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29 - Noviembre - 2021
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Los datos oficiales en Honduras indican que la candidata izquierdista Xiomara Castro será la nueva presidenta del país al lograr una ventaja sobre Nasry Asfura de casi 20 puntos con más del 51% de las actas escrutadas. No obstante, el candidato conservador también se ha proclamado ganador de los comicios. Ante un previsible giro a la izquierda del país, miles de personas celebraron en las calles de Tegucigalpa los resultados provisionales de unas elecciones con una alta participación, que ha superado el 68%. Según las cifras oficiales, Castro obtendrá el 53,6% de los votos frente al 33,8% de Asfura y el 9,2% del candidato liberal, Yani Rosenthal. “Doce años...”, ha comenzado diciendo Castro a sus simpatizantes, en referencia al golpe de Estado que sacó a su marido, Manuel Zelaya, del poder en 2009. En su discurso, Castro ha dicho que no tiene “enemigos” y ha tendido “la mano al resto de partidos” en un mensaje ya con hechuras de presidenta en el que incluso ha apuntado algunas líneas del que será su Gobierno, si se confirma la victoria. Castro ha afirmado que el pueblo ha puesto fin al “continuismo” y el “autoritarismo” y ha anunciado una reforma política para “una democracia participativa y directa” para una “patria justa”, rescatando su vieja promesa de una Asamblea Constituyente. Castro aseguró que su victoria supone terminar con “la corrupción, el narcotráfico y los escuadrones de la muerte”. En sus escasas referencias feministas, ha asegurado que no fallará “a las mujeres” y que exigirá respeto para ellas, “así como lo que más quieren las mujeres: los hijos y la infancia”.

Honduras siguió el recuento de votos con la tensión propia de los comicios importantes en los que un país se enfrenta a un cambio de modelo. Antes de conocerse los resultados oficiales, la candidata izquierdista y el conservador se declararon ganadores en todas las televisiones y redes sociales poco después del cierre de los colegios electorales. Ambas proclamaciones anunciaban una falsa igualdad que los datos oficiales fueron desmontando. En su estrategia de tratar de imponer una narrativa, los aspirantes rozaron el surrealismo cuando los equipos de ambos se declararon vencedores a las 11.00 (hora local), aludiendo a sondeos “fiables” que tenían en su poder. A esa hora, las urnas apenas llevaban unas horas abiertas.

Simpatizantes de la candidata presidencial del Partido Libre (Libre) Xiomara Castro celebran al final de la jornada de las elecciones generales en Tegucigalpa, Honduras.

La jornada electoral se desarrolló con relativa calma, aunque con quejas puntuales sobre el complejo sistema de votación, lleno de candados para evitar el fraude, pero que requiere de paciencia y de que funcione correctamente internet y la tecnología, algo que no siempre es fácil en muchas zonas de Honduras. La participación, por encima del 68%, marca un récord en la joven democracia hondureña y reviste de legitimidad la victoria de Xiomara Castro.

En la acera de enfrente, el Partido Nacional jugó al despiste durante la jornada a pesar de la contundencia del resultado. Solo unos minutos después de las 17.00, el partido oficial publicó en su cuenta de Twitter: “¡Vamos ganando, nuestros movilizadores nos informan que llevamos 1.225.000 mil nacionalistas registrados que han votado por Papi a la orden [como se conoce a Asfura]. ¡Cachurecos, cuidemos y defendamos nuestros votos!”. Solo media hora más tarde, el partido del presidente Juan Orlando Hernández insistió en su postura al publicar una imagen con el rostro de Asfura junto a la frase: “Ganamos, tenemos Presidente”.

Más de cinco millones de hondureños, el 70% de ellos menores de 39 años, estaban llamados a las urnas para elegir nuevo presidente, 128 diputados y alcaldes en un ambiente cargado de tensión. El país, de 10 millones de habitantes, elegía entre dos caminos antagónicos: la izquierda de Castro y modelo conservador del popular alcalde Nasry Asfura. Castro lidera un partido cercano a Cuba y Venezuela, que propone legalizar un aborto de mínimos y extender los programas sociales. Su propuesta recoge el hartazgo de un país agotado que expulsa diariamente a sus jóvenes en caravanas masivas. Por su parte, el alcalde de Tegucigalpa se presentaba como un hombre cercano a la gente que se ofrece a modernizar el país con obras públicas como ha hecho con la capital. Hasta el último día su campaña compaginaba el lema de “trabajo, trabajo y trabajo” con el de “patria sí, comunismo no” en referencia a Xiomara Castro.

