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1 de Septiembre de 2020

El Ayuntamiento de Igualada por medio del Departamento de Promoción Cultural y la Agrupación Fotográfica de Igualada convocan el Premio de Fotografía Procopio Luciano.

5 de Septiembre de 2020

La masacre de Múnich u Operación Ikrit y Biraamnota fue un atentado terrorista ocurrido durante los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich, Baviera, al sur de Alemania Occidental, cuando once miembros del equipo olímpico israelí fueron tomados rehenes y asesinados por un comando del grupo terrorista Septiembre Negro, una facción de la Organización para la Liberación de Palestina, entonces liderada por Yasir Arafat. Poco después del comienzo de la crisis, los miembros del comando demandaron la liberación de 234 prisioneros alojados en cárceles israelíes, como también la liberación de los fundadores de la Fracción del Ejército Rojo, Andreas Baader y Ulrike Meinhof, encarcelados en Alemania. Los atacantes, que contaron con asistencia logística de grupos alemanes neonazis, asesinaron a once atletas y entrenadores israelíes y a un oficial de la policía de Alemania Occidental. Cinco de los ocho miembros de Septiembre Negro resultaron muertos por la policía durante el fallido intento de rescate de los rehenes. Los tres secuestradores que sobrevivieron fueron detenidos, pero liberados tan solo 53 días después, tras el secuestro de un avión de Lufthansa. Israel respondió a los asesinatos organizando las operaciones Primavera de Juventud y Cólera de Dios, con el objetivo de castigar colectivamente a todos los responsables de la masacre.

Los ataúdes de diez atletas israelíes asesinados en la masacre se alinean a bordo de los coches de mando durante una ceremonia conmemorativa en el Aeropuerto Internacional Ben Gurión antes del entierro de los difuntos en los cementerios locales de sus respectivos lugares de residencia.

En el momento de la toma de rehenes, los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 transcurrían en su segunda semana. El Comité Olímpico Alemán, organizador del evento, tenía como objetivo que la atmósfera de la villa olímpica fuese abierta y amistosa. Se buscaba de esta manera dejar atrás la imagen de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, que habían sido explotados como parte de la propaganda nacionalsocialista del régimen de Adolf Hitler. El film documental Un día en septiembre proclamó que la seguridad de los atletas fue intencionalmente leve y que los mismos podían entrar y salir de la Villa Olímpica sin presentar ningún tipo de credenciales. Varios atletas eludieron los puntos de control en la villa y escalaban el cerco perimetral para acceder a la misma.

La ausencia de personal de seguridad armado fue motivo de preocupación para el titular de la delegación israelí, Shmuel Lalkin, desde antes de la llegada del equipo olímpico a Alemania. En entrevistas posteriores dadas a los periodistas Serge Groussard y Aron Klein, Lalkin declaró que había hablado con las autoridades alemanas sobre su intranquilidad. El equipo israelí se hospedaría en un sector relativamente aislado del resto de la villa olímpica, en un pequeño edificio cercano al alambrado, por lo que Lalkin entendía que los atletas se encontrarían en una situación vulnerable respecto de un asalto desde el exterior. Las autoridades alemanas aparentemente aseguraron a Lalkin que se proveería de seguridad adicional a la delegación israelí, pero Lalkin expresaría posteriormente que dudaba acerca de que dichas medidas se hubieran aplicado verdaderamente. Los organizadores del evento consultaron al especialista forense germano-occidental Georg Sieber para que creara veintiséis posibles escenarios de ataques terroristas y colaborase en su prevención. El «escenario 21» previsto por Sieber contemplaba una situación de asalto a las habitaciones de la delegación israelí por parte de un comando terrorista que a su vez requeriría la provisión de un avión para abandonar Alemania. La organización se resistió a la aplicación del escenario 21, ya que iba contra la imagen de «juegos felices» que buscaban, por lo que se negaron a aumentar las medidas de seguridad.

Shmuel Lalkin habla en el acto en memoria de los asesinatos.

El 4 de septiembre, los atletas israelíes habían estado disfrutando de una salida nocturna por la ciudad antes de regresar a la villa olímpica. Hacia las 04:40 del día 5, mientras los deportistas dormían, ocho miembros del grupo terrorista palestino Septiembre Negro, vestidos con trajes deportivos y llevando pistolas y granadas en bolsas de deporte, escalaban la reja de dos metros que rodeaba el complejo. Fueron ayudados por deportistas del equipo estadounidense que desconocían su verdadera identidad y creían que, como ellos, querían acceder furtivamente a sus apartamentos tras una noche de diversión. El entrenador del equipo de lucha, Moshé Weinberg, de 33 años, oyó un ruido tras la puerta del primer apartamento, observando que alguien abría ligeramente la puerta. Se abalanzó sobre ésta dando un grito de alerta, mientras intentaba cerrarla forcejeando con los terroristas, que tenían sus pies en la otra pared y usaban sus fusiles como palancas. En la confusión, nueve atletas pudieron escapar, y otros ocho se ocultaron. El luchador Yossef Romano agarró el arma a uno de los terroristas, pero resultó muerto por un disparo. Weinberg recibió un tiro en la cara que le atravesó las mejillas cuando intentó atacar a un terrorista con un cuchillo de fruta, y fue obligado a conducirles a los otros apartamentos. El israelí descartó deliberadamente el apartamento nº 2 y los llevó directamente al nº 3, donde se alojaban los atletas más fuertes, creyendo que podrían reducir a los terroristas. Sin embargo, estos fueron sorprendidos durmiendo y no lograron oponer resistencia. Weinberg aprovechó para darle un puñetazo a un palestino, dislocándole la mandíbula. Otro fedayín entró en pánico y le disparó. Su cuerpo fue dejado fuera del edificio. Tras la muerte de este, los terroristas tomaron como rehenes a nueve integrantes del equipo: David Berger, Ze'ev Friedman, Joseph Gutfreund, Eliezer Halfin, André Spitzer, Amitzur Shapira, Kehat Shorr, Mark Slavin y Yakov Springer. Posteriormente se divulgó que los secuestradores eran fedayínes palestinos procedentes de campos de refugiados de Siria, Líbano y Jordania. El grupo comando estaba compuesto por Luttif Afif (líder; tres de sus hermanos eran también miembros de Septiembre Negro y dos de ellos estaban presos en Israel), Yusuf Nazzal, Afif Ahmed Hamid, Khalid Jawad, Ahmed Chic Thaa, Mohammed Safady, Adnan Al Gashey y su sobrino Jamal Al-Gashey.

Los fedayines palestinos se refiere a los luchadores de orientación nacionalista entre los palestinos. La mayoría de los palestinos considera que los fedayines son "combatientes por la libertad", mientras que el Gobierno israelí los describe como "terroristas". Símbolos del movimiento nacional palestino, los fedayines palestinos fueron inspirados por las guerrillas en Vietnam, China, Argelia y América Latina.

La ideología de los fedayines palestinos era básicamente socialista o comunista y su propósito proclamado consistía en derrotar al Sionismo, "liberar Palestina" y establecer "un Estado palestino secular, democrático y no sectario".

El movimiento surgió entre los refugiados palestinos que huyeron o fueron expulsados de sus pueblos como resultado de la Guerra árabe-israelí de 1948; y, a mediados de los años 1950, los fedayines comenzaron a montar operaciones cruzando las fronteras hacia Israel desde Siria, Egipto y Jordania. A menudo, las primeras infiltraciones tuvieron como finalidad acceder a las tierras y a los productos agrícolas que habían perdido como resultado de la guerra, o bien para atacar a los militares israelíes y, algunas veces, a objetivos civiles.

Fedayines de Fatah en Beirut, Líbano (1979).

Israel llevó a cabo acciones de represalia dirigidas contra los fedayines que también apuntaron a menudo a los ciudadanos de sus países de acogida, lo que provocó más ataques como respuesta. Las acciones de los fedayines fueron citadas por Israel como una de las razones para iniciar la campaña del Sinaí de 1956, la Guerra de los Seis Días, la Operación Litani y la guerra del Líbano. Los grupos de fedayines palestinos estuvieron unificados bajo la Organización para la Liberación de Palestina tras la derrota de los ejércitos árabes en la Guerra de los Seis Días de 1967, aunque cada grupo mantiene a su propio líder y fuerzas armadas independientes.

Poco después de las 06:00, los secuestradores lanzaron por la ventana los documentos que contenían sus demandas, aclarándose que de no ser cumplidas antes de las 09:00, un atleta sería ejecutado. El jefe de policía de Múnich, Manfred Schreiber, se personó en el lugar y encontró a una joven guardia de seguridad hablando con un hombre de traje de safari blanco, un sombrero del mismo color y su cara ennegrecida con betún, quien se identificó como Issa. El Ministro del Interior, Hans-Dietrich Genscher y el intendente de la Villa Olímpica, Walther Tröger, se le unieron para negociar con los árabes. Genscher intentó explicarles a los palestinos la particular delicadeza de la situación en la que se encontraban en razón de la historia reciente de Alemania y se ofreció como rehén voluntario a cambio de los israelíes. Sin embargo, Issa se negó, alegando que la cuestión no se trataba de dinero o rehenes sustitutos, sino estrictamente de los 236 presos. Un periodista de la República Democrática Alemana, Wolfgang Gitter, logró acceder a los apartamentos del equipo de su país y estableció contacto visual con los terroristas. «Cinco hombres armados sonríen a Gitter», figura en la cronología de eventos redactada por la Stasi, que había infiltrado decenas de sus espías en las Olimpíadas. Por la ventana se asomaba Tony, el lugarteniente de Issa y apodado el Vaquero, dado que en todo momento llevó puesto un sombrero gris de ala ancha.

