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3 de Marzo de 2020

Hadaka Matsuri (literalmente Festival Desnudo) es un tipo de festival japonés de ámbito religioso que llevan a cabo los seguidores del Sintoísmo. Estos festivales se caracterizan por la semidesnudez de los participantes como medio de purificación: solamente llevan el fundoshi, prenda tradicional japonesa. Dentro de los Hadaka Matsuri , existen varios tipos; los tres más conocidos son el de la ciudad de Okayama, en el templo Saidai-ji; el de Inazawa, en el templo Owari Okunitama Jinja; y el de Fukuoka, en el templo Hakozaki.

El Saidai-ji Eyo se celebra cada año el tercer fin de semana de febrero. En él se reúnen más de 9000 devotos en el templo Saidaiji con el objetivo de ser el primero en encontrar y coger el amuleto que un sacerdote lanza a la multitud. Según la tradición, a la persona que lo consigue le seguirá un año de buena suerte.

La historia del Saidai-ji Eyo Hadaka Matsuri se remonta a hace 500 años. En aquel momento, los fieles de la religión sintoísta competían entre ellos para conseguir los talismanes que los sacerdotes lanzaban. Los talismanes, llamados Go-o, eran de papel y servían como representación del final del entrenamiento al que se sometían para el Año Nuevo. Sin embargo, los papeles no eran lo suficientemente resistentes para aguantar, por eso se sustituyeron por barras de madera, llamadas shinji, que permitieron continuar con la tradición como se había conocido hasta entonces.

El festival comienza con una celebración de prueba para los niños a las 16:00. Acto seguido hay un concierto del tradicional tambor japonés, el Taiko, y bailes tradicionales. A pesar de encontrarse en pleno invierno y que las temperaturas estén bajo cero, a medida que se acerca la hora, los participantes se meten en una piscina de agua helada al son de «¡wasshoi, wasshoi!», un grito de ánimo para todos ellos.

Una vez en el templo, sobre las 22:00, las luces se apagan y comienza la competición: un sacerdote lanza el artefacto de madera, que funciona como los antiguos talismanes, desde una ventana a una altura de cuatro metros. Para hacerlo más difícil, se lanzan también otro tipo de objetos a la multitud; pero cuando cae por fin el objeto sagrado, comienza la lucha entre jóvenes, mayores, luchadores profesionales de sumo, y los yakuza (mafia japonesa), reconocidos por llevar el fundoshi en color negro en vez de blanco. En ese momento se crean olas de personas en movimiento incontrolables. En Okayama se concentran cada año casi 10000 participantes con el objetivo de alcanzar el shinji y conseguir un año de buena suerte, pero de todos los que se presentan cada año, solo unos 50 no son de origen japonés.

Debido al peligro que conlleva, es necesario que se cumplan algunas normas para poder llevar a cabo el festival de una forma segura:

- Cada uno de los participantes debe preparar papeles con su nombre, tipo de sangre y número de emergencia y guardarlo de antemano bajo su vestimenta.

- Las peleas están prohibidas: aunque a veces la actitud ansiosa de los participantes rompe esta norma.

- No se puede beber.

- No se puede llevar tatuajes.

El Naoi Shinji tiene lugar en el templo de Owari Okunitama Jinja en la ciudad de Inazawa en la prefectura de Aichi. Este festival tiene por objetivo conseguir tocar al Shin-otoko, persona elegida para ser el «hombre de la suerte». Se dice que todo el que llegue a tocarlo obtendrá un año de buena suerte.