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Honduras, una olla exprés electoral.

Fuerzas militares custodian el material electoral que será utilizado durante la jornada.

Honduras: un país que cabe en un salón.

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Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación (Libre) y esposa del expresidente Manuel Zelaya, ganó las elecciones de Honduras y no solo se convierte en la primera mujer que gobernará el país, sino que también pondrá fin a 12 años de gobierno conservador y devolverá a la izquierda hondureña al poder por primera vez desde que Zelaya fuera depuesto por un golpe de Estado en 2009. Tras dos días de incertidumbre por el lento recuento de los votos, el candidato oficialista del Partido Nacional, Nasry Asfura, reconoció este martes la derrota y felicitó a Castro. "Nasry Asfura Zablah, Candidato del PN, acepta la voluntad del pueblo, reconoce la victoria de Libre en alianza, y mi triunfo como Presidenta electa de HN. ¡Gracias!", escribió una exultante Castro en Twitter.

"¡Pueblo, no te voy a fallar! Con mis promesas retornaremos al orden democrático", añadió. Fue primera dama, dos veces candidata y ahora será presidenta.

Ya en la noche del domingo, cuando todo indicaba que su ventaja era amplia, Castro, de 62 años, dijo: "Vamos a formar un gobierno de reconciliación, de paz y de justicia. Vamos a iniciar un proceso para garantizar una democracia participativa, una democracia directa".

Quien fuera primera dama entre 2006 y 2009 prometió: "Llamaré a un diálogo con todos los sectores de la sociedad hondureña para que podamos utilizar puntos de coincidencia y formar las bases mínimas para un próximo gobierno". Castro, vestida de rojo y negro, terminó su discurso del domingo con la frase "hasta la victoria siempre", una de las más usadas por la revolución cubana en un contexto en el que sus rivales acusaron a su partido de ser comunista. Uno de los lemas de campaña de su contrincante, Nasry Asfura, fue "patria sí, comunismo no". Castro se ha mostrado favorable a temas controvertidos como el aborto, que apoya bajo tres condicionantes, así como a una relación más cercana con China en un país que ha estado tradicionalmente ligado a EE.UU.

En su lucha por sacar al oficialismo de la Casa Presidencial, Castro pactó con la Unión Nacional Opositora de Honduras (Unoh), liderada por Salvador Nasralla, con quien en octubre hizo una alianza para la fórmula presidencial, así como con otros partidos y candidatos que finalmente le dieron su apoyo. Durante la campaña Castro propuso una "refundación del país", con un programa de gobierno que se propone reformar varias leyes del mandato anterior e incluso planteó convocar a una Asamblea Constituyente para modificar la Carta Magna hondureña. Al dirigirse a sus simpatizantes el domingo por la noche, aseguró que su victoria supone terminar con "la corrupción, el narcotráfico y los escuadrones de la muerte". Y añadió que no fallará "a las mujeres" y que exigirá respeto para ellas, "así como lo que más quieren las mujeres: los hijos y la infancia".

Salvador Nasralla y Xiomara Castro formaron una alianza clave.

También propuso legalizar un aborto de mínimos y extender los programas sociales. Asimismo, prometió derogar la Ley Orgánica de las Zonas Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), aprobada en mayo de este año y que establece zonas del territorio nacional sujetas a un "régimen especial" en las que los inversionistas están a cargo de la política fiscal, de seguridad y de resolución de conflictos, entre otras competencias. "Para generar empleo y desarrollo en el país, no necesitamos vender nuestra soberanía. Vamos a generar esa esperanza que el pueblo demanda", dijo durante la campaña. La que fuera primera dama entre 2006 y 2009 tomará las riendas del gobierno en un momento difícil para la nación, sacudida por la pandemia de coronavirus, una migración masiva y los efectos de varios desastres naturales. Además, el Partido Nacional (PN), del saliente mandatario Juan Orlando Hernández, ha estado en el centro de varias denuncias de tráfico de drogas y corrupción, algo que él niega. De hecho, su hermano fue condenado a cadena perpetua este año en Estados Unidos por narcotráfico y él mismo corre el riesgo de ser extraditado y sometido a juicio en ese país por el mismo motivo tras dejar el cargo.

