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25 - Julio - 2019
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Alejandro Milán, el creador de algunas de las míticas marionetas de TVE durante los años 70 y 80, falleció este miércoles 24 de julio en Madrid, según ha anunciado TVE. Nacido en Cuba pero afincado en España, las creaciones de Milán se hicieron muy conocidas gracias a la pequeña pantalla, sobre todo gracias a los Electroduendes del programa 'La bola de cristal' de Lolo Rico. En aquel famoso espacio televisivo de los años 80 nacieron personajes como Maese Cámara, el Hada Vídeo, Maese Sonoro y la bruja Truca (la Bruja Avería fue una idea de Miguel Fernández-Pacheco).

Horacio Pinchadiscos y la calabaza Ruperta, una de las mascotas del programa 'Un, dos, tres' de Chicho Ibáñez Serrador (pero que fue idea de José Luis Moro), fueron otras de las creaciones de Milán, que también manejaba muchas de las marionetas. 'Zoo loco', 'El gran circo de TVE', 'La cometa blanca', 'Un globo, dos globos, tres globos', 'Sababadabadá' y 'Dabadabadá' son otros de los programas en los que trabajó Milán.

Un sábado por la mañana del otoño de 1984 aparecieron unas marionetas de nariz achatada en televisión. Eran los electroduendes, los «duendes de la electrónica», y hablaban un lenguaje que tomaba sus voces de la electricidad: «Se me erizan los baudios», «me tiemblan los émbolos». Los trajo La Bola de Cristal, un programa mítico por sus chispazos creativos y transgresores en un país que, eufórico, por fin echaba a andar por las rutas desconocidas de la libertad. La Bola estrenaba una fórmula inédita hasta entonces: hablar en dos idiomas a la vez. Uno para los niños, que al parecer del guionista que los escribía, Santiago Alba Rico, «disfrutaban el sabor, la materialidad sonora y narrativa de las palabras y de los personajes», y otro que emocionaba a los adultos que reconocían entre los versos «una crítica a una transición democrática que muchos ya percibían como insuficiente o truncada».

El programa infundía también el entusiasmo tecnológico de los ochenta. Los primeros ordenadores y las maquinitas anunciaban un mundo lleno de cables y fusibles, como los que rodeaban a la mala, malísima, Bruja Avería.

Lolo Rico, la directora de La Bola, pretendía trasladar las fábulas y leyendas al nuevo mundo tecnificado. Al situar a hadas y ogros en el fin de un siglo XX que corría hacia el futuro atestado de pilas y enchufes, aspiradoras y batidoras, amplificadores y videocasetes, surgieron una especie de duendes cíborg o mejorados por la técnica: los electroduendes. Seres que, en una canción del programa, se presentaban así:

El nuevo universo en el que aterrizaron requería un lenguaje nuevo. A los sapos y culebras se unieron objetos que emitían destellos y descargas, sonidos y luz. El vocabulario de urracas y amuletos, raíces y esqueletos, debía actualizarse como un programa informático cuando se descarga la última versión.

Palabras como electroduende o librovisor fueron creadas para el programa. Otras simplemente eran tan desconocidas que parecían parte del juego. Ya existían, por ejemplo, el faradio y el culombio. Eran unidades de carga eléctrica que debían su nombre a un hombre. La primera, al físico británico Michael Faraday; la segunda, al francés Charles-Augustin de Coulomb.

