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1 de Febrero de 2020

Han pasado ya 80 años de aquella España en blanco y negro pero las heridas todavía supuran interrogantes y mucho dolor. En 2019 se cumplian 80 años del final de la Guerra civil española: El 1 de abril de 1939 terminó un conflicto que acabó con unas 150.000 vidas, cifra muy discutida por los expertos, y más de 200.000 personas desplazadas de sus hogares, dando inicio a un periodo de dictadura que se extendería al menos 36 años más. Queriendo dar unas pinceladas históricas del terrible panorama, encontramos en el camino la obra del guionista, músico y fotógrafo Sebastian Maharg: 'Pasado en paralelo: Madrid 1936-1939'. Se trata de un proyecto fotográfico iniciado en 2015 mediante la unión de la tecnología de Google Street View y fotografías bélicas extraídas del archivo nacional.

El Madrid que conocemos es ese del que quieres volar hasta el cielo. Una ciudad vibrante, luminosa, repleta de vida y de planes por hacer. Pero en un pasado, no muy lejano, fue el escenario de un guerra, como todas, dolorosa e injusta. Una época negra que desintegró por completo cualquier oportunidad de desarrollo y progreso. El impacto de la Guerra civil española en los años 1936-1939, y la posterior crisis económica, ofrecían una imagen de la urbe muy distinta a la actual. Este proyecto nos hace reflexionar a través del pasado y de sus errores. La energía y el dolor están ahí, pero también la obligación de que no se repita la historia.

El proyecto ha evolucionado con el apoyo público y con motivo de la efeméride del aniversario, Sebastian ha lanzado un archivo compuesto por fotografías propias que recoge hasta 50 situaciones donde se superponen tiempos y emociones; un trabajo en curso que va abriendo ventanas a un pasado cargado de crueldad en el Madrid del conflicto.

4 de Febrero de 2020

Nursing Now es una campaña mundial para mejorar la salud elevando el estatus y el perfil de la enfermería. Las enfermeras están en el corazón de la mayoría de los equipos de salud y desempeñan un papel fundamental en la promoción de la salud, la prevención y el tratamiento de enfermedades. Como profesionales de la salud más cercanos a la comunidad, tienen un papel particular en el desarrollo de nuevos modelos de atención comunitaria y en el apoyo a los esfuerzos locales para promover la salud y prevenir enfermedades. Al desarrollar la enfermería y la partería, los países pueden lograr el triple impacto de mejorar la salud, promover la igualdad de género y apoyar el crecimiento económico. Nursing Now es un movimiento social en crecimiento con una red activa de grupos que trabajan para influir en la política global y nacional. En la actualidad, hay 587 grupos de Nursing Now activos en 117 países (a febrero de 2020) con nuevos grupos que se registran y se lanzan cada mes, y un estupendo concurso de fotografía.

5 de Febrero de 2020

El fotógrafo británico Terry O'Neill, que se hizo famoso en el mundo de la moda y las celebridades, entre ellas los Beatles o los Rolling Stones, falleció a finales de 2019, según informó Iconic Images, firma que le representaba. El célebre fotógrafo, que contaba con la condecoración de Comendador de la Orden del Imperio Británico (CBE), dejó un gran legado de trabajos que permanecen en la National Portrait Gallery de Londres.

«Cualquiera que haya tenido suficiente suerte para conocerlo o trabajar con él puede dar fe de su generosidad y modestia», señaló un portavoz de Iconic Images. «Como uno de los fotógrafos más icónicos de los últimos sesenta años, sus instantáneas legendarias quedarán para siempre en nuestra memoria, así como en nuestros corazones», agregó. Una de sus últimas apariciones públicas fue el pasado octubre para recoger su condecoración CBE de manos del duque de Cambridge, el Príncipe Guillermo, en el Palacio de Buckigham. O'Neill, que padecía cáncer de próstata, declaró entonces a los medios que ese reconocimiento ha «sobrepasado cualquier cosa» que le haya pasado en su vida.

Los trabajos de este fotógrafo se pueden ver en galerías de arte y también en colecciones privadas en todo el mundo, además de haber sido portadas de revistas o de publicidad de películas. Según la Real Sociedad de Fotografía, O'Neill pudo captar la cultura de los jóvenes en los pasados años sesenta, más conocidos en el Reino Unido como los «vibrantes 60», con los Beatles en el momento más alto de su fama. Además de fotografiar a los Stones, también tomó instantáneas de David Bowie, Led Zeppelin o Eric Clapton, mientras que entre sus mejores amigos figuraban Michael Caine y Raquel Welch.

La Reina Isabel II y el expresidente sudafricano Nelson Mandela posaron para O'Neill, quien estuvo casado con la actriz Faye Dunaway de 1983 a 1986, pero años después contrajo matrimonio con una exejecutiva de la moda, Laraina Ashton. También tomó fotos a Audrey Hepburn y Elizabeth Taylor y a otros famosos como Terence Stamp o Frank Sinatra, mientras que trabajó además para varias películas de James Bond.

La conexión de Terry O´Neill con los sesenta era tan estrecha que estuvo a punto de morir asesinado la noche del 8 de agosto de 1969, una fecha que ya es un lugar común identificar con el colofón de esa década. Sharon Tate, a la que había fotografiado ese año, le había invitado a la famosa fiesta que se convertiría en el crimen más sangriento de la Familia Mason, pero por suerte ese día acababa de aterrizar en los Angeles y, afectado por el jet lag, rechazó la invitación y sobrevivió.

Hasta su muerte tuvo tiempo para retratar a algunas de las personas más famosas de las décadas siguientes: a Sting, a Woody Allen, a Isabella Rossellini…. O a Amy Winehouse, de quien decía que era la última estrella a la que valía la pena retratar. “Ya no hay nadie a quien quiera fotografiar. Amy Winehouse fue la última. Todas las estrellas de verdad se han ido”, dijo en 2018.

También por casualidad acabó convirtiéndose Terry O’Neill, hijo de una familia humilde de irlandeses emigrados a Lodnres, en uno de los fotógrafos más importantes de los años sesenta. Después de que el plan de ordenarse sacerdote, tal y como deseaba que hiciera su madre, quedara descartado por su evidente falta de fe, quiso ser baterista de jazz, y con ese objetivo aceptó un puesto como fotógrafo en la compañía aérea British Overseas Airways, calculando O’Neill que viajaría regularmente a Estados Unidos y eso le permitiría triunfar en los clubes de jazz de Nueva York.

Un día, fotografío a un hombre que se había quedado en uno de los asientos del aeropuerto. Resultó que el pasajero en cuestión era el entonces ministro de Interior británico y gracias a la repercusión que tuvo su foto en la prensa consiguió un trabajo como fotógrafo en el Daily Sketch. También tuvo la suerte de que el “pequeño grupo” que su jefe en este diario le pidió que fotografiara en 1963 resultara ser los Beatles, a punto de debutar con el que fue su primer disco de éxito, Please Please Me.

Suya es la primera imagen en prensa de los Fab4.

Ese mismo año, Terry O’Neill fotografió a los Rolling Stones antes de embarcarse en su primera gira, una buen racha que en el mundo de la música continuaría en los años setenta con sus retratos de Elton John o de David Bowie cuando mudaba la piel de Ziggy Stardust para convertirse en Thin White Duke. Las instituciones británicas eran su especialidad: Terry O’Neill también fotografió a Winston Churchill, a Laurence Olivier travestido, a los distintos actores que han interpretado a James Bond desde Sean Connery… o incluso a Isabel II, de quien contaba que había sido la única persona con la que se había puesto nervioso trabajando. “Busqué algunas bromas sobre carreras de caballos para romper el hielo y, gracias a Dios, funcionó y se rió”, declaró el año pasado.

