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                   The Dark Side of the Moon –en español: El lado 
                    oscuro de la luna– es un álbum conceptual, el octavo de estudio 
                    de la banda británica de rock progresivo Pink Floyd. Fue lanzado 
                    el 1 de marzo de 1973 en los Estados Unidos y el 24 de marzo 
                    del mismo año en el Reino Unido. Se estima que el álbum ha 
                    vendido más de 45 millones de copias mundialmente. El álbum 
                    está construido a partir de las ideas que Pink Floyd había 
                    explorado en sus conciertos y anteriores grabaciones, pero 
                    carece de las largas piezas instrumentales que caracterizaban 
                    a los trabajos posteriores a la marcha en 1968 de su miembro 
                    fundador, principal compositor y letrista, Syd Barrett. La 
                    temática del álbum incluye el conflicto, la avaricia, el envejecimiento 
                    y la enfermedad mental, este último inspirado, en parte, por 
                    el deterioro mental de Barrett. El álbum se desarrolló como 
                    parte de una futura gira de la banda, estrenándose en directo 
                    varios meses antes de que siquiera hubieran comenzado las 
                    grabaciones en el estudio. El nuevo material se fue refinando 
                    a medida que avanzaba la gira, y fue grabado en dos sesiones 
                    en 1972 y 1973 en los Abbey Road Studios de Londres. Pink 
                    Floyd usó algunas de las técnicas de grabación más avanzadas 
                    de la época, incluyendo grabaciones multipista y loops. En 
                    varias de las pistas se usaron sintetizadores analógicos, 
                    mientras que una serie de entrevistas con la banda y el equipo 
                    técnico aparecen a lo largo del álbum en forma de citas filosóficas. 
                    Alan Parsons fue el responsable de algunos de los aspectos 
                    sónicos más innovadores del álbum, incluyendo la interpretación 
                    no léxica de Clare Torry. Fue un masivo éxito comercial, este 
                    llegó a lo más alto de la lista Billboard 200 durante una 
                    semana, y permaneció en las listas 937 semanas (más de 19 
                    años), siendo así el álbum que más tiempo ha permanecido en 
                    listas de la historia musical. Con una estimación de ventas 
                    de 45 millones de copias, siendo así el tercer álbum más vendido 
                    en la historia de la música, tan sólo detrás de Thriller de 
                    Michael Jackson y Back in Black de AC/DC, es uno de los álbumes 
                    con mayores ventas del mundo y el más exitoso de Pink Floyd. 
                    Ha sido remasterizado y reeditado en dos ocasiones, además 
                    de haber sido versionado por varias bandas.  
                  Del álbum se extrajeron dos sencillos: «Money» 
                    y «Us and Them». Además de su éxito comercial, The Dark Side 
                    of the Moon fue altamente aclamado por la crítica y es considerado 
                    un trabajo seminal en la historia del rock, con muchas listas 
                    y rankings considerándolo entre los mejores discos de todos 
                    los tiempos. Continúa siendo el álbum más popular de la banda, 
                    tanto entre sus seguidores como con la crítica especializada. 
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                  Después del lanzamiento de Meddle, editado en 
                    octubre de 1971, los miembros de la banda se reunieron en 
                    diciembre de ese año para una gira por el Reino Unido, 
                    Japón y Estados Unidos. Mientras ensayaban en Broadhurst Gardens, 
                    Londres, tenían en perspectiva la inminente creación de un 
                    nuevo álbum. En una reunión en casa del baterista Nick Mason 
                    en Camden, el bajista Roger Waters propuso que el nuevo álbum 
                    podría formar parte de la gira. La idea de Waters era que 
                    el álbum tratara sobre cosas que «hacen enfadar a la gente», 
                    enfocándose en las presiones a las que se enfrentó la banda 
                    por su estilo de vida y en los problemas mentales que tenía 
                    el antiguo miembro y lider de la banda, Syd Barrett, quien 
                    había sido el principal compositor y letrista de la banda 
                    en sus primeros años. Ya habían explorado una idea similar 
                    en The Man and the Journey, una pieza de música conceptual 
                    que tocaron en sus conciertos de 1969. En una entrevista concedida 
                    a la revista Rolling Stone, David Gilmour dijo: «Creo que 
                    todos pensábamos —y Roger definitivamente lo pensaba— que 
                    muchas de las letras que habíamos estado usando eran demasiado 
                    indirectas. Definitivamente había una sensación de que las 
                    palabras iban a ser muy claras y específicas». 
                  En general, los cuatro miembros de la banda 
                    estuvieron de acuerdo en que la idea de Waters de hacer un 
                    álbum basado en una única temática era una buena idea. El 
                    bajista y principal letrista Roger Waters, el guitarrista 
                    David Gilmour, el baterista Nick Mason y el teclista Richard 
                    Wright participaron en la composición y la producción del 
                    nuevo material, algo poco habitual en los siguientes lanzamientos 
                    de Pink Floyd. Waters grabó las primeras demos en su casa 
                    de Islington, en un pequeño estudio de grabación que tenía 
                    en un cobertizo ubicado en su jardín. Algunas partes del nuevo 
                    álbum se extrajeron de material no usado previamente: el comienzo 
                    de «Breathe» procede de un trabajo anterior de Waters y Ron 
                    Geesin compuesto para la banda sonora de The Body; la estructura 
                    básica de «Us and Them» se extrajo de una pieza original compuesta 
                    para la película Zabriskie Point. La banda ensayó en un almacén 
                    de Londres que pertenecía a The Rolling Stones, y después 
                    en el Rainbow Theatre. Además, compraron material nuevo, incluyendo 
                    nuevos altavoces, un sistema de PA, una mesa de mezclas de 
                    28 canales con cuatro salidas cuadrafónicas y un sistema de 
                    luces. Se transportaron nueve toneladas de material en tres 
                    camiones: sería la primera vez que la banda giraba con un 
                    álbum completo, pero les permitió refinar y mejorar el nuevo 
                    material, que ya había recibido el nombre provisional de The 
                    Dark Side of the Moon (más una alusión a los lunáticos que 
                    a la astronomía). 
                   Al descubrir que el título ya había sido utilizado 
                    por otra banda, Medicine Head, fue temporalmente cambiado 
                    a Eclipse. El estreno de Eclipse se hizo en The Dome de Brighton 
                    el 20 de enero de 1972, aunque al comprobar que el álbum de 
                    Medicine Head había sido un fracaso comercial, volvieron a 
                    cambiar el título a The Dark Side of the Moon. 
                    