Según la religión Sintoísta, esta práctica religiosa comenzó en el Periodo Nara, más o menos el año 767 D.C, debido a una época de enfermedades y malas cosechas El emperador Shotoku ordeno que se celebraran ceremonias de purificación, para ahuyentar todos los males del territorio. Para ello se elegía a un ciudadano, el Shin-Otoko (el Hombre de la Suerte o el hombre espíritu). El día 13 de enero del calendario lunar se capturaba indistintamente a un hombre, los únicos que no podían elegirse eran los samuráis, los niños, las mujeres, los sacerdotes y los mendigos. Para atraparlo se dirigían a él con lanzas, espadas y con el tessho, una rama del árbol Sakaki con pequeñas campanas, un talismán y un cuchillo atados a ella. El hombre debía afeitarse todo el bello corporal y después lo llevaban al santuario, dónde lo ofrecían como sacrificio. Antes del amanecer del día siguiente, el cuerpo del Shin–Otoko se llevaba fuera del territorio sagrado. Debido a la brutalidad que acarreaba aquel acto y a las revueltas que causaba, el festival se ilegalizó en 1744, durante el mandato de Oda Nobunaga. Más tarde, a comienzos de la Era Meiji, sobre el año 1867, el rito volvió a instaurarse, pero de la manera en la que lo conocemos hoy en día.

Hoy en día el Shin-Otoko no se captura como antes, sino que se presentan varios voluntarios de los que solamente se elegirá a uno. Este, siguiendo la tradición, debe retirar todo el vello de su cuerpo para purificarse, excepto las cejas y las pestañas. Durante tres días permanece en el templo y solamente puede abastecerse de agua y arroz. El tercer día todos los hombres asistentes al festival hacen desfiles por la ciudad llevando el Naoi-zasa al templo Kounomiya. El Naoi-zasa es un gran palo de bambú envuelto con telas con mensajes de plegaria escritos por aquellos que no pueden participar en el rito. Una vez llegan al santuario, el conjunto de hombres tiene que esperar a la llegada del Shin-otoko. A las 15:00, se realiza un rito sintoísta; acto seguido el sacerdote agita el tessho (árbol sakaki decorado con talismanes, una «campanita» y un cuchillo) frente a los participantes y da comienzo al acto para que los hombre comiencen a aproximarse al Shin-otoko y lo toquen. Es necesario que haya personal de seguridad lo proteja debido a la cantidad de personas que se abalanzan hacia él.

El Tamaseseri tiene lugar en el templo Hakozaki, en la ciudad de Fukuoka, prefectura de Fukuoka. En este caso el objetivo de los concursantes consiste en levantar una bola de 8 kilogramos de peso y 30 centímetros de diámetro, llamada takara-no-tama, y hacérsela llegar al sacerdote.

El templo Hakozaki se fundó en el año 923. Tradicionalmente estaba dedicado al dios Hachiman, conocido como el patrón de los granjeros y de los pescadores. Este dios también era conocido como el dios de la guerra y el protector del pueblo japonés. Se dice que el festival tuvo su comienzo hace unos 500 años y que este tiene que ver con la leyenda del dios Dragón, Riujin. Se conoce como el dragón de la buena fe, relacionado también con la agricultura, la lluvia y las cosechas. La leyenda cuenta que Ryujin le dio 2 gemas a la emperatriz Jingu para que pudiese defenderse de la marina coreana. La gema «Kanju» y la gema «Manju» fueron la ayuda necesaria para ganar la batalla contra la marina coreana.

Los hombres que participan en este festival también se visten solamente con el fundoshi. Además, los participantes deben dividirse en dos equipos: los hombres de la tierra y los del mar A las 13:00, la bola del yin y la del yang, que representan respectivamente lo femenino y lo masculino, se conducen al templo. Más tarde, los niños llevan la bola del yang hacia el templo Hakozaki, hasta que se la pasan a los verdaderos participantes, que los están esperando a mitad de camino. Se crea una gran agitación y entusiasmo entre la multitud en el momento que los hombres cruzan el Torii (puerta del templo) mientras se disputan la bola, a la vez que se les arrojan agua fría por encima, a pesar de ser invierno. Mientras tanto, la bola del yin no se mueve del templo, junto al sacerdote, que espera en otra de las puertas, el Romon, hasta que uno de los hombres le hagan llegar la bola. En el caso de que el equipo que lo logre sea el de los granjeros, habrá un año de buenas cosechas; si, por el contrario, es el de los pescadores el que gana, se dará un año próspero para la pesca.

