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4 - Febrero- 2020
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Figura clave del cine español del siglo XX y comienzos del XXI, está considerado como uno de sus directores más importantes, habiendo dirigido películas como La lengua de las mariposas, adaptación de un relato de Manuel Rivas, El bosque animado, versión de la novela de Wenceslao Fernández Flórez, y la trilogía del «surruralismo», compuesta por Total, Amanece que no es poco –comedia cumbre del cine español– y Así en el cielo como en la tierra, que es, según el propio Cuerda, «un retorcimiento de la realidad que sigue siendo realidad». Ha recibido numerosos reconocimientos entre los que destacan cuatro premios Goya, la Medalla de Oro de las Bellas Artes o la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X.

Nació en Albacete el 18 de febrero de 1947. Siendo niño ingresó en el seminario, donde permaneció tres años. Comenzó a estudiar la carrera de derecho, que abandonó para convertirse en técnico de radiodifusión y televisión tras trasladarse a Madrid en 1962.

Se afilió al Partido Comunista, en el que militó apenas un año, quiso ser escritor, hasta que descubrió que el narrador de nuestro tiempo es el cineasta. Así que cuando la familia se trasladó a Madrid, gracias al piso que su padre había ganado jugando al póquer, ingresó en TVE, donde se fue formando como director en programas de todo tipo: documentales y noticiarios, cortos y largos.

En 1969 entró a trabajar en TVE, donde colaboró en los servicios informativos y más tarde pasó a dirigir programas culturales. En 1977, debutó como director de ficción con la adaptación para Televisión Española de El túnel, basada en la novela de Ernesto Sábato. También para TVE, realizó en 1977, el largometraje Mala racha, basado en un guion propio, se trata de una película singular, con sorprendente fuerza dramática y emotiva.

Poco a poco, fue abandonando la fe religiosa. “Hay argumentos muy elocuentes sobre la inexistencia de un Dios todopoderoso y de bondad infinita. Si puede hacer lo que quiera y tiene una bondad infinita, ¿por qué nos hace estas cosas? ¿Cómo puede dejar que un niño se muera con dolor? La Teología aguanta mal estos temas. Son insostenibles por pura lógica”.

Fuera de la televisión, en 1982 dirigió su primer largometraje para el cine Pares y nones, que lo situó en el ámbito de los directores de la llamada «comedia madrileña» (Fernando Colomo es otro de sus más importantes representantes). Entre 1985 y 1989 trabajó como profesor en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca.

Su siguiente película El bosque animado (1987) inaugurará en su carrera una nueva etapa caracterizada por lo que se puede denominar como «humor absurdo». Un año después apareció el trabajo que lo consagró como realizador, además de ser un éxito de taquilla: Amanece, que no es poco (1988). Con Así en el cielo como en la tierra (1995) se completó una especie de trilogía con el humor absurdo como elemento común, que se había iniciado con Total. Aunque muchos opinan que son puro despropósito, se trata, según él, de “un retorcimiento de la realidad que sigue siendo realidad”. Y agrega: “Lo que escribo suele estar lleno de ocurrencias que pueden parecer disparates, pero que nacen de lo que ocurre; son tan realidad como la realidad misma. La realidad mental es tan real como la física o la comprobable científicamente, solo que con consecuencias distintas”.

Lo del “surruralismo” (a él no le gusta definirlo como surrealismo) proviene de ser él pueblerino, como sus padres y abuelos. El mundo rural es su inspiración, que en Total le llevó a convertir una aldea manchega en el Londres de 2598, tres días después del fin del mundo, o en el mismísimo juicio final en Así en el cielo como en la tierra. La divertida y lúcida trasposición de estas aldeas ha hecho que se diga de él: “Cuerda es bueno para la salud mental”. Se reia al escucharlo. La verdad es que se reia bastante y de casi todo, particularmente de la falta de memoria que achacaba a las edades: “Hace unos días, organizaba con unos amigos la metodología de nuestro diálogo para que no se nos olvidase de qué estábamos hablando”. Aunque a veces esa risa sea solo apariencia. Hay quien le recuerda en el funeral de su esposa leyendo el horóscopo feliz que, según un periódico, le correspondía a ella ese día. “No recuerdo lo que decía el horóscopo pero era tremendo y lo leí en el púlpito llorando. Soy muy llorón. Las noticias diarias me hacen llorar y lloro al ver a gente emocionada”.

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“No me gusta cómo está organizado este mundo, que parte de la idea de que todos somos imbéciles, todos menos unos cuantos que nos miran desde arriba riéndose y dándose codazos entre ellos mientras comentan ‘mira cómo los tenemos’. Todo es espantoso pero nada es indiferente”, decia. “Me sorprende que la izquierda no encuentre un común denominador para hacer una política contra los todopoderosos a beneficio de la población, pero quizás sea por lo que dijo el ex presidente uruguayo José Mujica de que en ningún otro momento histórico había encontrado uno en que los dirigentes políticos fueran tan mediocres como los actuales”. “Puedo entender que en caso de necesidad se mate por dinero o por una pasión amorosa sin freno; es una barbaridad pero puedo entenderlo, pero que se mate por ideas, por la patria, que no es más que el sitio donde has nacido, y que eso tenga consecuencias administrativas, religiosas, económicas... es puro disparate”.