                  Actuación en vivo de The Dark Side of the Moon 
                    en Earls Court en 1973. De izquierda a derecha: Dave Gilmour, 
                    Nick Mason, Dick Parry, Roger Waters. 
                  Dark Side of the Moon: A Piece for Assorted 
                    Lunatics, como se conocía entonces, se tocó en presencia de 
                    un grupo de periodistas el 17 de febrero de 1972 (más de un 
                    año antes de su lanzamiento oficial en el teatro Rainbow) 
                    con una muy buena acogida. Michael Wale de The Times describió 
                    la pieza diciendo que «… trae las lágrimas a los ojos. ¡Está 
                    tan llena de comprensión y a la vez de interrogantes musicales!», 
                    mientras que Derek Jewell de The Sunday Times escribió «La 
                    ambición de la intención artística de Pink Floyd es enorme». 
                    Melody Maker fue menos entusiasta: «Musicalmente, había grandes 
                    ideas, pero los efectos de sonido a menudo me dejaban pensando 
                    que estaba dentro de una jaula de pájaros en el zoo de Londres». 
                    La posterior gira recibió una gran acogida por parte del público. 
                    Se tocó el nuevo material en directo, en el mismo orden en 
                    que después aparecería en el álbum, aunque con obvias diferencias 
                    como la falta de sintetizadores en pistas como «On the Run», 
                    y la lectura de piezas de la Biblia en lugar de la voz de 
                    Clare Torry en «The Great Gig in the Sky». La gira Dark Side 
                    of the Moon Tour de 1972-1973 por Europa y los Estados Unidos 
                    les dio la oportunidad de hacer mejoras en la calidad de los 
                    temas. 
                   Entre los conciertos de la gira, se comenzó 
                    a hacer las sesiones de estudio; los ensayos comenzaron en 
                    Inglaterra el 20 de enero, aunque en febrero la banda viajó 
                    a Francia para grabar música para La Vallée, una película 
                    francesa del director Barbet Schroeder. Después tocaron en 
                    Japón y volvieron a Francia en marzo para completar el trabajo 
                    en La Vallée. A esto siguieron actuaciones en Estados Unidos 
                    antes de que la banda volviese a Londres para comenzar la 
                    grabación del álbum, del 24 de mayo al 25 de junio. Después 
                    de otra serie de conciertos en Europa y los Estados Unidos, 
                    y la grabación en octubre de Pink Floyd: Live at Pompeii, 
                    la banda retornó al estudio el 9 de enero de 1973 para completar 
                    la grabación del álbum. 
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                  The Dark Side of the Moon se construyó a partir 
                    de experimentos hechos por Pink Floyd en conciertos y en grabaciones 
                    previas, pero sin las extensas piezas instrumentales que, 
                    según el crítico David Fricke, se habían convertido en una 
                    característica de la banda desde la marcha del miembro fundador 
                    Syd Barrett en 1968. El guitarrista David Gilmour, el músico 
                    que reemplazó a Barrett, luego se refirió a estos instrumentales 
                    como «ese rollo enrevesado de la psicodelia». Gilmour y Waters 
                    citan al álbum Meddle de 1971 como un punto de inflexión hacia 
                    lo que después sería el siguiente álbum. El álbum es conocido 
                    por el uso de música concreta conceptual y letras filosóficas, 
                    al igual que muchos otros trabajos de la banda. Cada cara 
                    del álbum constituye una pieza continua de música. Las cinco 
                    pistas de cada cara reflejan varios estados de la vida humana. 
                   
                  
                    
                      | La música concreta es un género musical cuyos fundamentos 
                        teóricos y estéticos fueron originados por Pierre Schaeffer 
                        en los estudios de la radiodifusión francesa en 1929. 
                        La música concreta está ligada a la aparición de dispositivos 
                        que permitieron la descontextualización de un sonido fijándolo 
                        en un soporte (en un principio analógico, como la cinta, 
                        posteriormente digital, como el CD) con el fin de tratar 
                        este sonido de manera separada y manipularlo cortándolo, 
                        pegándolo, superponiéndolo y finalmente combinando los 
                        sonidos resultantes de estas operaciones de alteración 
                        en una estructura compleja y definitiva como una partitura 
                        auditiva. En virtud de este proceso se habla también de 
                        "música de sonidos fijados”, ya que el resultado de la 
                        música concreta es su fijación en un soporte como la cinta 
                        de casete, el CD o un archivo informático. Esta revolución 
                        de sonidos hizo cambiar significativamente toda la estructura 
                        convencional de la música, ya que la forma musical dada 
                        al sonido de una puerta abriéndose pasó a tener la misma 
                        importancia que la de una melodía tocada al violín. | 
                     
                   
                  El álbum comienza y acaba con latidos de corazón; 
                    explora la naturaleza de la experiencia del ser humano, y 
                    según Waters, «la empatía». «Speak to Me» y «Breathe» juntos 
                    hacen énfasis en los elementos mundanos y fútiles de la vida 
                    junto con la siempre presente amenaza de la locura y la importancia 
                    de vivir cada uno su propia vida: No tengas miedo a querer. 
                    «On the Run», un instrumental guiado por sintetizadores, evoca 
                    el estrés y la ansiedad que provoca el transporte moderno, 
                    en particular el miedo de Wright a volar, llevando la trama 
                    de la canción a un aeropuerto. «Time» se adentra en el modo 
                    en el que el paso del tiempo puede controlar la vida de uno 
                    y ofrece una vehemente advertencia a quienes desperdician 
                    el tiempo agarrándose a los aspectos más mundanos de la vida. 
                    A esta canción le sigue el tema del retiro hacia la soledad 
                    y el refugio en la canción «Breathe (Reprise)». La primera 
                    parte del álbum termina con «The Great Gig in the Sky», una 
                    sentida metáfora sobre la muerte. Abriendo con el sonido de 
                    una caja registradora y el ruido de monedas, la primera pista 
                    de la cara B, «Money», se mofa de la avaricia y el consumismo, 
                    con una letra irónica y efectos de sonido relacionados con 
                    la riqueza. «Money» ha sido la pista de más éxito comercial 
                    del álbum y ha sido versionada por varias bandas desde entonces. 
                    
