libro comenzaba como otra historia de los Mares del Sur pero dejaba ese género atrás, primero a favor de «un romance del narrador Taji y la doncella perdida Yillah», y luego «a un viaje alegórico del filósofo Babbalanja y sus compañeros a través del archipiélago imaginario de Mardi». El carácter un tanto alegórico de Mardi no agradó a la crítica ni al público. El fracaso, que coincidió con el nacimiento de su primer hijo, no lo desalentó. Decidido a recuperar su prestigio como escritor, redactó más de setecientas páginas en cuatro meses para escribir dos libros: Redburn y White Jacket, que siguieron la línea de las anteriores obras basándose en sus experiencias en el mar.

En octubre de 1849, Redburn fue publicado por Bentley en Londres, y en noviembre por Harper en Nueva York. La bancarrota y la muerte de Allan Melville, y las humillaciones juveniles de Melville surgen en esta «historia de adaptación externa y deterioro interno». El biógrafo Robertson-Lorant considera el trabajo como un intento deliberado por atraer lectores: «Melville modeló cada episodio casi sistemáticamente en algún género que era popular entre un determinado grupo de lectores antes de la guerra», combinando elementos de «la novela picaresca, el cuaderno de viaje, la aventura náutica, la novela sentimental, el sensacional romance francés, el thriller gótico, los tratados de templanza, la literatura de reforma urbana y la pastoral inglesa». Su siguiente novela, White-Jacket, fue publicada por Bentley en Londres en enero de 1850, y en marzo por Harper en Nueva York.

Herman Melville en 1861.

Las primeras menciones que Melville hizo de Moby Dick fueron en 1850, a un escritor amigo y a su editor inglés. No se ha conservado el manuscrito original, pero Melville transformó de manera radical su planteamiento inicial, concibiendo lo que algunos estudiosos describieron como el libro más ambicioso ideado por un escritor estadounidense. Melville pensaba escribir el libro en unos pocos meses, pero le ocupó un año y medio. En esta época, había hecho amistad con Nathaniel Hawthorne, por el que sentía admiración y al que le dedicó Moby Dick. En 1851, nació su segundo hijo y publicó Moby Dick, en tres volúmenes, en Gran Bretaña y, un mes después, en un solo volumen, en Estados Unidos. La novela fue un fracaso comercial y obtuvo, en general, una crítica adversa. Solo fue considerada una obra maestra después de muerto el autor e iniciado el siglo XX.

Su siguiente libro, Pierre o las ambigüedades, publicado en 1852, resultó ser un completo fracaso. La crítica destrozó el libro y aconsejó a Melville que se dedicara a otra cosa que escribir. Un año después, en 1853, nació Elizabeth (Bessie), primera hija de los Melville. En ese año, le resultó imposible encontrar editor para Israel Potter, relato sobre un veterano de la Guerra de la Independencia. Finalmente, apareció en serie publicada en el Putnam Magazine. En esta revista, publicó varios de sus mejores relatos, como Bartleby, el escribiente y Benito Cereno, durante 1855. Cinco de esas narraciones y una más fueron reunidas en The Piazza Tales, en 1856. En 1855, había nacido otra hija, Frances (Fanny), el mismo año en que consiguió publicar Israel Potter. En 1857, Melville publicó su última novela, El estafador y sus disfraces. La crítica continuó siendo adversa, aunque ya en el siglo siguiente, sería considerada una valiosa y compleja obra sobre la honestidad y el fraude.

Melville comenzó a padecer de constantes ataques de reúma, ciática y perturbaciones del carácter originadas por su afición al alcohol. Su suegro le dio dinero para que viajara por Europa y Tierra Santa, viaje que le inspiró para escribir, años después, su largo poema Clarel.

Elizabeth "Lizzie" Shaw Melville en 1885.

Aconsejado por sus amigos a ganar dinero dando conferencias, les hizo caso y, entre 1857 y 1869, hizo tres giras hablando en los liceos, principalmente sobre la estatuaria romana y las visitas turísticas en Roma. Las conferencias de Melville, que se burlaban del pseudointelectualismo de la cultura de los liceos, no gustaban al público y las interrumpió. En 1860, Melville se embarcó, junto a su hermano Thomas como timonel, en el clipper Meteor para California, rodeando el cabo de Hornos. Regresó a Nueva York y presentó un conjunto de poemas a su editor, que lo rechazó. Después del final de la Guerra de Secesión, publicó Battle Pieces and Aspects of the War (1866), una colección de 72 poemas considerados como "un diario de versos polifónicos del conflicto". En general, los críticos ignoraron al libro y los que lo tomaron en cuenta hicieron críticas bastante complacientes. El libro tuvo ventas muy bajas: en diez años vendió 525 copias sobre un total de 1200.

En 1866, su esposa y sus parientes utilizaron su influencia para conseguirle un puesto como inspector de aduanas en Nueva York. Ocupó el cargo durante diecinueve años y se ganó la reputación de ser el único empleado honesto en una institución corrupta. Sin que él lo supiera, su puesto estaba protegido de los cambios provocados por las reelecciones políticas por un funcionario de aduanas que nunca habló con Melville, pero que admiraba sus escritos: el futuro presidente de los Estados Unidos Chester A. Arthur. En 1867, su hijo mayor, Malcolm, se disparó, tal vez accidentalmente, y murió en su casa a la edad de dieciocho años. Algunos psicólogos dijeron que se trató de un suicidio. El trabajo en la aduana fue un alivio para su familia, porque así Melville estaba fuera de la casa durante gran parte del día. El escritor sufría cambios de humor impredecibles, "intimidando a sus sirvientes, esposa e hijos". Como escribe Robertson-Lorant, "Al igual que los capitanes tiránicos que había retratado en sus novelas, Melville probablemente provocó sentimientos rebeldes en su «tripulación» por la forma caprichosa en que gobernaba la casa, especialmente cuando estaba bebiendo". El agotamiento nervioso y el dolor físico lo ponían de mal genio, empeorado por su afición a la bebida. Robertson-Lorant lleva a sus extremos las diferentes formas en que se puede contemplar a Melville en este período:

Una persona que no simpatizase con el escritor podría caracterizar a Melville como un novelista fallido que tenía un trabajo gubernamental de bajo nivel, bebía demasiado, interrumpía sin piedad a su esposa sobre las tareas del hogar, la golpeaba ocasionalmente y distraía a los niños con su comportamiento impredecible. Un observador comprensivo podría caracterizarlo como un genio poco apreciado, un visionario, un pensador iconoclasta, un idealista estadounidense sensible y huérfano, y una víctima de una sociedad cruda y materialista que devoró en vida a artistas y visionarios y escupió sus huesos. Melville era ambos, y más.

La última imagen conocida de Melville, 1885.

La situación del matrimonio llegó a tal punto, que en mayo de 1867, Sam Shaw, hermano de Elizabeth (a quien apodaban Lizzie) se puso en contacto con el reverendo Henry Bellows, pidiéndole ayuda con el "caso de su hermana", que "ha sido causa de ansiedad para todos nosotros durante los últimos años". En aquella época, una esposa no podía dejar a su esposo sin perder todos sus derechos sobre los hijos, por lo que Bellows sugirió que Lizzie fuera secuestrada y llevada a Boston. Shaw sospechaba que Lizzie no estaría de acuerdo con esta idea tan melodramática. Pensó un plan diferente: Lizzie visitaría Boston y sus amigos le comunicarían a Herman que no volvería. Para divorciarse, tendría que presentar cargos contra Melville, afirmando que su esposo estaba loco. Aunque, como escritor profesional estaba acabado, Melville dedicó años a "su obra maestra otoñal", un poema épico de 18.000 líneas titulado Clarel: A Poem and a Pilgrimage, inspirado en su viaje de 1856 a Tierra Santa, uno de los poemas más largos de la literatura estadounidense. El personaje principal es un joven estudiante estadounidense de teología que viaja a Jerusalén para renovar su fe. Uno de los personajes, Rolfe, se parece a Melville en su juventud: un buscavidas y aventurero; mientras, el solitario Vine se basa libremente en Hawthorne, que había muerto doce años antes. Una herencia de Peter Gansevoort, tío de Elizabeth, sirvió para pagar la publicación en 1876. El libro tuvo una impresión de 350 copias y las ventas fueron un rotundo fracaso.

En 1884, Elizabeth recibió una herencia, lo que significó un ingreso mensual de 25 dólares que Melville podía gastar en libros e impresiones. En 1885, Melville se retiró de su puesto en la aduana después de la muerte de varios integrantes de la rica familia de su esposa, quien supo administrar muy bien el dinero heredado. En 1886, murió de tuberculosis en San Francisco, a los treinta y seis años, Stanwix Melville que, siguiendo el ejemplo de su padre, pasó algún tiempo embarcado.

Sepultura de Herman Melville y su esposa en el cementerio Woodlawn del Bronx (Nueva York).

Casi a fines de siglo, los lectores ingleses, siguiendo la moda de las historias marinas representadas por escritores como G. A. Henty, redescubrieron las novelas de Melville, que tuvo un modesto renacimiento de su popularidad en Inglaterra, aunque no en los Estados Unidos. En esa época, escribió una serie de poemas, con notas en prosa, inspirados por sus primeras experiencias en el mar y los publicó en dos colecciones, cada una emitida en una pequeña edición de 25 copias para sus familiares y amigos. De estos, el erudito Robert Milder considera a John Marr y otros poemas (1888), "la mejor de sus últimas colecciones de versos". El segundo volumen impreso en privado se tituló Timoleon (1891). Cautivado por uno de estos poemas, Melville lo comenzó a reelaborar, escribiendo una historia corta que convirtió en novela finalmente. Cuando murió, en septiembre de 1891, la pieza estaba sin terminar. También quedaron inéditos otro volumen de poesía, Weeds and Wildings, y un esbozo, Daniel Orme. Para Billy Budd, su viuda agregó notas y las editó, pero el manuscrito no fue descubierto hasta 1919 por Raymond Weaver, su primer biógrafo. Trabajó en la transcripción y edición de un texto completo, que publicó en 1924 como Billy Budd, Sailor. Fue un éxito crítico inmediato en Inglaterra y a continuación en los Estados Unidos. La versión autorizada se publicó en 1962, después de que dos académicos estudiaran los documentos durante varios años. En 1951, Billy Budd fue adaptada como una obra de teatro en Broadway y como una ópera que, también, se llamó Billy Budd del compositor inglés Benjamin Britten, con la colaboración en el libreto de E. M. Forster. En 1961, el actor Peter Ustinov lanzó una película basada en la obra de teatro. Protagonizada por el mismo Ustinov y Robert Ryan, mantuvo el nombre de la novela. En español, fue conocida como La fragata infernal.

Obituario publicado en el New York Times (29 de septiembre de 1891), en el que se escribió incorrectamente el nombre de la obra maestra de Melville, por entonces casi desconocida, como Mobie Dick.

Melville murió en la ciudad de Nueva York, el 28 de septiembre de 1891, a la edad de setenta y dos años. El médico mencionó «dilatación cardíaca» en el certificado de defunción. Fue enterrado en el cementerio Woodlawn en el Bronx, en Nueva York. En ese momento, era un escritor olvidado. Incluso, sus obituarios tuvieron errores al escribir su nombre y el de su obra maestra, Moby Dick, nombrada como "Mobie Dick".

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