En su papel de producción, fue el primer productor y en cierto modo descubridor de Alejandro Amenábar. Produjo sus películas Tesis (1996) y Abre los ojos (1997).

“Las grandes decisiones que he tomado en mi vida han sido sin pensarlas mucho porque si lo piensas acabas por no hacerlo”.

Con La lengua de las mariposas (1999) presenta una visión tierna y al mismo tiempo descarnada de la Guerra Civil española desde la relación de un niño con su maestro.

También se destaca en su rol de productor cinematográfico, haciendo este trabajo en varios de sus filmes y en tres de los primeros largometrajes del director español Alejandro Amenábar (Tesis, Abre los ojos y Los otros); además de ser el guionista de la mayoría de sus producciones detrás de cámaras. Para televisión dirigió la segunda temporada de la serie Makinavaja (1997), basada en el popular personaje creado por Ivà. A finales de 2017 comenzó el rodaje de su película Tiempo después, estrenada el 28 de diciembre de 2018. En 2019 recibió el Premio de Honor de los Premios Feroz.

José Luis Cuerda murió el 4 de febrero de 2020 a los 72 años de una embolia en el Hospital de la Princesa de Madrid. El Gobierno de España le concedió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X a título póstumo.

Cultivaba vinos de Ribeiro en sus bodegas. “Me voy defendiendo, pero el del vino es un negocio muy complicado”, reconoció.

Tras haber descubierto a Alejandro Amenábar y haberle producido sus tres primeras películas, y de haber dirigido, entre otras, La marrana, El bosque animado o Los girasoles ciegos, Cuerda estaba organizando varios proyectos propios: “Películas, series, cosas numerosas que me apetecen mucho. Tengo un proyecto de una película desde hace mucho tiempo que transcurre en el mundo del teatro, con dos actrices extraordinarias, pero en una de las teles en que lo presenté un tipo me preguntó que dónde iba con esos dos dinosaurios. ¿Por qué se empeñarán en que saben lo que quiere el público si ellos mismos no tienen ni idea? Se acierta cuando se acierta, y ya está. Otro proyecto es Un año entero, que es el tiempo que pasé en una cama con una pleuresía con cinco o seis años que luego se complicó con algo de riñón. Esa película me apetece muchísimo hacerla, quiero hacerla sea como sea, bueno, como sea no, porque no voy a bajar la guardia”.

Otro proyecto es la traca final de Amanece que no es poco, “un espectáculo audiovisual partiendo del teatrito de Así en el cielo como en la tierra, cuando aparece Dios y afirma: ‘Hay uno por ahí que dice que me he muerto”.

Recuerda con emoción que a Woody Allen le gustó mucho La lengua de las mariposas: “Como respuesta, le envié unos vinos y me contestó que yo hacía tan buenos vinos como películas y se ofreció a un encuentro que decliné porque yo no sé inglés y hablar con un traductor es un coñazo”.

Amanece, que no es poco, estrenada en 1989, recibió tres nominaciones a los Goya, incluyendo mejor guion, pero no se llevó ninguno (Cuerda acabaría ganando cuatro de estos premios, pero por otros trabajos). Su recaudación fue modesta y la acogida de la crítica, bastante tibia. Sin embargo, la cinta fue creciendo en aceptación a lo largo de los años. Además, las redes sociales ofrecieron un nuevo espacio a muchos de los seguidores de la película, ayudándoles a corear sus diálogos favoritos y mostrando la verdadera devoción que se tiene en Internet por Cuerda.

Uno de estos espacios era la ya difunta página de Facebook de Amanece, que no es poco, que congregaba hasta hace unos años a más de 200.000 seguidores y que además vivió la época de más popularidad de los perfiles en esta red social. El grupo compartía escenas de la película, a menudo relacionándolas con la actualidad. Por ejemplo, tras el anuncio de la repetición de las elecciones en 2016 (la repetición de Rajoy, no la de Sánchez), la página publicaba la escena en la que el alcalde convoca elecciones para el día siguiente.

-Pero alcalde -apunta uno de los vecinos-, ¿es que se ha vuelto loco? Habrá que hacer campaña, pegar carteles...

-¡Tampoco somos tantos! ¡El que quiera hacer campaña, que la haga esta tarde! ¡Carteles, no quiero ni uno, que ya nos conocemos todos las jetas!

Otra de estas páginas, Amanecistas, organiza gran parte de su actividad fuera de internet: en una de sus publicaciones más recientes anunciaba la “décima quedada amanecista” para finales de mayo de este año. La página web del grupo recomienda además la “ruta amanecista” promovida por la Junta de Castilla-La Mancha desde 2010. Se trata de una ruta por los tres pueblos en los que se rodó la película: Ayna, Liétor y Molinicos. En la web de estos fans de Cuerda hay disponible un mapa de Google en el que están localizados los lugares en los que se rodaron las escenas de la cinta.

