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22 - Enero - 2021
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El Gobierno, a través de la Abogacía del Estado, ha instado la desestimación de la demanda presentada por la familia de José Couso --el periodista gallego asesinado en Bagdad hace 16 años-- ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) al entender que «no ha existido violación alguna del Convenio Europeo de Derechos Humanos por parte del Reino de España», según concluye el escrito al que ha tenido acceso Europa Press. El documento, de fecha 2 de diciembre, se presentó a petición del TEDH como consecuencia del recurso instado por la familia hace más de un año para tratar de reactivar el caso, después de haber agotado todas las vías ante los tribunales españoles. Entre sus argumentos, la Abogacía del Estado alude la regulación de la jurisdicción universal llevada a cabo por el anterior gobierno del PP en el 2014 para justificar que las autoridades españoles carecen de competencia legal para perseguir a los responsables de un crimen «cometido fuera de su territorio por agentes de un tercer Estado, mientras no se cumplan los requisitos de procedibilidad, esencialmente, que los responsables se encuentren en territorio español». En su demanda, la familia señalaba precisamente al tribunal europeo que con la reforma de la ley se les ha «privado de la posibilidad de articular un recurso efectivo que permita la investigación y enjuiciamiento del crimen». A lo largo de las 59 páginas de su escrito de alegaciones, los Servicios Jurídicos del Estado defienden por el contrario que en el caso de la familia de Couso, «los derechos del demandante a un proceso con las debidas garantías y el acceso a un remedio efectivo fueron debidamente respetados», puesto que hasta la reforma del 2014 se desplegó por parte de las autoridades nacionales «una intensísima actuación de investigación judicial para determinar los responsables del crimen». Sin embargo, una vez el PP reformó la jurisdicción universal mediante una Ley avalada por el propio Tribunal Constitucional, las autoridades nacionales dejaron de tener competencia legal para perseguir a los responsables de un crimen cometido fuera de su territorio por agentes de un tercer país, si bien continuaron las actuaciones judiciales, tendentes a esclarecer la permanencia o no de su jurisdicción.

Añade la Abogacía del Estado que el cierre de las actuaciones judiciales por las autoridades españolas no es definitivo, puesto que si los presuntos responsables del crimen se pusiesen a disposición de dichas autoridades, podrían proseguirse las actuaciones judiciales en el punto en que quedaron detenidas. Por su parte, el abogado de la familia Eduardo Gómez Cuadrado ha presentado sus propios argumentos esta misma semana, en los que plantea que la aplicación retroactiva de la reforma a procedimientos ya en curso, y más en uno como el de Couso en el que solo queda por hacer el juicio, vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Considera asimismo que si Estados Unidos decide no entregar a sus militares para ser juzgados por crímenes de guerra, es dicho país el que genera un espacio de impunidad internacional «pero si es un país de la UE el que legisla para que no sea posible ni tan siquiera solicitar la extradición, entonces es ese país europeo, en este caso España, el que genera ese espacio de impunidad», según explican a Europa Press fuentes de la defensa. Una vez presentados los argumentos por ambas parte, el TEDH deberá decidir si admite o no la demanda, y si lo hace resolver sobre el fondo del asunto.

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José Couso Permuy (Ferrol, La Coruña, 5 de octubre de 1965-Bagdad, Irak, 8 de abril de 2003) fue un cámara y reportero gráfico español que murió durante la invasión de Irak de 2003 a causa del ataque del ejército estadounidense al Hotel Palestine de la capital iraquí en el que se encontraba alojado junto a otros miembros de la prensa internacional.