«A partir de esos términos electrónicos, inventamos expresiones, refranes, nuevos insultos, nuevas fórmulas», explica Alba Rico, treinta años después. De ese propósito surgieron «vas de culombio», «de pila máster» o «estoy hasta los baudios». A ojos de 2017, estrábicos por el apagón lingüístico que producen los eufemismos y lo políticamente correcto, pudiera parecer que los creadores de La Bola no querían malear el vocabulario de los niños ni herir la sensibilidad de los adultos, pero nada quedaba más lejos de su intención. «Se trataba de trasladar, o traducir, nuestras expresiones más coloquiales a la jerga eléctrica o electrónica», indica el guionista. «Los electroduendes dicen palabrotas en su propio idioma». ¡No te funde! A oídos de hoy, La Bola podría resultar políticamente incorrecta. No se cortaban. De sus programas salieron lemas críticos, como chispazos, hacia el sistema neoliberal que sobrevolaba el país y que los niños y adolescentes repetían como una letanía:

Aunque Alba Rico piensa que «más que una vocación subversiva, había mucha espontaneidad disruptiva». La genialidad de aquel programa que arrastraba frente al televisor a millones de personas, cada sábado por la mañana, surgió de una fusión del talento de la generación X (nacidos entre 1960 y 1980), los baby boomers (nacidos entre 1940 y 1960) y los silenciosos (nacidos entre 1920 y 1940). A los silenciosos pertenecía la directora del programa, Lolo Rico, nacida en 1935 y fallecida el 20 de enero de 2019. «En La Bola coincidieron varias generaciones de creadores que expresaban las transformaciones culturales y políticas de la época. Es un programa de “encrucijada” en una época aún sin fraguar, en la que lo más natural era decir disparates, a veces para mal y a veces para bien». La fusión de dos corrientes muy distintas produjo destellos brillantes en La Bola de Cristal. Ahí se unieron la movida, con su lenguaje y su actitud descarada, y el marxismo, del que surgieron los famosos versos críticos. «Fue un feliz apareamiento irrepetible entre dos corrientes condenadas a separarse enseguida: la movida oficial (frente a otras periféricas, no madrileñas) acabó en el poder, mientras que el marxismo terminó en la marginación y el olvido». De aquel idioma eléctrico saltaron rimas incendiarias:

Y puede que esa musicalidad lingüística impregnara el lenguaje juvenil de ese afán por colocar cada sílaba para formar versos gamberros al estilo de «me piro, vampiro» o «de qué vas, Bitter Kas». Alba Rico no tiene la respuesta del origen del uso y abuso que hicieron los miembros de la generación X de las asonancias y consonancias. «Puede que las rimas estuvieran en el aire pero desde el principio estaban en mi cabeza», apunta. Carlo Frabetti escribía alejandrinos satíricos para la sección del Librovisor. Carlos Fernández Liria armaba falsos eslóganes mitológicos, como «¡Homero, se te ha visto el plumero!». A los electroduendes Alba Rico reservaba unos pareados «claramente “terroristas”, ripios intencionadamente rechinantes que intentaban “hacer oír” lo que habitualmente no se escucha».

Detrás de sus guiones, cuando los escribía, estaban el dramaturgo Bertolt Brecht y el poeta satírico Jonathan Swift. Y así, rememora, «teníamos un pie en la calle y otro en los libros». Aquella bola por un tiempo rodó sin freno. En ella cantaban, sin pudor y sin miedo, sin remilgos ni sobreprotección, temas que decían a los niños X:

«Parece mentira, pero la única televisión que existía, la pública, era mucho más libre que las plurales e infinitas redes sociales donde ya no se puede contar un chiste», lamenta el guionista. «La combinación de leyes represivas y de tenazas políticamente correctas ha contraído enormemente el ámbito de la libertad de expresión, que hay que defender con uñas y dientes, incluso o sobre todo para quienes dicen cosas que preferiríamos no escuchar».

La bola de cristal fue un programa de Televisión Española emitido en los años ochenta, dirigido por Lolo Rico, y subdirigido y realizado durante la mayor parte de su emisión por Matilde Fernández Jarrín. La primera emisión de La bola de cristal fue el sábado 6 de octubre de 1984, siendo su último año de emisión 1988. El programa contaba con varias secciones orientadas para diversas franjas de edad. Recibió dos premios «TP de Oro» al mejor programa infantil en los años 1985 y 1987. Cabe destacar el continuo reconocimiento de diferentes sectores de la sociedad hacia este programa que se salía de la norma marcada por los programas infantiles de su época y otros más actuales, y que apostaba por tratar a los niños como personas adultas. La bola de cristal reflejaba el cambio sociopolítico que supuso la Transición en España y la explosión cultural y musical conocida como la Movida madrileña.