Los árabes comprendieron que el plazo era irracional, puesto que llevaría tiempo notificar a Israel, esperar que el gobierno deliberase y, en caso de una respuesta afirmativa por parte de Tel Aviv, ubicar los expedientes de todos y cada uno de los reos. Issa extendió el límite hasta el mediodía. A las 11:15, los alemanes recibieron la respuesta definitiva de Israel: no habría negociación. Para conseguir tiempo, Schreiber comunicó a los palestinos que tal respuesta no había llegado y que «si querían matar a uno o a cinco no podrían hacer nada para detenerlos». Issa le dio una hora, aunque la atmósfera estaba lo bastante calmada como para ver al líder terrorista bebiendo una gaseosa con la mujer policía y a Tony (Nazzal) fumar y broncearse en la ventana del piso superior. Issa comentó a su interlocutora que si no había noticias de Israel antes de las 13:00 quería que la prensa le tomara declaración y atestiguara la ejecución de dos atletas. Schreiber se dirigió de vuelta al edificio y reconoció que aún no había progreso por parte del gobierno israelí para excarcelar a los 236 presos. Aun así, hizo saber al comando que Alemania había liberado a Andreas Baader y Ulrike Meinhof. Issa le concedió otras dos horas y pidió comida «para unas veinte personas». En ese momento, los alemanes decidieron entrar en acción: los alimentos fueron distribuidos en cuatro cajones, de tal manera que se necesitaran más personas para llevarlos arriba. Dos policías disfrazados de chefs entrarían, contarían a los terroristas y verificarían la condición de los atletas. Sin embargo, anticipándose al plan, Issa insistió en llevar la comida él mismo.

El 22 de marzo de 1945 tuvo lugar la creación de la Liga de Estados Árabes, más conocida como la Liga Árabe, en El Cairo. Los Estados firmantes fueron Egipto, Arabia Saudí, Yemen, Irak, Transjordania, Siria y Líbano. La constitución de la Liga se inspiró los ideales de panarabismo vinculados al proceso de independencia de los países árabes de Oriente Próximo, Medio y el norte de África iniciado en el período de entreguerras y acentuado tras la Segunda Guerra Mundial. La Liga tenía por objeto estrechar las relaciones entre los Estados miembros, coordinar sus políticas y contribuir a la preservación de su independencia. En los años sucesivos se unieron a la Liga 14 países más (Libia, Sudán, Marruecos, Túnez, Kuwait, Argelia, Yemen del Sur, Qatar, Bahréin, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Mauritania, Somalia y Yibuti) así como la OLP en 1964.

Merck, por su parte, fue a buscar al embajador de Túnez, que también oficiaba como líder de la Liga Árabe. Ambos le exhortaron a que «le muestre al mundo que los palestinos no son asesinos». Issa extendió el plazo hasta las 05:00 p. m., aunque era consciente de que estaba siendo engañado. A medida que pasaban las horas, aumentaba el descontento popular hacia el COI por negarse a suspender los Juegos. A las 15:30, la organización cedió ante la presión internacional y los suspendió indefinidamente. El periodista israelí Dan Shilon afirmó que los medios de comunicación tuvieron una perspectiva muy cínica de la situación y se interesaron más por la audiencia que generaba la toma de rehenes que por la vida de los mismos. Los fedayines habían logrado el objetivo de hacer pública la causa palestina a lo largo del globo. A las 16:20 la multitud presente en la Villa Olímpica era de entre 75 000 y 80 000 personas. Mientras Tony hacía el signo de la victoria desde la ventana del primer piso, Issa se ponía cada vez más nervioso y pensaba qué hacer con los israelíes. Pese a esta fachada, los palestinos sabían que no podrían mantenerse alerta y ocupar el edificio por mucho más tiempo. Issa le había comentado previamente a la joven oficial que desconfiaba de Schreiber y que los alemanes «estaban jugando con él.»

Los germanos también intentaron otro intercambio: los negociadores se entregarían como rehenes sustitutos y acompañarían a los palestinos, y en un par de meses Israel liberaría discretamente a unos cincuenta presos. La propuesta tomó por sorpresa a Issa, quien decidió consultar con sus superiores de Septiembre Negro. Telefoneó a un hombre llamado Talal, quien supuestamente debía estar en Túnez. Sin embargo, desconocía que este había sido detenido en el aeropuerto por carecer de visado y, casualmente, el teléfono fue atendido por otro Talal, quien no entendía por qué alguien lo llamaba desde Múnich y le hablaba en código. Issa creyó que el teléfono podía estar siendo intervenido y colgó. Esperó unos minutos y llamó de nuevo; el Talal erróneo atendió otra vez e Issa se rindió. Les informó a los alemanes que la propuesta había sido rechazada. Aun así, no iban a permitir que los fedayines se salieran con la suya: se decidió asaltar el edificio. Debido a restricciones de postguerra, el ejército alemán no podía operar en tiempos de paz, por lo que las vidas de los atletas dependían de la policía de Múnich.

Un escuadrón de 38 miembros del Bundesgrenzschütz (la guardia fronteriza alemana), vestidos con trajes olímpicos, usando cascos Stahlhelm y llevando subfusiles Walther MPL, tomaron posiciones en el techo del Connollystraße 31 y los edificios adyacentes. Debían esperar a oír la palabra Sonnenschein por radio para introducirse en los conductos de ventilación y eliminar a los terroristas. Sin embargo, dado que las cámaras de televisión filmaban desde todos los ángulos el acontecimiento, sumado al hecho de que todos los apartamentos disponían de televisores, los terroristas pudieron ver en vivo todos los movimientos de los policías por encima de ellos. Debido a esto, la orden de atacar nunca llegó y los efectivos debieron retirarse. La Operación Sonnenschein había fracasado. A las 18:00, los palestinos dictaron una nueva demanda: un avión para llevarlos a Egipto. Según Jamal al-Gashey, la idea era dirigirse a un país árabe con buenas relaciones con Occidente, que a su vez tuviera buenas relaciones con Israel, y poder continuar las negociaciones allí.

Icónico recuerdo del momento.

Las autoridades fingieron estar de acuerdo con la demanda de ir a El Cairo (aunque el primer ministro egipcio Aziz Sedki ya había afirmado que los egipcios no querían involucrarse en la crisis). Dos helicópteros militares UH-1H iban a transportar a los terroristas y rehenes a Fürstenfeldbruck, una base aérea de la OTAN. Inicialmente, el plan de los perpetradores era ir al aeropuerto internacional de Riem, cerca de Múnich, pero los negociadores les convencieron de que Fürstenfeldbruck sería más práctico. Las autoridades, que siguieron a los fedayínes y rehenes en un tercer helicóptero, tenían un motivo oculto: un asalto armado en el aeropuerto. Un Boeing 727 fue colocado en la pista, con cinco o seis policías armados y disfrazados como tripulantes. Se acordó que Issa y Tony inspeccionarían el avión. El plan era que los alemanes los reducirían mientras abordaban, dando a los francotiradores la oportunidad de matar a los terroristas restantes en los helicópteros. Al darse cuenta de que los palestinos y los israelíes debían caminar 200 metros a través de los garajes subterráneos para llegar a los helicópteros, la policía alemana vio otra oportunidad para emboscar a los terroristas, y se colocaron francotiradores allí. Pero Issa insistió en revisar el camino, y algunos fedayines se adentraron utilizando a Schreiber, Tröger y Genscher como escudos humanos.

En ese momento, los policías que estaban posicionados detrás de los autos estacionados en las calles laterales se alejaron y el ruido alertó a los terroristas de su presencia, por lo que decidieron utilizar un autobús en vez de caminar. El autobús llegó a las 22:00 y transportó al contingente a los helicópteros. Issa los revisó con una linterna antes de embarcar en grupos. Los alemanes habían presupuesto todo el tiempo que el comando palestino estaba integrado por solo «cuatro o cinco» terroristas, de acuerdo con lo que Genscher y Tröger habían visto en el interior del Connollystraße 31. Sin embargo, durante el traslado desde el ómnibus a los helicópteros, el equipo de crisis descubrió que en realidad eran ocho. Esta información nunca fue recibida por los francotiradores. Los cinco francotiradores alemanes que fueron escogidos para emboscar a los secuestradores habían sido seleccionados porque practicaban tiro los fines de semana. Durante la investigación posterior, el oficial identificado como el "Francotirador No. 2" declaró: «Yo creo que no soy un francotirador». Los cinco tiradores fueron desplegados alrededor del aeropuerto: tres en el techo de la torre de control, uno escondido detrás de un camión de servicio y uno detrás de una pequeña torre de la señal en tierra, pero ninguno de ellos tenía alguna formación ni armamento especiales (estaban equipados con el G3, el fusil de asalto estándar de las fuerzas armadas alemanas). Los miembros del equipo de crisis –Schreiber, Genscher, Merk y el lugartneniente de Schreiber, Georg Wolf– supervisaron y observaron el intento de rescate desde la torre de control. Tanto Cooley como Reeve y Groussard ponen como observadores en la escena al jefe del Mossad Zvi Zamir y Víctor Cohen, un asesor de alto rango de Zamir. Este último señaló reiteradamente en entrevistas que nunca fue consultado por los alemanes durante el intento de rescate y que él pensaba que su presencia les incomodaba.