Las conocidísimas frases de la película también se corean en Twitter: cuando se emite por televisión, muchos tuiteros se reúnen a comentar las escenas, pero, sobre todo, para repetir sus diálogos favoritos, a veces usando etiquetas como #AQNEP o #AmaneceQueNoEsPoco. Casi como en Eurovisión o con la gala de los Goya. Cuando alguien va a Twitter a hablar de Dostoievsky, la respuesta más frecuente es: "Ah, pues muy bien, encantados. Ahora mismo bajamos".

El propio Cuerda era un tuitero habitual. En su cuenta, con más de 150.000 seguidores, el cineasta compartía comentarios, casi siempre en tono de humor. En una entrevista publicada en 2015, el director hablaba de su labor en Twitter: "A veces me sorprendo porque escribo algo y pienso: Mira, esto tiene cierta altura poética, cierta agudeza analítica, cierta prestancia estilística. Y luego lo siguiente que escribo es una chorrada como un pino. Lo que busco es el humor, en Twitter o cuando escribo un libro o un guion. Yo sin humor no sabría vivir".

La película de Cuerda también es uno de los referentes del humor manchego de La hora chanante, otro ejemplo de comedia que ha encontrado gran parte de su público en internet. En 2018, durante la presentación en San Sebastián de la película Tiempo después (donde se recupera en parte el tono de Amanece), Joaquín Reyes afirmaba ser discípulo del director: “Cuando le conocí le dije: si tuviera que darte un euro por cada una de las ideas que te he copiado en Muchachada Nui y La hora chanante... Y me dijo: sí, dámelos”.

De #AmaneceQueNoEsPoco, al que Podemos alude cada cierto tiempo, se pueden extraer interesantes lecciones sobre política. Repasamos la película buscando sus enseñanzas, desde la organización de actos políticos hasta el sorpasso.

1. Entusiasmo: "Nosotros somos contingentes, pero el alcalde es necesario".

Tal vez los haya habido con más público (la población del pueblo da para lo que da), pero pocos actos políticos se celebran con tanto fervor como la llegada del Alcalde en Amanece que no es poco. Los niños del pueblo salen a cantar, los aldeanos portan ramas de olivo y le sueltan piropazos como "¡viva el munícipe por antonomasia!" o el célebre "¡nosotros somos contingentes, pero tú eres necesario!". Y no es algo excepcional, no: "Si fueran fiestas señaladas, todavía", se queja el cura, "pero le ha cogido el gusto y quiere que se le monte el recibimiento cada vez que vuelve de la capital".

2. Austeridad: "¡Carteles, no quiero ni uno, que ya nos conocemos todos las jetas!".

La crisis debería afectar a todos por igual, y en Amanece que no es poco saben apretarse el cinturón en todos los estratos de la sociedad: ¿que vienen extranjeros? Nada de hostales, la gente los acoge en sus casas. ¿Que hay elecciones? Pues nada de carteles, que ya se conocen todos. Incluso la Iglesia pone de su parte y ofrece su sangre de cristo al borracho del pueblo. "Yo creo que no va a haber bastante para consagrar", se queja el ayudante del párroco –su padre, vaya– cuando ve al borracho empinando el codo. Y el cura responde: "Sí hombre, sí, a poco que haya... En eso estamos muy cubiertos teológicamente". Además, siempre hay que mirar el lado positivo: "La sensación de pobreza que se da, van a pensar los fieles que nos estamos ahorrando en la colecta". De eso se trata, de ahorrar.

3. Orden público: "Lo de dar guantazos es un esquema muy sintético que conviene utilizar poco".

El derecho a manifestarse está recogido en nuestra Constitución, y cualquiera puede utilizarlo: los protaurinos, los antitaurinos... ¡Incluso los pelirrojos! De cuando en cuando, por desgracia, algunas manifestaciones acaban en altercados violentos. Fermín, de la Guardia Civil, le deja bien claro a su compañero cuál es su opinión al respecto: "Lo de dar guantazos es un esquema muy sintético que conviene utilizar poco, y utilizarlo bien, casi en plan poético, diría yo. ¡Guas, guas! como algo prodigioso". Nada de soltar al tuntún, hombre.

4. Relaciones internacionales: "¿Cómo va la invasión?".

Como pudimos comprobar con las reacciones a este anuncio de la marca de ropa Old Navy, todavía existen personas a las que la idea de la multiculturalidad o mestizaje sigue provocándoles rechazo. Que aprendan de la aldea amanecentista: con una población que cabe al completo en el bar del pueblo, cuentan con una amplia comunidad sudamericana, ocho disidentes rusos y un grupo de americanos. También está Nge, el negro. Bueno, "minoría étnica", matiza su amante, aunque él defiende que "minoría étnica y negro lo mismo son". Por supuesto, vota como un ciudadano más, y se emociona cuando lo hace. "Es que son muchos años de lucha", explica.