Castro nació en 1959 en una familia de hacendados. A los 16 años se casó con su primo, Manuel Zelaya, y ambos se instalaron en la región de Olancho donde tuvieron cinco hijos. Se graduó en licenciatura en administración de empresas en la universidad. Su nombre comenzó a sonar a nivel nacional a la par del de su esposo, quien llegó al gobierno presentándose inicialmente como un candidato de centro-derecha del Partido Liberal (PLH) y que luego hizo un viraje más hacia la izquierda. En 2005, en el marco de la campaña presidencial de su esposo, tuvo su primera incursión en la actividad política organizando la rama femenina del Partido Liberal de Honduras en la región de Catacamas. Y luego de que Zelaya se lanzara a la presidencia, realizó varias campañas en favor de su esposo.

Manuel Zelaya, esposo de Castro, fue depuesto por un golpe de Estado en 2009.

Tras varios meses de crisis política entre los diferentes poderes y tras un intento de realizar una consulta para cambiar la Constitución, que fue declarada ilegal, en julio de 2009, en medio de la noche, Zelaya fue depuesto por un grupo de miliares apoyados por el Congreso. Asaltaron su casa y lo enviaron en pijama en un vuelo a Costa Rica. El activismo político de Castro ocupó titulares en la prensa internacional cuando, tras el golpe de Estado, protagonizó una marcha en Tegucigalpa para pedir la restitución de su marido en el cargo. Se convirtió así en uno de los rostros más visibles del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que buscaba traer de vuelta al poder a Zelaya. Fue entonces cuando comenzó a acumular un mayor número de seguidores y también de oponentes. Desde ese momento, comenzó a ser vista como una figura política a tener en cuenta en un país en el que tradicionalmente el poder ha recaído en hombres.

Tres años más tarde, en julio de 2012, lanzó su primera candidatura presidencial por el Partido Libre, creado junto a su marido. En aquella oportunidad perdió las elecciones ante el actual mandatario saliente, Juan Orlando Hernández, quien repitió en el cargo cuando Castro se presentó de nuevo a las urnas como compañera de fórmula de Nasralla en 2017. Inicialmente, la ex primera dama se había presentado por Libre para los comicios de hace cuatro años, pero luego decidió aliarse con el candidato opositor en unas elecciones que estuvieron marcadas no solo por el cuestionamiento de los resultados o el estrecho margen que le dio la victoria a Hernández. La reelección no está permitida por la Constitución hondureña, pero el Tribunal Constitucional dio luz verde a Hernández para postularse a un segundo mandato. Desde entonces, Castro se volvió una de las más duras críticas del actual gobierno, al que señala de haberse convertido en una "dictadura" y en una "clase corrupta". Hernández está señalado por narcotráfico en Estados Unidos. A inicios de este año, Castro lanzó nuevamente su candidatura luego de haber anunciado a finales de 2020 sus aspiraciones a la presidencia.

A diferencia de otros candidatos, nunca fue asociada a casos de corrupción, aunque su esposo sí fue señalado durante su gobierno, algo que él siempre negó. Ahora en el poder, sus desafíos trascienden los problemas políticos y económicos, y los desastres climáticos de los últimos años. Honduras es una de las naciones más empobrecidas y violentas del continente, con un alto índice criminal y con una pobreza que afecta a casi el 70% de sus 9,5 millones de habitantes. Castro asumirá el poder el 27 de enero como la primera mujer en tomar las riendas del país. Lo hará bajo la sombra del gobierno de su marido, depuesto en 2009.

