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22 - Agosto - 2019
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Intereses ecónomicos por un desarrollo desequilibrado crean un problema que afecta a toda la humanidad, a nivel global. Nos vamos al carajo.

La Amazonia, también denominada en portugués Amazônia, en francés: Amazonie, en inglés: Amazonia, en neerlandés: Amazone, es una vasta región de la parte central y septentrional de América del Sur que comprende la selva tropical de la cuenca del río Amazonas. Las adyacentes regiones de las Guayanas y el Gran Chapo también poseen selvas tropicales, por lo que muchas veces se las considera parte de la Amazonia. Esta selva amazónica es el bosque tropical más extenso del mundo. Se considera que su extensión llega a los 7 000 000 km² (siete millones de kilómetros cuadrados) repartidos entre nueve países, de los cuales Brasil y Perú poseen la mayor extensión, seguidos por Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador, Guyana, Francia (Guayana Francesa) y Surinam. La Amazonia se destaca por ser una de las ecorregiones con mayor biodiversidad en el planeta.

El 11 de noviembre de 2011 la selva amazónica fue declarada una de las siete maravillas naturales del mundo.

La selva Amazónica se desarrolla alrededor del río Amazonas y de su cuenca fluvial. Las altas temperaturas favorecen el desarrollo de una vegetación tupida y exuberante, siempre verde. El título de el Pulmón del Planeta que ostenta la Amazonia no es casualidad, ya que mantiene un equilibrio climático: los ingresos y salidas de CO2 y de O2 están equilibrados. Los científicos ambientalistas concuerdan en que la pérdida de la biodiversidad es resultado de la destrucción de la selva, y que se evidencia con la aparición en el área del río Caquetá a un sistema anterior del bosque selvático en el cual se utilizaron suelos de forma permanente, “tierras prietas” gracias a su progresivo abono y por lo que así evitó las migraciones.

Toda la flora de la selva tropical húmeda sudamericana está presente en la Selva Amazónica. Existen en ella innumerables especies de plantas todavía sin clasificar, miles de especies de aves, innumerables anfibios y millones de insectos.

Entre los mamíferos, el Amazonas posee enorme cantidad de especies, como los monos, el jaguar, el puma, el tapir y los ciervos. En sus aguas viven dos especies de delfines, como el delfín rosado. Se encuentran reptiles como gran cantidad de especies de tortugas acuáticas y terrestres, caimanes, cocodrilos, y multitud de serpientes, entre ellas la anaconda —el mayor ofidio del mundo—, etc. No hay otro ecosistema en el mundo con tanta cantidad de especies de aves; entre estas destacan los guacamayos, tucanes, las grandes águilas como el águila harpía, y otras muchas especies, en general de coloridos plumajes. Un 20% de las especies mundiales de aves se halla en el bosque amazónico. Para los aficionados al acuarismo, se trata de una fuente que provee la mayor cantidad de especies piscícolas que hoy en día pueblan los comercios y acuarios del planeta.

Un 50% de las especies mundiales de plantas se halla en el bosque amazónico. En las lagunas a lo largo del río Amazonas florece la planta Victoria amazonica, cuyas hojas circulares alcanzan más de cuatro metros de diámetro.Está constituido por los bosques donde se encuentran una cantidad increíble de árboles de todo tipo: itahuba, caricari, tajibos, cedro, ruta barcina, mandrilo y otros. El 50% de las especies de madera son exóticas. Existen muchas especies de plantas medicinales que pueden curar toda clase de enfermedades como ser: úlceras, asma, mordeduras de víbora, problemas sanguíneos, apendicitis, problemas cardíacos, respiratorios, dentales, problemas digestivos y otros. En algunas lagunas también existen variedades de lilaceas muy llamativas como la Victoria amazónica que llega a medir hasta los 2 metros de diámetro que es la planta acuática más grande del mundo. Flores silvestres de increíble belleza y variedad que dan colorido a la zona, y pueden ser encontradas a lo largo de toda la zona desde los ríos hasta el monte.

La superficie de la selva amazónica se ha reducido de un 20%, desde que se inició la deforestación en el año 1970. Los informes del Center for International Forestry Research (CIFOR) señalan que el rápido crecimiento en las ventas de carne de res brasileña, han acelerado la destrucción de la selva tropical de la Amazonia. La combinación del calentamiento global y la deforestación hace que el clima regional sea más seco y se podría convertir gran parte de la selva tropical en una sabana. Jeremy Rifkin, presidente de la Fundación de Tendencias Económicas afirmó en una entrevista que "Estamos destruyendo el Amazonas para alimentar vacas".

El 3 de Abril de 2006 Greenpeace Internacional presentó el informe Devorando la Amazonia, el cual habla sobre la deforestación que se está produciendo en la selva amazónica para introducir cultivos de soja y cómo esa soja acaba siendo exportada para la alimentación de ganado que acaba sirviendo de alimento en cadenas de comida rápida y supermercados. Entre el 2000 y el 2013, el Perú perdió un promedio de 113,056 hectáreas de bosque por año, lo que equivale a perder 17 campos de fútbol por hora.