Su fotografía más famosa, no obstante, la protagonizó la actriz estadounidense Faye Dunaway, a la que Terry O’Neill retrató junto a la piscina del Beverly Hills Hotel la mañana después de ganar su Oscar por Network en 1979, rodeada de los periódicos del día y con el vestido de satén que había llevado antes en Chinatown. Seis años después, el fotógrafo y la actriz se casaron y tuvieron un hijo, aunque esta vez la casualidad no fue tan fructífera para O'Neill y su matrimonio solamente duró tres años.

10 de Febrero de 2020

La nueva nave espacial de la ESA para la exploración del Sol, Solar Orbiter, se lanzó sobre el cohete Atlas V 411 de los Estados Unidos desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Cabo Cañaveral, Florida, a las 04:03 del 10 de febrero de 2020. Liderada por la ESA pero con una fuerte participación de la NASA, Solar Orbiter observará algunas de las regiones nunca antes vistas del Sol, como los polos, e intentará arrojar más luz sobre los orígenes del viento solar, que puede derribar las redes eléctricas e interrumpir las operaciones de satélites que orbitan la Tierra. La nave espacial aprovechará la atracción gravitacional de Venus para ajustar su órbita y obtener vistas sin precedentes de la superficie solar.

11 de Febrero de 2020

Matar un ruiseñor (título original en inglés: To Kill a Mockingbird) es una novela de 1960 de la escritora estadounidense Harper Lee. Su publicación tuvo un éxito instantáneo, ganando el premio Pulitzer y pasando a convertirse en un clásico de la literatura estadounidense. La novela está inspirada en las observaciones de la autora sobre su familia y sus vecinos, así como en un incidente ocurrido cerca de su ciudad en 1936, cuando tenía 10 años de edad. Aunque la novela trata sobre temas polémicos como la violación y desigualdad racial, también es alabada por su calidez y humor. El padre de la narradora, Atticus Finch, ha servido como ejemplo de moral para muchos lectores y como modelo de integridad para los abogados. Un crítico explicaba el impacto de la novela diciendo: «en el siglo XX, Matar un ruiseñor es el libro más leído sobre el tema racial en Estados Unidos, y su protagonista, Atticus Finch, es la imagen de ficción más duradera del heroísmo racial».

Siendo una novela gótica sureña y un Bildungsroman, los temas principales de Matar un ruiseñor comprenden la injusticia racial y la destrucción de la inocencia. Los estudiosos han hecho notar que Lee también toca temas de clase, coraje y compasión, y de roles de género en el Deep South estadounidense. El libro se utiliza ampliamente en las escuelas de países angloparlantes, junto con lecciones que enfatizan la tolerancia y condenan los prejuicios. No obstante, Matar un ruiseñor también ha sido objeto de campañas para su retirada de la escuela pública, con frecuencia por el uso que hace de epítetos raciales. De igual modo, los estudiosos señalan que los personajes negros no se exploran completamente, por lo que muchos lectores negros los reciben de forma ambivalente, a pesar de que sí tienen un profundo efecto en muchos lectores blancos. La acogida de la novela varió ampliamente a partir de su publicación. Los análisis literarios son bastante escasos en comparación con el número de copias vendidas y su uso en la educación.

La autora Mary McDonough Murphy, quien coleccionó impresiones individuales sobre el libro realizadas por numerosos autores y figuras públicas, considera a Matar un ruiseñor como «un fenómeno sorprendente».

En 2006 los bibliotecarios británicos situaron la obra por delante de la Biblia en cuanto a «libros que todo adulto debería leer antes de morir».

Fue adaptada al cine en 1962 con título homónimo por el director Robert Mulligan, con guion de Horton Foote, obteniendo 10 nominaciones a los premios Óscar y consiguiendo tres premios. Desde 1990 se ha representado una obra de teatro anualmente en la localidad natal de Lee: Monroeville, Alabama. Fue la primera y única novela publicada de Harper Lee hasta el 15 de julio de 2015, cuando se publicó Ve y pon un centinela, borrador que inicialmente no fue publicado y que narra la infancia de la protagonista de Matar un ruiseñor.

El actor Gregory Peck y la novelista Harper Lee, en el set de Universal Pictures release durante el rodaje de "Matar a un ruiseñor".

Harper Lee con su padre Amasa Coleman Lee, en la casa familiar en Monroeville (Estados Unidos), en septiembre de 1961.

Harper Lee junto con la actriz infantil Mary Badham que interpretó a Jean Louise 'Scout' Finch en Matar a un ruiseñor y por el que fue nominada al Óscar a la mejor actriz de reparto, en una imagen en 1961.

Los escritores estadounidenses Nelle Harper Lee y Truman Capote.

13 de Febrero de 2020

Entre los variados concursos que organiza la plataforma LensCulture, desde 2008 se celebra el LensCulture Exposure Awards, un certamen que busca descubrir fotógrafos excelentes de diversos orígenes y con distintos niveles de experiencia, y conectarlos con una audiencia global así como brindarles nuevas oportunidades en su carrera. Entre los ganadores de los tres primeros premios, en categoría Series o Imagen individual, los ocho juror´s picks y los finalistas hacen un total de 39 fotógrafos de 18 países distintos que han sido galardonados por el concurso y formarán parte (junto a los ganadores de otros concursos) de la muestra Paris Photo New York que se realiza en primavera en la ciudad de los rascacielos.

14 de Febrero de 2020

Los ratones son otra de las señas de identidad del metro de Londres, casi tan habituales como el logo del anillo rojo que acompaña al transporte público británico desde 1917. Sam Rowley (Bristol, 1994) ha ganado el premio del público del Wildlife Photographer of the Year, el premio al fotógrafo de vida salvaje del año, con una fotografía de estos rodeores. En su foto, titulada Station squabble (Pelea en la estación), dos pequeños ratones luchan durante la noche por quedarse un trozo de comida. La imagen ha sido la más votada por la gente en esta edición del concurso.

El ganador pasó cinco jornadas en el metro londinense y disparó miles de fotos hasta que captó este momento en el que, según explica el pie de foto de la imagen en la página del concurso, varios roedores peleaban por restos de comida que se le habían caído a los pasajeros. Recorría las estaciones durante las últimas horas de su apertura al público y comprobaba que los viajeros se entretenían más de lo que él esperaba viendo a los pequeños compañeros de viaje recorrer los andenes, en vez de expresar rechazo. "No todo el mundo puede disfrutar de la vida salvaje en lugares remotos del planeta, así que quise presentar esta foto al concurso para recordar que también hay vida salvaje que es urbana", explica él mismo al Museo de Historia Natural de Londres, organizador de este premio.

Rowley cuenta que su objetivo fue desde el principio cazar a estos pequeños animales comportándose de forma espontánea, algo que le resultó complicado: el ruido de trenes y el continuo ajetreo humano invitaba a los ratones a esconderse todo el tiempo. "Tiene que ser muy duro vivir ahí abajo si hay que ganar un combate de boxeo para lograr unas migajas", comenta el ganador del premio. Además de estar en el suburbano hasta el final de la jornada, Rowley pasaba buena parte del tiempo tirado en el suelo para obtener un mejor punto de vista. El joven británico se especializó en fotos de vida salvaje mientras estudiaba Biología en la Universidad de Bristol. Ahora, trabaja para la cadena BBC, en el área de programas centrados en Historia Natural, explica en su página web. Se le ocurrió el proyecto Station squabble después de que un amigo le enviara un vídeo de ratones en el metro al regresar a casa después de una noche de fiesta. "Pensé que era un reto, el de capturar su modo de vida, que nadie había decidido tomar antes", explica el autor de la imagen. Esta semana, tras conocerse el galardón, la imagen se ha popularizado en redes sociales, tanto en inglés como en español.