Nasry Asfura, candidato a la presidencia de Honduras por el oficialista Partido Nacional, reconoció este martes la derrota en las elecciones presidenciales del pasado domingo. Los primeros resultados le habían dado a la candidata de izquierda Xiomara Castro una amplia ventaja sobre Asfura, pero el conteo de votos se ralentizó el domingo en la noche generando incertidumbre. La incertidumbre comenzó a despejarse cuando, en un comunicado, el Partido Nacional dijo que trabajará con el gobierno entrante para construir "una Honduras mejor". Por su parte, medios locales publicaron fotos de los dos candidatos conversando amigablemente, anunciando que Nasry Asfura había felicitado a Castro personalmente.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, felicitó a Xiomara Castro en un tuit. "El pueblo hondureño ejerció su poder de votar por unas elecciones libres y justas. Los felicitamos a ellos y a la presidente electaXiomara Castro y esperamos trabajar juntos para fortalecer las instituciones democráticas, también promover el crecimiento económico y luchar contra la corrupción"

En la sección de Séptimo arte y La bibliotecaria, seleccionamos referencias en monográficos para acercarse a la realidad de la zona.

Pásate por Ser humano >> Activistas.

Nota de prensa, Mayo 2022:

El clan Montes Bobadilla, la "peligrosa" familia de narcos hondureños por la que EE.UU. ofrece US$15 millones.

Nota de prensa, Febrero 2022:

El ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, se ha entregado a la policía. Vestido de azul, Hernández salió de su vivienda y fue esposado por policías. Tras retirarle la visa, EEUU dio un paso más allá al solicitar la extradición del ex mandatario (2014-2022) después de ser señalado de vínculos con el narcotráfico por la justicia de ese país, razón por la cual varias patrullas policiales y de la Policía Militar con fusiles de asalto rodearon su residencia en la colonia San Ignacio de Tegucigalpa.

El ex mandatario había confirmado que estaba "presto y listo para colaborar" con la Justicia. La Cancillería de Honduras se ha limitado a señalar en Twitter que "de acuerdo a ley ha remitido a la Corte Suprema de Justicia comunicación oficial de la Embajada de los EEUU, solicitando formal arresto provisional de un político hondureño con el propósito de extradición a los Estados Unidos de América". Pese a que no ha revelado de quién se trata, la CNN ha desvelado el documento, fechado este 14 de febrero, en el que la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional remite una nota a la Corte Suprema de Justicia "referente a solicitud formal de arresto provisional con el propósito de extradición a los EEUU de Juan Orlando Hernández, alias JOH". En un principio, se especuló con la posibilidad de que Hernández se hubiera exiliado en Nicaragua buscando el refugio del régimen de Daniel Ortega, si bien su abogado, Hermes Ramírez, confirmó que el exmandatario se encuentra en territorio hondureño y "tranquilamente en su casa esperando el resultado de estas diligencias".

Esta imagen distribuida por la policía hondureña muestra al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (izquierda) mientras miembros de la policía lo detienen luego de recibir una orden de extradición de Estados Unidos, en Tegucigalpa, el 15 de febrero de 2022.

Así, recalcó que Hernández está blindado con inmunidad, dado que, tras abandonar la Presidencia de Honduras, fue nombrado diputado del Parlamento Centroamericano (Parlacen). Por ello, el abogado, que se presentó la semana pasada a la Corte Suprema de Justicia para solicitar información sobre posibles procesos judiciales que hubiera en contra del ex presidente, calificó de "atropello" la gran presencia policial y militar en los alrededores de su casa. Ese día, el letrado remarcó que la voluntad de Hernández no es otra que "limpiar su nombre debido a los múltiples ataques que ha recibido estos años". Esta solicitud de extradición se produce pocos días después de que trascendiera que Hernández se quedó sin visa para viajar a EEUU, después de que el Departamento de Estado de ese país se la retirara al incluirle en la lista de Actores Corruptos y Antidemocráticos a efectos del 1 de julio de 2021 cuando aún ejercía la Presidencia de Honduras. El Departamento de Estado justificó esta decisión basándose en "múltiples informes creíbles de los medios" que apuntan a que Juan Orlando Hernández, quien gobernó Honduras entre el 27 de enero del 2014 y el 27 de enero de este año, "se ha involucrado en una corrupción significativa al cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico y al utilizar las ganancias de actividades ilícitas para facilitar campañas políticas".

