www.juezyverdugo.es --- contacto@juezyverdugo.es

 

8 - Enero - 2020
>>>> Destacado

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El satélite Tess de la Nasa, encargado de la búsqueda de planetas más allá del Sistema Solar, está que se sale.

Nos ponemos serios.

Ha encontrado a unos cien años luz de la Tierra un planeta de un tamaño similar al nuestro y dentro de la zona de habitabilidad de su estrella, lo que no suele ser normal en los exoplanetas conocidos hasta ahora. Bautizado como TOI 700 d.

Entre los que se conocen, hay tres en el sistema planetario TRAPPIST-1.

Tess fue diseñado y lanzado en abril de 2018, "específicamente para encontrar planetas del tamaño de la Tierra que orbitan alrededor de estrellas cercanas", según indicó en un comunicado el director de la división de astrofísica de la NASA, Paul Hertz. Esta es la primera vez que Tess descubre un exoplaneta de estas características, por lo que Hertz lo consideró "un hallazgo científico clave" para esta misión. La estrella TOI 700d, a la que orbitan tres exoplanetas, es una enana fría con un 40% de la masa y el tamaño del Sol, situada a unos 100 años luz de la Tierra en la constelación de Dorado. De esos tres planetas, TOI 700d es el más exterior del sistema y el único en la zona habitable de la estrella, es decir, se sitúa en un rango de distancia de su sol que permite la existencia de agua líquida en su superficie. Además, es un 20% más grande que la Tierra y orbita cada 37 días a su estrella, de la que recibe un 86% de la energía que el sol proporciona a nuestro planeta, según los datos presentados por los investigadores.

Aunque se desconocen las condiciones exactas de este exoplaneta, los científicos pueden usar la información actual sobre el tamaño y el tipo de estrella que orbita para generar modelos por ordenador y hacer predicciones. Hasta ahora, han realizado veinte modelos de entornos potenciales para determinar si alguno de ellos daría como resultado temperaturas y presiones en superficie adecuadas para la habitabilidad.

Un grupo de investigadores del Instituto de Astrofísica (IA) y Ciencias del Espacio de Portugal encontraron a finales del pasado noviembre un exoplaneta en un sistema de dos estrellas gigantes rojas. La particularidad es que este planeta debería haber sido engullido hace mucho tiempo, pero ahí sigue.

Los científicos estudiaron las estrellas HD 212771 y HD 203949 con el satélite TESS de la NASA, que usa la sismología estelar para estudiar la estructura interna de las estrellas pulsantes gracias a la interpretación de su espectro de frecuencias, recoge la revista Astrophysical Journal. "Las observaciones de TESS son lo suficientemente precisas como para permitir medir las pulsaciones suaves en la superficie de las estrellas. Estas dos estrellas bastante evolucionadas también albergan planetas, proporcionando el banco de pruebas ideal para estudios de la evolución de los sistemas planetarios", explica Tiago Campante, científico de la Universidad de Oporto y miembro del IA portugués. Los investigadores, tras estudiar las propiedades físicas de ambas estrellas, como su masa, tamaño y edad, se marcaron como objetivo comprender cómo el planeta pudo haber sobrevivido, ya que la envoltura de la estrella se habría expandido mucho más allá de la órbita planetaria. "Este estudio es una demostración perfecta de cómo la astrofísica estelar y exoplanetaria están vinculadas entre sí. El análisis estelar parece sugerir que la estrella está demasiado evolucionada como para albergar un planeta en tal situación, con corta distancia orbital, mientras que desde el análisis de exoplanetas, sabemos que el planeta está allí", dice Vardan Adibekyan, investigador compañero de Campante. "La solución a este dilema científico está oculta en el simple hecho de que las estrellas y sus planetas no solo se forman, sino que también evolucionan juntos. En este caso particular, el planeta logró evitar ser devorado", sostiene Adibekyan.

El Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito, (en inglés Transiting Exoplanet Survey Satellite - TESS) es un telescopio espacial que forma parte del Programa Explorers de la NASA y está diseñado para buscar exoplanetas utilizando el método de tránsito en un área 400 veces mayor que la abarcada por la misión Kepler. Su lanzamiento se realizó con éxito el 18 de abril de 2018, después de que fuera varias veces aplazado por diversas razones, entre las que cabe destacar, problemas de guiado, navegación y control del lanzador.