En la aldea amanecentista hasta los del pueblo de al lado, que vienen a invadirlos, son bien recibidos. "¿Cómo va la invasión?" Les pregunta el intelectual del pueblo. "Ahí, tirandillo, ya se sabe que las cosas de palacio..." Y antes de que se marchen les desean suerte. Así da gusto.

5. El feminismo: "¡No valéis para nada!".

Mientras que en nuestra sociedad las muestras de machismo siguen patentes en la esfera pública, el feminismo parece haber ganado la partida en la aldea amanecentista: todas las mujeres del pueblo se reúnen en asamblea, y hablan abiertamente desde cómo les va en el sexo. También aprovechan para reírse de un hombre, que acude en representación del género masculino: el argentino del pueblo, que se presta. "¡Que no valéis para nada!", le gritan. "¡Estrafalarios! ¡Aparatosos! ¡Gilipollas!". Además, cuando llegan las elecciones son las mujeres las que eligen entre ellas quién o quiénes ocuparán (solo si quieren) los cargos de prostitutas, adúlteras o monjas...

6. El sacrificio político: "Se ha ahorcado porque la gente joven quiere que la muchacha que ha traído sea comunal".

El alcalde del pueblo, cabreado por el éxito que ha tenido en el pueblo la mujer que le acompaña tras su viaje a la capital, decide solucionarlo por la vía rápida: colgándose en el bar. Lejos de actuar, el Cabo Gutiérrez lo deja pasar. Así se lo explica al párroco: "Después no he intervenido porque lo primero que se me ha venido a la cabeza ha sido el tema del libre albedrío". El cura, lejos de escandalizarse por no impedir un suicidio, le da la razón: "Hombre, es que el tema del libre albedrío viene aquí pintiparado. Con lo bonito que es ese tema".

7. Los americanos: "Usted, alcalde, nos toca las pelotas".

Aunque la multiculturalidad está muy bien vista entre los amanecentistas, el alcalde les coge manía a los americanos... Y la cosa termina malamente con ellos. Marchan, pero clamando venganza: "Cuando seamos líderes, con todo el poder omnímodo, no nos olvidaremos, alcalde, que usted nos toca las pelotas". Si hubiera Amanece que no es poco II, habría problemas. No hay que meterse con los norteamericanos, que la cosa está revueltilla.

8. El sorpasso: "Los electores son veleidosos, les gusta la novedad".

Años antes de que Julio Anguita importara la palabra sorpasso del Partido Comunista italiano, la Guardia Civil de Amanece que no es poco ya lo había sufrido en sus carnes. Después de haber perdido las elecciones contra la secreta, el Cabo Gutiérrez se excusaba así con su compañero: "De entrada nunca pensé que fuera a perder la Guardia Civil, un cuerpo con tanto prestigio y... ya ves, los electores son veleidosos, les gusta la novedad". ¿El drama? Que, al final, todo es lo mismo.

9. No hay quien aguante este sindiós.

No hay que tomarse todas estas lecciones muy en serio, porque incluso con su multiculturalidad, su civismo en las manifestaciones y su maña a la hora de organizar grandes actos políticos... La vida de los amanecentistas sigue siendo un sindiós.

En el verano de 1988 José Luis Cuerda (Albacete, 1947) apareció por Ayna, Liétor y Molinicos, en la sierra del Segura, y durante seis semanas rodó «Amanece que no es poco» por aquellas tierras. La película fue protagonizada por una decena, o más, de actores secundarios, «el mejor reparto del cine español», según Luis García Berlanga. La película se estrenó en 1989 y no tuvo éxito en taquilla: apenas 300.000 espectadores y cien millones de pesetas (600.000 euros) de recaudación.

Más de 20 años después, vecinos de Ayna que habían participado como extras en la cinta crearon un grupo en Facebook sobre ella y la cosa empezó a coger vuelo. Un día de 2011 propusieron, ¿por qué no?, hacer una quedada y desde entonces la cita se ha repetido anualmente. «En esa época era un niño. Tenía 12 años. Fue la segunda película que vi en el cine, la primera fue 'E. T. el extraterrestre'. Era sorpredente la reacción de la gente mayor, que salía muy decepcionada con el director. Yo digo que 'Amanece que no es poco' la ha hecho grande internet. La gente la tenía grabada en VHS y era la película que veíamos los amigos en Nochevieja. Ahora es un película de culto», dice Juan Ángel Martínez, vecino de Ayna que participó como extra en la cinta (era el «niño deprimío») y presidente de «Amanecistas», el grupo que organiza la quedada. En Ayna y Liétor se quedan sin plazas hoteleras. Una pareja de Huesca y otra de argentinos, que han programado sus vacaciones en España para asistir a la quedada. En la cuarta quedada el director, José Luis Cuerda, se presentó por sorpresa y estuvo contando anécdotas.

"Lo bueno es que te da igual saber o no el final, porque no lo hay. Creo que es una buena sucesión de «sketches» muy bien enlazados, y luego tiene un humor muy absurdo, que a mí me gusta definir más como irónico."

