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19 - Febrero - 2022
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Visita de 1300 niños parisinos, Jeanne Added en concierto, show luminoso especial ... Para celebrar los 130 años de su abertura al público, la Torre Eiffel diseñó un programa memorable. El 15 de mayo de 1889, la Torre Eiffel se abría al público, al igual que la Exposición Universal de París, de la cual era su atracción estrella. Para celebrar ese aniversario, la Torre Eiffel ofreció a Paris una jornada del 15 de mayo de 2019 festiva y encantadora.

El 15 de mayo, por la tarde, 1300 niños de los centros de ocio parisinos, de 6 a 12 años de edad, fueron los nvitados de honor. El programa comprendió una visita al 1º y 2º pisos de la Torre sazonada, entre otros detalles, de historias y anécdotas a cargo de los agentes de acogida.

De 20:30 a 21:30, la Torre Eiffel acogió a Jeanne Added para un concierto gratuito en la explanada. Coorganizado por el medio de comunicación cultural Cercle y su nueva plataforma Drop, el concierto de la artista doblemente galardonada en Les Victoires de la Musique 2019 se transmitirá en directo en las páginas de Facebook de Drop y de la Torre Eiffel.

Después del concierto, un show luminoso inédito cerró con broche de oro esta jornada excepcional a partir de las 22 horas. Firmada por el escenógrafo Bruno Seillier, autor del mítico espectáculo Dame de Cœur en la catedral de Notre Dame, y producida en asociación con EDF, una empresa multinacional francesa de generación y distribución eléctrica, esta obra fulgurante relata la historia de la Torre Eiffel desde su nacimiento hasta la actualidad. El espectáculo, de unos diez minutos de duración y proyectado cada hora entre las 22 horas y la medianoche, exhibió efectos visuales que no se podrán ver en ninguna otra parte. El mejor punto de vista para admirar este espectáculo se situó a nivel de la explanada y los jardines del Trocadero. El show luminoso se repitió durante las dos siguientes noches del 16 y 17 de mayo, después del atardecer.

La Torre Eiffel (Tour Eiffel, en francés), inicialmente llamada Tour de 300 mètres (Torre de 300 metros) es una estructura de hierro pudelado diseñada inicialmente por los ingenieros civiles Maurice Koechlin y Émile Nouguier y construida, tras el rediseño estético de Stephen Sauvestre, por el ingeniero civil francés Alexandre Gustave Eiffel y sus colaboradores para la Exposición Universal de 1889 en París.4 Situada en el extremo del Campo de Marte a la orilla del río Sena, este monumento parisino, símbolo de Francia y de su capital, es la estructura más alta de la ciudad y el monumento que cobra entrada más visitado del mundo, con 7,1 millones de turistas cada año. Con una altura de 300 metros, prolongada más tarde con una antena hasta los 324 metros, la torre Eiffel fue la estructura más elevada del mundo durante 41 años. Fue construida en dos años, dos meses y cinco días, y en su momento generó cierta controversia entre los artistas de la época, que la veían como un monstruo de hierro.

Tras finalizar su función como parte de las Exposiciones Universales de 1889 y 1900, fue utilizada en pruebas del ejército francés con antenas de comunicación, y hoy en día sirve, además de atractivo turístico, como emisora de programas radiofónicos y televisivos.

La torre Eiffel es ‘la gran dama de hierro’ que preside París, y es el emblema más conocido de Francia. Un hito arquitectónico del siglo XIX que tuvo lugar para la Exposición Universal de París de 1889, pero no fue hasta el 15 de mayo de ese mismo año que se abrió al público. Las obras empezaron el 28 de enero de 1887 y tardaron dos años en finalizarse, costó casi ocho millones de francos de la época, y participaron en la obra 250 obreros y 50 ingenieros. La torre es un proyecto de Gustave Eiffel del que recibe su nombre. Pero estos datos son bastante conocidos, así que vamos a contar algunas anécdotas para los que decidan visitar la Ciudad de la Luz y su famoso símbolo.

El hierro pudelado que se empleó en la construcción de la Torre Eiffel pesa unas 7.300 toneladas, más o menos. Esto puede parecer una barbaridad, pero es un diseño «económicamente ligero» teniendo en cuenta sus dimensiones (unos 325 metros de altura y 125 metros entre los pilares de la base). De hecho suele citarse como curiosidad sorprendente que la torre es más ligera que el aire que hay en el «espacio que ocupa» a su alrededor. Se puede calcular que el cilindro de aire que la abarcaría, con un radio de 88m y 325m de altura tiene unos 8 millones de metros cúbicos. Teniendo en cuenta su densidad, todo ese aire pesaría un total de unas 10.000 toneladas, más que la propia torre. Incluso si habláramos de un «prisma de aire» más ajustado, de base cuadrada de 125 x 125m con 325m de altura, el aire de ese espacio pesaría unas 6.200 toneladas, también bastante cerca del peso total del hierro de la construcción.