En Brasil bajo el gobierno de Jair Bolsonaro se han registrado aumentos en la deforestación y posterior destrucción de la Amazonia. El Gobierno de Brasil condiciona toda ayuda externa de organizaciones o países para ayudar a combatir los incendios forestales en el Amazonas, siempre que pueda decidir cómo usarla. "La soberanía brasileña no es negociable", ha afirmado el portavoz de la Presidencia de Brasil, Rego Barros, añadiendo que el país nunca se ha opuesto a un diálogo con Francia. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, rechazó la ayuda de 20 millones de euros ofrecida por los países del G7 en base a los tuits que Macron vertió contra él. El mandatario de Brasil ha criticado que le tachasen de "mentiroso" por sus incongruencias en políticas medioambientales. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, salió en apoyo de Bolsonaro. Según datos del Instituto de Investigación Espacial de Brasil (INPE) en lo que va de año los incendios en el Amazonas han aumentado un 83 % respecto al mismo periodo de 2018. En 2019 esta agencia estatal ha registrado 72.843 incendios, el número más alto desde que se alcanzó el anterior récord en 2013. Entre el 15 y el 20 de agosto, los satélites contabilizaron 9.500.

Por su parte, la ministra de Medio Ambiente de Canadá, Catherine McKenna, anunció que Brasil había rechazado la ayuda que Ottawa ofreció a las autoridades brasileñas para combatir los incendios en la Amazonia. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ofreció a Brasil el envío de aviones cisternas y 15 millones de dólares canadienses (11,25 millones de dólares estadounidenses). McKenna ha afirmado que los incendios no son solo un problema de Brasil, y que si Brasilia rechaza la ayuda canadiense, Ottawa trabajará con otras naciones: "Hay otros países que están implicados y en estos momentos estamos proporcionando un modelo de dispersión aérea al Gobierno de Argentina. Esperamos que podamos trabajar con los otros socios".

La principal característica sudamericana es el gran desequilibrio en su distribución demográfica. Mientras la inmensa mayoría se concentra en la costa, enormes regiones del interior quedan prácticamente deshabitadas. Otra característica del subcontinente sudamericano, es su alta tasa de población urbana: tres de cada cuatro latinoamericanos viven en una ciudad.

La selva amazónica peruana, colombiana y brasileña, no escapa a esta realidad; la mayoría de pobladores de la región amazónica se concentran en las ciudades al pie del río Amazonas: Iquitos, Leticia, Manaos y Belém do Pará. La mayoría de los pobladores son colonos y sus descendientes, de origen blanco, mestizo e indígena. Las principales actividades económicas que se presentan en el río Amazonas y en su región son la exportación a todo el mundo, del caucho y la madera. También la pesca, es primordial en el territorio amazónico, se presentan varias exportaciones de peces hacia toda la región, en general el Pirarocu. La agricultura y exportación de alimentos, tales como la yuca, el plátano y el maíz y frutas típicas de la región como, el Copoazú, Carambola, Arazá, Asaí entre otras; hacen parte de la gran variedad de alimentos que produce esta región.

Falta una decisión mancomunada de los países llamados amazónicos, orientada a hacer un uso racional de los recursos naturales y del agua.

Una fotografía aérea muestra una zona quemada del Amazonas cerca de Boca de Acre, en el estado brasileño de Amazonas, el 24 de agosto.

Desde el punto de vista cultural la selva amazónica es una de las regiones más diversas del planeta. Los pueblos autóctonos de la región pertenecen a diferentes grupos lingüísticos entre los que no se ha probado una relación filogenética clara, lo cual sugiere que tanto la diversidad cultural como lingüística se remonta a milenios atrás. Esta diversidad pudo darse, en parte porque a diferencia de otras regiones donde desde antiguo existieron importantes imperios, en esta región no existieron sociedades estatales suficientemente duraderas como para tener un efecto nivelador en el plano cultural y lingüístico. Los grandes grupos lingüísticos de la región son:

- Lenguas tupíes, es la familia de lenguas autóctonas actualmente más extendida en la región, aunque parte de su expansión dentro de la región pudo darse en un período reciente.

- Lenguas ye o gê, tras las lenguas tupí es la familia más extendida en la región amazónica.

- Lenguas caribes, es una familia que se expandió probablemente desde la parte septentrional de la Amazonía, aunque existen miembros de esta familia lingüística en el centro de la Amazonía.

- Lenguas arahuacas, es una familia ubicada básicamente en la región circunamazónica propiamente dicha.

- Lenguas pano-tacanas, Amazonía suroccidental.

Además de estas unidades filogenéticas de tipo lingüístico existen un número importante de pequeñas familias de lenguas que no han podido ser convenientemente relacionadas con estas y por tanto se consideran grupos independientes.

