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7 - Mayo - 2020
>>>> Dark Side Of The Moon

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The Dark Side of the Moon –en español: El lado oscuro de la luna– es un álbum conceptual, el octavo de estudio de la banda británica de rock progresivo Pink Floyd. Fue lanzado el 1 de marzo de 1973 en los Estados Unidos y el 24 de marzo del mismo año en el Reino Unido. Se estima que el álbum ha vendido más de 45 millones de copias mundialmente. El álbum está construido a partir de las ideas que Pink Floyd había explorado en sus conciertos y anteriores grabaciones, pero carece de las largas piezas instrumentales que caracterizaban a los trabajos posteriores a la marcha en 1968 de su miembro fundador, principal compositor y letrista, Syd Barrett. La temática del álbum incluye el conflicto, la avaricia, el envejecimiento y la enfermedad mental, este último inspirado, en parte, por el deterioro mental de Barrett. El álbum se desarrolló como parte de una futura gira de la banda, estrenándose en directo varios meses antes de que siquiera hubieran comenzado las grabaciones en el estudio. El nuevo material se fue refinando a medida que avanzaba la gira, y fue grabado en dos sesiones en 1972 y 1973 en los Abbey Road Studios de Londres. Pink Floyd usó algunas de las técnicas de grabación más avanzadas de la época, incluyendo grabaciones multipista y loops. En varias de las pistas se usaron sintetizadores analógicos, mientras que una serie de entrevistas con la banda y el equipo técnico aparecen a lo largo del álbum en forma de citas filosóficas. Alan Parsons fue el responsable de algunos de los aspectos sónicos más innovadores del álbum, incluyendo la interpretación no léxica de Clare Torry. Fue un masivo éxito comercial, este llegó a lo más alto de la lista Billboard 200 durante una semana, y permaneció en las listas 937 semanas (más de 19 años), siendo así el álbum que más tiempo ha permanecido en listas de la historia musical. Con una estimación de ventas de 45 millones de copias, siendo así el tercer álbum más vendido en la historia de la música, tan sólo detrás de Thriller de Michael Jackson y Back in Black de AC/DC, es uno de los álbumes con mayores ventas del mundo y el más exitoso de Pink Floyd. Ha sido remasterizado y reeditado en dos ocasiones, además de haber sido versionado por varias bandas.

Del álbum se extrajeron dos sencillos: «Money» y «Us and Them». Además de su éxito comercial, The Dark Side of the Moon fue altamente aclamado por la crítica y es considerado un trabajo seminal en la historia del rock, con muchas listas y rankings considerándolo entre los mejores discos de todos los tiempos. Continúa siendo el álbum más popular de la banda, tanto entre sus seguidores como con la crítica especializada.

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Después del lanzamiento de Meddle, editado en octubre de 1971, los miembros de la banda se reunieron en diciembre de ese año para una gira por el Reino Unido, Japón y Estados Unidos. Mientras ensayaban en Broadhurst Gardens, Londres, tenían en perspectiva la inminente creación de un nuevo álbum. En una reunión en casa del baterista Nick Mason en Camden, el bajista Roger Waters propuso que el nuevo álbum podría formar parte de la gira. La idea de Waters era que el álbum tratara sobre cosas que «hacen enfadar a la gente», enfocándose en las presiones a las que se enfrentó la banda por su estilo de vida y en los problemas mentales que tenía el antiguo miembro y lider de la banda, Syd Barrett, quien había sido el principal compositor y letrista de la banda en sus primeros años. Ya habían explorado una idea similar en The Man and the Journey, una pieza de música conceptual que tocaron en sus conciertos de 1969. En una entrevista concedida a la revista Rolling Stone, David Gilmour dijo: «Creo que todos pensábamos —y Roger definitivamente lo pensaba— que muchas de las letras que habíamos estado usando eran demasiado indirectas. Definitivamente había una sensación de que las palabras iban a ser muy claras y específicas».

En general, los cuatro miembros de la banda estuvieron de acuerdo en que la idea de Waters de hacer un álbum basado en una única temática era una buena idea. El bajista y principal letrista Roger Waters, el guitarrista David Gilmour, el baterista Nick Mason y el teclista Richard Wright participaron en la composición y la producción del nuevo material, algo poco habitual en los siguientes lanzamientos de Pink Floyd. Waters grabó las primeras demos en su casa de Islington, en un pequeño estudio de grabación que tenía en un cobertizo ubicado en su jardín. Algunas partes del nuevo álbum se extrajeron de material no usado previamente: el comienzo de «Breathe» procede de un trabajo anterior de Waters y Ron Geesin compuesto para la banda sonora de The Body; la estructura básica de «Us and Them» se extrajo de una pieza original compuesta para la película Zabriskie Point. La banda ensayó en un almacén de Londres que pertenecía a The Rolling Stones, y después en el Rainbow Theatre. Además, compraron material nuevo, incluyendo nuevos altavoces, un sistema de PA, una mesa de mezclas de 28 canales con cuatro salidas cuadrafónicas y un sistema de luces. Se transportaron nueve toneladas de material en tres camiones: sería la primera vez que la banda giraba con un álbum completo, pero les permitió refinar y mejorar el nuevo material, que ya había recibido el nombre provisional de The Dark Side of the Moon (más una alusión a los lunáticos que a la astronomía).

Al descubrir que el título ya había sido utilizado por otra banda, Medicine Head, fue temporalmente cambiado a Eclipse. El estreno de Eclipse se hizo en The Dome de Brighton el 20 de enero de 1972, aunque al comprobar que el álbum de Medicine Head había sido un fracaso comercial, volvieron a cambiar el título a The Dark Side of the Moon.