Se espera encontrar más de 20 000 exoplanetas, en comparación con aproximadamente los 3800 exoplanetas descubiertos hasta el momento de su lanzamiento. El objetivo principal de la misión es escanear una amplia zona del espacio en la que controlará más de 200 000 estrellas más brillantes y cercanas a la Tierra donde buscará exoplanetas en tránsito durante un periodo de dos años. Para ello, el telescopio lleva a bordo varios tipos de cámaras con los que inspeccionará gran parte del espacio. Con la tecnología de TESS, será posible estudiar la masa, el tamaño, la densidad y la órbita de una gran cohorte de pequeños planetas, incluyendo mundos rocosos en las zonas habitables de sus estrellas anfitrionas, también proporcionará objetivos principales para una mejor observación y estudio desde el telescopio espacial James Webb (James Webb Space Telescope - JWST), así como otros grandes telescopios terrestres y espaciales previstos para el futuro. Desde una órbita terrestre alta y elíptica con un apogeo cercano a la Luna y un perigeo de 108 000 km, por encima de los satélites geosincrónicos. Orbitará la Tierra dos veces en el tiempo en que la Luna lo hace una vez, una resonancia de 2:1 con la Luna, por lo que la órbita debería permanecer estable durante al menos diez años. Estudios previos del cielo realizados con telescopios terrestres han detectado sobre todo exoplanetas gigantes. Por el contrario, se prevé que TESS examine una gran cantidad de pequeños planetas girando alrededor de las estrellas más brillantes del cielo. Registrará las estrellas de secuencia principal más cercanas y más brillantes que alberguen exoplanetas en tránsito, que son los objetivos más favorables para las investigaciones programadas.

Dirigido y financiado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) además de un aporte inicial de la compañía Google, TESS fue una de las 11 propuestas seleccionadas en septiembre de 2011 para recibir fondos de la NASA, de entre las 42 presentadas en principio en febrero de 2011.

El 5 de abril de 2013, se anunció que TESS, junto con el Neutron Star Interior Composition Explorer (NICER), habían sido seleccionados para su lanzamiento. Siendo lanzado con éxito el 18 de abril de 2018 sobre un cohete Falcon 9.

La génesis de la misión TESS se remonta a 2006, cuando un diseño inicial del telescopio fue desarrollado con fondos privados aportados por particulares, la compañía Google y la Fundación Kavli. Fue en 2008, cuando el MIT propuso que TESS se convirtiera en una misión de la que se haría cargo la NASA y lo envió para el programa Small Explorer en el Centro de vuelo espacial Goddard, sin llegar a ser seleccionado. En 2010 se intentó incluir como misión del Programa Explorers, siendo aprobada su solicitud en 2013 pero como una misión Medium Explorer. Al final en 2015 el diseño de TESS fue revisado y aceptado, lo que permitió comenzar la producción del satélite.

Y seguimos.

Una estrella brillante, ubicada en la constelación de Indus (el Indio) —visible desde el hemisferio sur—, ha revelado nuevos detalles de una antigua colisión que sufrió la Vía Láctea con otra galaxia más pequeña, denominada Gaia-Encélado, en su historia más temprana. El trabajo, liderado por la Universidad de Birmingham y que incluye al investigador del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC) en el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) (España) Aldo M. Serenelli, utiliza la caracterización de una única estrella vieja y brillante, llamada v Indi, para estudiar la historia de la Vía Láctea.

Las estrellas contienen «registros fosilizados» de sus historias y, por lo tanto, del medio en que se formaron. El equipo de científicos ha utilizado datos de satélites espaciales y de observatorios terrestres para extraer la nueva información de la estrella v Indi. Se ha determinado la edad de la estrella utilizando sus oscilaciones naturales (astrosismología), detectadas en los datos obtenidos con el Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la NASA.

En combinación con los datos de la misión Gaia, de la Agencia Espacial Europea, los datos de TESS han revelado que Indi nació temprano en la historia de la Vía Láctea, hace 11 500 millones de años y, posteriormente, la colisión con Gaia-Encélado alteró su movimiento en nuestra galaxia. William J. Chaplin, catedrático de astrofísica de la Universidad de Birmingham y autor principal del estudio, comenta: «Dado que el movimiento de v Indi se vio afectado por la colisión Gaia-Encélado, la colisión tiene que haber ocurrido una vez que la estrella ya se haya formado. Así es como hemos sido capaces de usar la edad determinada mediante astrosismología para poner nuevos límites sobre cuándo ocurrió el evento Gaia-Encélado».