El Amazonas se aproxima a su punto de “no retorno”.

Carlos Nobre es brasilero y es una autoridad mundial en meteorología. Sus estudios, como lo registra la Unesco, también lo han posicionado como uno de los científicos que más sabe de la Amazonía. Fue quien estuvo al frente de una gran iniciativa mundial para crear nuevos conocimientos que ayudaran a comprender el funcionamiento hidrológico, climatológico y ecológico de esa región. “Experimento a gran escala de la biósfera-atmósfera de la Amazonía”, fue el nombre técnico con el que lo bautizaron a finales de los noventa.

Junto al biólogo Thomas Lovejoy, otro de los científicos más respetados a la hora de hablar del Amazonas (el “padrino de la biodiversidad” lo llaman algunos), Nobre publicó en 2018 un artículo en la revista Science Advances en el que lanza una alerta inquietante: la Amazonía está acercándose a su punto de no retorno.

Los cálculos de estos expertos sugieren que en los últimos 50 años la deforestación ha acabado con el 17% de la vegetación de esa selva. En el caso de llegar el 20%, lo más probable es que ese gran bosque deje de ser sostenible, aseguran. “Si el clima cambia -por la deforestación o el calentamiento global- existe el riesgo de que más del 50% de la selva amazónica derive a un paisaje degradado de baja biodiversidad, tipo sabana”

A lo que se refieren Lovejoy y Nobre es que en caso de que siga permitiéndose la tala o quemas , será muy difícil que el Amazonas siga cumpliendo su rol esencial en el ciclo hidrológico. Como escribieron en Science Advances, uno de los modelos que trazaron muestra que en las regiones central, oriental y meridional de la Amazonía habrá una gran disminución de lluvias debido a la deforestación. Esto, además de la incidencia directa en términos biológicos, afectará a buena parte de Sur América. El sur de Paraguay, el sur de Brasil, Uruguay y el centro-oriente de Argentina serán algunas de las zonas afectadas. “La humedad del Amazonas contribuye en que haya precipitaciones invernales en esas áreas”, escriben.

Los autores creen que uno de los primeros indicios de ese punto de inflexión son las fuertes sequías que ha afrontado Brasil en la última década (2005, 2010 y 2015). A los ojos de estos científicos, estos eventos, junto con las graves inundaciones que se presentaron en 2009 y 2012, muestran que el sistema está cambiando por completo. "Creemos que el curso sensato no es solo restringir estrictamente la deforestación, sino también construir un margen de seguridad contra el punto de inflexión del Amazonas, reduciendo el área deforestada a menos del 20%", escribieron Lovejoy y Nobre.

Para ellos, como le dijeron a Euronews, esta continua deforestación es un buen ejemplo de los problemas de la democracia representativa en Sur América. “La voluntad de la mayoría de preservar la Amazonía no se refleja en las acciones políticas”. En Colombia, la situación parece no ser mejor. Luis Gilberto Murillo, al frente del Ministerio de Medio Ambiente en 2018, confesó que cumplir la meta de “cero” deforestación en el Amazonas para 2020 será imposible, pues allí se concentra el 70% de la tala del país. Propuso extender el plazo dos o cinco años más. Al menos por ahora.

Las aplicaciones Rappi y Nequi establecieron alianzas con organizaciones ambientales para que sus usuarios puedan donar dinero que contribuya a la protección de la selva.

Rappi, la aplicación colombiana de envíos a domicilio, anunció este lunes 26 de agosto que se había aliado con el colectivo de ambientalistas y artistas Act for Amazonia, para impulsar las donaciones de sus usuarios en favor de la protección de la selva amazónica. “A partir de hoy, todos los colombianos podrán ingresar a la app, y, a través del botón Act for Amazonia, podrán donar entre $15.000 y $2'000.000, para ayudar a reconstruir los miles de hectáreas destruidas por esta catástrofe ambiental”, señaló la startup en un comunicado. Las donaciones serán recibidas mediante un botón de la apliación hasta el próximo 6 de septiembre. Los dineros recogidos se entregarán a organizaciones de base que trabajan por la preservación del Amazonas. Act for Amazonía es una iniciativa liderada por un grupo de artistas y ambientalistas, para combatir el daño que han provocado los incendios en la selva amazónica en los últimos 16 días, que han destruido más de 500.000 hectáreas de bosque.

Por su parte, la aplicación bancaria Nequi también viene impulsando a sus usuarios a donar para proteger el Amazonas a través de la campaña #JuntosXAmazonas. Nequi, del Grupo Bancolombia, ofrece a sus usuarios la devolución de hasta el 50 % del dinero que donen hasta el próximo 31 de agosto. Las donaciones recibidas por Nequi se destinarán al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés: World Wildlife Fund), que trabaja desde 1961 por detener el daño que se le está haciendo al planeta y proteger la diversidad biológica del mundo.

