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23 - Diciembre - 2021
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Saturnales. Un amor truncado. Y algún spoiler.

Pedro está contento. Se acercan las Saturnales. Las mas importantes festividades romanas y el momento ideal para pedirle la mano a Flavia. Para colmo, es el encargado de velar por la seguridad del cordero, un honor ser el sacrificado. El Templo de Saturno luce brillante, el mármol pulido y el Foro Romano será testigo, como siempre, del bullicio del gentío. Y ahí está el, mirando fijamente al animal. Ya huele a pan. Se servirá en el banquete, se intercambiarán regalos. Y se relajarán las costumbres. Sí, sin duda, es una buena época para vivir, piensa para si, Pedro, el vigilante de carneros.

El poeta Catulo lo llamó «el mejor de los días».

Introducida alrededor del 217 a. C. para elevar la moral de los ciudadanos después de una derrota militar sufrida ante los cartagineses en el lago Trasimeno, oficialmente se celebraba el día de la consagración del templo de Saturno en el Foro romano, el 17 de diciembre, con sacrificios y banquete público festivo (lectisternium) y al grito multitudinario de «Io, Saturnalia». Pero esta fiesta era tan apreciada por el pueblo, que de forma no oficial se festejaba a lo largo de siete días, del 17 al 23 de diciembre. Las autoridades estatales se vieron obligadas a atender a la costumbre popular, visto el fracaso que supuso intentar reducir a 3 o 5 días de celebraciones propuestas respectivamente por Augusto y Calígula. A finales del siglo I, las vacaciones judiciales se prolongaron definitivamente a cinco días. En las fiestas Saturnales, se decoraban las casas con plantas y se encendían velas para celebrar la nueva venida de la luz. Los romanos amigos y familiares, se hacían regalos (en un principio, recordando a antiguos rituales, velas o figurillas de barro) como los que se hacen en la fiesta de la Navidad. Estas fiestas estaban dirigidas por un sacerdote, que cambiaba según el dios al que se le daba culto, el sacerdote se elegía en un colegio de sacerdotes.

Saturnalia de Ernesto Biondi (1909), en el Jardín Botánico de Buenos Aires. Las Saturnales se celebraban por dos motivos, en honor a Saturno, dios de la agricultura y como homenaje al triunfo de un victorioso general (fiesta del triunfo).

Las primeras se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas, por el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno). Probablemente las Saturnales fueran las fiestas de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano.

El templo de Saturno (en principio el dios más importante para los romanos hasta Júpiter), al pie de la colina del Capitolio, la zona más sagrada de Roma, marcaba el comienzo, seguido de un banquete público al que estaba invitado todo el mundo. Los romanos asociaban a Saturno, dios agrícola protector de sembrados y garante de cosechas con el dios prehelénico Crono, que estuvo en activo durante la mítica edad de oro de la tierra, cuando los hombres vivían felices, sin separaciones sociales. Durante las Saturnales, los esclavos eran frecuentemente liberados de sus obligaciones y sus papeles, en algunos casos, cambiados con los de sus dueños, intercambiar ropajes y labores. Quizás tambien lugar en el lecho. Posteriormente, el nacimiento del Sol y su nuevo período de luz fueron sustituidos por el papa Julio I, quien hizo coincidir en esas fechas el nacimiento de Jesús de Nazaret con el objetivo de acabar con las antiguas celebraciones. Gradualmente las costumbres paganas pasaron al Día de Año Nuevo, siendo asimiladas finalmente por la fiesta cristiana que hoy en día se conoce universalmente como el Día de Navidad.

Y se acabó lo bueno. Se inventó el papel de regalo y el resto es historia.

Para el anarquista italiano Luigi Fabbri, las Saturnales, que muestran al ser humano viviendo libre sin ley ni amo, son «un indicio de que el alma humana ha aspirado siempre a la libertad» y de que «entreveía el ideal de una sociedad de gentes libres e iguales».