                  La banda experimentó con un EMS VCS 3 en varias 
                    de las canciones del álbum, como «Brain Damage» y «Any Colour 
                    You Like». 
                   «Us and Them» habla del etnocentrismo y del 
                    conflicto y del uso de dicotomías simples para describir las 
                    relaciones personales. Siguiendo un ritmo similar al de Breathe, 
                    pero más veloz y con un aura de Funk, hace presencia «Any 
                    Colour You Like», un instrumental que, mediante sus melodías 
                    psicodélicas, ofrece cierta seguridad y alegría, logrando 
                    liberar las tensiones que dejó su tema antecesor. Seguido 
                    de este, realiza su introducción la canción «Brain Damage», 
                    que trata sobre la enfermedad mental resultante de poner la 
                    fama y el éxito por encima de las necesidades de uno mismo. 
                    En particular el verso «And if the band you're in starts playing 
                    different tunes» («y si la banda en la que estás comienza 
                    a tocar distintas melodías») refleja el estado mental del 
                    antiguo miembro de la banda Syd Barrett. El álbum acaba con 
                    «Eclipse», que propugna los conceptos de la alteridad y unidad, 
                    a la vez que fuerza al oyente a reconocer los rasgos comunes 
                    de los seres humanos. 
                  El álbum se grabó en los Estudios Abbey Road, 
                    en dos sesiones, entre mayo de 1972 y enero de 1973. A la 
                    banda se le asignó como jefe técnico a Alan Parsons, que ya 
                    había trabajado como asistente de grabación en Atom Heart 
                    Mother, y que había ganado experiencia como ingeniero de sonido 
                    en los álbumes de The Beatles Abbey Road y Let It Be. Las 
                    sesiones de grabación se llevaron a cabo con las técnicas 
                    más sofisticadas de la época. El estudio era capaz de hacer 
                    mezclas de dieciséis pistas, cosa que ofrecía un gran nivel 
                    de flexibilidad, aunque la banda llegó a usar tantas pistas 
                    que para hacerlo posible se tuvieron que hacer segundas copias 
                    de las cintas. Dando comienzo el 1 de junio, la primera pista 
                    en grabarse fue «Us and Them», seguida seis días después por 
                    «Money». Waters había creado varios efectos de sonido en forma 
                    de loops sobre objetos relacionados con el dinero, incluyendo 
                    monedas lanzadas dentro de un cuenco. Estos loops se regrabaron 
                    cuando la banda decidió grabar una mezcla cuadrafónica del 
                    álbum (Parsons ha expresado su descontento con el resultado 
                    de esta mezcla, debido a la falta de tiempo y la falta de 
                    grabadoras multipista). Las siguientes pistas en ser grabadas 
                    fueron «Time» y «The Great Gig in the Sky», seguidas de un 
                    descanso de dos meses durante los cuales la banda pasó tiempo 
                    con la familia y se preparó para una nueva gira por Estados 
                    Unidos. Las sesiones de grabación sufrieron varias interrupciones; 
                    Roger Waters, seguidor del Arsenal F.C., a menudo cortaba 
                    las grabaciones para ir a ver jugar a su equipo y a menudo 
                    hacían un descanso para ver Monty Python's Flying Circus en 
                    la televisión, dejando a Parsons trabajando con el material 
                    disponible. 
                   Sin embargo, Gilmour ha refutado estas afirmaciones; 
                    en una entrevista de 2003 dijo: «A veces los veíamos, pero 
                    cuando estábamos muy ocupados seguíamos con el trabajo». Al 
                    regresar de Estados Unidos en enero de 1973, grabaron «Brain 
                    Damage», «Eclipse», «Any Colour You Like» y «On the Run», 
                    a la vez que afinaban el trabajo que ya tenían hecho de las 
                    sesiones previas. Para cantar en «Brain Damage», «Eclipse» 
                    y «Time» se contrató a cuatro cantantes femeninas, y para 
                    tocar el saxofón en «Us and Them» y «Money» se contrató a 
                    Dick Parry. La banda filmó metraje en el estudio de grabación 
                    con el director Adrian Maben para Pink Floyd: Live at Pompeii. 
                    Una vez completadas las grabaciones de estudio, la banda comenzó 
                    una gira por Europa.  
                    
                  Entrada principal a los Estudios Abbey Road. 
                  A nivel instrumental, el álbum es conocido por 
                    los efectos de sonido metronómicos en la canción «Speak to 
                    Me», y los loops en la apertura de «Money». Nick Mason, responsable 
                    de la mayoría de los efectos de sonido usados en la discografía 
                    de Pink Floyd, recibió una inhabitual acreditación como único 
                    compositor de «Speak to Me». La pista sirve como introducción, 
                    compuesta a base de cross-fades (efecto utilizado para montar 
                    una pieza sobre otra, bajando el volumen de la primera a medida 
                    que se sube el de la segunda) realizados con elementos de 
                    otras piezas del álbum. Mason creó una primera versión en 
                    su casa, antes de completarlo en el estudio. Para aumentar 
                    la construcción del efecto, se sirvieron de un acorde de piano, 
                    grabado al revés, que da lugar a la introducción de «Breathe». 
                    Los efectos de sonido de «Money» se crearon empalmando las 
                    grabaciones caseras de monedas tintineantes de Waters, sonidos 
                    de papeles rotos, el sonido de una caja registradora y el 
                    ruido de una calculadora para crear un loop de 7 pulsaciones 
                    (después adaptado a cuatro pistas para crear un efecto de 
                    «walk around the room» [pasear por el recinto y escuchar todo 
                    de forma uniforme] en la versión cuadrafónica del álbum). 
                   En algunos momentos la experimentación sónica 
                    del álbum requirió que todos los ingenieros y miembros de 
                    la banda operasen los reguladores de sonido de la mesa de 
                    mezclas de forma simultánea para mezclar las complicadas grabaciones 
                    multipista de varias de las canciones (en particular «On the 
                    Run»). Junto a la instrumentación convencional de rock, Pink 
                    Floyd añadió sintetizadores a su sonido. Por ejemplo, experimentaron 
                    con un EMS VCS 3 en «Brain Damage» y «Any Colour You Like», 
                    y un Synthi A en «Time» y «On the Run». También crearon y 
                    grabaron sonidos poco convencionales: un ingeniero asistente 
                    corriendo por la sala de reverberación del estudio (en «On 
                    the Run») o un bombo especialmente tratado para simular la 
                    frecuencia cardíaca de un ser humano (en «Speak to Me», «On 
                    the Run», «Time» y «Eclipse»). Este sonido es muy distinguible 
                    en la intro y el outro del álbum, aunque se puede oír también 
                    de forma esporádica en otras pistas: las canciones «Time» 
                    y «On the Run» tienen este ruido sordo. Los ruidos de relojes 
                    haciendo tic-tac y después marcando las horas de forma simultánea 
                    (en «Time») los creó Parsons inicialmente como prueba del 
                    sistema cuadrafónico. Parsons grabó cada sonido en una tienda 
                    de relojes antiguos, y aunque el material no se había creado 
                    específicamente para el álbum, finalmente se usó, junto a 
                    una serie de rototoms (tipo de timbal). 
                    