Esta imagen difundida por la NASA muestra la dimensión y avance de los focos de incendio en Sudamérica, a través de Brasil, Bolivia, Perú, Paraguay, Ecuador, Uruguay, el norte de Argentina y el noroeste de Colombia, al 15 de Agosto.

La Real Academia Española define ecocidio como la “destrucción del medio ambiente, en especial de forma intencionada”. Emmanuel Macron, presidente de Francia, incluso usó este término para referirse a los incendios en el Amazonas. Abogados brasileños preparan una denuncia contra Bolsonaro ante La Haya por los daños a la Amazonía El grupo responsable de la iniciativa presentará ante la Corte Internacional de Justicia una serie de argumentos apuntando a que el mandatario ha cometido un crimen contra la humanidad. Aseguran que su discurso y sus políticas ambientales han alentado el avance de la destrucción de la Amazonía, en nombre de los intereses comerciales de un grupo de terratenientes.

El grupo tratará de responsabilizar criminalmente al mandatario brasileño por el récord en el aumento de los daños causados a la Amazonia en este 2019. Los principales argumentos para la denuncia son el discurso del mandatario en favor de priorizar los intereses de los grupos de terratenientes -lo que habría estimulado iniciativas como la del Día del Fuego-, las políticas ambientales del gobierno basadas en disminuir el poder contralor del Estado y la débil respuesta que tuvo la autoridad ante los primeros indicios de crisis ambiental, dado que Bolsonaro pasó las primeras semanas negándose a aceptar los datos sobre la destrucción, hasta que la presión internacional tras un informe de la NASA lo hizo cambiar su postura.

Los autores de la iniciativa son especialistas en Derechos Humanos, derecho ambiental e internacional. La portavoz y organizadora del grupo es Eloísa Machado, especialista en derecho constitucional brasileño por la Fundación Getúlio Vargas (FGV, uno de los institutos más prestigiados de Brasil), quien asegura que “los daños ocurridos este año en la Amazonía pueden ser vistos como consecuencia de las declaraciones irresponsables de Bolsonaro, y de sus medidas para debilitar los órganos ambientales que fiscalizan la zona, además de sus políticas de Estado de basadas en mirar en menos a la protección de los derechos socioambientales”.

Destrucción del Amazonas: las principales amenazas para la mayor selva tropical del mundo en los 9 países que la comparten.

El grupo usará el término “ecocidio” para definir lo que consideran ser el resultado de las políticas de Bolsonaro, y aunque reconocen que la destrucción en la Amazonía no empezó este año, aseguran que el alcance de ésta, como se ha visto en las últimas semanas, tiene que ver con las políticas de un presidente que está declaradamente en contra de las leyes ambientales. “Hay toda una estrategia que pasa por los ataques de Bolsonaro a los órganos científicos y a las organizaciones ambientalistas, y sus medidas que buscan mermar el poder de los órganos de fiscalización ambiental, que son cómo un salvoconducto para acciones en contra del medio ambiente”, explica Machado. Entre los muchos datos reunidos para la denuncia, entregados por centros científicos brasileños e internacionales, los más importantes son los del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil (INPE), que habla de un aumento del 88% en la desforestación de la Amazonía durante el mes de junio, en comparación al mismo período en 2018, dato que en julio saltó a 278%.

La difusión de esos datos a la prensa, llevó a que Bolsonaro exigiera la dimisión del director del INPE, el científico Ricardo Galvão. Esta imposición también será incluida en la denuncia de los abogados. Los abogados asumen que el uso del término “ecocidio” fue basado en una declaración del presidente francés Emmanuel Macron, cuando comentó por primera vez los sucesos en la Amazonía, diciendo que “tenemos un verdadero ecocidio desarrollándose en la región, y no solamente en territorio brasileño”. Según Machado, desde los ’70 los crímenes ambientales que ponen en riesgo la seguridad humana han sido entendidos como ecocidio en diversos países del mundo, aunque la CIJ solo ha reconocido éste como un crimen contra la humanidad a partir del 2016. La especialista también reconoce que no hay precedentes de ese tipo de acción en La Haya.

“Será un echo histórico, un avance en la protección de los derechos humanos y una oportunidad para establecer más claramente los criterios por los cuales esos graves crímenes ambientales pueden ser caracterizados como crímenes contra la humanidad”, concluye la abogada.

¿Cuáles son las causas de los incendios en el Amazonas?

Brasil es el principal exportador de carne de res del mundo. Según el Departamento de Agricultura de EU, cerca del 20% de las exportaciones mundiales provienen de este país amazónico. Para satisfacer la alta demanda de los mercados, la industria brasileña necesita de más espacios y recursos para el ganado. Esto ha generado más deforestación para el cultivo de soya para exportación, el alimento de las vacas, pollos, cerdos y otros animales que componen la dieta rica en proteína animal. Se sabe que la quema es una práctica común de agricultores y ganaderos para “limpiar” el terreno. Lo más preocupante es que el actual discurso del gobierno brasileño incentiva a la industria ganadera a continuar con su expansión en la selva amazónica. Si esto continúa, más empresas verán en este ecosistema un lucrativo espacio para sus actividades y más incendios en el Amazonas podrían desatarse en los próximos años.