Recuerdo del desastre en el aeropuerto.

A último momento, viendo que los helicópteros se estaban aproximando a Fürstenfeldbruck, los efectivos a bordo del avión votaron por abandonar su misión sin consultar al comando central. Esto dejó a los cinco tiradores para tratar de dominar a un grupo más grande y mejor armado. El coronel Ulrich Wegener, edecán de Genscher y futuro creador de la unidad antiterrorista de élite alemana GSG 9, exclamó: «¡Estoy seguro de que con esto va a explotar todo el asunto!». Los helicópteros aterrizaron poco después de las 22:30 y los cuatro pilotos y seis de los secuestradores salieron. Mientras que cuatro de los miembros de Septiembre Negro redujeron a los pilotos a punta de pistola (rompiendo una promesa anterior de que no tomarían ningún rehén alemán). Issa y Tony se acercaron a inspeccionar el avión, solo para encontrarlo vacío. Al darse cuenta de que habían sido engañados, corrieron de vuelta hacia los helicópteros. Mientras pasaban al lado de la torre de control, el Francotirador 3 tuvo una última oportunidad para eliminar a Issa, que habría dejado el grupo sin líder. Sin embargo, debido a la mala iluminación, no logró ver a su objetivo y le erró, en su lugar impactando en el muslo de Tony. Mientras tanto, los alemanes dieron la orden de abrir fuego, que se produjo alrededor de las 23:00. En el caos que siguió, Ahmed Chic Thaa y Afif Ahmed Hamid, los dos secuestradores que retenían a los pilotos de helicópteros, fueron muertos mientras que los restantes —posiblemente ya heridos— se cubrieron, contestando el fuego por detrás y por debajo de los helicópteros, y fuera de la línea de visión de los francotiradores, disparando a muchas de las luces del aeropuerto. Un policía alemán en la torre de control, Anton Fliegerbauer, fue alcanzado por una bala perdida. Los pilotos de los helicópteros huyeron. Los rehenes, en cambio, no pudieron hacerlo debido a que se encontraban atados. Algunas de las cuerdas serían encontradas mordidas finalizado el tiroteo. Los alemanes no habían coordinado el apoyo de vehículos blindados, y solo en este punto se contactó por radio a Múnich pidiendo su envío. Puesto que las rutas hacia el aeropuerto no se habían despejado, los blindados quedaron atascados y llegaron recién alrededor de la medianoche. Con su aparición, los secuestradores sintieron el cambio en el statu quo, y posiblemente entraron en pánico al pensar en el fracaso de su operación.

A las 00:04 del 6 de septiembre, un fedayín, probablemente Issa, fusiló a los rehenes del helicóptero oriental. Springer, Halfin y Friedman murieron instantáneamente, mientras que Berger recibió dos disparos en la pierna y se cree que habría sobrevivido al ataque inicial, ya que su autopsia determinó que había muerto por inhalación de humo. Entonces, el terrorista lanzó una granada a la cabina. La explosión resultante destruyó el helicóptero e incineró los israelíes atados en su interior. Luego, Issa corrió por la pista y comenzó a disparar contra la policía, que respondió acribillándolo. Khalid Jawad intentó escapar y fue abatido por uno de los francotiradores. Lo qué pasó con los demás rehenes sigue siendo motivo de controversia.

Issa, ya abatido.

Una investigación de la policía alemana indicó que la policía pudo haber disparado accidentalmente a algunos rehenes y a uno de sus propios francotiradores. Sin embargo, una reconstrucción de la revista Time del suprimido informe del fiscal de Baviera indica que un tercer secuestrador –Adnan Al Gashey, según Reeve– se situó en la puerta del helicóptero occidental y ametralló a los cinco rehenes restantes. Gutfreund, Shorr, Slavin, Spitzer y Shapira recibieron un promedio de cuatro tiros cada uno. Solo el cuerpo de Zeev Friedman estaba relativamente intacto, habiendo sido expulsado del helicóptero por la explosión. En algunos casos, la causa exacta de la muerte de los rehenes en el helicóptero oriental era difícil de establecer debido a que el resto de los cadáveres quedaron casi irreconocibles debido a la explosión y al posterior incendio. Tres de los hombres que quedaban yacían en el suelo, uno de ellos haciéndose el muerto, y fueron capturados por la policía. Jamal Al Gashey había recibido un disparo en la muñeca derecha, Mohammed Safady había sufrido una herida superficial en la pierna y Adnan Al Gashey había resultado ileso. Yusuf Nazzal huyó, pero fue rastreado con perros policía unos cuarenta minutos más tarde en un estacionamiento. Acorralado y bombardeado con gases lacrimógenos, fue abatido después de un breve tiroteo.

Para la 01:30, la batalla había terminado.

En un principio, la historia pareció escribirse prematuramente. Reuters anunció que todos los rehenes habían sido liberados, y Conrad Ahlers, el portavoz del gobierno de Alemania, aseguró que la operación había sido un éxito rotundo. La noticia llegó a Israel, en donde Golda Meir brindó con su gabinete y llamó personalmente a las familias de los rehenes para felicitarles. Sin embargo, con el pasar de los minutos, la información proveniente de Fürstenfeldbruck se volvía cada vez más contradictoria y confusa. A las 00:25, el jefe de prensa de las Olimpiadas, Hans Klein, comentó al periodista Jim McKay:

«Estamos temiendo que la información dada hasta ahora es demasiado optimista.»

A las 03:24, tras dieciséis horas de transmisión ininterrumpida, Jim McKay anunció la muerte de todos los atletas:

«Acabo de recibir la última información. Mi padre solía decir que nuestras más grandes esperanzas y nuestros peores temores rara vez se vuelven realidad. Nuestros peores temores se han vuelto realidad esta noche. Nos han dicho que había once rehenes. Dos fueron asesinados en sus habitaciones esta ma... ayer por la mañana (sic). Nueve fueron asesinados en el aeropuerto esta noche. Todos se han ido.»

Sorprendentemente, la competición olímpica solo se suspendió por un día, el 5 de septiembre, a pesar de que diferentes personalidades pidieron su cancelación. El entonces presidente del Comité Olímpico Internacional, Avery Brundage, y otros miembros del COI decidieron que los terroristas no podían condicionar la celebración de los juegos con unas famosas y a la vez polémicas palabras pronunciadas por aquel durante la ceremonia de conmemoración de las víctimas celebrada al día siguiente: «Los juegos deben continuar».

Al memorial por los muertos que se celebró en el estadio olímpico asistieron 80 000 espectadores y 3.000 atletas. Brundage no hizo ninguna referencia a los deportistas asesinados durante su discurso, en que elogiaba la fuerza del movimiento olímpico. Este hecho enojó a los israelíes y a mucha de la gente allí presente. Como muestra de duelo, durante el acto, la bandera olímpica se izó a media asta junto con la mayoría de las banderas nacionales de los países presentes en los juegos, a excepción de los países árabes, los cuales exigieron que sus enseñas ondeasen en lo alto del mástil. Las naciones árabes de donde procedían los terroristas lo veían como una claudicación frente a Israel. El 7 de septiembre, el equipo olímpico israelí anunció que abandonaba Múnich, siendo especialmente protegidos por las fuerzas de seguridad. Lo mismo hizo el equipo egipcio, temiendo posibles represalias. Los familiares de las víctimas solicitaron al COI levantar un monumento permanente en memoria de los atletas fallecidos, pero éstos declinaron la petición, alegando que el hecho de hacer una referencia explícita a las víctimas podría enojar al resto de la comunidad olímpica.

El mismo 5 de septiembre, la entonces primera ministra de Israel, Golda Meir, instó al resto de naciones a condenar el bárbaro acto criminal. El ataque fue ampliamente condenado por todo el mundo, incluidos significativos personajes árabes como el rey Hussein I de Jordania. Los cuerpos de los cinco fedayínes muertos fueron enviados a Libia, en donde recibieron un funeral de héroes y fueron enterrados con honores militares. Las autoridades alemanas encarcelaron a los tres terroristas sobrevivientes y, tan solo días después, crearon la unidad antiterrorista GSG9 para dar una respuesta contundente en futuras acciones de rescates de rehenes.

Golda Meir y Margareth Tatcher, las dos damas de hierro. Tras el secuestro, Meir supuestamente les dijo a Yariv y a Zamir "Enviad a los muchachos". Comenzana la Operación Cólera de Dios.

La guerra de 1967 representó para los países árabes una humillación total, pues después de meses de alardeo y provocaciones, el ejército de Israel venció a sus enemigos, demostrando una soberbia superioridad militar. Los inicios de la década de los 70 eran para el Medio Oriente un momento de tregua, pues aquella impactante guerra de 1967 había dejado muchos temas por analizar. Gamal Abdel Nasser, quien había incitado a toda la población árabe a movilizarse contra el Estado judío, ahora, era un líder avergonzado y sin salud, pero tremendamente querido. El 28 de septiembre de 1970 Nasser sufrió un ataque cardiaco y su muerte causó en todo Egipto un duelo masivo. Cinco millones de personas acudieron a su funeral.