5 de Marzo de 2020

Su padre pertenecía a una próspera familia española afincada durante generaciones en las Islas Filipinas. Su madre, alemana, murió a los pocos meses de su nacimiento y su padre contrajo segundas nupcias con una norteamericana. Así que Cristóbal pasó su infancia en las Islas Filipinas, Alemania, Estados Unidos y España. Estudió Derecho y Dirección de Empresas en Madrid, Hamburgo y Múnich. Decidió dedicarse a la fotografía, residiendo en Londres en 1969 tras conocer el trabajo de Henri Cartier-Bresson, por lo que abandonó sus estudios. Su trabajo se exhibió por primera vez en la exposición itinerante Three Photographers, organizada por el Victoria & Albert Museum. Colaboró con las agencias John Hillelson en Londres y Viva en París. Trasladó su residencia a España en 1980, y posteriormente colaboró con la agencia Cover en Madrid. Hasta 1985, Hara había trabajado exclusivamente en blanco y negro, pero desde entonces lo hará exclusivamente en color. Quería ser fotoperiodista, pero su interés no era tanto por los temas como por el propio lenguaje fotográfico, lo que le llevó a una crisis que se resolvió en el momento en el que empezó a utilizar el color, evolucionando hacia una dirección en la que las fronteras entre realidad y ficción dejan de ser nítidas. Sus fotografías han sido publicadas en revistas como Camera, Creative Camera, DU. Aperture, Photovisión y European Photography; así como en las revistas de El País, La Vanguardia y El Semanal. Está representado por las galerías Marlborough en Madrid y Jacob Witzenhausen, en Ámsterdam.

Poco conocido por el gran público, Cristóbal Hara (Madrid, 1946) es uno de los grande de la fotografía española y toda una referencia en la nueva fotografía documental, pese a mantenerse al margen de los círculos oficiales. Formó parte de los Cinco Jinetes, con Cristina García-Rodero, Koldo Txamorro, Ramón Zabalza y Fernando Herráez.

En 2016 recibió el prestigioso premio Bartolomé Ros, concedido por PhotoEspaña. Su obra está presente en el Museo Reina Sofía de Madrid, el Stedelijk de Ámsterdam o el Art Institut de Chicago.

Ahora presente en Oporto una exposición que recorre cincuenta años de su trabajo, reflejo de su visión de un país en transición. La muestra puede verse hasta el 14 de Marzo en el Espaço SP620 y es parte del proyecto Salut au monde!, del comisario Pablo Berástegui y que se sirve de la fotografía documental para cuestionar quiénes somos.

7 de Marzo de 2020

FOTONOJA te invita a participar en su concurso de fotografía de naturaleza. La Villa de Noja convoca a todos los fotógrafos de naturaleza, para mostrar sus mejores trabajos y participar en un acontecimiento único. Un concurso de fotografía que cuenta con un jurado compuesto de fotógrafos de reconocido prestigio, dotado con más de 3.000 € en premios y dividido en 6 categorías temáticas.

9 de Marzo de 2020

Las mujeres mexicanas se han plantado y han dicho basta a la violencia y la desigualdad. La manifestación del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fue una de las más multitudinarias de la historia del país: según las autoridades, unas 80.000 personas participaron en la marcha que atravesó el centro de Ciudad de México, y las movilizaciones se repitieron en otras ciudades del país. Al día siguiente, el lunes 9 de marzo, se produjo otra acción sin precedentes: una huelga feminista que paralizó lugares de trabajo y escuelas. Se trata de la primera de estas características en la historia de México. Bajo el hashtag #UnDíaSinNosotras, algo más de medio millón de funcionarias de la Administración Pública no acudieron a su puesto de trabajo. La huelga también se notó en el transporte público, las sucursales bancarias y las oficinas. El Paro Nacional de Mujeres, como se ha denominado la huelga feminista del 9 de marzo, fue convocado por Las Brujas del Mar, un movimiento feminista surgido en el estado de Veracruz, uno de los más castigados por la violencia contra las mujeres: en 2019, se contabilizaron 157 feminicidios en ese territorio. La propuesta de huelga, convocada el 18 de febrero, corrió como la pólvora en las redes sociales, donde el colectivo es muy activo, y pronto se viralizó. Fue compartida más de 50.000 veces.