El nombre del exmandatario y sus posibles vínculos con el narcotráfico surgió a la luz en el proceso que se llevó a cabo contra su hermano Tony Hernández, quien fue condenado por un tribunal federal de Nueva York en marzo del pasado año a cadena perpetua por tráfico de cocaína a gran escala, dos años después de que fuera declarado culpable. Ese mismo día, a las afueras del tribunal, un grupo de personas exigió la extradición del entonces Presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, a quien los fiscales del caso también señalaron de haber participado junto a su hermano en el envío de 185 toneladas de drogas a EEUU. Concretamente, la sentencia señala que "el acusado (Tony Hernández) era un congresista hondureño que, junto a su hermano Juan Orlando Hernández, desempeñó un papel de liderazgo en una conspiración de narcotráfico violenta y auspiciada por el Estado".

EE UU condena a prisión “de por vida” por narcotráfico al hermano del presidente de Honduras.

Asimismo, el pasado 8 de marzo, fue condenado a cadena perpetua en Nueva York el narcotraficante hondureño Geovanny Fuentes Ramírez, quien también tendrá que pagar una multa de 151,7 millones de dólares por enviar a EEUU "toneladas" de cocaína en connivencia con altos cargos políticos. Así, durante el juicio contra Fuentes Ramírez, celebrado en marzo del pasado año, el fiscal adjunto de Nueva York Jacob Gutwillig indicó que el expresidente pactó una alianza con el cartel hondureño de Los Cachiros para introducir miles de kilos de cocaína en EEUU a cambio de coimas y protección a los narcotraficantes empleando fuerzas de seguridad y los organismos policiales. Por ello, llegó a tachar Honduras como un "narcoestado". En el juicio contra Fuentes, un exjefe del narcotráfico de Honduras que lideró el cartel de Los Cachiros y que ahora colabora con el gobierno de EEUU, Devis Leonel Rivera, contó que mientras se encontraba en la cárcel con Geovanny Fuentes, éste le dijo que "tenía evidencia, fotografías y vídeos para mostrar cómo Juan Orlando estaba recibiendo cargamentos de cocaína procedentes de Colombia en los aeropuertos de San Pedro Sula y Tegucigalpa". En la sentencia contra Fuentes Ramírez, se establece que "fue hallado culpable de importar toneladas de cocaína a EEUU y proteger sus negocios ilícitos con ametralladoras", al tiempo que se señala que "sobornó a altos funcionarios hondureños y fue responsable de actos brutales de violencia y asesinatos".

A lo largo del juicio contra Fuentes, trascendió que, en una de sus conversaciones con Juan Orlando Hernández, éste le transmitió que iban a "meter la droga a los gringos en sus propias narices". El 22 de marzo de 2021, el jurado hizo público su fallo en el que se reveló que Fuentes pagó hacia 2013 al menos 25.000 dólares repartidos en dos sobornos a Juan Orlando Hernández cuando era presidente del Congreso de Honduras y candidato a la Presidencia. Los fiscales llegaron a decir que todos los presidentes de Honduras desde 2006 han recibido sobornos de narcotraficantes a cambio de protección y de la promesa de no ser extraditados. Pese a ello, Hernández nunca fue acusado formalmente y siempre ha asegurado ser inocente, por lo que enmarcó las declaraciones de Rivera en una venganza por su combate contra el narcotráfico. Tras dos mandatos consecutivos en Honduras, el expresidente abandonó el poder el pasado 27 de enero, tras ser sustituido por Xiomara Castro.

Sin embargo, ya se ha puesto en marcha toda la maquinaria judicial ante una posible extradición, de forma que en Honduras la Corte Suprema de Justicia ha convocado de manera urgente a los magistrados a sesión de pleno para designar un juez natural que decida sobre la extradición de Hernández hacia EEUU. En este sentido, los dos abogados del expresidente han comparecido de manera urgente para anunciar que, una vez se designe al juez natural, "ejerceremos las acciones legales correspondientes en virtud de las decisiones que pueda tomar el órgano jurisdiccional representado por este juez". Así, confían en que el juez tome las decisiones que correspondan "conforme a lo que establece la Constitución de la República, el tratado suscrito (entre Honduras y EEUU) respecto a la extradición y las leyes nacionales".

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