                  Varias pistas, entre otras «Us and Them» y «Time», 
                    son reconocibles por la habilidad que muestran Richard Wright 
                    y David Gilmour a la hora de armonizar sus respectivas voces. 
                    En The Making of The Dark Side of the Moon, un documental 
                    en DVD de 2003 sobre la elaboración del álbum, Roger Waters 
                    lo atribuye al hecho de que ambas voces son extremadamente 
                    similares. Para tomar provecho de esto, Parsons perfeccionó 
                    el uso de otras técnicas de estudio como el doubletracking 
                    de las voces y de las guitarras, y otras multipistas vocales 
                    que permitían a Gilmour armonizarse consigo mismo. También 
                    utilizó efectos flanger y phaser en voces e instrumentos, 
                    artimañas utilizando reverb y el desplazamiento de sonidos 
                    entre canales (muy audible en la mezcla cuadrafónica de «On 
                    the Run», cuando el sonido de un órgano Hammond B3 saliendo 
                    de un altavoz Leslie gira rápidamente alrededor del oyente). 
                  En los créditos del álbum aparece Clare Torry, 
                    una cantante de sesión y compositora, habitual en los estudios 
                    Abbey Road. Previamente había trabajado en material de música 
                    pop y en varios álbumes de versiones, y después de oír uno 
                    de esos álbumes Parsons la invitó al estudio para cantar en 
                    «The Great Gig in the Sky». Torry rechazó la oferta porque 
                    quería ver a Chuck Berry, que tocaba en el Hammersmith Odeon, 
                    aunque quedó en pasarse por allí el domingo siguiente. Los 
                    miembros de la banda le explicaron el concepto que había detrás 
                    del álbum, pero fueron incapaces de explicarle lo que debía 
                    hacer exactamente. Gilmour estaba a cargo de la sesión, y 
                    en unas pocas tomas breves, un domingo por la noche, improvisó 
                    una melodía sin letra para acompañar el emotivo solo de piano 
                    de Richard Wright. Inicialmente, Torry se sentía avergonzada 
                    por su exuberancia dentro de la cabina de grabación, y quiso 
                    disculparse ante la banda, para encontrarse después que estaban 
                    encantados con el resultado. 
                   Posteriormente, se editaron sus tomas para 
                    producir la versión que se usó en la pista. Se le pagaron 
                    £30 por su colaboración. En 2004, Torry demandó a EMI y Pink 
                    Floyd por regalías de composición, reclamando que coescribió 
                    «The Great Gig in the Sky» junto al teclista Richard Wright. 
                    Los tribunales de justicia del Reino Unido llegaron a la conclusión 
                    de que Torry estaba en lo correcto, aunque el acuerdo económico 
                    al que llegaron nunca llegó a salir a la luz pública. Todas 
                    las ediciones posteriores a 2005 de «The Great Gig in the 
                    Sky» acreditan la canción a Wright y Torry. Parte distinguible 
                    del álbum son los trozos de grabaciones de voces entre la 
                    música o encima de la misma. Durante las sesiones de grabación, 
                    Roger Waters reclutó al personal y ocupantes del estudio para 
                    contestar a una serie de preguntas impresas en tarjetas. Se 
                    colocó a los entrevistados frente a un micrófono en una cabina 
                    del estudio oscura, donde se les mostraban las tarjetas con 
                    preguntas como «¿cuál es tu color favorito?» o «¿cuál es tu 
                    plato favorito?», antes de pasar a preguntas más enfocadas 
                    al tema central del álbum (como la locura, la violencia o 
                    la muerte). Las respuestas se contestaban en el mismo orden 
                    que se hacían las preguntas, provocando respuestas sorprendentes. 
                    La pregunta «¿cuál fue la última vez que fuiste violento?» 
                    era seguida inmediatamente por la de «¿tenías razón?» La grabación 
                    de la entrevista al road mánager Roger «The Hat» Manifold 
                    fue la única que se hizo de forma convencional, ya que en 
                    su momento la banda no le pudo localizar, y para cuando lo 
                    consiguieron ya no encontraban las tarjetas. Cuando se le 
                    preguntó sobre el último momento violento que había tenido 
                    con otro conductor, Manifold contestó «… le di un golpe rápido, 
                    corto y fuerte …», y cuando se le preguntó sobre la muerte 
                    dijo «vive para hoy, mañana ya no estás, ese soy yo …». 
                    
                   Sesión de mezclas. Alan Parsons y Pink 
                    Floyd en Abbey Road studios, 1972.  
                   Otro técnico, Chris Adamson, en el momento 
                    se encontraba de gira con Pink Floyd y grabó la explícita 
                    diatriba que abre el álbum: «He estado cabreado muchos jodidos 
                    años: realmente muchos años». El road mánager de la banda 
                    Peter Watts (padre de la actriz Naomi Watts) contribuyó con 
                    las risas que aparecen en «Brain Damage» y «Speak to Me». 
                    El monólogo sobre «geezers who were cruisin' for a bruisin» 
                    («colgados que patrullaban en busca de recibir moratones») 
                    fue obra de la segunda mujer de Peter, Puddie (diminutivo 
                    de Patricia) Watts. Las respuestas: «Y yo no tengo miedo a 
                    morir, cualquier momento es bueno, no me importa. ¿Por qué 
                    debería tener miedo a morir?, no hay razón para ello, algún 
                    día hay que marcharse» (que aparece en «The Great Gig in the 
                    Sky») y las palabras finales: «en realidad no hay ningún lado 
                    oscuro de la luna..., de hecho, toda es oscura» (encima de 
                    las pulsaciones en «Eclipse») son del portero irlandés de 
                    los estudios, Gerry O'Driscoll. También se entrevistó a Paul 
                    y Linda McCartney, aunque sus respuestas no llegaron a incluirse 
                    en el álbum. Henry McCullough, colega de McCartney en la banda 
                    de éste, contribuyó con la famosa frase «I don't know, I was 
                    really drunk at the time» («no lo sé, estaba realmente borracho 
                    en ese momento»), que aparece entre «Money» y «Us and Them». 
                   