José Couso nació en 1965 en Ferrol, en una familia de tradición militar. Se licenció en Ciencias de la Información y Ciencias de la Imagen, en la Universidad Complutense de Madrid. Realizó varias tareas para empresas como EFE o Canal Plus, y trabajó como cámara para el canal de televisión Telecinco durante ocho años, cubriendo noticias de relevancia como el secuestro de su compañero Jon Sistiaga en Macedonia, los bombardeos de Bagdad de 1998, la guerra de Kosovo en 1999, diversos reportajes en el buque oceanográfico Hespérides en la Antártida en 2001, reportaje en las cuevas de Lascaux (Francia) en 2002, el incidente de la isla Perejil en el mismo año, y el vertido del Prestige, entre otros. Couso se traslada a Irak poco antes del comienzo de la guerra de 2003, junto a varios compañeros de los Informativos Telecinco. De todos ellos sólo quedaron dos en Bagdad: Jon Sistiaga como periodista y José Couso como operador de cámara. El resto del equipo regresó a España pocos días antes del principio de los bombardeos. El 8 de abril de 2003 José Couso se encontraba en el Hotel Palestine de Bagdad, lugar donde se hospedaban numerosos periodistas extranjeros. En ese momento, una compañía de la 3.ª División de Infantería del Ejército estadounidense se encontraba luchando al otro lado del río Tigris, donde recibían fuego de mortero y granadas propulsadas. Según el informe posterior realizado por el Mando Central de los Estados Unidos (CENTCOM), el fuego enemigo era dirigido por un observador que se encontraba junto al río Tigris, en la misma orilla que el hotel Palestine. Tras la búsqueda del presunto observador, un tanque M1 Abrams disparó su cañón de 120mm contra el hotel. El proyectil del tanque impactó en el piso 15, en el cual se alojaba el equipo de la agencia Reuters, resultando muerto en el acto el periodista ucraniano Taras Protsyuk. José Couso se encontraba filmando en el piso inferior, siendo herido gravemente. Fue trasladado al Hospital San Rafael de Bagdad, donde falleció mientras era operado. José Couso estaba casado y tenía dos hijos.

La ocupación de la isla Perejil vino precedida de una escalada de tensión en la relación diplomática entre España y Marruecos desde la llegada al trono del rey Mohamed VI (julio de 1999), que supuso la retirada de su embajador en España en octubre de 2001, un gesto diplomático nada amistoso.

El Pentágono reconoció la autoría del ataque alegando que los soldados que dispararon contra el hotel, al mando del sargento Thomas Gibson, estaban respondiendo a fuego enemigo. A raíz de la muerte del fotógrafo se sucedieron varias manifestaciones de repulsa ante las sedes diplomáticas de los Estados Unidos en España y diferentes acciones civiles y judiciales encaminadas a resolver la culpabilidad de los implicados.

- El 19 de octubre de 2005 la Audiencia Nacional abrió diligencias previas con una orden internacional de detención contra tres de los militares estadounidenses imputados. En su investigación llamó a declarar a los periodistas Olga Rodríguez, Jon Sistiaga y Carlos Hernández.

- El 10 de marzo de 2006, la Sala Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional archivó las diligencias alegando que el suceso fue "un acto de guerra", decisión recurrida por la familia del fallecido ante el Tribunal Supremo.

- El 5 de diciembre de 2006 el Tribunal Supremo estimó por unanimidad el recurso interpuesto por la familia del cámara de Telecinco (*) José Couso contra la decisión de la Audiencia Nacional de archivar la investigación.

- El 16 de enero de 2007, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz reactivó la orden de 2005 de detención internacional contra los tres estadounidenses imputados en la muerte de Couso, frente al criterio de la Fiscalía de la Audiencia Nacional que mantiene, desde la iniciación del caso en 2003, que los Tribunales españoles carecen de jurisdicción por tratarse de una acción de guerra realizada en territorio iraquí. Pedraz acusa a los militares de asesinato y de un delito contra la comunidad internacional.

- El 27 de abril de 2007, el juez Santiago Pedraz procesa a los tres militares de USA por el presunto asesinato de Couso. También les acusa de un delito contra la comunidad internacional por atacar a periodistas. El magistrado dictó el procesamiento del sargento Thomas Gibson, el capitán Philip Woldrford y el teniente coronel Philip de Camp por un delito de asesinato (de 15 a 20 años de prisión) y otro contra la comunidad internacional (de 10 a 15 años) aunque la Sala de lo Penal de este tribunal revocó su decisión un año después (el 13 de mayo de 2008) respaldando la postura de la Fiscalía, que pidió el archivo de la causa por falta de jurisdicción, al estimar que dadas las circunstancias en que se produjeron los hechos y los disparos sufridos por el carro de combate no existen datos para calificar el hecho como crimen de guerra, sino como una acción de guerra en el que los operadores del tanque respondían a un supuesto observador iraquí.