Los incendios en el Amazonas están ligados a los procesos de deforestación. Cuando se talan árboles, se alteran los ciclos hídricos naturales, es decir, llueve menos y el suelo es más seco. Además, las ramas y hojas que se dejan luego de la tala funcionan como combustible para las llamas, haciendo que éstas se reproduzcan más rápido de lo normal. La tala ilegal es común en los países amazónicos, como Brasil. Las maderas de alto valor como la caoba o el ipé son productos de gran demanda en los mercados europeos, lo que alimenta el fraude y la corrupción en la industria forestal. Cuando las zonas o especies protegidas son ignoradas en favor de las actividades económicas, la selva pierde.

El gobierno del presidente Jair Bolsonaro ha incentivado la agresiva expansión de la industria en la selva amazónica. En repetidas ocasiones, el mandatario ha asegurado que las compañías “son multadas excesivamente” por daños ambientales. El recién elegido Ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, ha sido señalado como un amigo cercano de la industria ganadera y agrícola por diversas organizaciones ambientalistas. El relajamiento de las políticas medioambientales favorecen las causas de los incendios en el Amazonas, talas, y otras amenazas. Una de las estrategias para esto, es recortar o frenar recursos para las dependencias u organizaciones que protegen la selva amazónica. Desde que inició su mandato, Bolsonaro ha recortado los fondos para la agencia encargada de vigilar el cumplimiento de las políticas de conservación de esta región. Además, ha acusado falsamente a las organizaciones ambientalistas de provocar los incendios en el Amazonas. Con dependencias y organizaciones debilitadas, los responsables de la sobrexplotación en las selvas tropicales encuentran más fácil salir impunes.

Leonardo DiCaprio, conocido por su activismo a favor de las causas medioambientales, ha anunciado que, a través de su fundación Earth Alliance, donará 5 millones de dólares (4,5 millones de euros) para la preservación y la biodiversidad de la Amazonia, así como también para ayudar a las comunidades indígenas que habitan en la región. Un fondo de "emergencia" para ayudar a luchar contra "los fuegos que están quemando la región".

El actor hizo el anuncio en su cuenta de Instagram. Earth Alliance es una fundación medioambiental que fundó el protagonista de 'Érase una vez... en Hollywood' junto con los filántropos Lauren Powell Jobs y Brian Sheth.

"Hemos formado un fondo de emergencia de cinco millones de dólares para centrar recursos críticos para comunidades de indígenas y de otros compañeros locales que trabajan para proteger la biodiversidad que mantiene la vida de la Amazonia contra los fuegos que están quemando la región"

En la página web de Earth Alliance se denuncia que la situación que se vive en la zona es de máxima gravedad. "La selva amazónica está en llamas, con más de 9.000 incendios activos que arrasan delicados e irreemplazables paisajes en todo Brasil. Esta semana, hasta la fecha, el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) del país ha informado de más de 72.000 incendios. Es una subida notable, que supera los 40.000 incendios que tuvieron lugar en 2018 en la zona", denuncia la fundación.

"El 100% de las donaciones irán a compañeros que están trabajando en la zona para proteger la Amazonia. Estamos comprometidos con la preservación del mundo natural y estamos profundamente preocupados con la continua crisis que se vive en la región, que subraya el frágil equilibrio entre el clima, la biodiversidad y el bienestar de los pueblos indígenas", agregó el actor.

Los fondos serán destinados a cinco organizaciones que luchan por preservar la Amazonia y proteger los derechos de los pueblos indígenas. El Instituto Associação Floresta Protegida, la COIAB (Coordinación de las Organizaciones Indígenas del Brasil), el Instituto Kabu, el Instituto Raoni, todos situados en Kayapó, pueblo situado al sur del Amazona brasileño, y el Instituto Sociambiental.

Leonardo DiCaprio es conocido por su activismo a favor de las causas medioambientales.

“Ice on fire” el nuevo documental de Leonardo DiCaprio contra el cambio climático llegó a la televisión a finales de Julio en HBO.

“Ice on fire” es el nuevo documental con el que Leonardo DiCaprio quiere hablar de cambio climático. Tras el estreno de “Antes que sea tarde” en 2016, el actor se une en esta ocasión con la directora Leila Conners para presentar soluciones que podrían frenar la creciente crisis ambiental, yendo más allá de la narrativa actual del cambio climático.