También los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del Natalis Solis Invicti o asociada al nacimiento de Apolo. El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno, y que los romanos llamaron bruma. Cuando Julio César introdujo su calendario en el año 45 a. C., el 25 de diciembre debió ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre de nuestro Calendario Gregoriano. De esta fiesta, se tomó la idea del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesucristo.

Los antecedentes de la Navidad habría que situarlos en los años 320-353, durante el mandato del papa Julio I, que fijó la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre, a pesar de la creencia de que Jesucristo nació durante la primavera, quizá con la intención de convertir a los paganos romanos en cristianos. Posteriormente el año 440, el Papa León Magno estableció esta fecha para la conmemoración de la Natividad casi un siglo más tarde, en 529 el emperador Justiniano la declara oficialmente festividad del Imperio.

La Sagrada Escritura sólo señala que la muerte de Cristo se produjo durante la Pascua judía. Por otro lado, la primera representación del Belén, que escenificaba el nacimiento de Cristo, la realizó San Francisco de Asís en la Nochebuena de 1223, en una cueva próxima a la ermita de Greccio, en Italia. En cambio, la tradición del árbol de Navidad procede del norte de Europa.

En la actualidad, con la clásica representación se realizan auténticas obras de arte.

El árbol de Navidad o árbol navideño es un elemento decorativo, típico de la fiesta de Navidad. Tradicionalmente suele emplearse una conífera de hoja perenne, destacando entre ellas las especies de abeto, o también los árboles de pino. En la actualidad está muy popularizado el uso de árboles artificiales, de plástico y otros materiales sintéticos. Se decora con adornos como bolitas de colores de cristal u otro material menos frágil, luces, estrellas, campanas, lazos, espumillones, guirnaldas u otras decoraciones.

Cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, dios del Sol y la fertilidad, adornando un árbol no perenne, en la fecha próxima a la Navidad cristiana de la actualidad. Este árbol simbolizaba al árbol del Universo, llamado Yggdrasil, en cuya copa se hallaba Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín); y en las raíces más profundas estaba Helheim (el reino de los muertos). Posteriormente con la evangelización de esos pueblos, los conversos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo, pero cambiándole totalmente el significado. Se dice que San Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania, tomó un hacha y cortó un árbol que representaba al Yggdrasil (aunque también pudo ser un árbol consagrado a Thor), y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Conforme pasaba el tiempo, las manzanas y las velas se transformaron en esferas, luces y otros adornos. Después se agregó la tradición de poner regalos para los niños bajo el árbol, enviados por San Nicolás o también conocido como Santa Claus (y Papá Noel) o los Reyes Magos, dependiendo de las costumbres de la zona donde se encuentre.

Thor en la cultura popular.

Es posible que el primer árbol navideño, como se conoce en la actualidad, surgiera en Alemania, donde se implantó por primera vez en 1605 para ambientar el frío de la Navidad, comenzando así su difusión. A Finlandia llegó en 1800, mientras que a Inglaterra lo hizo en 1829, y en el Castillo de Windsor se vio por primera vez en 1841 de la mano del príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria.

La costumbre de adornar un árbol en los hogares españoles fue traída en el año 1870 por una princesa de origen ruso llamada Sofía Troubetzkoy, que después de enviudar del duque de Morny, hermano por parte de madre de Napoleón III, contrajo segundas nupcias con el aristócrata español José Osorio y Silva, marqués de Alcañices, uno de los mayores promotores de la Restauración borbónica que permitió reinar a Alfonso XII. Por ello, parece ser que la primera vez que se colocó un árbol navideño en España fue en Madrid, durante las navidades del año 1870, en el desaparecido palacio de Alcañices, ubicado en el paseo del Prado, esquina con la calle de Alcalá.