Con la muerte de Nasser, Anwar el Sadat subió al poder. A diferencia del resto de los mandatarios árabes, Sadat comenzó a hablar sobre acuerdos de paz, pedía a Israel que devolviera la Península del Sinaí que el ejército israelí había logrado conquistar tres años atrás, sin embargo, el gobierno israelí no tenía el más mínimo interés de negociar.

Gamal Abdel Nasser el padre del socialismo arabe.

A diferencia de Egipto, Siria no hablaba de paz, su líder Hafez Al Asad había iniciado un plan de rearme, y su único objetivo era recuperar militarmente los territorios perdidos.

A pesar de que Egipto y Siria estaban optando por estrategias distintas, ambos países compartían el mismo deseo: Egipto quería la Península del Sinaí y Siria quería los Altos del Golán. La derrota de la guerra de 1967 había provocado tanto en Siria como en Egipto una crisis económica catastrófica pero sobre todo, un colectivo sentimiento de derrota y humillación urgente de erradicar. Así que los planes comenzaron y esta vez el ataque para el Estado de Israel sería simultáneo, organizado y letal. Pese a la motivación de los países árabes por entrar en guerra, la Unión Soviética ya no mostraba el mismo entusiasmo por el conflicto árabe-israelí, pues la última guerra le había causado pérdidas económicas que no quería repetir. En octubre de 1972, Sadat le expresó a su consejo supremo de las fuerzas armadas que estaría dispuesto a entrar en guerra con Israel aún sin el apoyo de la Unión Soviética. Fue muy claro cuando dijo: “Estoy dispuesto a sacrificar a un millón de soldados egipcios para recuperar la Península del Sinaí”.

Decepcionado y frustrado por la falta de apoyo, Sadat expulsó a los asesores soviéticos que colaboraban con el ejército egipcio; si iba a haber una guerra, el ejército de Egipto estaría conformado sólo por soldados entregados y plenamente comprometidos. Los generales militares egipcios que habían sido responsables por la derrota en la guerra de 1967, fueron destituidos y reemplazados por militares más competentes. Finalmente, la ayuda soviética llegó, se trataba de tanques, armamento, aviones, misiles guiados, se trataba de todo lo necesario para lograr un ataque y restaurar el orgullo dañado. La inteligencia israelí se enteró de los planes de ataque de sus vecinos países árabes. Ashraf Marwan, yerno del ex presidente de Egipto Gamal Abdel Nasser colaboraba para el Mossad e informó que el ataque egipcio se llevaría a cabo el 15 de mayo. Asumiendo el esfuerzo y costo económico necesario el ejército israelí se movilizó para estar preparado, pero el ataque egipcio simplemente no llegó. El 25 de septiembre el rey Hussein de Jordania voló a Tel Aviv para advertirle a la Primer Ministra Golda Meir que Siria y Egipto tenían planes para atacar a Israel, pero la información fue subestimada, pues Golda supuso que Egipto no tenía el apoyo soviético y sin este fundamental apoyo, poco podría hacer el ejército egipcio por sí solo.

Ashraf Marwan. Estaba casado con la hija del presidente egipcio cuando fue reclutado por la inteligencia israelí. Años más tarde su nombre fue revelado como la principal fuente de información del Mossad y fue hallado muerto en el jardín de la Carlton House Terrace, en Londres, tras caer de un quinto piso.

Un día antes de que estallara la guerra, el comandante Ariel Sharon ordenó sacar fotografías aéreas a las posiciones militares egipcias y sirias, el resultado fue escalofriante: el ejército egipcio estaba mucho más organizado y armado de lo que los israelíes hubieran esperado. Las fotografías aéreas mostraban una gran concentración de misiles tanto en El Cairo como en Damasco, fotografías en las que se veía un vasto armamento en perfecto estado y listo para ser utilizado. Ante la sorpresiva noticia, la Primer Ministra Golda Meir, el Ministro de defensa Moshe Dayan y el jefe de Estado Mayor David Elazar, se reunieron en una junta organizada de último momento. Eran las 8:00 de la mañana del día más sagrado del calendario judío, Yom Kipur, pero había una emergencia que atender, pues estaba en peligro todo, absolutamente todo el territorio del Estado de Israel. En la reunión de emergencia, Moshe Dayan decía que no había certeza de ninguna guerra y que en todo caso, el Canal de Suez era la mejor defensa, pues actuaba como obstáculo natural para los tanques egipcios. Dayan argumentaba que aunado a las toneladas de agua del canal, se sumaban altos bancos de arena que resultaban para cualquier tanque imposibles de atravesar. Estos bancos de arena habían sido elaborados por el ejército israelí y muchos de ellos alcanzaban 18 metros de altura; Dayan consideraba que aquella barrera constituía para Israel una defensa segura.

Por su parte, David Elazar, jefe de Estado Mayor se mostraba más temeroso y proponía un ataque preventivo sobre el ejército egipcio, pero Golda no podía actuar, el Presidente de Estados Unidos Richard Nixon, había sido muy claro con ella cuando le dijo que no habría apoyo americano si Israel efectuaba un ataque preventivo, así que Golda fue contundente: “Muy pronto podremos estar necesitando la ayuda de Estados Unidos, no haremos ningún ataque, pues de hacerlo, no recibiremos ayuda de nadie”. La sospecha sobre el ataque árabe era una información privilegiada que sólo circulaba por los altos mandos, pero el resto del país, tanto civiles como la mayor parte de los soldados israelíes, se encontraban ayunando o rezando, desconociendo por completo la amenaza que estaba por venir. Seis horas después de esa reunión de emergencia la guerra inició, tomando al ejército del Estado de Israel por completa sorpresa, pues eran bombas que no caían en un día cualquiera.

Más que otra cosa, la Guerra de los Seis Días se ha convertido en una guerra reescrita. Un mar de publicaciones muestran lo que sucedió en ese momento. El Egipto de Gamal Abdel Nasser, afirman los revisionistas, no tenía la habilidad de luchar contra Israel, y de cualquier manera, no tenía intención de hacerlo. Es cierto que amenazó, envió más y más divisiones al Sinaí, expulsó a los observadores de las Naciones Unidas, incitó a las masas en los países árabes. Es cierto que los regímenes árabes se prepararon para la guerra. Es verdad que Nasser cerró el Estrecho de Tirán, que Israel estaba sitiado desde el sur. Es cierto que fue una grave violación del derecho internacional, un “casus belli”. Sin embargo, todo eso no tiene importancia, porque hay una mega-narrativa que obliga a las fuerzas del progreso a eximir a los árabes y apuntar el dedo acusador a Israel. Y cuando existe una narrativa, ¿quién mira los hechos? Según la mega-narrativa, Israel tenía planes expansionistas, y simplemente aprovechó la oportunidad. Diversos académicos distorsionan los hechos en un intento de transformar a los árabes en víctimas y a Israel en el agresor.

Los países árabes nunca aceptaron la existencia del Estado de Israel, ni por un momento. De 1949 a 1967 no existía la ocupación, pero no se creó un Estado palestino, porque los líderes del mundo árabe no querían otro Estado. Ellos querían a Israel. Nunca ocultaron sus intenciones. La nueva etapa comenzó en 1964. En el contexto del conflicto sobre el agua, la Liga Árabe se reunió en El Cairo y anunció: “… los preparativos militares árabes colectivos, una vez concluidos, constituirán los últimos medios prácticos para la eliminación de Israel”. Al cabo de dos años, el entonces ministro de Defensa, Hafez Assad, que pasó a ser presidente de Siria declaró: “Ataquen los asentamientos del enemigo, háganlos polvo, pavimenten las vías árabes con las calaveras de los judíos”. Y en caso de duda agregó: “Estamos decididos a saturar esta tierra con su sangre (israelí), y arrojarlos al mar”.

Nueve días antes de que estallara la guerra, Nasser dijo: “El pueblo árabe quiere luchar. Nuestro objetivo principal es la destrucción de Israel”. Dos días más tarde el presidente de Irak, Abdul Rahman Arif, se unió a las amenazas: “Esta es nuestra oportunidad … nuestro objetivo es claro: borrar a Israel del mapa”. Dos días antes de que estallara la guerra, el fundador y líder de la OLP, Ahmad Shukieri, dijo: “Quien sobreviva permanecerá en Palestina, pero en mi opinión, nadie sobrevivirá.” ¿Alguien todavía piensa que esas eran solo declaraciones? ¿Alguien piensa que su intención era una ocupación ilustrada? ¿Alguien piensa que no habría habido una matanza masiva como la de Egipto en Yemen y más adelante en Biafra?

Para comprender que éstas no eran declaraciones falsas, cabe señalar que en una reunión celebrada después de la guerra entre el embajador de Israel en Londres, Aharon Remez y el secretario de Relaciones Exteriores británico George Brown, Remez dijo que Israel había incautado documentos del ejército jordano que datan del 25 y 26 de mayo, cerca de dos semanas antes del inicio de la guerra, que incluían órdenes de exterminar a la población civil en las comunidades que planeaban ocupar. En su momento, pensaban que eso es lo que sucedería. No está claro, dijo Remez en aquel momento, si Hussein sabía de estas órdenes, pero eran muy similares a las órdenes de aniquilación emitidas por el ejército egipcio. Estos datos aparecen en el libro de Michael Oren sobre la Guerra de los Seis Días, en la obra de Miriam Joyce sobre las relaciones de Hussein con Estados Unidos y Gran Bretaña, y en la del Dr. Moshe Elad. En un principio, Hussein rechazó las reclamaciones acerca de las órdenes de aniquilación, pero más tarde añadió: “Que yo sepa”.