Once años después de la primera colaboración de la directora Leila Conners con DiCaprio en “La hora 11”, que enfatizaba los problemas del cambio climático, “Ice on fire” (Hielo en llamas) se centra en la investigación de vanguardia de la ciencia del clima de hoy en día, y las innovaciones destinadas a reducir el carbono en la atmósfera – lo que podría allanar el camino para una reducción en el aumento de la temperatura global y beneficiar a los sistemas de vida del planeta.

Si bien gran parte del enfoque político y económico ha estado en el sector energético, la película señala que la reducción (sacar el CO2 de la atmósfera y los océanos y retenerlo bajo tierra) es quizás una solución esperanzadora para mitigar el cambio climático.

“Hielo en llamas” ofrece una perspectiva realista pero esperanzadora sobre un tema global clave que requiere atención, explicando que si bien los riesgos y la urgencia pueden ser más altos que nunca, también hay mayores oportunidades para soluciones innovadoras. Además de ser uno de los actores más reconocidos en Hollywood, Leonardo DiCaprio es un gran activista en la lucha contra el cambio climático, y por eso en los últimos años ha puesto todos sus recursos en concienciar a la sociedad a través de documentales como "La hora 11", "Cowspiracy" y el aclamado "Virunga". Tambiés es Mensajero de la Paz de la ONU.

Justamente, cuando ganó su premio Óscar, en el discurso el artista dijo "el cambio climático es real, está sucediendo ahora. Es la amenaza más urgente que enfrentan nuestras especies, necesitamos trabajar unidos y no dejar más las cosas para luego".

Diez preguntas para entender por qué debería importarte proteger el Amazonas:

1 ¿Qué tiene de especial el bosque amazónico?

Produce la quinta parte del oxígeno que respiramos en el planeta, fija la quinta parte del CO2 que emitimos todos y constituye la quinta reserva mundial más importante de agua dulce. Además, el clima de todo el planeta está regulado e influido por lo que ocurre en el bosque amazónico.

2 ¿Por qué en España y Europa nos debe importar preservar un ecosistema que está a miles de kilómetros de distancia?

Además de por todo lo anterior, que nos afecta directamente, también porque estamos haciendo esfuerzos para reducir nuestras emisiones de gases con efecto invernadero para no rebasar el límite de los 2 grados que se fijó en el Acuerdo de París, como un límite peligroso e irreversible. Los cálculos de este límite no contaron con unos incendios tan devastadores como los que estamos viendo, por lo que para conseguir este objetivo medioambiental tendremos que hacer un esfuerzo aún mayor para reducir nuestras emisiones, tanto para compensar las enormes emisiones de CO2 producidas por la quema, como por el carbono que no van a fijar los bosques afectados en los próximos 20 ó 30 años.

3 El Amazonas se quema todos los años. ¿Por qué este año es diferente?

En primer lugar, por el número de focos y la magnitud -se encuentra ya entre los mayores registrados nunca y aún no ha terminado la estación con riesgo de incendios, que se extiende hasta finales de septiembre-. Dos, porque los incendios son en su inmensa mayoría provocados: no se puede culpar a una sequía extrema, ya que la sequía de este año es normal, o incluso más débil de lo normal. Y tres, porque cada vez el bosque amazónico es más pequeño y mucho menos productivo -la mitad de lo que era hace 30 años-, con lo que un mismo incendio tiene ahora consecuencias mucho más importantes que hace tres décadas.

4 ¿Qué efectos tiene este incendio en las plantas y los animales?

Está empujando a la extinción a especies propias del bosque que aseguran el buen funcionamiento del mismo y que aportan muchos beneficios directos e indirectos a la población humana en general, no solo a la que vive cerca.

5 ¿Y en las personas?

A las personas les afecta localmente por la contaminación por monóxido de carbono. Estos bosques queman mal y combustiones pobres en oxígeno liberan mucho CO o monóxido de carbono, que es un gas tóxico para nosotros, y partículas PM10 -pequeñas partículas que pueden penetrar hasta las vías respiratorias bajas-. Este año, sin embargo, el tamaño de los incendios ha sido tal que el humo, gases y partículas ha llegado a miles de kilómetros y está afectando a ciudades muy alejadas del bosque amazónico, como Sao Paulo.

6 ¿Y en el clima?

El nuevo ecosistema que se establezca tras el incendio –lo más probable es que sea una sabana de arboles dispersos con mucho pasto-, transpirará mucho menos, generando un ambiente mucho más seco que afectará al clima local y regional, así como a la productividad de ecosistemas tanto naturales como de origen humanos (cultivos y plantaciones). Pero, en realidad, el clima de todo el planeta está influido por el clima de esta región debido a las tormentas y precipitaciones que el propio bosque genera a través de la transpiración.

7 ¿Y en el suelo y las superficies acuáticas?

Se pierde la fertilidad del terreno por la erosión y los ríos se contaminan con partículas y se colmatan.