                  Después de terminar las sesiones de entrevistas, 
                    contrataron al productor Chris Thomas para aportar «un par 
                    de orejas frescas». El pasado de Thomas era más musical que 
                    de ingeniería. Había trabajado con el productor de The Beatles, 
                    George Martin, y era conocido del mánager de Pink Floyd, Steve 
                    O'Rourke. Los cuatro miembros de la banda tenían posiciones 
                    encontradas en cuanto a la forma de mezclar el álbum. Waters 
                    y Mason preferían una mezcla «seca» y «limpia», haciendo más 
                    uso de los elementos no musicales, pero Gilmour y Wright preferían 
                    una mezcla más sutil y con «eco». Thomas dijo después que 
                    no existían tales desacuerdos, diciendo «no había diferencias 
                    de opinión entre ellos, no recuerdo a Roger diciendo ni una 
                    vez que quería menos eco. De hecho, no dejaron ninguna pista 
                    sobre que después se fueran a enfadar entre ellos. Había una 
                    atmósfera muy creativa. Muy divertida». Aunque la verdad aún 
                    no se conoce, la intervención de Thomas resultó en un compromiso 
                    entre Waters y Gilmour, dejando a ambos totalmente satisfechos 
                    con el resultado final. Thomas fue responsable de varios cambios 
                    significativos en el álbum, incluyendo el eco usado en «Us 
                    and Them». También estuvo presente en la grabación de «The 
                    Great Gig in the Sky» (aunque Parsons fue el responsable de 
                    contratar a Torry). Roger Waters dijo en una entrevista de 
                    2006, cuando se le preguntó si sus metas se habían cumplido 
                    en el estudio: 
                  Cuando se terminó el álbum me llevé una copia 
                    a casa y se la puse a mi mujer. Recuerdo que comenzó a llorar 
                    cuando acabó. Y pensé, «esto obviamente ha tocado una fibra 
                    sensible de alguna manera» y me sentí bastante satisfecho. 
                    Sabes cuando has hecho algo, ciertamente si has creado una 
                    pieza musical, lo oyes con oídos nuevos cuando se la pones 
                    a otra persona. Y en ese punto pensé para mí, ¡Guau!, esto 
                    es un trabajo bastante completo», y tuve confianza en que 
                    la gente respondería. 
                    
                   David Gilmour en el mítico Estudio 3 
                    de Abbey Road, 1975. 
                  El álbum se publicó inicialmente en formato 
                    de vinilo con una carpeta desplegable diseñada por Hipgnosis 
                    y George Hardie, la cual mostraba un prisma refractando luz 
                    en su portada. El grupo Hipgnosis diseñó varias de las portadas 
                    de los álbumes previos de la banda, con resultados controvertidos; 
                    EMI no quedó satisfecha al ver las portadas de Atom Heart 
                    Mother y Obscured by Clouds, ya que esperaban diseños más 
                    tradicionales que incluyesen rótulos y palabras, pero los 
                    diseñadores Storm Thorgerson y Aubrey Powell pudieron ignorar 
                    las críticas, dado que la banda les contrataba. Para The Dark 
                    Side of the Moon Richard Wright les pidió que le presentaran 
                    algo «más elegante, con más clase». El diseño del prisma se 
                    inspiró en una fotografía que Thorgeson había visto en una 
                    sesión de brainstorm (lluvia de ideas) a la que asistió con 
                    Powell. El diseño corrió a cargo de George Hardie, empleado 
                    de Hipgnosis. La compañía de arte le ofreció a los miembros 
                    de la banda a elegir entre un total de siete diseños, pero 
                    los cuatro coincidieron en que el diseño del prisma era de 
                    largo el mejor. El diseño del prisma representa tres elementos; 
                    la iluminación en los conciertos de la banda, las letras del 
                    álbum y el deseo de Richard Wright de crear una portada más 
                    «sencilla y pulcra». El espectro de luz continúa por el desplegable 
                    antes de volver a unirse en otro prisma en la contraportada, 
                    una idea de Roger Waters. Añadido al poco tiempo, el diseño 
                    del desplegable también contiene la representación del latido 
                    de corazón empleado a lo largo del álbum, mientras que la 
                    idea de incluir otro prisma en la contraportada fue de Thorgeson, 
                    con el objetivo de facilitar la disposición del álbum en las 
                    tiendas de música. La banda de luz que emana del prisma en 
                    el álbum tiene seis colores, dejando fuera el índigo en comparación 
                    con la tradicional división del espectro en rojo, naranja, 
                    amarillo, verde, azul, añil y violeta. Un prisma normal mostraría 
                    un espectro continuo sin límites definidos entre un color 
                    y el siguiente. Dentro de la carpeta desplegable venían dos 
                    pósteres, uno de ellos con fotografías de la banda en concierto 
                    con el texto PINK FLOYD roto y las piezas esparcidas, y el 
                    otro con una imagen de las Pirámides de Guiza tomada por Powell 
                    y Thorgeson con una película infrarroja. También incluía una 
                    hoja con pegatinas de las pirámides. VH1 posicionó la portada 
                    en el cuarto lugar de su lista de las mejores portadas de 
                    todos los tiempos en 2003, y en 2009 los seguidores de la 
                    emisora de radio británica Planet Rock lo votaron como la 
                    mejor de todos los tiempos.  
                  Desde la partida del miembro fundador Barrett 
                    de la banda en 1968, la carga de la composición de las letras 
                    recayó, mayoritariamente, en Waters. Por tanto se le acredita 
                    como el compositor de las letras del álbum, haciendo The Dark 
                    Side of the Moon el primero de cinco álbumes consecutivos 
                    de Pink Floyd en acreditarlo exclusivamente como letrista. 
                    La banda se encontraba tan confiada con la calidad de las 
                    letras que, por primera vez, decidieron añadirlas dentro del 
                    LP en forma de texto. Cuando se le preguntó en 2003 si su 
                    papel en el álbum fue «organizar [las] ideas y estructuras» 
                    y el de David Gilmour «la música», Waters respondió: 
                  Eso es una estupidez. No hay duda de que Dave 
                    necesita un vehículo para sacar lo mejor de su guitarra. Y 
                    es un gran guitarrista. Pero la idea que ha intentado propagar 
                    a lo largo de los años de que él es más musical que yo es 
                    una verdadera tontería. Es un concepto absurdo, aunque la 
                    gente parece contenta creyéndolo. 
                    