Pasaron los días. Las amenazas aumentaron. Cada vez más fuerzas fueron enviadas al Sinaí. Más países árabes se unieron a la coalición de guerra. No se sabe si Nasser realmente quería una guerra, escribió Oren en su libro. Pero él y los países árabes hicieron todo lo posible por deteriorar la situación. El apetito de Nasser siguió creciendo e inmediatamente después de bloquear el estrecho declaró: “Si logramos volver a las condiciones que existían antes de 1956 (el Estrecho de Tirán está bloqueado), Dios seguramente nos ayudará para volver a la situación que existía en 1948”. El difunto Yitzhak Rabin, entonces Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, dijo al gobierno que “será una guerra difícil… habrá muchas pérdidas”. Probablemente morirán 50.000 personas. Y Oren, que había leído casi todos los documentos que habían sido desclasificados, concluyó: “Los documentos muestran que Israel deseaba evitar la guerra a toda costa e intentó impedirla hasta la víspera de las batallas, incluso a expensas de un gran costo estratégico y económico para el Estado”. Estos son los hechos. Pero los que reescriben la historia llevan la delantera.

Asesinato de Yitzhak Rabin: el día que el “Gran Israel” asesinó al Israel colonialista El 4 de noviembre de 1995 era asesinado por un joven colono de extrema derecha en el centro de Tel Aviv cuando festejaban los acuerdos con la Autoridad Palestina que daba mínimas garantías de autonomía a ciudades de Cisjordania y a la Franja de Gaza.

El debate político sobre el control israelí de los territorios ha llevado a que las opiniones políticas interfieran con los hechos. El debate político es importante. Es legítimo. Pero no hay necesidad de reescribir la historia para justificar una postura política, sino todo lo contrario: los hechos deben influir en las opiniones políticas. Y los hechos son claros y simples: los líderes de los países árabes no sólo emitieron declaraciones de la esperada aniquilación, sino que incluso prepararon órdenes operativas.

El 8 de septiembre, la fuerza aérea israelí respondió bombardeando las bases de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Siria y Líbano, ataque que fue condenado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Asimismo, una resolución de la ONU de condenaba de los hechos de Múnich, amparada por Estados Unidos, fue rechazada. El 29 de octubre, un avión de Lufthansa fue secuestrado, exigiendo los terroristas la liberación de los tres integrantes de Septiembre Negro presos en cárceles alemanas. Sus reivindicaciones fueron inmediatamente atendidas por las autoridades germanas, sin consultar al gobierno de Israel. Los hechos acaecidos en Múnich traerían consigo una espiral de violencia por parte de Israel, con el fin de dar caza a los supuestos responsables del acto terrorista.

Tras el ataque a la villa olímpica y la posterior liberación de estos tres terroristas, Golda Meir y el Comité de Defensa Israelí dieron órdenes secretas al Mossad de matar, dondequiera que se encontrasen, a los once hombres de Septiembre Negro y del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) que planificaron y organizaron la matanza de los atletas israelíes. Para ello, el servicio secreto israelí creó una unidad encubierta que sería ayudada por las células de información israelíes instaladas en Europa. Esta misión se conocería más tarde como Operación Cólera de Dios (Mivtzah Za'am Hael en hebreo). Gracias a la información capturada a la OLP, y a la facilitada por los servicios de inteligencia europeos aliados, el Mossad elaboró una lista de objetivos encabezada por Wael 'Aadel Zwaiter, un miembro sospechoso de pertenecer a Septiembre Negro y que representaba oficialmente a la OLP en Italia, quien sería asesinado el 16 de octubre. La muerte de Zwaiter fue seguida de atentados mediante cartas bomba, que no causaron víctimas mortales, contra representantes de la OLP en Argelia y Libia, contra palestinos en Bonn (Alemania) y Copenhague (Dinamarca), y contra un representante de la Cruz Roja en Estocolmo (Suecia).

El 8 de diciembre, el representante de la OLP en París (Francia), Mohammad Hamshiri fue asesinado mediante una bomba activada por control remoto, la cual estaba instalada debajo de su escritorio. En los tres meses siguientes, cuatro integrantes de la OLP y la FPLP fueron asimismo asesinados en Chipre, Grecia y París. El 9 de abril de 1973, Israel lanzó la operación Primavera de Juventud en Beirut, en el Líbano. Los objetivos eran Mohammad Yusuf al Najjar (Abu Yusuf), Kamal Adwan y Kamal Nasser, todos ellos importantes dirigentes de la OLP. Un grupo comando israelí desembarcó en una playa desierta del Líbano, dirigiéndose posteriormente a Beirut, donde acabaron con la vida de los tres palestinos, cuatro civiles libaneses, tres turistas sirios y un italiano, dejando 29 personas más heridas. A continuación, explotaron el cuartel general del FPLP en la ciudad y una fábrica de explosivos de Fatah.

Mohammed Oudeh, el principal instigador del ataque terrorista durante los Juegos Olímpicos de Munich en 1972, murió a mediados de 2010 en Damasco a causa de una insuficiencia renal a los 73 años. Oudeh planificó el ataque, pero no participó en lo que luego se denominaría «la masacre de Múnich» que causó la muerte de once atletas israelíes. Dos de ellos murieron durante el asalto de un grupo de terroristas palestinos y el resto lo hicieron durante el fallido rescate por parte de las fuerzas policiales alemanas. Mohammed Oudeh fue el líder de «Septiembre Negro», una rama del grupo Fatah que se creó para vengar la expulsión en 1970 de las guerrillas palestinas de Jordania. En una entrevista, Oudeh aseguró que los sucesos de Múnich fueron un punto de inflexión para los palestinos y rechazó el término «terroristas» para describir a los combatientes palestinos. «Antes de Munich, simplemente eran terroristas. Después, la gente se empezó a preguntar por el fondo de la cuestión». Hasta entonces, según Oudeh, «nadie tenía la menor idea sobre Palestina».

Oudeh aseguró que no sentía remordimientos sobre la operación porque consideraba que los atletas israelíes, como los reservistas militares, eran blancos legítimos. Pero afirmó que el propósito no era matar a los israelíes, sino utilizarlos como moneda de cambio para liberar a más de 200 palestinos encarcelados en Israel. El palestino reconoció por primera vez en 1999 su papel en la operación de Múnich en el libro, «Palestina: De Jerusalén a Munich», que causó un escándalo cuando se estrenó.

Nacido en Jerusalén en 1937, Oudeh vivió allí hasta la «guerra de los seis días» de 1967, tras la cual se trasladó a Jordania, donde se unió a la OLP. Después del ataque de 1972, Oudeh vivió en el este de Europa y luego en el Líbano hasta la guerra del Líbano en 1975. Luego volvió a Jordania y desde allí a Ramallah (Cisjordania) en 1993, después de los acuerdos de paz de Oslo.

Sin embargo, cuando su libro salió a la venta se le prohibió regresar a Ramallah después de un viaje a Jordania, y finalmente se estableció en Siria. Oudeh escapó por poco de lo que él cree fue un ataque del Mossad en 1981. Estaba sentado en la cafetería de un hotel en Varsovia, Polonia, cuando un hombre armado le disparó en la muñeca izquierda, el pecho, el estómago y la mandíbula. Oudeh aseguró que fue atacado por un doble agente palestino reclutado por el Mossad que luego fue detenido por la OLP y posteriormente ejecutado, algo que nunca pudo ser verificado. Hasta el último momento, Oudeh mostró su militancia en la causa palestina. «Yo ya no puedo seguir luchando, pero sí lo pueden hacer mis nietos y los nietos de mis nietos» advirtió a los israelíes. Hana Oudeh aseguró a los medios que su padre será enterrado durante tarde del sábado en Damasco. Hana asegura que su padre era «un gran hombre cariñoso y sincero cuyo sueño era volver a Palestina».

El 28 de junio, el argelino Mohammad Boudia, encargado de las operaciones de Septiembre Negro en Europa, fue asesinado mediante un coche bomba en París. El 21 de julio de ese año, tuvo lugar el conocido como asunto de Lillehammer. Un equipo de agentes del Mossad mató en Lillehammer (Noruega) a Ahmed Bouchiki, un marroquí sin relación alguna con los hechos acaecidos en Múnich, después de que un informador del Mossad le confundiera con Ali Hasan Salameh, integrante de Septiembre Negro. Cinco agentes del servicio secreto israelí, incluyendo dos mujeres, fueron capturados por las autoridades noruegas, siendo juzgados y encarcelados. Posteriormente serían liberados y deportados a Israel. El 22 de enero de 1979, el servicio secreto israelí dio finalmente con el paradero de Salameh, asesinándole con un coche bomba. El 3 de julio de 2010, Mohammed Daoud Oudeh, alias Abu Daoud (de quien se dice que fue él quien concibió la acción), murió en el Hospital Al Andalus de Damasco (Siria), debido a una insuficiencia renal.

Según destapó el diario Der Spiegel, el 14 de agosto 1972, tres semanas antes de la masacre, la Embajada de Alemania en Beirut envió un informe a Bonn en el que alertaba de un posible atentando palestino contra los israelíes. Cuatro días después, el Ministerio de Relaciones Exteriores en Bonn alertó al servicio secreto y a las autoridades de Munich para tomar medidas… nada se hizo. Este informe permitió a las familias de las víctimas presentar una demanda en 1994 contra el gobierno federal, el gobierno de Baviera y la ciudad de Munich. En 2004, las familias aceptaron la oferta alemana de 3 millones de euros como una forma de compensación monetaria y una aceptación muda de la responsabilidad del gobierno.