La tradición de adornar el árbol navideño parece que se inició en Alemania y Escandinavia en los siglos XVI y XVII, extendiéndose posteriormente a otros países europeos. Para su decoración se emplea en la actualidad una gran diversidad de objetos y elementos, siendo los más tradicionales:

Estrella: colocada generalmente en la punta del árbol, representa la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando a la estrella de Belén. Esfera: al parecer en un principio San Bonifacio adornó el árbol con manzanas, representando con ellas las tentaciones. Hoy día, se acostumbra a colocar bolas o esferas (en algunas regiones también llamadas bambalinas o chirimbolos), que simbolizan los dones de Dios a los hombres. Lazos: Siempre se ha pensado que los lazos representan la unión de las familias y personas queridas alrededor de dones que se desean dar y recibir. Luces: en un principio velas, representan la luz de Cristo.

El árbol de Navidad recuerda al árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda que Jesucristo ha venido a ser Mesías prometido para la reconciliación. Pero también representa al árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de tipo perenne. Por otra parte, el árbol navideño simboliza la descendencia y el brote del Árbol de Jesé que sería Jesús, el culmen de las profecías. La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera, con particular incidencia del abeto) representa a la Santísima Trinidad. Las oraciones que se realizan durante el Adviento se diferencian por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo: El azul para las oraciones de reconciliación. El plata para las de agradecimiento. El oro para las de alabanza. El verde para las de abundancia, fortaleza y naturaleza.

Tiziano en 1550 representó a Adán y Eva en el Jardín del Edén y a la primera de ellos cogiendo del árbol el fruto prohibido que Dios les había ordenado no comer.

Según algunas iglesias cristianas, el 25 de diciembre era la fecha observada por los paganos de la antigüedad como el día del nacimiento de un deida pagana, asociada con el dios del sol. La reina Semiramis (relacionada con Nemrod) y sus seguidores sostenían que el 25 de diciembre, un árbol siempre verde brotaría durante la noche de un tocón seco en Babilonia, y que Nemrod volvería secretamente todos los años a la misma hora para dejar presentes en el árbol.

Pero con el fin de convertir a los pueblos paganos al cristianismo, la Iglesia Católica estableció el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús. Así, en lugar de celebrar a un dios pagano, se estaría celebrando al Dios judeocristiano.

La Navidad tiene a Papá Noel como uno de sus rostros más característicos. Santa Claus es la figura representativa de la ilusión en los más pequeños, ya que es el encargado de portar los regalos a todas las casas en la víspera del día de Navidad, según la historia de Papá Noel para niños. A medida que nos hacemos mayores el componente fantástico que existe entorno a esta tradición navideña se descubre, pero la historia de Papá Noel también cuenta con un origen real. Sabemos que cada madrugada del 24 al 25 de diciembre viene Santa Claus a traer los regalos más deseados por cada persona. Pero ¿Quién es Papá Noel?, ¿Cuál es su historia verdadera?

Para descubrir el origen de Papá Noel, hay que remontarse al siglo III d.C. En la ciudad turca de Patara, nació el obispo cristiano llamado Nicolás de Bari, figura sobre la que se cimenta el personaje actual de Santa Claus y que podemos identificar como el creador de Papa Noel. Con la temprana muerte de sus padres, el joven Nicolás de Bari repartió todas sus posesiones entre las personas más necesitadas. Además, se abrazó a la religión como medida paliativa al dolor que sentía por el fallecimiento de sus padres. Posteriormente, el joven se convirtió en obispo de Mira, una ciudad situada en Licia, región ubicada en el sudoeste de Asia Menor. Nicolás de Bari destacaba por su enorme caridad hacia los más necesitados, preocupándose especialmente por los niños, algo que tiene en común con la actual figura de Papá Noel. De hecho, era conocido como episcopus puerorum, es decir, el obispo de los niños. Nicolás de Bari murió el 6 de diciembre de 345. Al tratarse de una fecha muy cercana a la Navidad, se estableció como el santo y la figura ideal para el reparto de golosinas y regalos a los más pequeños en el Día de Navidad. A partir del siglo VI d.C. se comenzaron a construir una serie de templos en honor a Nicolás de Bari y, en 1087, se trasladaron sus restos mortales a la ciudad de Bari, en Italia. En el siglo XII, creció la tradición católica de San Nicolás por todo el continente europeo y en el siglo XVII emigrantes de origen holandés exportaron esta costumbre a Estados Unidos. Y así se creó la historia de Papá Noel. En Estados Unidos, es tradición dejar pasteles caseros y galletas a Papá Noel junto a un vaso de leche, un aspecto similar a lo que ocurre en España con los Reyes Magos de Oriente. El nombre de Santa Claus se creó a partir del nombre de santo alemán Sankt Nikolaus, motivo por el que se llama a Papá Noel "Santa Claus" en la actualidad.