El incremento de los feminicidios, la violencia sexual contra las mujeres, el acoso callejero, la desigualdad de oportunidades y la pobreza que afecta principalmente al sector femenino de la sociedad mexicana ha encendido la mecha de las protestas.

Los feminicidios -es decir, los asesinatos contra mujeres con un componente de género- son una lacra cotidiana en México y van en aumento. Según el fiscal General de México, Alejandro Gertz, los feminicidios han aumentado un 137% en los últimos cinco años. En 2015 se contabilizaron 426. En 2019 la cifra ascendió a 1.010. Y todo parece que en 2020 se batirá un récord: solo en enero se contabilizaron 320 asesinatos de mujeres. Más de diez al día. Son cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

A pesar de estas cifras, el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, está recibiendo críticas por su laxitud a la hora de tomar medidas para erradicar la violencia contra las mujeres, lo que ha indignado a los colectivos feministas. Además de responder con evasivas cuando es preguntado sobre este tema en sus ruedas de prensa diarias, el mandatario culpa a menudo de los feminicidios a las políticas neoliberales de los gobiernos anteriores. Tras la violación y asesinato de de la niña de 7 años Fátima, que conmocionó a México y encendió la indignación, López Obrador dijo que los asesinatos por cuestión de género se debían a una sociedad que “cayó en una decadencia, un proceso de degradación progresivo que tuvo que ver con el modelo neoliberal”. De hecho, intentó politizar la huelga del 9 de marzo, asegurando que había sido convocada por grupos de derechas, lo que incendió aún más los ánimos de una sociedad cansada de tanta violencia.

12 de Marzo de 2020

Betsabé Espinal (también apellidada como Espinosa o Espinoza) (Bello, Colombia; 1896 - Medellín, 16 de noviembre de 1932) fue una hilandera y una de las líderes sindicales que dirigieron la primera huelga de obreras de Colombia en la Fábrica de Tejidos de Bello (Antioquia) del 12 de febrero al 4 de marzo de 1920. Esta no fue la primera huelga colombiana, pero se considera que fue la primera vez que las mujeres se organizaron para reclamar sus derechos laborales.

Se tienen pocos datos acerca de su vida antes y después de la huelga. Erróneamente se le conoce como Espinosa o Espinoza. Espinal fue bautizada en la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Bello en 1896. Fue hija natural de Celsa Espinal y no tuvo hermanos, tampoco se casó, ni tuvo descendientes.

La Fábrica de Tejidos de Bello, fundada en 1904 por Emilio Restrepo Callejas, era una importante fábrica textil ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Medellín, en lo que luego fue el barrio Playa Rica. El personal fabril femenino, de entre 13 y 25 años, representaba el 80% de la plantilla, con jornadas de más de diez horas, ganando un 250 % menos que sus compañeros varones por las mismas labores (ellas cobraban entre $0.40 y $1.00 a la semana; mientras que los hombres, entre $1.00 y $2.70).

La huelga estalló el 12 de febrero de 1920 por una serie de abusos cometidos por la dirección de la empresa y los capataces. No era la primera vez que las trabajadoras textiles habían intentado paralizar la fábrica, pero en esta ocasión se habían organizado mejor. Se exigía el despido de dos funcionarios administrativos, cuyo trato era despótico y abusivo con las trabajadoras, y de los capataces, acusados de abuso sexual; además las trabajadoras pidieron que se les permitiera trabajar con alpargatas (lo hacían obligatoriamente descalzas), incrementos salariales y tiempo libre dentro de la jornada laboral para la toma de alimentos.