«Amanece que no es poco» es surrealista, picantona y llena de arquetipos de la España más cañí: un negro, putas, borrachos, un cura, un cabo de la Guardia Civil… Hay hombres que crecen de un bancal, diálogos con calabazas, tipos que acuden sigilosos cada noche a la carretera a ver si los mata un camión o alcaldes que se quieren colgar porque los vecinos quieren que compartan su último ligue. Muchas de sus frases ya son parte de la memoria colectiva de este país, como la que este año ilustra el cartel de la quedada: «Pues yo creo que me voy a sacar la chorra».

Además, ha creado una escuela de humor, con los «chanantes» Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y demás como sus alumnos más aventajadados.

La contradicción de la película de Cuerda, hoy tan admirada, es que es tan políticamente incorrecta que, si se estrenase hoy, se vería con la censura de las redes sociales, guardianes de la moral de este siglo y tan poco proclives a hacer chistes con según qué asuntos. Así lo cree el amanecista Juan Ángel Martínez: «El tema de la violencia de género no lo pasaría, estoy convencido (en la película, un hijo pregunta a su padre que por qué ha matado a su madre y el progrenitor responde: ‘Porque era muy mala’). Sinceramente, creo que la película sería un problema».

Parte del reparto de la película.

Sabias que ...

- La versión del guión original de José Luis Cuerda daba como resultado una película de cinco horas. El montaje final no alcanza ni las dos horas.

- La película, pese a las sorpresas en el lenguaje y algunos aspectos de la trama, es una comedia apta para todos los públicos.

- Su calificación no evitó que el público no la entendiera. Los primeros, los vecinos de los pueblos en los que se rodó. La taquilla fue discreta y pasó más bien desapercibida, convirtiéndose año tras año en un mito cinematográfico.

- 20 años después, la junta de Castilla-La Mancha junto con Cuerda promovieron una ruta turística que dinamiza la agrícola actividad de las tres localidades en las que se rodó: Ayna, Lietor y Molinicos, todas ellas en la Sierra del Segura. Todas reconstruyeron decorados y se adaptaron para recibir a los turistas que siguen llegando.

- Estos pintorescos pueblos de Albacete aportaron mucho más que su paisaje al film: los vecinos no solo son extras de la película, sino actores a través de los cuales suceden aspectos costumbristas que hacen ‘entender' el escenario surrealista de una población en el último tercio del siglo XX.

- Para entender la apuesta por el absurdo del guión de Cuerda (nominado por este texto a los Goya) cabe destacar que las mujeres eligen entre ellas quiénes son las prostitutas, las monjas o las que pueden ser infieles. Por su parte, los hombres nacen de la tierra, sembrados y regados como vegetales.

- La Iglesia, el poder político y el pueblo son los ejes enfrentados. Desde una profunda incorrección política, todos ellos chocan y hablan de una situación plagada de similitudes a la de una ciudad de la actualidad. Obviamente, la sátira es el comodín para abordar temas peliagudos.

- José Luis Cuerda es oriundo de Albacete, un rasgo sin el cual no se comprender tal colección de guiños, dejes y fórmulas verbales casi mágicas capaces de conectar al espectador de ciudad con el ambiente rural.

- Cuerda, además de dirigir algunas buenas películas como La lengua de las mariposas (1999) o El bosque animado (1987) ha grabado su nombre en la historia del cine español por una aportación algo menos conocida: ser productor de las tres primeras películas de Alejandro Amenabar (Tesis, Abre los ojos y Los otros).

- Mientras que los alemanes daban a luz el romanticismo, los italianos el renacimiento, los franceses la ilustración y los ingleses la tragedia moderna, España y los españoles hemos aportado al mundo dos géneros literarios característicos: la picaresca y el esperpento.

- Es curioso que dos de las tres películas que el publico de la Seminci eligió tuvieran una característica no muy común en la historia del cine pero que tan bien refleja a la sociedad española: la coralidad. Amanece que no es poco cuenta con una lista interminable de personajes que aparecen y desaparecen de la escena creando un sentido de calle y bullicio sobre la historia. En ese cine coral, la película aglutina a una generación de cómicos que por su edad o se despiden del cine o pasan a reconvertirse a la televisión: Casto Cassen, José Saza Sazatornil, María Isbert, Luis Ciges, Vicente Aleixandre o Aurora Bautista, entre otros.

- Para los valencianos siempre existe la motivación extra de disfrutar de la actuación del literato y músico Ovidi Montllor, en el papel del Guardia Civil Pascual. Curiosamente, Montllor exagera su acento valenciano en la película.

- Hay algunos cameos y papeles de jóvenes actores ahora vistos como consagrados: Gabino Diego, Tito Valverde, Pastora Vega, Pedro Ruiz ...

- La película traspasa barreras del cine de forma ingenua pero próxima. En una de ellas, por ejemplo, Quique San Francisco (Cascales) le propone a Antonio Resines (Teodoro) intercambiarse el papel de la película. Este último, protagonista del film, declina la opción ya que el suyo es un personaje que ha logrado una ingeniería en la Universidad de Oklahoma. San Francisco continúa toda la película tratando de intercambiar su papel y haciendo partícipe al espectador de su situación.