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La presencia en nuestra galaxia de muchas estrellas pertenecientes a Gaia-Encélado indica que su colisión con la Vía Láctea tuvo y ha tenido un gran impacto en la evolución de nuestra galaxia. Comprender esto es hoy día un tema de gran importancia en astronomía, y este estudio representa un paso importante en determinar con exactitud cuándo esta colisión tuvo lugar. «Las oscilaciones estelares son muy sensibles a la estructura interna de la estrella, que va cambiando a medida que evoluciona. Esta sensibilidad nos ha permitido, mediante la comparación de las observaciones hechas con TESS y modelos de estructura y evolución estelar desarrollados en nuestro instituto, determinar con gran exactitud la edad de v Indi y, por lo tanto, el momento en la historia de la Vía Láctea en que se formó». El trabajo demuestra, además, el potencial de la astrosismología hecha con TESS, y las posibilidades que existen cuando es posible combinar observaciones con instrumentos de última generación, incluso en el caso de tratarse de una única estrella brillante.

A 50 años del primer pie sobre la Luna, ¿qué podemos esperar para el futuro? ¿Cuáles son las próximas barreras? El alunizaje necesitó de un tremendo impulso político y económico. Una vorágine que cambió el mundo para siempre. Donald Trump señaló que “Estados Unidos plantará pronto nuevamente su bandera en la Luna y en Marte”. Tomar este desafío, y la exploración del resto de nuestro Sistema Solar, es lo que nos llevará a dar el gran salto tecnológico del siglo XXI y XXII.

Vencer las dificultades que el espacio tiene nos obligará a buscar soluciones novedosas, realizar experimentos únicos donde podremos descubrir nuevas tecnologías y quien sabe, quizás hasta nuevas formas de vida que no existen en nuestro planeta.

Como ya ocurriera en la Guerra Fría, el espacio vuelve a ser uno de los mejores escaparates para que las naciones puedan exhibir su poderío tecnológico e, implícitamente, militar. La Agencia Espacial Europea (ESA), se ha propuesto establecer una colonia permanente en el satélite. También están interesados Rusia, Japón, Canadá, Israel, los países árabes y, sobre todo, China. Un robot de esta nacionalidad viajó a la cara oculta y pretenden mandar otra misión no tripulada. En abril, una empresa israelí mandó la nave Beresheet, que se estrelló al alunizar, entre otros eventos relacionados con nuestro satélite.

La Luna está a solo 384.000 km, pero nuestro vecino planeta rojo, está ubicado a más de 60 millones de km (en su punto más cercano). Un viaje que nos tomaría al menos seis meses solo de ida. Antártica es un paraíso tropical comparado con Marte, con temperaturas que, en invierno, cerca de los polos, pueden llegar a -125°C. Desafío no solo técnico, de manejo de recursos y psicológicos también. La soledad, la falta de espacio, un ambiente extremadamente hostil son solo algunos de los problemas que tenemos que entender y resolver antes de poder viajar.

¿Y del resto del universo? Europa, una de las lunas grandes de Júpiter, Titán y Encelado, lunas de Saturno, Plutón entre otros satélites y cuerpos menores de nuestro sistema solar, cada una de ellas presenta condiciones que podrían albergar algún tipo de vida. Por ejemplo, Europa tiene océanos bajo una capa de hielo de unas decenas de kilómetros. Encelado tiene una especie de volcanismo de agua y hielo, mientras que Plutón parece tener una fuente de amoníaco que desconocemos su origen y podría ser biológico.

La carrera espacial desafió todo lo que se conocía sobre el espacio. La tecnología, el diseño, equipamiento, nuestra cultura, incluso la política para desarrollar proyectos de esta envergadura fueron los grandes beneficiados. Es parte de la transformación o reinvención de la humanidad tras este acontecimiento; el sueño de cientos de generaciones de hombres y mujeres se hizo realidad el 20 de julio de 1969, cuando por fin se logró poner un pie en la superficie de la Luna.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

NUBE DE

ETIQUETAS

LIBRERÍA

RELACIONADA

FILMOGRAFÍA

RELACIONADA

NOVEDADES EDITORIALES