Gustave presentó su proyecto a varias ciudades antes que París, por lo que se dice que la torre Eiffel podría haber estado en Barcelona para la Exposición Universal de 1888, pero su gran altura no encajaba en la ciudad por lo que el Ayuntamiento lo rechazó. La gran estructura se concibió como un armazón desmontable y temporal, pensada para durar veinte años, sin embargo, en 1900, el ejército añadió una antena de radio en su punto más alto lo que le permitió salvarse de la destrucción.

En 1912, Franz Reichelt, un sastre de prestigio e inventor, quiso probar un paracaídas que había construido siguiendo los planos de Leonardo da Vinci. Decidió saltar desde lo alto de la torre, el resultado fue que se precipitó al vacío mientras un equipo de filmación registraba el incidente. Murió a la edad de 33 años Durante la Primera Guerra Mundial funcionó como radio militar para interceptar los mensajes enemigos de Berlín. Y uno de los mensajes codificados trataba sobre la agente H21, lo que permitió arrestar y condenar a Margaretha Geertruida Zelle (Mata Hari) por espionaje. Fue fusilada el el 15 de octubre de 1917.

Margaretha Geertruida Zelle (Leeuwarden, Países Bajos; 7 de agosto de 1876-Vincennes, cerca de París, Francia; 15 de octubre de 1917), más conocida como Mata Hari (de matahari, que en idioma malayo significa ‘Sol’, literalmente ‘ojo del día’), fue una famosa bailarina, cortesana y espía neerlandesa. Con las danzas brahmánicas y orientales triunfó en Europa. Durante la Primera Guerra Mundial, realizó labores de espionaje a favor de Alemania, por lo que fue detenida por las fuerzas francesas, declarada culpable de espionaje y traición, condenada a muerte y ejecutada por fusilamiento el 15 de octubre de 1917 en la Fortaleza de Vincennes.

Pero una de las anécdotas más divertidas la protagonizó Victor Lustig, en 1925, un excelente timador que tuvo la gran idea de vender la torre Eiffel haciéndose pasar por un representante del gobierno. Alegó que el Ayuntamiento no podía mantener tal estructura y quería venderla. Con su encanto consiguió embaucar a un comerciante, André Poisson, que no lo denunció por vergüenza.

¿Un banco de Kansas, la Torre Eiffel, Al Capone? Esta es una pequeña lista de las estafas cometidas por el “rey de los estafadores”. Victor Lustig era hijo del alcalde de Hostinne, República Checa. Tenía grandes dotes para los idiomas y para los juegos de azar como el poker o el billar. Dedicándose mucho tiempo a estas actividades, consiguió hacerse un hueco entre la alta sociedad americana, haciéndose pasar por el “Conde Von Lustig”.

Databa el año 1924, el estafador se dirigió al Banco de Kansas con la intención de comprar dos propiedades con dos bonos de US$ 25.000. El banco comprobó que eran auténticos y dio un crédito de US$ 10.000. En algún momento del intercambio, Lustig hizo un intercambio entre los billetes verdaderos por los falsos, estafando así al banco. Cuando descubren la estafa, desde el banco mandan a dos detectives y, finalmente, lo encuentran. Pero este les hace chantaje, al decirles que los clientes no depositarían su confianza en ellos si sabían que habían sido estafados. Todo se resolvió, siendo Lustig recompensado con US$ 1.000 para que guardase silencio.

El monumento más emblemático de Francia tenía problemas económicos. Lustig se enteró y se hizo pasar por el Segundo Director General de la Torre para así informar a cinco grandes empresarios de sus intereses por demoler dicho monumento. Tras comunicar esto, a los días recibía sus respectivas ofertas y decidió aceptar la de André Poisson. Además de venderle la Torre Eiffel, aprovechó para hacerle un soborno extra. A los meses, siguió el mismo procedimiento, pero con otro comprador.

Al Capone cayó en su red, ya que el estafador le habló sobre un negocio en el que solo tendría que invertir US$ 50.000.