"La imagen de Sam echa un vistazo fascinante al modo en que la vida animal funciona en medio de un entorno dominado por el ser humano. El comportamiento de estos ratones está adaptado a la rutina diaria de los humanos. Este trabajo nos recuerda que, mientras paseamos, nuestra existencia humana está conectada con la naturaleza que vive a nuestro lado. Ojalá esto invite a la gente a reflexionar y a valorar más sobre esta relación entre el hombre y la naturaleza", valora Michael Dixon, director del museo. El Museo de Historia Natural de Londres también expone en sus salas los trabajos ganadores y finalistas hasta el 31 de mayo de 2020. En esta edición, más de 48.000 imágenes de fotógrafos de cien países del mundo han concursado en las distintas categorías de estos premios. El centro cultural ya anunció en octubre de 2019 a los ganadores en las otras categorías. El premio principal fue a parar a The Moment, de Yongqing Bao.

The Moment, de Yongqing Bao, ganó en octubre de 2019 el premio principal de estos galardones fotográficos.

15 de Febrero de 2020

La poda de árboles en el siglo XIX fue una operación tediosa y necesitaban grupos de hombres en las ramas superiores de los árboles para crear follaje más denso en la parte superior. Aunque, en algunos casos, los podadores solo intentaron evitar que los árboles se convirtieran en un peligro. Aquí, podemos ver que necesitaban un equipo entero para trabajar en un árbol de este tamaño porque sería una tarea importante para una o dos personas. ¿Te imaginas la pesadez de las ramas que sujetan a los hombres a la copa del árbol?

17 de Febrero de 2020

Un año más (y van nueve ediciones) se han desvelado los ganadores del concurso Mobile Photo Awards, el certamen de fotografía más importante del mundo que premia las mejores fotos hechas con dispositivos móviles (smartphones principalmente). Como siempre decimos, un ejemplo de que la mejor cámara es la que uno tiene a mano, y que no se pueden despreciar sin más las posibilidades de los móviles (nos gusten más o menos).

Como en ocasiones anteriores, el concurso (de origen canadiense) estaba estructurado en torno a 19 categorías más un premio principal, el de “fotógrafo móvil del año” que en esta ocasión ha ido a parar (junto a 3.000 dólares en metálico) al húngaro Daniel Heilig por un cuerpo de fotos realizadas con un iPhone XS Max.

18 de Febrero de 2020

Ronda es una ciudad de la provincia española de Málaga en España, que está situada sobre un profundo desfiladero. Ese desfiladero (el Tajo) separa la nueva ciudad, que data de aproximadamente del siglo XV, del casco antiguo, que se remonta a la época del dominio árabe. En el Puente Nuevo, un puente de piedra que se extiende sobre el desfiladero, hay un mirador con vistas. La plaza de toros de la ciudad nueva, una plaza legendaria del siglo XVIII, es uno de los monumentos más destacados de la ciudad.

19 de Febrero de 2020

El volcán Taal es un volcán activo situado en la costa oeste de la isla de Luzón, en las Filipinas. Está situado en Talisay y San Nicolás en Batangas. Es una isla en el lago Taal, que se sitúa dentro de una caldera formada anteriormente por una erupción muy grande. Se encuentra aproximadamente a 50 kilómetros de la capital, Manila. Su erupción es peleana. El volcán ha entrado en erupción 33 veces desde 1572, causando pérdida de vidas en las áreas pobladas que rodeaban el lago (1911- 1300 muertos; 1965- 200 muertos). El período reciente más activo del volcán se dio entre 1965 y 1977. Estuvo caracterizado por la interacción del magma con el agua del lago, lo que produjo violentas erupciones freáticas. Los depósitos de aquella erupción estaban compuestos por tefra con un alto contenido en sulfuros. Debido a su proximidad a las áreas pobladas y a la historia eruptiva, el volcán se ha señalado como digno de estudio cercano para prevenir los desastres naturales futuros. Y así, en Enero de este año, despertó de nuevo.

Los terremotos causaron grietas y fisuras en quince poblaciones próximas al Taal y tres carreteras en la provincia de Batangas, por lo que se instalaron controles militares por motivos de seguridad en numerosos accesos. En la imagen, un residente camina el martes 14 de enero junto a viviendas y árboles dañados por las cenizas volcánicas en Laurel.

El volcán Taal, uno de los volcanes más pequeños del mundo, arrojó lava a media milla de altura, con terremotos, mientras decenas de miles de personas huian de las aldeas oscurecidas por una pesada nube de ceniza. La mayoría de las familias que viven alrededor del volcán se dedican a la ganadería y a la pesca en el lago Taal, pero con la erupción han perdido su medio de vida.

Nubes de ceniza volcánica cubren los árboles en Laurel, provincia de Batangas (Filipinas). La erupción forzó la evacuación de más de 30.000 personas en los municipios de los alrededores, mientras que la ceniza alcanzó Manila, la capital del país, situada a unos 60 kilómetros. El volcán Taal, que se encuentra en medio de un lago, es uno de los más activos del archipiélago, situado en una zona de alta actividad sísmica al estar ubicado en el Cinturón de fuego del Pacífico.

El volcán de Taal es parte de una cadena de volcanes a lo largo del lado occidental de la isla de Luzon, que fueron formados por subducción de la placa Eurasiática por debajo del cinturón volcánico móvil filipino. El lago Taal está dentro de una caldera de 25-30 kilómetros formada por cuatro erupciones explosivas hace entre 500 000 y 100 000 años. Cada una de estas erupciones creó depósitos extensos de ignimbrite, alcanzando tan lejos como donde Manila está enclavada hoy. Desde la formación de la caldera, las erupciones subsecuentes han creado otra isla volcánica, dentro de la caldera, conocida como isla del volcán. Esta isla cubre un área de cerca de 23 km², de conos volcánicos superpuestos y cráteres. 47 diversos conos y cráteres se han identificado en la isla.

La isla del volcán contiene un lago llamado Lago del cráter. Dentro del lago hay otra isla volcánica, llamada Vulcan Point. Vulcan Point es la isla más grande del mundo dentro de un lago en una isla dentro de un lago.

Ha habido 33 erupciones registradas en Taal desde 1572. Una erupción devastadora ocurrió en 1911, que provocó más de mil muertes. Los depósitos de esa erupción consistieron en un tephra (no-juvenil) amarillento, bastante descompuesto con un alto contenido del sulfuro. El período más reciente de actividad ha de 1965 a 1977, y fue caracterizado por la interacción del magma con el agua del lago, que produjo explosiones freáticas violentas. Particularmente, la erupción de 1965 condujo al reconocimiento del flujo piroclástico gaseoso como proceso en la erupción volcánica (debido al hecho de que uno de los geólogos americanos, que visitaron el volcán poco después la erupción 1965, había sido testigo de una explosión atómica cuando era soldado). La erupción generó gases piroclásticos y flujos piroclásticos fríos, que viajaron varios kilómetros a través del lago Taal, devastando aldeas en la orilla del lago y, matando a cientos de personas. La evacuación de la población de la isla solamente ocurrió después del inicio de la erupción.

Las señales precursoras no fueron interpretadas correctamente hasta después de la erupción. Las erupciones estrombolianas de 1968 y 1969 produjeron un flujo masivo de la lava que alcanzó la orilla del lago Taal. La erupción de 1977 produjo simplemente un cono pequeño de ceniza volcánica dentro del cráter principal. Aunque el volcán ha estado inactivo desde 1977, ha dado muestras de actividad desde 1991, con actividad sísmica fuerte y fracturas de tierra, así como la formación de los géiseres pequeños del fango en las partes de la isla.

Vista satelital del lago y el volcán Taal, en Filipinas.