- Un aspecto inequívoco para comprender si una película es o no de culto es su repercusión en el público a lo largo del tiempo. Pues bien, existen empresas de merchandising en torno a ella y un grupo muy activo que realiza quedadas y rutas (llamados Amanecistas). Además, en 2014 y al calor del afecto recibido a partir del 20 aniversario de la película, Cuerda preparó y ha publicado un libro con el guión original y cantidad de material de trabajo en torno a la película: Amanece, que no es poco (Editorial Pepitas de calabaza).

- Actores como Antonio Resines, Guillermo Montesinos o Enrique San Francisco han acudido a innumerables proyecciones en las que han confesado que el rodaje veraniego de la película ha sido una de las experiencias profesionales más peculiares en las que han participado.

- Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla o Raúl Cimas, entre otros miembros de La hora chanante, han reconocido en incontables ocasiones la profunda inspiración que supuso que esta película se rodase en su tierra. Una fórmula ligada al lenguaje rural y al surrealismo de la que son a su manera continuistas.

- En el pueblo están obsesionados con la obra del escritor William Faulkner. Otro contrapunto de Cuerda seguramente evidenciado por la densidad de la creativa literaria del autor estadounidense frente a la frescura de los personajes de la película.

- José Luis Cuerda mostró con la libertad ofrecida por el surrealismo una escritura ágil e inteligente. Acorde a los tiempos hizo gala de ella a razón de 140 caracteres en su cuenta de Twitter.

En la Semana Internacional de Cine de Valladolid, la Seminci de 2013, la organización se dejó llevar por el apogeo de las redes sociales para preguntar al público cuál era la mejor película española de los últimos 60 años. El resultado -esperable para algunos cinéfilos, desconcertante quizá para ‘el gran público'- fue Amanece que no es poco. Al film le acompañaban en el podio dos de las cuatro o cinco mejores películas que, efectivamente, ha dado el cine en España: Los santos inocentes (Mario Camus, 1984) y Plácido (Luis García Berlanga, 1961). ¿Pero cómo y por qué una película surrealista, inclasificable y tan ajena al resto de la producción nacional podía congregar tanto interés por parte de los internautas como para destacarla sobre cualquier otra?

La 22 edición del Festival de Málaga proyectó en su 30 aniversario la película, reconocida como Película de Oro. Para celebrar esta efeméride, estuvieron presentes el director de la cinta, José Luis Cuerda, y actores como Antonio Resines, Pastora Vega, Freda Lorente o Miguel Rellán, que aparecen en el metraje. El homenaje tuvo lugar en el auditorio del Museo Picasso Málaga (MPM) y contó también con la presencia del director del Festival, Juan Antonio Vigar.

Juan Ángel Martínez tenía 12 años cuando vio por primera vez a José Luis Cuerda. El director manchego había acudido al pueblo de Ayna para tomar las localizaciones de su nueva película ‘Amanece que no es poco’, un guion que había escrito en apenas mes y medio en una cafetería y que apelaba al realismo mágico albaceteño. A los campos donde hay hombres que crecen y hacen odas a las calabazas. A las calles donde a Faulkner se le tiene verdadera devoción y donde todo el mundo es contingente, pero el alcalde es necesario.

Martínez es precisamente hoy el alcalde —del Partido Popular— de esta pequeña localidad de la sierra del Segura que, junto a Liétor y Molinicos, conforma —no uno sino trino— el lugar donde se sucedieron las aventuras de esta película considerada de culto 30 años después de su estreno. “Formaba parte del grupo de teatro del pueblo e hicieron un 'casting'. Yo era un niño muy tímido, y durante la prueba en ningún momento miré a la cara a José Luis ni al equipo de producción. Como no levanté la cara dijeron, “este niño tiene cara de 'deprimío'. Y así me quedé con el papel”, cuenta el hombre que hoy tiene ya 44 años y que fue uno de los vecinos que actuaron con un pequeño papelito en el filme.

El rodaje duró mes y medio. Acabó el 5 de agosto de 1988 y Martínez lo recuerda como caótico. Un sindiós. “Allí nadie entendía nada del guion. Ni nosotros los extras ni los actores. Había algunos, como Antonio Resines o Miguel Rollán, que pensaban que Cuerda les estaba tomando el pelo. Además, mucha gente no tenía todo el guion”, comenta Martínez. En su caso, como niño, también rememora cómo "nos portábamos de forma muy educada y obediente. Además, Cuerda era muy serio, no se reía nunca y cuando decía ‘silencio’ allí no hablaba nadie".

Eso sí, tampoco olvidará aquellos días junto actores como José Sazatornil, Luis Ciges, Aurora Bautista, Manuel Alexandre, Enrique San Francisco, Pastora Vega —la flor y nata de lo que era el cine popular más berlanguiano y azconiano de la época— y, sobre todo Fedra Lorente, “que era la Bombi, que salía en el 'Un, dos tres' y era el mayor 'sex symbol' del momento”, afirma Martínez. Con ellos solían comer, pasar el día, y el pueblo “andaba como loco”. Aquel niño ‘deprimío’ está hoy también al frente de la Asociación de Amanecistas, el club de fans de la película, que se junta periódicamente para rememorar aquel rodaje y algunas de las frases más conocidas. Estas quedadas se han convertido en una importante fecha turística para el pueblo, ya que desde hace años se llenan todas las plazas hoteleras. Y, por cierto, Martínez también regenta el Hostal Miraelmundo, desde donde se obtienen muy buenas vistas de los parajes y del río Mundo. Aquí nadie pierde el viaje.