El programa estaba dividido en cuatro secciones diferentes, bien diferenciadas. Cada una de ellas estaba dirigida a un público de diferente edad, que comprendía desde los más pequeños hasta los ya casi adultos. Todas las secciones estaban salpicadas de pequeños vídeos de corte humorístico o que invitaban a reflexionar, y que actuaban a modo de cortinillas de continuidad entre secciones. De estas cortinillas surgieron frases como «Yo solo no puedo, con amigos sí», «Si no quieres ser como estos, lee», o «Tienes quince segundos para imaginar... si no se te ha ocurrido nada, a lo mejor deberías ver menos la tele», entre otras.

La música de la banda sonora de esta serie se encuentra en una recopilación de 30 canciones llamada: "Las Canciones De La Bola De Cristal ¿Qué Tiene Esta Bola?".

Es la primera sección del programa, dedicada a los más pequeños. En los primeros programas, los conductores eran Isabel Bauzá y Gerardo Amechazurra, y los protagonistas eran «Los electroduendes»: la Bruja Avería, la Bruja Truca, el Hada Vídeo, Maese Cámara y Maese Sonoro. Las voces de estos muñecos fueron, respectivamente, las de los actores de doblaje Matilde Conesa, Laura Palacios, Alicia Saínz de la Maza, Luis Perezagua y Ángel Egido. Las tramas en esos programas consistían en los presentadores intentando hacer el programa y los electroduendes gastándoles bromas. Posteriormente, se varió el formato y se suprimió a los presentadores, dejando la sección íntegramente en manos de los Electroduendes, que protagonizarían diversos sketches de todo tipo. Los electroduendes, como su nombre indica, eran los duendes de la electrónica, y cada uno representaba una de los aspectos técnicos de lo audiovisual. Maese Sonoro representaba al micrófono, capaz de escuchar todo, pero incapaz de memorizarlo. Maese Cámara representaba a la cámara, capaz de verlo todo, pero incapaz de memorizarlo. El hada Vídeo representaba a las grabadoras, ya que podía memorizar y reproducir cualquier imagen o sonido que hubiesen visto u oído sus compañeros. La bruja Truca era una enamorada del cine y lo conocía todo sobre el séptimo arte. Por su parte, la bruja Avería ejercía de villana, y se encargaba de estropearlo todo y de hacer explotar y embrujar todo tipo de cosas, incluidos los demás electroduendes. A lo largo de su vida de emisión, los Electroduendes pasaron de protagonizar aventuras infantiles a ser auténticos artífices de las más variopintas críticas contra el gobierno, el capitalismo, la guerra, el terrorismo, etc., gracias a su guionista Santiago Alba Rico. El programa se convirtió en una crítica social de su tiempo que no a todo el mundo gustaba. Muchos críticos, periodistas sobre todo, pusieron en tela de juicio si realmente era un programa dirigido al público infantil, adolescente o al ya adulto. Los Electroduendes tenían cierta forma de hablar en rima bastante original y solían utilizar expresiones, frases y formas nunca antes oídas. Un ejemplo de las mismas podría ser:

- “Viva el mal, viva el capital” (frase insignia de la Bruja Avería).

- “Soy Avería y aspiro a una alcaldía”.

- “Meapilas”.

- “Lo mío es... ¡El cine!” (frase insignia de la Bruja Truca)”.

- “Me importa un vatio”.

- “Desenseñar a desaprender cómo se deshacen las cosas”.