                   Richard Wright en Abbey Road Studios, 1972. 
                  A excepción de Wright, la banda boicoteó la 
                    presentación a la prensa en el London Planetarium del 27 de 
                    febrero, ya que la mezcla cuadrafónica no estaba acabada. 
                    A los invitados se les recibió con un cuarteto de recortes 
                    de cartón de tamaño real de la banda, mientras que la mezcla 
                    estereofónica del álbum se lanzó a través de un equipo de 
                    PA de mala calidad. De todas maneras, en general, la prensa 
                    se mostró entusiasmada; Roy Hollingworth de Melody Maker describió 
                    la Cara A como: «... tan completamente confundida consigo 
                    misma que era difícil seguirla», aunque pasó a alabar la Cara 
                    B, escribiendo: «las canciones, los sonidos, los ritmos eran 
                    sólidos y firmes, el saxo apareció, la banda rockanroleó, 
                    para después desaparecer en la noche». 
                   Steve Peacock de Sounds escribió «No me importa 
                    si no has oído una nota de la música de Pink Floyd en tu vida, 
                    recomendaría sin reservas a todo el mundo The Dark Side of 
                    the Moon ...» En su reseña de 1973 sobre el álbum para la 
                    revista Rolling Stone, Lloyd Grossman escribió: «un gran álbum 
                    con una riqueza de textura y concepto que no solo invita, 
                    sino que exige involucrarse». 
                  The Dark Side of the Moon se lanzó en Estados 
                    Unidos el 1 de marzo de 1973, y después en el Reino Unido 
                    el 24 de ese mismo mes. Se convirtió inmediatamente en un 
                    éxito de ventas en el Reino Unido y Europa Occidental; para 
                    el mes siguiente, había recibido el disco de oro tanto en 
                    Estados Unidos como el Reino Unido. Durante marzo de 1973 
                    la banda tocó el álbum como parte de su gira estadounidense, 
                    incluyendo una actuación a medianoche en el Radio City Music 
                    Hall de Nueva York el 17 de marzo. El plato fuerte consistió 
                    en un avión lanzado desde el fondo del recinto al final de 
                    «On the Run», estrellándose en el escenario entre humo naranja, 
                    ante los 6.000 espectadores que asistieron a la actuación. 
                    El álbum llegó al puesto número uno de la lista de álbumes 
                    Billboard el 28 de abril de 1973, obteniendo tanto éxito que 
                    retornaron dos meses después para hacer otra gira. 
                  Gran parte del tempranero éxito del álbum en 
                    los Estados Unidos se debió a su discográfica en ese país, 
                    Capitol Records. El recién asignado presidente de la compañía, 
                    Bhaskar Menon, intentó por todos los medios mejorar las pobres 
                    ventas del álbum de estudio previo de Pink Floyd, Meddle. 
                    Mientras tanto, desencantados con Capitol, la banda y su mánager 
                    O'Rourke habían estado negociando con Columbia Records, específicamente 
                    con el presidente de la CBS Clive Davis. The Dark Side of 
                    the Moon era el último álbum que estaban obligados a lanzar 
                    antes de quedar libres de contrato y poder firmar con otra 
                    compañía. El entusiasmo de Menon fue tan grande que se encargó 
                    de hacer una gran campaña de promoción del álbum, incluyendo 
                    versiones truncadas de «Us and Them» y «Time» para las emisoras 
                    de radio. En algunos países, especialmente el Reino Unido, 
                    Pink Floyd no había lanzado un sencillo desde «Point Me at 
                    the Sky» de 1968, y excepcionalmente se lanzó «Money» como 
                    sencillo el 7 de mayo, con «Any Colour You Like» como Cara 
                    B. Llegó al puesto número trece de la lista Billboard Hot 
                    100 en julio de 1973. Se envió a las emisoras de radio una 
                    versión promocional con mezclas en mono y estéreo con etiquetas 
                    blancas. En el lado de la versión mono se retiró la palabra 
                    «bullshit» («mierda») de la canción, dejando solo «bull», 
                    sin embargo la versión estéreo contenía la versión sin censurar. 
                    Posteriormente esto se intentó subsanar; se mandó un reemplazo 
                    a las emisoras junto a una nota que advertía a los disc jockeys 
                    que eliminaran la primera copia sin censurar que habían recibido. 
                    El 4 de febrero se lanzó «Time», con «Us and Them» como Cara 
                    B. Sin embargo, los esfuerzos de Menon por renovar el contrato 
                    discográfico con Pink Floyd fueron en vano; a principios de 
                    1974, la banda firmó con Columbia y recibió un adelanto de 
                    un millón de dólares (en el Reino Unido y Europa continuaron 
                    con su contrato con Harvest Records). 
                    
                  Alan Parsons metido en faena. 
                  El éxito del álbum trajo una riqueza nunca vista 
                    a los cuatro miembros de la banda; Richard Wright y Roger 
                    Waters se compraron grandes casas de campo, y Nick Mason se 
                    convirtió en coleccionista de coches de lujo. Además, parte 
                    de los beneficios se invirtieron en la producción de Monty 
                    Python and the Holy Grail. Gracias a la producción, Alan Parsons 
                    consiguió una nominación al premio Grammy al «álbum con mejor 
                    ingeniería de sonido» en 1973, y pasó a tener su propia carrera 
                    como artista. Waters y Gilmour a menudo han menospreciado 
                    su contribución en el éxito del álbum, aunque Mason ha alabado 
                    su papel en el mismo. En 2003 Parsons reflexionó diciendo: 
                    «Creo que todos ellos creen que conseguí mantenerme el resto 
                    de mi carrera gracias a Dark Side of the Moon, cosa que tiene 
                    cierta parte de verdad. Pero de vez en cuando despierto, frustrado 
                    por el hecho de que han ganado incontables millones y mucha 
                    de la gente involucrada en el álbum no». 
                  
                    
                      | El perdurable legado de The Dark Side of the Moon se 
                        encuentra en su influencia en la música moderna, los músicos 
                        que han hecho versiones de sus canciones, e incluso en 
                        mitos urbanos. Su lanzamiento es, a menudo, visto como 
                        un punto simbólico en la historia de la música rock, y, 
                        en ocasiones, se han buscado similitudes entre Pink Floyd 
                        y Radiohead, en especial su álbum de 1997 OK Computer, 
                        al que se le ha llamado The Dark Side of the Moon de los 
                        años 1990, ya que ambos álbumes tienen algo en común: 
                        la pérdida de la habilidad creativa de un individuo para 
                        seguir funcionando en el mundo moderno. | 
                     
                   
                  The Dark Side of the Rainbow y The Dark Side 
                    of Oz son nombres que se usan para definir los rumores lanzados 
                    por Internet, que existen al menos desde 1994, que dicen que 
                    Dark Side of the Moon se hizo con la idea de servir como banda 
                    sonora de la película El Mago de Oz (1939). Los observadores 
                    que han puesto la película y el álbum de forma simultánea 
                    dicen que aparentemente hay sincronías, como cuando Dorothy 
                    comienza a correr y la banda comienza a cantar «no one told 
                    you when to run» («nadie te dijo cuándo comenzar a correr»). 
                    Tanto David Gilmour como Nick Mason han negado la conexión 
                    entre las dos obras, mientras que Roger Waters ha descrito 
                    los rumores como «divertidos». Alan Parsons ha asegurado que 
                    la película ni siquiera llegó a mencionarse durante la producción 
                    del álbum. 
                    