Para saber la historia de Papá Noel completa, debes conocer el mito de Santa Claus que surge a raíz de la tradición católica llevada por los emigrantes holandeses a Estados Unidos de San Nicolás. Este Santa Claus americano llegó también en el siglo XIX a Inglaterra y a Francia, lugar en el que se fusionó con Bonhomme Noël, el origen del Papá Noel con un físico similar, pero vestido de blanco con colores dorados. A finales del siglo XIX, se termina de modelar la historia de Papá Noel que conocemos ahora con un anuncio estadounidense de la empresa Lomen Company. Es en esta producción publicitaria es dónde se termina de resolver cuestiones como "dónde vive Papá Noel" y "qué medio de transporte utiliza" con el fin de dar más consistencia a este personaje navideño. Es a partir de este anuncio que se populariza la creencia de que Santa Claus vive en el Polo Norte y que, además, utiliza un trineo tirado por renos como el medio de transporte para llegar a todas las casas del mundo en Navidad.

En 1809 el escritor Washington Irving escribió la sátira «Historia de Nueva York» en la que presentaba a un santo holandés (Sinterklaas) con la pronunciación angloparlante de Santa Claus. Mas adelante, en 1823, el poeta Clement Moore publica un poema con el que dio forma al actual mito de Santa Claus. Basándose en el personaje de Irving crea una versión de Santa Claus, enano y delgado, como un duende que regala juguetes a los niños en vísperas de Navidad y que se desplaza en un trineo tirado por nueve renos. En 1863 el dibujante alemán Thomas Nast crea la conocida figura gruesa y barbuda para sus tiras navideñas en Harper’s Weekly.

A raíz de un anuncio de la estadounidense Lomen Company se popularizan los renos como medio de transporte de Santa Claus, a finales del siglo XIX. En 1931 la empresa Coca Cola encarga al pintor Habdon Sundblom la remodelación de la figura de Santa Claus para hacerlo más humano y creíble. Se considera que la campaña masiva de Coca Cola fue una de las principales razones por las cuales Santa Claus terminó vestido de color rojo y blanco, aunque estos publicistas no fueron los primeros en representarlo con estos colores.

Las costumbres tradicionales en España están siendo arrinconadas por el famoso y regordete barbudo. En Cataluña y algunas zonas de Aragón un tronco «mágico» (conocido como Tió o Cagatió) es golpeado cada 25 de diciembre para conseguir los regalos ocultos en su interior. También en algunos pueblos vascos y navarros los regalos los traía el carbonero Olentzero acompañado de duendes de barba blanca, botas altas y gorro de armiño. En ciertas zonas del centro de Galicia existe el Apalpador. El día de Navidad deja castañas a los niños más delgados para que engorden y carbón a los mejor alimentados.

Navidad en 1895.

Según la historia de Papá Noel, tomando como referencia la fecha de fallecimiento de Nicolás de Bari, el 6 de diciembre de 345, Papá Noel tendría aproximadamente 1676 años. En cambio, si consideramos cuándo se creó el Papá Noel que conocemos actualmente, con la llegada del Santa Claus americano en Europa y su fusión con el Papá Noel francés en el siglo XIX, tendría alrededor de 200 años. Para que Santa Claus siga cumpliendo años y siga haciendo todas nuestras Navidades especiales, es necesario contarle a los pequeños que Papá Noel existe y cuidar su inocencia. Es importante mantener la tradición de la historia de Papá Noel para los niños, ya que esta hace que vivan con especial ilusión la Navidad.