También, participó en otras estafas con farmacéuticos y químicos, fabricando billetes falsos y distribuyéndolos. Y era muy conocida su “máquina de dinero”, en la que metía US$ 100 y demostraba que “copiaba” los billetes. El problema llegaba después, cuando vendía la máquina y tras salir dos billetes de 100, solo salían papeles en blanco. Pero Lustig ya se encontraba muy lejos cuando descubrían la estafa. Finalmente, fue denunciado y en el mismo juicio logró escapar, aunque a los pocos días fue capturado y le dieron 15 años para cumplirlo en la cárcel de Alcatraz, en la que estaba recluido Al Capone. Después de cumplir la condena, se retiró a Florida y falleció de una neumonía en 1947.

En 1940 París estaba ocupado por los nazis, y el 28 de junio de ese año, Hitler visitó la ciudad con especial predilección por la torre, pero lamentablemente para él no pudo contemplar las vistas desde lo alto, ya que la resistencia había cortado los cables de los ascensores para que no pudieran subir, la alternativa eran 1.665 escalones, por lo que descartaron su ascenso.

Pero esta edificación levanta pasiones, tanta que una estadounidense llamada Erika LaBrie cuando la visitó, en 2004, se enamoró de ella. Así que decidió casarse con la estructura, su boda tuvo lugar en 2007 y cambió su nombre por el de Erika Eiffel. Es fundadora de OS Internationale , una organización para quienes desarrollan relaciones significativas con objetos inanimados . De la torre Eiffel se han hecho muchas copias, más de 30 repartidas por todo el mundo, como la del hotel y casino París Las Vegas en Estados Unidos, o la de Tianducheng, a las afueras de Hangzhou en China, o la de Grecia que mide 26 metros de altura o la de México en Durango, entre otras. Pero ninguna es tan bonita y espectacular como la real.

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Cronología fotográfica.

Cimientos de la Torre Eiffel, durante su fase inicial el 28 de enero de 1887.

Además de recibir una subvención, Eiffel creó una sociedad para financiar el proyecto y encargó su diseño a los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier. El arquitecto Stephen Sauvestre le dio su aspecto definitivo.

El material principal de la torre es el hierro, muy asequible para la época puesto que se fabricaba en grandes cantidades.

Su material principal generó igualmente mucha polémica, ya que muchos arquitectos de la época veían en la estructura un monstruo de hierro.

Unos 250 obreros y alrededor de 50 ingenieros participaron en las obras, que costaron casi 8 millones de francos de la época (casi 2 más de lo inicialmente previsto).

Los obreros que trabajaron en la construcción de la torre Eiffel demostraron ser inmunes al vértigo. De hecho durante las obras tan solo se produjo un accidente mortal que ocurrió además fuera del horario de trabajo.

El 16 de julio de 1888, miembros de la Sociedad Central de Arquitectos visitan las obras para inspeccionar la estructura.

En un principio fue llamada Torre de los 300 metros, que fue su altura original. Posteriormente se alargó hasta los 324 con la colocación de su antena y en su época se convirtió en la estructura más alta del mundo construida por el hombre. La Torre Eiffel pesa 10.000 toneladas, que no es demasiado su tenemos en cuenta su tamaño. Esta es otra de las razones por las que supuso un hito arquitectónico.

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«Protesta de los artistas contra la inútil y monstruosa torre de Monsieur Eiffel, la erección en pleno corazón de nuestra capital, semejante a una negra y enorme chimenea de fábrica; la deshonra de París». Estas fueron las palabras que ocuparon la portada del periódico Le Temps aquella mañana. Gustave Eiffel (Dijon, 1832 – París, 1923) acababa de firmar el convenio con el Estado y la Ciudad de París por el que se le concedía durante 20 años el terreno para construir la Torre Eiffel y una subvención que cubría una cuarta parte del coste de su construcción.

El coloso iba a construirse con motivo de la Exposición Universal de 1889 que conmemoraba el primer centenario de la Revolución Francesa, y aquello no gustó a los cerca de 50 firmantes de una carta abierta dirigida al Sr. Alphand, curador de la Feria Mundial, que publicaba el medio: «Nosotros, escritores, pintores, escultores, arquitectos, apasionados aficionados por la belleza de París hasta ahora intacta, venimos a protestar con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra indignación, en nombre del gusto francés anónimo, en nombre del arte y de la historia francesa amenazadas, contra la erección en pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa torre Eiffel, a la que la picaresca pública, a menudo poseedora de sentido común y espíritu de justicia, ya ha bautizado con el nombre de Torre de Babel». Entre los que se oponían se encontraban Charles Gounod, los escritores Guy de Maupassant o Alexandre Dumas hijo, los pintores William Bouguereau o Ernest Meissonier, o Charles Garnier, el arquitecto de la Ópera de París. Pero la polémica y sus quejas se extinguieron por sí mismas al finalizar la obra, el 31 de marzo de 1889, frente a la innegable presencia de la Torre y al inmenso éxito popular que obtuvo.