                  
                    
                      | 
                         Richard Wright, Roger Waters, Nick Mason y David Gilmour 
                          le mostraron al mundo el resultado de su más productivo 
                          experimento. No estaban solos, el ingeniero Alan Parsons 
                          hizo de piloto de la nave hacia la luna, logrando un 
                          sonido vanguardista que ha sobrevivido la prueba del 
                          tiempo. The Dark Side of the Moon, uno de los grandes 
                          álbumes conceptuales de los años 70, es una joya cuyo 
                          valor sigue en alza. 
                        Existen obras inmejorables. Piezas de colección de 
                          esas que estaríamos orgullosos de mostrarle a un amigo 
                          alienígena como prueba de la inteligencia y el sentimiento 
                          de la especie humana. Una de ellas fue producto de una 
                          serie de eventos cósmicos que ocurrieron entre junio 
                          de 1972 y enero de 1973 en los estudios Abbey Road de 
                          Londres, pertenecientes a EMI, los mismos en los que 
                          The Beatles intentaron construir cinco años antes lo 
                          que se reconoce junto con el Pet Sounds de The Beach 
                          Boys como uno de los primeros intentos de realizar un 
                          álbum conceptual. A pesar de los alcances de su contenido 
                          y de la inagotable influencia que representan las innovaciones 
                          que lo generaron, Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band 
                          (1967) no fue ese LP soñado que, lejos de presentar 
                          un puñado de canciones inconexas, ofrece un relato con 
                          principio, desarrollo y fin, con nudos que plantean 
                          problemas existenciales. La gema con esas características 
                          llegó un poco después, gracias a unos jóvenes que curiosamente 
                          trataron de husmear y no pudieron, ante la negativa 
                          de McCartney para ver cómo trabajaban los ídolos de 
                          Liverpool. 
                        Pink Floyd todavía vivía la época de despecho posterior 
                          a Syd Barrett, líder carismático, bien parecido y talentoso 
                          que llevaba el timón en los primeros años de la banda. 
                          Pero el músico, consumido en sustancias alucinógenas 
                          y trastornos psicóticos, fue sustituido, primero momentáneamente 
                          para una gira y luego de manera definitiva, por el guitarrista 
                          David Gilmour, quien depositó en la mezcla las gotas 
                          de un ingrediente distintivo enraizado en el blues y 
                          construido sobre la base de escalas pentatónicas. Se 
                          cree que la idea del octavo disco surgió en casa del 
                          baterista Nick Mason, donde se acordó escribir canciones 
                          sobre fuentes de estrés de la vida moderna. Roger Waters, 
                          bajista y letrista que había asumido el liderazgo, tomó 
                          notas para crear los versos. Y Richard Wright captó 
                          el concepto para dibujar capas sonoras que resultarían 
                          fundamentales en la obra. 
                          
                        The Dark Side of the Moon fue editado 
                          en Estados Unidos el 1° de marzo de 1973 y en Reino 
                          Unido un par de semanas después. No solo convenció a 
                          la movida subterránea y a una creciente base de fans 
                          que seguía a la agrupación como un fenómeno de culto. 
                          El álbum, cuya carátula fue creada por el diseñador 
                          y amigo del grupo Storm Elvin Thogerson, se abrió paso 
                          en el mainstream: con más de 50 millones de ejemplares, 
                          es uno de los discos más vendidos de todos los tiempos, 
                          un logro indiscutible para un trabajo expresionista 
                          desconectado del pop y sus postulados. 
                        Alan Parsons, precoz ratón de estudios, 
                          llevaba en su palmarés el dato rimbombante de haber 
                          laborado como ingeniero de sonido en Abbey Road y Let 
                          It Be, las últimas dos producciones de The Beatles. 
                          Se unió al cuarteto como apoyo técnico y sus ideas fueron 
                          determinantes en el resultado. No solo porque fue quien 
                          invitó a Clare Torry, sino porque su trabajo le aportó 
                          parte de la dimensión espacial a una obra en la que 
                          predominó la guitarra de Gilmour y también su voz, porque 
                          Waters solo cantó en los últimos dos temas. 
                        The Dark Side of The Moon no es un disco 
                          para festejar ni para consumir en una experiencia grupal. 
                          El manual de uso, como los mismos creadores lo sugirieron 
                          en su momento, propone la inmersión a través de los 
                          audífonos. «Creo que cuando estuvo listo, todos pensamos 
                          que era lo mejor que habíamos hecho hasta la fecha», 
                          dijo Nick Mason. «Todos estábamos complacidos porque 
                          era cinco veces mejor que Meddle (1971), ocho veces 
                          mejor que Atom Heart Mother (1970) y además se vendió. 
                          No solo era un buen álbum, sino que se había creado 
                          en el lugar y momento adecuado». 
                        Pink Floyd logró capturar la atención 
                          de los críticos, cosa que había estado haciendo en sus 
                          trabajos anteriores. Pero esta vez convirtió un disco 
                          temático, de ideas profundas y soluciones musicales 
                          complejas, en un éxito comercial. La revista Rolling 
                          Stone y su staff de votantes le dio, de acuerdo con 
                          una reciente lista, la casilla 43° entre los 500 mejores 
                          álbumes de la historia. «Money» es un ejemplo de osadía 
                          y, al mismo tiempo, de cómo cautivar a grandes audiencias 
                          con ideas frescas. Los éxitos radiales generalmente 
                          se escriben con fórmulas más sencillas. Por ejemplo, 
                          el rock n’ roll trabaja sobre un compás de 4 por 4. 
                          Pero ellos escribieron una reflexión acerca del dinero 
                          y el vacío espiritual en 7 por 4, con una duración superior 
                          a los 6 minutos para los extensos solos de guitarra 
                          y saxo. Se cree que las diferencias entre Gilmour y 
                          Waters, quien dejó el grupo en 1985, comenzaron en aquellas 
                          sesiones. Pero la época dorada continuaría en Wish You 
                          Were Here (1975) y Animals (1977). Luego llegó The Wall 
                          (1979), que para fans y críticos lucha por el sitial 
                          de mejor disco de la banda.  
                        Pero siempre ha tenido que vérselas con 
                          aquel prisma que Pink Floyd le dio a la humanidad hace 
                          47 años. 
                        En 1967, ambos conjuntos coincidieron 
                          en los estudios Abbey Road de Londres grabando los respectivos 
                          discos con los que sacudirían la escena musical de los 
                          60. El encuentro fue frío, pero dejó entrever la admiración 
                          mutua de dos de las mayores instituciones del pop británico. 
                          La noche que el Sargento Pimienta unió a Pink Floyd 
                          y The Beatles. 
                          
