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15 - Marzo - 2024
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Un día para no olvidar. Es 15 de marzo, Día Internacional del reconocimiento del Covid persistente, una enfermedad que afecta a miles de personas en Aragón, aunque Sanidad solo reconoce a 1.932. Existe mucho «infradiagnóstico», asegura Delphine Crespo, presidenta de la asociación Long Covid en la comunidad, que agrupa a unas 670 personas –pero «crece cada día», puntualiza–. Una de sus principales demandas es la creación de un registro porque «si no, no existimos». Muchas personas que pasaron el coronavirus en la primera ola, cuando no se hacían test, o desde 2022 que se gripalizó en parte no constan como que han estado enfermos y «a no ser que el médico esté muy formado… sin una prueba es complicado que se detecte covid persistente», explica. Las cifras no oficiales señalan que afecta a un 10% de los contagiado y en Aragón desde el 4 de marzo que se dio el primer caso, hasta junio del año pasado, se contabilizan unos 468.000.

El coronavirus cambió la vida de todo el mundo, de todas las sociedades. Con el primer contagio, el primer muerto (en la comunidad fue el 11 de marzo de 2020, y suman más de 5.400 en toda la pandemia) y con la proclamación del estado de alarma (14 de marzo) que encerró en casa a toda la población. El covid no ha desaparecido, «sigue siendo un riesgo contraerlo», afirma Crespo. «No es un catarro, deja muchas consecuencias, acarrea muchos problemas», añade. Cree que «la sociedad quiere pasar página, pero muchas personas no podemos porque estamos enfermas y necesitamos que la sociedad se ocupe del problema», insiste. Porque los pacientes de covid persistente «tenemos que luchar contra el estigma. No es solo curarse o morir, sino que miles de personas nos hemos quedado con secuelas». Y ahora que ha pasado la urgencia, hay que intentar «buscar una cura o un tratamiento porque en el futuro seguirá provocando daños».

Por eso, hoy es el Día del Covid persistente, una jornada elegida por los pacientes a nivel internacional en redes de entre varias fechas claves de la pandemia. Ahora buscan el reconocimiento de Naciones Unidas. La asociación aragonesa se ha unido a la madrileña y a otras muchas para visibilizar la enfermedad invitando a pacientes y al resto de la sociedad a hacerse selfies y subirlas a redes sociales con los hashtag (o etiquetas) #covidpersistente #longcovid o #marearosa.

También es un día para reivindicar y así lo hacen en su manifiesto, titulado Olvido que somos, que toma el testigo del No nos dejen solos del año pasado porque «pocas cosas han cambiado». El registro es una de las principales demandas. También la formación de sanitarios, la investigación y la creación de una unidad multidisciplinar de referencia para una «atención integral». Esa es «la esperanza». Estará ubicada en el hospital Royo Villanova de Zaragoza, zona de referencia con mayor prevalencia de los pacientes, aseguran desde el Salud y se pondrá en marcha en 2024 (desde la asociación aseguran que en el primer semestre) para «mejorar la calidad de vida de estas personas» y estará dotada con profesional médico con conocimientos e implicación en el seguimiento de los pacientes, personal de enfermería, rehabilitación y apoyo a la salud mental.

Un análisis de sangre revela las posibles causas de la covid persistente.

En cuanto a la formación, son los médicos de Primaria los que están más cerca de los pacientes. «Intentan ayudar, pero falta información»; y a los especialistas, «conocimiento de la enfermedad» porque cada uno tiene su especialidad y «nos mandan de uno a otro». El covid es una enfermedad «compleja, multisistema, que afecta a muchos órganos y que no se ve en pruebas normales de la Seguridad Social, salvo que, pasados unos años, haya daño orgánico, como el que ya se ve en pacientes». Reclaman investigación, en el diagnóstico, que ya están dando frutos y muestran diferencias en sangre con controles de personas sanas. Y en tratamientos.