El gobierno de Golda Meir se ofreció para enviar un grupo de operaciones especiales pero los alemanes decidieron resolver el secuestro con sus medios (sólo pudo intervenir la policía ya que el ejército alemán tenía prohibido intervenir en suelo alemán en tiempos de paz). Aún así, Zvi Zamir, jefe del Mossad, viajó a Munich para supervisar el asalto. Según el informe que Zamir elaboró para el gobierno israelí: sólo había 5 francotiradores para hacer frente a 8 terroristas fuertemente armados cuando en este tipo de intervenciones se requieren dos por cada terrorista, sus rifles no eran de precisión ni de visión nocturna además de estar mal situados – incluso se hirieron entre ellos -, los helicópteros aterrizaron en otros lugares de los dispuestos de tal forma que los terroristas los pudieron utilizar como barricada de defensa, los vehículos blindados llegaron tarde al aeropuerto por un atasco de tráfico… En palabras de Zamir, The Germans were useless (los alemanes fueron unos inútiles).

A raíz de la toma de rehenes, la competición fue suspendida por primera vez en la historia olímpica moderna. El 6 de septiembre, se ofició un servicio conmemorativo en el Estadio Olímpico al que asistieron 80.000 espectadores y 3.000 atletas. El presidente del COI, Avery Brundage, apenas hizo referencia a los atletas asesinados durante un discurso alabando la fuerza del movimiento olímpico. Durante la disputa en el Estadio Olímpico del partido de fútbol de Alemania Occidental con Hungría, algunos espectadores desplegaron una pancarta con la leyenda «17 muertos, ¿ya olvidados?«… Agentes de seguridad la quitaron y expulsaron a los responsables. Durante el funeral, la bandera olímpica fue izada a media asta, junto con las banderas de la mayoría de las otras naciones que competían pero diez naciones árabes se opusieron a que se bajaran sus banderas en honor a los israelíes asesinados. Así que, los Juegos Olímpicos continuaron… entre las múltiples excusas, una fuera de lugar: la TV alemana no tenía ningún tipo de programación alternativa.

Los archivos oficiales del Estado de Israel difundieron en 2012, por primera vez en la historia, los documentos secretos que guardaban relación con el ataque. La decisión del Gobierno hebreo coincidió con la conmemoración del cuarenta aniversario del atentado que se cumplió el 5 de septiembre de ese año. La publicación de los documentos por los principales diarios locales sigue a una negociación durante seis meses entre el principal diario de Israel, el “Yediot Aharonot”, y la Oficina del entonces Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, que se oponía a su difusión por el daño que podía causar a las relaciones germano israelíes.

Los documentos no aportan ninguna revelación extraordinaria sobre el atentado o la operación de rescate llevada a cabo por comandos alemanes, pero sí describen el estado de gran ansiedad que vivió el Gobierno de la primera ministra Golda Meir y su frustración con el resultado. “No hicieron el mínimo esfuerzo por salvar vidas”, menciona uno de los miembros del Ejecutivo, el entonces jefe del Mosad, Zvi Zamir, al comentar la operación de las fuerzas de seguridad alemanas. El responsable de las fuerzas de seguridad israelíes de la época también menciona que la preparación de los comandos fue insuficiente y atribuye las muertes de los israelíes a que “los alemanes lo único que quieren es seguir con las Olimpíadas y terminar el asunto como sea”. Según otros documentos, Israel pidió a Alemania que enviase a la villa olímpica a una unidad de elite para rescatar al grupo de atletas y entrenadores israelíes que habían sido secuestrados por la organización armada palestina Septiembre Negro.

El Gobierno de Bonn se opuso a la petición y dejó la operación en manos de sus fuerzas de seguridad, que en el rescate mataron a cinco de los ocho secuestradores. En el secuestro y en la fallida operación de rescate murieron un total de once atletas y entrenadores israelíes. La conmemoración del 2012 generó una agria polémica entre Israel y el Comité Olímpico Internacional (COI), a raíz de la petición israelí de que se recordase el episodio durante la ceremonia inaugural de los recientes juegos de Londres. El COI se negó para no introducir elementos políticos en el acto de apertura, pero su presidente, Jacques Rogge, sí participó en la ceremonia de conmemoración del Comité Israelí.

Una bandera desplegada en el Estadio Olímpico de Londres recuerda a las víctimas de Múnich de 1972.

Mark Andrew Spitz es un exnadador estadounidense que consiguió siete medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. Rompió marca mundial en cada uno de sus triunfos y fue el primer atleta en la historia de los Juegos Olímpicos en conseguir dicha hazaña en una sola edición (hasta Pekín 2008 en el que fue superado por el también nadador estadounidense Michael Phelps). A pesar del éxito alcanzado y con tan solo 22 años decidió retirarse para trabajar en Bienes Raíces. Es considerado uno de los más grandes atletas olímpicos de todos los tiempos.

7 de Septiembre de 2020

En el primer plano de la imagen, un policía de la Alemania del Oeste vigila a una mujer que observa lo que ocurre tras la valla de alambre de espino entre el sector francés y soviético del Muro de Berlín. La escena que contempla esta mujer sucede al fondo a la izquierda de la imagen y muestra a una familia de Alemania del Este que es obligada a abandonar su casa por estar cerca de la línea fronteriza cargando sus pertenencias en una furgoneta bajo la mirada de tres guardias dentro de su sector en septiembre de 1961. Unos guardias que no dudaban en disparar a todo aquel que pretendiese cruzar. El Muro de Berlín fue uno de los símbolos de la Guerra Fría (1945-1989). Se levantó en 1961 para evitar el libre movimiento de los ciudadanos y marcó la frontera entre las áreas de influencia de República Federal Alemana (RFA) y la República Democrática Alemana (RDA) dentro de la ciudad de Berlín hasta 1989, cuando fue derribado por la presión popular e internacional.

9 de Septiembre de 2020

Dhritiman Mukherjee captó una excepcional escena con su cámara que se perfila como gran favorita para ganar el concurso Fotógrafo de Vida Silvestre del Año (WPY, por sus siglas en inglés), una iniciativa apoyada por el Museo de Historia Natural de Londres, Reino Unido. La instantánea de este fotógrafo indio presenta a un gavial del Ganges de cuatro metros ('Gavialis gangeticus') llevando sobre su lomo a más de un centenar de sus crías. Esta especie de cocodrilo de hocico largo y delgado fue retratada en junio en el Santuario Nacional Chambal, en Uttar Pradesh, en el norte de la India. "Son cocodrilos que se alimentan de peces y que, por lo general, temen mucho al hombre, pero durante la temporada de reproducción se ve un cambio en el comportamiento", detalla el autor.

La espectacularidad de la fotografía radica en el hecho de que el gavial se encuentra ahora en "peligro crítico" de extinción. Se estima que quedan 650 adultos, 500 de los cuales habitan en santuarios naturales, asegura el museo londinense. Por tal motivo, ver a este ejemplar con tan numerosa descendencia (150 crías que se calcula tuvo tras aparearse con siete u ocho hembras) no solo resulta inusual, sino también esperanzador para esta especie. Al respecto, Mukherjee señala que la conservación del gavial es su principal objetivo y cree que "las fotos construyen una conexión emocional que desencadena empatía".

La población de este reptil llegó a superar los 20.000 ejemplares en el sur de Asia, pero se ha reducido drásticamente en el último siglo, principalmente por cambios en el caudal de los ríos debido a la construcción de represas, la sobrepesca y la extracción de arena, entre otros motivos. Los ganadores del concurso WPY 2020 en cada una de las categorías se darán a conocer el próximo 13 de octubre. La ceremonia de premiación se llevará a cabo en línea debido a las restricciones por la pandemia de coronavirus. El Museo de Historia Natural de Londres ofrecerá a partir del 16 de octubre una exposición con las mejores imágenes participantes.

El Museo de Historia Natural de Londres (Natural History Museum) es uno de los museos más importantes de Londres, del país y, por no decir, del mundo. Ubicado en un maravilloso edificio de arquitectura victoriana y ambiente romántico, acoge una inmensa colección dedicada al fascinante mundo natural y sus ciencias. Esqueletos de dinosaurios enormes, ejemplares únicos de flora, fauna, rocas y fósiles; salas hermosamente decoradas y organizadas… Todo ello convierte al Museo de Historia Natural en una joya de la capital británica.

Su entrada es gratuita exceptuando algunos eventos, actividades o exposiciones concretas de las que puedes informarte en su página web, donde también podrás comprar tus entradas anticipadamente.

Su origen está ligado al del British Museum. En el siglo XVIII, la colección privada del médico y naturalista Sir Hans Sloane, que contaba con más de 71.000 piezas de gran valor histórico, natural, cultural y etnográfico, fue legada al Estado británico. Poco después el British abrió sus puertas y un siglo más tarde, el Museo de Historia Natural se independizó, absorbiendo el museo de geología de la ciudad. Ahora es un importante centro científico reconocido a nivel internacional así como un gran museo, de los mejores en su ámbito y casi solo comparable al de Nueva York.