En concordancia a la historia de Papá Noel, la llegada de Santa Claus se vincula con la festividad del día de Navidad, es decir, el 25 de diciembre. También se relaciona con el nacimiento de Jesucristo (el propio 25 de diciembre). Todos conocemos la historia de Papá Noel para niños: en la noche del 24 de diciembre (Nochebuena) al 25, Papá Noel entra en todas las casas por la chimenea y deja los regalos correspondientes. Santa Claus llega procedente del Polo Norte acompañado por un grupo de duendes, que son los encargados de la fabricación de los juguetes y el resto de regalos pedidos por los más pequeños. Una vez Papá Noel llega a cada casa, coloca los regalos debajo del árbol de Navidad para que los niños puedan abrirlos en la mañana del 25 de diciembre. La historia dice que solo reparte regalos a los pequeños que han sido buenos durante todo el año.

Hay unos 2.000 millones de niños en el mundo (considerando únicamente a las personas con menos de 18 años). Pero dado que Santa Claus no parece que se ocupe de los niños musulmanes, hindúes, judíos y budistas, la cifra se reduce a un 15% del total (unos 378 millones, según las estadísticas mundiales de población). Según estas estadísticas, se puede calcular una media de 3,5 niños por hogar, por lo que estamos hablando de unos 91,8 millones de hogares (suponiendo que en cada uno de ellos, haya al menos un niño que se haya portado bien). Pero ¿A qué velocidad viaja Santa Claus para entregar todos los regalos del mundo?

Edward Asner, Tim Allen y Edmund Gwenn. Hollywood.

Santa Claus dispone de 31 horas en Nochebuena para realizar su trabajo, gracias a los diferentes husos horarios y a la rotación de la Tierra (se supone que viaja de este a oeste, lo cual parece lógico). Esto supone 822,6 visitas por segundo. En otras palabras, en cada hogar cristiano con niño bueno, Santa Claus tiene 1 milésima de segundo para estacionarse, salir del trineo, bajar por la chimenea, llenar los calcetines, repartir los demás regalos bajo el árbol, comerse lo que le hayan dejado, trepar otra vez por la chimenea, subir al trineo y partir hacia la siguiente casa.

Pero ¿A qué velocidad viaja Santa Claus? Suponiendo que cada una de estas 91,8 millones de paradas esté distribuida uniformemente sobre la superficie de la Tierra, hay 1,2 km entre casa y casa. Esto da un recorrido total de l l0 millones de km, sin contar lo necesario para las paradas y hacer lo que cada uno de nosotros haría al menos una vez en 31 horas. Se deduce de ello que el trineo de Santa Claus se mueve a unos 1.000 km/s, 3.000 veces la velocidad del sonido. Como comparación, el vehículo fabricado por el hombre que mayor velocidad alcanza, la sonda espacial Ulises, se mueve a unos míseros 43 km/s. Un reno convencional puede correr a una velocidad punta de unos 24 km/h.

La carga del trineo añade otro elemento interesante al estudio. Suponiendo que a cada niño sólo se lleve un Tente de tamaño mediano (0,9 kg), el trineo transporta unas 321.300 toneladas, sin contar a Santa Claus, a quien siempre se le describe como bastante rellenito. En la tierra, un reno convencional no es capaz de transportar más allá de 150 kg.

Y qué mas dá si las cifras tengan mal olor. Tanto si eres ateo, agnóstico o creyente, todos tenemos una versión de la historia a la que acogernos.

Pero volviendo al diligente vigilante, que al menos en la espera lo tenían bien alimentado. Cerdo con garum, vino de Hispania y la siempre agradable compañía de una esclava, rechazada, pues su corazón ya tenia próxima la conquista.

Flavia resultó estar enamorada de la hija de un rico comerciante, un braguetazo en toda regla. Así que Pedro, compuesto y sin novia, se tuvo que conformar con una prima lejana, no demasiado agraciada. Pero viéndolo a el, tampoco se le pueden pedir peras al olmo.

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