Alexandre Gustave Eiffel fue un ingeniero civil francés. Se graduó en la École centrale des arts et manufactures de París y adquirió renombre diseñando varios puentes para la red francesa de ferrocarriles, de los cuales es especialmente notable el viaducto de Garabit.

Su obra más famosa es la torre Eiffel de París, pero a lo largo de su vida construyó numerosas edificaciones que lo convirtieron en un referente mundial.

Tardó en estar lista 2 años, 2 meses y 5 días, lo cual se consideró una auténtica hazaña técnica, que, lejos de lo que se puede imaginar, se construyó para ser demolida. Sí. La apuesta era «estudiar la posibilidad de levantar sobre el Campo de Marte una torre de hierro, con una base cuadrada, con 125 metros de lado y 300 metros de alto» y demolerla 20 años después de su construcción, en 1909. Sin embargo, la instalación de una antena de radio en su punto álgido le valió para evitar su destrucción, convirtiéndose progresivamente en uno de los edificios más conocidos del mundo y en la insignia de la ciudad del amor.

Cada una de las 18.000 piezas de la torre fue diseñada y calculada antes de ser trazada al milímetro y ensamblada por elementos de unos cinco metros. En la obra participaron alrededor de 300 trabajadores entre ingenieros y diseñadores, los mismos, que durante años fueron encargados de las renovaciones, restauraciones y adaptaciones regulares a las que el monumento es sometido para un público cada vez más numeroso. Y es que la Torre Eiffel reúne cerca de 7 millones de visitantes al año, de los cuales el 75% son extranjeros: «Con el paso de los decenios, la Torre Eiffel ha visto proezas, iluminaciones extraordinarias, visitantes prestigiosos. Es un lugar mítico y audaz, que siempre ha inspirado a artistas y desafíos», expresan desde la Societé d’Exploitation de la Tour Eiffel en su página web.

En el pequeño apartamento que se reservó dentro del monumento.

La Torre Eiffel se montó con ayuda de andamios de madera y pequeñas grúas a vapor fijadas a la misma estructura, y aunque para la crítica no iba a ser más que un desacierto arquitectónico, es hoy por hoy uno de los ejemplos más emblemáticos de la arquitectura del hierro. La obra mide 305 metros de altura – 320 si se tiene en cuenta la antena-, con una amplitud máxima a nivel del suelo de 125 metros, y sus características la convierten en una obra de arte personal e intransferible: «Está enteramente construida con elementos de hierro forjado, uno de los materiales más novedosos de esta etapa, con el que se materializó ya no sólo la estructura sino también toda su decoración, más funcional que estética».

Por supuesto, desde su construcción, la Torre Eiffel ha sido escenario de numerosos acontecimientos de relevancia internacional, encendido de alumbrados, espectáculos pirotécnicos, campañas de pintura o destellos de luz y entre sus numerosos visitantes célebres, ha atraído a rostros conocidos como la actriz francesa Sarah Bernhardt, el Príncipe de Gales (futuro rey Eduardo VII) y la Princesa de Gales, Jorge I de Grecia, el Sah de Persia, el príncipe Balduino y hasta el Tercer Reich.

Hitler visitó París el 28 de junio de 1940 tras invadir la capital francesa el 13 de ese mismo mes y firmar el armisticio con el Gobierno de aquel país el 23. Permaneció en la ciudad únicamente tres horas pero una de las visitas obligatorias fue el ícono de la capital francesa, objeto de un incendió que planeó para la noche del 24 de agosto de 1944, y que no pudo ser. El ejército aliado llamaba a las puertas de la ciudad, el Führer ordenó al general Dietrich von Choltitz reducir a ruinas los edificios y puentes más emblemáticos de la ciudad: «París no debe caer en manos del enemigo, salvo siendo un montón de escombros».

Diplomacia, de 2014, narra el trabajo entre bambalinas de aquellos días.

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Si von Choltitz incumplía la orden, su familia corría peligro en Alemania. Pero no la cumplió: «El objetivo principal era la Torre Eiffel, el símbolo fuerte de la ciudad desde que fue levantada en 1887. Sin embargo, también estaban en la Lista negra el Arco del Triunfo, los Inválidos, el Palacio de Luxemburgo, las calles ubicadas en los alrededores de la Plaza de la Concordia y la Casa de la Ópera», señala el historiador Robert Bevan, autor de La destrucción de la memoria: Arquitectura de la Segunda Guerra Mundial.

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