Actuación en vivo de The Dark Side of the Moon en Earls Court en 1973. De izquierda a derecha: Dave Gilmour, Nick Mason, Dick Parry, Roger Waters.

Dark Side of the Moon: A Piece for Assorted Lunatics, como se conocía entonces, se tocó en presencia de un grupo de periodistas el 17 de febrero de 1972 (más de un año antes de su lanzamiento oficial en el teatro Rainbow) con una muy buena acogida. Michael Wale de The Times describió la pieza diciendo que «… trae las lágrimas a los ojos. ¡Está tan llena de comprensión y a la vez de interrogantes musicales!», mientras que Derek Jewell de The Sunday Times escribió «La ambición de la intención artística de Pink Floyd es enorme». Melody Maker fue menos entusiasta: «Musicalmente, había grandes ideas, pero los efectos de sonido a menudo me dejaban pensando que estaba dentro de una jaula de pájaros en el zoo de Londres». La posterior gira recibió una gran acogida por parte del público. Se tocó el nuevo material en directo, en el mismo orden en que después aparecería en el álbum, aunque con obvias diferencias como la falta de sintetizadores en pistas como «On the Run», y la lectura de piezas de la Biblia en lugar de la voz de Clare Torry en «The Great Gig in the Sky». La gira Dark Side of the Moon Tour de 1972-1973 por Europa y los Estados Unidos les dio la oportunidad de hacer mejoras en la calidad de los temas.

Entre los conciertos de la gira, se comenzó a hacer las sesiones de estudio; los ensayos comenzaron en Inglaterra el 20 de enero, aunque en febrero la banda viajó a Francia para grabar música para La Vallée, una película francesa del director Barbet Schroeder. Después tocaron en Japón y volvieron a Francia en marzo para completar el trabajo en La Vallée. A esto siguieron actuaciones en Estados Unidos antes de que la banda volviese a Londres para comenzar la grabación del álbum, del 24 de mayo al 25 de junio. Después de otra serie de conciertos en Europa y los Estados Unidos, y la grabación en octubre de Pink Floyd: Live at Pompeii, la banda retornó al estudio el 9 de enero de 1973 para completar la grabación del álbum.

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The Dark Side of the Moon se construyó a partir de experimentos hechos por Pink Floyd en conciertos y en grabaciones previas, pero sin las extensas piezas instrumentales que, según el crítico David Fricke, se habían convertido en una característica de la banda desde la marcha del miembro fundador Syd Barrett en 1968. El guitarrista David Gilmour, el músico que reemplazó a Barrett, luego se refirió a estos instrumentales como «ese rollo enrevesado de la psicodelia». Gilmour y Waters citan al álbum Meddle de 1971 como un punto de inflexión hacia lo que después sería el siguiente álbum. El álbum es conocido por el uso de música concreta conceptual y letras filosóficas, al igual que muchos otros trabajos de la banda. Cada cara del álbum constituye una pieza continua de música. Las cinco pistas de cada cara reflejan varios estados de la vida humana.

La música concreta es un género musical cuyos fundamentos teóricos y estéticos fueron originados por Pierre Schaeffer en los estudios de la radiodifusión francesa en 1929. La música concreta está ligada a la aparición de dispositivos que permitieron la descontextualización de un sonido fijándolo en un soporte (en un principio analógico, como la cinta, posteriormente digital, como el CD) con el fin de tratar este sonido de manera separada y manipularlo cortándolo, pegándolo, superponiéndolo y finalmente combinando los sonidos resultantes de estas operaciones de alteración en una estructura compleja y definitiva como una partitura auditiva. En virtud de este proceso se habla también de "música de sonidos fijados”, ya que el resultado de la música concreta es su fijación en un soporte como la cinta de casete, el CD o un archivo informático. Esta revolución de sonidos hizo cambiar significativamente toda la estructura convencional de la música, ya que la forma musical dada al sonido de una puerta abriéndose pasó a tener la misma importancia que la de una melodía tocada al violín.

El álbum comienza y acaba con latidos de corazón; explora la naturaleza de la experiencia del ser humano, y según Waters, «la empatía». «Speak to Me» y «Breathe» juntos hacen énfasis en los elementos mundanos y fútiles de la vida junto con la siempre presente amenaza de la locura y la importancia de vivir cada uno su propia vida: No tengas miedo a querer. «On the Run», un instrumental guiado por sintetizadores, evoca el estrés y la ansiedad que provoca el transporte moderno, en particular el miedo de Wright a volar, llevando la trama de la canción a un aeropuerto. «Time» se adentra en el modo en el que el paso del tiempo puede controlar la vida de uno y ofrece una vehemente advertencia a quienes desperdician el tiempo agarrándose a los aspectos más mundanos de la vida. A esta canción le sigue el tema del retiro hacia la soledad y el refugio en la canción «Breathe (Reprise)». La primera parte del álbum termina con «The Great Gig in the Sky», una sentida metáfora sobre la muerte. Abriendo con el sonido de una caja registradora y el ruido de monedas, la primera pista de la cara B, «Money», se mofa de la avaricia y el consumismo, con una letra irónica y efectos de sonido relacionados con la riqueza. «Money» ha sido la pista de más éxito comercial del álbum y ha sido versionada por varias bandas desde entonces.

La banda experimentó con un EMS VCS 3 en varias de las canciones del álbum, como «Brain Damage» y «Any Colour You Like».