A la huelga se sumaron entre 400 y 500 obreras, no obteniendo el apoyo del personal masculino de la fábrica, quienes fueron insultados por las mujeres e increpados por esquiroles. A la cabeza del movimiento estuvieron las obreras textiles Teresa Tamayo, Adelina González, Carmen Agudelo, Rosalina Araque, Teresa Piedrahita y Matilde Montoya. Betsabé Espinal, con 24 años de edad, tuvo el rol más activo durante la huelga, negociando con los patrones, interviniendo en las asambleas, atendiendo a la prensa en Medellín e impulsando la creación de un Comité de Solidaridad o de Socorro para financiar la huelga y obtener alimentos para las huelguistas.

La noticia de la huelga fue difundida el 13 de febrero en el diario antioqueño El Correo Liberal con un titular en primera página, a cuatro columnas. La dirección de la empresa y las autoridades civiles y religiosas intentaron negociar el fin del paro, pero las mujeres se encontraban decididas a lograr sus reivindicaciones. Al tercer día de huelga, Espinal viajó a Medellín para hacer llegar sus reclamos al gobernador de Antioquia. También visitó las sedes de los periódicos El Espectador, El Correo Liberal y El Luchador, concediendo sendas entrevistas, gracias a lo cual la huelga tuvo un gran alcance en la región. Así, los estudiantes de medicina de la Universidad de Antioquia hicieron una colecta para socorrer a las obreras, mientras que una fábrica de tejidos de Medellín se ofreció a sostenerlas durante dos meses para que no cedieran.

Tras 24 días de huelga consiguieron sus peticiones: un aumento salarial del 40%, reducción de la jornada laboral a nueve horas y cincuenta minutos, mejores condiciones de higiene, el despido de los supervisores acusados de conductas indebidas y de los administradores enemigos de las trabajadoras, así como la regulación del sistema de multas.

El párroco de Bello y el arzobispo de Medellín actuaron como mediadores. Una vez finalizada la huelga, una delegación de mujeres, encabezadas por Betsabé Espinal, viajó a Medellín para firmar el acuerdo en la sede principal de la empresa, e impulsó una multitudinaria marcha en agradecimiento a los apoyos recibidos, movilizándose entre la Estación Villa y el Parque Berrío. Finalmente, una vez acabada la huelga, Restrepo Callejas despidió a varios trabajadores de ambos sexos a modo de represalia, incluida Betsabé. La huelga tuvo una importante repercusión en la lucha por los derechos laborales femeninos. En 1929, siguiendo el ejemplo de Bello, las 186 obreras de la fábrica Rosellón de Envigado realizaron un paro exigiendo un aumento salarial y la destitución de algunos administradores abusivos.

Espinal emigró a Medellín en busca de trabajo, y vivió en una casa aledaña al cementerio San Lorenzo (hoy Niquitao) y cercana de la residencia de María Cano.

Murió en la madrugada del 16 de noviembre de 1932, a la edad de 36 años, tras intentar reparar un cable suelto caído por una tormenta. El suceso ocurrió en una casa de Medellín, ubicada en la carrera Villa (carrera 41) con calle 41 (Los Huesos). Betsabé llegó al hospital con vida, pero la gravedad del accidente hizo que los médicos no pudieran salvarle la vida.

13 de Marzo de 2020

La ESA ha respaldado la creación de esta célula solar ultradelgada y flexible para ofrecer la mejor relación potencia / masa para misiones espaciales. Con aproximadamente 0,02 mm de grosor, más fina que un cabello humano y con una eficiencia de hasta un 32%, consta de tres o cuatro capas de diferentes materiales optimizadas para hacer uso de diferentes longitudes de onda de luz que componen el espectro solar. Estas células solares más delgadas que el papel podrían aprovecharse para futuros satélites de la ESA o pseudo satélites de gran altitud (HAPS): aviones o globos sin tripulación para realizar tareas similares a la que realizan los satélites desde la atmósfera superior.

20 de Marzo de 2020

En Febrero hablábamos del World Press Photo 2020, el certamen de fotoperiodismo más importante del mundo. Desde el enlace, eldiario.es ofrece las historias tras todas las fotos premiadas en el World Press Photo 2018.

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