Por su proximidad a las áreas pobladas y su historia eruptiva violenta, Taal se ha señalado como uno de dieciséis volcanes de la década, convirtiéndose en un foco de los esfuerzos de investigación y los planes para mitigar el desastre. Mientras que la actividad sísmica es un precursor común de la actividad eruptiva, otro indicador útil en Taal es la temperatura del lago. Antes del comienzo de la erupción de 1965, la temperatura del lago se elevó varios grados sobre lo normal. Sin embargo, la temperatura del lago no se alza siempre antes de una erupción. Antes de algunas erupciones, la disolución de gases volcánicos ácidos en el lago ha dado lugar a la muerte de una gran cantidad de peces.

Una observación interesante respecto a la isla del volcán fue hecha en 1994. Los volcanologistas que medían la concentración del gas radón en el suelo en la isla midieron un aumento anómalo de la concentración de radón por un factor de seis en octubre de 1994. Este aumento fue seguido 22 días más tarde por un terremoto de magnitud 7.1 el 15 de noviembre, centrado cerca de 50 kilómetros de sur de Taal, en la costa de Luzón. Un tifón había pasado por el área algunos días antes de que el índice de radón fuera medido, pero cuando el tifón Ángela, uno de los más fuertes que alcanzó el área en diez años, atravesó Luzón por prácticamente el mismo camino un año después no se detectó ningún alza de radón. Por tanto los tifones fueron descartados como causa y se evidencia fuertemente que el radón se originó por la tensión acumulada precedente al terremoto.

21 de Febrero de 2020

La primera imagen del Puente de Manhattan, tomada el 21 de febrero de 1908 por Eugene de Salignac. Captada desde la confluencia de las calles Washington y Adams (Brooklyn). El puente de Manhattan fue inaugurado el 31 de diciembre de 1909.

Eugene de Salignac (1861-1943) fue un fotógrafo estadounidense que trabajó para el Departamento de Puentes/Plantas y Estructuras de la ciudad de Nueva York. Nacido en Boston en 1861 en el seno de una excéntrica familia de la nobleza francesa exiliada, de Salignac no tenía ninguna formación formal en fotografía. En 1903, a la edad de 42 años, su cuñado le consiguió trabajo como asistente del fotógrafo del Departamento de Puentes, Joseph Palmer. Después de tres años de aprendizaje, Palmer murió repentinamente y, en octubre de 1906, De Salignac asumió sus funciones. Como único fotógrafo del departamento de 1906 a 1934 (en 1916 cambió su nombre por el de Departamento de Plantas y Estructuras), documentó la creación de la infraestructura moderna de la ciudad, incluidos puentes, importantes edificios municipales, carreteras y metros.

No son funambulistas sobre el alambre. Son pintores trabajando en el puente de Brooklyn. Resulta impresionante ver trabajar a estos hombres, a más de 90 metros de altura, sin ningún tipo de medidas de seguridad. Evidentemente, eran otros tiempos. La instantánea fue captada el 7 de octubre de 1914.

En particular, documentó la construcción del Puente de Manhattan y el Puente de Queensboro y el Edificio Municipal de Manhattan pero su imagen más famosa es la de pintores posando con indiferencia sobre los cables del Puente de Brooklyn. Utilizando una cámara de gran formato y negativos de placa de vidrio de 8x10 pulgadas, tomó más de 20.000 imágenes a lo largo de su carrera. La mayoría de estos negativos y más de 15.000 impresiones antiguas se encuentran en los Archivos Municipales de la ciudad de Nueva York. A los 70 años, de Salignac todavía escalaba puentes y trabajaba activamente, pero se vio obligado a jubilarse en 1934 a pesar de una petición al alcalde La Guardia.

Nueva York publicó en 2021 por primera vez en internet más de 870.000 imágenes que forman parte de los registros de su Archivo Municipal que se remontan al año 1858 y que permiten a investigadores y curiosos hacer un apasionante recorrido gráfico por más de un siglo y medio de historia de la Gran Manzana.

Durante su vida, la obra de de Salignac fue poco vista fuera del gobierno de la ciudad de Nueva York, y su nombre fue olvidado después de su muerte en 1943. Sus imágenes fueron redescubiertas en la década de 1980, pero no fue hasta 1999 que un archivero se dio cuenta de que la colección era en su mayor parte obra de un solo hombre. En 2007, Aperture publicó New York Rises , la primera monografía de su obra, que se convirtió en una exposición itinerante que se inauguró en el Museo de la Ciudad de Nueva York. Desde entonces, sus fotografías han sido ampliamente reproducidas y forman parte de un creciente interés por la fotografía industrial que ha quedado fuera del canon fotográfico tradicional.

23 de Febrero de 2020

Alzando la bandera en Iwo Jima (en inglés Raising the Flag on Iwo Jima) es el nombre de una fotografía histórica tomada el 23 de febrero de 1945 por Joe Rosenthal en la isla de Iwo Jima, Japón. Muestra a cinco marines de los Estados Unidos y un médico de la Armada alzando la bandera estadounidense en el monte Suribachi durante la batalla de Iwo Jima de la Segunda Guerra Mundial. La foto llegó a ser muy popular y fue reimpresa, su autor obtuvo el premio Pulitzer de fotografía. Está considerada como la instantánea de guerra más importante de la historia, una de las más reproducidas del mundo. De los seis hombres que aparecen en la imagen, tres (Franklin Sousley, Harlon Block y Michael Strank) cayeron en combate, mientras que los supervivientes (John Bradley —después de una larga investigación, el Cuerpo de Infantería de Marina de los EE. UU. reconoció que Bradley no estuvo en la foto sino el infante Harold Schultz, quien sobrevivió a la guerra—, Rene Gagnon e Ira Hayes) se convirtieron en celebridades debido al uso propagandístico de guerra que se realizó con su aparición. La imagen fue utilizada por Felix de Weldon para esculpir el Memorial de Guerra del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, junto al Cementerio Nacional de Arlington, a las afueras de Washington D. C.

Para finales de 1944 las fuerzas japonesas comenzaron a experimentar la derrota en todos los frentes de batalla. Lejos habían quedado los días de gloria posteriores al ataque a Pearl Harbor del 7 de diciembre de 1941 y las ocupaciones de Filipinas, Singapur, Hong Kong y el territorio que había mantenido la Compañía de las Indias Orientales. A partir de 1943 y hasta la batalla de Okinawa en 1945, el almirante Chester Nimitz lideró una campaña consistente en ir tomando pequeñas islas que sirvieran de apoyo en el avance de las tropas de los Aliados.

Después de la ocupación de las islas Marianas en agosto de 1944, la isla de Iwo Jima era lo único que se interponía entre Tokio y los B-29 localizados en las Marianas, además de que los dos aeropuertos que alojaba (unidos a un tercero en construcción) servirían como zona de despegue de los P-51 Mustang, desde los cuales podrían custodiar a los Superfortress hasta Japón. Por ello, se estableció como una prioridad que esta isla pasara al control estadounidense. Iwo Jima contaba además con una estación con radar que permitía alertar al Imperio japonés hasta con dos horas de anticipación el ataque de bombarderos. El desembarco estadounidense del 19 de febrero de 1945 estuvo precedido por un intenso cañoneo de artillería desde 485 navíos alrededor de la isla. Las tropas japonesas, comandadas por el teniente general Tadamichi Kuribayashi, decidieron esperar a que las tropas invasoras avanzaran tierra adentro para atacar, por lo que se habían construido 800 fortines y refugios bajo tierra, así como 4,8 kilómetros en túneles. Desde la base del Suribachi, alrededor de las 10:00 a. m., las tropas japonesas comenzaron a disparar contra las de desembarco infligiendo graves bajas. Robert Sherrod, corresponsal del Time-Life describió el momento como «una pesadilla en el infierno».