«Us and Them» habla del etnocentrismo y del conflicto y del uso de dicotomías simples para describir las relaciones personales. Siguiendo un ritmo similar al de Breathe, pero más veloz y con un aura de Funk, hace presencia «Any Colour You Like», un instrumental que, mediante sus melodías psicodélicas, ofrece cierta seguridad y alegría, logrando liberar las tensiones que dejó su tema antecesor. Seguido de este, realiza su introducción la canción «Brain Damage», que trata sobre la enfermedad mental resultante de poner la fama y el éxito por encima de las necesidades de uno mismo. En particular el verso «And if the band you're in starts playing different tunes» («y si la banda en la que estás comienza a tocar distintas melodías») refleja el estado mental del antiguo miembro de la banda Syd Barrett. El álbum acaba con «Eclipse», que propugna los conceptos de la alteridad y unidad, a la vez que fuerza al oyente a reconocer los rasgos comunes de los seres humanos.

El álbum se grabó en los Estudios Abbey Road, en dos sesiones, entre mayo de 1972 y enero de 1973. A la banda se le asignó como jefe técnico a Alan Parsons, que ya había trabajado como asistente de grabación en Atom Heart Mother, y que había ganado experiencia como ingeniero de sonido en los álbumes de The Beatles Abbey Road y Let It Be. Las sesiones de grabación se llevaron a cabo con las técnicas más sofisticadas de la época. El estudio era capaz de hacer mezclas de dieciséis pistas, cosa que ofrecía un gran nivel de flexibilidad, aunque la banda llegó a usar tantas pistas que para hacerlo posible se tuvieron que hacer segundas copias de las cintas. Dando comienzo el 1 de junio, la primera pista en grabarse fue «Us and Them», seguida seis días después por «Money». Waters había creado varios efectos de sonido en forma de loops sobre objetos relacionados con el dinero, incluyendo monedas lanzadas dentro de un cuenco. Estos loops se regrabaron cuando la banda decidió grabar una mezcla cuadrafónica del álbum (Parsons ha expresado su descontento con el resultado de esta mezcla, debido a la falta de tiempo y la falta de grabadoras multipista). Las siguientes pistas en ser grabadas fueron «Time» y «The Great Gig in the Sky», seguidas de un descanso de dos meses durante los cuales la banda pasó tiempo con la familia y se preparó para una nueva gira por Estados Unidos. Las sesiones de grabación sufrieron varias interrupciones; Roger Waters, seguidor del Arsenal F.C., a menudo cortaba las grabaciones para ir a ver jugar a su equipo y a menudo hacían un descanso para ver Monty Python's Flying Circus en la televisión, dejando a Parsons trabajando con el material disponible.

Sin embargo, Gilmour ha refutado estas afirmaciones; en una entrevista de 2003 dijo: «A veces los veíamos, pero cuando estábamos muy ocupados seguíamos con el trabajo». Al regresar de Estados Unidos en enero de 1973, grabaron «Brain Damage», «Eclipse», «Any Colour You Like» y «On the Run», a la vez que afinaban el trabajo que ya tenían hecho de las sesiones previas. Para cantar en «Brain Damage», «Eclipse» y «Time» se contrató a cuatro cantantes femeninas, y para tocar el saxofón en «Us and Them» y «Money» se contrató a Dick Parry. La banda filmó metraje en el estudio de grabación con el director Adrian Maben para Pink Floyd: Live at Pompeii. Una vez completadas las grabaciones de estudio, la banda comenzó una gira por Europa.

Entrada principal a los Estudios Abbey Road.

A nivel instrumental, el álbum es conocido por los efectos de sonido metronómicos en la canción «Speak to Me», y los loops en la apertura de «Money». Nick Mason, responsable de la mayoría de los efectos de sonido usados en la discografía de Pink Floyd, recibió una inhabitual acreditación como único compositor de «Speak to Me». La pista sirve como introducción, compuesta a base de cross-fades (efecto utilizado para montar una pieza sobre otra, bajando el volumen de la primera a medida que se sube el de la segunda) realizados con elementos de otras piezas del álbum. Mason creó una primera versión en su casa, antes de completarlo en el estudio. Para aumentar la construcción del efecto, se sirvieron de un acorde de piano, grabado al revés, que da lugar a la introducción de «Breathe». Los efectos de sonido de «Money» se crearon empalmando las grabaciones caseras de monedas tintineantes de Waters, sonidos de papeles rotos, el sonido de una caja registradora y el ruido de una calculadora para crear un loop de 7 pulsaciones (después adaptado a cuatro pistas para crear un efecto de «walk around the room» [pasear por el recinto y escuchar todo de forma uniforme] en la versión cuadrafónica del álbum).

En algunos momentos la experimentación sónica del álbum requirió que todos los ingenieros y miembros de la banda operasen los reguladores de sonido de la mesa de mezclas de forma simultánea para mezclar las complicadas grabaciones multipista de varias de las canciones (en particular «On the Run»). Junto a la instrumentación convencional de rock, Pink Floyd añadió sintetizadores a su sonido. Por ejemplo, experimentaron con un EMS VCS 3 en «Brain Damage» y «Any Colour You Like», y un Synthi A en «Time» y «On the Run». También crearon y grabaron sonidos poco convencionales: un ingeniero asistente corriendo por la sala de reverberación del estudio (en «On the Run») o un bombo especialmente tratado para simular la frecuencia cardíaca de un ser humano (en «Speak to Me», «On the Run», «Time» y «Eclipse»). Este sonido es muy distinguible en la intro y el outro del álbum, aunque se puede oír también de forma esporádica en otras pistas: las canciones «Time» y «On the Run» tienen este ruido sordo. Los ruidos de relojes haciendo tic-tac y después marcando las horas de forma simultánea (en «Time») los creó Parsons inicialmente como prueba del sistema cuadrafónico. Parsons grabó cada sonido en una tienda de relojes antiguos, y aunque el material no se había creado específicamente para el álbum, finalmente se usó, junto a una serie de rototoms (tipo de timbal).