Es la segunda sección del programa, dirigida a niños un poco más mayores y preadolescentes. Estaba conducida por Alaska, con guiones de Carlo Frabetti y Carlos Fernández Liria. También sufrió cambios de formato a lo largo de las temporadas. Al principio, Alaska estaba acompañada de Mantequilla, un detective encarnado por Miguel Ángel Valero (Piraña en Verano azul). En esta época, Alaska contaba una historia relacionada con alguna época de la historia, como la antigua Grecia, la Roma clásica, la Edad Media, etc, y Mantequilla resolvía algún caso que guardase relación o no con el tema tratado. Poco después, se sumaron al elenco de actores Pedro Reyes y Pablo Carbonell, como intérpretes de las historias de Alaska, de forma disparatada y humorística, y para la segunda temporada se prescindió del personaje de Mantequilla, quedando Alaska, Pedro y Pablo como protagonistas de la sección hasta el final del programa en 1988. Al finalizar la sección, como puente entre secciones se solía emitir un videoclip con una canción especialmente creada para el programa protagonizado por Alaska, Santiago Auserón, Loquillo o Kiko Veneno entre otros. De ellas, la más popular fue sin duda Abracadabra, interpretada por la propia Olvido Gara y que se identificó con el programa.

Esta tercera sección funcionaba como contenedor para emitir un capítulo de una serie infantil o juvenil, también presentado por Alaska. Las series que se emitieron en esta sección fueron:

- La Pandilla.

- La familia Monster.

- Embrujada.

Después del episodio, se emitía la minisección «Los monográficos de Truca» que consistía en un pequeño monográfico que trataba sobre la vida de antiguos artistas del mundo del cine, tales como Charlie Chaplin, Romy Schneider, etc.

Era la cuarta sección del programa, dedicada a los adolescentes de entre 14 y 18 años, cuyo nombre unitario era simplemente "La cuarta parte", aunque en la programación de Televisión Española figuraba como programa independiente porque podía pensarse que no fuera apropiado para el público infantil. Esta sección fue añadida en la segunda temporada del programa, que en la primera temporada sólo tenía las tres secciones anteriores. Comenzaba con «La entrevista del patito» durante la cual la propia directora del programa, Lolo Rico, hacia entrevistas a personajes actuales de aquella época, tales como Fernando Savater o Pedro J. Ramírez, o simplemente hacía monólogos críticos sobre otros temas como la publicidad, la moda, etc. Luego comenzaba «El Noticiario» con Javier Gurruchaga al frente. En él, Gurruchaga tenía cierta libertad para tratar los temas que le viniesen en gana, hablando de la política, la música, el cine, e incluso protagonizando una miniserie donde él mismo interpretaba a todos los personajes de su supuesta familia imaginaria y cuyos guiones estaban escritos por Isabel Alba. Posteriormente, la participación de Gurruchaga se extendió a toda la sección, que recibió el nombre "El cuarto hombre". Además, dentro de la sección «Acordes en espiral» también se emitían videoclips, algunos de ellos creados específicamente para el programa, con los últimos éxitos de artistas como Franco Battiato, Ángel Altolaguirre, Radio Futura, Mecano, Los Nikis, Eskorbuto, Javier Gurruchaga, La Unión, Los Toreros Muertos, Golpes Bajos, Glutamato Ye-ye, La Frontera, Nacha Pop, Gabinete Caligari, Ramoncín, El Último de la Fila y otros. Grupos que representaban el conjunto de artistas y gustos musicales de la etapa de La Movida en los años ochenta y otros extranjeros. Fue el programa el verdadero impulsor del videoclip en la España de la década, y los temas que se beneficiaron incluyen Sildavia, La sangre de tu tristeza, Querida Milagros, Insurrección, Al calor del amor en un bar, A quién le importa, No es serio este cementerio o El imperio contraataca. También, en ocasiones, se emitían «Los conciertos de la bola», miniconciertos en los que el mismo tipo de artistas interpretaban sus canciones en directo ante el público, y a veces canciones compuestas en exclusiva para el programa. Años más tarde, se añadió a esta sección la proyección de cortos humorísticos españoles como The Traka donde una jovencísima Anabel Alonso hacía sus primeros pinitos en la televisión, o «el Show de Pedro Reyes», donde el actor del mismo nombre protagonizaba disparatadas y absurdas situaciones.