A partir de este momento los estadounidenses avanzaron contra una fuerte resistencia. El 23 de febrero de 1945, cuatro días después, cayó el Suribachi en manos de los invasores. Ese es el momento que Rosenthal inmortalizó. A pesar de haber tomado este importante lugar estratégico, la isla no fue declarada como lugar seguro sino hasta 31 días después, el 26 de marzo. Se estima que en el conflicto perecieron 6825 estadounidenses y resultaron heridos más de 19 000, mientras que en el bando japonés fallecieron más de 22 000 militares.

Ioto (hasta 2007 se le conoció como Iwo Jima) está entre las islas Volcánicas localizada a 1200 km (650 millas náuticas) al sur de Tokio. Con forma de trapecio de 21 km², su paisaje es rocoso, retorcido, lleno de cuevas, barrancos y montañas, elementos que jugaron en favor de los defensores durante la batalla.1? En la geografía predomina el monte Suribachi, un volcán dormido de 166 metros en el extremo sur. Forma parte de la metrópolis de Tokio, por lo que el gobernador de Tokio es su administrador. Iba a ser el primer territorio japonés en ser capturado por los estadounidenses, por lo que era de suma importancia evitar la derrota.

El monte Suribachi, ubicado en la punta sur, es la característica más predominante de la isla.

Joe Rosenthal nació en Washington D.C. en 1911. Al principio tomó la profesión de fotógrafo como un pasatiempo pero durante la Gran Depresión se mudó a San Francisco, donde encontró empleo en el Newspaper Enterprise Association en 1930. Dos años más tarde se convirtió en reportero y fotógrafo para el San Francisco News, donde comenzó su carrera en varios medios. En 1944 fue contratado por la Associated Press para cubrir las zonas bélicas, su primer destino fue Nueva Guinea. Luego cubrió la invasión a Guam antes de ir a la batalla de Iwo Jima.1 Su vida cambió al regresar de Iwo Jima: se convirtió en una celebridad, recibió un buen aumento de sueldo, fue galardonado con el Premio Pulitzer de Fotografía y se entrevistó con el Presidente Harry Truman, aunque se estima que tan sólo recibió US$10.000 por esa foto. Entró al San Francisco Chronicle, donde estaria 35 años hasta su retiro.

Rosenthal falleció en 2006, a los 94 años.

Fue galardonado post mortem con la Medalla al Servicio Público Distinguido por parte del Cuerpo de Marines.

La famosa foto plasmó la segunda vez que se alzó la bandera de Estados Unidos ese día. Primero se alzó en la cima del Suribachi al poco tiempo de que la montaña fuera tomada ese 23 de febrero (a las 10:20). El comandante del segundo batallón, Chandler Johnson, le ordenó al capitán Dave E. Severance que enviara una sección y tomara la montaña. Severance, comandante de la Compañía Easy (2.º Batallón, 28.º Regimiento, 5.ª División), ordenó que el teniente Harold G. Schrier liderara la patrulla. Justo antes de que Schrier se dirigiera a la montaña, el comandante Chandler Johnson le dio una bandera y le dijo: «si llegas a la cima, ponla». El Ayudante de Campo de Johnson, teniente Greeley Wells, había tomado una de 1,37 metros x 0,71) de su barco de transporte, el USS Missoula (APA-211). La patrulla llegó hasta la cima sin incidentes y se alzó la bandera, lo que fue plasmado por Louis R. Lowery, un fotógrafo de la revista Leatherneck. En ese momento se encontraban el cabo Charles W. Lindberg, el sargento de sección Ernest I. Thomas Jr., el sargento Henry O. "Hank" Hansen y el soldado raso James Michels.

Aunque esta bandera era muy pequeña, podía verse desde las playas.

El Secretario de la Armada, James Forrestal había decidido la noche anterior que quería desembarcar y presenciar la fase final de la lucha por la montaña. Su bote tocó tierra justo después de que se alzó la bandera y el ánimo del alto mando se tornó en júbilo. Mirando hacia lo alto, en la mancha roja, blanca y azul, Forrestal le aseguró a Smith: «Holland, el haber alzado esa bandera en Suribachi significa un Cuerpo de Marines para los siguientes quinientos años».

Forrestal se dejó llevar de tal manera por el fervor del momento que decidió que quería esa bandera como recuerdo. Su voluntad no fue del agrado del comandante del 2.º Batallón, Chandler Johnson. «Al diablo con ello», espetó el coronel cuando recibió el mensaje; creía que la bandera pertenecía al Batallón. Decidió asegurarla lo más pronto posible y envió a su asistente de operaciones, el teniente Ted Tuttle a la playa a buscar una bandera de reemplazo. Después de pensarlo un poco, Johnson le comentó a Tuttle: "y que sea más grande"».

El clamor de los marines y las bocinas de los barcos alertaron a los japoneses en los búnkeres. Pronto se vieron bajo los disparos de los japoneses, pero fueron capaces de eliminar la amenaza con solo una baja: la cámara de Lowery.

Por órdenes del coronel Chandel Johnson, enviadas por medio del capitán Severance, el sargento Michael Stank, el cabo Harlon H. Block, y los soldados raso Franklin R. Sousley e Ira H. Hayes pasaron la mañana del 23 tendiendo un cable telefónico hasta lo alto del Suribachi. Severance también envió al soldado raso Rene A. Gagnon, un mensajero, al puesto por baterías nuevas para un walkie-talkie SCR-300. De acuerdo con la historia oficial del Cuerpo de Marines, Tuttle recibió la bandera del alférez Alan Wood, quien a su vez la había recibido en un depósito de suministros en Pearl Harbor. La bandera más grande (2,44 x 1,42 m) fue llevada por Tuttle de regreso a su puesto de mando y se la entregó a Johnson, quien se la dio a Gagnon, con órdenes de que la llevara a la cima del Suribachi para que fuera alzada.

Sin embargo, la Oficina de Historia de la Guardia Costera apoya la versión de Robert Resnick, quien sirvió a bordo del LST-758: «Antes de que muriera en el 2004, Resnick dijo que Gagnon abordó el LST-758 la mañana del 23 de febrero buscando una bandera. Resnick dijo que tomó una de una caja y solicitó el permiso a su Comandante, el teniente Feliz Molenda, para donarla. Resnick mantuvo en silencio su participación en este evento hasta 2001».

Los marines llegaron a la cima a mediodía y Gagnon se les unió. A pesar de la cantidad de tropas japonesas en los alrededores, la patrulla de 40 hombres llegó sin que les hubiera disparado debido a que se encontraban bajo bombardeo. Rosenthal, junto con los fotógrafos de la Marina Bob Campbell y Bill Genaust (fallecido nueve días después) subieron al Suribachi. En el camino consideraron regresar pero se encontraron con Lowery, quien les aseguró que la cima era excelente para tomar fotos. Los tres llegaron cuando los marines ataban la bandera a un viejo tubo de agua que habían usado los japoneses. Rosenthal dejó su cámara en el suelo en pos de apilar rocas para tener un lugar más alto desde el cual fotografiar. Casi perdió la toma pues en esos momentos los cinco marines y el oficial médico comenzaron a subirla. Alzó su cámara y sacó la foto sin usar el visor. Diez años después, escribió:

«De reojo vi que los hombres comenzaron a alzar la bandera. Alcé mi cámara y tomé la escena. Esa es la forma en que tomé la fotografía, y cuando tomas una fotografía de esa forma, no te vas pensando en que hiciste una gran toma. No lo sabes».

Bill Genaust, parado hombro con hombro con Rosenthal, tomó una película cinematográfica del momento, por lo que tiene un ángulo de visión idéntico al de la famosa foto.