Varias pistas, entre otras «Us and Them» y «Time», son reconocibles por la habilidad que muestran Richard Wright y David Gilmour a la hora de armonizar sus respectivas voces. En The Making of The Dark Side of the Moon, un documental en DVD de 2003 sobre la elaboración del álbum, Roger Waters lo atribuye al hecho de que ambas voces son extremadamente similares. Para tomar provecho de esto, Parsons perfeccionó el uso de otras técnicas de estudio como el doubletracking de las voces y de las guitarras, y otras multipistas vocales que permitían a Gilmour armonizarse consigo mismo. También utilizó efectos flanger y phaser en voces e instrumentos, artimañas utilizando reverb y el desplazamiento de sonidos entre canales (muy audible en la mezcla cuadrafónica de «On the Run», cuando el sonido de un órgano Hammond B3 saliendo de un altavoz Leslie gira rápidamente alrededor del oyente).

En los créditos del álbum aparece Clare Torry, una cantante de sesión y compositora, habitual en los estudios Abbey Road. Previamente había trabajado en material de música pop y en varios álbumes de versiones, y después de oír uno de esos álbumes Parsons la invitó al estudio para cantar en «The Great Gig in the Sky». Torry rechazó la oferta porque quería ver a Chuck Berry, que tocaba en el Hammersmith Odeon, aunque quedó en pasarse por allí el domingo siguiente. Los miembros de la banda le explicaron el concepto que había detrás del álbum, pero fueron incapaces de explicarle lo que debía hacer exactamente. Gilmour estaba a cargo de la sesión, y en unas pocas tomas breves, un domingo por la noche, improvisó una melodía sin letra para acompañar el emotivo solo de piano de Richard Wright. Inicialmente, Torry se sentía avergonzada por su exuberancia dentro de la cabina de grabación, y quiso disculparse ante la banda, para encontrarse después que estaban encantados con el resultado.

Posteriormente, se editaron sus tomas para producir la versión que se usó en la pista. Se le pagaron £30 por su colaboración. En 2004, Torry demandó a EMI y Pink Floyd por regalías de composición, reclamando que coescribió «The Great Gig in the Sky» junto al teclista Richard Wright. Los tribunales de justicia del Reino Unido llegaron a la conclusión de que Torry estaba en lo correcto, aunque el acuerdo económico al que llegaron nunca llegó a salir a la luz pública. Todas las ediciones posteriores a 2005 de «The Great Gig in the Sky» acreditan la canción a Wright y Torry. Parte distinguible del álbum son los trozos de grabaciones de voces entre la música o encima de la misma. Durante las sesiones de grabación, Roger Waters reclutó al personal y ocupantes del estudio para contestar a una serie de preguntas impresas en tarjetas. Se colocó a los entrevistados frente a un micrófono en una cabina del estudio oscura, donde se les mostraban las tarjetas con preguntas como «¿cuál es tu color favorito?» o «¿cuál es tu plato favorito?», antes de pasar a preguntas más enfocadas al tema central del álbum (como la locura, la violencia o la muerte). Las respuestas se contestaban en el mismo orden que se hacían las preguntas, provocando respuestas sorprendentes. La pregunta «¿cuál fue la última vez que fuiste violento?» era seguida inmediatamente por la de «¿tenías razón?» La grabación de la entrevista al road mánager Roger «The Hat» Manifold fue la única que se hizo de forma convencional, ya que en su momento la banda no le pudo localizar, y para cuando lo consiguieron ya no encontraban las tarjetas. Cuando se le preguntó sobre el último momento violento que había tenido con otro conductor, Manifold contestó «… le di un golpe rápido, corto y fuerte …», y cuando se le preguntó sobre la muerte dijo «vive para hoy, mañana ya no estás, ese soy yo …».

Sesión de mezclas. Alan Parsons y Pink Floyd en Abbey Road studios, 1972.

Otro técnico, Chris Adamson, en el momento se encontraba de gira con Pink Floyd y grabó la explícita diatriba que abre el álbum: «He estado cabreado muchos jodidos años: realmente muchos años». El road mánager de la banda Peter Watts (padre de la actriz Naomi Watts) contribuyó con las risas que aparecen en «Brain Damage» y «Speak to Me». El monólogo sobre «geezers who were cruisin' for a bruisin» («colgados que patrullaban en busca de recibir moratones») fue obra de la segunda mujer de Peter, Puddie (diminutivo de Patricia) Watts. Las respuestas: «Y yo no tengo miedo a morir, cualquier momento es bueno, no me importa. ¿Por qué debería tener miedo a morir?, no hay razón para ello, algún día hay que marcharse» (que aparece en «The Great Gig in the Sky») y las palabras finales: «en realidad no hay ningún lado oscuro de la luna..., de hecho, toda es oscura» (encima de las pulsaciones en «Eclipse») son del portero irlandés de los estudios, Gerry O'Driscoll. También se entrevistó a Paul y Linda McCartney, aunque sus respuestas no llegaron a incluirse en el álbum. Henry McCullough, colega de McCartney en la banda de éste, contribuyó con la famosa frase «I don't know, I was really drunk at the time» («no lo sé, estaba realmente borracho en ese momento»), que aparece entre «Money» y «Us and Them».