8 Estamos en un periodo interglaciar. ¿No es normal que haga más calor y haya más incendios?

Es cierto, pero correspondería que este periodo se fuera acabando y que las temperaturas empezasen a bajar. Sin embargo, están subiendo por nuestra causa y a una velocidad mucho mayor de la que se ha registrado nunca. Pero lo peor es que todo esto se lo hacemos a un planeta al que cada vez le quedan menos ecosistemas naturales bien conservados, como los últimos fragmentos de bosque amazónico, claves para la existencia humana. Es un problema grave, así que si nos preocupa nuestra supervivencia a medio o largo plazo hay que ponerle remedio cuanto antes.

9 ¿Se pueden reducir todos estos efectos?

La única forma es cambiar nuestra relación con el planeta. Cambiar nuestra huella ambiental per cápita, bajar la de los países desarrollados para permitir que aumente ligeramente en los países menos desarrollados, reformular completamente nuestro sistema socioeconómico. Además, deberíamos centrarnos más en la prevención que en la extinción de los incendios para evitar que se produzcan. La extinción es el fracaso de la gestión y la planificación y es cara e ineficiente ya que nunca tendremos suficientes medios para extinguir rápidamente los incendios cada vez más grandes que están ocurriendo en bosques de todo el mundo.

10 ¿Se puede recuperar todo lo arrasado por el fuego?

No. Recuperar una parte del bosque quemado es posible, pero recuperarlo completamente, conseguir un nuevo bosque funcional, resiliente y completo lleva muchas décadas y solo es factible en ciertas zonas y bajo ciertas condiciones ambientales favorables. E incluso esto puede ser irrealizable por el avance del cambio climático y la amenaza directa del desarrollo humano.

Desde antes de asumir la presidencia, en noviembre pasado, Bolsonaro canceló la cumbre climática que su país organizaría para finales del 2019 y obligó a otros países de la región a apurar el paso para encontrar un anfitrión. En Febrero, el general retirado y Secretario de Asuntos Estratégicos, Maynard Santa Rosa, anunció planes para construir un puente sobre el río Amazonas en el estado de Pará para empezar a desarrollar lo que llamó región “improductiva, desértica”, en referencia a la selva Amazónica. Esos planes forman parte de la estratagema revelada por el sitio Open Democracy, que publicó la existencia de un plan detallado elaborado por el Gobierno para el desarrollo de proyectos de infraestructura y detener programas de conservación y protección de la naturaleza.

Los aumentos en deforestación y en incendios provocados se dan cuando Bolsonaro ha flexibilizado los controles ambientales —como las multas, advertencias y la confiscación de equipo ilegal— al tiempo que reordenó las entidades encargadas de proteger el medio ambiente. Desde su plan de gobierno difundido cuando aún era candidato, Bolsonaro planteó fusionar los ministerios de Agricultura y Ambiente, algo de lo que después desistió; pero, al asumir el poder el 1 de enero, colocó como jerarca de Agricultura a Tereza Cristina, conocida por hacer lobby en favor del gran empresariado agroindustrial.

Como ministro de Ambiente designó a Ricardo Salles, quien fungió como secretario de Medio Ambiente del estado de São Paulo y de donde salió condenado por haber alterado mapas de un plan de gestión ambiental para favorecer a empresas mineras. Salles además niega la incidencia humana en el innegable cambio climático que atraviesa el planeta. Bolsonaro transfirió la Agencia Nacional de Aguas al Ministerio de Desarrollo Regional, movió el Servicio Forestal Brasileño al Ministerio de Agricultura y abolió la Secretaría de Cambio Climático.

Además, el presidente nombró como administradores en posiciones clave a personas con poca o ninguna experiencia y debilitó el proceso de licencias ambientales bajo el pretexto de obtener una mayor eficacia. Una parte de estos cambios fueron criticados desde inicios de mayo por ocho exministros y exministras de Ambiente de ese país, mediante una carta pública en donde advertían del “riesgo real de aumento incontrolado de la deforestación en la Amazonía”.

Tereza Cristina Corrêa da Costa Dias (nacida el 6 de julio de 1954) es una empresaria, ingeniera agrónoma y política brasileña, miembro de Demócratas (DEM), ministra de Ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento desde enero de 2019. Anteriormente fue diputada federal, representando al estado de Mato Grosso del Sur, como miembro de la bancada ruralista. Recibió donaciones de un terrateniente acusado de ordenar el asesinato de un líder indígena en 2003 y de al menos otros 12 empresarios ligados a los agrotóxicos. En 2018, Tereza Cristina encabezó un comité especial de la Cámara que aprobó el Proyecto de Ley 6299/02, destinado a hacer que las regulaciones sobre pesticidas sean más flexibles en el país. Por su defensa de dicho proyecto recibió entre sus colegas el apodo de «musa del veneno».

Los cambios de Bolsonaro están teniendo efecto. Un análisis publicado en Julio por el New York Times reveló una caída en las multas y castigos por parte de la principal agencia medioambiental del país. El primer semestre del 2019 tuvo una caída de 20% en la cantidad de medidas de control, en comparación con el año anterior. Esto le da más margen de acción a quienes cometan acciones contra el medio ambiente en Brasil.