- El 21 de mayo de 2009, el juez Pedraz vuelve a procesar a los tres militares de USA.

- El 29 de julio de 2010, el mismo juez, Santiago Pedraz, lanza una orden de busca y captura contra los tres militares estadounidenses imputados en el caso Couso. Se trata de los tres militares que ocupaban el tanque que disparó contra el Hotel Palestine. La orden implicaría su ingreso en prisión y llega después de que el Tribunal Supremo reabriera el caso a principios de julio. Pedraz ha decidido estimar el recurso de las familias al entender que los hechos podrían ser constitutivos de crímenes de guerra. Asimismo, ha solicitado autorización al Consejo General del Poder Judicial para desplazarse a Irak entre octubre y noviembre y realizar un análisis ocular de la zona del incidente. La inspección ocular se realizó en 2011, sin avances procesales posteriores.

El trío de las Azores aprobó la invasión de Irak sabiendo que no tenía ninguna base legal.

Como parte de la Filtración de documentos diplomáticos de los Estados Unidos realizada por el portal WikiLeaks desde el 28 de noviembre de 2010 aparecen cables de la embajada estadounidense en España que desvelan las presiones del entonces embajador Eduardo Aguirre sobre la investigación del fallecimiento de José Couso durante la invasión de Irak de 2003. La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha mantenido continuadamente, desde la iniciación del caso en 2003 hasta la fecha, que los Tribunales españoles carecen de jurisdicción, por tratarse de una acción de guerra realizada en territorio iraquí. La Fiscalía General del Estado realizó gestiones con el Embajador norteamericano Eduardo Aguirre para que se diese respuesta a la Comisión Rogatoria remitida por el Juez español, recibiéndose como fruto de dichas gestiones el resultado de la investigación interna realizada por la Jurisdicción militar norteamericana sobre el hecho, que confirmaba la autoría de la muerte de José Couso como consecuencia del disparo realizado por un carro de combate norteamericano durante la toma de Bagdad, pero no apreciaba responsabilidad penal en los operadores del carro por estimar que actuaron en respuesta a un posible ataque. La Acusación particular y el Juez Pedraz no estimaron suficiente ni satisfactoria dicha respuesta, por lo que continuaron adelante con el caso.

El 13 de diciembre de 2010, Javier Couso, hermano de José Couso, denunció ante la Fiscalía de Madrid, en su nombre y en el de su familia, a los miembros del Gobierno, la Fiscalía y la judicatura que, en su opinión y a la vista de la Filtración de documentos diplomáticos de los Estados Unidos, maniobraron para que las demandas de investigación y las denuncias no prosperaran en la Audiencia Nacional La denuncia de la familia de José Couso se interpuso contra el Gobierno y Fiscalía al entender que, ser indicativos de la existencia de una conspiración o concierto delictivo entre funcionarios de la Administración y altos cargos españoles, por una parte, y funcionarios de una potencia extranjera por otra parte.

El periodista Lorenzo Milá, corresponsal de TVE en Roma, ha sido elegido en 20202 como ganador del XVI Premio José Couso de Libertad de Prensa, según han anunciado este viernes sus promotores, el Colegio Profesional de Periodistas de Galicia y el Club de Prensa de Ferrol. Ha superado en el recuento final a Fernando Garea, director adjunto de El Confidencial, y Mavi Doñate, corresponsal de Asia-Pacífico de TVE, a los que ha recordado en su palabras de agradecimiento en redes sociales. Los miembros de las entidades organizadoras eligieron con sus votos al galardonado.

El Premio José Couso de Libertad de Prensa es un galardón concedido por el Colegio Profesional de Periodistas de Galicia y el Club de Prensa de Ferrol en reconocimiento al trabajo de individuos y organizaciones comprometidos con el derecho a la libre información.

El galardón es una estatuilla del escultor Manuel Patinha llamado «Alas libres» (Ás ceibes en gallego).

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