Después de terminar las sesiones de entrevistas, contrataron al productor Chris Thomas para aportar «un par de orejas frescas». El pasado de Thomas era más musical que de ingeniería. Había trabajado con el productor de The Beatles, George Martin, y era conocido del mánager de Pink Floyd, Steve O'Rourke. Los cuatro miembros de la banda tenían posiciones encontradas en cuanto a la forma de mezclar el álbum. Waters y Mason preferían una mezcla «seca» y «limpia», haciendo más uso de los elementos no musicales, pero Gilmour y Wright preferían una mezcla más sutil y con «eco». Thomas dijo después que no existían tales desacuerdos, diciendo «no había diferencias de opinión entre ellos, no recuerdo a Roger diciendo ni una vez que quería menos eco. De hecho, no dejaron ninguna pista sobre que después se fueran a enfadar entre ellos. Había una atmósfera muy creativa. Muy divertida». Aunque la verdad aún no se conoce, la intervención de Thomas resultó en un compromiso entre Waters y Gilmour, dejando a ambos totalmente satisfechos con el resultado final. Thomas fue responsable de varios cambios significativos en el álbum, incluyendo el eco usado en «Us and Them». También estuvo presente en la grabación de «The Great Gig in the Sky» (aunque Parsons fue el responsable de contratar a Torry). Roger Waters dijo en una entrevista de 2006, cuando se le preguntó si sus metas se habían cumplido en el estudio:

Cuando se terminó el álbum me llevé una copia a casa y se la puse a mi mujer. Recuerdo que comenzó a llorar cuando acabó. Y pensé, «esto obviamente ha tocado una fibra sensible de alguna manera» y me sentí bastante satisfecho. Sabes cuando has hecho algo, ciertamente si has creado una pieza musical, lo oyes con oídos nuevos cuando se la pones a otra persona. Y en ese punto pensé para mí, ¡Guau!, esto es un trabajo bastante completo», y tuve confianza en que la gente respondería.

David Gilmour en el mítico Estudio 3 de Abbey Road, 1975.

El álbum se publicó inicialmente en formato de vinilo con una carpeta desplegable diseñada por Hipgnosis y George Hardie, la cual mostraba un prisma refractando luz en su portada. El grupo Hipgnosis diseñó varias de las portadas de los álbumes previos de la banda, con resultados controvertidos; EMI no quedó satisfecha al ver las portadas de Atom Heart Mother y Obscured by Clouds, ya que esperaban diseños más tradicionales que incluyesen rótulos y palabras, pero los diseñadores Storm Thorgerson y Aubrey Powell pudieron ignorar las críticas, dado que la banda les contrataba. Para The Dark Side of the Moon Richard Wright les pidió que le presentaran algo «más elegante, con más clase». El diseño del prisma se inspiró en una fotografía que Thorgeson había visto en una sesión de brainstorm (lluvia de ideas) a la que asistió con Powell. El diseño corrió a cargo de George Hardie, empleado de Hipgnosis. La compañía de arte le ofreció a los miembros de la banda a elegir entre un total de siete diseños, pero los cuatro coincidieron en que el diseño del prisma era de largo el mejor. El diseño del prisma representa tres elementos; la iluminación en los conciertos de la banda, las letras del álbum y el deseo de Richard Wright de crear una portada más «sencilla y pulcra». El espectro de luz continúa por el desplegable antes de volver a unirse en otro prisma en la contraportada, una idea de Roger Waters. Añadido al poco tiempo, el diseño del desplegable también contiene la representación del latido de corazón empleado a lo largo del álbum, mientras que la idea de incluir otro prisma en la contraportada fue de Thorgeson, con el objetivo de facilitar la disposición del álbum en las tiendas de música. La banda de luz que emana del prisma en el álbum tiene seis colores, dejando fuera el índigo en comparación con la tradicional división del espectro en rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta. Un prisma normal mostraría un espectro continuo sin límites definidos entre un color y el siguiente. Dentro de la carpeta desplegable venían dos pósteres, uno de ellos con fotografías de la banda en concierto con el texto PINK FLOYD roto y las piezas esparcidas, y el otro con una imagen de las Pirámides de Guiza tomada por Powell y Thorgeson con una película infrarroja. También incluía una hoja con pegatinas de las pirámides. VH1 posicionó la portada en el cuarto lugar de su lista de las mejores portadas de todos los tiempos en 2003, y en 2009 los seguidores de la emisora de radio británica Planet Rock lo votaron como la mejor de todos los tiempos.

Desde la partida del miembro fundador Barrett de la banda en 1968, la carga de la composición de las letras recayó, mayoritariamente, en Waters. Por tanto se le acredita como el compositor de las letras del álbum, haciendo The Dark Side of the Moon el primero de cinco álbumes consecutivos de Pink Floyd en acreditarlo exclusivamente como letrista. La banda se encontraba tan confiada con la calidad de las letras que, por primera vez, decidieron añadirlas dentro del LP en forma de texto. Cuando se le preguntó en 2003 si su papel en el álbum fue «organizar [las] ideas y estructuras» y el de David Gilmour «la música», Waters respondió:

Eso es una estupidez. No hay duda de que Dave necesita un vehículo para sacar lo mejor de su guitarra. Y es un gran guitarrista. Pero la idea que ha intentado propagar a lo largo de los años de que él es más musical que yo es una verdadera tontería. Es un concepto absurdo, aunque la gente parece contenta creyéndolo.

Richard Wright en Abbey Road Studios, 1972.