Con la llegada de Pilar Miró como directora de RTVE en 1987 mucha de la carga de crítica política y social presente en secciones como Los Electroduendes se tuvo que parar. Miró presionó para que se dejase de criticar a Felipe González (presidente del gobierno español en aquella época), a Ronald Reagan (presidente de los Estados Unidos entre 1980 y 1989) o a Margaret Thatcher (primera ministra del Reino Unido entre 1979 y 1990), lo que provocaba cierto malestar a la directora del programa, Lolo Rico, y a sus guionistas que, después de haber tenido durante tres años toda la libertad que quisieron para hablar y tratar los temas que les pareciesen, ahora se veían más limitados para poder hablar y criticar en libertad y a su manera lo que quisieran y, como consecuencia, con menos ganas de seguir con el programa.

En una entrevista concedida por el trigésimo aniversario del programa, Rico indica que Radio Televisión Española censuró sin su permiso un spot que defendía al colegio público respecto al privado. Ello provocó la dimisión de Lolo Rico y la finalización del programa.

Desde 1987 había planes para la continuidad del programa, con Sonia Martínez como presentadora en sustitución de Alaska, pero a causa de las restricciones ya citadas, la sección de los Electroduendes llegó a su fin a finales del 1987 y eso llevó a que La bola de cristal dejase de emitirse por completo en 1988, sustituyéndose por un programa nuevo de corte más infantil llamado Cajón desastre y conducido por Miriam Díaz Aroca.

A mediados de 2008 Televisión Española decidió reemitir algunas de sus producciones propias clásicas. Las elegidas fueron Los gozos y las sombras, Turno de oficio, Verano azul, Historias para no dormir, La bola de cristal y Anillos de oro.

Tras una encuesta a la audiencia, comenzó la reemisión en forma de vídeos publicados en su web, si bien también se encuentran allí, en la sección de Televisión a la carta/Archivo/Series míticas, los primeros episodios de las otras cinco series. En particular, el primer programa de La bola de cristal figura desde el 16 de mayo de 2008.

La periodista y realizadora de TVE y directora del histórico programa "La bola de cristal", María Dolores Rico Oliver, conocida profesionalmente como Lolo Rico, falleció a principios de 2019. Su gran corazón se paró. Lolo Rico, de 84 años, había recibido numerosos reconocimientos por el trabajo de este programa, que encarnó la edad de oro del pop español y en el que estuvieron presentes la estética y la música de los ochenta. Por el programa, emitido los sábados por la mañana por TVE de 1984 a 1988, pasaron personajes de la conocida como Movida madrileña y una marioneta se convirtió en ídolo de los adolescentes de la época, la Bruja Avería.

"La bola de cristal" fue una idea original de TVE, de la que Lolo Rico fue la coordinadora. Era hora y media de programa dividido en tres partes: "Electroduendes", con personajes como la Bruja Avería, a la que puso voz Matilde Conesa; el Hada Truca o el Hada Vídeo; "Librovisor", con la que se acercaba a los más pequeños a la lectura, y "La Cuarta Parte", por la que pasaron Alaska, Pedro Reyes, Javier Gurruchaga, Anabel Alonso o Pablo Carbonell. Aunque estaba dedicado a un público infantil y adolescente, destacó por tratar a su audiencia como a los espectadores adultos y por hacerse eco de la moda de los años ochenta.

Ha sido considerado por la propia TVE como uno de sus productos míticos, junto a "Verano azul" e "Historias para no dormir".

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