Luego de que el INPE revelara que la deforestación estaba en crecimiento, la reacción de Bolsonaro consistió en destituir al director de ese Instituto, Ricardo Galvao, al que acusó de mentir o dañar la imagen de Brasil por publicar los datos. “Nuestra sensación es que eso no coincide con la verdad. Hasta parece que [el presidente del INPE] está al servicio de alguna ONG”, dijo Bolsonaro, según lo reportó la agencia AFP. De hecho, el presidente ha insistido en intentar culpar a las ONG por los incendios.

Por su parte, un grupo de más de 180 organizaciones emitieron en conjunto este 22 de agosto una nota de repudio a las declaraciones del presidente. “El aumento de la quema no es un hecho aislado. En su corta tenencia, la deforestación, la invasión de parques y tierras indígenas, la explotación ilegal y depredadora de los recursos naturales y el asesinato de líderes de comunidades tradicionales, indígenas y ambientalistas también han crecido”, dijeron respecto a la administración Bolsonaro.

Jair Bolsonaro junto a su ministro de Defensa Fernando Azevedo e Silva, en Brasilia.

“Durante el primer Gobierno de Lula, Brasil dio un paso decisivo para proteger la Amazonia. Fue en este momento en el que se sentaron las bases para el control de la deforestación”, explica Claudio Ángelo, autor de los libros “Calentamiento Global” y “La espiral de la muerte” y coordinador de comunicación del Observatorio del Clima. Sumada al PPCDAm, Lula estableció en diciembre de 2007 -primer año de su segundo mandato- un decreto presidencial para controlar la deforestación. La medida consistió en impedir a los propietarios de tierras con áreas deforestadas ilegalmente acceder a cualquier tipo de crédito rural como medida de presión. “Este fue el instrumento más eficaz ya adoptado por un Gobierno en Brasil para controlar deforestación”, considera Ángelo, que destaca que el mérito fue de la acción conjunta del Estado y no solo del PT.

Tras tres exitosos años, la deforestación volvió a aumentar en 2008 y el conflicto de intereses entre el Gobierno de Lula y el Ministerio de Medio Ambiente provocó la dimisión de la por entonces ministra Marina Silva, que desde aquel momento se convirtió en oposición política. “La visión desarrollista del PT se hizo más presente en este momento a través de una política de avance sobre la Amazonia con grandes hidroeléctricas, con obras de infraestructuras y con asociaciones entre el Gobierno y grandes empresas de la agropecuaria como la JBS (la mayor empresa de producción de carne de América Latina)”, explica Ángelo.

A finales del segundo Gobierno de Lula disminuyeron considerablemente las tasas de creación de Unidades de Conservación ambiental y de demarcación de Tierras Indígenas en la Amazonia, dos mecanismos que habían sido claves para garantizar los derechos socioambientales y evitar la ocupación y la tala ilegal. “Todos los casos de especulación y ocupación ilegal de tierras se producen para talar la selva y colocar pasto y ganado”, añade este investigador del Observatorio del Clima que apunta a una degradación más acentuada de las políticas medioambientales con la llegada de Dilma Rousseff a la presidencia en 2011. Aunque en 2012 Brasil presentó su menor tasa de deforestación de la historia reciente, “Dilma solo recogió los frutos de lo que previamente había sido plantado”, aclara Ángelo, que considera que este fue un gobierno “completamente desarrollista y perjudicial para la Amazonia”. La selva perdió 41 millones de hectáreas después de que Dilma aprobase el nuevo Código Forestal en 2012. La medida redujo de 80% para 50% la proporción de tierra que debe ser reforestada en las propiedades rurales privadas en territorio amazónico, y amnistió toda la tala ilegal que había tenido lugar antes de 2008. “Lo peor del código florestal es que no fue una política del PT.

Fue una política resultado de la alianza entre el Gobierno y la bancada del agronegocio, que tomó más fuerza durante el mandato de Dilma”, alega Ángelo. La falta de apoyos del PT dentro del Congreso era tan profunda que desembocó en la destitución de la Presidenta del Gobierno en 2016. “Esta medida fue el resultado de la presión de ruralistas que nunca aceptaron la ley de conservación de la selva en áreas privadas porque no quieren asumir que sus tierras tengan alguna función social”, explica Ángelo.

¿Las diferencias entre los incendios en el Amazonas y los de España? Ambos incendios han devastado enormes superficies, pero el de la Amazonía ha centrado todas las miradas en las últimas semanas. El bosque quemado en las Islas Canarias se recuperará previsiblemente en los próximos lustros. La selva amazónica probablemente nunca.

Nota de prensa, Enero 2024:

Hallan evidencias de antiguas ciudades amazónicas interconectadas.

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