De los seis militares —Michael Strank, Rene Gagnon, Ira Hayes, Franklin Sousley, Harold Schultz y Harlon Block— solo tres (Hayes, Gagnon y Schultz) sobrevivieron a la batalla. Strank murió seis días después cuando un misil, es muy probable que lanzado desde un destructor estadounidense, impactó en su pecho; horas después, Block murió a causa de un mortero; Sousley, recibió un disparo de francotirador el 21 de marzo, pocos días antes de que la isla fuera declarada segura.

Rosenthal envió el rollo a Guam para que fuera revelado e impreso. Tras observarla, el editor de fotografías de la agencia Associated Press, John Bodkin, exclamó: «¡Aquí hay una para todos los tiempos!». De inmediato la envió por fax a la oficinas de la AP en Nueva York. Apareció en cientos de periódicos con un tiempo muy corto desde su toma, diecisiete horas y media. Sin embargo, no quedó exenta de controversias. Después de que se alzó la segunda bandera, Rosenthal les pidió a los marines que posaran para una fotografía grupal conocida como Gung-ho, lo cual quedó documentado por Bill Genaust. Días después de la toma, ya de regreso en Guam, alguien le preguntó a Rosenthal si habían posado para la foto. Pensando que le preguntaban por la foto Gung-ho, contestó «Claro». Después de eso, Robert Sherrod, corresponsal de Time-Life, le contó a su editor en Nueva York que Rosenthal había hecho posar a los marines. Durante el programa de radio de la revista, Time Views the News, se difundió el reporte de que «Rosenthal subió el Suribachi después de que la bandera había sido plantada [...] como la mayoría de los fotógrafos no pudo resistir acomodar a los personajes en una pose histórica». Como resultado de este reporte, Rosenthal fue acusado de haber montado la foto o al menos de haber encubierto la primera vez que se alzó la bandera. Un editor del New York Times sugirió que le quitaran el Pulitzer. Por décadas, Rosenthal debió refutar los argumentos de quienes aseguran que el momento fue montado.

John Bradley, quien necesitó muletas durante algún tiempo después de la batalla a causa de las heridas causadas por metralla, en una aparición junto a un póster en favor de la séptima colecta de bonos de guerra.

Después de ver la foto, el Presidente Franklin D. Roosevelt comprendió que dicha imagen sería un excelente símbolo para la próxima recaudación de bonos de guerra, por lo que ordenó que los marines identificados regresaran al país. Utilizando una ampliación, Rene Gagnon identificó a los que participaron, aunque se rehusó a identificar al sexto hombre (Hayes), alegando que había prometido guardar el secreto de esa identidad. Gagnon había prometido no revelar la identidad de Hayes pues éste había amenazado con matarlo. Después de ser llevado a las oficinas centrales del Cuerpo de Marines e informarle que era una orden directa del Presidente que revelara la identidad, Gagnon aceptó identificar a Hayes. Gagnon además se equivocó al identificar a Harlon Block como el sargento «Hank Hansen», que no sobrevivió a la batalla, pero había participado en el alzamiento de la primera bandera. John Bradley estuvo de acuerdo con la información proporcionada por Gagnon y el 8 de abril de 1945 el Cuerpo de Marines reveló la identidad de cinco. Faltó la mención a Sousley debido a que el anuncio de su muerte durante la batalla no había sido emitido a sus familiares. Los sobrevivientes hicieron una gira de recaudación que reunió $26,3 mil millones de dólares, más del doble de la meta inicial.

Estatua en honor al evento en el Memorial del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos del Condado de Arlington.

Bell Block, madre de Harlon, rechazó la versión oficial y aseguró a los medios que su hijo aparecía en la foto. Apenas arribó a Washington D.C. el 19 de abril, Hayes avisó del error en la identificación de Block a un oficial de relaciones públicas que le asignó la Marina. Dicho oficial le dijo a Hayes que la información había sido publicada de manera oficial y le ordenó que guardara silencio. Alrededor de año y medio después, y sumido en la depresión y el alcoholismo, Ira Hayes fue hasta Texas para informarle a la familia de Block que Harlon había participado en el evento histórico.

Ira recordó que Rene Gagnon y John Bradley no habían podido recordar, pues se habían unido al pequeño grupo casi en el último momento: que habían sido Harlon [Block], Mike [Strank], Franklin [Sousley] y él mismo quienes habían subido el Suribachi a media mañana para tender un cable telefónico; fue Rene [Gagnon] quien había subido con la bandera de repuesto. Hansen no había participado en esta acción.

La madre de Block, Belle, escribió una carta al Representante del Congreso Milton West, quien por su parte reenvió la carta al Comandante del Cuerpo de Marines Alexander Vandergrift, quien ordenó una investigación. Después de la evidencia, tanto Gagnon como Bradley aceptaron la posibilidad de que fuera Block y no Hansen quien aparecía en la foto.

A finales de 1946, Ira Hayes rompió el silencio y reveló que Harlon Block había sido identificado erróneamente como Hank Hansen.

La foto de Rosenthal ganó el Premio Pulitzer de fotografía en 1945, fue la única en ganar el premio el año en que fue tomada. A comienzos de 1951 Felix de Weldon fue comisionado para el diseño del memorial del Cuerpo de Marines, quien escogió la foto para reproducirla en bronce con una base de granito. La construcción tardó tres años. Los tres sobrevivientes posaron para Weldon, quien utilizó sus rostros como modelo. Los tres que no sobrevivieron fueron recreados en fase a fotos. El memorial fue dedicado el 10 de noviembre de 1954 por el Presidente Dwight Eisenhower, acompañado por el Vicepresidente Richard Nixon así como los tres sobrevivientes. El nombre de Rosenthal no apareció sino hasta años después en una placa en la base.

La mayoría desconoce que la foto de Rosenthal capturó un segundo alzamiento de la bandera, lo que llevó al resentimiento de los marines que tomaron parte del primero. Charles W. Lindberg, quien participó en aquel, comentó: «Fui llamado mentiroso y muchas cosas más. Fue terrible».

La foto original está en posesión de Roy H. Williams, quien la compró en la finca de John Faber, historiador oficial de la National Press Photographers Association, quien la recibió de Rosenthal.

Las banderas se encuentran en el Museo Nacional del Cuerpo de Marines en Quantico, Virginia.

La primera y segunda bandera que fueron alzadas ese día se conservan actualmente en el Museo Nacional del Cuerpo de Marines. Es de hacer notar que esta bandera, como todas las utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial, tenía solo 48 estrellas ya que ni Alaska ni Hawái habían alcanzado aún el nivel de Estado.

Bradley mantuvo en silencio sus experiencias, alegaba que había olvidado lo pasado. Durante 47 años de matrimonio, solo habló del tema una sola vez con su esposa Betty, durante su primera cita. A petición de ella, «por el bien de sus nietos», dio una entrevista en 1985. Tres años después de su muerte en 1994, su familia fue a Suribachi y colocó una placa (elaborada con granito de Wisconsin y con la forma de dicho estado) en el lugar en que fue alzada la bandera. A modo de catarsis James Bradley, hijo de John, pasó cuatro años entrevistando a los familiares de los participantes en dicho evento y publicó el libro Flags of Our Fathers (Banderas de nuestros padres). Este libro sirvió de inspiración para la película del mismo nombre, dirigida por Clint Eastwood. Otro de los involucrados, Gagnon, quiso recibir algo, incluso participó en una película. Durante su última entrevista, en 1953, se lamentó:

«Durante los días de mayor fama muchos políticos se arrimaron a mí mientras me prometían grandes cosas. Todo eso se evaporó en poco tiempo. Los políticos desaparecieron y yo volví a Manchester, donde soy toda una celebridad. Cuando me presentan a alguien, siempre me preguntan si soy yo el tipo de la foto, y después añaden que no pueden creer que tenga el trabajo que tengo; ‘deberías tener un buen trabajo y un montón de dinero’, dicen».