"Hubo años en que vinieron más 200 personas. Se hacen actividades en los tres pueblos, teatro, homenajes. Y también hemos puesto cartelitos en la puerta de los extras, porque hay mucha gente que viene para hacer la ruta de los 'amanecistas', sostiene Martínez.

Todo esto comenzó en el 20 aniversario de la película, en 2009, cuando se rompió el misterio. “A Cuerda le debió de sorprender, porque durante dos décadas no se habló del 'amanecismo', y luego se montó la ruta 'amanecista', luego aparecieron unos productores que querían hacer una segunda parte. Eso le tuvo que absorber bastante”, relata el actual alcalde, que insiste en que “vino en alguna ocasión a las quedadas y seguía siendo serio. La verdad es que con el humor que tiene la película... Pero sí, estaba serio”.

La última vez que le vio fue en octubre de 2018 durante el preestreno en Albacete de ‘Tiempo después’, la segunda parte de ‘Amanece…’. “Ahí ya le vimos muy deteriorado”, indica Martínez, que pese a su filiación política nunca discutió con Cuerda. “No, no, nunca hablamos de política. Y una cosa es la película y otra las ideas que cada uno tenga. De todas formas, los 'amanecistas' ni son todos de Podemos ni hay ninguno de Vox. La película está por encima de las ideas”.

Y… finalmente, siendo Martínez el alcalde, ¿se ve necesario? “No, no. Yo no me presenté por eso. Necesitamos a mucha gente porque ya sabe que no somos muchos. Los problemas que tenemos con la despoblación son muy grandes”, zanja el regidor.

Y los hombres no crecen en el campo así como así.

El 28 de diciembre, coincidiendo, como no podía ser de otra manera, con el día de los Santos Inocentes, José Luis Cuerda estrenaba en cines Tiempo después, la que supone la cuarta entrega de la saga Amanece, que no es poco . Esta radiografía surrealista de la España profunda nos sirve de excusa para recorrer los pueblos donde se han rodado cada una de las cuatro películas.

José Luis Cuerda arrancó su aventura “amanecista” a principios de los ochenta con TOTAL que no llegaba a la hora de duración (53 minutos) , pero que ya marcaba las pautas de todo lo que vendría después: reparto coral (numerosos protagonistas, con lo más granado del cine español más un sinfín de extras) , sátiras bíblicas, localizaciones rurales y un lenguaje surrealista basado en las peculiaridades, bondades y defectos de la España de la posguerra.

El pueblo donde ocurre toda la acción no es Londres, tal y como se indica al principio del filme. Tampoco París, como el bueno de Agustín González (Lorenzo, el pastor) nos confiesa en una de sus reflexiones como narrador de la historia. Para esta primera entrega, el director se trasladó hasta la comarca de Tierras Altas, en Soria , que, como su nombre indica, está lo más al norte que la provincia puede dar de sí.

Fueron tres los municipios escogidos para rodar: Oncala, Yanguas y San Pedro Manrique. Hay quienes sostienen que fue el propio Luis García Berlanga quien le sugirió la zona, puesto que su mujer, María Jesús Manrique de Aragón, era originaria de este último.

Oncala no es Londres ...

La mayor parte del metraje corresponde a Oncala, incluyendo las panorámicas del conjunto de “Londres”. En su puente es donde González sorprende a su hijo, convertido de buenas a primeras en un adulto encarnado por Manuel Alexandre. En sus calles paseaba a sus vacas Chus Lampreave, y en sus afueras se organizaba el ahorcamiento de Alexandre y las apariciones de María Luisa Ponte, presentadas por Miguel Rellán. Los otros dos municipios también tuvieron sus momentos de gloria. En el cementerio de la iglesia de San Miguel de San Pedro Manrique es donde vemos resucitar a Alexandre tras ser ahorcado diez veces.

El repetido encuentro entre los dos primos corresponde a la plaza de Yanguas, donde el 24 y 25 de julio de 2015 se organizó una proyección pública del filme y se habló de la creación de una ruta turística de Total que englobase a los tres pueblos y que, de momento, no se ha materializado de forma oficial.

Yanguas, donde resucita Alexandre.

Para Amanece, que se convertiría con los años en toda una película de culto, Cuerda se trasladó por primera vez a grabar a su tierra natal: Albacete . Escogió tres pueblos de la Sierra del Segura: Aýna, Liétor y Molinicos, cuyos habitantes participaron de buena gana como extras.