                        Una recepción, con su escritorio y un 
                          encargado de recibir llamadas y estar atento al citófono. 
                          Eso era lo que a principios de 1967 separaba el trabajo 
                          de The Beatles y Pink Floyd. Algo tan inadvertido como 
                          el puesto de un conserje era el pequeño espacio de Abbey 
                          Road que distanciaba a dos bandas fraguando sus obras 
                          maestras de la década dorada: mientras los Fab Four 
                          ocupaban el estudio 2 para dar forma a Sgt. Pepper's 
                          Lonely Hearts Club Band, sus compatriotas estaban en 
                          el estudio 3 armando lo que sería su debut, The Piper 
                          at the Gates of Dawn. 
                        La noche del 21 de marzo de ese año, los 
                          Floyd, encabezados por el cantante Syd Barrett, le solicitaron 
                          a su productor, Norman Smith, arreglar un encuentro 
                          con los chicos de más al lado, bajo el propósito de 
                          compartir opiniones y, por sobre todo, ver en qué consistía 
                          el verdadero laboratorio de experimentación en que el 
                          cuarteto había convertido su trabajo en estudio. Contaban 
                          con un punto a su favor: Smith era un antiguo ingeniero 
                          de sonido del sello EMI y había trabajado con los propios 
                          Beatles hasta Rubber Soul (1965). 
                        Pese a ello, los trámites previos no fueron 
                          simples. Smith se acercó al productor de los Fab Four, 
                          George Martin, para solicitarle que la reunión sucediera 
                          esa misma noche. Pero el llamado "quinto Beatle" lo 
                          escuchó con cierta indiferencia y le dijo que primero 
                          debía conversarlo, ya que no quería interrumpir a sus 
                          dirigidos, encerrados desde hace semanas en una espiral 
                          creativo que no dejaba espacio a los recreos, los tiempos 
                          muertos o las miradas ajenas. Era la fama que se habían 
                          ganado hasta ese punto de su trayectoria: les incomodaba 
                          la presencia de extraños en sus grabaciones, siempre 
                          pensadas como un cuartel hermético e inexpugnable. Por 
                          lo demás, ese día de marzo, estaban dando los toques 
                          finales a "Getting better" y "Lovely Rita", dos composiciones 
                          ricas en detalles y trucos técnicos. 
                        Pese a todo el panorama adverso, Martin 
                          le dijo a su colega: "Vuelve en un rato más, veré qué 
                          hago". Y lo hizo. Cerca de las 11 de la noche del 21 
                          de marzo, llegó hasta el estudio 2 junto a los cuatro 
                          miembros de Pink Floyd, quienes saludaron de modo amable 
                          y protocolar a sus pares, apenas intercambiando un par 
                          de palabras sin demasiada sustancia. El más amable de 
                          todos fue Paul McCartney. Pero no sólo por un asunto 
                          de relaciones públicas, la especialidad de la casa: 
                          Macca había conocido a los hombres de Barrett en la 
                          temporada anterior, en octubre de 1966, cuando los vio 
                          en el club UFO de Londres y se declaró impactado con 
                          su performance. 
                        Tras ello, el 21 de febrero del 67, justo 
                          un mes antes que ambas agrupaciones estrecharan sus 
                          manos, el bajista fue a darles una suerte de bienvenida 
                          a los Floyd como nuevos inquilinos de Abbey Road, ya 
                          que justo en esa jornada comenzaron a grabar The Piper 
                          at the Gates of Dawn. Según agrega el libro Vida y milagro 
                          de Sgt. Pepper's, de Clinton Heylin, Paul también habría 
                          conversado por iniciativa propia con los ejecutivos 
                          de EMI para que contrataran a Pink Floyd, ya que durante 
                          un tiempo se mostraron poco confiados de que una propuesta 
                          anclada en la experimentación y en la psicodelia más 
                          extrema pudiera tener algún rédito comercial. 
                        Por su parte, John Lennon fue el más ausente 
                          en esa reunión de 1967. Sólo horas antes se había tomado 
                          una tableta de ácido, por lo que estaba en pleno trance, 
                          prácticamente inhabilitado para poder mantener una conversación 
                          normal. Cosas del destino y de la música: esa noche, 
                          Syd Barrett, el hombre que frió su cerebro en LSD hasta 
                          la locura y que se perpetuó como sinónimo del artista 
                          derrotado por las drogas, ese día cumplió el rol del 
                          tipo sobrio y compuesto, mientras que John encarnó al 
                          genio en pleno viaje alucinógeno. De alguna manera, 
                          Barrett era coherente con sus opiniones, ya que meses 
                          antes había declarado en una entrevista que "amaba a 
                          los Beatles". Además, quería conocer la manera que tenían 
                          de operar en estudio, ya que él se consideraba un neófito 
                          absoluto en el tema. 
                        En su posterior autobiografía, Nick Manson, 
                          baterista de los hombres de "Interestellar overdrive", 
                          comentó: "Nos beneficiamos enormemente de The Beatles. 
                          Habíamos hecho algunas grabaciones antes de ir a EMI 
                          y sabíamos el abecé de trabajar en multipistas y, como 
                          digo, probablemente gracias a The Beatles se nos ofreció 
                          algo más que una oportunidad para aprender". Con el 
                          tiempo, Pepper no se alcanzó a topar con Piper. Mientras 
                          el primer álbum se lanzó el 1 de junio, el otro hizo 
                          lo propio el 5 de agosto. Una distancia mínima que simboliza 
                          el significado de ambas obras para la música británica 
                          del siglo XX: dos piezas que retratan al máximo la escalada 
                          creativa de sus protagonistas y un momento único e irrepetible 
                          en la cultura del siglo XX. 
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