A excepción de Wright, la banda boicoteó la presentación a la prensa en el London Planetarium del 27 de febrero, ya que la mezcla cuadrafónica no estaba acabada. A los invitados se les recibió con un cuarteto de recortes de cartón de tamaño real de la banda, mientras que la mezcla estereofónica del álbum se lanzó a través de un equipo de PA de mala calidad. De todas maneras, en general, la prensa se mostró entusiasmada; Roy Hollingworth de Melody Maker describió la Cara A como: «... tan completamente confundida consigo misma que era difícil seguirla», aunque pasó a alabar la Cara B, escribiendo: «las canciones, los sonidos, los ritmos eran sólidos y firmes, el saxo apareció, la banda rockanroleó, para después desaparecer en la noche».

Steve Peacock de Sounds escribió «No me importa si no has oído una nota de la música de Pink Floyd en tu vida, recomendaría sin reservas a todo el mundo The Dark Side of the Moon ...» En su reseña de 1973 sobre el álbum para la revista Rolling Stone, Lloyd Grossman escribió: «un gran álbum con una riqueza de textura y concepto que no solo invita, sino que exige involucrarse».

The Dark Side of the Moon se lanzó en Estados Unidos el 1 de marzo de 1973, y después en el Reino Unido el 24 de ese mismo mes. Se convirtió inmediatamente en un éxito de ventas en el Reino Unido y Europa Occidental; para el mes siguiente, había recibido el disco de oro tanto en Estados Unidos como el Reino Unido. Durante marzo de 1973 la banda tocó el álbum como parte de su gira estadounidense, incluyendo una actuación a medianoche en el Radio City Music Hall de Nueva York el 17 de marzo. El plato fuerte consistió en un avión lanzado desde el fondo del recinto al final de «On the Run», estrellándose en el escenario entre humo naranja, ante los 6.000 espectadores que asistieron a la actuación. El álbum llegó al puesto número uno de la lista de álbumes Billboard el 28 de abril de 1973, obteniendo tanto éxito que retornaron dos meses después para hacer otra gira.

Gran parte del tempranero éxito del álbum en los Estados Unidos se debió a su discográfica en ese país, Capitol Records. El recién asignado presidente de la compañía, Bhaskar Menon, intentó por todos los medios mejorar las pobres ventas del álbum de estudio previo de Pink Floyd, Meddle. Mientras tanto, desencantados con Capitol, la banda y su mánager O'Rourke habían estado negociando con Columbia Records, específicamente con el presidente de la CBS Clive Davis. The Dark Side of the Moon era el último álbum que estaban obligados a lanzar antes de quedar libres de contrato y poder firmar con otra compañía. El entusiasmo de Menon fue tan grande que se encargó de hacer una gran campaña de promoción del álbum, incluyendo versiones truncadas de «Us and Them» y «Time» para las emisoras de radio. En algunos países, especialmente el Reino Unido, Pink Floyd no había lanzado un sencillo desde «Point Me at the Sky» de 1968, y excepcionalmente se lanzó «Money» como sencillo el 7 de mayo, con «Any Colour You Like» como Cara B. Llegó al puesto número trece de la lista Billboard Hot 100 en julio de 1973. Se envió a las emisoras de radio una versión promocional con mezclas en mono y estéreo con etiquetas blancas. En el lado de la versión mono se retiró la palabra «bullshit» («mierda») de la canción, dejando solo «bull», sin embargo la versión estéreo contenía la versión sin censurar. Posteriormente esto se intentó subsanar; se mandó un reemplazo a las emisoras junto a una nota que advertía a los disc jockeys que eliminaran la primera copia sin censurar que habían recibido. El 4 de febrero se lanzó «Time», con «Us and Them» como Cara B. Sin embargo, los esfuerzos de Menon por renovar el contrato discográfico con Pink Floyd fueron en vano; a principios de 1974, la banda firmó con Columbia y recibió un adelanto de un millón de dólares (en el Reino Unido y Europa continuaron con su contrato con Harvest Records).

Alan Parsons metido en faena.

El éxito del álbum trajo una riqueza nunca vista a los cuatro miembros de la banda; Richard Wright y Roger Waters se compraron grandes casas de campo, y Nick Mason se convirtió en coleccionista de coches de lujo. Además, parte de los beneficios se invirtieron en la producción de Monty Python and the Holy Grail. Gracias a la producción, Alan Parsons consiguió una nominación al premio Grammy al «álbum con mejor ingeniería de sonido» en 1973, y pasó a tener su propia carrera como artista. Waters y Gilmour a menudo han menospreciado su contribución en el éxito del álbum, aunque Mason ha alabado su papel en el mismo. En 2003 Parsons reflexionó diciendo: «Creo que todos ellos creen que conseguí mantenerme el resto de mi carrera gracias a Dark Side of the Moon, cosa que tiene cierta parte de verdad. Pero de vez en cuando despierto, frustrado por el hecho de que han ganado incontables millones y mucha de la gente involucrada en el álbum no».

El perdurable legado de The Dark Side of the Moon se encuentra en su influencia en la música moderna, los músicos que han hecho versiones de sus canciones, e incluso en mitos urbanos. Su lanzamiento es, a menudo, visto como un punto simbólico en la historia de la música rock, y, en ocasiones, se han buscado similitudes entre Pink Floyd y Radiohead, en especial su álbum de 1997 OK Computer, al que se le ha llamado The Dark Side of the Moon de los años 1990, ya que ambos álbumes tienen algo en común: la pérdida de la habilidad creativa de un individuo para seguir funcionando en el mundo moderno.