Placa conmemorativa ubicada en el Monte Suribachi, la cual fue colocada por los familiares de John Bradley y que tiene la forma del estado de Wisconsin.

Gagnon falleció el 12 de octubre de 1979 con el sentimiento de haber sido estafado por el gobierno. El tercero, Ira Hayes, sobrevivió con culpa; se tornó alcohólico y fue arrestado quince veces hasta su muerte, a los 32 años. Su efímera fama lo hizo aparecer en la película de John Wayne, Arenas de Iwo Jima; su biografía fue protagonizada por Tony Curtis. Johnny Cash le cantó The Ballad of Ira Hayes (La balada de Ira Hayes).

La foto de Rosenthal ha sido reproducida en distintos formatos y medios. Apareció en 3,5 millones de panfletos durante la séptima colecta de bonos de guerra. En películas, el final de Sands of Iwo Jima de 1949, tiene a los tres sobrevivientes en un cameo. The Outsider, de 1961, es la vida de Hayes por Tony Curtis. Para elevar la moral y vender más bonos de guerra, los supervivientes “Doc” Bradley, Gagnon y Hayes fueron llevados de gira como si fueran estrellas del cine, treparon a un Monte Suribachi de cartón piedra en un estadio de béisbol de Chicago y recibieron honores en Times Square. En julio de 1945, la Oficina Postal de los Estados Unidos lanzó una estampilla con la imagen, que fue incluida entre las diez de una colección lanzada por el gobierno en 1995 para conmemorar el 50.º aniversario de la Segunda Guerra Mundial.

En 2005, la United States Mint lanzó una conmemorativa moneda de plata con la representación del momento, para el aniversario 230 del Cuerpo de Marines. A partir de su presentación el 20 de julio en Quantico, Virginia, vendieron 600 000 monedas. Una foto similar fue tomada por Thomas E. Franklin, del periódico Bergen Record, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Aunque es conocida como Ground Zero Spirit (Espíritu de la Zona Cero), es nombrada como «Raising the Flag at Ground Zero» (Alzando la bandera en la Zona Zero), en una clara alegoría: tres bomberos alzan la bandera de los Estados Unidos en medio de las ruinas del World Trade Center. Franklin aceptó que en cuanto vio la escena notó coincidencias con la foto de Rosenthal. En 2008, la revista Time parodió la foto en el artículo How to Win the War on Global Warming, en el que el asta y la bandera son reemplazados por un árbol, además de que el marco rojo cambió por segunda vez en 85 años, esta vez a color verde. La publicación recibió opiniones muy desfavorables. El grupo de teatro español Yllana hizo una versión de la imagen para el cartel de su espectáculo Brokers: Sus cuatro componentes se colocan en la misma posición para alzar un dólar.

Memorial erigido sobre el lugar donde se alzó la bandera.

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos mantuvo allí una base durante veinte años y un contingente de la Guardia Costera permaneció hasta 1968. En 1993 la isla regresó a jurisdicción de Japón como base marítima de autodefensa del país. Tiene 325 habitantes y los civiles no tienen acceso debido a las instalaciones militares. Solo una vez al año, en marzo, se realiza un recorrido promovido por el Cuerpo de Marines, casi exclusivo para veteranos de guerra.

En 2007, tras la protesta de antiguos habitantes de la isla, fue devuelto su nombre original: Ioto, isla de azufre.

A pesar de que esta instantánea no es tan ilustre como su "prima segunda", la fotografía sobre estas líneas fue tomada antes que la archiconocida imagen donde varios soldados estadounidenses izan una bandera en la cima del monte Suribachi, en la isla de Iwo Jima. En el contexto del avance de las tropas norteamericanas por la islas del Pacífico durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, Iwo Jima fue un objetivo estratégico conquistado a los japoneses en febrero de 1945. Cuando los primeros soldados subieron a lo alto del Suribachi izaron una primera bandera más pequeña, momento plasmado aquí por la cámara de Louis R. Lowery. Más tarde, recibieron otra bandera de mayor tamaño, cuyo izado sí fue captado por el objetivo de Joe Rosenthal. Las dos fotografías inmortalizaban un momento muy parecido con pocas horas de diferencia, sin embargo, tras el Pulitzer, la foto de Rosenthal saltó a la fama y de ahí al imaginario de todos como una de las imágenes más simbólicas de la Segunda Guerra Mundial.

El 11 de septiembre de 2001, entre los escombros, tres bomberos levantaron un mástil e izaron una bandera estadounidense, protagonizando así una imagen simbólica, que evocaba aquella otra de la batalla de Iwo Jima, 60 años atrás, que inspiró una película de Clint Eastwood (Bandera de nuestros padres, 2006). La tela, que se extravió, y encontrada 10 añós despues, se exhibe en el museo homenaje a las víctimas del 11-S en el sur de Manhattan.

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25 de Febrero de 2020

Las cicatrices de una Siria en llamas y otras imágenes que compiten por el World Press Photo 2020, el certamen de fotoperiodismo más importante del mundo, que selecciona las imágenes candidatas a los premios que se otorgarán el próximo 16 de abril.

'Combatiente kurdo herido recibe visita al hospital' © Ivor Prickett, The New York Times.

© IVOR PRICKETT, THE NEW YORK TIMES.

En 2011, la Primavera Árabe que había estallado en Túnez, Libia y Egipto, llegaba a países como Siria. Lo que comenzó como una protesta pasó allí a ser un enfrentamiento entre los partidarios del presidente sirio y sus opositores, hasta derivar en una guerra civil que dura hasta nuestros días.

Nueve años después, la guerra ha dejado millones de víctimas. Los supervivientes se juegan la vida para escapar del horror: según ACNUR, se han registado 5,6 millones de refugiados, algunos intentando llegar hasta las fronteras de países como Turquía o Jordania, otros atravesando el Mediterráneo para alcanzar Grecia o Italia. También 6,2 millones de desplazados internos, de los cuales el 80% vive en situación de pobreza. La contienda ha dejado más de 7.000 niños asesinados o mutilados y más de 3.000 reclutados para combatir.

Ahmed Ibrahim se enroló muy joven como combatiente de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Tenía dieciocho años cuando una bomba le dejó graves quemaduras por todo el cuerpo. Tras las curas e intervenciones, el pasado 20 de octubre de 2019, su pareja reunió el valor para visitarlo en un hospital de Al-Hasakah. Se había negado a verle así, aterrorizada por las heridas, pero una enfermera la convenció de entrar en la habitación en la que Ahmed se recuperaba lentamente. Entonces le sostuvo la mano y habló con él.

El fotógrafo irlandés Ivor Prickett captó el momento, que se ha convertido en uno de los instantes destacados entre las seis nominadas a mejor fotografía del año del World Press Photo 2020. El certamen de fotoperiodismo más importante del mundo celebra ahora la 63 edición, para la que han concurrido 4.282 fotógrafos de 125 países con más de 78.800 profesionales. Los ganadores de todas las categorías se darán a conocer el próximo 16 de abril.

La pariente de una víctima del accidente del vuelo ET302 de Ethiopian Airlines se arroja tierra en la cara mientras llora en el lugar del accidente del vuel, en las afueras de Addis Abeba, Etiopía, el 14 de marzo de 2019.

© MULUGETA AYENE, ASSOCIATED PRESS.

Estudiantes combaten a la policía antidisturbios durante una manifestación antigubernamental en Argel, Argelia, el 21 de mayo.

© FAROUK BATICHE, DEUTSCHE PRESSE-AGENTUR.