Uttar Pradesh es un estado en el norte de la India. La ciudad de Agra cuenta con el icónico monumento Taj Mahal, un mausoleo colosal de mármol blanco con una cúpula que honra a la esposa del emperador mogol del siglo XVII Shah Jahan. Cerca están las murallas de ladrillo rojo del fuerte de Agra, un palacio fortificado que data de los siglos XVI y XVII. La capital Lucknow tiene los santuarios memoriales musulmanes de Bara Imambara y Chota Imambara, adornado con caligrafía. Benarés, ciudad del río Ganges con unos 2000 templos hindúes (como el de Kashi Vishwanath) y el fuerte de Ramnagar o el Parque nacional de Jim Corbett, santuario de fauna con la presa Ramganga, tigres de Bengala, leopardos y elefantes, son otros alicientes.

El río Ramganga es un río de la India, un afluente del río Ganges por la margen izquierda, que discurre por los estados de Uttarakhand y Uttar Pradesh.

11 de Septiembre de 2020

La fotografía astronómica suele regalarnos imágenes que nos dejan boquiabiertos. Se anuncian las ganadoras de uno de los certámenes más prestigiosos de esta disciplina, el Insight Astronomy Photographer of the Year, concurso organizado por el Royal Observatory de Greenwich que ha celebrado su duodécima edición.

Royal Museums Greenwich es una organización que comprende cuatro museos en Greenwich, Londres.

15 de Septiembre de 2020

Mohamed Bourouissa es el ganador del premio Deutsche Börse Photography Foundation 2020 por su retrato de las clases desfavorecidas. El artista franco-argelino ha sido galardonado con el Deutsche Börse Photography Foundation Prize 2020 que otorga dicha fundación y The Photographers 'Gallery. Un premio de prestigio que reconoce a fotógrafos que hayan contribuido significativamente al desarrollo de la fotografía en los últimos 12 meses y que está dotado con un jugoso premio en metálico: 30 mil libras (unos 32.500 euros al cambio actual). Mohamed Bourouissa ha ganado este galardón gracias a su proyecto 'Free Trade', una instalación que fue exhibida por primera vez en un supermercado de Arles, como parte del conocido Festival Encuentros de Arlés del año pasado, y que recopilaba un extenso catálogo de proyectos producidos por el autor en los últimos 15 años.

18 de Septiembre de 2020

El 18 de septiembre de 1889 los kawésqar confinados forzosamente en la misión salesiana de isla Dawson se rebelaron contra sus captores. Uno de los misioneros, el salesiano José María Beauvoir, transcribió el discurso del líder kawésqar, el llamado capitán Antonio, que resultó muerto en la revuelta:

"Queremos ser libres. Queremos ser dueños de estar aquí o salir cuando se nos antoje, sin tener que pedir permiso a nadie. Nuestros son estos campos, las islas y los canales que nos vieron nacer; nuestros son, porque nuestros antepasados aquí también nacieron y vivieron dejándonoslos en herencia. Los coipos y las nutrias que pueblan los tortuosos ríos y canales, así como los lobos, los peces y ballenas que nadan libremente por sus anchas y alborotadas aguas, todos nos pertenecen y queremos poder pescarlos y utilizarlos a nuestro albedrío siempre, dónde y cuándo nos convenga. Sí, estos mares y bahías y canales, con todos los sectores que en ellos se mueven, son nuestros, no menos que estas tierras e islas, montañas y llanuras, selvas y praderas con todas sus aves y animales. Todo es nuestro y de ello debemos servirnos en la forma que nos dé la gana, ya cazando con certeros certeros arcos y agudas flechas, ya con nuestras nervudas redes y fuertes arpones o de cualquier otro modo que nuestra industria los procure poseer. Es nuestro todo lo que nos rodea, lo que pisamos y lo que vemos arriba de nosotros. Ahora bien. ¿quines son los que nos impiden que nos adueñemos?¿quiénes los que coartan nuestra libre, independiente y soberana voluntad?¿quién nos podrá mandar salir de aquí no queriéndolo nosotros e impedir que nos quedemos, si a nosotros nos gusta quedarnos? ¿quién…!quien sino estos extranjeros que, vistiendo negros y largos vestidos, se llaman misioneros y no son más que unos intrusos que codician nuestros mares y tierras, que, con el pretexto de civilizarnos, han venido de sus lejanos países para hacernos esclavos o para echarnos de aquí apoderándose de los campos y montes que son, fueron y deben ser siempre nuestros y de nuestros hijos! ¿seremos nosotros tan necios y cobardes que dejemos en sus manos nuestra libertad y la de nuestros hijos y mujeres? ¡No, no!, queremos ser libres, independientes, soberanos, y esto lo quiero yo y os impongo y mando a vosotros. Desgraciado de aquel que a mi voluntad se oponga, porque le costaría la vida… Las circunstancias nos favorecen. Los misioneros, confiados en nosotros, se han ido la mayor parte y aquí no quedan más que dos. Les cortamos la cabeza con un golpe de hacha o de cuchillo y en seguida saquearemos la casa tomándonos lo que creamos conveniente de ropas y manjares y daremos fuego a lo demás, marchándonos contentos y satisfechos de habernos vengado… Cuando vuelvan los otros y vean que sus casas y cosas no son más que un montón de cenizas y escombros, se marcharán dejándonos completamente libres."

Familia kawésqar recluida en la misión católica, 1890.

Los Kawésqar (también conocidos como kawashkar, y llamados por los navegantes europeos en el siglo XIX como alacalufes, alakaluf o halakwulup) son un pueblo originario de la zona Austral de Chile. Hasta mediados del siglo XX eran nómadas que recorrían en canoas los canales australes de la Patagonia occidental, entre el golfo de Penas y el Estrecho de Magallanes. En el último siglo su población se ha visto reducida por matanzas y muerte por enfermedad, así como abandono del grupo, y su modo de vida tradicional sufrió una fuerte transformación tras el contacto con chilenos y navegantes extranjeros. En el siglo XXI la mayor parte del grupo vive en el poblado de Puerto Edén y en las ciudades de Puerto Natales y Punta Arenas.

Los europeos, desde su primer contacto, consideraron a los indígenas patagónicos como salvajes dignos de estudio. A partir de 1871 comenzó la exhibición de indígenas vivos en ciudades europeas y norteamericanas, costumbre que cesó a comienzos del siglo XX. Familias completas de las etnias kawésqar, yagán, selknam y mapuche fueron exhibidas en Francia, Inglaterra, Bélgica y Alemania. Llegaban por encargo de sociedades científicas y por comerciantes que lucraban con su exhibición al público. Los viajes duraban entre 4 y 6 meses y en ellos los indígenas solían enfermar y morir. Estos hechos se detallan en el libro de Christian Báez y Peter Mason: Zoológicos Humanos.

A fines del siglo XIX misioneros salesianos obtuvieron la concesión de la isla Dawson donde establecieron una misión con el propósito de evangelizar, “proteger y cuidar” a los indígenas de la zona, con ello comenzó el proceso de transformación de su vida nómada en sedentaria y el cambio de sus hábitos ancestrales, como la vestimenta, dejando de usar el aceite de lobo marino y la capa que los protegía del agua de la lluvia y del frío, debiendo usar ropa occidental, la que al estar permanentemente húmeda les trajo nuevas enfermedades. En 1900 se estimaba una población de 1000 kawésqar la que 1924 había descendido a 250.

24 de Septiembre de 2020

La asociación Art Photo Travel ha desvelado los ganadores de sus Drone Photo Awards, certamen que desde hace dos años premia las imágenes de esta disciplina. Así, el listado de ganadores nos regala una buena colección de imágenes, posiblemente las mejores fotos de drones de 2020 (con permiso del certamen de Skypixel), cuyo punto de vista nos sorprende y nos desvela otra forma de ver lo que nos rodea.

26 de Septiembre de 2020

Fue un viernes por la mañana. Los miembros de uno de los grupos más famosos en la historia de la música, es decir, The Beatles, se reunieron afuera de EMI Studios, ubicado en la calle de Abbey Road, en la ciudad de Westminster, en el corazón de Londres. En este mítico estudio serían grabados casi la totalidad de los discos de la banda y otros importantes álbumes de la historia del rock.

John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Star estaban listos para la sesión fotográfica de su nuevo disco. El fotógrafo, Iain MacMillan, amigo de John Lennon y de Yoko Ono, también se dio cita esa mañana del 8 de agosto de 1969, es decir hace 49 años, y tomó una serie de seis fotografías. La sesión duró alrededor de 10 minutos, los suficientes para obtener una de las imágenes más representativas de la música y sobre la que giran —y siguen girando— teorías e historias que sólo la han hecho mucho más fascinante al paso de los años.

Abbey Road es el duodécimo álbum de estudio (duodécimo lanzamiento estadounidense) publicado por la banda británica de rock y pop The Beatles. Fue lanzado el 26 de septiembre de 1969 en el Reino Unido, y el 1 de octubre del mismo año en los Estados Unidos. Las grabaciones de Abbey Road comenzaron en abril de 1969, haciendo de este el último álbum grabado por la banda, ya que Let It Be, lanzado en 1970, había sido grabado con anterioridad.

Se dice que luego de siete vertiginosos años, es decir desde que fuera lanzado en 1962 su primer sencillo, Love Me Do, los miembros de la banda estaban cansados y su relación más bien desgastada. Incluso George Martin, el famoso "quinto beatle", participó en el álbum sólo después de que McCartney se lo pidiera con ahínco. Martin declararía años después que la grabación de Abbey Road "Había sido bastante feliz porque todo mundo pensaba que sería el último".