The Dark Side of the Rainbow y The Dark Side of Oz son nombres que se usan para definir los rumores lanzados por Internet, que existen al menos desde 1994, que dicen que Dark Side of the Moon se hizo con la idea de servir como banda sonora de la película El Mago de Oz (1939). Los observadores que han puesto la película y el álbum de forma simultánea dicen que aparentemente hay sincronías, como cuando Dorothy comienza a correr y la banda comienza a cantar «no one told you when to run» («nadie te dijo cuándo comenzar a correr»). Tanto David Gilmour como Nick Mason han negado la conexión entre las dos obras, mientras que Roger Waters ha descrito los rumores como «divertidos». Alan Parsons ha asegurado que la película ni siquiera llegó a mencionarse durante la producción del álbum.

Richard Wright, Roger Waters, Nick Mason y David Gilmour le mostraron al mundo el resultado de su más productivo experimento. No estaban solos, el ingeniero Alan Parsons hizo de piloto de la nave hacia la luna, logrando un sonido vanguardista que ha sobrevivido la prueba del tiempo. The Dark Side of the Moon, uno de los grandes álbumes conceptuales de los años 70, es una joya cuyo valor sigue en alza.

Existen obras inmejorables. Piezas de colección de esas que estaríamos orgullosos de mostrarle a un amigo alienígena como prueba de la inteligencia y el sentimiento de la especie humana. Una de ellas fue producto de una serie de eventos cósmicos que ocurrieron entre junio de 1972 y enero de 1973 en los estudios Abbey Road de Londres, pertenecientes a EMI, los mismos en los que The Beatles intentaron construir cinco años antes lo que se reconoce junto con el Pet Sounds de The Beach Boys como uno de los primeros intentos de realizar un álbum conceptual. A pesar de los alcances de su contenido y de la inagotable influencia que representan las innovaciones que lo generaron, Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band (1967) no fue ese LP soñado que, lejos de presentar un puñado de canciones inconexas, ofrece un relato con principio, desarrollo y fin, con nudos que plantean problemas existenciales. La gema con esas características llegó un poco después, gracias a unos jóvenes que curiosamente trataron de husmear y no pudieron, ante la negativa de McCartney para ver cómo trabajaban los ídolos de Liverpool.

Pink Floyd todavía vivía la época de despecho posterior a Syd Barrett, líder carismático, bien parecido y talentoso que llevaba el timón en los primeros años de la banda. Pero el músico, consumido en sustancias alucinógenas y trastornos psicóticos, fue sustituido, primero momentáneamente para una gira y luego de manera definitiva, por el guitarrista David Gilmour, quien depositó en la mezcla las gotas de un ingrediente distintivo enraizado en el blues y construido sobre la base de escalas pentatónicas. Se cree que la idea del octavo disco surgió en casa del baterista Nick Mason, donde se acordó escribir canciones sobre fuentes de estrés de la vida moderna. Roger Waters, bajista y letrista que había asumido el liderazgo, tomó notas para crear los versos. Y Richard Wright captó el concepto para dibujar capas sonoras que resultarían fundamentales en la obra.

The Dark Side of the Moon fue editado en Estados Unidos el 1° de marzo de 1973 y en Reino Unido un par de semanas después. No solo convenció a la movida subterránea y a una creciente base de fans que seguía a la agrupación como un fenómeno de culto. El álbum, cuya carátula fue creada por el diseñador y amigo del grupo Storm Elvin Thogerson, se abrió paso en el mainstream: con más de 50 millones de ejemplares, es uno de los discos más vendidos de todos los tiempos, un logro indiscutible para un trabajo expresionista desconectado del pop y sus postulados.

Alan Parsons, precoz ratón de estudios, llevaba en su palmarés el dato rimbombante de haber laborado como ingeniero de sonido en Abbey Road y Let It Be, las últimas dos producciones de The Beatles. Se unió al cuarteto como apoyo técnico y sus ideas fueron determinantes en el resultado. No solo porque fue quien invitó a Clare Torry, sino porque su trabajo le aportó parte de la dimensión espacial a una obra en la que predominó la guitarra de Gilmour y también su voz, porque Waters solo cantó en los últimos dos temas.

The Dark Side of The Moon no es un disco para festejar ni para consumir en una experiencia grupal. El manual de uso, como los mismos creadores lo sugirieron en su momento, propone la inmersión a través de los audífonos. «Creo que cuando estuvo listo, todos pensamos que era lo mejor que habíamos hecho hasta la fecha», dijo Nick Mason. «Todos estábamos complacidos porque era cinco veces mejor que Meddle (1971), ocho veces mejor que Atom Heart Mother (1970) y además se vendió. No solo era un buen álbum, sino que se había creado en el lugar y momento adecuado».

Pink Floyd logró capturar la atención de los críticos, cosa que había estado haciendo en sus trabajos anteriores. Pero esta vez convirtió un disco temático, de ideas profundas y soluciones musicales complejas, en un éxito comercial. La revista Rolling Stone y su staff de votantes le dio, de acuerdo con una reciente lista, la casilla 43° entre los 500 mejores álbumes de la historia. «Money» es un ejemplo de osadía y, al mismo tiempo, de cómo cautivar a grandes audiencias con ideas frescas. Los éxitos radiales generalmente se escriben con fórmulas más sencillas. Por ejemplo, el rock n’ roll trabaja sobre un compás de 4 por 4. Pero ellos escribieron una reflexión acerca del dinero y el vacío espiritual en 7 por 4, con una duración superior a los 6 minutos para los extensos solos de guitarra y saxo. Se cree que las diferencias entre Gilmour y Waters, quien dejó el grupo en 1985, comenzaron en aquellas sesiones. Pero la época dorada continuaría en Wish You Were Here (1975) y Animals (1977). Luego llegó The Wall (1979), que para fans y críticos lucha por el sitial de mejor disco de la banda.