En 2008, como celebración del 20 aniversario de la película que consagraría al cineasta , se inauguró una ruta turística en la que paneles explicativos indican qué escena se rodó en cada sitio. Aýna fue el escenario de momentos tan entrañables como el de Antonio Resines y Luis Ciges llegando en sidecar al pueblo ; el de Luis Valverde y sus gases incendiarios; los huertos donde los hombres crecen de la tierra; la tasca donde el viejo labrador (Alberto Bové) gusta de emborracharse y canta la soprano (Elisa Belmonte) ; la escuela de Don Roberto (Paco Hernandez) …

En Liétor tuvieron lugar las asambleas de mujeres y las secuencias interiores de la iglesia regida por el párroco Don Andrés (Casto Sendra ‘Cassen’) . Por su parte, Molinicos albergó los ahorcamientos del alcalde (Rafael Alonso) y Ngé Ndomo (Samuel Claxton) en el ayuntamiento, además de la plaza, la puerta de la tasca y escenas varias de calles exteriores (Jimmy y su hijo Teodoro llegando al pueblo, la presentación de Samuel Claxton, los desdoblamientos de Miguel Rellán beodo…).

En la página web de la Asociación Amanecistas (el club de fans de la película) se pueden consultar con exactitud las localizaciones de cada escena. No obstante, para la secuencia final de la película (el amanecer imposible que le da título) , el equipo se trasladó al Pico de la Miel, en el pueblo de La Cabrera (Sierra Norte de Madrid).

En Liétor se rodó parte de 'Amanece, que no es poco'.

La tercera pata del banco, Así en el cielo como en la tierra, llegó a mediados de los noventa, con la particular versión “amanecista” del cielo recreada en un pueblo, con Paco Rabal como San Pedro, Fernando Fernán Gómez como Dios Padre y Jesús Bonilla como Jesucristo. Ahí es nada. La mayor parte del filme se grabó en Pedraza (Segovia) , cuyo aspecto medieval casaba a la perfección con la idea que Cuerda tenía en la cabeza del paraíso. Los vecinos se integraron como extras junto al (de nuevo) numeroso reparto y su plaza se convirtió en el lugar donde la Santa Trinidad habría de esperar a las víctimas del Apocalipsis. Para el resto de secuencias, el director se trasladó a dos pueblos madrileños cuyas murallas y empedrado encajaban de igual modo en la ambientación: Buitrago del Lozoya y Talamanca del Jarama.

Tanto IMDB como la Wikipedia señalan también Peñafiel (Valladolid) como localización del filme, si bien no se le hace mención ninguna en los créditos, que indican que la película “ha sido rodada en Madrid y Segovia ”.

Más de veinte años después de la anterior, llega la cuarta entrega de la saga, que, entre otras cosas, se caracteriza por no desarrollarse en un pueblo. Tiempo después divide su acción en dos escenarios: el Edificio Mundial (o Representativo) , donde vive la nobleza, y el campamento de chabolas que hay en sus afueras, poblado por los parados. Sus escenas se han recreado entre Madrid, Guadalajara y Toledo.

La fachada del Edificio Mundial es la fusión de dos inmuebles icónicos de Madrid: el exterior está conformado por el inconfundible Torres Blancas (ubicado en la confluencia del número 2 de la calle Corazón de María con el número 37 de la Avenida de América, junto al metro Cartagena).

Para algunas escenas del interior se ha usado la sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) , conocido como Corona de Espinas (C/ Pintor El Greco, 4) por las agujas que coronan lo alto. Allí se grabó, por ejemplo, la recepción donde Carlos Areces ejerce de conserje.

Por otra parte, el salón del trono donde el rey (Gabino Diego) recibe a sus súbditos pertenece al Palacio Fernán Núñez (C/ Santa Isabel, 44). La mayoría del resto de estancias del edificio (pasillo, habitaciones, barbería…) se recrearon en un plató instalado en la Antigua Farmacia Militar (C/ Embajadores, 75).

La provincia de Toledo también se llevó un buen puñado de localizaciones. El paisaje desértico donde supuestamente está asentado el edificio son las Barrancas de Burujón. El poblado de los parados se construyó en un bosque de las afueras de Hontanar, junto al hotel El Refugio de Cristal (Camino de Robledo, 54).

Allí, la idea fue mezclar elementos de Mortadelo y Filemón con Mad Max. Los interiores tanto de la parroquia como de la cárcel se grabaron en la Ermita de Santa María De Melque de San Martín de Montalbán, ubicada en el kilómetro 47 de la carretera CM- 4009. Pero hay más: la supuesta azotea donde Saturnino García pasea a sus ovejas mientras las chicas toman el sol es en realidad el campo de golf de Layos, en la carretera CM-4013, kilómetro 12,5. La habitación del alcalde (Manolo Solo) es una de las estancias de la finca para bodas Los lavaderos de Rojas (Camino de Albareal, s/n).

Por último, la habitación celda corresponde a la cripta de la Iglesia de San Fernando, ubicada dentro del Convento de San Francisco de Guadalajara (calle del Comandante Tavira, 16) . Puedes ver cómo se decidieron todas estas ubicaciones y cómo se integraron en la película en el vídeo del making of del director de arte, Pepe Domínguez del Olmo.

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