Así estaban las cosas cuando se estaban decidiendo los últimos toques para el álbum. Everest fue el título sugerido por McCartney, en honor a la marca de cigarrillos que solía fumar el ingeniero de sonido, Geoff Emerick. Incluso, pensó que la sesión de fotos podría ser tomada en el mismísimo Monte Everest. Al parecer los ánimos eran tan pocos que una producción de esa magnitud fue denegada por todos y se decidieron por algo mucho más a la mano. Esto parece casi al pie de la letra pues se tomó el nombre de la calle del estudio de grabación, para ese entonces llamado Emi Studios; en 1985 se cambiaría a Abbey Road, en honor este álbum de The Beatles.

Abbey Road fue lanzado el 26 de septiembre de 1969. Sus canciones, su alocado lado B —un meadley de 16 minutos—, su sonido único y su icónica portada son algunos de los principales elementos que lo convirtieron en una de las mejores producciones musicales y de las más queridas en la historia del rock. En 2012 fueron redescubiertas el resto de las imágenes de aquella sesión fotográfica del 8 de agosto de 1969.

A estas se suman otras que fueron tomadas por Linda McCartney, en donde muestra a The Beatles en las escaleras de EMI Studios y poco antes de cruzar la calle.

El álbum Abbey Road no sólo se convirtió en un punto de inflexión en la historia del rock, sino que también transformó otras manifestaciones culturales, incluso el cruce donde se hicieron las fotos. Para empezar, fanáticos de todo el mundo se dan lugar en esta calle de Londres para cruzarla, tomarse fotos y dejar una firma en la fachada del estudio —cada tres meses se vuelve a pintar—. Además, gran parte de Abbey Road es en sí un recorrido turístico. La calle y el estudio han alcanzado la categoría de Monumento Clasificado, un reconocimiento que otorga el gobierno de Reino Unido a lugares con importancia histórica. Otro dato curioso es el de el Volkswagen Escarabajo que aparece en la fotografía. Este pertenecía a un vecino del barrio y, aunque su auto se inmortalizó, durante un buen tiempo sufrió el robo de sus placas. El auto original se encuentra en el museo de Volkswagen en Alemania, fue subastado en 1986 por 2,530 libras esterlinas. También Abbey Road Studios ha comprendido su gran papel en la historia de la música y ha abierto sus puertas al público. A través de Google podemos visitar el estudio en el que se escribieron varios de los capítulos más importantes del rock.

27 de Septiembre de 2020

Cada primavera, los jueces de los Premios de Fotografía Audubon se reúnen en la sede de Audubon en Manhattan para revisar sus imágenes favoritas y seleccionar a los finalistas. Pero al igual que con gran parte de la vida en 2020, los premios de este año tuvieron que manejarse de manera diferente debido a las restricciones de viaje, trabajo y distanciamiento social relacionadas con la pandemia. Entonces, para nuestro undécimo premio anual, que contó con más de 6,000 presentaciones, los jueces se reunieron en una reunión épica de Zoom de un día de duración para reducir el grupo restante a solo los 10 ganadores y menciones honoríficas que se muestran aquí.

30 de Septiembre de 2020

La misión más ambiciosa que nunca haya puesto en marcha la Agencia Espacial Europea acabó tal día de 2016. La sonda Rosetta nos dejó para siempre. En una maniobra sin precedentes, Rosetta se precipitó sobre el cometa que lleva acompañando en su viaje hacia el sol durante los últimos años. Una sucesión de proezas técnicas, pero también de complicaciones y fallos que nos han ayudado a entender algunas de las partes menos conocidas del universo. Despedimos a Rosetta como despediríamos a una estrella de Rock, con esas imágenes que nos han enseñado la belleza del Universo.

La odisea de 12 años nos deja un viaje increíble, un montón de datos y más de 15.000 fotos que, por primera vez, nos dejan ver un cometa de cerca y nos permiten compartir buena parte de su viaje hacia el corazón del Sistema Solar. Entre esos miles de fotos, hay algunas que sobresalen por su fuerza y originalidad. No sólo eso, la ESA ha puesto toda la carne en el asador y ha creado muchísimo material para ayudarnos a entender mejor todo lo que representa Rosetta. Incluso un corto protagonizado por alguna de las estrellas de moda.

El 2 de marzo de 2004 y en un Ariadne 5 como este, empezó el viaje de Rosetta.

La Luna saliendo sobre el Pacífico.

Postales desde Marte.

En febrero de 2007, Rosetta pasó junto a Marte. No sólo nos envió esa preciosa imagen del planeta que nos permite ver el verdadero color del planeta, tuvo tiempo para hacerse un selfie con él.

El 10 de julio de 2010, Rosetta se encontró brevemente con el asteroide Lutetia.

Esta fue la primera vez que observamos de cerca el perihelio de un cometa (es decir, su máximo acercamiento al Sol).

El selfie más famoso fue este: el que se hizo con su propio cometa.

Philae, el módulo de aterrizaje de la misión, hizo historia aterrizando por primera vez en un cometa.

Cartas desde el 67P. 67P/Churyumov-Gerasimenko es un cometa descubierto en 1969 por el científico soviético Klim Ivánovich Churiúmov, estudiando las fotografías de Svetlana Ivánovna Guerasimenko, también científica soviética. Tiene un periodo orbital de 6,6 años. Este cometa fue el destino de la misión espacial europea Rosetta, lanzada el 2 de marzo de 2004.

Según datos publicados por la ESA, el cometa mide alrededor de 3x5 kilómetros de diametro. Un usuario de Flickr quiso compararlo con el downtown de Los Ángeles. A pesar del impacto visual nuestro amigo es considerado de los pequeños, si tenemos en cuenta que los cometas tienen una media de 91 metros los mas pequeños, hasta los 50 kilómetros de los más grandes.

La apuesta de la ESA ha sido tan grande que no sólo hicieron una serie de animación sobre el proyecto, sino que prepararon este corto "Ambición" con dos actores de Juego de Tronos (Aidan Gillen, - Petyr "Meñique" Baelish, - y Aisling Franciosi - Lyanna Stark).

A 22 kilómetros se encontraba el cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko cuando Rosetta lo fotografiaba.

67P/Churiumov-Guerasimenko con el guapo subido.

67P/Churiumov-Guerasimenko en su ángulo bueno.

Cierra la puerta ...

Philae se quedó dormido en uno de los problemas más comentados de la misión. Pero ahí estaba y ahí estará por muchos años.

Una de las últimas fotos del cometa.

Cerca de un año después de que se estrellara contra el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, la sonda de la Agencia Espacial Europea (ESA) Rosetta sorprendió a los científicos con una última imagen. La imagen recuperada y publicada por la ESA fue tomada a último momento antes de hacer contacto con el cometa y muestra su superficie desde unos 18 metros de altura.

Después de viajar más de 12 años por el espacio y perseguir por dos a 67P en su órbita alrededor del Sol, la misión concluyó el 30 de septiembre de 2016 con un descenso de la sonda sobre una región que contiene varias fosas antiguas. Durante su aproximación, fue enviando numerosas imágenes así como otros datos científicos sobre la composición química de este cometa que por su forma fue comparado con un pato de goma. La última imagen que logró capturar fue dividida por la sonda en seis paquetes (o unidades) de información antes de enviarla a la Tierra. Pero como la transimisión se vio interrumpida durante el envío, sólo tres de esos paquetes llegaron al centro de control. Y así fue que más tarde, al volver a analizar los datos de aquella transmisión final se toparon con la agradable sorpresa.

El cometa 67P se encuentra en su punto más cercano al Sol.

"La última imagen completa transmitida por Rosetta fue la que vimos llegar entera a la Tierra poco antes del impacto final en Sais", explicó Holger Sierks, investigador principal de la cámara Osiris en el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Gotinga, Alemania. "Más tarde, descubrimos algunos paquetes de telemetría en nuestro servidor y, caramba, (pensamos que) podía tratarse de una nueva imagen". Si bien ya no se esperan nuevas sorpresas en cuanto imágenes, los investigadores han recopilado toneladas de material para estudiar cómo se formó el cometa.

La sonda espacial Rosetta fue lanzada en 2004 y orbitó alrededor de 67P desde 2014.

¿Llegó la vida a la Tierra a través de cometas? El hallazgo en 2016 de dos moléculas necesarias para la vida en la nube de polvo y gas que envuelve al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko refuerza esta teoría. La sonda espacial Rosetta, que fue lanzada en 2004 y que orbitó alrededor del 67P desde 2014, detectó glicina, un aminoácido presente en las proteínas, y fósforo, elemento que forma parte del ADN, de las membranas celulares y que sirve para transportar energía, según un artículo publicado en la revista Science. Los datos fueron reunidos desde agosto de 2014 a agosto de 2015, cuando la sonda se hallaba a entre 10 y 200 kilómetros del cometa.

¿Tuvo nuestro Sistema Solar un origen tan violento como el que creemos? La sonda espacial Rosetta tambien detectó oxígeno molecular en la nube de gas que rodea al cometa 67P. El hallazgo tomó a los científicos de la misión completamente por sorpresa, ya que la molécula de este gas es tan reactiva que se pensaba que habría reaccionado con otros elementos durante la formación de los planetas. La nave espacial Philae, que aterrizó de forma accidentada en noviembre de 2014, encontró en el mismo una rica variedad de compuestos orgánicos.

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