Pero siempre ha tenido que vérselas con aquel prisma que Pink Floyd le dio a la humanidad hace 47 años.

En 1967, ambos conjuntos coincidieron en los estudios Abbey Road de Londres grabando los respectivos discos con los que sacudirían la escena musical de los 60. El encuentro fue frío, pero dejó entrever la admiración mutua de dos de las mayores instituciones del pop británico. La noche que el Sargento Pimienta unió a Pink Floyd y The Beatles.

Una recepción, con su escritorio y un encargado de recibir llamadas y estar atento al citófono. Eso era lo que a principios de 1967 separaba el trabajo de The Beatles y Pink Floyd. Algo tan inadvertido como el puesto de un conserje era el pequeño espacio de Abbey Road que distanciaba a dos bandas fraguando sus obras maestras de la década dorada: mientras los Fab Four ocupaban el estudio 2 para dar forma a Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, sus compatriotas estaban en el estudio 3 armando lo que sería su debut, The Piper at the Gates of Dawn.

La noche del 21 de marzo de ese año, los Floyd, encabezados por el cantante Syd Barrett, le solicitaron a su productor, Norman Smith, arreglar un encuentro con los chicos de más al lado, bajo el propósito de compartir opiniones y, por sobre todo, ver en qué consistía el verdadero laboratorio de experimentación en que el cuarteto había convertido su trabajo en estudio. Contaban con un punto a su favor: Smith era un antiguo ingeniero de sonido del sello EMI y había trabajado con los propios Beatles hasta Rubber Soul (1965).

Pese a ello, los trámites previos no fueron simples. Smith se acercó al productor de los Fab Four, George Martin, para solicitarle que la reunión sucediera esa misma noche. Pero el llamado "quinto Beatle" lo escuchó con cierta indiferencia y le dijo que primero debía conversarlo, ya que no quería interrumpir a sus dirigidos, encerrados desde hace semanas en una espiral creativo que no dejaba espacio a los recreos, los tiempos muertos o las miradas ajenas. Era la fama que se habían ganado hasta ese punto de su trayectoria: les incomodaba la presencia de extraños en sus grabaciones, siempre pensadas como un cuartel hermético e inexpugnable. Por lo demás, ese día de marzo, estaban dando los toques finales a "Getting better" y "Lovely Rita", dos composiciones ricas en detalles y trucos técnicos.

Pese a todo el panorama adverso, Martin le dijo a su colega: "Vuelve en un rato más, veré qué hago". Y lo hizo. Cerca de las 11 de la noche del 21 de marzo, llegó hasta el estudio 2 junto a los cuatro miembros de Pink Floyd, quienes saludaron de modo amable y protocolar a sus pares, apenas intercambiando un par de palabras sin demasiada sustancia. El más amable de todos fue Paul McCartney. Pero no sólo por un asunto de relaciones públicas, la especialidad de la casa: Macca había conocido a los hombres de Barrett en la temporada anterior, en octubre de 1966, cuando los vio en el club UFO de Londres y se declaró impactado con su performance.

Tras ello, el 21 de febrero del 67, justo un mes antes que ambas agrupaciones estrecharan sus manos, el bajista fue a darles una suerte de bienvenida a los Floyd como nuevos inquilinos de Abbey Road, ya que justo en esa jornada comenzaron a grabar The Piper at the Gates of Dawn. Según agrega el libro Vida y milagro de Sgt. Pepper's, de Clinton Heylin, Paul también habría conversado por iniciativa propia con los ejecutivos de EMI para que contrataran a Pink Floyd, ya que durante un tiempo se mostraron poco confiados de que una propuesta anclada en la experimentación y en la psicodelia más extrema pudiera tener algún rédito comercial.

Por su parte, John Lennon fue el más ausente en esa reunión de 1967. Sólo horas antes se había tomado una tableta de ácido, por lo que estaba en pleno trance, prácticamente inhabilitado para poder mantener una conversación normal. Cosas del destino y de la música: esa noche, Syd Barrett, el hombre que frió su cerebro en LSD hasta la locura y que se perpetuó como sinónimo del artista derrotado por las drogas, ese día cumplió el rol del tipo sobrio y compuesto, mientras que John encarnó al genio en pleno viaje alucinógeno. De alguna manera, Barrett era coherente con sus opiniones, ya que meses antes había declarado en una entrevista que "amaba a los Beatles". Además, quería conocer la manera que tenían de operar en estudio, ya que él se consideraba un neófito absoluto en el tema.

En su posterior autobiografía, Nick Manson, baterista de los hombres de "Interestellar overdrive", comentó: "Nos beneficiamos enormemente de The Beatles. Habíamos hecho algunas grabaciones antes de ir a EMI y sabíamos el abecé de trabajar en multipistas y, como digo, probablemente gracias a The Beatles se nos ofreció algo más que una oportunidad para aprender". Con el tiempo, Pepper no se alcanzó a topar con Piper. Mientras el primer álbum se lanzó el 1 de junio, el otro hizo lo propio el 5 de agosto. Una distancia mínima que simboliza el significado de ambas obras para la música británica del siglo XX: dos piezas que retratan al máximo la escalada creativa de sus protagonistas y un momento único e irrepetible en la cultura del siglo XX.

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