Otra de sus demandas es la inclusión de la patología en el Instituto de la Seguridad Social, ya que «no existe un reconocimiento para altas o bajas». En muchas ocasiones se trata de una enfermedad incapacitante y provoca que no se pueda estar en el puesto de trabajo. Hace que muchas personas queden en situación de precariedad». Además, señala Crespo, que se trata en su mayoría de población joven (puede afectar a niños y mayores también), en edad productiva. El covid persistente provoca que «nuestra vida se pare y no tengamos ninguna ayuda porque no está reconocida». Sin esa asistencia, en el futuro provocará «problemas de salud graves y lo que pretendemos es ahorrárselo a la gente que no sabe que existe» porque «no es un catarro, tiene riesgos y deja consecuencias».

El covid también ha dejado enseñanzas: la introducción de la vacuna en el calendario vacunal, recomendada para mayores de 60 años y personal de riesgo. Fuentes del Salud señalan que, además, se ha prorrogado el sistema de guardias de Salud Pública durante las 24 horas, que incluye a 111 profesionales; se ha creado una unidad de coordinación de alertas de Salud Pública para dar respuesta a emergencias futuras; y se ha instaurado la consulta no presencial en Atención Primaria. En los hospitales perduran algunas medidas, como la unidad de cuidados respiratorios intermedios en Neumología o la unidad de apoyo en el servicio de Urgencias en el Servet; o la consulta post uci en el Clínico.

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Ayer se cumplieron cuatro años desde que se declaró el estado de alarma en nuestro país por la pandemia. Aquel sábado comenzó el confinamiento que, en un principio, iba a durar 15 días y acabaron siendo casi tres meses. Una situación que parece que muchos hemos olvidado ya y sin embargo, otras tantas personas arrastran las consecuencias de esta enfermedad a día de hoy. A nivel estatal, aproximadamente dos millones de ciudadanos españoles sufren covid persistente. Una cifra que irá aumentando a medida que los contagios sigan creciendo y que afecta a un 5-10% de los pacientes tras la infección inicial. Este 15 de marzo se celebra por segunda vez el Día Internacional del Reconocimiento de Covid Persistente y sus pacientes han firmado un manifiesto en el que aseguran que se sienten "solos" y ruegan que no se les olvide. Además afirman que se encuentran en "una situación de especial vulnerabilidad laboral y social".

A diario se enfrentan a múltiples inconvenientes como problemas laborales, profesionales de Atención Primaria que no les entienden o Administraciones que les niegan discapacidades. Asimismo critican la "falta de interés, estímulos y medios para la investigación". Según recoge una encuesta de la SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia) un 29% de los afectados está de baja laboral, un 19% trabaja con muchas limitaciones y sólo un 15% desempeña su labor con total normalidad. Los enfermos lamentan que todavía no exista un tratamiento eficaz. Sostienen que muchos de ellos tienen un grado de discapacidad no reconocida y que otros tantos se han visto sin trabajo y "en riesgo de exclusión social". Algunos incluso carecen de los medios económicos para poder costearse los medicamentos. La web de la Asociación Madrileña de Covid Persistente (AMACOP) explica que se han detectado más de 200 síntomas distintos en pacientes, que van desde los generales hasta neurológicos, cardiovasculares, respiratorios, musculoesqueléticos, digestivos, psicológicos, dermatológicos u oftalmológicos.

A finales de 2022, en el Congreso de la Sociedad Andaluza para el Estudio de Intolerancias Alimentarias (Saeia) se concluyó que el virus incrementa significativamente los problemas de intolerancias alimentarias preexistentes. Son en su mayoría personas que antes de contraer el virus solo padecían alguna molestia (como extreñimiento o hinchazón) y la sobrellevaban sin acudir al médico. Tras la covid el cuadro de síntomas de intolerancia alimentaria pasa a ser grave. Tratándola debe mejorar su estado general. La clave está en retirar el alimento o alimentos que están provocando la reacción inmune.

Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y la Universidad Francisco de Vitoria han arrojado algo de luz en la identificación de factores que podrían ayudar a predecir quién tiene mayor riesgo de desarrollar el síndrome. Síntomas iniciales como la fatiga, mialgia y dolor de cabeza son indicativos de un alto riesgo de desarrollar Covid persistente. "Factores como haber requerido atención de emergencia, reinfecciones por el virus, antecedentes de enfermedades previas y respiratorias, así como la niebla mental, se han asociado con un aumento significativo en la vulnerabilidad a este síndrome", ha señalado Ángel Lizano, uno de los autores del estudio.

Un registro de personas afectadas es uno de los objetivos que se ha planteado la Red Española de Investigación en Covid persistente (Reicop), que en Octubre de 2023 cumplió un año de vida. “Es posible que haya mucho infradiagnóstico”, advierte José Ramón Blanco, médico especialista en enfermedades infecciosas y vicepresidente primero de Reicop. “Las estimaciones más optimistas sitúan la cifra en un 10% de aquellas personas que han pasado la infección”. Siguiendo esta aproximación, en España podría haber casi un millón y medio de personas con Long Covid, ya que la cifra de infectados es de casi 14 millones.

La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) iniciño en 2020 un proyecto de colaboración con los colectivos autonómicos de COVID-19 persistente para aportar luz sobre su situación. Se trata de pacientes que, tras meses de haber sido contagiados, continúan presentando síntomas.

Se desconoce la razón exacta por la que la Covid persistente afecta mayoritariamente a las mujeres, pero no resulta especialmente chocante para los médicos, que ya están acostumbrados a ver diferencias en la presentación y el riesgo de muchas otras enfermedades, como las cardiovasculares, las reumáticas o las autoinmunes. “Se sabe que el sistema inmune se comporta de forma diferente en cuanto a la respuesta a algunos procesos infecciosos”, apunta Blanco. También es conocida la influencia que ejerce el sistema hormonal, que es distinto en hombres y mujeres.

La Covid persistente puede presentarse en personas de cualquier edad, incluso en niños y jóvenes, aunque los distintos estudios muestran que es significativamente más frecuente quienes están en la denominada edad media de la vida (45-50 años).

En torno a 2 de cada 3 personas tenían patologías previas antes de pasar la Covid, como diabetes u obesidad. En estos casos, se puede dar un fenómeno de acentuación o agravamiento de los síntomas que ya presentaban, como la fatiga o las molestias articulares. Sin embargo, cabe resaltar que siguen siendo muchas las personas con este síndrome que estaban sanas antes de la infección: 1 de cada 3.

El joven Eder Urresti junto a Isabelle Delgado, presidenta de la asociación Long Covid Euskal Herria.

La Covid persistente es independiente de la gravedad de la infección por el SARS-CoV-2. Así, una persona puede haber estado hospitalizada y no tener luego ningún tipo de sintomatología persistente. Y también se da lo contrario: individuos que han pasado la Covid-19 de forma leve en su domicilio y acaban desarrollando este síndrome. “Hay factores genéticos que se están estudiando y que probablemente acaben dando mucha información”, anuncia Blanco. En definitiva, hay muchos elementos que influyen en el desarrollo de Covid persistente que se desconocen.

Desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad se han producido cambios sustanciales. El virus sigue circulando y continúan surgiendo casos de Covid persistente, pero el hecho de que las nuevas variantes sean menos virulentas y la mayor protección de la población gracias a las vacunas hacen que el panorama sea cambiante, aunque todavía no se sepa muy bien cómo y en qué medida. “Hay algunos estudios que muestran que la vacunación podría tener un papel protector”, señala Blanco. También hay investigaciones que describen una mejoría de ciertos síntomas tras la vacunación, pero solo en algunas personas. En otras no se detecta ningún cambio y hay incluso un grupo de individuos que podrían empeorar, si bien no se ha establecido una relación de causalidad. “Lo que está claro es que no existe una contraindicación para la vacunación en aquellas personas que tienen Covid persistente”, puntualiza el vicepresidente primero de Reicop.

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