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¡Mártir!.
Divertida, imaginativa, poética, catártica, ambiciosa y universal,
'¡Mártir!', finalista del National Book Award, se nutre de la mirada
extrañada de quienes fueron desarraigados en su infancia. La novela
sigue a Cyrus, un iraní-estadounidense queer que lidia con la depresión
y la adicción, incapaz de afrontar la muerte de sus padres.
Cyrus Shams, la creación del poeta Kaveh Akbar (Teherán, 1989),
protagoniza la novela de inspiración autobiográfica ¡Mártir!, cuya
fuerza vital y honestidad sobrepasan las pequeñas imperfecciones
-más por exceso que por defecto- de una ópera prima. Se trata de
un joven del Medio Oeste estadounidense que se siente en tierra
de nadie: "ni iraní ni estadounidense, ni musulmán ni no musulmán,
ni borracho ni en proceso de rehabilitación, ni homosexual ni heterosexual".
A punto de cumplir los treinta, es un poeta que apenas compone.
Cuando lo conocemos, acaba de perder a su padre, con quien emigró
a muy temprana edad, el mismo que se deslomó trabajando en granjas
avícolas para darle una educación. Sin embargo, el origen de su
trauma es la pérdida prematura de su madre, asesinada cuando un
buque estadounidense derribó el vuelo 655 de Iran Air en 1988, en
el que ella viajaba (la razón por la que estaba en ese avión es
una revelación final sorprendente y orgánica).
Cyrus está obsesionado con el sinsentido de su muerte, que de algún
modo juzga la suya propia: "una vida sin sentido tenía como consecuencia
una muerte sin sentido". También piensa en su tío, soldado por obligación
en la guerra Irán-Irak, que "lo dejó hecho mierda". Ni uno ni otro
pudieron desarrollar sus posibilidades (emkanat) como individuos.

Teherán es la capital de Irán y se sitúa en el norte
del país.
De ahí que proyecte escribir una novela sobre «mártires terrenales»
en un sentido amplio: "gente que murió por lo que creía" como Juana
de Arco, Bobby Sands o Qu Yuan. Su viaje interior lo lleva a Nueva
York para conversar con Orkideh, una artista iraní en fase terminal
de cáncer que dialoga con desconocidos en una galería de arte a
modo de performance, titulada Death-Speak. Ese encuentro arrojará
luz sobre la espiral autodestructiva de Shams.
Divertida, imaginativa, contenidamente poética, catártica, ambiciosa
sin caer en solipsismo, universal, ¡Mártir! se nutre de la mirada
extrañada de quienes fueron desarraigados en su infancia. A caballo
entre dos culturas, la novela explora el espacio intermedio, el
amor como redención y la validez de la máxima de Orkideh: "el arte
es donde sobrevive aquello a lo que sobrevivimos". Más allá de la
historia personal de Cyrus Shams, en el desasosiego que lo atraviesa
hay algo que trasciende su experiencia concreta y crea un interesante
retrato del presente. Pienso en una malaise contemporánea en la
que la angustia existencial no proviene tanto de la dificultad para
encontrar un sentido trascendental -ya sea porque todo hilo de pensamiento
se dispersa en mil direcciones bajo el peso de la sobreestimulación
informativa, o por el descrédito de los grandes relatos y las instituciones
tradicionales-, sino de la certeza de que ese sentido es inaprensible.
En su conversación con Orkideh, Cyrus siente que no hay nada en
su vida que no esté contaminado por lo que, casi sin pensar, llama
"capitalismo tardío": su "ancho de banda mental" está saturado de
pensamientos contradictorios sobre cuestiones tan "trascendentales"
como "las implicaciones del consumo de leche de almendra" o la "ética
del yoga". Estas ideas le llenan la cabeza (y el alma), pero, paradójicamente,
también lo vacían.
Akbar refuerza este contraste recurriendo a la forma de los relatos
y a los hadices de la tradición islámica. Cyrus recuerda uno en
particular, en que Satanás inspecciona a Adán "como si fuera un
coche usado": entra por su boca, recorre su interior y sale por
el otro orificio. "¿Esta es su creación? ¡Pero si está vacío!",
exclama, concluyendo que "los humanos no son más que un enorme vacío
esperando a que alguien lo llene". Cyrus ha intentado llenarlo con
drogas, alcohol, poesía y religión. Hoy, la lista de posibilidades
es infinita, como lo es el catálogo de experiencias y productos
diseñados para mitigar el vacío sin nunca llegar a colmarlo del
todo.

Kaveh Akbar nació en Teherán en 1989, y a los dos años su
familia se mudó a Nueva Jersey. Poeta y académico iraní-estadounidense,
suyos son algunos de los poemarios más celebrados en los últimos
años (Calling Like a Wolf, Pilgrim Bell), y sus creaciones
han aparecido en The New Yorker, The New York Times, Paris
Review y The Poetry Magazine con gran éxito de público y crítica.
También documentó su travesía por la sobriedad en Portrait
of the Alcoholic, en el que explica como la poesía fue un
instrumento esencial del proceso. Es también el fundador de
Divedapper, una publicación que lleva una década ofreciendo
entrevistas a los mejores representantes de la poesía moderna.
¡Mártir! es su primera novela, y en ella pueden verse todos
estos escenarios de la vida de su autor. El libro que ha enamorado
a Barack Obama y ha sido nominado al National Book Award va
sin embargo más allá, dibujando un árbol genealógico que atraviesa
décadas y deseos, para narrar la historia más fascinante de
los anhelos del hombre y su eterna búsqueda de sentido.

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