Un hombre de negocios guarda un lanzagranadas antitanque tras un día de exhibición en la Feria Internacional de Defensa (IDEX) en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, el 18 de febrero.

© NIKITA TERYOSHIN, RUSSIA.

Una niña armenia de 15 años despierta del estado catatónico provocado por el Síndrome de Resignación, y se sienta en una silla de ruedas flanqueada por sus padres, en un centro de recepción de refugiados en Podkowa Lesna, Polonia.

© TOMEK KACZOR, DUZY FORMAT, GAZETA WYBORCZA.

Un joven, iluminado por teléfonos móviles, recita un poema mientras unos manifestantes cantan consignas pidiendo un gobierno civil, durante un apagón en Jartum, Sudán, el 19 de junio.

© YASUYOSHI CHIBA, AGENCE FRANCE-PRESSE.

Yana, de Honduras, llora cuando su madre, Sandra Sánchez, es cacheada por un agente de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos en McAllen (Texas) el 12 de junio. Las familias inmigrantes habían viajado en balsa por el río Bravo desde México y fueron detenidas por las autoridades. Yana (que se acercaba a su segundo cumpleaños) y su madre habían formado parte de una caravana de refugiados que comenzó su viaje en el sur de México.

© JOHN MOORE, GETTY IMAGES.

Yana, una pequeña niña hondureña que está a punto de celebrar su cumpleaños, llora mientras su madre es registrada por un agente de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos en Texas. La escena no es insólita. Otras familias que viajaron desde México, primero en balsa por el rio Bravo y luego en furgonetas, también fueron detenidas por las autoridades corroborando así la "tolerancia cero" en inmigración que en abril de 2018 anunció Jeff Sessions, fiscal general del país presidido por Donald Trump.

La desgarradora imagen fue tomada por John Moore, quien confesó al Huffington Post que "fue muy difícil ver lo que sucedía frente a mi lente y pensar cómo sería para mis hijos separarse de mí". Como se explica en el periódico, el padre de Yana aseguró que la niña y su madre no habían sido separadas. Sin embargo, el momento se viralizó rápidamente por redes sociales despertando la indignación de miles de personas críticas con la política del gobierno de Estados Unidos que, según un informe recientemente publicado por The New York Times, habría alejado a miles de niños de sus familias.

Además de las ya conocidas categorías, como naturaleza, retratos o deportes, esta vez se introduce la de Historia del año, que busca honrar a las mejores series de instantáneas de la temporada. El resultado es una selección de candidatos de 25 nacionalidades distintas con algo en común: han inmortalizado una historia que debe conocerse en cualquier rincón del mundo.

Los ganadores para las diferentes modalidades se anunciarán durante una entrega de premios en Ámsterdam. Tres días después, como viene siendo habitual, comenzará una exposición con las imágenes reconocidas que recorrerá alrededor de 100 ciudades comenzando por la capital de los Países Bajos.

Las víctimas del que se cree que fue un ataque con gas reciben tratamiento en Ghouta Oriental, un distrito suburbano fuera de Damasco y uno de los últimos enclaves rebeldes en el conflicto sirio. Ha estado bajo el asedio de las fuerzas gubernamentales durante cinco años. Durante la ofensiva final, la región fue atacada con cohetes y bombardeos aéreos, incluido al menos un ataque con gas.

© MOHAMMED BADRA, EUROPEAN PRESSPHOTO AGENCY.

Un niño huérfano pasa junto a una pared con dibujos que muestran granadas propulsadas por cohetes en el país africano Chad, donde sufren una crisis que combina factores políticos y ambientales. El lago de Chad, que fue uno de los lagos más grandes de África y un salvavidas para 40 millones de personas, está experimentando una desertificación masiva. Sin embargo, como resultado del riego no planificado, la sequía prolongada, la deforestación y la mala gestión de los recursos, su tamaño ha disminuido en un 90% en los últimos 60 años.

© MARCO GUALAZZINI, CONTRASTO.

Yorladis está embarazada por sexta vez, después de tener otros cinco embarazos durante sus años en las FARC. Ella dice que logró ocultar el quinto embarazo a su comandante hasta el sexto mes con ropa suelta, ya que se creía que el embarazo era incompatible con la vida guerrillera. Desde la firma de un acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y el movimiento rebelde de las FARC en 2016, ha habido un baby boom entre las exguerrilleras. Las mujeres se vieron obligadas priorizar la guerra antes que los niños, dejando a los bebés con parientes o, según algunos, sometidos a abortos forzados, algo que las FARC niegan.

© CATALINA MARTIN-CHICO, PANOS.

La historia tras la imagen de la primera mujer nominada al World Press Photo: "Me volví invisible".

Un hombre no identificado trata de detener a la prensa cuando los investigadores saudíes llegaron el 15 de octubre al Consulado de Arabia Saudita en Estambul (Turquía), en medio de una creciente reacción internacional contra la desaparición del periodista Jamal Khashoggi.

© CHRIS MCGRATH, GETTY IMAGES.

World Press Photo, fundada en 1955, es una organización independiente sin ánimo de lucro con sede en Ámsterdam (Países Bajos), conocida por organizar el mayor y más prestigioso concurso anual de fotografía de prensa. Durante el mes de febrero de cada año, un jurado internacional independiente formado por trece miembros –y compuesto por editores gráficos, fotógrafos y representantes de agencias de prensa- escoge las fotografías ganadoras entre todas las enviadas el año anterior por fotoperiodistas, agencias, periódicos, revistas y fotógrafos de todo el mundo.

La organización World Press Photo no tiene ninguna influencia en las decisiones del jurado.

World Press Photo busca estimular el desarrollo del fotoperiodismo, fomentar la difusión del conocimiento, ayudar a consolidar altos cánones profesionales dentro del sector e impulsar un intercambio gratuito y sin restricciones de información. En definitiva, World Press Photo trata de promover la prensa fotográfica profesional a escala global. Con este fin, organiza además varios proyectos educativos por todo el mundo, como seminarios, talleres y el exclusivo curso anual Joop Swart Masterclass.

26 de Febrero de 2020

Una dinámica imagen de un grupo de focas cangrejeras nadando alrededor de un iceberg en la Antártida es la ganadora absoluta de la última edición del concurso Underwater Photographer of the Year, posiblemente el certamen de fotografía subacuática más prestigioso del mundo que es de origen británico y se celebra desde 1965.

La imagen ganadora es obra del francés Greg Lecoeur, nombrado gracias a ella como “Fotógrafo subacuático del año”, y fue realizada durante un viaje para documentar la vida silvestre en los icebergs a la deriva de las corrientes polares. Unos “hábitats masivos y misteriosos de los que se sabe poco” cuenta el autor. “Los icebergs fertilizan los océanos transportando nutrientes de la tierra que despiertan las floraciones de la vida marina y también proporcionan hogares para animales más grandes, como estas focas cangrejeras”.

Esta imagen resultó ganadora en una competición a la que se presentaron más de 5.500 fotografías de autores subacuáticos de 70 países de todo el mundo. Todas ellas dentro de trece categorías y con la opción de optar a varios premios principales, además de dos especiales para premiar exclusivamente a fotógrafos británicos.

Uno de los premios destacados es el denominado Marine Conservation Photographer of the Year 2020 que fue a parar al italiano Pasquale Vassallo por una foto de un atún arrastrado en una red hacia un barco de pesca. También el Up & Coming Underwater Photographer of the Year 2020, para autores emergentes, que este año es para la austriaca Anita Kainrath con una foto de tiburones limón nadando en un manglar de las Bahamas.

Un español entre la lista de nominados. Rafael Fernández en la categoría Marine Conservation por su foto ‘Tuna fishery during the moment of rising nets’ captada en Ceuta.

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